"[...] la parroquia de Torrebaja tiene su origen en el Quinientos
y es de fundación patronal, al igual que la de Torrealta.
El templo anterior era una obra seguramente de finales del Seiscientos
y fue demolido a finales de los años cuarenta (1949),
con motivo de los
daños sufridos durante la Guerra Civil y la revolución (1936-39)"
-del contenido textual-.
I.- A modo de introducción.
De la iglesia parroquial de Torrebaja y de su advocación –Santa Marina Virgen- tenemos noticias desde el primer tercio del siglo XVI, pues ya se cita en la Santa Visita Pastoral del obispo de Segorbe, don Gaspar Jofre de Borja (1530-56), el cual estuvo en la zona en mayo de 1534, cuando nuestra localidad era conocida como Torre Hondonera, en referencia a Torrealta, entonces llamada Torre Somera.[1]
El hecho de que un lugar tan pequeño como Torrebaja tuviera parroquia propia (al igual que sucede con Torrealta) se debe a razones históricas, pues dicha iglesia es de fundación patronal, no obstante hallarse su término entonces en la jurisdicción civil de Castielfabib (de la misma forma que la de Torrealta se hallaba en la de Ademuz). Ambas localidades estaban constituidas como mayorazgos, entidades que debían disponer de iglesia, horno y molino para el servicio de sus colonos.
Sin embargo, tenemos escasas noticias documentales del templo que hubiera en Torrebaja durante los siglos XVI-XX, aunque aparece escuetamente citado en el testamento de don Diego Ruiz de Castellblanque, “señor del lugar de la Torre-baja del Villar de Orchet”,[2] y en las visitas pastorales de los obispos de Segorbe durante el siglo XVII y principios del XVIII.[3] A mediados del siglo XIX, cuando la localidad ya poseía alrededor de cien casas, su iglesia parroquial estaba considerada como de “primer ascenso”, y era servida por un cura de patronato del señor territorial (Ruiz de Castellblanque), y un sacristán, que nombraba el párroco (1849).[4]
Detalle de la torre-campanario de la parroquial -Santa Marina Virgen- de Torrebaja (Valencia). |
El templo que conocieron nuestros padres y abuelos, probable obra de finales del Seiscientos, hubo de ser demolido en la segunda mitad de los años cuarenta del pasado siglo (1949), por causa de las lesiones estructurales ocasionadas en la Guerra Civil (1936-39), debido a los bombardeos sufridos durante la contienda y por los corrimientos de tierra y desmoronamientos ocasionados por los refugios antiaéreos labrados bajo el edificio. La actual edificación es una obra reciente, su primera piedra se colocó el 20 de julio de 1954, pontificando en Segorbe don José Pont y Gol (1952-60) y siendo párroco don Antonio Martínez Gabalda. El nuevo templo, diseño del arquitecto valenciano Luis Gay Ramos (1949), se levantó sobre el mismo solar del anterior, aunque con distinta orientación y mayor volumen de obra, pues mientras el anterior se situaba de levante (pies) a poniente (cabecera), el actual está colocado de norte a sur. Como aparejador de la obra actuó José Campoamor. En mayo de 1955, el arquitecto urge al párroco en la necesidad de montar los cuchillos, “por la responsabilidad que supone tener la Iglesia sin cubrir”. De esta forma, la cobertura se completó a finales del mismo año, pues en carta al obispo de Segorbe dice el párroco [1955, diciembre 5]:
- A consecuencia del mal tiempo para las obras hemos dejado algunos días sin trabajar. Para la Inmaculada ya tendremos el tejado de la nave central cubierto. Ahora si el tiempo lo permite terminaremos de echar las aguas fuera en los tejadillos laterales.[5]
La torre, situada a los pies, lado del evangelio, se levantó poco después, siendo párroco don Pedro-Manuel Miguel Benedicto (1959). En relación con la terminación de las obras, los artífices dejaron constancia de su actuación, escribiendo una nota bajo las correas de las escalerillas, que dice:
- Torrebaja, 05-12-1959. Cura párroco don Pedro Manuel Miguel. Director de la obra, José Giménez Durbán. Primer oficial: Arturo Fandos Lagunas y José Gracia Bertolín. Peones: Tomás Díaz Asensio y Manuel Villalba Gabalda. Durante el poder del General Francisco se realizaron los trabajos sin el menor percance gracias a las buenas prácticas de la construcción, siendo alcalde de Torrebaja don Avelino Esparza; secretario, don Octavio Valentín y Jefe Local de la Hermandad don Armando León Valero.[6]
El magnífico artesonado en escayola imitando madera se puso en los años sesenta, durante el curato de don Gabriel Sancho Marín (1962-73). Sin embargo, aunque se han venido realizando trabajos y mejoras (enlucido de paredes y piso, cableado eléctrico, puertas y herrajes, calefacción...), el impulso definitivo para la terminación del templo ha tenido lugar durante la última década: con don Arturo García Pérez se iniciaron las gestiones ante el obispado para la remodelación interior, proceso que se continuó siendo párroco don Ricardo Cebolla Juan. Se cambió el aspecto de las capillas laterales y pasillo alto con barandas, dándole un cierto aire basilical; ello se consiguió mediante la colocación de columnas y arcos de medio punto, y rehaciendo el presbiterio, rebajando la escalera y dándole forma circular a dicho espacio, con una falsa cúpula en media naranja sobre el altar. La nueva disposición ha permitido colocar un retablo de pincel sobre el frontis del Altar Mayor, con un Pantocrátor (Cristo en Majestad) central y un Tetramorfos (representación de los cuatro evangelistas) en las cuatro esquinas del mismo, obra del artista cubano, Manuel-Alejandro Martínez Ojea (2006). Asimismo, se procedió al rediseño de la entrada, colocando unas nuevas puertas (provenientes de la basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia), enmarcadas por unas columnas romanas laterales y frente triangular en lo alto, lo que colabora a darle aspecto neoclásico, que armoniza con el ladrillo cara vista de su fachada y resto de la mampostería de la fábrica. A su embellecimiento colaboran los altorrelieves que la adornan: una Santa Cena en el frontispicio y la representación de los patrones, Santa Marina y San Roque, colocados a ambos lados del pórtico.[7]
Interior de la glesia parroquial -Santa Marina Virgen- de Torrebaja (Valencia), con detalle del Pantocrátor que ilumina el presbiterio. |
II.- Estructura y disposición interna del templo.
La iglesia parroquial de Torrebaja se sitúa entre la plaza de la Iglesia (poniente) y la de Jaime I, popularmente conocida como La Replaceta (levante), en las proximidades de la plaza del Ayuntamiento, donde se hallan la Casa Consistorial, el torreón de Los Picos y Casa Grande, la parte más antigua del caserío. Tiene planta alargada, orientándose en dirección norte (pies)-sur (cabecera), con cobertura a dos aguas, que recaen sobre los tejadillos de los pasillos y las capillas laterales, y torres a ambos lados, ubicadas a los pies del templo, aunque sólo se ha levantado la correspondiente al lado del evangelio (izquierda).
Posee un pórtico exterior, enmarcado por dos columnas romanas, y otro interior, con una amplia puerta de dos hojas que abre a la nave central y dos laterales, menores. La primero que llama la atención al entrar en el templo es la amplitud de su espacio interior, y la luminosidad que posee; ello merced al alto cielo raso encasetonado del techo y al conjunto de ventanales laterales y al rosetón de la fachada, que recae sobre el coro, ubicado éste sobre el atrio interior. Asimismo, atrae nuestro interés la imponente figura del Cristo en Majestad que preside el presbiterio, encuadrado por la representación zoomórfica de los cuatro evangelistas: San Mateo (ángel u hombre alado), San Marcos (León), San Lucas (Toro) y San Juan (águila). Posee una sola nave central, con ocho capillas laterales abiertas a ésta, y cuatro recintos en las esquinas: dos a los pies, correspondientes al hueco de las torres y otros dos adosados al presbiterio, el de la derecha destinado a Sacristía y el de la izquierda a la Capilla de la Comunión. Todo el piso del templo, nave, presbiterio y galerías, se halla enlosado en mármol, formando un dibujo geométrico en tonos rojizos.
La advocación de cada capilla lateral se ha definido en los últimos tiempos, colocando imágenes sobre altares de madera adosados, enmarcadas por sencillos retablos cuya forma alude simbólicamente a su titular, pudiendo nombrarse (de los pies a la cabecera) de la siguiente forma:
Parte de la epístola (derecha):
1) Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, cuyo retablo alude a las “potencias”, rayos que salen del corazón y la cabeza de Jesús; posee imágenes de la Virgen Dolorosa y Cristo muerto, en vitrina encristalada y en hornacina lateral.
2) Capilla de San Antonio Abad (San Antón), con retablo que figura una T (de <tau>), un signo del libro de los Números que el santo utilizó para los de su orden (según el libro de Daniel, los que han de salvarse llevarán grabado en la frente este signo); posee una imagen de la Virgen del Pilar en hornacina lateral.
3) Capilla de Santa Marina, con una imagen labrada en madera, cuyo retablo figura la entrada de la iglesia, en cuanto titular del templo y copatrona del pueblo, a la que falta colocar el escudo de Torrebaja en el frontal; posee una imagen de San Roque en hornacina lateral.
4) Capilla del Cristo Yaciente, con la imagen de Jesús en el sepulcro. Por dicha capilla se accede al recinto de la Sacristía, que contiene armarios y cajones para las vestiduras litúrgicas y vitrinas con los vasos sagrados, la custodia y otros objetos de culto; además de los instrumentos electrónicos para el control automático de las campanas y el reloj y la calefacción, y un pequeño lavabo para el aseo de manos.
Parte del evangelio (izquierda):
1) Capilla del Bautismo, con una sencilla pila bautismal y un cuadro enmarcado como retablo, figurando los siete dones del Espíritu Santo, copia de una obra de José Segrelles Albert (1960); posee una bella imagen del Corazón de Jesús tallada en madera, de tamaño casi natural y dispuesta en hornacina. En una peana ubicada en la pared opuesta se hallan los frascos de los Santos Óleos, con una cinta que los distingue: Verde (Olium Catecumenorum), Dorado (Santo Crisma) y Morado (Olium Infirmorum).
2) Capilla de San Antonio de Padua, con retablo que representa la cruz de San Damián (bizantina); posee imagen de la Virgen Dolorosa en hornacina y otra imagen de la Virgen de Fátima en un pedestal lateral.
3) Capilla de la Inmaculada Concepción, con una bellísima imagen de la Virgen adolescente labrada en madera, a la que falta su anagrama (MA) en el frontal; posee un San José con el Niño en brazos, en hornacina.
4) Capilla Penitencial, con un Cristo Crucificado, bella obra de tamaño natural labrada en madera, y un vetusto confesionario tradicional en madera.
5) Por la anterior se accede a la Capilla de la Comunión (para acercarse a la Eucaristía hay que reconciliarse previamente con Dios), que contiene el Sagrario, obra en bronce repujado y una pequeña mesa de altar para las celebraciones, entre otros elementos. El vitral de esta capilla contiene diversos signos eucarísticos, espigas, vid y motivos geométricos en torno de un cáliz con una Hostia [IHS/ Iesus Hominum Salvator/ Jesús Salvador de los Hombres] que emerge de la copa, y un texto latino arriba y abajo que dice: TIBI POST HAEC/ FILI MI/ ULTRA QUID FACIAN/ Después de esto, hijo mío, qué más puedo hacer por ti. La frase tiene un origen bíblico (lo que Jacob dijo a su hijo Esaú tras darle su herencia) y la utilizó simbólicamente san Juan de Ribera, como lema del Colegio del Corpus Christi en Valencia, para representar la Eucaristía. La base del cáliz contiene también el símbolo de María: MA.
Con la excepción de las imágenes labradas en madera (Santa Marina, Corazón de Jesús del baptisterio, Virgen Adolescente y Cristo Crucificado de la capilla Penitencial), el resto de imágenes se hallan vaciadas en escayola. Existe otra imagen de Santa Marina, la Pequeña, destinada a las procesiones, que se halla en el coro, bajo el rosetón de la fachada; el vitral luce una magnífica imagen del Espíritu Santo, simbolizado por una paloma blanca.
Interior de la iglesia parroquial -Santa Marina Virgen- de Torrebaja (Valencia), nave central con detalle del atrio interior, capillas laterales, coro alto y artesonado. |
Las capillas laterales se hallan enmarcadas por columnas de cemento armado, soportando arcos de medio punto, estructura que se repite en los pasillos de la parte superior, éstos con un óculo por encima, lo que contribuye a dar al interior del templo el mencionado aire basilical que actualmente tiene. El Coro y los pasillos de la parte alta lucen una amplia baranda de madera en el antepecho, y luminosos ventanales decorados con motivos florales, elementos que también fueron rehabilitados y coloreados en los últimos años. Al final de cada pasillo lateral hay dos recintos más, uno a cada lado, por encima de la Sacristía y Capilla de la Comunión, correspondientes a almacenes y trasteros.
El hueco de la torre derecha posee un servicio, y el de la izquierda una escalera, por donde se accede al coro y a los pasillos laterales, además de al piso de campanas, éste posee dos bronces: “Santa Marina”, fundida por los hermanos Colina de Sigüenza (1914), cuya boca tiene un diámetro de 69 cm y pesa 190 kg., y “Santiago Apóstol”, fundida por Salvador Manclús en Valencia (1954), con un diámetro de 54 cm y un peso de 91 kg.
III.- Acerca de las nuevas pinturas del presbiterio.
Las nuevas pinturas de la iglesia parroquial de Torrebaja se hallan en el presbiterio, encastradas en las pilastras de madera que hay a cada lado del recinto eclesial. Como quedaban vacíos los cuerpos de los contrafuertes figurados, se pensó en colocar allí imágenes de los patrones –Santa Marina y San Roque-, pero como éstos ya poseían sus propias capillas se decidió colocar los que se han puesto. Las figuras elegidas representan a dos protomártires: san Vicente mártir (derecha) y san Esteban (izquierda), y se han elegido cuidadosamente, pues ambos son los primeros diáconos de la iglesia cristiana (junto con san Lorenzo). Diácono (Del lat., diaconus < gr., diakonos) significa sirviente, siendo el clérigo de grado inmediatamente inferior al sacerdote; y nadie mejor servidor que Esteban, elegido ya por los apóstoles para repartir ayudas entre los necesitados, y el primero de los seguidores de Cristo que murió apedreado en Jerusalén en el siglo I. Y Vicente, el fundador de la iglesia valenciana, martirizado en la Valentia romana al comienzo del siglo IV (año 304).
Representación de san Vicente Martir -fundador y patrón de la Iglesia valenciana-, en el lado de la epístola (derecha) del presbiterio. |
Las imágenes han sido realizadas con pintura acrílica y óleo sobre tabla (178x48 cm), siguiendo el modelo bizantino, que siempre constituye un texto teológico de amena lectura, además de instrumento didáctico de catequización y vehículo de devoción. Las imágenes recuerdan a los mosaicos multicolores típicos de este estilo, y se han representado hieráticamente, mirando de frente y con aureola de santidad en la cabeza: ambas portan un turífero, demostrando su adoración de Jesús en la eucaristía, contemplando el misterio. El único signo de movimiento que muestran se halla en el péndulo del incensario. San Esteban está representado con el cabello rizado y una amplia tonsura, pero no san Vicente, que tiene el pelo liso. Cada uno lleva, además, los símbolos de su martirio: san Esteban una piedra en una capillita, aludiendo a la forma en que fue muerto y al comienzo de la Iglesia; y san Vicente la sagrada palma martirial y un libro abierto, símbolo de la Palabra que proclama el diácono, además de una cruz aspada que se dibuja tras la imagen. Capilla y libro se nos muestran con una mano, haciendo un repliegue con la túnica.
Representación de san Esteban -el primero de los seguidores de Cristo, que murió apedreado en Jerusalén en el siglo I-, en el lado del evangelio (izquierda) del presbiterio. |
Respecto al hábito, ambos llevan túnicas sobre la vestimenta blanca y estola a un lado (al estilo ortodoxo, en contraste con el católico, que la porta cruzada), signo sacerdotal por excelencia, luciendo un dibujo geométrico entorno del cuello y en el borde inferior de la prenda que les cubre. El arte pictórico bizantino utiliza los pliegues de las vestiduras y el juego de luces y sombras que se crea para figurar el volumen y la representación tridimensional; además del fondo dorado, símbolo de inmortalidad y trascendencia. En el arte occidental, sin embargo, a Vicente se le figura vestido con dalmática, la sacra vestidura litúrgica de los diáconos, además de los elementos de su martirio: un potro de tortura y una rueda de molino, una cruz, y una parrilla, aludiendo a la forma en que fue martirizado. También se le pinta con un cuervo, en referencia al ave que espantaba a los carroñeros que pretendían devorar su cadáver, cuando fue echado al muladar.
Al pie de ambas pinturas figura la firma de su autor, el pope rumano-ortodoxo de Teruel [que también ha decorado la capilla de la Virgen de la Leche en Ademuz], que dice: <Preot-Pictor/ Dicu Octavian Nichifor/ 2010./ Romania>.
Debajo de la imagen de cada diácono hay otra tabla en menor tamaño (48x48 cm), representando una variedad de ángel (cabeza santificada y alas), haciendo referencia a la visión de Isaías, que aparecen alabando al Señor a ambos lados del Altar. Además, dentro de este estilo es donde primero se representó la “Corte Angélica”. En su género, ambas pinturas podrían conceptuarse como devocionales, además de narrativo-descriptivas.
Variedad de ángel (cabeza santificada y alas), haciendo referencia a la visión de Isaías, que aparecen alabando al Señor a ambos lados del Altar. |
IV.- Otros elementos del presbiterio.
Como es sabido, el presbiterio (Del lat., presbyterium, función del presbítero) es la parte de una iglesia en torno al altar, a veces bordeada por una reja o barandilla, estando reservado a los clérigos y ayudantes. En nuestra iglesia se halla tres peldaños por encima del piso del templo, y abierto a la nave, aunque anteriormente tuvo una verja de hierro que lo separaba. El recinto se comunica con la Sacristía por una puerta lateral, abierta en el lado de la epístola (derecha). Además del Altar y el Ambón (Del gr., ambon, borde redondeado) o púlpito de lectura (el otro elemento similar al ambón debería ser un atril, desde donde anunciar las peticiones), contiene un espacio elevado dos peldaños sobre el suelo, es la mesa de presidente, conocida como Sede (Del lat., sedere, sentarse), asiento del que preside la ceremonia. Al igual que el resto de mesas, la Sede debe poder contemplarse desde cualquier punto del templo, de ahí que sea diferente y con un respaldo más alto que cualquier otro asiento. Las tres mesas –Altar, Ambón y Sede- aluden a Cristo: sacerdote (celebra el Sacrificio), profeta (ofrece la Palabra) y rey (rige la Comunidad).
Sede de la iglesia parroquial Santa Marina Virgen de Torrebaja (Valencia), con detalle del Crismón. |
El espacio presbiteral se hallaba forrado por un elevado zócalo en madera, que también recubre el hueco y jambas de la puerta de la Sacristía, formando pilastras en los extremos del perímetro. Durante el presente curato, que rige don Eduardo Rengel Albert, se ha enriquecido el espacio con una nueva Sede: se trata de un sillón central y dos laterales en madera maciza de pino en color oscuro; el del centro posee un Crismón, labrado en madera y dorado con pan de oro, monograma formado por una X y una P sobrepuesta, que representa las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego.[8] Aquí la P se convierte en bastón, aludiendo al cayado del pastor que apacienta su rebaño. Además, pendiente de unas cadenas fijadas en los extremos laterales se ha colocado una cruz patriarcal (120x84 cm), que recae sobre el centro de la Mesa del Altar. Para que el sacerdote celebrante tenga presente en todo momento la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús que se actualiza en la Eucaristía. Elaborada en madera pintada con fondo dorado, la cruz posee una rica iconografía, siguiendo el mismo estilo que el resto de pinturas:
- En el anverso, la figura central representa a Cristo muerto en la cruz: la cabeza posee una aureola dorada y parcelada, con letras griegas que representan el nombre de Jesús, ojos cerrados, cabellos lacios y barba partida, al estilo rabínico de la época. Los brazos aparecen en ángulo recto y el cuerpo curvado hacia la derecha y resalta las características anatómicas del Crucificado, los músculos del torso, vientre y muslos, con un paño blanco tapando cintura y caderas. Los clavos que perforan las palmas de las manos y pies son extremadamente largos, al igual que las falanges de los dedos. Los pies aparecen sujetos por separado, y de todas las heridas manan gotas de sangre, incluida la del costado, que se abre por debajo de la areola derecha. La sangre que mana de los pies riega, fecunda y redime la tierra, que aparece debajo.
- A ambos lados del Cristo aparecen dos figuras de aspecto compungido, vestidas de azul y con túnicas rojas. La de la derecha tiene la cabeza cubierta, es la Virgen María, madre de Jesús de Nazaret; la otra representa a san Juan, el discípulo amado. Se trata pues de un Calvario, con Jesucristo, la Virgen y San Juan, representando a la Iglesia, que recibe el sacrificio del Señor.
- En la parte alta de la cruz hay una tabla, representando a Dios Padre, con barba blanca y los brazos extendidos, y las caras aureoladas de dos querubines en los extremos. Por debajo del Padre, en un campo de nubes, está la figura del Espíritu Santo, bajo la forma de paloma blanca con las alas abiertas. Inmediatamente por debajo, un cartel muestra unas siglas: IS. HS./RI. Iniciales que hace referencia al nombre de Jesús, según la disposición ortodoxa:
IeSus Hominum Salvator/ Rex Iudeorum/
El texto podría traducirse: Jesús Salvador de los Hombres./Rey de los Judíos. En este sentido, además de una representación de la crucifixión y muerte de Jesús, la tabla constituye una singular y bella representación del dogma cristiano de la Trinidad, el Dios Padre, el Dios Hijo y el Dios Espíritu Santo entre ambos, representando que de la muerte de Cristo participa toda la Trinidad. En la parte inferior de la cruz aparece la firma del autor: -Dico Oct(avian).-/ 2010.
- En el reverso, la cruz contiene un medallón ovalado en la parte alta, donde se cruzan los maderos, con una representación del enterramiento y la resurrección de Jesús. En la parte inferior otra cruz en menor tamaño (reproducción de un marfil bizantino del siglo V-VI), donde también se figura la crucifixión, con texto en griego y otros símbolos. La misión de ambas representaciones tienen como objeto que el celebrante tenga presente en todo momento el significado de la eucaristía, una actualización del sacrificio incruento de Jesús en la cruz.
La tabla con forma de cruz patriarcal, pintada en estilo bizantino, podría definirse como una “pintura de culto y devoción”, al estilo de los iconos y entona perfectamente con el resto de pinturas del Presbiterio.
V.- A modo de epílogo.
La bibliografía consultada demuestra que la parroquia de Torrebaja tiene su origen en el Quinientos y es de fundación patronal, al igual que la de Torrealta. El templo anterior era una obra seguramente de finales del Seiscientos y fue demolido a finales de los años cuarenta (1949), con motivo de los daños sufridos durante la Guerra Civil y revolución (1936-39).
El edificio actual es obra reciente, pues su primera piedra se colocó a mediados de los cincuenta (1954). Su erección se costeó con una importante subvención del Estado (Ministerio de la Gobernación, Dirección General de Regiones Devastadas y Junta Nacional de Reconstrucción de Templos Parroquiales), además de con donativos de la feligresía y la colaboración material del pueblo, que empleó múltiples concejadas en el descombro del viejo templo y el aporte de materiales para el nuevo. La propia diócesis de Segorbe adelantó los dineros para las obras, a cuenta de lo que tenía que percibirse por las ayudas, hizo préstamos sin interés y donó dinero.
En los documentos establecidos con las aseguradoras para las obras constan los nombres de los párrocos y albañiles, oficiales y peones que trabajaron en el templo. Asimismo, las gestiones realizadas antes distintas instituciones y personas para la consecución de ayudas, entre las que destacan don Diego Salas Pombo (Gobernador Civil de Valencia cuando se comenzaron las obras), que estuvo en la colocación de la primera piedra, y luego fue Procurador en Cortes y Consejero Nacional, y la Delegación Nacional de la Sección Femenina. De la misma forma, quedan los registros donde se reseñan los nombres y cantidades aportadas por cada vecino, entre los que destacan el propio señor obispo de Segorbe, el padre Guillermo Pinazo Martínez (Nueva York), el padre Julián Morales Martínez (México), el Gobernador Civil de Valencia, etc. Colaboraron también Entidades Provinciales (Diputación de Valencia), agrupaciones locales (Juventud Católica, Corazón de Jesús, Hijas de María, Cepillo de San José, Hermandad de Labradores), y las colectas parroquiales, las Escuela de Niños y Niñas, que aportaron distintas cantidades.
Otros registros resultan de interés para comprender la complejidad y dificultad de la construcción, habida cuenta la precariedad material del momento histórico y los precios. Los documentos dicen del nombre de los trabajadores, del número de jornales empleados y horas realizadas por cada uno, incluyendo la fecha y el importe de los salarios. Durante las obras del nuevo templo se alquiló un local en la carretera para las celebraciones, cuyo arriendo se pagó mediante cuotas, a razón de unas seis pesetas por familia, constando la relación nominal de feligreses que colaboraron.
Detalle de la grúa utilizada en las obras de restauración y mantenimiento de la iglesia parroquial Santa Marina Virgen de Torrebaja (Valencia). |
La remodelación del templo llevada a cabo en la última década, así como el mobiliario, la pintura general e imágenes que lo adornan, constituyen la culminación de una obra comenzada por nuestros padres y abuelos medio siglos atrás: los escasos medios materiales y el esfuerzo de los que la llevaron a cabo constituyen lo más destacable del proceso. En una hoja informativa, elaborada por el párroco –don Antonio Martínez Gabalda- para informar sobre las cuentas y agradecer la colaboración de todos, concluye:
- Y, finalmente, la generosidad infantil con sus veladitas, el esfuerzo de la juventud con sus teatritos y la cooperación general de los vecinos con las colectas, rifas y limosnas, han ayudado a levantar a esta su querida Parroquia [...] Un millón de gracias a todos sus bienhechores. Que Dios os lo pague con creces.
En las últimas semanas se ha dado un repaso general a la fachada, tapando los orificios dejados en la misma por los andamios, cuando se levantaron los paramentos, y se ha rematado el borde de la torre derecha, dejándolo dispuesto para continuarla algún día. La erección de la torre que falta constituirá otro hito en la historia de templo. Mientras tanto, debemos conformarnos con apreciar lo que tenemos, disfrutándolo y manteniéndolo; sin olvidar que el templo es la casa de Dios, un lugar de culto y oración abierto a todos. Vale.
De la Real Academia de Cultura
Valenciana (RACV).
Anexo:
Reseña de documentos para una historiografía de la fábrica del templo.
Reseña de documentos para una historiografía de la fábrica del templo.
Entre los documentos de interés, relativos a la fábrica del templo, destacan los siguientes, todos ellos conservados en el Archivo Histórico Parroquial de Torrebaja [AHPTb]:
1) <Proyecto y Memoria para la reconstrucción de la iglesia parroquial de Torrebaja>, firmada por el arquitecto valenciano, Luis Gay Ramos [1949, mayo 31].
2) Escritos del párroco, don Antonio Martínez Gabalda, y del alcalde, don Alfredo Sánchez Esparza, al Ministro de la Gobernación (Madrid), solicitando una subvención para la reconstrucción del templo de Torrebaja, basándose en que el templo anterior tuvo que ser demolido, por causa de los daños recibidos durante la guerra y revolución [1953, febrero 3].
3) Póliza establecida con la “Mutua General de Seguros” de Barcelona, para “todos los trabajos propios del ramo de albañilería en mampostería para la reconstrucción de un edificio-iglesia comprendidos los de carga y descarga de los materiales correspondientes en vehículos propiedad de terceros”, incluyendo el “Libro de Matrícula de los Operarios”, siendo párroco don Antonio Martínez Gabalda [1954, marzo-mayo].
4) <Estado de Cuentas> correspondiente a la subvención concedida para la reconstrucción del templo parroquial de Torrebaja, diócesis de Segorbe. Junta Nacional de Reconstrucción de Templos Parroquiales [1954-55].
5) <Relación Epistolar entre el párroco de Torrebaja y el obispo de Segorbe>, don José Pont y Gol, relativa a los préstamos realizados por el obispado a la parroquia de Torrebaja para la reconstrucción del templo y estado de cuentas relativas al mismo [1954-57].
6) <Relación nominal de feligreses de Torrebaja y Eras (de los Pajares)>, referente a las cuotas para el alquiler del local del local empleado como Iglesia durante las obras del templo [1956].
7) <Relación de Ingresos habidos a favor de la Nueva Iglesia de Torrebaja> [s/f].
8) <Relación de materiales invertidos en las obras de la Iglesia de Torrebaja> [1954-55].
9) <Relación de jornales efectuados en la Iglesia Parroquial de Torrebaja>, [1954-55].
10) Póliza de <Seguro contra los accidentes de trabajo> establecida con la Unión Levantina (Valencia), “para los trabajos propios de construcción de una Iglesia sin llegar a hacer torres-campanario”, siendo párroco don Pedro-Manuel Miguel Benedicto [1959, febrero 9].
11) <Estudio económico para la terminación de las obras de reconstrucción de la Iglesia Parroquial de Torrebaja (Valencia)>, realizado por Ramón Báguena Martínez, aparejador, siendo párroco don Salvador Pla Álvarez [1961, septiembre].
12) Facturas varias, relativas a las obras de la Iglesia Parroquial [1951-55].
13) Otra correspondencia con entidades y personas, relativa a las obras de la Iglesia Parroquial [1953-62].
[1] AGUILAR Y SERRAT, F de., Noticias de Segorbe y su obispado por un sacerdote de su diócesis, Segorbe, 1890, tomo I, párrafo 222, pp. 216-217. SÁNCHEZ GARZÓN, A., Iglesias y ermitas del Rincón de Ademuz, origen y desarrollo histórico, en: Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, vol. I, pp. 145-152.
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, A., Análisis del testamento de don Diego Ruiz de Castellblanque, señor de la Torre baja del Villar de Orchet”, en: Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, vol. I, pp. 341-351.
[3] CÁRCEL ORTÍ, Mª M., Relaciones sobre el estado de las diócesis valencianas, Edita Generalidad Valenciana, Valencia, 1989, vol. III [Segorbe].
[4] MADOZ, P., Diccionario Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid, 1849, tomo XV, p. 72.
[5] Archivo Histórico Parroquial de Torrebaja [AHPTb], Documentos relativos a las obras y fábrica del templo, s/c.
[6] SÁNCHEZ GARZÓN, A., Acerca de la construcción de la torre-campanario de Torrebaja, en: Desde el Rincón de Ademuz, Valencia, 2000, pp. 221-226.
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, A., Representación y análisis del mural del presbiterio de la iglesia parroquial de Torrebaja, en: Del Paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, vol. I, pp. 383-386. ID., Rutilante fachada en la parroquial de Torrebaja, en: Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, vol. I, pp. 389-391.
[8] También conocido como Lábaro (Del lat., labarum), que era el estandarte usado desde Constantino por los emperadores romanos, y que llevaba bordadas la Cruz y las dos primeras letras del nombre de Jesucristo en griego.
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