La carta
como fuente de conocimiento histórico.
“como falangistas (fol.1v)
teníamos que batirnos el cobre
con aquellos que querían
arrebatarnos nues-/ tro credo
y nuestros gritos de España Una, Grande y Libre
queriendo ha-/ cer de ella
un estado moscovita”
-del texto de la carta de
Marino a sus padres y familiares-.
Palabras previas, a modo de justificación.
Nadie duda hoy de que las cartas
-y la correspondencia entre personas e instituciones en general- constituyen una fuente
preciosa para el conocimiento histórico. En cualquier caso, como demuestra
Mestre Sanchis en su estudio, “los epistolarios permiten abrir nuevos
horizontes a la investigación histórica”.[1]
Propiamente, la presente entrada constituye muestra fehaciente de ello.
Tras la presentación de la tercera
parte de mi libro Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz (Valencia,
2009) en Casasaltas conocí a la señora Presentación Sánchez Sánchez
(Casas Altas, 1943), la cual me invitó a su casa para mostrarme ciertos
documentos relativos a la Guerra Civil (1936-39) vinculados a familiares suyos
y que pensó podrían interesarme. Se trataba de cuatro cartas manuscritas, las
tres primeras relacionadas con la muerte de Pedro Sánchez Sánchez, de 29 años,
natural de Casas Altas y sastre de profesión, detenido en Chulilla y asesinado
en el Alto de Casinos en septiembre de 1936. Dichos documentos fueron
publicados por mí en relación con la investigación realizada sobre este asunto.[2]
El cuarto documento era como digo otra carta, escrita por Marino Sánchez
Sánchez a sus padres, datada en Mora de Rubielos (Teruel), el 8 de agosto de
1939. Los citados Pedro y Marino eran hermanos, hijos ambos del señor Pedro
Sánchez Giménez y de la señora Presentación Sánchez Corella, naturales y
vecinos de Casas Altas (Valencia). El matrimonio tuvo también una hija de nombre
Concepción, a la sazón madre de la vecina que me mostró los documentos.
El propósito de la entrada es la exposición y el comentario
de la carta de Marino a sus padres, y ello como prueba y demostración de que
este tipo de documentos constituyen material primario para el estudio y la
investigación de la historia; y en última instancia para su interpretación.
Vista meridional de Casas Altas (Valencia), con detalle de la vega del Turia y el Pico Castro al fondo, desde La Somera de Casas Bajas (2015) |
Material y método.
El material utilizado en esta exposición
es propiamente la carta del señor Marino a sus padres, documento original
compuesto por dos hojas de papel cuadriculado, amarillento, tamaño folio,
manuscrito por ambas caras, letra cursiva, tinta oscura de plumilla, firmado y
signado por el remitente.
El documento es de propiedad partícula y se halla en el
Archivo familiar de la señora Presentación Sánchez Sánchez de Casas Altas
(Valencia).
En cuanto al método, se hace la
trascripción ad pedem literae del texto original, utilizando la barra
simple inclinada hacia la derecha (/) para indicar las líneas y la barra doble
(//) para indicar los puntos y aparte. Para una mejor exposición, cita y
análisis, los párrafos se han numerado.
En documento objeto de exposición
y estudio fue publicado en la cuarta parte Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz (Valencia, 2011), Anexo Documental y Gráfico, Documento nº 05,
páginas 507-508.
Trascripción literal del documento.
1) “Mora de Rubielos a 8 de Agosto de 1939. Año de la Victoria./ Queridos
padres y familia: Hoy día 8 de Agosto, fecha me-/ morable e imborrable para
nosotros en la cual se conmemora el/ tercer aniversario de mi uhida del pueblo
y de la larga y triste/ separación de la compañía de ustedes por espacio de 33
meses,/ tengo a bien recordarles mis andanzas durante este lapso de tiem-/ po
en que la briosa mocedad de la Patria rescataba y liberaba/ las santas tierras
de Nuestra Nación, profanadas y escarnecidas/ por los fanáticos
del crimen y la desolación.//
2) Enterado de que el derrotado gobierno de la República, el
cual/ lo componían buena parte de los esbirros malditos decretaron la/ reincorporación a filas de
la quinta a que yo pertenecía, y perse-/ guido por los indeseables del pueblo que componían
el llamado/ Frente Popular, acordamos Gregorio y yo que en vez de presentar-/ nos
a dicho Gobierno nada adicto a nosotros, nos presentaríamos/ y nos pondríamos
al lado del Caudillo Generalísimo Franco, po-/ niéndonos a sus órdenes y
dispuestos a defender la causa con las/ armas en la mano hasta perder la vida
si esto fuera preciso.//
3) Y así lo hicimos. En esta fecha, el año 1936 salimos de
nuestra pa-/ tria chica sin saber la suerte que nos depararía, un puñado de
va-/ lientes españoles dispuestos a morir siempre que fuera preciso/ en defensa
de nuestros propios ideales, de Dios y de la madre Patria. Desde el día en que
abandoné mi hogar paterno los sufrimientos y/ las penas no cesaron de hacer
mella en mi persona hasta que/ no tuve la dicha de volver a abrazarles a pesar
de que los efectos/ de la guerra sembraron en nuestro hogar el luto y la
desolación/ pero a pesar de todo esto, demos gracias a Dios y estemos
horgullo-/sos con tener un mártir en el cielo y un héroe en la tierra que/ no
pocos, tienen la desgracia de no poder decir lo mismo.//
4) El día 8, salí del pueblo llegando el día 9 por la mañana a/ Libros
después de pasar todo el día y noche con no pocos sufrimien-/ tos algunos de
ellos ya relatados por mí. En Libros, se me faci-/ litaron alimentos en casa
del Señor Juan Alegre, padre político/ de Manuel Andrés (q.e.p.d.); allí vi a
Conrrado que Dios lo/ tenga en su gloria y fue cuando me preguntó que adonde
nos/ encaminábamos; yo le dije a Villel (no quiero describir nada/ sobre
aquello porque sus últimas palabras me conmueven el/ alma y las lágrimas se
acercan a mis mejillas).//
5) Aquel mismo día, que hera domingo subimos a Villel
dirigiéndonos/ Manuel, Jesús y yo a casa de los tíos como hera natural y le
dimos co-/ nocimiento de lo que pasaba. El día 11 fuimos los tres en compañía/
de los tíos y algunas chicas del pueblo a la hermita de la Fuen-Santa/ donde
oímos misa, confesamos y comulgamos haciendo nuestra/ preparación para la
próxima campaña que nos esperaba.//
6) Terminada la misa las chicas que nos acompañaron nos
obse-/ quiaron con unos pasteles y unas medallas y desde entonces todas/ las
noches rezé una salve a aquella Virgen.//
7) Terminado el acto nos marchamos a Teruel en compañía del
Sr alcalde quien nos llevó a la Jefatura de Falange.//
8) Allí entramos los tres presentándonos al Jefe Provincial
camarada/ Manuel Pamplona y poniéndonos a sus órdenes nos dijo que cele-/ brava
infinito nuestra decisión y voluntad y que como falangistas (fol.1v) teníamos
que batirnos el cobre con aquellos que querían arrebatarnos nues-/ tro credo y
nuestros gritos de España Una, Grande y Libre queriendo ha-/ cer de ella un
estado moscovita.//
9) El día 16 de Agosto de 1936 fecha de mi cumpleaños, tuve
la dicha de empuñar por primera vez el fusil, siendo destinado a la estación/
de la Puebla de Valverde donde presté mi primera guardia en defen-/ sa de la
Patria. Después formé parte de la Centuria Volante que se/ organizó en Teruel
al mando del Capitán D. Antonio Pérez (entonces/ Teniente) natural de éste
pueblo de Mora de Rubielos, con quien me/ gané muchas simpatías lo mismo por
parte de él como de su seño-/ ra. Dicha Centuria estaba destinada a guarnecer
la ciudad de/ Teruel haciéndolo con tanto entusiasmo y ardorosidad que los
rojos/ en sus desesperados ataques a Teruel no lograron alcanzar ninguno de/
sus objetivos, porque en todos ellos se enfrentaban con barreras de pechos de
acero irrompible.//
10) El día 8 de octubre del 36 iniciamos nuestra primera
ofensiva/ contra los rojos en las inmediaciones del pueblo de Royuela donde
les/ quitamos siete mil setecientas cincuenta cabezas de ganado lanar/
ganándonos muchas simpatías y despertando el ánimo tan decaigo de/ la población
de Teruel.//
11) El día 16 de Abril del año 1937 tuve mi primer ascenso a
cabo por/ mi buen comportamiento y colaboración con el movimiento pasando/ a
Sargento el día 1º de Abril de 1938.//
12) Sostuve los ataques dados a Teruel en Celadas, Muletón,
Albarracín, Campo de Aviación de Teruel (Bezas) Montes Universales, Cubla,/
Peña de la Cruz, Sarrión, Mora de Rubielos, pasando por los com-/ bates durante
el asedio de Teruel cuando lo tomaron los rojos vol-/ vimos a reconquistarlo y
por último los ataques a Terriente donde/ tuve la mala suerte de caer herido
estando tres meses hospitalizado/ de lo cual ostento en mi cuerpo la cicatriz
del beso de la metra-/ lla que la Patria me concedió por haber derramado
generosa-/ mente mi sangre en holocausto de ella.//
13) Acompañados de todos estos trabajos ban seguidas marchas
indispen-/ sables que teníamos que hacer para llevar a cabo tales operaciones
pues/ no pueden imaginar las penalidades que esto acarrea: hambre, sed,/ calor,
frío, cansancio, sueño, en fin un agotamiento irresistible.//
14) Pero a pesar de todo esto teníamos el corazón exaltado de
entusias-/ mo pensando que los pasos dados no volvían atrás y que el sueño de/
nuestros ideales caminaba con pasos firmes y seguros.//
15) Ya la guerra terminó y, con esto me considero orgulloso y
satis-/ fecho con todo lo que en bien de la Patria e hecho con sufrimientos/ o
sin ellos y al mismo tiempo por estar en constante comunica-/ ción con los que
me dieron el ser ya que bastante tiempo estu-/ vimos separados y en silencio.//
16) Hoy me dice un sargento de mi bandera que había subido con/ Consuelo
de Valencia que marchaba a Casas Altas así que supongo/ estará ahí. Recuerdos a
los tíos y primos (besos a Consuelo Lourdes y la abuela) y en casa del tío
Cirujano tío Manuel y Juan/ Antonio y ustedes reciban un fuerte abrazo de su
hijo y hermano/ ¡Arriba España! Marino Sánchez. Año de la Victoria”.[3]
Fragmentada en dieciséis párrafos
correspondientes a los puntos y aparte, la carta concluye con un sonoro
“¡Arriba España!”, seguido de la firma y rúbrica del remitente, que remata con
la expresión “Año de la Victoria”, como figuraba en el encabezamiento de todos
los documentos oficiales del nuevo régimen, correspondientes al año 1939.
Vista septentrional de Casas Altas (Valencia), desde el área de recreo del cerro frontero (2015). |
Análisis y comentario del texto documental.
1) El documento objeto de análisis
(exposición y comentario) es una carta privada –cerrada, por oposición a la
carta abierta o pública-, dirigida por el remitente a sus padres y familiares.
Está datada en la población turolense de Mora de Rubielos, el martes 8 de
agosto de 1939, esto es, apenas cuatro meses después de termina oficialmente la
guerra civil. El encabezamiento es muy efusivo, se dirige a los suyos con un
“Queridos padres y familia”, después de una larga separación física de casi
tres años. Para el remitente la fecha es “memorable”, ya que coincide con el
aniversario de su “uhida” (sic) del pueblo, el sábado 8 de agosto de 1936, esto
es, a las pocas semanas del comienzo de la guerra. No deja de llamar la
atención el vocablo empleado para referirse a su partida del pueblo
(Casas Altas), pues “huida” significa “alejarse de algo o de alguien de prisa,
por miedo u otros motivos”. Propiamente, el huido “anda receloso
o escondiéndose por temor de algo o alguien”. El motivo de su “huida” lo
veremos en el párrafo siguiente. La carta constituye, pues, un reencuentro,
aprovechada para rememorar sus andanzas en ese tiempo, “en que la
briosa mocedad de la Patria rescataba y liberaba/ las santas tierras de Nuestra
Nación, profanadas y escarnecidas/ por los fanáticos del crimen y la
desolación”. Emplea aquí una frase hecha en tono grandilocuente, propia de la
época, que refleja fielmente el sentir emocional e ideológico del remitente.
2) Se alude aquí al “derrotado
gobierno de la República”, pues la carta está escrita tras la victoria
“nacional”, franquista. A su juicio, “buena parte” del gobierno republicano
estaba compuesto de “esbirros malditos”, calificativos con los que expresa un
juicio de valor, pues “esbirro” alude a “secuaz a sueldo o movido por interés”,
aplicado a alguien “cuya intención es perjudicar o hacer daño”. Propiamente,
los vocablos utilizados reflejan el sentir emocional e ideológico del
remitente. Mas el motivo principal por el que el remitente “huye” del pueblo es
doble, de una parte por el decreto de reincorporación a filas promulgado por el
gobierno “republicano” para la quinta a la que el relator pertenecía; y de
otra, por la persecución de que es objeto “por los indeseables del pueblo que
componían el llamado/ Frente Popular”. Por estas razones, Marino y otro vecino
de nombre Gregorio, decidieron incorporarse a filas, pero no bajo el gobierno
“leal”, sino “al lado del Caudillo Generalísimo Franco”, poniéndose a sus
órdenes “y dispuestos a defender la causa con las/ armas en la mano hasta
perder la vida si esto fuera preciso”, otra expresión pomposa que refleja
el sentir emocional e ideológico del remitente. Del hecho concreto de
la persecución de la gente calificada de derechas o conservadora por parte de
los revolucionarios o izquierdistas en Casas Altas hay muchas pruebas, tal como
puede constatarse estudiando los Ayuntamientos, Juntas Gestoras y Comités
constituidos en el municipio durante la Revolución, el Expolio y daños sufridos
por la iglesia parroquial, y las Incautaciones y despojos habidos en la
localidad durante el periodo histórico.[4]
Tras la sublevación militar de una parte del ejército español contra el
gobierno de la República, el territorio de España quedó dividido en dos, uno
quedó bajo el control del gobierno y otro bajo los sediciosos. Pero las gentes
de uno y otro sector no participaban necesariamente de las mismas ideas e
intereses, de ahí que se dieran muchos casos como el relatado, que personas del
sector “republicano” se pasaran al sublevado y gentes del sublevado se pasaran
al “republicano”, para luchar en sus ejércitos o con otros fines.
3) Y eso hicieron Marino y
Gregorio, pasarse del bando “republicano” al “nacional”; aunque cabe matizar
que a la fecha en que lo hicieron –sábado, 8 de agosto- no estaba propiamente
constituido el frente entre ambos bandos, al menos en esta parte, entre el
valenciano Rincón de Ademuz por el “republicano” y Teruel por el “nacional”. Al
comienzo del párrafo el remitente dice de “un puñado de va-/ lientes españoles dispuestos a morir
siempre que fuera preciso/ en defensa de nuestros propios ideales, de Dios y de
la madre Patria” aunque en la práctica parece que sólo fueron dos los que
salieron de Casas Altas, pudiendo ser, pues, una frase retórica. Mientras que
entre unos se hace hincapié en la defensa del sistema de gobierno (de la
República), entre los otros se insiste en la defensa “de Dios y de la madre
Patria”, conceptos que el ponente escribe con mayúscula. La carta alude a las
penalidades sufridas por el remitente desde que se marchó de Casas Altas, que
“no cesaron de hacer mella en mi persona hasta que/ no tuve la dicha de volver
a abrazarles”, palabras que muestran la importancia de los afectos familiares
para el autor, “a pesar de que los efectos/ de la guerra sembraron en nuestro
hogar el luto y la desolación”. Insiste, sin embargo en dar gracias a Dios y
manifiesta su orgullo, “con tener un mártir en el cielo y un héroe en la
tierra”. Alude aquí a su hermano Pedro Sánchez Sánchez (1907-36), sastre de profesión, asesinado en Casinos (Valencia), el 28 de septiembre de 1936.[5]
4) El párrafo resulta de interés
para establecer la cronología del avance y asentamiento de las tropas
republicanas en la zona del Rincón de Ademuz y municipios del sur de Teruel. El
relator parte de Casas Altas el sábado 8 de agosto de 1936, llegando a Libros al
día siguiente por la mañana (domingo, 9 de agosto), “después de pasar todo el día y noche
con no pocos sufrimien-/ tos algunos de ellos ya relatados por mí”. De
Casas Altas a Libros hay unos 14 km en línea recta, ello supone unos 19 km en
coche por las carreteras actuales. De ahí que surja la pregunta: ¿Cómo es que
el remitente tardó un día y una noche en hacer el recorrido, cuando éste podría
hacerse en una mañana? Seguramente porque no siguió el trayecto ordinario, o
tuvo algún percance del que dice en otro lugar. En todo caso puede intuirse que
el camino entre ambas localidades no estaba expedito, pudiendo haber controles
en los puntos de carretera y principales caminos, lo que le obligó a seguir
otros más escondidos. Consta que el lunes, 17 de agosto de 1936, arribaron a
Salvacañete (Cuenca) fuerzas milicianas de Izquierda Republicana (IR) y del
Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), que habían salido de Utiel
(Valencia) dos días antes. Según la crónica de la prensa provincial de
entonces:
- “[Los milicianos] prosiguieron luego su marcha hasta Torrebaja, último pueblo leal a la República, y desde aquí comenzó el avance por dos puntos distintos. Se destacó una compañía de milicianos del POUM, que atacó Torrealta, y otra de Izquierda Republicana que avanzó hasta Mas de Jacinto, a 32 kilómetros de Teruel”.[6]
Vista parcial del caserío de Libros (Teruel), con detalle del Turia a su paso por la población (2011). |
Vista frontal de la iglesia parroquial "San Juan Bautista" de Libros (Teruel), desde la fuente (2011). |
Un inciso, donde se dice “atacó Torrealta” cabría mejor decir “tomó Torrealta”, ya que no hubo ningún ataque ni resistencia por
parte de la población, simplemente los milicianos comunistas entraron en la
aldea y la tomaron, saqueando la iglesia y ocupando algunas casas.[7]
Continuando con el relato, puede constatarse también, sin embargo, que a fecha
del jueves 13 de agosto de 1936, ya existían fuerzas militares (milicianas) en
Torrebaja, como veremos más adelante, siendo ésta la razón probable de que
Marino y su compañero no siguieran el camino habitual para ir hasta Libros desde
Casas Altas. Arribado a Libros, “se me faci-/ litaron alimentos en casa del
Señor Juan Alegre, padre político/ de Manuel Andrés (q.e.p.d.)”. Si nombra aquí
al señor Juan Alegre, suegro de Manuel Andrés Pérez (natural de Ademuz y
vecino de Libros), a la sazón padre de Conrado Andrés Sánchez, al que
menciona a continuación, diciendo: “allí vi a Conrrado que Dios lo/ tenga en su
gloria y fue cuando me preguntó que adonde nos/ encaminábamos; yo le dije a
Villel…”. Conrado, de 22 años, natural de Casas Altas, hijo de Manuel y de
Gregoria, de profesión carnicero, fue detenido en el Cerrado de don Jesús
en Ademuz, el martes 11 de agosto de 1936, por un individuo apodado el
Amolanchín, y puesto a disposición del Comité de esta localidad. De Ademuz fue
llevado al Comité de Torrebaja, de donde fue sacado y conducido hacia el
barranco de la Virgen, partida de la Hoya Hermosa, término de Castielfabib,
allí fue fusilado y muerto, hecho ocurrido el martes 25 de agosto de 1936.
Según la declaración de su padre, Conrado fue asesinado por su filiación
falangista y presunta colaboración con la Guardia Civil del barrio de Las Minas
de Libros. Todo lo que sabemos acerca de la detención y el fusilamiento de
Conrado Andrés Sánchez fue investigado por mí, y publicado.[8]
Marino se niega a escribir nada acerca de Conrado, “porque sus últimas palabras
me conmueven el/ alma y las lágrimas se acercan a mis mejillas”.
Detalle del cartel existente al pie de la cruz que señala la tumba del joven Conrado Andrés Sánchez (1914-36) en el cementerio municipal de Casas Altas (Valencia), 2015. |
5) El mismo día de su llegada a
Libros (domingo, 9 de agosto) subieron a Villel, yendo a casa de unos tíos de
Marino. Aparecen aquí nuevos personajes, Manuel y Jesús, no se nombra a
Gregorio, el compañero con el que Marino salió de Casas Altas. Hemos de pensar
que contarían a los familiares lo que sucedía, el motivo de su presencia en
Villel y lo que pretendían. Al día siguiente de llegar a Villel (martes, 11 de
agosto) subieron a la ermita de la Virgen de la Fuensanta, “fuimos los tres en compañía/ de los
tíos y algunas chicas del pueblo”, allí oyeron misa, se confesaron y
comulgaron, “haciendo nuestra/ preparación para la próxima campaña que nos
esperaba”. La información que aporta confirma la creencia religiosa del
remitente, y de los que le acompañaban, informando además de que a dicha fecha
de agosto Villel no había sido ocupada todavía por las columnas milicianas, que
la tomaron poco después, el sábado 22 de agosto de 1936. Del momento
histórico, el diario valenciano “Verdad”, subtitulado Diario Político de Unificación,
editado por los partidos Comunista y Socialista, escribió:
- <[Para la toma de Villel, el viernes día 21 (de agosto) las fuerzas partícipes se organizaron de esta forma]: cuatro compañías del POUM con Guardia Civil, Infantería y el tanque “Santiago García” sitiaron Villel, entrando por la carretera que va del Rincón de Ademuz a Teruel. Y “Los Almogávares” de Izquierda Republicana marcharon a través de altas y escabrosas montañas hasta colocarse entre el río Turia y Cascante, iniciando la ofensiva con tiros de fusil. Los rebeldes admirablemente parapetados, contestaron con disparos de fusil y ametralladora. Iniciándose a las diez de la mañana, por nuestra parte, un intenso bombardeo de la artillería, que causó grandes bajas al enemigo. El combate duró toda la jornada, y al caer la tarde y durante la noche las fuerzas adictas, con una resistencia digna de todo elogio, en vez de descansar aprovecharon la tregua para situarse en mejores condiciones. El enemigo pidió refuerzos a Teruel, de donde les enviaron trece camiones con más material de guerra y fuerzas rebeldes; pero a las diez de la mañana [día 22], y visto que el cerco era cada vez más agobiante, y los rebeldes batiéronse en retirada, calculándose en doscientas las bajas por ellos sufridas. Los primeros en entrar en Villel fueron los milicianos de Izquierda Republicana, quienes con un valor rayando en la temeridad fueron desalojando, palmo a palmo, al enemigo de sus posiciones>[9]
Vista noroccidental de Villel (Teruel), con detalle del cerro del castillo en el centro de la población (2011). |
El diario valenciano, de tendencia filocomunista, presenta la toma de Villel como una gran batalla; mas en la práctica no lo fue tanto, ya que los defensores, aunque muy bien situados en el castillo y aledaños, eran apenas un puñado de guardias civiles, que tras un día de lucha defendiendo su posición, aprovecharon la noche para retirarse hacia Teruel. Respecto a los refuerzos que los defensores de Villel recibieron de Teruel, "trece camiones con más material de guerra y fuerzas rebeldes", habría que verificarlo, pues no concuerda con los testimonios locales. En cuanto al número de víctimas a que alude la crónica, "doscientas las bajas por ellos sufridas", también es cuestionable; no especifica tampoco si fueron muertos o heridos, o la suma de ellos. En cualquier caso, no es creíble que hubiera dos centenares de muertos. Nada dice el diario, sin embargo, de la represión
izquierdista desatada en Villel y aledaños en los días y semanas posteriores,
contra la gente tachada de derechas. En relación con el momento histórico y la
fecha que se cita, existe otra carta manuscrita, firmada por los hermanos Soriano
Alegre, José y Modesto, de fecha 13 de diciembre de 1940,
entregada en el Juzgado de Zaragoza a los efectos de la Causa General, en la que se dice (lo reseñado en rojo es
mío):
- <Don José, y Modesto Soriano Alegre/ de cincuenta y tres, y treinta y siete años de edad/ vecinos de Libros provincia de Teruel, enterados/ de la orden dictada por V.S., en el B.O., de la Pro-/ vincia ponen en su conocimiento de que el/ día trece del mes de Agosto del mil novecien-/ tos treinta y seis por el temor á los vecinos y/ fuerzas reconcentradas en el pueblo de Torrebaja,/ (Valencia) tuvieron que trasladarse con su padre/ y familias, y también otros varios vecinos, al pue-/ blo de Villel que era adonde estaba reconcentrada la Guardia Civil y creían poder defenderse, los/ cuales residieron en dicho pueblo hasta el día/ veinte y uno del mismo mes, que fue cuando/ el asedio por los rojos á dicho pueblo los cuales/ tuvieron que abandonar á salto de mata por/ el campo en dirección á Teruel, que al abando-/ nar dicho pueblo, dejaron á su padre de la edad/ de ochenta años en la casa que havitaban por/ no poder seguir la huida, por el estado en que/ se encontraba, y justamente con él cierta cantidad/ de dinero y también pagareses, resultando que/ al segundo día de estar dominado por los ro-/ jos su padre fue fusilado, juntamente con/ otro vecino de mi pueblo llamado Antonio Gime-/ no Martínez siendo uno de los miembros del Ayunta-/ miento de mi pueblo,...>[10]
Vista parcial de la calle Alta Concejo de Villel (Teruel), con detalle de la parroquial "Nuestra Señora de las Nieves" al fondo (2011). |
En su escrito, los hermanos
Soriano Alegre afirman que a fecha del sábado 13 de agosto de 1936 ya había
fuerzas militares o milicianas en el pueblo de Torrebaja (Valencia), distante
unos 8 km de Libros, aguas abajo del Turia, siendo ésta la razón de que su
familia y otros del pueblo se trasladaran a Villel, donde se había concentrado
la Guardia Civil, por entonces ya decantada por el bando sublevado. Las fechas
del asalto y toma de Villel por las fuerzas republicanas coinciden con las que
hemos visto reseñadas por el diario “Verdad” de Valencia (viernes, 21 de
agosto). El padre de los hermanos Soriano Alegre, señor Francisco Soriano
Soriano (a) Tomasón, de 80 años, labrador, vecino de Libros y sin filiación
política conocida, fue asesinado: su cadáver fue hallado en Villel, fusilado,
el domingo 23 de agosto de 1936, esto es, al día siguiente de la entrada de las
fuerzas republicanas en la población. Asimismo sucedió con Antonio Gimeno
Martínez (a) el Carpintero, de 60 años, labrador, vecino de Libros y sin
filiación política conocida, cuyo cadáver fue hallado el mismo día (domingo, 23
de agosto), habiendo sido también fusilado.[11]
La relación de personas conocidas, residentes en el término municipal de Villel
(Teruel), muertas violentamente, desaparecidas o presuntamente asesinadas
durante la revolución y guerra civil asciende a 15 personas.[12]
Asimismo, la relación conocida de vecinos de Libros (Teruel) asesinados durante
el mismo periodo histórico asciende a 7 personas.[13]
6) Tras la misa en la
ermita de la Virgen de la Fuensanta de Villel, las chicas que les acompañaban
les obsequiaron con unos dulces y medallas, “y desde entonces todas/ las noches rezé
una salve a aquella Virgen”, lo que confirma la creencia y práctica católica de
Marino.
7) Acabado el acto religioso y el
tentempié, Marino y sus compañeros marcharon a Teruel, fueron “en compañía del Sr alcalde quien nos
llevó a la Jefatura de Falange”, frase que informa de la filiación política del
remitente y sus acompañantes.
Vista parcial del Santuario de La Fuensanta en Villel (Teruel), con detalle del arco y puente cerrado y cubierto que une el templo con la casa del ermitaño (2015). |
Vista parcial de la fachada oriental del Santuario de La Fuensanta en Villel (Teruel), con detalle de la entrada principal, que luce un arco de medio punto (2015). |
8) Una vez en la Jefatura de
Falange de Teruel se presentaron al Jefe Provincial, lo era Manuel Pamplona,
quien los puso bajo su mando, diciéndoles “que cele-/ brava infinito nuestra decisión y voluntad y que
como falangistas (fol.1v) teníamos que batirnos el cobre con aquellos que
querían arrebatarnos nues-/ tro credo y nuestros gritos de España Una, Grande y
Libre queriendo ha-/ cer de ella un estado moscovita”. La frase corresponde a
la típica fraseología falangista de entonces. En el momento de la sublevación
militar derechista, el citado “camarada/ Manuel Pamplona” estaba preso, junto con
otros dirigentes políticos consideraros “más peligrosos” para la República,
como los Tradicionalistas y las Juventudes de Acción Popular.[14]
A finales de julio, sin embargo, el Jefe de Falange en Teruel fue liberado,
junto con Antonio Elipe y otros.[15]
Todo lo cual resulta coincidente con el relato de Marino, que estuvo en Teruel
con el dirigente de Falange el martes, 11 de agosto.
9) El domingo 16 de agosto de 1936 Marino empuñó por primera
vez un fusil, siendo destinado a la Puebla de Valverde (Teruel), allí “presté
mi primera guardia en defen-/ sa de la Patria”; recuerda bien la fecha, porque
ese día era su cumpleaños. Más tarde formó parte de la “Centuria Volante”
organizada para la defensa de Teruel, que se hallaba bajo el mando del entonces
teniente Antonio Pérez, natural de Mora de Rubielos (Teruel). En este destino,
simpatizó con el teniente y con su esposa. La Centuria se empleó a fondo en la
defensa de la capital, “haciéndolo con tanto entusiasmo y ardorosidad que los
rojos/ en sus desesperados ataques a Teruel no lograron alcanzar ninguno de/
sus objetivos, porque en todos ellos se enfrentaban con barreras de pechos de
acero irrompible”, palabras que manifiestan el entusiasmo y exaltación de
Marino.
10) La primera ofensiva en la que
Marino participó fue “en
las inmediaciones del pueblo de Royuela donde les/ quitamos (a los rojos) siete
mil setecientas cincuenta cabezas de ganado lanar”, hecho que tuvo lugar el
jueves 8 de octubre de 1936, lo que les supuso “muchas simpatías y despertando
el ánimo tan decaigo de/ la población de Teruel”. El municipio de Royuela se encuentra en plena sierra de Albarracín, entre Albarracín, Calomarde y Moscardón.
11) El ascenso de
Marino a cabo lo obtuvo el viernes 16 de abril de 1937, por su “buen comportamiento y
colaboración con el movimiento”; el grado de Sargento lo obtuvo al año
siguiente, el viernes 1 de abril de 1938.
12) El relator participó en la
defensa de Teruel, estando en diversos frentes “Celadas, Muletón, Albarracín, Campo de Aviación de
Teruel (Bezas) Montes Universales, Cubla,/ Peña de la Cruz, Sarrión, Mora de
Rubielos”, participando también en los combates durante el asedio y la toma de
la capital por los “republicanos”, en lo que se conoce como Batalla de
Teruel “gigantesco enfrentamiento bélico que tuvo lugar en la misma ciudad
de Teruel y en sus alrededores, así como a orillas del Alfambra, desde mediados
de diciembre de 1937 hasta finales de febrero de 1938.[16]
Tras la contraofensiva, Teruel fue reconquistado por los nacionales. Marino fue herido en Terriente (localidad
sita entre Frías de Albarracín y Bezas), “estando tres meses hospitalizado/ de
lo cual ostento en mi cuerpo la cicatriz del beso de la metra-/ lla que la
Patria me concedió por haber derramado generosa-/ mente mi sangre en holocausto
de ella”, dato que manifiesta con orgullo.
Vista parcial de Casas Altas (Valencia), con detalle del escudo municipal, desde el área de recreo del cerro frontero (2015). |
Vista parcial de Casas Altas (Valencia), con detalle del escudo municipal y silueta comarcal del Rincón de Ademuz vaciada en el muro de la fuente, desde el área de recreo del cerro frontero (2015). |
13) El conjunto de las operaciones
en las que Marino participó las resume diciendo: “no pueden imaginar las penalidades
que esto acarrea: hambre, sed,/ calor, frío, cansancio, sueño, en fin un
agotamiento irresistible”. Lo más duro, sin embargo, pudieron ser las
condiciones atmosféricas y meteorológicas bajo las que se desarrolló la
mencionada Batalla de Teruel, “fondo trágico de una de las más
encarnizadas batallas de nuestra guerra”,[17]
y que habría de marcar el futuro de la contienda. Sobre la ofensiva de las
fuerzas de la República contra Teruel, el periodista Endériz Olaverri
(1889-1951), en un libro propagandístico escribió:
- “El día (15 de diciembre) envolvía de gris sucio todo el paisaje. Una niebla intensa hacía borrosos los contornos e invisible el horizonte. Amenazaba una gran nevada. El frío era intensísimo, por bajo cero. [...] Todo lo que rodeaba a nuestro Ejército tenía una sensación de vacío trágico. [...] A las nueve de la mañana se iniciaba sobre el campo de Teruel una nevada copiosísima, tan copiosa que duró tres días consecutivos, haciendo doblemente trabajosa la operación”.[18]
14) No obstante el sufrimiento y
las contrariedades, Marino no deja de ser animoso, ya que a pesar de las
calamidades que toda guerra supone, escribe: “teníamos el corazón exaltado de entusias-/ mo pensando
que los pasos dados no volvían atrás y que el sueño de/ nuestros ideales
caminaba con pasos firmes y seguros”.
15) Terminada la guerra manifiesta
su complacencia por lo hecho “en bien de la Patria”, a la vez que su
satisfacción por haber podido estar en comunicación con sus padres y ante su
pronto reencuentro, “ya
que bastante tiempo estu-/ vimos separados y en silencio”. La frase parece
indicar que aunque durante la contienda Marino y sus padres no se vieron, de
alguna forma estuvieron en contacto.
16) En el párrafo final alude el
relator a una tal Consuelo, que según le dice un sargento de su bandera ha
subido con él desde Valencia, para dirigirse a Casas Altas, suponiendo que ya
estará allí. Envía recuerdos a sus familiares y amigos, y se despide con un “¡Arriba España!”, y el preceptivo
“Año de la Victoria”, firmando y signando la carta.
Vista parcial de Casas Altas (Valencia), con detalle del escudo municipal, desde el área de recreo del cerro frontero (2015). |
Conclusiones, a modo de epílogo.
La carta objeto de exposición y
comentario constituye un documento de gran interés para el conocimiento del
momento histórico en la parte que toca al Rincón de Ademuz (Valencia), Libros y
Villel (Teruel): escrita en primera persona, por un vecino de Casas Altas, que
vivió los hechos que narra, en fecha inmediata al fin de la contienda, y cuya
veracidad hemos contrastado parcialmente con algunos otros sucesos
contemporáneos conocidos.
El contenido del registro refleja la odisea de un
individuo en un momento crítico, cual fue la revolución y guerra civil española
(1936-39). Pese a hallarse en la zona geográfica bajo control de la República,
dadas sus creencias religiosas (católico practicante) y convicciones políticas (falangista), decide optar por el
bando contrario, en este caso el “nacional”, nacionalista o franquista. Su
decisión no fue como la de otros a última hora, cuando ya estaba decidido el
signo de la victoria, sino al comienzo, al ser llamado a filas, en julio-agosto
de 1936. Hubo otro motivo que le llevó a tomar la decisión de marcharse del
pueblo, cual fue la persecución de que fue objeto “por los indeseables del
pueblo que componían el llamado/ Frente Popular”.
El lenguaje del escrito evidencia
cierto grado de formación en el autor, no obstante las faltas ortográficas
o gramaticales que pueden detectarse. Lo más llamativo, sin embargo, es el
enfrentamiento innegable que reflejan sus afirmaciones contra el bando
contrario, tales: “fanáticos
del crimen y la desolación”, “esbirros malditos”, “indeseables del pueblo que
componían el llamado/ Frente Popular”, etc. Sin intentar justificar nada, cabe decir que en la prensa del bando contrario los apelativos aplicados a los "nacionales" eran del mismo calibre, siendo el más genérico el de "fascista", "canalla fascista", "criminales fascistas", "barbarie fascista", etc., proponiendo el "fascismo" como bestia negra y expresión suprema del mal. Ni qué decir tiene que el bando "nacional" estaba formando por varios grupos políticos o ideológicos, siendo los falangistas los que más se aproximaban al ideario fascista, aunque de lejos y siendo muy minoritarios al comienzo de la guerra. El fascismo nazi es cosa bien distinta, así como su evolución durante la II Gran Guerra (1939-45), aludo a los campos de concentración, trabajo y exterminio, cuyo contrapunto puede verse en los campos de trabajo soviéticos, paradigma de la represión estalinista; me refiero a los "gulag" denunciados por Aleksandr Solzhenitsyn (1918-2008).
Las
creencias religiosas y convicciones ideológicas del relator se hallan en conceptos tales
como: “dispuestos a morir siempre que fuera preciso/ en defensa de nuestros
propios ideales, de Dios y de la madre Patria”, “oímos misa, confesamos y
comulgamos haciendo nuestra/ preparación para la próxima campaña que nos
esperaba”, “todas/ las noches rezé una salve a aquella Virgen”, “nues-/ tro
credo y nuestros gritos de España Una, Grande y Libre, queriendo ha-/ cer de
ella un estado moscovita”, “ostento en mi cuerpo la cicatriz del beso de la
metra-/ lla que la Patria me concedió por haber derramado generosa-/ mente mi
sangre en holocausto de ella”, “me considero orgulloso y satis-/ fecho con todo
lo que en bien de la Patria e hecho con sufrimientos/ o sin ellos”, “¡Arriba
España!".
Detalle del camino de Casas Bajas a Casas Altas (Valencia), por la ribera del Turia en otoño (2015). |
Obviamente, el manuscrito podrá dar lugar a otras glosas e interpretaciones, mas la clave para su comprensión está en averiguar las causas del enfrentamiento y desgarro entre españoles que supuso la guerra civil. Porque más allá de la afinidad y la querencia ideológica está la verdad histórica. Es por ello que hay que ir a las raíces del conflicto, éstas se hallan en la II República, en cuyo desplome y hundimiento participaron todos. Aunque quizá unos pugnaron más que otros, ya que según autores hubo más peligro de revolución libertaria y marxista que de fascismo... Vale.
[1]
MESTRE SANCHIS, Antonio. La carta, fuente de conocimiento histórico, en Revista
de Historia Moderna 18 (2000), 13-26.
[2] SÁNCHEZ
GARZÓN, Alfredo (2011). Pedro Sánchez Sánchez (1907-1936), sastre de Casas Altas asesinado en el Alto de Casinos (Valencia), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz,
Valencia, vol. IV, pp. 137-157.
[3] Ibídem, pp. 507-508.
[4] Ibídem, pp.
243-275.
[5] Ibídem, pp. 137-157.
[6] El Mercantil Valenciano, del 20 de agosto de 1936, p. 2. Citado por José Ramón Sanchis Alonso, en Nuevas aportaciones sobre la guerra civil en la provincia de Teruel a través de la prensa valenciana (julio-agosto de 1936). (Consultado el 02 de diciembre de 2015)
[6] El Mercantil Valenciano, del 20 de agosto de 1936, p. 2. Citado por José Ramón Sanchis Alonso, en Nuevas aportaciones sobre la guerra civil en la provincia de Teruel a través de la prensa valenciana (julio-agosto de 1936). (Consultado el 02 de diciembre de 2015)
[7] SÁNCHEZ
GARZÓN (2011), pp. 403-412.
[8] Ibídem, pp.
53-67.
[9]
Diario “Verdad” de Valencia, del 23 de agosto de 1936, p. 1. Citado por Sanchis
Alonso, opus cit, nota 102 (sin paginar).
[10] SÁNCHEZ
GARZÓN (2011), pp. 488-489.
[11] Ibídem, p. 484.
[12] Ibídem, p.
466.
[13] Ibídem, p.
848.
[14] ARRARÁS
IRIBARREN, Joaquín et al (1941). Historia de la cruzada española
[Dirección literaria Joaquín Arrarás Iribarren, dirección artística Carlos
Sáenz de Tejada], Ediciones Españolas, S.A., Madrid, vol. IV, pp.
237-238. Citado por José Ramón Sanchis Alonso, en opus cit (sin paginar).
[15] Ibídem, p.
239.
[16] TUÑÓN DE
LARA, Manuel (1988). La batalla de Teruel, Edita Instituto de
Estudios Turolenses, Segunda edición ampliada, Zaragoza, p. 3. MARTÍNEZ BANDE,
José Manuel (1990). La batalla de Teruel, Monografías de la
Guerra de España. Número 10, Servicio Histórico Militar, Editorial San Martín,
S.L., Madrid.
[17] MARTÍNEZ
BANDE (1990), p. 61.
[18] ENDÉRIZ
OLAVERRI, Ezequiel (1938). Teruel, Barcelona, pp. 57-58. Citado por
MARTÍNEZ BANDE (1990), pp. 60-61.
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