Aproximación al conocimiento de
Tramacastiel -a través de sus edificios más emblemáticos-: iglesia del Salvador
y ermita de Santa María.
“Los vestigios de su castillo se confunden con las
peñas y revelan su relativa extensión.
Dependió de los templarios de la cercana
Villel
y en el siglo XIII pertenecía a los Ruiz de
Castelblanque,
de quienes pasó el señorío a los Heredias de Mora de
Rubielos”
-Cristóbal Guitart Aparicio, Los castillos
turolenses (1987)-.
Palabras previas, a modo de
justificación.
La entrada de hoy se refiere a Tramacastiel, pueblo de
Teruel situado al sur de la capital provincial, en el límite septentrional del
Rincón de Ademuz, comarca valenciana con la que se halla íntimamente unido. Su
topónimo, “Trama-castiel”, equivaldría a decir por encima de Castiel,
hecho geográfico que le vincularía por proximidad con nuestra villa señera, Castielfabib -Castiel-fabib, de Qastil-habib-, municipio que junto con Ademuz constituyó
durante siglos el territorio rinconademucense.
Para localizar geográficamente Tramacastiel, nada más
fácil y rápido -en la era digital y de la información- que teclear el topónimo
en internet y pulsar intro; si elegimos la opción Google Maps podremos observar
una curiosa circunstancia espacial: el municipio de Tramacastiel se encuentran
por encima del Rincón de Ademuz, en el ángulo que forman los dedos pulgar e
índice de la mano izquierda, si nos representamos la comarca valenciana en
forma de mano extendida, mirándola por su cara palmar.
Tramacastiel aparece en la historia como aldea de
Villel –junto con Cuevas de Eva (Riodeva), Villastar, Cascante, Valacloche y
Libros-; al menos así figura en un antiguo documento de finales del siglo XII
(1187) dado en Calatayud por Alfonso II de Aragón (1164-1196), mediante el que
“el rey Casto” hace donación a la Orden de Montegaudio –se refiere a la
Orden de Monte Gaudio, también conocida como Orden de Santa María del
Monte Gaudio de Jerusalén, Orden de
San Redentor y Orden de Montfragüe- del castillo y villa de Villel,
incluyendo sus aldeas, términos y pertenencias. La administración de la orden se instaló en Alfambra (Teruel), de ahí que también se la conozca como Orden de Alfambra.
La Orden de Alfambra fue pues una milicia castellano-leonesa instalada en el
Reino de Aragón, que había sido fundada por el conde Rodrigo Álvarez de Sarria tras su regreso de Tierra Santa (Palestina) -así consta por Bula del Papa Alejandro III (1159-1181), de 24 de noviembre de 1180-.[1] Posteriormente se fusionó con la Orden del Temple en Aragón (en
1196): con motivo de esta unión la orden entró en crisis, a sus caballeros se les planteó la opción de
aceptarla o abandonar su hábito y unirse a la Orden de Calatrava (en 1221).
Para la composición de esta
entrada visité Tramacastiel varias veces, aunque ya conocía la villa de
estancias anteriores. En la primera de estas últimas visitas subí al castillo,
estuve en el cementerio y paseé por el pueblo, para conocer su callejero: calle
Iglesia, calle Horno, calle Nevera, calle Chorro, plaza Mártires... Estuve también
en la ermita de Santa María, situada sobre un cerrito alomado en la zona
septentrional del caserío, su camino viene señalado por los pilones del vía
crucis local, aunque no puede verla por dentro. Durante esta visita al lugar no
me encontré con nadie. Cuando me marchaba, sin embargo, vi por la carretera
-más allá de las Eras de la entrada al pueblo- a un par de vecinas paseando,
cuando les pregunté quién podía enseñarme la iglesia me indicaron que un tal
Máximo –me refiero al señor Máximo Asensio Jiménez (Tramacastiel, 1954)-
que casualmente iba también paseando, por delante de ellas. Seguí adelante y
cuando encontré al paseante le pregunté si había alguna posibilidad de ver la
iglesia por dentro: Claro, cuando quiera, tengo yo la llave...-me
contestó solícito-. Montó en mi coche y regresamos al pueblo. Fue por la llave
y me enseñó la iglesia, incluso subimos a la torre para ver las campanas, y el
reloj; pues él se encarga de darle cuerda dos días a la semana, los martes y sábados.
Vista de la entrada meridional de Tramacastiel (Teruel), con detalle del acceso antiguo a la población, a la derecha (2017). |
Tramacastiel en la geografía.
Viendo la zona en esta sinonimia de la mano izquierda
extendida del exclave valenciano, en el mapa de Google se aprecia que
Tramacastiel se halla a la izquierda de la CN-330-420 (yendo desde el Rincón de
Ademuz), al interior de la vía y por encima de Libros, entre esta población y
Villel. Para visitar la localidad desde el Rincón de Ademuz cabe seguir pues
esta carretera en dirección Teruel; sobrepasado el antiguo almacén de La
Azufrera arribaremos enseguida al límite provincial y comunitario, viéndose
enseguida un desvío a la izquierda (TE-66) que lleva a Mas de la Cabrera, aldea
de Tramacastiel. No obstante, hay otra forma de llegar, siguiendo por la
nacional hasta el siguiente desvío situado apenas un kilómetro más adelante; se
trata de la TE-V-9103, situada asimismo a la mano izquierda de la vía, antes de
entrar en Libros. Obviamente, si procedemos de Teruel, el primer desvío se
halla a la derecha, apenas pasado Libros, y el segundo a la misma mano, un
kilómetro más adelante.
Ambos accesos permiten llegar del Rincón de Ademuz a
Tramacastiel, el primero vía la aldea de Mas de la Cabrera y el segundo
atravesando la zona de eras y pajares próximos al cementerio municipal de
Libros: este acceso tiene un tramo de carretera bastante penoso, por lo estropeado del firme y
las abundantes curvas del trazado. Ambos coinciden, sin embargo, unos kilómetros más
adelante, haciéndose uno hasta arribar a Tramacastiel: para su localización por
GPS, introducir 40º10'49,22" n y 1º14'38,51" w. No obstante, la vía
más recomendable es la TE-66, por Mas de la Cabrera; además de mejor firme,
permite ver de paso la aldehuela y su ermita.
Respecto a la ubicación del caserío, veremos que Pascual Madoz
(1849) dice que se halla “en
la falda occidental de un gran cerro”, mientras que Tomás Laguía (1964) lo
sitúa “en un ameno valle”, ambas descripciones -sin embargo- responde a la
realidad. El investigador turolense alude al antiguo castillo de nuestro lugar
(que perteneció a la Orden de Santa María de Montegaudio y a los frailes de
Alfambra), dice “que a principios del siglo XVII se hallaba ya destruido”,
aunque “conservaba todavía el palacio de los condes, señores de la villa”.[2]
1618
(vecinos)
|
1689
(vecinos)
|
1849
(vecinos)
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1964
(hab)
|
1986
(hab)
|
1991
(hab)
|
1996
(hab)
|
2001
(hab)
|
2004
(hab)
|
2008
(hab)
|
55
|
60
|
129
|
400
|
160
|
136
|
120
|
111
|
114
|
101
|
Elaboración propia (2017).
Situado en el extremo meridional del Sistema
Ibérico, el municipio de Tramacastiel pertenece a la comarca Comunidad de
Teruel, dista 34 km de la capital y posee una superficie de 42 km2.
Su población está repartida en dos núcleos urbanos (Tramacastiel propiamente y
su aldea, Mas de la Cabrera, sita a 4,5 km al sureste de la villa). Asentada a 865
metros de altitud sobre el nivel del mar, desde la población pueden seguirse interesantes
rutas senderistas -de gran contenido geológico, naturalístico y
medioambiental-: Alto Cabeza Rueda (1.171 m), Despeñaperros, Horno de Teja,
Mina de Hierro, Peña Blanca (1.378 m), Peña de la Horca, Peña del Águila, Pozo
Molinero, Rodeno y Virgen del Gollizno.
Vista parcial del caserío de Tramacastiel (Teruel), sector septentrional (2017). |
Vista parcial del caserío de Tramacastiel (Teruel), con detalle de la torre-campanario de la parroquial, fachada occidental (2017). |
Tramacastiel en la historia.
La historia de Tramacastiel se halla vinculada a la
conquista cristiana del territorio que hoy forma la provincia de Teruel -hecho
ocurrido en el último tercio del siglo XII-: de un lado, los Azagra, caballeros
procedentes de Navarra se hacen con Albarracín y su alfoz (en 1170), al tiempo
que el rey de Aragón Alfonso II el Casto conquista Teruel (1170-1171), ciudad a
la que dio sus fueros unos años más tarde (en 1176). Ambas localidades, la de
Albarracín y la de Teruel constituyeron el germen de lo que acabarían siendo
dos grandes colectividades, la Comunidad de Albarracín y la Comunidad de
Teruel.[3]
Observando el mapa de la zona vemos que entre ambos
territorios –Albarracín y Teruel- queda una franja de terreno con distintas
villas que se mantuvo independiente de las citadas Comunidades, siendo Villel
la más importante. Villel y las villas que formaban esta especie de cuña se regían sin embargo por el fuero de Aragón. Villel incluía
en su alfoz varias aldeas sujetas a su jurisdicción –por orden alfabético de
sus topónimos-: Cascante, Libros, Riodeva, Tramacastiel, Valacloche y
Villastar. Villel permaneció adscrito a la corona, siendo posteriormente
concedido en señorío (en 1180). En febrero de ese año, estando Alfonso el Casto
en Daroca, hace donación de Villel y sus aldeas a Martín Pérez, notable
caballero de su corte, desde ese momento conocido como Martín Pérez de Villel.[4]
Los límites de aquella donación son prácticamente
imposibles de seguir, ya que están definidos por accidentes geográficos hoy
desaparecidos o con distinto nombre, “pero no cabe la menor duda de que
Tramacastiel quedaba incluido” en su territorio, toda vez que pocos años
después (en 1187) su nombre aparece en él. Pues existe un documento
datado en Calatayud, mediante el que Alfonso el Casto hace donación de la villa
de Villel a la Orden de Monte Gaudio (también llamada Orden de Alfambra, y Orden de San
Redentor):
- <In Christi nomine et eius divina clemencia. […] ego Ildefonsus, Dei gracia rex Aragone, comes Barchinone […], dono et laudo atque perpetuum concedo domino Deo et Beate Marie Montis-gaudii de Jorosolimis et cirterciensi ordini […], illum castrum de Villel cum omnibus terminis et pertenenciis suis… [...] Hoc supradictum castrum dono vobis supradictis fratribus de Alfambra cum omnibus terminis et pertenenciis suis, cum portaticis et pasaticis, lezdis ac pedaticis quos modo habet vel habere debet, et cum suis aldeis, videlicet Tramacastiel et Covas de Eva et alia aldeye que hi sunt in termino predicti castri sicuti illam de Alfambram habetis. [...] Actum est hoc apud Calataiub, mense decembris, Era MªCCªXXVª Anno Domini MºCºLXXXºVIIº./ Sig+num. Ildefonsi, regis Aragone, comes Barchinone et marchionis Provincie./>[5]
Detalle de restos de muralla y torreón en el antiguo castillo roquero (táctico-estratégico) de Tramacastiel (Teruel), vista noroccidental (2017). |
Detalle de restos de muralla y torreón en el antiguo castillo roquero (táctico-estratégico) de Tramacastiel (Teruel), vista noroccidental (2017). |
Escultura representando a Alfonso II el Casto (1164-1196), obra del rubielano José Gonzalvo a la entrada de Teruel (2017). |
Un año antes de la donación de Villel a la Orden de
Alfambra (en 1186), dicha orden pretendió unirse a la de los Templarios, pero
el intento fracasó. Posteriormente, tras la muerte de su primer maestre, el
conde don Rodrigo Álvarez de Sarria (ca.1188), primo de doña Sancha, esposa de Alfonso II el Casto, hubo
otro intento de fusión con el Temple, esta vez con
éxito, según consta por cierto documento datado en Lérida en abril de 1196,
mediante el que el rey de Aragón concede a la Orden de Alfambra (también, Orden de Montfragüe, Orden de Montegaudio o de San Redentor) permiso para la unión con la del Temple, siendo este el momento
en que Villel y sus aldeas pasan a los templarios. La decisión real contó con el beneplácito de Celestino III (1191-1198), que confirmó la asignación de los bienes de Montegaudio al Temple, lo que supuso el incremento de las posesiones templarias, ya por entonces muy cuantiosas en Aragón.[6]
Como se ha visto, entre las aldeas de Villel se
encontraba Tramacastiel. Mas Tramacastiel debió desvincularse del Temple,
ya que tras la extinción de éstos (en 1312) sus bienes pasaron en Aragón a la
Orden de San Juan de Jerusalén (Hospitalarios), sin que Tramacastiel se halle
entre dichos bienes. De hecho, a finales del siglo XIII (antes de la extinción
templaria), Tramacastiel, junto con Alobras, El Cuervo, Tormón, Veguillas,
Cascante del Río, Valacloche, Gea de Albarracín y Manzanera ya pertenecían a la
nobleza laica del Reino. Por ese mismo tiempo, sin embargo, Villel, Villastar, Libros y
Riodeva continuaban bajo la jurisdicción de la Orden Militar del Temple.[7]
Desconocemos propiamente cuáles fueran las
circunstancias del cambio de titularidad de Tramacastiel, que pasó al señorío laico mucho antes de la desaparición de esta orden,
hecho ocurrido a comienzos del siglo XIV (1312), decretado
por el Papa Clemente V (1305-1314) mediante la bula “Vox in excelso”.
El cronista de Teruel, Jaime Caruana Gómez de Barreda
(1960), basándose en Martín Almagro Basch -El
Señorío de Albarracín desde su fundación hasta la muerte de Don Fernando Ruiz
de Azagra (1955)- especula acerca del momento histórico y las
circunstancias de la emancipación de Tramacastiel de la Orden del Temple para
pasar al señorío laico. Hubo tres grandes familias con señoríos limítrofes o
vinculadas a Tramacastiel:
* Los Azagra
-a través de Toda Ruiz de Azagra, probable hija de Rodrigo Ruiz de Azagra, que
casó con Gil Ruiz de Castelblanque-, poseedores del señorío de Albarracín,
limítrofe con Tramacastiel.
* Los Ruiz de
Castelblanque -a través de Gil Ruiz de Castelblanque, marido de Toda Ruiz
de Azagra-, poseedores (todavía a finales del siglo XV) de extensas zonas en el
valenciano Rincón de Ademuz, donde se denominaron "señores del lugar de
Orchet", también señores "de la Torre Baixa del Villar de Orchet del
reino de Valencia" (en el término de la villa real de Castielfabib),[8]
asimismo lindantes con Tramacastiel.
* Los Fernández
de Heredia -que entroncan con los anteriores a través de la hija de Gil
Ruiz de Castelblanque y Toda Ruiz de Azagra-, siendo esta progenie de los
Fernández de Heredia la portadora del título de "condes de Fuentes",
ello a partir de principios del siglo XVI (1508), por concesión de Fernando II
de Aragón (1452-1516) a Juan Fernández de Heredia y Liori.
Vista general (meridional) del caserío de Tramacastiel (Teruel), desde las ruinas del castillo medieval (2017). |
A la pregunta de a cuál de estas familias pasó la
villa de Tramacastiel, Caruana Gómez de Barreda responde que seguramente fue a los
Ruiz de Castelblanque, aunque en fecha imprecisa (en los años finales del siglo
XII o principios del XIII). Asimismo, estima que esta familia ya debió tener
posesiones en Tramacastiel, "titulándose señores de
Tramacastiel". Y ello basándose en el entroncamiento de los Ruiz de
Castelblanque con los Fernández de Heredia, siendo esta última familia, como se
ha dicho, la portadora del título de "condes de Fuentes", a cuya
jurisdicción perteneció Tramacastiel.
Ello podría explicar también que Tramacastiel (villa
del condado de Fuentes) se rigiera por el fuero
de Valencia, no obstante ser villa aragonesa, por la pertenencia de sus antiguos señores, los Ruiz de Castelblanque, también señores
de Torrebaja, en el valenciano Rincón de Ademuz. No podemos dar otra
explicación a este curioso hecho, pues Villel y sus aldeas se regían por el fuero de Aragón, mientras que Teruel y
su Comunidad de Aldeas (entre las que se hallaba Rubiales, lindante con
Tramacastiel), se regían por el fuero de
Teruel. De la misma forma que Albarracín y sus aldeas se regían por el fuero de Albarracín.
El cronista de Teruel, en su trabajo sobre
Tramacastiel, transcribe dos interesantes documentos relativos a Acuerdos sobre
montes, leñas, pastos y ganados –uno de 1620, entre Tramacastiel y Rubiales; y
otro de 1702, entre Tramacastiel y Castielfabib-: el análisis de cada
registro requeriría amplios comentarios, pues ambos aportan valiosa información relativa al momento histórico y social, demostrando que la base de la economía
de estas localidades estaba en la ganadería y la explotación de los recursos
forestales, lo que se ha denominado en las etapas económicas de la zona “fase
ganadero-forestal” (siglo XVII), y “comienzos de la expansión agrícola” (siglo
XVIII, principios), hecho coincidente con el incremento demográfico
territorial.[9] El crecimiento demográfico -y la bonanza económica del momento- puede verse en la construcción de la nueva iglesia parroquial, erigida por entonces (1706).
Otro datos de gran interés aportados por los
documentos reseñados se refieren a la forma de gobierno de estos lugares
situados en la franja meridional de Teruel -extensiva a todas las villas de Aragón
en el Antiguo Régimen-: había un Concejo, compuesto por un Justicia (alcalde
anual), varios Jurados o Juramentados (concejales), Mayordomo (tesorero o
administrador), síndicos (representantes legales) y andador (pregonero). A una
orden de los primeros el concejo se reunía en los lugares habituales
(Ayuntamiento, Casa Lugar, pórtico de iglesias...), “a son de campana tañida”.
Junto con las autoridades locales solían reunirse “los hombres buenos de la
villa”, y otros vecinos para tratar de los asuntos del común y dar fuerza legal
a los acuerdos.[10] Este mismo
esquema en la organización del Concejo local puede verse en Alobras (en 1655),
con motivo del reconocimiento de los derechos de Juan Valero Díaz (1577-1653) y
sus herederos sobre la iglesia parroquial.[11]
Vista parcial (meridional) del caserío de Tramacastiel (Teruel), con detalle de la cabecera de la parroquial (2017). |
Tramacastiel en el siglo
XIX (1849).
Pascual Madoz ofrece una singular estampa de
Tramacastiel, de mediados los años cuarenta del siglo XIX (1849) –escribe el
estadista-:
- <TRAMACASTIEL: v. con ayunt. en la prov., dióc. y part. jud. de Teruel (4 leg.), aud. terr. de Zaragoza y c. g. de Aragón. SIT. en la falda occidental de un gran cerro: el CLIMA es templado y no se conocen enfermedades especiales. Se compone de 141 CASAS; una escuela de niños de instrucción primaria, otra de niñas; igl. parr. servida por un cura párroco y un beneficiado, y un cementerio que en nada perjudica á la salud pública. Confina el TÉRM. por el N. con Rubiales; E. Libros, sirviendo de límite el Guadalaviar; S. Torres, y O. Tormon; nacen en él varios manantiales de aguas templadas y muy beneficiosas para la tierra, y otros diversos, con cuyas aguas se riegan algunas huertas. El TERRENO es muy quebrado y desigual, escepto el pequeño pedazo que forma la hoya de Embid; tiene altas montañas con pinar nuevo y carrascas, y algunos trozos de regadío. Los CAMINOS, á escepcion del que sube de Moya para Teruel, los demás son de herradura. La CORRESPONDENCIA se recibe de Teruel. PROD.: cereales, vino, seda, nueces, miel, cera, semillas, cáñamo y frutas; hay ganado lanar en corto número y caza menor, POBL.: 129 vec., 518 alm. RIQUEZA IMP.: 52,934 rs. En este pueblo se ha empezado la plantación de la morera filipina ó multicaulis por ser terreno á propósito, lo cual puede acrecentar notablemente la riqueza de sus vec. por la mucha seda que puede criarse>.[12]
Madoz define a Tramacastiel como villa con
ayuntamiento propio (constituido en 1834), en la provincia, diócesis y partido
judicial de Teruel (de la que dista 4 leguas: una legua equivale a 4-7 km,
según lugares), en la audiencia territorial de Zaragoza, y capitanía general de
Aragón. Sitúa la población “en la falda occidental de un gran cerro” arcilloso,
dotado de un clima “templado”, en el que no son propicias “enfermedades
especiales”. En aquellos años de mediados del siglo XIX, el censo de casas era de 141, con una “escuela de niños de instrucción primaria”, y “otra
de niñas”.
Respecto de la iglesia parroquial, no cita la
advocación del templo, limitándose a decir que está “servida por un cura
párroco y un beneficiado”, nombrando sin embargo la existencia de un camposanto
“que en nada perjudica á la salud pública”, pues debía estar en un lugar ventilado. El cementerio al que se refiere el
estadista se hallaba frente a la entrada del templo, situada en la fachada
meridional, entonces fuera del casco urbano. Allí estuvo hasta los años treinta del pasado siglo, momento en que se
trasladó a la parte del castillo, ocupando una posición suroriental respecto
del pueblo. El viejo cementerio permaneció tal cual, aunque sin uso desde ese momento. El solar del antiguo cementerio es hoy un espacio ajardinado, con una “Cruz de los caídos” en el centro, alusiva a la Guerra Civil Española
(1936-1939). La cruz, por la parte que mira al templo lucía unas placas con
nombres grabados, que fueron retiradas o desaparecieron. Madoz no menciona ni alude
en ningún momento a la ermita de Santa María, notable edificio del siglo XVI
situado sobre un cerrito alomando, al norte del pueblo.
Detalle de alacena, vaseras y cantareras en la cocina de una casa en ruinas en Tramacastiel (Teruel), 2017. |
Respecto a los límites municipales, por el norte
confina con el término de Rubiales, por el este con el de Libros (y Villel, que
no lo nombra), “sirviendo de límite el Guadalaviar”, esto es, el río Turia o
Blanco, como también se le conoce en la zona; por el sur limita con “Torres”
(sic), realmente confina con Castielfabib, y por el oeste con el de Tormón.
Alude a “varios manantiales de aguas templadas”, sin mencionar su nombre, las
cuales, sin embargo, califica de “muy beneficiosas para la tierra”, existiendo
también otros manantiales, “con cuyas aguas se riegas algunas huertas”.
Referente al terreno, lo define como montañoso “muy
quebrado y desigual”, con la excepción de la “hoya de Embid”, y “algunos trozos
de regadío”. La Hoya de Embid se halla a una hora larga de la villa, dirección
norte. Se trata de una zona de monte, con pastos y leñas donde crecen encinas y
robles, cuya madera se utilizaba antaño para la elaboración de carbón. Menciona también un “pinar nuevo y carrascas” en el término, sin nombrar el río Regajo,
que discurre frente al caserío, en posición occidental respecto del mismo.
En cuanto a las comunicaciones, señala el camino
“que sube de Moya para Teruel”, diciendo que a excepción de éste, “los demás
son de herradura”, recibiéndose la correspondencia de Teruel.
Al decir de la producción agropecuaria, menciona
cereales, cáñamo, miel, nueces, seda, semillas, vino y frutas, algo de “ganado
lanar” y “caza menor”.
El censo de
Tramacastiel (en 1849) era de 518 almas (habitantes), con 129 vecinos (cabezas de
familia), lo que suponía una media de 4 personas por casa.
Finalmente, Madoz anota que en el pueblo se ha
comenzado “la plantación de la morera filipina”, la popular “multicaulis” o de
muchos tallos (Morus alba), argumentado
lo propicio del terreno para su cultivo, lo que podría colaborar en “acrecentar
notablemente la riqueza” del vecindario, “por la mucha seda que puede criarse”.
Font Quer distingue entre el moral (Morus nigra L) y la morera (Morus
alba L), definiendo esa última como árbol de menor entidad que el moral,
sus hojas son menores, de un verde menos intenso, más delgadas y con escaso
vello en el envés. Las moras de la morera son también de menor tamaño que las
del moral, blancas o algo rojizas, raras veces negras, aunque muy dulces, “pero
con tan poca gracia, que resultan fastidiosas por su sosería”. Los gusanos de
seda alimentados con hojas de moral producen una seda más basta que la
producida por los gusanos alimentados con hojas de la morera.[13]
Detalle de ladrillo cerámico correspondiente al callejero de Tramacastiel (Teruel), 2017. |
Detalle de ladrillo cerámico correspondiente al callejero de Tramacastiel (Teruel), 2017. |
Detalle de ladrillo cerámico correspondiente al callejero de Tramacastiel (Teruel), 2017. |
La iglesia parroquial de Tramacastiel en
la historia.
Al decir de la iglesia de Tramacastiel
(Teruel), Tomás Laguía (1964) comenta lo que venimos diciendo, que la villa
“perteneció al condado de Fuentes”, siendo una de las que fue objeto de litigio
en el proceso de desmembración de la diócesis de Albarracín y Segorbe, formando
parte del “Cuartillejo del Cuervo”, junto con El Cuervo, Alobras y Tormón. Del
“Cuartillejo del Cuervo” ya dijimos al escribir de Tormón:
- <El inconveniente planteado por el Cuartillejo del Cuervo se inserta en la cuestión general de la desmembración, que planteaba problemas de límites –y de jurisdicción-: en tiempo de la unión, el vicariato (oficialato) de Segorbe llegaba hasta los pueblos del Rincón de Ademuz, extendiéndose hasta las parroquias del Cuartillejo; mientras que el de Albarracín se limitaba a los pueblos de la Sierra, sin incluir el Cuartillejo. Esta división administrativa del gobierno del obispado puede datar del pontificado de Elías de Perigeux (1357-1363), cuando se reglamentaron "las obligaciones de los prebendados de oficio". Cuando llegó el momento de la partición territorial, Albarracín reconoció de facto los límites del vicariato, pero se negó a perder su derecho a los pueblos del Cuartillejo. Y no le faltaba razón, pues en tiempo de la conquista cristiana de Pedro II de Aragón (1210), todas estas parroquias, las del Rincón de Ademuz incluidas, habían sido asignadas al Arzobispo de Toledo Ximénez de Rada, para que éste las cediera al obispo de Albarracín. En toda cuestión judicial –de ayer y de hoy- hay un componente de propia estimación, pues “Lo enconado del pleito no estaba en proporción con la pequeñez de los lugares que entre los cuatro no sumaban más que ciento ochenta vecinos”, menos de mil almas: Mucho ruido para tan pocas nueces...>[14]
Como se ha podido ver a lo
largo de la exposición, Tramacastiel es uno de los lugares más antiguos de la
zona, a finales de los años treinta del siglo XIII (1239) ya pertenecía a la
diócesis segobricense, por compra de su obispo, Simón Ximeno (1237-1245),[15]
que en marzo de ese año lo adquiere de Teresa de Cascante y de su hijo Martín
Gil (de Lihori), por 200 áureos alfonsines (1.200-1.600 sueldos jaquenses).[16]
La primera descripción de la
iglesia parroquial de Tramacastiel procede del escribano de la Curia de Albarracín, Sebastián de Utienes (Relación
Sumaria I, 1618), cuando el templo predecesor del actual se hallaba recién construido:
- <la Iglesia de Tramacastiel es de una navada labrada a lo moderno so invocación de la Transfiguración del Señor. Es nuevamente hecha, aunque la torre no está acabada y el retablo del altar mayor está por hazer. Solo sirve de retablo uno pequeño de pincel antiguo con la imagen de Nª Señora del Pilar>[17]
Vista general (meridional) de la "Ermita de Santamaría" en Tramacastiel (Teruel), que fue antigua parroquial en el siglo XVI (2017). |
Vista general de la cabecera de la "Ermita de Santamaría" en Tramacastiel (Teruel), antigua parroquial de la villa, con detalle de la crucería gótica en la cúpula del presbiterio (2017). |
Al decir de Tomás Laguía, la
iglesia antigua se conservó como ermita, aunque cambiándole la advocación:
- <Hay en esta villa la hermita de S. Cristóbal y Sta. Barbara que esta a de ser su invocación, aunque no ay retablo y era antes la Iglesia parrochial. Tiene un quadro de la Adoración de los Reyes que sirve de retablo, el qual es de pincel y del rector Pedro Gil>[18]
Siguiendo al historiador
aragonés, habremos de convenir que la antigua iglesia parroquial de Tramacastiel
descendió de categoría canónica (de iglesia a ermita), cambiando también su
título por el de “San Cristóbal y Santa Bárbara”, ello al construirse a finales del siglo XVI-principios
del siglo XVII el nuevo templo de la Transfiguración del Señor. El nuevo templo de la Transfiguración del Señor
era “de una navada labrada a lo moderno”, esto es, de una sola nave, y en la
época de Utienes (1618) la torre y el retablo mayor estaban todavía por labrar.
Las capillas de la nueva iglesia se construyeron, sin embargo, en poco tiempo, siendo el
retablo del altar mayor obra colocada posteriormente –se describe así-: “El retablo del
presbiterio es de pintura en tabla y dorado a trechos, muy antiguo, el titular
San Salvador, tiene sacrario y maçoneria blanca”, lo que induce a pensar a
Tomás Laguía que el retablo gótico, “procedía de la antigua iglesia”.[19]
A finales del siglo XVII (1689) el
orden y características de las capillas del nuevo templo de Tramacastiel es
similar al que describió Utienes a principios del siglo (1618):
- <Al lado del Evangelio ai una capilla que es de los Giles, familia antigua de dicha villa, el retablo es echo de ieso de un nicho con columnas a los lados y remate arriba el arco dorado y el escudo ultima de arriba y las caidas de colores y pintado de imágenes de santos al oleo, un Christo Crucificado con cruz negra y perfiles de oro y la imagen de maçoneria encarnada>.[20]
Detalle de crucería gótica en la cúpula de la sacristía de la parroquial de Tramacastiel (Teruel), 2017. |
Detalle de crucería gótica en la cúpula del recinto simétrico al de la sacristía de la parroquial de Tramacastiel (Teruel), 2017. |
Continuando por el lado del
evangelio (izquierda del presbiterio), la siguiente capilla era la de San
Sebastián (el patrón de la villa), cuyo retablo era de pincel hecho en estilo
antiguo. Esta capilla correspondía a la cofradía de su nombre, siendo “altar
privilegiado a favor de los cofrades difuntos”, pero sólo en ciertos días (los
lunes de todas las semanas, y el día de la conmemoración de los fieles
difuntos: día siguiente de Todos los Santos), esto por concesión del Papa
Alejandro VII (1655-1667), según Breve datado en Castellgandolfo, de 22 de
octubre de 1661.[21] Seguía la
capilla de San Bartolomé, del mismo estilo que la anterior, finalizando con la
capilla de la Adoración de los Reyes, cuyo retablo estaba formado por un cuadro
con esta representación, pintado “en lienzo, bueno y antiguo”.
Por el lado de la epístola
(derecha del presbiterio), en primer lugar estaba la capilla de las Ánimas,
“con retablo de pincel antiguo que representaba el juicio final”. Según
especifica el historiador, “Este retablo procedía de la iglesia antigua donde
se hallaba en lugar del retablo mayor”. A finales del siglo XVII (1689), “este retablo
había desparecido y en su lugar se colocó un retablito de pincel antiguo con la
imagen de la Virgen del Pilar”. La siguiente estancia de este lado correspondía
a la capilla de la Virgen del Rosario, cuyo retablo era de pincel hecho sobre
tabla, “antiguo y algo dorado”. En dicha capilla “tenían entierro el mayordomo
de la misma y su mujer, si morían en el año de su oficio”.[22]
En este tipo de cofradías de origen medieval, el cargo de “mayordomo”
correspondía al tesorero o administrador, que como vemos gozaba del privilegio de
ser enterrado (tanto él como su mujer) en la capilla de la hermandad; pero sólo
si fallecía en el ejercicio de su cargo, que era anual.
De la Real Academia de Cultura
Valenciana (RACV).
Continúa en:
[1] El conde Rodrigo Álvarez, III conde de Sarria, fue tenente en Lemos (en 1165) y en Sarria (en 1167), de ahí su nombre para la historiografía -Rodrigo Álvarez de Sarria-, también conocido como "comes Rodericus Galletiae", en razón de su ascendencia gallega (Lugo): hijo de Álvaro Rodríguez, II conde de Sarria y de la infanta doña Sancha, hermana de Alfonso VII de Castilla. De vida aventurera, sirvió al rey de Portugal y viajó a Tierra Santa (Palestina). Fue cofundador y comendador mayor de la Orden de Santiago (que se regía por la regla de San Agustín), renunciando a su hábito en Zamora, ante el cardenal Jacinto (futuro Celestino III), con fecha 9 de julio de 1172. Tras su renuncia a la Orden de Santiago fundó la Orden Montegaudio (entre 1172 y 1173), que se regiría por la regla del Císter, siendo también su primer maestre. Falleció ca.1188, siendo sustituido en el maestrazgo por Rodrigo González. Vid LÓPEZ ARGULETA, José Mª (1731). Vida del venerable fundador de la orden de Santiago, Madrid, p. 300, número 5. Citado por SALAZAR Y ACHA, Jaime (1985). Una familia de la Alta Edad Media: Los Velas y su Realidad histórica, en Estudios Genealógicos y Heráldicos, Asociación Española de Estudios Genealógicos y Heráldicos, Madrid, 1985, pp. 55-56. Vid BLÁZQUEZ Y JIMÉNEZ, Ángel. Bosquejo histórico de la Orden de Monte Gaudio, en Boletín de la Real Academia de Historia (B.A.H.), tomo LXXI (1917), pp. 138-172. Citado por LÓPEZ POLO, Alberto. El capitulo de racioneros de Teruel, en revista del Instituto de Estudios Turolenses TERUEL 25 (1961), p. 123.
[2] TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 143.
[2] TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 143.
[3] CARUANA GÓMEZ DE BARREDA, Jaime. Notas para la historia de
Tramacastiel, en revista del Instituto de Estudios Turolenses TERUEL 23
(1960), pp. 267-290.
[4] Archivo Histórico Nacional [AHN], Cartulario de San Juan, tomo I,
doc. 114. Citado por CARUANA GÓMEZ DE BARREDA (1960), p. 268.
[5] [AHN], Cartulario Magno de la Orden de San Juan de Jerusalén, sign. 466,
tomo I, doc. núm. 2; Archivo de la Corona de Aragón [ACA], pergamino 469 de
Alfonso II, y varia 2, fol. 63 y 77. Publicado por GAZULLA, Faustino. La
Orden de San Redentor, en el Boletín de la Sociedad Castellonense de
Cultura, tomo IX (1928), p. 375. Citado por CARUANA
GÓMEZ DE BARREDA (1960), pp. 274-275.
[6] LEDESMA RUBIO, M.L. (1988).
Cartas de población y fueros turolenses, Edita Instituto de
Estudios Turolenses (CSIC), Cartillas turolenses 12, p. 11.
[7] GARGALLO MOYA, Antonio J (1984). Los orígenes de la Comunidad de Teruel, Edita Instituto de Estudios Turolenses (CSIC). Citado por LEDESMA RUBIO, M.L. (1988), p. 15. Citado por SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2000). Aproximación histórica a la Villa de El Cuervo y su parroquial, Edita Ayuntamiento de El Cuervo, Valencia, p. 26. Vid SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Tormón, pueblo de Teruel (I), del miércoles 1 de febrero de 2017.
[7] GARGALLO MOYA, Antonio J (1984). Los orígenes de la Comunidad de Teruel, Edita Instituto de Estudios Turolenses (CSIC). Citado por LEDESMA RUBIO, M.L. (1988), p. 15. Citado por SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2000). Aproximación histórica a la Villa de El Cuervo y su parroquial, Edita Ayuntamiento de El Cuervo, Valencia, p. 26. Vid SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Tormón, pueblo de Teruel (I), del miércoles 1 de febrero de 2017.
[8] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Análisis del
testamento de don Diego Ruiz de Castellblanque, señor de la Torre Baja del
Villar de Orchet, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz,
Valencia, vol, I, pp. 341-351.
[9] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de
Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Valencia, p. 53.
[10] CARUANA
GÓMEZ DE BARREDA (1960), p. 273.
[11] TOMÁS LAGUÍA, César. Las iglesias de la
diócesis de Albarracín, en revista del Instituto de Estudios Turolenses
TERUEL, 32 (1964), pp. 7-19. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2000). De la iglesia
de Alobras y del reconocimiento de los derechos de su patrono, en Desde
el Rincón de Ademuz, Valencia, pp. 250-255. ID. Alobras, pueblo de Teruel (I y II), del viernes 24 de febrero de 2017.
[12] MADOZ, Pascual (1849). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, volumen XV, p. 128.
[13] FONT QUER, Pío (1993). Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, Editorial Labor, S.A., Barcelona, tomo I, pp. 117-121.
[13] FONT QUER, Pío (1993). Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, Editorial Labor, S.A., Barcelona, tomo I, pp. 117-121.
[14] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Tormón, pueblo de Teruel (I y II), del miércoles 1 de febrero de 2017.
[15] Episcopologio de Albarracín, VI obispo. Citado por TOMÁS
LAGUÍA (1964), p. 144.
[16] ALMAGRO BASCH, Martín (1959). El señorío soberano de
Albarracín bajo los Azagra, Instituto de Estudios Turolenses, Teruel,
p. 236. Citado por LÓPEZ RAJADEL, Fernando (2008). Datación de la
“Historia de los amantes de Teruel”, Fundación Amantes de Teruel,
Teruel, p. 28, 41, 49, 174, 185.
[17] TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 144.
[18] Ibídem.
[19] Ibídem.
[20] Ibídem.
[21] Archivo Diocesano de Albarracín. Procesos civiles, Serie 1ª,
número 135. Citado por TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 145.
[22] Relación Sumaria I, folio 176, p. 333. Citado por TOMÁS
LAGUÍA (1964), p. 145.
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