NECROLÓGICA:
Acerca de un personaje local -poeta y escritor-
enamorado del Rincón de Ademuz y de sus gentes.
"Mira, piensa y olvida
a este todo de la muerte
y a esa nada de la vida"
-Epitafio en la lápida del poeta y escritor-.
El pasado domingo, 9 de octubre de 2011, falleció en Madrid don Ricardo Fombuena Vidal (Barcelona, 1924). Su defunción se produjo en el contexto de una senectud avanzada, con los achaques propios de la edad; no en vano la enfermedad y la vejez son hermanas de la muerte...
Ricardo –como
le gustaba ser llamado- era hijo de Daniel, funcionario del Ministerio
de Hacienda y de Teresa, nieta del fundador de los ferrocarriles de
Sarriá (Barcelona). Se hallaba vinculado a Torrebaja (Valencia) por su abuelo
paterno –Daniel Fombuena Casino-, natural de Torrebaja y con
ascendientes en Libros y Villel (Teruel), y por su casamiento con Marina
Licer Esparza, de Torrebaja. Había nacido en Barcelona, pero, siendo
todavía muy niño, la familia se trasladó a Madrid, donde su abuelo fundó un
conocido laboratorio enológico frente al Museo del Prado.
Cuando llegó
su jubilación decidió abandonar Madrid y venirse con su esposa a Torrebaja,
donde pasó los mejores años de su madurez, plena y provechosamente, dedicado a
escribir y a disfrutar de la tranquilidad que aquí se respira, alejado de la
gran ciudad, sin descuidar sus amistades ni su compromiso ciudadano, pues fue Cronista
Oficial de Torrebaja (1989) y Juez de Paz municipal
durante casi dos legislaturas (1987-93).
Don Ricardo Fombuena Vidal, con el autor (Torrebaja, 2008). |
Yo
le conocía desde niño, pues nuestras familias tuvieron siempre buena relación;
propiamente, sin embargo, nuestra amistad se estableció cuando vino al pueblo
por su retiro. Nos tratábamos con frecuencia y pasábamos horas charlando, unas
veces en mi casa y otras en la suya: poseía un pequeño patio con flores en la
parte posterior, donde tenía instalada su biblioteca: allí, rodeado de sus
libros era feliz, hasta el punto de poder aplicársele aquella cita de Cicerón:
“Si apud bibliothecam hortulum habes, nihil deerit”, ¿Qué más quieres
si tienes una biblioteca que abre a un pequeño jardín?
Durante nuestras
conversaciones me hablaba de sus recuerdos de infancia en Madrid, de los
veranos que pasaba en las Navas del Marqués (Ávila), de sus juegos y diabluras
con los niños de la pandilla. Cuando la Guerra Civil (1936-39) fue evacuado a
Cocentaina (Valencia) con los niños de su colegio; allí pasó los años de la
incivil contienda, que para él fueron como unas largas vacaciones. De regreso a
Madrid, hizo el Bachillerato en el instituto "Cervantes" de la
capital, luego estudió Comercio Mercantil y Enología, para hacerse cargo del
laboratorio de su abuelo.
Soneto en un plafón cerámico situado en la fachada de la casa del poeta en Torrebaja (Valencia). |
Asimismo, me
hablaba de su afición literaria, y de los círculos que frecuentaba, llegando a
ser secretario de la “Peña de Artistas y Escritores”, que tenía su sede
en el célebre “Café Pombo”, donde la tuvo Ramón Gómez de la
Serna (1888-1963); allí se conservaba el célebre cuadro de José Gutiérrez-Solana (1886-1945) representando a los contertulios. Participó también en otros cenáculos, como la
del poeta Eduardo Alonso, que la tenía en el “Café Varela”;
formó parte del grupo “El Gallo de Oro” una agrupación poética que se
reunía en los sótanos del famoso “Chicote” de la Gran Vía: de ahí
le venía su amistad con Julia Sánz Gadea, hermana del doctor que da
nombre a una de las avenidas del ensanche turolense.[1] Ricardo era lo que se
dice “una enciclopedia andante”, había conocido y se relacionaba epistolarmente
con mucha gente, y conocía un sinfín de historias y anécdotas que acertaba
contar en el momento oportuno, pues tenía una memoria admirable. Pocas veces
discutimos, pero cuando lo hacíamos era por cuestiones de política, tema en el
que no nos poníamos de acuerdo; sin duda, teníamos una visión distinta del
acontecer histórico...
Entre sus
obras, se cuentan una decena de libros:
- “Pinceladas por la Sierra de Albarracín” (Madrid, 1980), libro de viajes.
- “Vinofilia” (Madrid, 1984), manual de enología.
- “Rimaral” (Madrid, 1988), libro de poemas dedicado a sus hijos: Ricardo, Marina y Alberto.
- “Torrebaja, historia de un mayorazgo” (Torrebaja, s/f), libro en prosa que incluye un poemario.
- “Guadalturia” (Madrid, 1993), libro de viajes.
- “Los pájaros de mi Rincón” (Valencia, 1996), poemario.
- “Torrebaja en el Rincón de Ademuz” (Valencia, 1997), libro en prosa que incluye un poemario.
- “Una gota por el Turia, el poema del río” (Valencia, 2002), libro de viajes.
- “Vidamor, los amantes de Teruel y otros poemas” (Madrid, 2006), poemario.
- “Mis huellas por el Rincón de Ademuz” (Valencia, 2008), su testamento poético.
- “Vivo y escribo. Mis memorias” (Madrid, 2011), libro póstumo.
El libro “Vidamor”,
su primer poemario y “Los pájaros de mi Rincón” fueron prologados
por el laureado poeta y premio “Cervantes” (1998) José Hierro
(1922-2002), al que siempre citaba como Pepe Hierro y del que fue
ferviente admirador y amigo. Como Cronista Oficial de la Mancomunidad de
Municipios del Rincón de Ademuz, me hizo el honor de que le prologara dos de
sus títulos: “Una gota por el Turia...” (2002) y “Mis
huellas por el Rincón de Ademuz” (2008), vinculando así mi nombre a sus
escritos como prueba de amistad y agradecimiento. Su trabajo literario le valió
para ser nombrado “Hijo Adoptivo” por el Ayuntamiento de Torrebaja
(1994).
Hoy,
en esta hora triste de las alabanzas, invoco su amor por el Rincón de Ademuz
(en general) y por Torrebaja (en particular), tierra cuyas lindezas cantaron
sus poemas en innumerables ocasiones. Junto a la fuente de los Pobres en
Torrebaja hay un panel cerámico con un soneto de Ricardo, que dice:
TORREBAJA del
alma, surtidor
donde brota el
nacer de cada día,
el pan nuestro
por nuestra escenografía,
con gesto
maternal, nos das amor,
pues naciste de
la hoja y en la flor,
de ese sueño
feliz y esa alegría
que dice del
lugar hecho poesía
del paisaje,
del árbol y el rumor
de un agua que
en tu tierra se derrama
al saber que es
amor como se llama:
¡TORREBAJA, en
la rosa del camino!
Y en la esencia
del poema, que a tu sombra,
palpita de
emoción cuando te nombra,
uniendo con lo
humano, lo divino.
En algunas de
mis publicaciones anteriores figuran también noticias y comentarios referentes
a sus libros: Ricardo Fombuena Vidal, “el poeta del Rincón por
excelencia” y “Vidamor, esencia de poesía”, plasmando mi personal
homenaje a su persona y obra.[2] Recientemente, en la fachada de su casa de
Torrebaja colocaron un plafón cerámico con otro bellísimo poema de celebración
a esta tierra.[3] Asimismo, en el atrio del Cementerio Municipal de Torrebaja,
donde manifestó su deseo de ser inhumado, figura otra composición poética
titulada “A vosotros” –refiriéndose a los difuntos que allí
yacen-:
Casual
encuentro fuimos en la vida,
dolor del
pensamiento en un suspiro
cuando en rejas
del ser al “no ser” miro
aferrado a mi
pena en tu partida.
¿Por qué el
beso o una lágrima sentida
no podrán dar
al mundo un nuevo giro
conseguir esa
llave a la que aspiro
abriendo esta
razón incomprendida?
Seguir
sintiendo el alma del que “ha sido”
confusa
realidad sin su presencia,
saber dentro de
mi, su contenido,
sentir que
todavía la existencia
acompaña a mi
ser con su latido,
cariño en el
recuerdo como herencia.
Durante las
Fiestas Patronales (2011), el Ayuntamiento de Torrebaja me honró
requiriéndome para hacerle entrega de una placa en homenaje a su labor
literaria, placa que recogió y agradeció su nieta, leyendo unas palabras de su
abuelo. Según dije en aquel acto, la última vez que vi a Ricardo fue el pasado
invierno: vino a mi casa y estuvimos hablando unos momentos, porque él ya no me
oía; antes de marcharse nos miramos a lo más profundo durante unos segundos y
en aquella mirada ambos supimos que se encerraba nuestra despedida en esta
vida...
Ricardo Fombuena Vidal será inhumado en su
Torrebaja querida -la tierra que le adoptó como hijo-, junto a las cenizas de su esposa: no sé si creía en la
eternidad de la otra vida, pero sí en el amor; porque, como ya advirtiera su
amigo Pepe Hierro, “amor era su palabra preferente”, y Dios es amor. En
todo caso, descansa en paz, amigo, y como diría el clásico, sit tibi terra
levis, que la tierra te sea leve... Amen.
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[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2000). Ricardo Fombuena Vidal, un poeta en Torrebaja, en Desde el Rincón de Ademuz, Valencia, pp. 228-231.
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Ricardo Fombuena Vidal, el poeta del Rincón por excelencia y Ricardo Fombuena Vidal, "Vidamor" esencia de poesía, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 197-200.
[3] TORREBAJA abundante en hermosura/ nos siembra en un soneto su simiente/ y brota con belleza por la mente/ al lucir el paisaje en su figura.// Nos lo dice la brisa que murmura,/ y el Turia nos lo cuenta en su corriente,/ con rumor del cariño que se siente/ al nacer de una tierra en escultura.// Tan perenne en la sombra del recuerdo/ por tu jardín nostálgico me pierdo,/ en él he oído cantar mil ruiseñores.// Y he sentido la vida al poder ver/ a este valle entre monte y entre flores,/ con su eterna poesía y mi querer.//
Yo tuve la fortuna de conocerle y de pasar mucho rato hablando con él de cultura, sociedad, política.... en lavapiés en 1996. Fue nuestro (asociación de senegaleses) inquilino de calle Olivar 7 de Madrid; me regaló un libro de poemas RIMARAL en homenaje a sus hijos. También he conocido a su hijo Ricardo. DEP
ResponderEliminarHoy encuentro un libro que me dedicó hace muuucho años con una dedicatoria preciosa y al buscarle en internet encontré su fallecimiento have mucho. Un honor haberle conocido
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