lunes, 5 de diciembre de 2011

ANTÓN CATALÁ CIVERA (Villamarchante, 1977), DIRECTOR DE LA BANDA DE MÚSICA DE ADEMUZ (VALENCIA).

Una charla con el músico, 
a propósito de la celebración de santa Cecilia.


"Y luego no se oyó otro ruido,
sino un son de una suave y concertada música formada,
con que Sancho se alegró y lo tuvo a buena señal;
y así dijo a la Duquesa, de quien un punto ni un paso se apartaba: 
-Señora, donde hay música no puede haber cosa mala"
-Cervantes (1547-1616), Quijote, Par. II; Cap. XXXIV.

“Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada,
 y es a eso a lo que he dedicado la mía”
-Luciano Pavarotti (1935-2007),
tenor italiano y uno de los cantantes contemporáneos más famosos.




Palabras previas.
Lo diré de entrada y sin ambages, pienso que la creación de la Banda de Música de Ademuz es una de las mejores cosas que le han pasado a la villa, y por extensión al Rincón de Ademuz, en los últimos diez años. ¿En qué baso mi afirmación? Pues en que la instauración de esta entidad musical, además de servir al propósito primordial de hacer música, con todo lo que ello conlleva –ilusión y valoración del esfuerzo, método, disciplina y satisfacción para sus componentes- constituye un referente de cara al entendimiento entre las gentes comarcanas.
            
Es más, si mis hijos estuvieran en el pueblo haría todo lo posible para que entraran en la banda; pues, además de que el aprendizaje del lenguaje musical contribuye al ordenamiento y sistematización de la mente, les serviría para aprender a tocar un instrumento, lo cual ya me parece admirable en sí mismo: ya fuera como entretenimiento –afición o pasión personal– como para su contribución a una actividad grupal.
            
De ahí que me pareciese atractiva la idea de entrevistar al director de la Banda de Música de Ademuz –Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977)-; no sólo para saber del personaje y darlo a conocer, también para comprender los entresijos de la fundación y el desarrollo de esta agrupación musical, artística y social. Lo cierto es que yo ya le conocía de vista, pero nunca había tratado con él; fue mi mujer la que nos puso en contacto, pues ella forma parte del Coro Interparroquial, y le conocía de los ensayos con la banda, para la misa de santa Cecilia, de 26 de noviembre 2011. Concertamos la entrevista por teléfono, y al día siguiente por la mañana, a la hora prevista se presentó en mi casa: y mientras se hacía el café que íbamos a tomar comenzamos a charlar. No fue una entrevista al uso, pues me pareció más provechosa si le dejaba hablar a su aire, interviniendo sólo para orientar la conversación, cuando ésta se desviaba del objetivo previsto.
            
Contenido de la entrevista.
La primera parte de la entrevista se centró en el comentario a la actuación de la coral y la banda en la misa de santa Cecilia en Ademuz, glosa que puede verse en el artículo de referencia, pero que bien podría resumirse utilizando sus propias palabras: La conjunción de la orquesta y el coro interparroquial fue una experiencia satisfactoria y muy positiva.[1] No hubo pues necesidad de romper el hielo, como suele suceder en otros casos, pues desde el primer momento hubo entre nosotros cordialidad y confianza. De entrada, me pareció una persona afable, templada y segura en sus convicciones, además de buen comunicador -lo que evidencia su trato habitual con personas-. La charla resultó del tenor siguiente:


Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977),
director de la Banda de Música de Ademuz (Valencia), 2011.


-- ¿Qué puedes contarme de tu infancia, familia, actividades...?
  • Bueno, mi nombre es Antonio, pero todos me conocen como Antón, por mi abuela "Tona" y porque nací el día de san Antón... Soy, pues, Antón Catalá Civera y nací en Villamarchante, el 17 de enero de 1977... Sí, un pueblo de Valencia que pertenece al Camp del Turia, en el entorno de Liria, Benaguacil, Cheste, Ribarroja..., una zona de mucha tradición musical. Mi padre se dedicaba a la cosa administrativa y contable en una empresa y mi madre era ama de casa, murió cuando yo tenía 17 años... Soy el menor de tres hermanos, uno es profesor en la Universidad de Valencia, otro fotógrafo y yo, que soy músico... Estudié en los dos colegios que había en el pueblo, y ya de pequeño, con apenas ocho años, tuve mis primeros contactos con la música. Pero como no me daban instrumento, pues lo dejé... En el sistema de estudios de entonces, primero había que tener algún conocimiento del lenguaje musical, y luego ya te daban el instrumento. Y como para mí no llegaba nunca el instrumento, pues por eso fue el dejarlo... A los diez u once años volví a intentarlo, pero en la clase que iba lo pasé tan mal que lo volví a dejar; sí, parece que no era lo mío... Y a los catorce años, acompañando a un amigo que iba a música, no sé como fue que me liaron y mira, hasta hoy...

-- Parece que a la vez haces las paces con la música, continuas con los estudios en el colegio o instituto:
  • Claro, por entonces hacía compatibles los estudios de bachiller con los de música, pero tuve que dejarme algunas asignaturas complementarias para potenciar el bachiller, mientras continuaba con el instrumento que tocaba, la percusión... Cuando llegó el COU tuve que elegir carrera, me dieron el listado de las doscientas carreras y procedí a elegir por eliminación: ésta no, ésta tampoco, ésta tampoco, hasta que las acabé todas... Resulta que ninguna me iba, así que como me gustaba la música y disfrutaba con ella, pues la elegí como oficio. Después vino lo de convencer a la familia, porque en casa no les parecía bien que me dedicara a la música, querían que además hiciera otro tipo de estudios más provechosos, que la música fuera sólo como afición. Por entonces fue cuando falleció mi madre y tuve una mala época...
Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977),
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia), 2011.


-- ¿Cómo fue lo de continuar los estudios musicales?
  • Todo fue que al final la familia accedió y comencé los estudios musicales... El primer conservatorio donde estudié fue en el de Ribarroja, el pueblo al lado del mío, allí acabé con una mención de honor en el grado elemental... El grado medio lo continué en Ribarroja, pero el último curso lo hice en Meliana, donde acabé con sobresaliente; este título ya me permitía hacer de profesor en las escuelas de música, conservatorio y demás... Para obtener el grado superior me marché a Barcelona: yo iba sacándome los cursos con buenas notas, pero lo más importante para mí no era el título, sino aprender música, tener conciencia de que iba progresando... Porque en música, cuando más sabes más disfrutas, y esto lo vengo aplicando con mis alumnos: lo más importante es disfrutar, eso es lo que te empuja a querer saber más...

-- ¿Cómo te fue en Barcelona, qué dificultades tuviste allí?
  • En Barcelona había entonces dos conservatorios: uno público, el del Bruch y otro privado, el del Liceo. Entré en el público y tuve algunas dificultades, pero sólo en relación con los planes de estudios, pues yo pertenecía al plan del 76 y detrás ya venía la LODSE, y me encontraba en ese límite; así que no podía permitirme perder asignaturas, ello significaba que me absorbiera el nuevo plan, y tener dificultades para matricularme en los nuevos estudios. En Barcelona estuve unos cuatro años, primero saqué lo que es la titulación del instrumento y después las asignaturas complementarias; estamos hablando de los años 1998-2002. Sí, allí estuve bien... El conservatorio estaba en la calle Bruc con la de Valencia, y no deja de ser curioso que un valenciano (y de apellido Catalá) fuera a la calle Valencia de Barcelona...
En este punto se hace mención del Conservatorio Municipal de Música de Barcelona (en catalán y oficialmente, Conservatori Municipal de Música de Barcelona), una institución dedicada a la educación musical, cuya titularidad  la tiene el Ayuntamiento de Barcelona. Sus inicios se remontan al año 1886; fue creada por la Banda Municipal de Música de Barcelona como Escuela de Música con objeto de dotarse de nuevos músicos que entraran a formar parte, de manera parecida a cómo habían hecho otras ciudades igualmente dotadas de una banda, y que sentían la misma necesidad.[2]


Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977), 
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia), 2011.


-- ¿Y cómo continuó tu vida una vez concluiste los estudios de música, cuál era tu aspiración?
  • Los que estudian música no se suele limitar a estudiar, suelen tener a la vez otras actividades... Yo ya venía haciendo cosas desde joven, a los 17 años daba clase de música a los críos en el pueblo, imagínate... La aspiración de todo músico es obtener plaza en una banda u orquesta profesional, ser profesor de conservatorio..., pero sobre todo vivir de la música. Pero hasta que lo consiguen van colaborando con todas las bandas que les solicitan, para hacer compatible el trabajo y el estudio, para darse a conocer y eso... ¿En mi caso?, pues yo tocaba con las bandas de los pueblos: Liria, Benaguacil, Chulilla, Cheste, Ribarroja, en todas las que me llamaban –Montcada, Godella...-; hacía lo que llamamos en el argot musical “bolos”: sí, cuando te llaman para una actuación suelta en una banda o agrupación musical a la que no perteneces... También tuve la suerte de estar en la Joven Orquesta de la Comunidad Valenciana -que ahora llaman Joven Orquesta de la Generalidad Valenciana (JOGVA)-, pensada para músicos jóvenes, la más importante de la Comunidad: reúne unos cien músicos y hacen encuentros en Navidad, Pascua, verano..., allí se crean grandes proyectos; estuve colaborando con ellos durante unos cinco años: el director es Manuel Galduf, que también es muy bueno y prestigioso, vinculado al instituto valenciano de la música...

La Joven Orquesta de la Generalidad Valenciana fue creada por la Ley Valenciana de la Música en mayo de 1998, para recoge la iniciativa de la Joven Orquesta de la Comunidad Valenciana, nacida en 1991. Su principal objetivo es contribuir a la formación de músicos jóvenes -menores de 26 años- por medio de encuentros y talleres dirigidos por destacados profesores. Su director titular y responsable pedagógico, Manuel Galduf Verdeguer (Liria, 1940), cuenta con dos directores asistentes: Beatriz Fernández Aucejo y Pablo Rus Brosseta como alumnos en prácticas.[3] Respecto de Manuel Galduf, cabe añadir que fue catedrático del conservatorio y Director titular de la Orquesta de Valencia (1983-97), una de las eminencias nacionales en dirección.[4]


Laura Albalate Izquierdo (flauta),
instantáneas de vídeo durante la actuación de la Banda en la misa de santa Cecilia
en la arciprestal de Ademuz (Valencia), 2011.


Detalle de la actuación durante la misa de santa Cecilia
en la la misa de santa Cecilia en la arciprestal de Ademuz (Valencia), 2011.


-- ¿Qué otras actividades has tenido desde entonces?
  • También me llamaron de la Joven Orquesta Nacional de España, con la que participé en un encuentro, luego en una ópera en Cuenca y Santander; aquí el director era Andrea Licata, también muy prestigioso en el ámbito europeo... Como puedes ver, hay en mi vida profesional un ciclo formativo y de estudios, colaboraciones con bandas profesionales y orquestas de formación donde voy tomando contacto con gente del mundo musical, y los trabajos en escuelas de música, como docente... Como te decía, empecé con 17 años en Villamarchante, pero también estuve en Cheste y Benaguacil, Rafelbuñol, que fue de las últimas; en la de Tales (Castellón), en la Pignatelli de Valencia... Esto me servía para generar algo de dinero y continuar estudiando. Durante mi etapa en Barcelona, de martes a jueves estudiaba y de viernes a lunes venía a Valencia y trabajaba en lo que me iba saliendo: viernes, sábados y lunes -daba clases-, y los domingos –tocaba en algún concierto-. Claro, durante cuatro años, todas las semanas para arriba y para abajo... Estando en Barcelona, también trabajé en varias orquestas: Lleida, Sinfónica del Vallés, Camerata Catalana, en el Liceo –allí grabamos un disco con motivo del aniversario de Catalunya Ràdio-, etc. También estuve en la Monumental de Madrid, donde grabamos programas para televisión... Exacto, procuraba hacer compatibles los dos mundos, el catalán y el valenciano, lo que no siempre era posible, porque me llamaban de un sitio y otro a la vez, y me era imposible acudir a todos...

 -- ¿Podría decirse que tu lengua materna es el valenciano?
  • No, mi lengua materna ha sido el castellano, porque mi madre era de Alcublas –en el entorno de la Serranía- y allí hablan castellano; mi padre era valenciano, pero hablaba castellano. El motivo de hablar yo valenciano fue porque mi primer profesor de percusión me dijo: “O me hablas en valenciano o no te doy clase...” –y como me interesaba mucho aprender, pues comencé a hablar valenciano-. Después, con los compañeros en valencia, hablaba ya valenciano... Y también en Barcelona, aunque allí se me reían por la forma que tenía de construir ciertas formas verbales, distintas de las catalanas: el -aní valenciano y el -vaig anar catalán; eso les hacía mucha gracia...
Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977), 
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia).

 
-- ¿Y cómo fue lo de venir a parar al Rincón de Ademuz?
  • Yo había conocido en Barcelona a Laura, mi compañera... _se refiere a Laura Albalate Izquierdo-. Pero al terminar el cuarto año de Barcelona yo me establecí en Valencia, donde tenía mi base de operaciones, por decirlo de alguna forma... Claro, seguía con actuaciones en Barcelona, pero de forma no seguida, iba cuando me llamaban y mientras estaba en Valencia, donde hacía lo que me iba saliendo. Así estuve un año, manteniendo con Laura una relación a distancia; pero aquello no podía continuar, teníamos que tomar una determinación: o me iba yo a Barcelona o se venía ella a Valencia... Cuando ya lo teníamos todo preparado para instalarnos en Barcelona, cierto día fui a almorzar con un primo mío y me dijo: “En Ademuz están buscando director para una banda...” –yo entendí que aquí ya tenían una agrupación montada y demás, y que necesitaban a alguien porque había fallado el anterior o lo que fuera-. En principio le dije que no me interesaba, porque ya teníamos pensado instalarnos en Barcelona. No obstante volvimos a hablar sobre las condiciones y nos dejamos engatusar un poco, hasta ilusionarnos con el proyecto; porque yo podría atender la banda y Laura dar clases de música, porque ella había hecho el Magisterio musical... El caso es que concertamos una entrevista con el Ayuntamiento de Ademuz en agosto; pero cuando comenzamos a hablar vimos que aquí no había nada, sólo un proyecto de escuela de música y nada más... Y nosotros, en septiembre, para el comienzo del curso, ya queríamos estar instalados en algún sitio... Y del dinero igual, pues sólo había 600 euros del Ayuntamiento, lo que no era mucho para vivir... Pero pudo más nuestra ilusión y el deseo de vivir juntos: así que decidimos arriesgarnos y probar un año... Claro, por un lado estaba la aportación del Ayuntamiento y por otro los alumnos que pudiéramos ir consiguiendo, además del trabajo de Laura en el colegio... En previsión de lo que pudiera pasar, yo no me quité las actuaciones en Valencia, ni ella las clases de guitarra que daba en Barcelona. En esa época compatibilizábamos todo, un fin de semana íbamos a Barcelona y otro a Valencia, y el resto de la semana en Ademuz; puedes imaginar...
Antón Catalá Civera  (Villamarchante, 1977),
 instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia), 2011.

 
-- ¿Cómo fueron los comienzos en la escuela de música en Ademuz?
  • Pues empezamos con veinte alumnos, poniendo precios muy bajos, porque de lo contrario no venían... Pero a los cuatro o cinco meses vimos que así no podíamos continuar. Sin embargo, como habíamos dada la palabra de estar un año, continuamos; pero intensificando las actuaciones fuera, con el fin de generar ingresos para casa... Y eso hicimos, pasamos un año bastante angustioso, con muchos viajes y sin saber dónde íbamos a acabar. Pero las cosas fueron mejorando, porque en los trimestres siguientes los alumnos aumentaron, de veinte pasamos a treinta, cuarenta y acabamos el curso con cincuenta... Claro, la gente se iba acercando a la escuela y tenía cada vez más interés... En el Ayuntamiento se portaron muy bien, desde el principio nos dieron el talonario para que cada mes fuéramos pagándonos nosotros mismos, lo que nos pareció un gesto de nobleza por su parte; pues apenas nos conocían...

 -- ¿Y qué sucedió después, cómo fue de continuar...?
  • Pues, como vimos la confianza del Ayuntamiento, que aceptó nuestras condiciones, y visto el interés de la gente por la escuela, que cada vez se iba acercando más, hicimos un estudio de la zona en relación con el proyecto que teníamos... Ello nos llevó a solicitar una subvención importante al Leader que nos vino aprobada; así pudimos comprar los primeros instrumentos para la banda; aunque cada año vamos adquiriendo otros nuevos, según necesidades y posibilidades... Insistimos a los padres en que no les compren instrumentos a los chicos mientras puedan utilizar los de la banda. Más adelante, si desean comprarles otro de más calidad, pues que se lo compren. De momento lo que hacemos es establecer un sistema de fianzas para dar el instrumento, como garantía de que lo cuidarán y mantendrán; y si posteriormente hay que darle otro mejor, pues se lleva el anterior a reparar o ajustar, y se le da otro con nueva fianza. Claro, yo he estado en muchas agrupaciones musicales y conozco bien cómo funcionan, tanto en el aspecto social como económico... Lo mejor es que cada persona que se acerque a la banda pueda tener un instrumento gratuito para aprender... Tenemos lo que llamamos la Escuela de Música –que está inscrita en el Registro de Escuelas-, con su calificación como “escuela no reglada”, así se califican todas las escuelas de este grado elemental hoy día; y por otro, la Sociedad Musical –que está dentro de la Federación de Bandas, con sus estatutos, presidente y todo lo que conlleva una asociación musical-.
  • De esta forma, la Escuela constituye la cantera de la que se alimenta la banda, para que ésta no se agote... Claro, porque hay jóvenes que se marcharán por los estudios o el trabajo, los mayores por mayores; y si no hay quien les reemplace, la banda se agotaría... Por otra parte, nosotros planteamos el aprendizaje de la música como una forma de disfrute y satisfacción, porque con la cantidad de diversiones y entretenimientos que hay, no resulta fácil atraer a los jóvenes hacia la música: por eso creemos que más importante que la titulación y el grado académico es aprender para tocar y disfrutar, y que les llene lo que hacen, para que al final del año se den cuenta que es más importe la satisfacción obtenida tocando, que la obligación de dejarlo todo para venir a la Escuela...
Antón Catalá Civera  (Villamarchante, 1977),  
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia), 2011.


 -- ¿Y desde el punto de vista personal, cómo os encontráis, os sentís integrados en Ademuz?
  • Personalmente nos encontramos muy bien, nos han acogido estupendamente, ninguna queja; aunque, como te decía, el principio fue duro... Aquí nos sentimos como en casa, todo el mundo te saluda y sentimos que nos aprecian... La gente nos da lo que tiene, hortalizas, tomates, lechugas..., o frutas, manzanas, lo que sea... Claro, sentimos que los vecinos valoran y agradecen nuestro trabajo y esfuerzo. Sí, nosotros correspondemos también... Porque sentimos el aprecio de los padres, y el de los que participan en la escuela y en la banda, y de los propios vecinos; porque se ha generado muy buen ambiente... Siempre nos están invitando, para comer, cenar o lo que sea... Esto es de agradecer... Ahora vivimos en nuestra casa, porque hemos comprado una aquí y la hemos rehabilitado a nuestro gusto.

 -- ¿Qué hay de los proyectos de futuro?
  • Yo soy músico, músico de instrumento en una banda, y al llegar aquí he tenido que reconvertirme y seguir estudiando para dar respuesta a toda esta demanda. Porque Laura, que ha hecho el Magisterio musical tiene más formación pedagógica, pero yo sólo era músico... Por eso la autoformación es importante... De cara al futuro, pues hay que consolidar lo que tenemos y seguir ampliándolo, porque lo importante es que haya mucha gente interesada en la música, así tendremos músicos y podremos hacer música... Por eso potenciamos lo social sobre lo musical, porque nos interesa que la gente disfrute con la música, que se lo pase bien... Ahora tenemos muy buen ambiente, eso lo percibe la gente y también los amigos músicos que yo traigo, instrumentistas, directores y compositores. Por otra parte, las edades oscilan bastante, hay muchos niños de diez años y también gente jubilada; eso es bueno para todos, porque interactúan unos con otros, el de diez años con el de cincuenta o sesenta, todos unidos por la afición musical y entendiéndose... En la escuela de música ya tenemos más de cien alumnos... Hay tres agrupaciones, una banda junior y otra juvenil, que son las dos canteras básicas: primeros años de instrumentista más la junior, desde donde pasan a la juvenil y después a la banda de mayores. Lo mejor de todo, sin embargo, es la materia prima con que contamos, la gente; sin la gente, que produce el buen ambiente que tenemos, esto sería imposible...
  • Para los niños y más jóvenes es muy instructivo ver cómo vienen los mayores, algunos sin haberles dado tiempo de quitarse el mono, y se ponen a ensayar..., eso les va calando, a la vez que les permite apreciar lo que están haciendo. De ahí la importancia de que haya gente de diversas generaciones, porque cada uno aporta algo al grupo... Otra cosa importante, respecto a los niños, es que aquí vienen chicos y chicas de varios pueblos y están todos juntos y se van abriendo unos a otros, porque forman parte del mismo grupo y comparten una afición superior como la música; ello también contribuye a su formación personal... Sí, la mayoría son de Ademuz, pero ya tenemos alumnos de todos los pueblos del Rincón, incluso de Santa Cruz de Moya, donde tenemos un aula itinerante...
  • Lo más importante por ahora es consolidar lo que hay y seguir progresando... Ahora ya tenemos un local propio: un edificio para el desarrollo de toda la actividad musical, aulas con material didáctico para la escuela y la banda, sitio para guardar los instrumentos, donde tener los registros de la administración y una sala de ensayos y para la audición... El problema actual es que con la situación de crisis generalizada, la ayuda por parte de las instituciones es nula, cero... Y resulta que ahora es cuando más gastos tenemos, porque hay que mantener un edificio –limpieza, luz, calefacción...-; a partir de ahí van a ir surgiendo las necesidades y planes de futuro, generar ingresos para el mantenimiento y desarrollo, etc. Sí, el local es el del antiguo instituto, junto a la ermita Virgen de la Huerta, que es de la iglesia... Ahora estamos creando una gran sala de teatro y audición, uniendo el gimnasio y el comedor; pero falta el estudio de acústica y sonorización, y seguramente habrá que colocar maderas o telas en los laterales... Además, pensamos crear una hoja informativa o boletín donde plasmar todo lo que va sucediendo, los proyectos, actuaciones, necesidades y noticias; para que todos sepan por donde vamos... Porque siempre hay algún descontento, que no se sabe bien por qué, pero no está a gusto y se queja, y le hacen más caso que a los que sí lo están y no protestan.
Antón Catalá Civera  (Villamarchante, 1977), 
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia), 2011.

 
-- ¿Paga la Sociedad Musical de Ademuz alguna compensación por el edificio del antiguo instituto?
  • La Iglesia nos ha cedido este edifico por veinticinco años, el mantenimiento corre por nuestra cuenta y como no tenemos dinero, pues pagamos en especias: tres procesiones al año... Claro, es un acuerdo en mutuo beneficio, porque para la Iglesia también sería costoso de mantener: de esta forma nosotros tenemos una sede social, un lugar donde estar –enseñar y ensayar- y generamos una actividad social, cultural y musical, lo cual es bueno para todos...

--¿Y qué hay de vuestros proyectos personales, pues parece que queréis asentaros aquí?
  • Sí, nuestra intención es quedarnos aquí, de momento tenemos una casa y el trabajo... Laura aprobó las oposiciones en Cataluña y tiene su plaza en Barcelona; allí estuvo un año y ahora está en el colegio de Ademuz con una comisión de servicio: esperamos que en próximos traslados pueda coger aquí su plaza, esa es nuestra idea... Conforme vaya aclarándose esta situación podremos hacer planes de futuro a más largo plazo... Por otra parte, ya te digo: aquí estamos muy bien, nos gusta la vida del pueblo, donde adelgazar y aburrirse es imposible...
Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977), 
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia).


 En suma: la conversación con el señor Antón Catalá Civera nos ha permitido seguir su evolución como individuo –desde la infancia a la edad adulta-; la búsqueda de su identidad a través de la música, que al principio no parecía ser lo suyo, pero que finalmente se ha convertido en el eje de su vida, uniendo su vocación a la profesión. El propio individuo nos ha mostrado su desarrollo vital -como persona y como artista-, a la vez que su actividad profesional de búsqueda y perfeccionamiento, evolucionando desde músico percusionista hasta su actual función docente, de arreglista y como director de una banda amateur, aficionada y entusiasta a la vez. En el camino de su vida encontró una compañera, Laura, a la que ha unido su vida con el propósito de construir juntos un proyecto de existencia, entrelazando los afectos con su vocación y el ejercicio profesional.

El desarrollo del proyecto vital de Antón y Laura se halla íntimamente unido a la creación de la Escuela y Banda de Música de Ademuz, entidades que constituyen los cimientos, base y corazón de la Sociedad Musical de Ademuz (SMA), de la que es presidente el señor José Amado Aparicio. Tan trascendente y significativa ha sido la creación de esta asociación para la villa de Ademuz, y por extensión para toda la comarca, que en un futuro podremos hablar de un antes y un después en la historia local, y de la que no podemos más que felicitarles y congratularnos por su existencia y significado para nuestros pueblos y sus gentes. ¡Enhorabuena y gracias a todos los que han hecho posible esta maravilla de agrupación musical, expresión de cultura, convivencia y unidad! Vale.





[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. El Coro Interparroquial y la banda de música de Ademuz, en la web Desde el Rincón de Ademuz, del viernes 2 de diciembre de 2011.
[4] Cf. Wikipedia, voz Manuel Galduf

ANEXO FOTOGRÁFICO:

Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977), 
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia), 2011.

Antón Catalá Civera (Villamarchante, 1977), 
instantánea de vídeo durante la dirección de la Banda en Ademuz (Valencia), 2011.

Instrumentos de percusión de la Banda de Música de Ademuz (Valencia), detalle (2011).
 

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