Reseña biobibliográfica para
una aproximación al conocimiento del militar republicano,
Jefe del XIX Cuerpo de
Ejército de Levante en Torrebaja durante la Guerra Civil Española
(1936-1939).
(1936-1939).
"La anécdota es la sal, la gracia de la Historia"
-Plutarco de Queronea (46-120 d.Cristo),
historiador, biógrafo y moralista griego-.
Palabras previas,
a modo de introducción.
Uno de los personajes
más importantes y desconocidos de los que pasaron o estuvieron en Torrebaja
(Valencia) durante la Guerra Civil (1936-1939) es el Coronel don Joaquín
Vidal Munárriz (Pamplona, 1882-Bilbao, 1939), comandante del XIX Cuerpo del
Ejército republicano de Levante, que ejerció como tal desde el 15 de noviembre
de 1937 hasta el 28 de marzo de 1939. Tras la guerra, fue fusilado en Bilbao el 4 de agosto de 1939,
víctima de la represión franquista.[1]
Para comprender en toda
su magnitud lo que fue y significó la Guerra Civil española –vista ésta con la
perspectiva histórica que nos permiten las siete décadas transcurridas-
conviene saber que aquella no fue una lucha entre buenos y malos, entre derechas
e izquierdas, tampoco una disputa armada entre democracia y fascismo; la guerra
fue esencialmente una lucha fratricida planteada entre una o varias
revoluciones y una contrarrevolución, en la que ganó la contra. El origen de la
guerra hay que buscarlo en la propia República y en sus gobernantes, que no
supieron o no pudieron encauzar un sistema democrático para la convivencia
pacífica de los españoles. Stricto sensu, las causas no estuvieron en
los problemas que se plantearon -sociales, económicos, políticos,
religiosos...-, sino en la forma inadecuada de enfrentarlos y resolverlos. En
mi opinión, quien pretenda entender la guerra –la previa República y la
Dictadura posterior- desde una óptica estrictamente política o se posicione
ideológicamente, está condenado de antemano a tener una visión
incompleta, parcial y sesgada de la realidad histórica. Con todo, siempre
debemos tener en cuenta que -como se ha dicho- "en una guerra, la primera
víctima es la verdad..." (Hiram Johnson, 1918).
De izquierda a derecha: Tatxo Amilia, José A. Aguirre Lecube (primer lehendakari del Gobierno Provisional del País Vasco) y Joaquín Vidal Munárriz, Jefe de la 2ª División del Ejército Vasco (1937) [Fotografía tomada de Auñamendi Eusko Entziklopedi]. |
El presente trabajo tiene por objeto
compilar la información obtenida acerca del militar navarro, con el propósito
de registrar su paso por nuestra localidad, dejando el texto abierto a nuevas
aportaciones. Sin embargo, mi interés por el personaje nace de una anécdota;
no en vano dijo Plutarco que "la anécdota es la sal, la gracia de la
Historia".
Lo ideal hubiera sido conseguir el testimonio de personas que le conocieron en Torrebaja, para componer una reseña biográfica del coronel republicano; pero todos los que le frecuentaron e intimaron con él han desaparecido. Sólo algunos de los vecinos consultados habían oído hablar del
militar... Entre los lugareños que más le trataron estaba don Nicolás
Tortajada Blasco (1879-1961), barbero-practicante, fallecido hace muchos
años. A través de la también fallecida señora Manuela Tortajada Fortea
(1914-2005), hija del anterior, supe que el militar estaba casado
con doña Carmen, a la que calificaba de “persona muy religiosa y de misa
diaria”, y que el matrimonio, que no tenía hijos, durante su estancia en
Torrebaja residió en una casa de la carretera de Cuenca-Teruel, propiedad de Francisca
Vicente Casino -donde actualmente se halla la oficina de farmacia de la localidad, que
regenta el Ldo. Villanueva Hernández.
Plaza del Ayuntamiento de Torrebaja (Valencia), sede del Estado Mayor del XIX Cuerpo de Ejército de Levante durante la Guerra Civil Española (1936-19539), 2018. |
Una vida militar por
excelencia.
Joaquín Vidal Munárriz nace en Pamplona en 1882, en el seno de una
familia de tradición militar; el nombre de su padre, Joaquín Vidal Cristóval,
se halla entre los que “se ha concedido el ascenso inmediato a los primeros
tenientes de infantería” –así figura en la firma de guerra de S.M la reina
(1895)-.[2] Medio siglo antes, en una
crónica oficial del Ministerio de la Guerra ya aparece un Joaquín
Vidal como subteniente (1842)[3] -podría ser un ascendiente
del biografiado, tal vez su abuelo-.
A finales de los años noventa del siglo XIX (1898),
el nombre de Joaquín Vidal Munárriz se halla entre los nuevos alumnos que han
obtenido plaza en la Academia de Infantería, tenía 16 años.[4] Finalizado el siglo, en una
nota informativa del ejército hallamos una necrológica, relativa al “primer
aniversario del fallecimiento de la señorita María del Carmen Vidal Munárriz”,
hija del capitán del regimiento de Infantería de Zamora don Joaquín Vidal
Cristóval (1900).[5] Pocos días después, en una
nota de prensa relativa al movimiento de personal, el joven Joaquín Vidal
Munárriz es destinado al cuartel de Zamora.[6] De este tiempo data una
nota de prensa –El Catalanismo- publicada en “La Correspondencia
Militar”- que resulta de interés para comprender el momento histórico:
- El capitán general de Cataluña, en las conferencias que celebró ayer con el presidente del Consejo y con los ministros de la Guerra y de la Gobernación, ha declarado categóricamente que el catalanismo tiene pocos adeptos en la capital del Principado, y que no existe ni aun el temor de que pueda alterarse el orden./ La seriedad del general Delgado y su caballerosidad reconocida por todos, no permiten que pueda dudarse siquiera de la veracidad de sus juicios, que resultan muy favorables; pero de todo modos, bueno es hacer algunas indicaciones para que se acabe antes con esa tendencia absurda, á la que se ha dado desde el primer momento la importancia que merecía./ El general Delgado vuelve á Cataluña y esto parece indicar que cree que se halla al alcance de su mano el medio preciso para acabar con el catalanismo de una manera definitiva y terminante. Esto nos agrada en la medida que puede suponerse; pero quisiéramos ver confirmadas pronto en la realidad esperanzas tan risueñas y consoladoras, para lo cual no faltan ciertamente soluciones concretas y determinadas./ Bastará con que el capitán general de Cataluña, de acuerdo con el gobernador de Barcelona, emprenda una activa campaña contra los catalanistas de determinada tendencia, para demostrarles que el Gobierno se halla decidido á velar por la unidad de la Patria, cueste lo que cueste, y que por este motivo no se halla dispuesto á tolerar ni meetings de propaganda ni la circulación de cartillas catalanistas ni himnos, que han logrado hacer ridículos á fuerza de abusar de su interpretación allí donde tenía por conveniente un guasón ó un fanático, lo mismo en el arroyo, que en el teatro, que en los edificios particulares./ Realizando este programa y poniendo la Prensa en general especialísimo cuidado en no difundir la absurda tendencia á que nos venimos refiriendo, el catalanismo acabará por desaparecer, no quedando más que un recuerdo ridículo de su iniciación incomprensible./ Siga nuestras indicaciones el general Delgado y obtendrá un triunfo práctico y habrá prestado además á la Patria y á las instituciones un gran servicio.[7]
Como puede verse, el origen del catalanismo es
antiguo, a principios del siglo XX ya ocasionaba problemas. El editorial muestra el optimismo del General, al tiempo que manifiesta sus recelos: “cree
que se halla al alcance de su mano el medio preciso para acabar con el
catalanismo de una manera definitiva y terminante. Esto nos agrada en la medida
que puede suponerse; pero quisiéramos ver confirmadas pronto en la realidad
esperanzas tan risueñas y consoladoras, para lo cual no faltan ciertamente
soluciones concretas y determinadas”.
Tres años después, según nota referida al movimiento
de personal, encontramos a Joaquín Vidal Munárriz entre los aptos para el
ascenso de los segundos tenientes (1903).[8] En octubre del mismo año el
biografiado se adhiere a la proposición “Natare”, relativa a las pensiones
familiares de jubilación de los militares retirados (1903).[9]
La carrera militar de Joaquín Vidal Munárriz sigue
progresando, en junio de 1907 se encuentra entre los aprobados del primer
ejercicio de la academia militar de Infantería (1907).[10] A finales del mismo mes,
según una disposición oficial, se le concede una gratificación de 600 pesetas
por profesorado (1907).[11] A la fecha, el joven
militar es ya profesor de la academia militar, y se interesa por la literatura,
según puede verse por la felicitación que recibe, en relación con la traducción
de “Los dos sitios de Puerto Arturo”, un “Folleto de Georges Boulfray,
traducido por el teniente de Infantería, profesor de la Academia del Arma, D.
Joaquín Vidal Munárriz” (1908) –dice la nota-: Esta condición posee el joven
subalterno de la Valerosa, Vidal Munárriz, al hacer de la traducción de un
libro, una obra mejor que el libro traducido, y como entre amigos con verlo
basta, he aquí un fragmento cogido al azar para que lo saboreen nuestros
lectores”.[12] Dos meses después
encontramos en el mismo diario una reseña sobre la traducción del libro de
Georges Boulfray, referida a Don Joaquín Vidal Munárriz: un oficial
estudioso:
- Constantemente nuestra culta y arriscada juventud militar viene dando pruebas de su amor al estudio y de sus entusiasmos por el progreso del noble oficio de las armas, y entre los mozos que figuran en la lista de los luchadores, nos complacemos en presentar al ilustrado oficial de la Valerosa don Joaquín Vidal Munárriz./ Amante del estudio, no se concibe al joven soldado sin el libro en la mano. Por eso, si ayer nos daba á conocer las primicias de su labor escribiendo dos interesantes Memorias con los títulos de Una visita á un cuartel francés y La instrucción en el ejército francés, hoy, aprovechando los momentos de holgar, consagróse á traducir la obra francesa de Georges Boulfray, Los dos sitios de Puerto Arturo, 1894-1904, en cuyo trabajo hace gala del dominio del idioma, prestando de este modo un verdadero servicio á la enseñanza de los modernos hechos guerreros./ La obra describe detalladamente los sitios en la guerra chino japonesa y ruso japonesa, bajo su aspecto geográfico, estratégico y técnico; está ilustrada con interesantes croquis, y uno detalladísimo de Puerto Arturo, á vista de pájaro, facilita el estudio de modo notable./ Así se explica la aceptación que el folleto ha obtenido y que en breve haya de ver la luz una segunda edición./ La Prensa profesional y política le dedicó generales alabanzas./ La vocación por la enseñanza es la característica del novel escritor, cuya pluma ya lució hace tiempo en la Prensa galiciana y militar./ Durante su estancia en Orense y Lugo demostró sus aficiones pedagógicas, dando clases generosamente a los segundos tenientes de la escala de reserva, realizando trabajos topográficos en la frontera portuguesa, levantando el plano de un campo de tiro y desempeñando las clases de sargentos y cabos./ Todos estos méritos le llevaron en 1906 á la Academia de Infantería, en la que desempeña las clases de Francés y Literatura, Geografía militar de Europa y Táctica combinada de las tres armas./ De sus excelentes condiciones como inspirado artista y pianista notable ha dado pruebas al año de su destino á la Academia, como director de los ensayos y de la orquesta que tomó parte en las fiestas de la Patrona, la Purísima Concepción, mereciendo su labor unánimes aplausos de la Prensa toledana./ Propónese el Sr. Munárriz realizar en breve un viaje de instrucción á Francia y á Bélgica./ Esperamos qué será fructífero para el Ejército, y que los arrestos del joven é ilustrado oficial nos darán nueva ocasión, una vez más, de aplaudir sus entusiasmos por el progreso y la enseñanza militar. El abate Lepe.[13]
La nota de prensa resulta del mayor interés para
conocer las actividades del joven teniente Vidal Munárriz, su afición al
estudio y el progreso en el “oficio de las armas”. Como prueba de su afición a
los libros arguye que “no se concibe al joven soldado sin el libro en la mano”.
Previamente a la traducción objeto de comentario había escrito dos memorias: Una
visita a un cuartel francés y La instrucción en el ejército francés.
Dichas memorias anticipan la traducción de la obra francesa, “en cuyo trabajo
hace gala del dominio del idioma”. La obra de Boulfray trata de la guerra
chino-japonesa y ruso-japonesa habida entre finales del siglo XIX y principios
del XX, centrándose en los aspectos geográficos, estratégicos y técnicos. La
publicación contiene detallados dibujos “a vista de pájaro” de Puerto Arturo
(Port Arthur), lo que “facilita el estudio” y hace más atractiva la obra. La
crítica profesional y política fue muy favorable al trabajo del traductor.
Portada de "Los dos sitios de Puerto-Arturo (1894-1904)", obra de Georges Boulfray traducida del francés por el teniente Joaquín Vidal Munárriz, ayudante profesor de la Academia de Infantería (1908). |
El comentario destaca “la vocación por la enseñanza”
de Vidal Munárriz, “cuya pluma ya lució hace tiempo” en la prensa gallega. Así
sabemos de su paso por Orense y Lugo, donde “demostró sus aficiones
pedagógicas” con los segundos tenientes de la escala de reserva, a los que dio
clases. De este tiempo datan otras labores que llevó a cabo “realizando
trabajos topográficos en la frontera portuguesa, levantando el plano de un
campo de tiro y desempeñando las clases de sargentos y cabos”. Estas cualidades
le llevaron a la Academia de Infantería (1906), donde ejerció como profesor de
francés y literatura, además de “Geografía militar de Europa y Táctica
combinada de las tres armas”. Sus cualidades como profesor se hacen extensivas
a las de músico, destacando “como inspirado artista y pianista”, siendo director
de ensayos y de la orquesta que participó en las fiestas de la patrona
(Purísima Concepción), prueba de ello son los “unánimes aplausos de la prensa
toledana”. Por ese tiempo, el “joven é ilustrado oficial” se proponía “un viaje de instrucción á Francia y
Bélgica”.
En mayo del año siguiente vemos al primer teniente
Vidal Munárriz como suplente en los tribunales de examen de las academias
militares de Infantería.[14]-[15]
En julio del mismo año figura entre los aptos para el ascenso cuando por
antigüedad le corresponda.[16]
En febrero del año siguiente encontramos un artículo en “La Correspondencia
Militar” firmado por un infante, referido al teniente Vidal Munárriz –el texto
resulta de interés para conocer nuevos aspecto del militar-:
- Es el docto profesor de la Academia de Infantería, á quien el Arma confía sus esperanzas y á quien la ciencia saluda á diario en sus anhelos y en sus afanes; es el joven oficial de Infantería que no cesa en el trabajo y rinde pleitesía al estudio, tanto para ejercer con brillantez su cometido, cuanto para ejemplificar á los demás en su misión./ Pertenece Vidal Munárriz á una pléyade de cultos oficiales que todos sus amores son para el engrandecimiento del Arma, y todos sus afectos se concentran en realización de un ideal noble y desinteresado, cual es el espíritu de Arma. Vidal Munárriz se distingue entre ese grupo de intelectuales que honran al Arma con el estudio y laboran por su prestigio con una constancia admirable y contagiosa./ Vidal Munárriz, joven aún, viene acreditando la firmeza de su carácter y la reputación de su saber; la Academia de Infantería ha sido su palenque, y, afortunadamente, ha salido airoso en varias y difíciles pruebas, luchando y no desmereciendo al lado de otros que tuvieron fama de expertos y prácticos; la Academia de Infantería ha cimentado el nombre del teniente Vidal, luego de haberlo sometido á una constante y penosa labor no exenta de enormes dificultades por su contacto con el educando y por las diversas materias obligadas diariamente á conocer./ El docto profesor de Toledo, casi recluido en el Alcázar de Augusto Emperador, ha prestado y presta al Arma valiosos servicios; mentor del alumno, sabe inspirarles el deber de la obediencia para que mañana pueda aquél ejercitar un mando honrado y caballeresco; consejero del alumno, sabe comunicarse con éste mediante un trato sostenido y decente, á fin de que el neófito en la milicia desempeñe luego su cometido con la más severa dignidad; guía del alumno, sabe corregir sin cólera y mostrarse graciable, sin menoscabo de la autoridad, evidenciando así el más alto concepto de las virtudes militares y la más feliz de sus traducciones á la vida orgánica del Ejército./ En el servicio de las compañías, en las clases teóricas y en las varias prácticas, Vidal Munárriz es un adepto fervoroso del Arma que le cobija, y un paladín incansable del compañerismo que le aplaude; su labor es modesta en grado sumo, sus vigilias testimonian una fe honradamente arraigada y un entusiasmo siempre vigoroso./ Si hoy pregona mi pluma las cualidades de Vidal Munárriz, es por causa de reciente tributo a su Valía intelectual; ofendiendo, seguramente, la modestia del teniente Vidal, saco á plaza su nombre, sus méritos y la recompensa no ha mucho concedida por el Ministerio de Marina./ Ultimas glorias de la Marina española se titula el trabajo del teniente Vidal, recompensado, con fecha 21 del mes anterior, con la cruz de primera clase del Mérito Naval con distintivo blanco, como expresión del agradecimiento de la Marina y por su meritoria labor./ Dicha obra no necesita encomio por mí parte, pues en la citada recompensa se halla su mejor elogio; baste decir que en sus nutridas páginas se tratan los siguientes asuntos: sentimiento por no ver á los marinos escribiendo acerca de las últimas campañas coloniales; bases navales en Cuba, Puerto Rico y Filipinas, con detalles de su fortificación, orografía, etc.; valor ofensivo y defensivo de ambas escuadras, forma en que fué la de Cuba y razones de su permanencia en Santiago de Cuba, poca importancia de la de Filipinas, etc.; combates navales de Santiago y Cavite, impactos que sufrió cada buque y atinadas consideraciones probando la gloria de estos combates y la abnegación de los tripulantes, víctimas del abandono oficial y mártires del más acendrado patriotismo. Acompañan á este precioso y erudito trabajo, cinco grandes planos, dos de los combates de Santiago y Cavite, uno del frente de mar de la Habana, uno del de Manila y Subic y otro de Puerto Rico. Enhorabuena al teniente Vidal Munárriz, que de modo tan satisfactorio contribuye á enaltecer el Arma de su diaria obligación y en sus particulares estudios; admiración que le rinde Un infante.[17]
Los comentarios que el firmante del artículo hace
del teniente Vidal Munárriz no pueden ser más lisonjeros, lo que hace
innecesarias más acotaciones. Merece la pena comentar, sin embargo, el hecho de
que su trabajo -Ultimas glorias de la Marina española (1910)- se refiera al Arma de
Marina, cuando el autor pertenece a la de Infantería.[18]
Durante el mes de mayo de este mismo años (1910)
encontramos al teniente Vidal Munárriz formando parte, como suplente, en
tribunales de examen para el ingreso en la Academia de Infantería.[19]
De este tiempo destaca un artículo en “La Correspondencia militar” titulado La
Carestía de la vida, expresando que quienes más padecen las consecuencias
son los que dependen de un sueldo o un salario. Porque los jornales han subido,
pero los sueldos nada o casi nada, por el contrario del precio de los artículos
de alimentación, ropa, calzado, alquileres de casas, “que sube incesantemente
como la espuma”. Se acusa al gobierno de no hacer nada, por abandono o
ineptitud, ello “provoca y enciende el descontento en el país, y las ansias de
protesta contra un estado de cosas en que se hacen endémicas la ruina y la
miseria”.[20] A
principios de agosto encontramos una disposición oficial relativa a destinos,
por la que “se concede la separación de la Academia de Infantería al primer
teniente D. Joaquín Vidal Munárriz”.[21]
La expresión “se concede” induce a pensar que ha sido el teniente Vidal
Munárriz quien ha pedido dejar el centro educativo. A finales del mismo mes
vemos que el teniente Vidal ha sido destinado al regimiento de Infantería de
Otumba, Nº 49 (Castellón de la Plana).[22]
El Regimiento Otumba tiene un largo historial, fue
creado en 1877 y desde su creación hasta 1833 estuvo en Castellón, desde donde
partió a Cartagena para participar en la sofocación de la intentona
revolucionaria de 1886, en la que falleció el general Fajardo. Sofocada la
revuelta regresó a Castellón, allí se encontraba cuando comenzó la Guerra de
Cuba (1895-1898): participó en esta guerra y se distinguió por su actuación.
Participó también en la guerra de Marruecos (1921) y posteriormente en la
guerra civil española (1936-1939), cuyas tropas lucharon con el ejército
republicano, con el nombre de Regimiento de Infantería nº 9. Tras la contienda
civil el regimiento fue disuelto.[23]
A principios de septiembre del mismo año (1910)
encontramos una disposición oficial -relativa al personal de Infantería- por la
que se concede al primer teniente Joaquín Vidal Munárriz la Cruz del Mérito
Militar con distintivo blanco y pasador del profesorado.[24]
Poco después el teniente Vidal Munárriz es destinado al Regimiento de Infantería
de San Marcial, nº 44 (Burgos).[25]
A finales del mismo mes el teniente Vidal Munárriz publica un artículo en “La
Correspondencia Militar”, bajo el título De enseñanza militar –su
lectura esclarece el pensamiento y la actitud del ponente al respecto-:
- Diversos y competentes tratadistas profesionales se han ocupado en distintas ocasiones de la enseñanza que se da en nuestras Academias militares, achacándole el defecto de dedicar preferente atención á la parte teórica, llenando el magín de los alumnos de abstrusas enseñanzas (especialmente en matemáticas) capaces de meter miedo al mismo Arquímedes./ Algo se ha avanzado, sin embargo, merced á la iniciativa del Profesorado de las Academias, y mucho más se hubiera hecho si los planos de estudios no tropezaran en las revueltas burocráticas con obstáculos increíbles, pero desgraciadamente ciertos./ Lo rutinario, lo arcaico, desaparecerá; poco á poco se abre camino la necesidad de atender á los ejercicios físicos para desarrollar las fuerzas y la agilidad de los futuros oficiales; agilidad y fuerza tan necesarias en la guerra, que sin ellas la “carne de Hospital” abundará en los cuadros, con gran perjuicio del servicio, de las operaciones y hasta del resallado de una campaña./ La Grecia de tiempos clásicos obtuvo sus más brillantes victorias sobre los asiáticos, cuando tanto culto rendía á la belleza corporal, á la agilidad y á la fuerza física. El soldado de Maratón no habría podido realizar su proeza si no estuviera de antemano habituado a la carrera, á las grandes marchas./ Sabidas son también la destreza y agilidad del soldado romano, que, unidas á su inflexible disciplina, le dieron el dominio del mundo conocido, por centenares de años./ El hombre fuerte, ágil y diestro tiene confianza en sí mismo, y lleva muchas probabilidades de vencer en la lucha./ La agilidad del soldado japonés ha entrado por mucho en el vencimiento de los rusos en la última guerra de Oriente, á pesar del legendario valor de los vasallos del czar. Pero el campesino ruso, nervio de su Ejército, es de movimientos torpes, rudos, que contrastan notablemente con la soltura del nipón./ La raza anglo-sajona rinde fervoroso culto al vigor físico, no sólo en la vida social, sino en la militar y marítima, donde la gimnasia, la destreza y toda clase de ejercicios constituyen el nervio de su educación./ ¿Hemos de seguir en España mucho tiempo dedicando preferente y casi absoluta atención al desarrollo, á veces ficticio, de la inteligencia en hombres que tanto han de ejercitar sus facultades físicas?/ En las Academias se van rompiendo los antiguos moldes; pero no sucede lo mismo en ese largo período de tiempo que precede al ingreso en aquéllas: en el período de preparación./ La mayor parte de las academias preparatorias, obligadas por el programa de ingreso, llenan el meollo de los educandos con innumerables teorías matemáticas, y sucede lo que no puede por menos de suceder: que unos son rechazados en el reconocimiento médico, y quo otros ingresan porque aparentemente no padecen las enfermedades del cuadro de exenciones, pero que, en caso de operaciones activas, forman el núcleo de la “carne de Hospital”, y no pocos mueren de las mil enfermedades que en campaña padecen los que no completaron su desarrollo físico antes de empuñar las armas./ Durante cuatro años he tenido la instrucción de los de primer curso en una Academia militar, y pude notar en muchos alumnos las pésimas condiciones en que se encontraban para soportar el gran trabajo que se exige en aquélla y el mayor que proporcionaría una campaña./ Tantos años de estudios teóricos sentados detrás de una mesa para atiborrarse de cálculos aprendidos de memoria, á veces sin entenderlos ni saber para qué sirven, embotan la agilidad propia de sus juveniles años; los he visto que, en ejercicios físicos, no sabían ni correr./ De entonces data mi deseo, mi afán porque se modifiquen tan funestos procedimientos./ A este propósito me parece oportuno dar á conocer un nuevo centro de enseñanza, que precisamente tiene una orientación pedagógica, de acuerdo con mi modo de apreciar la educación de la infancia y de la juventud que piense seguir la carrera de las armas. Y conste que no me guía ningún móvil personal ni de amistad hacia sus fundadores, sino un propósito de ser útil á mis lectores y felicitar á los iniciadores de tan hermosa idea./ Con un Colegio de segunda enseñanza de Madrid se ha fusionado una academia preparatoria de esta corte, constituyendo el Colegio preparatorio militar que dirige un ilustrado capitán de Infantería, muy conocido en la preparación, y que rompe los viejos moldes de tener al alumno horas, días y meses sentado, enseñándole á estudiar y á discurrir (que lo saben muy pocos), desarrollando sus facultades cognoscitivas al mismo tiempo que se fortifican sus fuerzas corporales, rindiendo culto á la antigua fórmula latina: Mens sana in córpore sano, puesto que en la preparación militar y en el estudio de las asignaturas correspondientes al llamado plan militar, además de inspirar á sus alumnos el más ferviente entusiasmo por la milicia y el amor á la gloria, los educa físicamente con ejercicios gimnásticos, conferencias al aire libre, excursiones y paseos, buscando en el campo el complemento educativo é instructivo que no puede hallarse dentro de los recintos del aula./ En toda la enseñanza se ve sobresalir el sentido práctico, sobre todo en los estudios geográficos, en los que, jugando los niños con la arena, hacen verdaderos planos en relieve, marcando montes, cuencas y demás accidentes./ El programa me encanta. Ese es el procedimiento de preparar hombres inteligentes, ágiles, robustos, sanos. Así se evita el que concurran á nuestras Academias muchachos ahítos de ciencia... aprendida de carretilla, papagayos simpáticos que se empollan los programas á costa de la salud, pero de aspecto poco en armonía con la profesión militar, que si ha de cumplir bien su misión, ha de ser ruda, enérgica, fuerte; todo vida, todo movimiento, todo vigor./ Ya que la acción oficial no ha encauzado aún la enseñanza militar en este sentido, felicitémonos de que, debido a las iniciativas de un modesto oficial de Infantería, se rompan moldes rutinarios en la enseñanza privada./ J. VIDAL MUNARRIZ, Teniente de Infantería.[26]
El artículo del joven teniente Vidal Munárriz se
puede resumir en la expresión latina que él mismo anota: Mens sana in
corpore sano, enseñando al alumno “á estudiar
y á discurrir (que lo saben muy pocos), desarrollando sus facultades
cognoscitivas al mismo tiempo que se fortifican sus fuerzas corporales”. Hoy,
un siglo después de haber sido escritas estas palabras, todavía queda mucho que
hacer en este sentido en las escuelas, pues aunque se ha avanzado en lo
relativo al ejercicio físico queda por mejorar el método de estudio, esto es,
aprender a estudiar y a pensar.
En noviembre del mismo año (1910), la
prensa militar recoge la recompensa de que fue objeto el joven militar, “Cruz
blanca de primera clase del Mérito Militar al primer teniente don Joaquín Vidal
Munárriz, por su obra Los dos sitios de Puerto Arturo, traducida del francés y
adicionada”.[27] A principios
de enero del año siguiente (1911), la prensa militar recoge el ascenso del
primer teniente Vidal Munárriz a capitán.[28]
Antes de finalizar el mes, el capitán Vidal Munárriz es destinado a la Caja de
La Estrada, nº 115 (Pontevedra).[29]
Por disposición oficial, a finales de marzo, el capitán Vidal Munárriz es
destinado al batallón de Cazadores de Estella, 14 (Navarra).[30]
A principios de junio del año siguiente
(1912), el capitán Vidal Munárriz es destinado al Regimiento de Infantería de
Aragón, nº 21 (Zaragoza).[31]
Tres años después, en unas notas militares, volvemos a encontrar al capitán
Vidal Munárriz, objeto de una condecoración –regalo de varios amigos y antiguos
condiscípulos-:
- Hemos tenido el gusto de ver el hermoso trabajo efectuado por la espadería Martín con la condecoración “distintivo del Profesorado” que fué concedida al capitán de Infantería, nuestro particular amigo, don Joaquín Vidal Munárriz, y que varios amigos y antiguos discípulos le regalan.[32]
La condecoración, regalo de “varios amigos y antiguos
condiscípulos”, evidencia el afecto de que era objeto el capitán Vidal
Munárriz. Dos años después (1917), “La Correspondencia de España” recoge una
orden de recompensas -aparecida en el Diario Oficial del Ministerio de la
Guerra concedidas al Ejército de Marruecos por servicios prestados en la
zona de Ceuta-Tetuán desde el 1º de mayo de 1915 hasta el 30 de junio de 1917-:
concediendo empleos, cruces de María Cristina y Cruces rojas pensionadas. Entre
las “Rojas pensionadas” figura el capitán Joaquín Vidal Munárriz.[33]
Ello significa que el capitán Vidal Munárriz había prestado servicios en
Marruecos. La primera página del diario madrileño recoge las sangrientas luchas
habidas en Rumania por entonces, Europa se halla inmersa en la Gran Guerra
(1914-1918), conflagración mundial en la que España permaneció al margen.
Respecto a la actuación en África, “La Correspondencia Militar” recoge una nota
–Nuestro Ejército en África- de gran interés para nuestro propósito (1917,
marzo):
- No hay necesidad de ensalzar la labor beneficiosa que nuestro valiente Ejército hace en África; está en la mente de todos, y en combates y servicios de campaña ha demostrado su valor y suficiencia; pero ésta, claro es, no se consigue sino á costa de un continuo y rudo trabajo, que bien dirigido por nuestro ilustrado general Jordana, es fielmente secundado por todos, poniendo iniciativas, entusiasmo y valor á beneficio de la causa común y de este modo poder responder siempre el Ejército á la confianza que en él tiene depositada toda la nación./ Estos días, y como final de instrucción, se están dedicando las compañías á marchas forzadas de velocidad entre Ceuta y Tetuán (45 kilómetros), marchas que se efectúan en el día, con todo el equipo de campaña y llegando las fuerzas en perfectas condiciones, desfilando ante los generales y demostrando que aún llegan con un gran remanente de reserva para si fuera necesario poder utilizar sus servicios./ Todas las compañías se han distinguido, y fueron felicitadísimas, complaciéndonos hoy en insertar en nuestras columnas la orden del Cuerpo del día 23 del brillante regimiento de Vad-Rás, que manda el ilustrado coronel del 50 de línea D. Alejandro Dema, jefe querido por todos y bien conocido del Ejército por sus entusiasmos é ilustración./ Dice así la citada orden: “El excelentísimo señor general en jefe, en oficio de hoy, me dice lo siguiente: Excelentísimo señor: Examinada la Memoria de la marcha efectuada á Ceuta el día 6 del corriente por la compañía del regimiento Infantería Vad-Rás, número 50, que manda el capitán don Joaquín Vidal Munárriz, me complazco en significar á V. E. para que lo haga saber al jefe de dicho regimiento y al mencionado capitán, la satisfacción con que he visto lo bien redactada que está la mencionada Memoria, y la brillantez con que se ejecutaron tanto la marcha hacía Ceuta como de regreso, para lo cual se servirá V. E. disponer asimismo se felicite en mi nombre, no sólo al capitán Vidal, sino también á los oficiales, clases y soldados de la expresada compañía que tan excelente preparación y buen espíritu han demostrado. Dios guarde a V. E. muchos años.—Tetuán 21 de Febrero 1917.—Francisco Gómez Jordana, rubricado./ En extremo me complace el poder hacer público en la orden del Cuerpo actos como el presente, que mantienen el nombre del regimiento tan alto como siempre estuvo, y par ello felicito al capitán Vidal, oficiales, clases y soldados de su compañía.—Tetuán 23 de Febrero 1917.—El coronel, Dema, rubricado”. Por nuestra parte felicitamos á tan brillante Cuerpo, que siempre ha sabido colocarse á envidiable altura, demostrando en todas ocasiones las grandes dotes de que está adornado.[34]
Fotografía de Gómez Jordana realizada por Kaulak, portada de la revista ''Nuevo Mundo'' (1915). |
El general Francisco Gómez-Jordana se dirige al
coronel Alejandro Dema y Soler, que mandaba el regimiento de infantería de
Vad-Rás, número 50 en Marruecos, para que en su nombre felicite al capitán don
Joaquín Vidal Munárriz, por la Memoria compuesta en relación con la marcha
efectuada el 6 de febrero de 1917 a Ceuta, por la compañía que comandaba
–felicitación que hace extensiva a los oficiales, clases y soldados-. Por su
parte, el coronel Dema comparte su felicitación al Cuerpo por “las grandes
dotes de que está adornado”. Francisco Gómez-Jordana (1852-1918) fue un general
español, Alto Comisario de España en Marruecos (1915-1918). Por su parte, el
coronel Alejandro Dema es el autor de un célebre tratado –Descripción del
fusil máuser español mod. 1893 (1914)-, obra de texto en la Academia de
Infantería, Colegios de la Guardia Civil y Carabineros, escuelas regimentales
de dicha Arma e Institutos y declarada de utilidad para la Marina.[35]
Portada de la obra "Armas y tiro. Descripción del fusil máuser español mod. 1893", obra de Alejandro Dema y Soler, coronel de Infantería (1914). |
En octubre del mismo año vemos al capitán Joaquín
Vidal Munárriz, del regimiento de Vaz-Rás, como vocal de un tribunal militar
(para ver y fallar en Consejo de Guerra ordinario a celebrar en la Cárcel
Modelo), en la causa instruida contra Juan Fernández de León, por instigación a
la huelga.[36]
Recién iniciada la dictadura de Primo de Rivera
(1923), encontramos de nuevo al capitán de Infantería Joaquín Vidal Munárriz,
como vocal de la nueva junta directiva del Casino Militar (diciembre, 1923).[37]
La prensa conservadora del momento recoge unos comentarios relativos al
malestar social del país, consecuencia de la situación económica. El artículo Lo
que está por hacer alude a la pérdida de las colonias (1898), “por culpa de
todos”, y a las aspiraciones de un cambio en las orientaciones políticas y la
gobernación del Estado. El movimiento de reconstitución nacional de Joaquín
Costa se basaba en un programa de mejoras públicas, pues “en España –un país
agobiado y maltrecho- se carecía de todo”. La situación que se describe resulta
de interés:
- Financieramente, los gastos públicos se han aumentado de modo extraordinario, rebasando la capacidad económica del país, y el déficit que se arrastra no guarda comparación con el modesto balance que arrojara la liquidación colonial./ España no puede con más cargas. Así están en suspenso todas las mejoras que viene demandando la nación, porque de ellas depende su porvenir y porque ese retraso la hace tributaria del Extranjero, porque muchas cosas que en el país se pueden producir, hay que importarlas forzosamente./ Durante la guerra vimos, en dolorosa experiencia, lo insuficiente de nuestras redes ferroviarias, que tantas dificultades ofrece en el problema de la facilidad y de la baratura de los transpones. Sin embargo, a pesar de la necesidad, no hemos podido ampliar la red ferroviaria./ Faltan puertos y embarcaderos económicos, carreteras y caminos vecinales; falta canalizar ríos y embalsar aguas en los pantanos para hacer un sistema de riegos que ponga en valor tantos miles de hectáreas de terrenos de secano; falta impulsar la explotación de minas y auxiliar la creación de industrias que transformen las materias primas; falta aumentar las comunicaciones postales, telegráficas y telefónicas, pues hay muchos pueblos que carecen en absoluto de estos servicios, que en otros países se hallan establecidos hasta en las más míseras aldeas; falta reformar y ampliar los servicios sanitarios, que en nuestra nación se hallan en mantillas, a pesar de los Convenios internacionales./ No hay escuelas, y de ahí la afrenta de nuestro crónico analfabetismo./ A todo eso era urgente atender, porque su realización representa, tanto en lo material como en lo espiritual, prosperidad, cultura, fisonomía de pueblo civilizado./ Pero todo eso requiere dinero, y también nos falta. Cierto que todas esas mejoras en obras públicas y esas ampliaciones en los servicios tienen un carácter reproductivo bien señalado. Y, sin embargo, ha sido de todo punto imposible dar un paso por ese camino. Voluntad no ha faltado, sin duda alguna; lo que han faltado son recursos, ya que a los esquilmados contribuyentes hubiera sido cruel exigirles nuevos sacrificios. ¡Se les han impuesto ya tantos![38]
El autor concluye invitando al lector a hacer un
examen de conciencia, de forma que todos comprendan que en el estado de cosas
del país, “los unos han pecado por exigir mucho y los otros por resistir poco
en el empleo de los recursos nacionales”. Los comentarios podrán ser más o
menos acertados, lo curioso es que proceden de un diario conservador, en los
comienzos de la Dictadura primorriverista (1923-1930).
Según el Anuario Militar de España (1926 y 1928),
Joaquín Vidal Munárriz figura como Ayudante de Campo en la 1ª Brigada de
Infantería (Jaca), Décima División, Cuartel General de Huesca.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
Continúa en:
[1] Todos los Nombres, Todos
los Rostros,
de las personas de “Euskal Herria” muertas en la lucha contra el fascismo,
2006. (Consultado por última vez el 17 de diciembre de 2018)
[2] La Correspondencia de España, Diario político y de noticias, Año Sexto, Nº 1.266, Madrid, jueves 18 de junio de 1895. «La Correspondencia de España fue un periódico vespertino madrileño de tendencia conservadora, fundado por Manuel María de Santa Ana (en 1859), se publicó hasta 1925, desbancado por El Imparcial». Cf. Wikipedia, voz La Correspondencia de España.
[3] El Constitucional: Periódico político, literario y comercial, Año XLVI, Nº 13.642. Madrid, del sábado 10 de noviembre de 1842. «El Constitucional fue un periódico editado en Barcelona durante algo más de seis años en la primera mitad del siglo XIX, concretamente y con alguna interrupción, entre 1837 y 1843». Cf. Wikipedia, voz El Constitucional.
[4] El Correo Militar, Año XXX,
Nº 6.807, del viernes 15 de junio de 1898, p. 2.
[5] La Correspondencia Militar, Año XXIV, Nº 6.746. Madrid, del miércoles 21 de marzo de 1900. «La Correspondencia Militar, también conocido como La Correspondencia, fue un diario publicado en Madrid, entre 1877 y 1932. Durante su existencia mantuvo una línea editorial belicista y de defensa de los intereses corporativos del Ejército». Cf. Wikipedia, voz La Correspondencia Militar.
[6] La Correspondencia Militar,
Año XXIV, Nº 6.769. Madrid, del miércoles 18 de abril de 1900.
[7] Ibídem.
[8] Ibídem, Año XXVII, Nº 7.798. Madrid, del martes 18 de agosto de 1903.
[9] Ibídem,
Madrid, año XXVII, Nº 7.859, del miércoles 28 de octubre de 1903.
[10] ABC, Nº 731, del miércoles
5 de junio de 1907, p. 5.
[11] La Correspondencia Militar, Año XXX, Nº 8.989. Madrid, del jueves 20 de junio de 1907.
[12] Ibídem, Año XXXII, Nº 9.251. Madrid, del miércoles 22 de abril de 1908.
[13] Ibídem, Año XXXII, Nº 9.300. Madrid, del sábado 20 de junio de 1908.
[14] La Correspondencia de España, Año LX, Nº 18.715, Madrid, domingo 9 de mayo de 1909.
[14] La Correspondencia de España, Año LX, Nº 18.715, Madrid, domingo 9 de mayo de 1909.
[15] La
Ilustración Española y Americana, Nº XVIII, de 15 de mayo de 1909.
[16] La
Correspondencia Española, Año XXXIII, Nº 9.619. Madrid, viernes 2 de julio de
1909.
[17] La
Correspondencia Militar, Año XXXIV, Nº 9.827. Madrid, viernes 25 de febrero de
1910.
[18] VIDAL MUNÁRRIZ, Vidal (1910). Últimas glorias de la Marina
Española, Imprenta y Librería Militar de Viuda e Hijos de J. Peláez,
Toledo. Vid PALAU CLAVERAS, Agustín (2010). Bibliografía Marítima Española, Publicación patrocinada por la Diputación Provincial de Barcelona (1943). Por la presente edición: Editorial Maxtor, Valladolid, p. 186 y 453. ISBN: 84-9761-795-9
[19] La
Correspondencia Militar, Año XXXIV, Nº 9.884. Madrid, miércoles 4 de mayo de
1910. La Correspondencia de España, Año LXL, Nº 19.076. El Globo, diario
liberal independiente, Año XXXVI, Nº 12.049. Madrid, del viernes 6 de mayo de
1910.
[20] La
Correspondencia Militar, Año XXXIV, Nº 9.884. Madrid, miércoles 4 de mayo de
1910.
[21] Ibídem, Año XXXIV, Nº 9.963. Madrid, sábado 6 de agosto de
1910.
[22] Ibídem, Año XXXIV, Nº 9.978. Madrid, del miércoles 24 de
agosto de 1910.
[23] MIGUEL FERNÁNDEZ-CARRANZA, Enrique de et alter. El regimiento Otumba nº 49 en la
guerra de Cuba (1895-1898), en RACV
Digital.
[24] La
Correspondencia Militar, Año XXXIV, Nº 9.991. Madrid, del jueves 8 de
septiembre de 1910.
[25] Ibídem, Año XXXIV, Nº 10.000. Madrid, del sábado 24 de
septiembre de 1910.
[26] VIDAL
MUNÁRRIZ, Joaquín. De enseñanza militar, en La Correspondencia Militar, Año
XXXIV, Nº 10.000, del lunes 26 de septiembre de 1910.
[27] La
Correspondencia Militar, Año XXXIV, Nº 10.048. Madrid, del lunes 14 de
noviembre de 1910.
[28] Ibídem, Año XXXV, Nº 10.098. Madrid, del miércoles 11 de enero
de 1911.
[29] Ibídem, Año XXXV, Nº 10.113. Madrid, del sábado 28 de enero de 1911.
[30] Ibídem, Año XXXV, Nº 10.161. Madrid, del sábado 25 de marzo de
1911.
[31] Ibídem, Año XXXVI, Nº 10.537. Madrid, del lunes 10 de junio de
1912.
[32] Ibídem, Año XXXIX, Nº 11.489. Madrid, del martes 6 de julio de
1915.
[33] Ibídem, Año LXVIII, Nº 21.508. Segunda Edición. Madrid, del
lunes 1 de enero de 1917, p. 5.
[34] Ibídem, Año XLI, Nº 12.006. Madrid, del sábado 3 de marzo de
1917.
[35] DEMA Y
SOLER, Alejandro (1914). Descripción del fusil máuser español mod. 1893 y
del material de reposición de municiones en el combate e instrucción
teórico-práctica del tiro y estudio de las pólvoras reglamentarias para las
armas portátiles y reglas para su reconocimiento, imprenta, librería y
encuadernación de Rafael G. Menor, Toledo.
[36] La Correspondencia militar, Año XLI, Nº 12.184. Madrid, del lunes 1 de octubre de 1917. El Imparcial, Año LI, Nº 18.191. Madrid, del miércoles 3 de octubre de 1917. «El Imparcial fue un diario de ideología liberal fundado por Eduardo Gasset y Artime (en 1867), desaparecido en 1933. Fue uno de los primeros diarios de empresa, en contraposición a los diarios de partido». Cf. Wikipedia, voz El Imparcial (1867-1933).
[37] El general Saro, presidente del Centro del Ejército, en El Sol, del 16 de diciembre de 1923, p. 4. «El Sol fue un periódico editado en Madrid (entre 1917 y 1936), de ideología liberal, fundado por Nicolás María de Urgoiti. Considerado un periódico influyente, sin embargo, a lo largo de su existencia hubo de hacer frente a numerosas pérdidas económicas. De ideología liberal en sus primeros tiempos, durante los años de la Segunda República sufrió diversos avatares y fue evolucionando ideológicamente; en el transcurso de la Guerra Civil se convirtió en órgano del Partido Comunista. El diario dejó de editarse al final de la contienda». Cf. Wikipedia, voz El Sol (España). Nueva Junta directiva del Casino Militar, en La Correspondencia de España, Año LXXVI, Nº 23.785. Madrid, del lunes 17 de diciembre de 1923. El Globo, Año XLIX, Nº 16.277. Madrid, del miércoles 19 de diciembre de 1923.
[38] Lo que está
por hacer, en La Correspondencia de España, Año LXXVI, Nº 23.758. Madrid, del
lunes 17 de diciembre de 1923.
1 comentario:
Enhorabuena por tu más que interesante artículo sobre Don Joaquín Vidal Munárriz. Estoy de acuerdo contigo en el sentido de considerar la Guerra Civil como una lucha entre hermanos, no entre buenos y malos. Entiendo que para entender la magnitud de todo lo sucedido, hay que ser siempre lo más objetivo posible.
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