viernes, 4 de mayo de 2012

LA ERMITA DE SAN SEBASTIÁN EN MAS DE JACINTO (CASTIELFABIB) [I]


A propósito de una visita a la aldea castielfabiense,
que está bajo el patrocinio de san Sebastián.



"Por fin llegamos hasta una pequeña meseta 
en donde se levanta la Ermita de San Sebastián 
rodeada de haces atresnalados en los grandes rodales blancos y duros de las eras"
-Luis B. Lluch Garín, en Ermitas y paisajes de Valencia (1980).









Palabras previas.
Mas de Jacinto -también conocida entre los comarcanos como La Masada, topónimo que alude a su primitiva condición de alquería o pequeño lugar habitado junto a tierras de labor-, es una aldea de Castielfabib (Valencia) y se halla en la ladera de un cerrito arcilloso, junto a la carretera nacional 330-420 en dirección Teruel: su caserío se dispone longitudinalmente a la rambla de su nombre –en la margen izquierda de la misma-, la cual resulta de la confluencia de los barrancos de Val Seco y Val del Agua, que vierte al Turia frente a la localidad.

Vista de la ermita de san Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia).

            
Pese a ubicarse junto a la mencionada vía nacional y estar su desarrollo histórico vinculado al antiguo camino viejo de Ademuz a Teruel –que formaba parte del Camino Real de Valencia y Castilla a Aragón por esta parte-,[1] su caserío no posee la típica estructura de calle-pueblo como resulta en la vecina Torrealta (Torrebaja), sino mirando a la rambla de Mas de Jacinto –también conocida como de san Sebastián-, lo que significa que se halla en disposición meridional, esto es, perpendicular a la carretera, y como ajena a ésta.
            
Mas de Jacinto posee un restaurante, un taller de reparación de vehículos a motor y una gasolinera, siendo ésta la primera y más antigua de la comarca; con todo, es un lugar de paso y el visitante raramente se detiene para visitar la localidad... Sin embargo, merece la pena perderse un momento por sus callejas –calle de la Huerta, Mayor, las Eras, de la Rocha...- admirando la peculiaridad de sus edificios de estilo tradicional, algunos bellos rincones de sabor rural, y las fuentecitas que tiene, hasta arribar al edificio religioso más importante y único existente en la localidad, el cual posee su interés: se trata de una pequeña ermita, cuyo aspecto puede ayudarnos a comprender cómo fueron los primitivos templos comarcanos, tras la conquista cristiana de estos lugares a comienzos del siglo XIII (1210). Se trata de la ermita de san Sebastián, cuya sencillez y belleza interior inclina al recogimiento y la piedad.
            
El edificio actual pudo ser construido en el primer tercio del siglo XIX (1836-37),[2] aunque lo más probable es que la presente hechura sea remodelación de otras previas, pues según el somero texto explicativo -firmado por Raúl Eslava (s/f)- que figura en la fachada del templo, ya existen datos de su existencia a principios del siglo XVII: el Altar Mayor se hallaba entonces presidido por un retablo de pincel, hoy desaparecido, donde se representaba a san Sebastián y a san Fabián, estando también documentada una frecuentada romería desde ese mismo siglo. Ello induce a pensar que en el Seiscientos Mas de Jacinto sería propiamente una masada, esto es, una casa de campo con tierras de labor y ganado, en cuyas proximidades estaría la ermita o pequeño santuario predecesora de la actual, al que una vez al año acudirían en romería los vecinos de las aldeas o lugares próximos.

Vista parcial de Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), desde la rambla.

            
La reseña censal demuestra la presencia de un grupito de cinco casas habitadas en Mas de Jacinto a mediados del Setecientos, que creció hasta seis veces a lo largo de la centuria siguiente, lo cual es compatible con la evolución comarcana; de hecho, la aldea alcanzó su techo poblacional en la segunda década del Novecientos –289 habitantes/1920-, para decrecer progresivamente hasta la actualidad, en que el censo de residentes se halla en unos pocos vecinos.

            Evolución censal de Mas de Jacinto-Castielfabib (1760-1996).
1760
(casas)
1860
(casas)
1920
(habitantes)
1986
(habitantes)
1991
(habitantes)
1996
(habitantes)
5
32
289
85
75
68
            Modificado de Rodrigo Alfonso (1998), p. 57 y 85.



Camino de la Ermita de San Sebastián.
Para ir a Mas de Jacinto desde el centro del Rincón de Ademuz, si vamos en coche hay que seguir la carretera nacional 330-420 en dirección Teruel: pasaremos por Torrebaja y Mas de los Mudos –lugar de Castielfabib que queda en la margen izquierda de la carretera, más conocido como “La Masadica”- y llegaremos rápidamente a la aldea objeto de nuestra visita. Si vamos andando o en bicicleta, podremos ir siguiendo el Camino Viejo de Ademuz a Teruel que mencionamos arriba –pasando entonces por Torrealta, aldea de Torrebaja por donde iba el antiguo Camino Real, constituyendo un singular y ameno recorrido para una mañana...
            
Arribados al Lugar podemos internarnos en el caserío por la calle Huerta, que comienza en la carretera, pasando junto al taller de reparación de vehículos. Pero también puede irse por el acceso norte, esto es, pasando la gasolinera y continuando en dirección Teruel, para tomar el primer desvío que aparece a la izquierda, unos cientos de metros más adelante. Tras una ligera costanilla llegaremos al barrio de Las Eras, donde las antiguas eras y pajares del Lugar, allí se halla la ermita.

Calle Mayor y subida a la de las Eras en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia),
camino de la Ermita de San Sebastián.

Subida a la calle de las Eras en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia),
camino de la Ermita de San Sebastián (2012).

Fachada principal de la Ermita de San Sebastián 
en
Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), 2012.


Emplazamiento y descripción de la ermita de san Sebastián.
 La ermita de san Sebastián es un edificio exento de pequeñas dimensiones, emplazado en la zona llana de la ladera sobre la que se halla el caserío, junto en la confluencia de la calle Eras y la que conduce al cementerio: enfrente de la ermita está la calle de la Rocha, que asciende hacia la parte alta de la aldea.
            
Se trata de un edificio de fábrica rectangular, orientado de norte a sur, con la fachada principal encarada al meridión, en la que destacan una entrada con arco de medio punto que enmarca una puerta de doble hoja, sobre la que hay una amplia ventana circular; sobre ésta se alza a su vez una hornacina con revestimiento interno de ladrillo, correspondiente a la espadaña donde habita la campana. Entre el óculo y el vano del bronce luce un farol del alumbrado público. La torrecilla tiene forma de pequeña casita con tejado a doble vertiente, semejante al resto del edificio. La delantera posee un zócalo de piedra sobrepuesta, formando un somero jardincillo a cada lado de la entrada, siendo el resto de la pared liso, el cual se amplía merced a un antepecho que tapa el tejado. La ornamentación se completa con dos maceteros circulares junto al pórtico. Lo más llamativo del edificio es, sin embargo, el frontón que se le adosa al levante, el cual se halla pintado en verde y posee una tela metálica en la parte superior, para evitar se pierdan las pelotas que van altas... Con frontón hay otra ermita en la comarca, la de María Inmaculada en Cuesta del Rato (Castielfabib).[3] En la parte derecha de la portada, junto al frontón, hay un canalón, por donde drena esta vertiente de tejado. En el lado opuesto del canalón se yergue una garrocha de hierro donde se sujetan los cables del alumbrado público, afeando la estética: problema bastante común en todos los pueblos y aldeas del Rincón de Ademuz.
            
Circundando la ermita por levante observamos que en la cabecera del templo hay un estrecho pasadizo que lo separa del edificio contiguo y sale a la calle del cementerio. Para observar mejor la disposición y estructura del ermitorio cabe situarse al comienzo de la calle de la Rocha, desde donde obtendremos una visión completa de la fachada de poniente. Así situados, veremos que a nuestra derecha hay una zona ajardinada, con una fuente, dos bancos y juegos para niños. Entre la ermita y nuestra posición discurre la calle que conduce al cementerio de la localidad, que se halla hacia el norte, unos cientos de metros más adelante.
            
Decía que la ermita posee planta alargada, con cobertura de teja árabe a dos aguas, que en la fachada occidental se prolonga hacia la calle con un somero saledizo, correspondiente a la sacristía, iluminada ésta por una ventanita. A los pies del templo, esto es, delante, destaca la estructura de la espadaña en la parte alta, donde reside la campana, con cobertura en todo similar al resto del inmueble. Observamos el acroterio de la fachada principal, que amplía el frontis, y la parte más elevada del trinquete, con su tela metálica sujeta con varillas, sobresaliendo ampliamente por encima del templo. Las fachadas han sido recientemente remozadas, obra que se ha completado con un somero zócalo de piedra sobrepuesta, lo que impide ver la mampostería de los muros sobre los que se yergue el oratorio. El alero está pintado en color salmón, destacando sobre el tono más claro de los muros. Desde esta posición elevada –al comienzo de la calle de la Rocha- se advierte también el pasadizo que hay entre la cabecera del templo, esto es, por detrás, y el edificio contiguo.

La señora Angelina Díaz Díaz (Mas de Jacinto, 1927), vecina que guarda la llave de la Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia),
con detalle del arco de medio punto en la entrada, que anteriormente fue recto (2012).

La Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia),
detalle del frontón adosado a la fachada de levante
[Foto tomada de Luis B. Lluch Garín, 1957].


Antes de continuar con la descripción del ermitorio, conviene echar la vista atrás y reparar en cómo lo vieron otros autores en el pasado, como es el caso del abogado, escritor y periodista valenciano Luis B. Lluch Garín (1907-1986), que visitó el lugar en agosto de 1957, recogiendo datos para una serie de artículos que publicaría años después en Las Provincias (1966), y que acabarían formando parte de un grueso libro en dos volúmenes –Ermitas y paisaje de Valencia (1980)-. Nuestro autor llegó a Mas de Jacinto en bicicleta, acompañado de su hijo José y del cura del Torrebaja –entonces lo era don Antonio Martínez Gabalda (1915-1976)- y en la aldea estaban trillando: Un polvo fino de paja nos rodea y el aroma de la mies reseca la garganta –anota en su relato-. Y sigue diciendo:
  • Por fin llegamos hasta una pequeña meseta en donde se levanta la Ermita de San Sebastián rodeada de haces atresnalados en los grandes rodales blancos y duros de las eras./ La Ermita es una sola nave de construcción muy sencilla. El muro de la derecha (mirando el edificio de frente) es liso, con un tendido de cemento agrietado y forma la pared del frontón. [...] Sobre el caballete del tejado a dos aguas está la espadaña, con un fajón de ladrillo rojo formando un dibujo almenado./ La fachada, enlucida y pintada de blanco tiene un zócalo y como remate un sencillo acroterio sobre un voladizo de ladrillos. La puerta de madera (entonces con arco recto) se adorna con clavos chanflones, [...].[4]
La ermita de san Sebastián  en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), en la actualidad,
con detalle de la fachada principal (meridional) y del frontón,
que se le adosa por la de levante (2012).


Una vez dentro, describe el interior:
  • A la derecha está el arranque de la escalera que conduce al coro y la pila del agua bendita que es una taza de piedra tallada imitando con sus estrías la venera de un peregrino y montada sobre un pilar de obra./ El piso es un enlucido rústico de yeso que aquí llaman “cindria”; y es también de yeso el techo plano entre las vigas laterales ligeramente desbastadas. En el centro de la Ermita con un poyo lateral, se levanta un arco peraltado que la cruza de parte a parte, pero como su cintra está agrietada, los vecinos lo han apuntalado poniendo una gruesa pilastra de madera pintada de verde y de cantos achaflanados.[5]

Menciona aquí “una taza de piedra tallada” correspondiente a una pila de agua bendita, que por sus estrías le recuerdan “la venera de un peregrino”, seguramente la pieza más antigua del ermitorio y que a nosotros nos evoca otra similar existente en la iglesia de Negrón (Vallanca). Y continúa describiendo el presbiterio:
  • El altar es de obra y está pegado al testero de la Ermita teniendo a los lados dos hornacinas sobre unas ménsulas alargadas. De la viga maestra y de una garrucha pende un farol redondo de hierro repujado. El farol da una fuerte sensación de frialdad pues no tiene vela ni cristales [...]./ Hay, sin embargo, una nota de color agradable: es un estandarte adornado con la oleografía de un Santo Cristo; y a su lado –también lo veré en otras ermitas del Rincón- hay muchos cirios pegados sobre trozos de madera que sirven de candelabro, o bien metidos en el gollete de varias botellas y vasijas de toda case de tamaños y colores.[6]

Y sigue escribiendo:
  • En la pared donde están los exvotos destaca una banderita de seda blanca con la siguiente leyenda muy arrugada entre los pliegues lacios: “Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío”. Los exvotos son numerosos: exvotos de cera entre otros varios, vestiditos de raso, sandalias, lazos... etc. ¡Todo un mundo lejano de recuerdos con promesas, renuncias y sacrificios! Cada uno de ellos es historia que no ha muerto porque se lee aún viva a través del polvo y de la palidez ajada de los colores.[7]
La Ermita de San Sebastián  en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia),
en la actualidad, vista desde poniente, con detalle del frontis y la espadaña (2012).

La Ermita de San Sebastián  en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia) en la actualidad,
vista desde poniente, con detalle del edificio que hay a la cabecera,
propio de la arquitectura tradicional (2012).

La Ermita de San Sebastián  en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia) en la actualidad,
vista desde poniente, con detalle del cuerpo saliente de la sacristía, y la espadaña (2012).


Resulta curiosa la mención de los exvotos de la Ermita de San Sebastián… Objetos de este tipo se hallaban en otras ermitas del Rincón de Ademuz, como la de María Inmaculada en Cuesta del Rato (Castielfabib), la de san Roque en Torrebaja y la iglesia de San Antonio de Padua en Negrón (Vallanca), de la misma forma que podemos verlos todavía en el monasterio de Tejeda en Garaballa (Cuenca). Los exvotos eran ofrendas que los fieles depositaban, y todavía depositan, en santuarios o lugares de culto, consistentes en figuras de cera -representado a personas, órganos corporales-, trenzas de pelo, vestidos, fotografías, cartas y objetos de todo tipo que aluden a un hecho desgraciado del que el oferente o sus familiares se han recuperado. El origen de los exvotos hunde sus raíces en las civilizaciones paganas de la antigüedad: mesopotámica, egipcia, ibera…[8] Respecto de las imágenes, dice:
  • Hay un Cristo y debajo una pequeña talla de San Antonio. En el templete del altar está la imagen del patrón San Sebastián adornada con una guirnalda de papel dorado con rosetones y cadenitas, y otra imagen de la Inmaculada cuya fiesta la celebran las Hijas de María el tercer domingo de mayo [...] la imagen (de San Antonio) colocada en otra hornacina y al lado de un estandarte o guion de la Santísima Trinidad.[9]


Continúa en:



[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Patrimonio cultural y religioso en Torrebaja: los casilicios o pilones del Camino Real, en la web Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 12 de noviembre de 2011.
[2] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Valencia, p. 85.
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. La ermita de María Inmaculada en Cuesta del Rato(Castielfabib), en la web Desde el Rincón de Ademuz, del martes 1 de mayo de 2012.
[4] LLUCH GARÍN, Luis B (1980). Ermitas y paisaje de Valencia, Edita Caja de Ahorros de Valencia, Valencia, vol. I, p. 508.
[5] Ibídem, pp. 508-509.
[6] Ibídem.
[7] Ibídem.
[8] Cf. Wikipedia, voz Exvoto.
[9] LLUCH GARÍN (1980), pp. 508-509.

La señora Angelina Díaz Díaz (Mas de Jacinto, 1927), vecina que guarda la llave de la Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia).

Detalle floral en la puerta de la señora Angelina Díaz Díaz (Mas de Jacinto, 1927),
vecina que guarda las llaves de la Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), 2012.

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