A propósito de una visita a la
aldea castielfabiense,
que está bajo el patrocinio de
san Sebastián.
"Por fin llegamos hasta una pequeña meseta
en donde se levanta la Ermita de San Sebastián
rodeada de haces atresnalados en los grandes rodales blancos y duros de las eras"
-Luis B. Lluch Garín, en Ermitas y paisajes de Valencia (1980).
Palabras previas.
Mas
de Jacinto -también conocida entre los comarcanos como La Masada, topónimo que
alude a su primitiva condición de alquería o pequeño lugar habitado junto a
tierras de labor-, es una aldea de Castielfabib (Valencia) y se halla en la
ladera de un cerrito arcilloso, junto a la carretera nacional 330-420 en
dirección Teruel: su caserío se dispone longitudinalmente a la rambla de su
nombre –en la margen izquierda de la misma-, la cual resulta
de la confluencia de los barrancos de Val Seco y Val del Agua, que vierte al
Turia frente a la localidad.
Vista de la ermita de san Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia). |
Pese
a ubicarse junto a la mencionada vía nacional y estar su desarrollo histórico
vinculado al antiguo camino viejo de Ademuz a Teruel –que formaba parte del
Camino Real de Valencia y Castilla a Aragón por esta parte-,[1]
su caserío no posee la típica estructura de calle-pueblo como resulta en la
vecina Torrealta (Torrebaja), sino mirando a la rambla de Mas de Jacinto
–también conocida como de san Sebastián-, lo que significa que se halla en
disposición meridional, esto es, perpendicular a la carretera, y como ajena a
ésta.
Mas
de Jacinto posee un restaurante, un taller de reparación de vehículos a motor y
una gasolinera, siendo ésta la primera y más antigua de la comarca; con todo,
es un lugar de paso y el visitante raramente se detiene para visitar la
localidad... Sin embargo, merece la pena perderse un momento por sus callejas
–calle de la Huerta, Mayor, las Eras, de la Rocha...- admirando la peculiaridad de sus
edificios de estilo tradicional, algunos bellos rincones de sabor rural, y las
fuentecitas que tiene, hasta arribar al edificio religioso más importante y único
existente en la localidad, el cual posee su interés: se trata de una pequeña
ermita, cuyo aspecto puede ayudarnos a comprender cómo fueron los
primitivos templos comarcanos, tras la conquista cristiana de estos lugares a
comienzos del siglo XIII (1210). Se trata de la ermita de san Sebastián, cuya
sencillez y belleza interior inclina al recogimiento y la piedad.
El
edificio actual pudo ser construido en el primer tercio del siglo XIX
(1836-37),[2]
aunque lo más probable es que la presente hechura sea remodelación de otras
previas, pues según el somero texto explicativo -firmado por Raúl Eslava (s/f)-
que figura en la fachada del templo, ya existen datos de su existencia a
principios del siglo XVII: el Altar Mayor se hallaba entonces presidido por un
retablo de pincel, hoy desaparecido, donde se representaba a san Sebastián y a
san Fabián, estando también documentada una frecuentada romería desde ese mismo
siglo. Ello induce a pensar que en el Seiscientos Mas de Jacinto sería
propiamente una masada, esto es, una casa de campo con tierras de labor y
ganado, en cuyas proximidades estaría la ermita o pequeño santuario predecesora
de la actual, al que una vez al año acudirían en romería los vecinos de las
aldeas o lugares próximos.
Vista parcial de Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), desde la rambla. |
La
reseña censal demuestra la presencia de un grupito de cinco casas habitadas en
Mas de Jacinto a mediados del Setecientos, que creció hasta seis veces a
lo largo de la centuria siguiente, lo cual es compatible con la evolución
comarcana; de hecho, la aldea alcanzó su techo poblacional en la segunda década
del Novecientos –289 habitantes/1920-, para decrecer progresivamente
hasta la actualidad, en que el censo de residentes se halla en unos pocos
vecinos.
Evolución
censal de Mas de Jacinto-Castielfabib (1760-1996).
1760
(casas)
|
1860
(casas)
|
1920
(habitantes)
|
1986
(habitantes)
|
1991
(habitantes)
|
1996
(habitantes)
|
5
|
32
|
289
|
85
|
75
|
68
|
Modificado
de Rodrigo Alfonso (1998), p. 57 y 85.
Camino de la Ermita de San Sebastián.
Para ir a Mas de Jacinto desde el centro del Rincón de Ademuz, si
vamos en coche hay que
seguir la carretera nacional 330-420 en dirección Teruel: pasaremos por
Torrebaja y Mas de los Mudos –lugar de Castielfabib que queda en la margen
izquierda de la carretera, más conocido como “La Masadica”- y llegaremos
rápidamente a la aldea objeto de nuestra visita. Si vamos andando o en
bicicleta, podremos ir siguiendo el Camino Viejo de Ademuz a Teruel que
mencionamos arriba –pasando entonces por Torrealta, aldea de Torrebaja por
donde iba el antiguo Camino Real, constituyendo un singular y ameno
recorrido para una mañana...
Arribados
al Lugar podemos internarnos en el caserío por la calle Huerta, que
comienza en la carretera, pasando junto al taller de reparación de vehículos.
Pero también puede irse por el acceso norte, esto es, pasando la gasolinera y
continuando en dirección Teruel, para tomar el primer desvío que aparece a la
izquierda, unos cientos de metros más adelante. Tras una ligera costanilla
llegaremos al barrio de Las Eras, donde las antiguas eras y pajares del Lugar, allí se halla la ermita.
Calle Mayor y subida a la de las Eras en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), camino de la Ermita de San Sebastián. |
Subida a la calle de las Eras en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), camino de la Ermita de San Sebastián (2012). |
Fachada principal de la Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Emplazamiento
y descripción de la ermita de san Sebastián.
La
ermita de san Sebastián es un edificio exento de pequeñas dimensiones,
emplazado en la zona llana de la ladera sobre la que se halla el caserío, junto
en la confluencia de la calle Eras y la que conduce al cementerio: enfrente de
la ermita está la calle de la Rocha, que asciende hacia la parte alta de la
aldea.
Se trata de un edificio de fábrica rectangular, orientado de norte a sur, con la fachada principal encarada al meridión, en la que destacan una entrada con arco de medio punto que enmarca una puerta de doble hoja, sobre la que hay una amplia ventana circular; sobre ésta se alza a su vez una hornacina con revestimiento interno de ladrillo, correspondiente a la espadaña donde habita la campana. Entre el óculo y el vano del bronce luce un farol del alumbrado público. La torrecilla tiene forma de pequeña casita con tejado a doble vertiente, semejante al resto del edificio. La delantera posee un zócalo de piedra
sobrepuesta, formando un somero jardincillo a cada lado de la entrada, siendo
el resto de la pared liso, el cual se amplía merced a un antepecho que tapa el
tejado. La ornamentación se completa con dos maceteros circulares junto al
pórtico. Lo más llamativo del edificio es, sin embargo, el frontón que se le
adosa al levante, el cual se halla pintado en verde y posee una tela metálica
en la parte superior, para evitar se pierdan las pelotas que van altas... Con frontón hay otra
ermita en la comarca, la de María Inmaculada en Cuesta del Rato
(Castielfabib).[3] En la parte
derecha de la portada, junto al frontón, hay un canalón, por donde drena esta
vertiente de tejado. En el lado opuesto del canalón se yergue una garrocha de
hierro donde se sujetan los cables del alumbrado público, afeando la estética: problema bastante común en todos los pueblos y aldeas del Rincón de Ademuz.
Circundando
la ermita por levante observamos que en la cabecera del templo hay un estrecho
pasadizo que lo separa del edificio contiguo y sale a la calle del cementerio.
Para observar mejor la disposición y estructura del ermitorio cabe situarse al
comienzo de la calle de la Rocha, desde donde obtendremos una visión completa
de la fachada de poniente. Así situados, veremos que a nuestra derecha hay una
zona ajardinada, con una fuente, dos bancos y juegos para niños. Entre la
ermita y nuestra posición discurre la calle que conduce al cementerio de la
localidad, que se halla hacia el norte, unos cientos de metros más adelante.
Decía
que la ermita posee planta alargada, con cobertura de teja árabe a dos aguas,
que en la fachada occidental se prolonga hacia la calle con un somero saledizo,
correspondiente a la sacristía, iluminada ésta por una ventanita. A los pies del templo, esto es, delante, destaca la estructura de la espadaña en la parte alta, donde reside la campana, con cobertura en
todo similar al resto del inmueble. Observamos el acroterio de la fachada principal, que
amplía el frontis, y la parte más elevada del trinquete, con su tela metálica sujeta con
varillas, sobresaliendo ampliamente por encima del templo. Las fachadas han sido
recientemente remozadas, obra que se ha completado con un somero zócalo de
piedra sobrepuesta, lo que impide ver la mampostería de los muros sobre los que
se yergue el oratorio. El alero está pintado en color salmón, destacando sobre
el tono más claro de los muros. Desde esta posición elevada –al comienzo de la
calle de la Rocha- se advierte también el pasadizo que hay entre la cabecera
del templo, esto es, por detrás, y el edificio contiguo.
La Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), detalle del frontón adosado a la fachada de levante [Foto tomada de Luis B. Lluch Garín, 1957]. |
Antes
de continuar con la descripción del ermitorio, conviene echar la vista atrás y
reparar en cómo lo vieron otros autores en el pasado, como es el caso del
abogado, escritor y periodista valenciano Luis B. Lluch Garín (1907-1986), que visitó el
lugar en agosto de 1957, recogiendo datos para una serie de artículos que
publicaría años después en Las Provincias (1966), y que acabarían formando
parte de un grueso libro en dos volúmenes –Ermitas y paisaje de Valencia (1980)-. Nuestro autor llegó a Mas de Jacinto en bicicleta, acompañado de su
hijo José y del cura del Torrebaja –entonces lo era don Antonio Martínez
Gabalda (1915-1976)- y en la aldea estaban trillando: Un polvo fino de
paja nos rodea y el aroma de la mies reseca la garganta –anota en su
relato-. Y sigue diciendo:
- Por fin llegamos hasta una pequeña meseta en donde se levanta la Ermita de San Sebastián rodeada de haces atresnalados en los grandes rodales blancos y duros de las eras./ La Ermita es una sola nave de construcción muy sencilla. El muro de la derecha (mirando el edificio de frente) es liso, con un tendido de cemento agrietado y forma la pared del frontón. [...] Sobre el caballete del tejado a dos aguas está la espadaña, con un fajón de ladrillo rojo formando un dibujo almenado./ La fachada, enlucida y pintada de blanco tiene un zócalo y como remate un sencillo acroterio sobre un voladizo de ladrillos. La puerta de madera (entonces con arco recto) se adorna con clavos chanflones, [...].[4]
La ermita de san Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), en la actualidad, con detalle de la fachada principal (meridional) y del frontón, que se le adosa por la de levante (2012). |
Una
vez dentro, describe el interior:
- A la derecha está el arranque de la escalera que conduce al coro y la pila del agua bendita que es una taza de piedra tallada imitando con sus estrías la venera de un peregrino y montada sobre un pilar de obra./ El piso es un enlucido rústico de yeso que aquí llaman “cindria”; y es también de yeso el techo plano entre las vigas laterales ligeramente desbastadas. En el centro de la Ermita con un poyo lateral, se levanta un arco peraltado que la cruza de parte a parte, pero como su cintra está agrietada, los vecinos lo han apuntalado poniendo una gruesa pilastra de madera pintada de verde y de cantos achaflanados.[5]
Menciona
aquí “una taza de piedra tallada” correspondiente a una pila de agua bendita,
que por sus estrías le recuerdan “la venera de un peregrino”, seguramente la
pieza más antigua del ermitorio y que a nosotros nos evoca otra similar
existente en la iglesia de Negrón (Vallanca). Y continúa describiendo el
presbiterio:
- El altar es de obra y está pegado al testero de la Ermita teniendo a los lados dos hornacinas sobre unas ménsulas alargadas. De la viga maestra y de una garrucha pende un farol redondo de hierro repujado. El farol da una fuerte sensación de frialdad pues no tiene vela ni cristales [...]./ Hay, sin embargo, una nota de color agradable: es un estandarte adornado con la oleografía de un Santo Cristo; y a su lado –también lo veré en otras ermitas del Rincón- hay muchos cirios pegados sobre trozos de madera que sirven de candelabro, o bien metidos en el gollete de varias botellas y vasijas de toda case de tamaños y colores.[6]
Y
sigue escribiendo:
- En la pared donde están los exvotos destaca una banderita de seda blanca con la siguiente leyenda muy arrugada entre los pliegues lacios: “Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío”. Los exvotos son numerosos: exvotos de cera entre otros varios, vestiditos de raso, sandalias, lazos... etc. ¡Todo un mundo lejano de recuerdos con promesas, renuncias y sacrificios! Cada uno de ellos es historia que no ha muerto porque se lee aún viva a través del polvo y de la palidez ajada de los colores.[7]
La Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib
(Valencia), en la actualidad, vista desde poniente, con detalle del frontis y la espadaña (2012). |
La Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib
(Valencia) en la actualidad, vista desde poniente, con detalle del cuerpo saliente de la sacristía, y la espadaña (2012). |
Resulta curiosa la mención de los exvotos de la Ermita de San Sebastián… Objetos de este tipo se hallaban en otras ermitas del Rincón de Ademuz, como la de María Inmaculada en Cuesta del Rato (Castielfabib), la de san Roque en Torrebaja y la iglesia de San Antonio de Padua en Negrón (Vallanca), de la misma forma que podemos verlos todavía en el monasterio de Tejeda en Garaballa (Cuenca). Los exvotos eran ofrendas que los fieles depositaban, y todavía depositan, en santuarios o lugares de culto, consistentes en figuras de cera -representado a personas, órganos corporales-, trenzas de pelo, vestidos, fotografías, cartas y objetos de todo tipo que aluden a un hecho desgraciado del que el oferente o sus familiares se han recuperado. El origen de los exvotos hunde sus raíces en las civilizaciones paganas
de la antigüedad: mesopotámica, egipcia, ibera…[8]
Respecto de las imágenes,
dice:
- Hay un Cristo y debajo una pequeña talla de San Antonio. En el templete del altar está la imagen del patrón San Sebastián adornada con una guirnalda de papel dorado con rosetones y cadenitas, y otra imagen de la Inmaculada cuya fiesta la celebran las Hijas de María el tercer domingo de mayo [...] la imagen (de San Antonio) colocada en otra hornacina y al lado de un estandarte o guion de la Santísima Trinidad.[9]
Continúa en:
[1] SÁNCHEZ
GARZÓN, Alfredo. Patrimonio cultural y religioso en Torrebaja: los casilicios o pilones del Camino Real, en la web Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 12 de noviembre de 2011.
[2]
RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico
comarcal, Valencia, p. 85.
[3] SÁNCHEZ
GARZÓN, Alfredo. La ermita de María Inmaculada en Cuesta del Rato(Castielfabib), en la web Desde el Rincón de Ademuz, del martes 1 de mayo de 2012.
[4]
LLUCH GARÍN, Luis B (1980). Ermitas y paisaje de Valencia, Edita Caja de
Ahorros de Valencia, Valencia, vol. I, p. 508.
[5] Ibídem,
pp. 508-509.
[6] Ibídem.
[7] Ibídem.
[8] Cf. Wikipedia, voz Exvoto.
[9] LLUCH GARÍN (1980), pp. 508-509.
La señora Angelina Díaz Díaz
(Mas de Jacinto, 1927), vecina que guarda la llave de la Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia). |
Detalle floral en la puerta de la señora Angelina Díaz Díaz (Mas de Jacinto, 1927), vecina que guarda las llaves de la Ermita de San Sebastián en Mas de Jacinto-Castielfabib (Valencia), 2012. |
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