Aportación al
conocimiento de la Guerra Civil (1936-39)
en el Rincón de Ademuz.
“Necesitamos, sí, romper las
tinieblas del pesimismo,
deponer nuestros odios para
que nuestro adversario deje de ser nuestro enemigo
y superar la brutal
polarización política y psíquica
que ha caracterizado a
nuestra historia desde hace siglo y medio”.
Claudio Sánchez-Albornoz y
Menduiña (1893-1984),
historiador, escritor y
político español.
Prolegómenos.
En el prólogo a la tercera edición de España, un
enigma histórico (Barcelona, 1971), su autor -Claudio Sánchez-Albornoz (1893-1984)-[1]
escribe el párrafo que antecede, el cual constituye en su contexto todo un
programa de intenciones que, pese a los años transcurridos, continua
absolutamente vigente.
Tuve el placer y el honor de conocer personalmente a don Claudio, esto
fue en 1984, poco antes de su fallecimiento: mi mujer y yo vivíamos entonces en
Ávila, ella es enfermera y trabajaba en el hospital comarcal “Nuestra Señora de
Sonsoles” de la capital. Sabiendo de mi interés por la historia, un día me
preguntó: ¿Sabes quién es Claudio
Sánchez-Albornoz? –le dije que sí, que era un historiador y político
español-. Por qué me lo preguntas –le
dije-. Pues porque está ingresado en mi
planta… -me contestó-. Sí, don Claudio Sánchez-Albornoz y Menduiña, insigne
historiador medievalista y político de la II República estaba ingresado en la
planta de medicina interna donde trabajaba mi mujer…
Fue así como le conocí: un día que ella tenía turno en el hospital fui y me lo presentó: don Claudio, este es mi marido, que quiere conocerle… Don Claudio estaba en su cama, ya muy agotado; llevaba unas gafas de oxígeno puestas sobre su sucinto bigote y un gotero en el brazo. Me miró y me dio la mano. Durante un momento tuve la impresión de estar tocando una parte significativa de la historia de España, pues don Claudio fue Diputado en las Cortes Generales por Ávila (1931-36), Ministro de Estado (1933) y Presidente del Consejo de Ministros de la República en el exilio (1962-71). Pero sólo mantuvimos la mirada un momento, porque don Claudio enseguida volvió a cerrar sus ojillos… Tenía la mirada tierna, los ojos pequeños y húmedos, propios de un anciano en la senectud de su vida. Estando allí entró una sobrina suya que le cuidaba y mi esposa le explicó el motivo de nuestra visita. Por entonces hacía poco que había salido uno de sus últimos libros -La Edad Media española y la empresa de América (Madrid, 1983)-, fui a una librería de la ciudad y lo compré.
Fue así como le conocí: un día que ella tenía turno en el hospital fui y me lo presentó: don Claudio, este es mi marido, que quiere conocerle… Don Claudio estaba en su cama, ya muy agotado; llevaba unas gafas de oxígeno puestas sobre su sucinto bigote y un gotero en el brazo. Me miró y me dio la mano. Durante un momento tuve la impresión de estar tocando una parte significativa de la historia de España, pues don Claudio fue Diputado en las Cortes Generales por Ávila (1931-36), Ministro de Estado (1933) y Presidente del Consejo de Ministros de la República en el exilio (1962-71). Pero sólo mantuvimos la mirada un momento, porque don Claudio enseguida volvió a cerrar sus ojillos… Tenía la mirada tierna, los ojos pequeños y húmedos, propios de un anciano en la senectud de su vida. Estando allí entró una sobrina suya que le cuidaba y mi esposa le explicó el motivo de nuestra visita. Por entonces hacía poco que había salido uno de sus últimos libros -La Edad Media española y la empresa de América (Madrid, 1983)-, fui a una librería de la ciudad y lo compré.
Busto de Claudio Sánchez-Albornoz y Menduiña (1893-1984), en la plaza de Santa Teresa (Ávila) [Foto tomada de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
Los que vivimos la transición política de los años
setenta tuvimos la sensación de que con el advenimiento de la democracia
habíamos superado un pasado de diferencias, odios y malquerencias, pero parece
no fue así. Prueba de ello son los últimos años, en que alguien, algunos,
volvieron a hurgar en la antigua herida del resentimiento y la separación, para
que ésta supurara de nuevo. Porque muchos, sin conocer la historia ni desear
conocerla en todos sus extremos, con sus anteojeras ideológicas y partidarias,
a falta de un proyecto social y político efectivo, se posicionaron y
continuaron atizando la llaga para evitar que se cerrara. Pero –como decía don
Claudio-, “nada aguanta históricamente el paso del tiempo”. Y no tiene sentido
quitar las estatuas de Franco y poner calles a Carrillo. La denominada ley de
la Memoria Histórica es una prueba de ello... ¿Qué diría don Claudio de esta
infeliz ley? –podríamos preguntarnos-. Seguramente, lo mismo que señala en la
mencionada introducción, y algo más:
- <Olvidemos, o mejor dicho, superemos nuestro triste ayer y nuestro triste hoy, seguros de la potencialidad creadora de un pueblo sin problemas raciales; [...]. No hay leyes hereditarias que decidan de la vida de las comunidades históricas. Ni somos prisioneros de inexorables leyes económicas que impongan rumbos al mañana. No olvidemos que la historia es la hazaña de la libertad y la libertad la hazaña de la historia. [...] Necesitamos ante todo tener fe en España y en nosotros mismos. No dudar de la capacidad de los españoles para hacer lo que hayan hecho y hagan los pueblos más inteligentes de la tierra. Y para, […], aplicar todo el potencial humano que existe en nosotros a renovar la vida hispana>
Conociendo su manera de pensar -basta leer sus textos y escuchar sus declaraciones-, creo que don Claudio hubiera desaprobado tan desventurada ley... Respecto al párrafo, pese al tiempo transcurrido desde que fue escrito, su contenido me sigue pareciendo digno de aplauso… Porque, como decía arriba, es hora de “deponer nuestros odios para que nuestro adversario deje de ser nuestro enemigo...”. Por otra parte, uno de los aspectos más llamativos del texto en su conjunto es precisamente la naturalidad con que el autor escribe el nombre de España y de los españoles, cuando a tantos políticos e intelectuales del presente se les atraganta, y lo sustituyen por estado, nación, país, península ibérica... Cuando no la ponen –a España- en tela de juicio. Es por ello que me pregunto, ¿dónde están los Sánchez-Albornoz de hoy, los Unamunos, Ortegas, Julián Marías... que necesitamos? ¿Sí, dónde se esconden los grandes pensadores actuales, que apenas se les oye? –me refiero a los verdaderos pensadores, no a los titiriteros apesebrados que pasan por tales-. Sus palabras, su análisis de la realidad presente, podrían colaborar a hacernos más inteligible lo qué está pasando, ayudarnos a superar el aprieto en que nos hallamos. En todo caso, sirvan estas palabras de sencillo homenaje a don Claudio, maestro de historiadores y español universal...
Vista del molino de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Entrada a la aldea de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
A modo de justificación.
El propósito del presente artículo es investigar, exponer y
analizar los hechos concernientes a las detenciones y apaleamientos padecidos
por vecinos de la villa y aldeas de Castiel durante el periodo
revolucionario y de Guerra Civil (1936-39), según los documentos existentes en
la Causa General de Valencia, ramo separado de Castielfabib.[2]
Los instrumentos que se exponen confirman lo que de una u otra forma ya
sabíamos, que durante el periodo de estudio fueron detenidas muchas personas en
la comarca, presuntamente afectas a la Causa Nacional –gente de derechas,
conservadores, contrarios o escasamente entusiastas con el régimen vigente-: la
mayoría fueron puestos en libertad después de un tiempo variable de encierro
(en las propias localidades o en cárceles o “checas” de Valencia), y sólo unas
pocas fueron asesinadas. También hubo insultos y malos tratos. Lo que no estaba
tan acreditado era la práctica de torturas (reclusiones y apaleamientos); ello
constituye una novedad respecto a los estudios previos, pues se trató de una
práctica común, aunque poco conocida y que aprovecha para comprender el
ambiente que se respiraba entre la población “derechista” en aquel momento,
expresión del propiamente llamado “terror rojo” en la zona.
La manifestación de los hechos corresponde al Ayuntamiento de Castielfabib, que lo expone a la fiscalía de la Causa General [Estado Número 3]. Las detenciones tuvieron lugar en los primeros días de septiembre de 1936, y fueron practicadas “por indicación de las autoridades rojas locales”, a vecinos de Castielfabib residentes en la aldea de Los Santos. Los detenidos fueron conducidos a Villel (Teruel), donde los interrogaron miembros del Comité de Guerra, siendo luego “bárbaramente apaleados” -según sus propias palabras-. Según podemos entrever por las propias declaraciones de las víctimas (realizadas ante el Juez municipal de Castielfabib, entre finales de agosto y primeros de septiembre de 1941), las detenciones se produjeron ante la sospecha de que los detenidos pudieran poseer o esconder una hipotética “caja de armas”, que sirviera a propósitos presuntamente contrarrevolucionarios. Las manifestaciones de las víctimas resultan decisivas para el conocimiento detallado de los acontecimientos, resultando todas ellas coincidentes, veraces y decididamente creíbles. En el contexto de los hechos, interesa saber que uno de los detenidos era un vecino de 65 años, casado y labrador, a la sazón “presidente del Comité de la Derecha Regional” valenciana, entidad que formaba parte de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), dirigida por José Mª Gil Robles (1898-1980) y constituida para competir en las elecciones general de 1933; otro era yerno del anterior, de 40 años, casado y tratante de profesión.
La manifestación de los hechos corresponde al Ayuntamiento de Castielfabib, que lo expone a la fiscalía de la Causa General [Estado Número 3]. Las detenciones tuvieron lugar en los primeros días de septiembre de 1936, y fueron practicadas “por indicación de las autoridades rojas locales”, a vecinos de Castielfabib residentes en la aldea de Los Santos. Los detenidos fueron conducidos a Villel (Teruel), donde los interrogaron miembros del Comité de Guerra, siendo luego “bárbaramente apaleados” -según sus propias palabras-. Según podemos entrever por las propias declaraciones de las víctimas (realizadas ante el Juez municipal de Castielfabib, entre finales de agosto y primeros de septiembre de 1941), las detenciones se produjeron ante la sospecha de que los detenidos pudieran poseer o esconder una hipotética “caja de armas”, que sirviera a propósitos presuntamente contrarrevolucionarios. Las manifestaciones de las víctimas resultan decisivas para el conocimiento detallado de los acontecimientos, resultando todas ellas coincidentes, veraces y decididamente creíbles. En el contexto de los hechos, interesa saber que uno de los detenidos era un vecino de 65 años, casado y labrador, a la sazón “presidente del Comité de la Derecha Regional” valenciana, entidad que formaba parte de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), dirigida por José Mª Gil Robles (1898-1980) y constituida para competir en las elecciones general de 1933; otro era yerno del anterior, de 40 años, casado y tratante de profesión.
Vista parcial del caserío de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Vista parcial del caserío de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Otra de las cuestiones abordadas se refiere a los vecinos responsables del apresamiento de los derechistas. Como se dice arriba, los arrestos se produjeron “por indicación de las autoridades rojas locales”, lo que nos remite al conocimiento de los miembros del Comité Ejecutivo Popular constituido en la aldea de Los Santos (Castielfabib) durante el periodo revolucionario. En sus declaraciones los torturados señalan nominalmente a los individuos que les detuvieron y condujeron a Villel, donde fueron interrogados y golpeados. La presente investigación nos ha permitido conocer la identidad de cada uno de los apresadores, y su destino inmediato después de la guerra. Uno de los encausados se halla también entre los que participaron en el saqueo de la iglesia de Castielfabib, y en el asesinato del vecino Vicente Asensio Monleón (a) el Ferrer.[3] Dicho individuo, desapareció al entrar las fuerzas “nacionales” en la Villa, ignorándose su paradero desde entonces. Otro falleció en un acto de guerra, estando en el frente de Madrid (cerro Garabitas), y los demás se hallaban en libertad, residiendo en Los Santos cuando terminó la guerra. El texto documental confirma la existencia de “checas” en la zona, esto es, lugares donde se conducía a gente detenida para interrogarla, utilizando métodos expeditivos, como amenazas y palizas con estacas u otros instrumentos. Las mencionadas prisiones –también conocidas como “cárceles del pueblo”- fueron un invento soviético, siendo ampliamente utilizadas por todos los partidos marxistas y anarquistas, y sirvieron a los intereses del gobierno del Frente Popular o “republicano” como instrumento de la represión y el terror desde el primer momento de la revolución, según se demuestra en los casos que se exponen.
Detención y apaleamiento de vecinos
de Castielfabib.
La primera referencia a las
detenciones y palizas a vecinos de Castielfabib se halla en el Estado Número 3,
donde se hace la RELACIÓN de tormentos, torturas,
incendios de edificios, saqueos, destrucciones de Iglesias y objetos de culto,
profanaciones y otros hechos delictivos que por sus circunstancias, por la
alarma o el terror que produjeron deben considerarse como graves, con exclusión
de los asesinatos, que fueron cometidos en este término municipal durante la
dominación roja.
El impreso contiene una tabla de doble entrada, cuyos epígrafes horizontales
colocamos en el eje vertical, a efectos de exposición, formando el siguiente
cuadro:
Relación de detenciones
y apaleamiento de vecinos de Los Santos (Castielfabib) durante la revolución y
Guerra Civil (1936-39).
CONCEPTO
|
CASTIELFABIB
|
Fecha en que se
cometió el delito
|
<1 y 2 de
septiembre de 1936>
|
SUCINTA RELACIÓN DEL
HECHO DELICTIVO
|
<Detención y
conducción a Villel,
donde fueron apaleados
bárbaramente>
|
NOMBRE Y DOMICILIO DEL
PERJUDICADO
|
<Miguel García
Millán; Domingo Martínez Esparza;
Valentín Báguena Díaz
y Román Díaz Domingo;
todos con domicilio en
la Aldea de Los Santos,
de este término
municipal>
|
Personas sospechosas
de participación en el delito:
Sus nombres y
apellidos/ Su paradero actual
|
<Fueron detenidos
por indicación de las autoridades rojas locales>./ <Prisión
atenuada>
|
Tomado de SÁNCHEZ GARZÓN (2011), p. 330. Nota:
Documento datado en Castielfabib (Valencia), a 18 de noviembre de 1940 y firmado
por el Alcalde -G. Martínez- y el Secretario (ilegible).
En relación con la información
precedente, con fecha 22 de agosto de 1941, el Fiscal emite Providencia,
interesando al Juzgado municipal de Castielfabib, para que reciba declaración
a:
MIGUEL GARCÍA MILLÁN; DOMINGO MARTÍNEZ ESPARZA; VALENTÍN BÁGUENA DÍAZ; (y) ROMÁN DÍAZ DOMINGO, a fin de que manifiesten cuanto sepan sobre las detenciones y conducción a Villel, donde fueron apaleados bárbaramente, indicando los perjuicios que les fueron ocasionados y nombres y domicilios de las personas que intervinieron en dichos hechos.[4]
De conformidad con lo ordenado por la fiscalía, el Juez municipal de Castielfabib manda recibir declaración a los vecinos reseñados, acerca de los extremos que se indican en la carta-orden. Seguidamente, se dan las oportunas instrucciones al Alguacil del Juzgado, “para la citación de los Señores cuyas declaraciones se interesan”.[5]
MIGUEL GARCÍA MILLÁN; DOMINGO MARTÍNEZ ESPARZA; VALENTÍN BÁGUENA DÍAZ; (y) ROMÁN DÍAZ DOMINGO, a fin de que manifiesten cuanto sepan sobre las detenciones y conducción a Villel, donde fueron apaleados bárbaramente, indicando los perjuicios que les fueron ocasionados y nombres y domicilios de las personas que intervinieron en dichos hechos.[4]
De conformidad con lo ordenado por la fiscalía, el Juez municipal de Castielfabib manda recibir declaración a los vecinos reseñados, acerca de los extremos que se indican en la carta-orden. Seguidamente, se dan las oportunas instrucciones al Alguacil del Juzgado, “para la citación de los Señores cuyas declaraciones se interesan”.[5]
Relación de vecinos de
Castielfabib (Valencia) detenidos en su domicilio de Los Santos y apaleados en
Villel durante la revolución y Guerra Civil (1936-39).
NOMBRE
Y APELLIDOS
|
EDAD
|
ESTADO
|
PROFESIÓN
|
Miguel
García Millán
|
65 años
|
Casado
|
Labrador
|
Valentín
Báguena Asensio
|
39 años
|
Casado
|
Labrador
|
Domingo
Martínez Esparza
|
40 años
|
Casado
|
Tratante
|
Román
Díaz Domingo (*)
|
-
|
-
|
-
|
Tomado de SÁNCHEZ GARZÓN (2011), p. 331. Nota: (*) El secretario del Juzgado municipal
de Castielfabib comunicó al Fiscal Instructor de la Causa General en Valencia
que dicho individuo residía entonces en Villastar (Teruel), razón por la que no
pudo tomarle declaración.
Fachadas de viviendas en Los Santos-Castielfabib (Valencia), calle del Molino (2012). |
Construcción en estilo tradicional en Los Santos-Castielfabib (Valencia), barrio de Las Eras (2012). |
1) Comparecencia y declaración de Miguel
García Millán.- En la villa de Castielfabib, a 29 de agosto de 1941, ante
el señor Juez municipal, don Valeriano Esparza Casino y el infrascrito Secretario,
comparece don Miguel García Millán, de 65 años de edad, casado, labrador,
natural y vecino de esta villa, con domicilio en la aldea de Los Santos, calle
del Remedio, previo juramento que presta en legal forma y preguntado acerca de
los extremos que se interesan, dice:
Que
el día 1º de septiembre de 1936, alrededor de las dos de la/ tarde se
presentaron en su casa cuatro individuos armados, tres de/ ellos forasteros,
sabiendo únicamente que (a) uno de ellos le llamaban el/ comandante Rochina y
el cuarto era vecino de la Aldea de los Santos/ llamado Manuel Sánchez Cortés;
los cuales procedieron a su detención/ llevándole al lugar donde estaba
instalado el comité de Guerra de Villel/ siendo conducido en un coche. Allí le
recibieron declaración, preguntán-/ dole si era presidente del Comité de la
Derecha Regional contestando-/ les afirmativamente y continuando la interrogación
acerca de la presunta/ existencia de una caja de armas y en vista de que nada
sacaban en limpio,/ me metieron en una dependencia de la casa donde apuntándole
con un fusil/ el referido Manuel Sánchez Cortés continuó el interrogatorio y
como tam-/ poco sacaran nada en limpio fue golpeado bárbaramente en la Cara
encerrán-/ dole seguidamente en un cuarto.// Al día siguiente lo sacaron de su
encierro encontrándose con que/ también había sido detenido su hierno Domingo
Martínez Esparza y le pre-/ guntaron al que declara si le conocía, a lo que
contestó que sí y que/ efectivamente era su hierno, manifestando los apresores
que los dos iban/ a seguir el mismo camino y en presencia del que declara le
pegaron a su/ referido hierno con una estaca un formidable palizón,
encerrándoles segui-/ damente en una cámara en la cual se encontraron con sus
convecinos Román/ Díaz Domingo y Valentín Báguena Asensio, empezando nuevamente
el interro-/ gatorio y las palizas, dejando a los cuatro sangrando e
imposivilitados/ para moverse.// Del local del comité les llevaron a otro local
donde los encerra-/ ron y permanecieron durante cuatro días, custodiados por
milicianos, sien-/ do puestos en libertad el quinto día (y) dejándoles marchar
a su casa.// Preguntado, contesta: Que Manuel Sánchez Cortés, fue muerto en
com-/ bate en el Cerro Garavitas y que los perjuicios causados fueron los pa-/
los ya expresados, de cuyas heridas tardó en curar un mes.// Así lo dice y
leída que le ha sido en ella se afirma y ratifi-/ ca, firmando con el Sr. Juez
y conmigo de que doy fe. Valeriano Esparza. Miguel García. Enrique Garrido.[6]
Construcciones y viviendas en Los Santos-Castielfabib (Valencia), calle de las Eras (2012). |
Construcciones y viviendas en Los Santos-Castielfabib (Valencia), calle de las Eras (2012). |
2) Comparecencia y declaración de Valentín
Báguena Asensio.- Inmediatamente y ante los mismos señores comparece don
Valentín Báguena Asensio, de 39 años de edad, casado, labrador, natural y
vecino de esta villa con domicilio en la aldea de Los Santos, quien previo
juramento que presta en legal forma e interrogado a tenor de la carta-orden que
precede, dice:
Que
el día 2 de Septiembre de 1936, se encontraba trillando en/ la partida del Hontanar,
cuando se presentó un emisario, mandado por el/ Comité de Los Santos el cual le
ordenó se presentara en dicho Comité/ simplemente a hacer una pequeña
declaración; en vista de lo cual el que/ declara sin recelar nada malo, la
misma noche se presentó ante dicho/ Comité, cuyos componentes le manifestaron
que tenía que ir a Villel a/ prestar declaración y que sería acompañado por
algunos miembros del/ repetido Comité y efectivamente juntamente con Domingo
Martínez Esparza/ y Román Díaz Domingo fueron conducidos ante el Comité de
Guerra de Villel/ por Basilio Martínez Esparza, Francisco Valentín Díaz y
Saturnino Díaz/ Codes, donde seguidamente fueron interrogados por los
componentes de di-/ cho Comité de Guerra y como no les satisfaciera(n) las
contestaciones dadas/ fueron apaleados de manera brutal, dejándoles vastante
lesionados/ e imposivilitados para moverse.// Cuando pudieron andar un poco les
encerraron en otro local,/ donde permanecieron durante cuatro días custodiados
por milicianos y el/ que hacía cinco fueron puestos en libertad, dejándoles
marchar a sus ca-/ sas.// Preguntado, dice: Que los perjuicios causados al que
declara/ fueron el enorme palizón recibido, cuyas heridas tardaron más de 20
(días) en/ curar.// Así lo dice y leída que le ha sido se afirma y firma con el
Sr./ Juez y conmigo el Secretario, de que doy fe. Valeriano Esparza. Valentín
Báguena. Enrique Garrido.[7]
3) Comparecencia y declaración de Domingo
Martínez Esparza.- En Castielfabib, a 4 de septiembre de 1941, ante el
señor Juez municipal, don Valeriano Esparza Casino y de mí el Secretario,
comparece Domingo Martínez Esparza, de 40 años de edad, de profesión tratante,
casado, natural y vecino de esta villa, quien no ha podido comparecer antes por
encontrarse ausente, y habiendo sido juramentado en forma por el señor Juez, e
interrogado a tenor de la precedente carta-orden, dice:
Que
el día 2 de Septiembre de 1936, encontrándose en su casa se pre-/ sentó un
enviado del Comité Ejecutivo Popular de los Santos, ordenándole/ que se
presentara pues tenía que hace unas declaraciones. Presentóse y/ acompañado de
Francisco Valentín Díaz, Saturnino Díaz Codes y Basilio/ Martínez Esparza,
todos componentes del Comité (de Los Santos) fue a Villel y por los/
componentes del Comité de Guerra fue interrogado acerca de la existencia/ de
una caja de armas y como no contestara de forma satisfactoria fue a-/ paleado,
después de lo cual fueron encerrados en un local independiente/ del que ocupaba
dicho Comité, donde permanecieron durante cuatro días,/ custodiados por
milicianos armados, al cabo de los cuales fueron conduci-/ dos nuevamente a sus
domicilios; sin que ocurriera nada más.// Que los daños causados con la
detención de referencia, no fueron/ otros que los palos recibidos, los cuales
afortunadamente no le produje-/ ron herida alguna.// Así lo dice y leída se
afirma y ratifica, firmando con el Sr./ Juez y conmigo de que doy fe. Valeriano
Esparza. Domingo Martínez. Enrique Garrido.[8]
Construcciones y viviendas en Los Santos-Castielfabib (Valencia), calle las Eras (2012). |
Construcciones y viviendas en Los Santos-Castielfabib (Valencia), calle del Remedio (2012). |
En una DILIGENCIA al pie del
documento anterior, bajo las firmas y sello del Juzgado municipal de
Castielfabib, dice: “La pongo yo el Secretario, para hacer constar que no se ha
podido tomar declaración a ROMÁN DÍAZ DOMINGO, pues de las averiguaciones
practicadas, resulta que tiene su domicilio en Villastar (Teruel), donde
reside, doy fe”.[9]
En relación con los nombres de
algunos de los individuos mencionados en las declaraciones precedentes, con
fecha 16 de septiembre de 1941, el Fiscal emite Providencia, mandando dirigirse
a la alcaldía de Castielfabib, “para que informe cuál sea la actual residencia
y domicilio o paradero de ANDRÉS DOMÍNGUEZ MIÑANA, BASILIO MARTÍNEZ ESPARZA,
[...], FRANCISCO VALENTÍN DÍAZ, SATURNINO DÍAZ CODES, y MANUEL SÁNCHEZ CORTÉS,
éste último de la Aldea de Los Santos de dicho término municipal...”.[10]
En respuesta a la orden del Fiscal,
el Alcalde de Castielfabib –G. Martínez- responde que “Andrés Domínguez Miñana,
desapareció al ser liberado este pueblo por las fuerzas “nacionales”, ignorándose
desde tal fecha su paradero; Basilio Martínez Esparza, Francisco Valentín Díaz
y Saturnino Díaz Codes, residen en la Aldea de Los Santos de este término
municipal [...], y Manuel Sánchez Cortés fue muerto en el frente en la pasada
guerra”.[11]
Cinco años después, en relación con el último individuo citado [Manuel Sánchez Cortés], fecha 13 de mayo de 1946, el alcalde de Castielfabib –entonces ya lo era Ricardo Esparza- manifiesta que “por los informes que se han podido adquirir, se dice haber fallecido [...] en el frente de Madrid, Cerro de Garabitas, sin que conste otro dato que los particulares suministrados”.[12] Prosiguiendo con la investigación del citado Manuel Sánchez Cortés, el Fiscal insta al Juez municipal de Castielfabib para que por cuantos medios existan a su alcance, averigüe el nombre del familiar más próximo, “y hecho le reciba declaración para que manifieste en qué Registro Civil figura inscrita la defunción...”.[13] Con fecha 15 de junio de 1946, el Juez municipal de Castielfabib informa a la fiscalía, expresando las gestiones realizadas al respecto, “y si bien no reside en este término persona alguna que pueda facilitar los datos a que se hace referencia, ha podido averiguarse la dirección de CARMEN SÁNCHEZ CORTÉS, hermana de Manuel, que reside en esa Capital (Valencia), Organista Plasencia, 5º-4ª, barriada de Ruzafa”.[14] Vista la información precedente, el Fiscal emite Providencia, ordenando citar de comparecencia ante su Juzgado a CARMEN SÁNCHEZ CORTÉS, “para que manifieste en qué Registro Civil consta inscrita la defunción de su citado hermano”.[15]
Cinco años después, en relación con el último individuo citado [Manuel Sánchez Cortés], fecha 13 de mayo de 1946, el alcalde de Castielfabib –entonces ya lo era Ricardo Esparza- manifiesta que “por los informes que se han podido adquirir, se dice haber fallecido [...] en el frente de Madrid, Cerro de Garabitas, sin que conste otro dato que los particulares suministrados”.[12] Prosiguiendo con la investigación del citado Manuel Sánchez Cortés, el Fiscal insta al Juez municipal de Castielfabib para que por cuantos medios existan a su alcance, averigüe el nombre del familiar más próximo, “y hecho le reciba declaración para que manifieste en qué Registro Civil figura inscrita la defunción...”.[13] Con fecha 15 de junio de 1946, el Juez municipal de Castielfabib informa a la fiscalía, expresando las gestiones realizadas al respecto, “y si bien no reside en este término persona alguna que pueda facilitar los datos a que se hace referencia, ha podido averiguarse la dirección de CARMEN SÁNCHEZ CORTÉS, hermana de Manuel, que reside en esa Capital (Valencia), Organista Plasencia, 5º-4ª, barriada de Ruzafa”.[14] Vista la información precedente, el Fiscal emite Providencia, ordenando citar de comparecencia ante su Juzgado a CARMEN SÁNCHEZ CORTÉS, “para que manifieste en qué Registro Civil consta inscrita la defunción de su citado hermano”.[15]
Construcciones y viviendas en Los Santos-Castielfabib (Valencia), calle del Molino (2012). |
Construcciones y viviendas en Los Santos-Castielfabib (Valencia), calle de la Iglesia (2012). |
4) Comparecencia y declaración de la
testigo, Carmen Sánchez Cortés.- En Valencia, a 25 de junio de 1946.
Ante el Sr. Fiscal, delegado para la instrucción de la Causa General de
Valencia, compareció el testigo anotado al margen, de 33 años de edad, de
estado casada, natural de Ademuz, de profesión labores, que no ha sido
procesada, con domicilio en calle Organista Plasencia y después de prestar
Juramento de decir verdad y enterada de las penas por falso testimonio, fue
interrogada y DICE:
Que
es hermana de Manuel Sánchez Cortés que murió en el Frente de Madrid por Garavitas
cuya fecha no le es posible precisar./ Que la defunción la supo por un soldado
compañero suyo cuyo nombre no recuerda./ Que ignora dónde fue enterrado su
hermano, ni (si) se ha inscrito la defunción en el Registro Civil./ Leída y
hallada conforme no firma por decir no saber y lo hace S.Sª conmigo el
Secretario, Doy fe. Castro. J. Barrachina.[16]
Relación de encausados en la detención de varios
vecinos de Los Santos (Castielfabib), apaleados en el Comité de Guerra de
Villel (Teruel) durante la revolución y Guerra Civil (1936-39).
NOMBRE
Y APELLIDOS
|
OBSERVACIONES
|
PARADERO ACTUAL
|
Andrés
Domínguez
Miñana
|
Figura como sospechoso
entre los que participaron en la <Destrucción de la Iglesia de la Capital
del Municipio; quemaron las sagradas imágenes y robaron los objetos de valor>;
Dicho individuo figura también como sospechoso en
la detención y el asesinato del vecino de Castielfabib, Vicente Asensio Monleón,
que tuvo lugar en el <sitio denominado barranco Hondo de este término>.
Cuado se cometió el asesinato el encausado iba <acompañado de algunos
forasteros capitaneados por un individuo cuyo nombre se desconoce, pero se
sabe que cojeaba de un pie>
|
<desapareció al ser liberado este pueblo por las
fuerzas “nacionales”, ignorándose desde tal fecha su paradero>
|
Basilio
Martínez
Esparza (*)
|
<figura como miembro del Comité Ejecutivo Popular
de la aldea de Los Santos (Castielfabib)>
|
<reside en la Aldea de Los Santos (Castielfabib)
de este término municipal>
|
Francisco
Valentín Díaz
|
<figura como miembro del Comité Ejecutivo Popular
de la aldea de Los Santos (Castielfabib)>
|
<reside en la Aldea de Los Santos (Castielfabib)
de este término municipal>
|
Manuel Sánchez Cortés
|
<vecino de la Aldea de los Santos>,
sin cargo público conocido
|
<fue muerto en el frente
(de Madrid, cerro Garabitas)
en la pasada guerra>
|
Saturnino
Díaz Codes (**)
|
<figura como miembro del Comité Ejecutivo Popular
de la aldea de Los Santos (Castielfabib)>
|
<reside en la Aldea de Los Santos (Castielfabib)
de este término municipal>
|
Tomado de SÁNCHEZ
GARZÓN (2011), p. 333. Notas: (*)
En la relación de miembros del Comité Ejecutivo Popular de Los Santos (Castielfabib),
figura como Basilio Esparza Martínez, aunque parece se trata del mismo
individuo. (**) En la relación de miembros del Comité de Los Santos
(Castielfabib), figura como Saturnino Díaz Cobes, aunque parece se trata
del mismo individuo.
Relación del miembros del Comité constituido en
Los Santos (Castielfabib) durante la revolución y Guerra Civil (1936-39).
NOMBRE Y APELLIDOS |
CARGO O FUNCIÓN |
DESTINO ACTUAL (1943)
|
Francisco
Villalba Asensio
|
Presidente
|
Castielfabib
|
Alejandro
Lagunas Díaz
|
Vocal
|
Castielfabib
|
Basilio Esparza Martínez |
Vocal
|
Castielfabib
|
Saturnino
Díaz Cobes
|
Vocal
|
Castielfabib
|
Francisco
Valentín Díaz
|
Vocal
|
Castielfabib
|
Vicente
Calmuntia [...]
|
Vocal
|
Castielfabib
|
Silvino
Mañas Tortajada
|
Vocal
|
Castielfabib
|
José
Díaz Martín/Martínez
|
Vocal
|
Castielfabib
|
Tomado de SÁNCHEZ GARZÓN (2011), p. 331. Nota:
Se han destacado en negrita los nombres de los componentes del Comité Ejecutivo
Popular de Los Santos (Castielfabib) que figuran en las declaraciones de las
víctimas de los apaleamientos.
Construcciones y viviendas en estilo tradicional de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Construcciones y viviendas en estilo tradicional de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
A modo de
epílogo.
El objetivo propuesto en el presente
trabajo era investigar los casos de detenciones y apaleamientos sufridos por
varios vecinos de Castielfabib, residentes en la aldea de Los Santos, durante
la revolución y Guerra Civil (1936-39). Para documentar los hechos hemos
recurrido a las declaraciones realizadas por las víctimas de los malos tratos,
según los expedientes de la Causa General de Valencia, ramo separado de
Castielfabib.
Los hechos se produjeron en los primeros días de septiembre de 1936 y afectaron a cuatro vecinos, “todos con domicilio en la Aldea de Los Santos, de este término municipal”.[17] Las detenciones fueron ordenadas por “las autoridades rojas locales”, refiriéndose a los miembros del Comité Ejecutivo Popular de la aldea. Sólo poseemos las declaraciones de tres de ellos, pues el cuarto afectado [Román Díaz Domingo] se hallaba residiendo en Villastar (Teruel). Llama la atención que el Fiscal instructor de la Causa General no se molestara en tomar declaración al referido individuo, cuando fácilmente hubiera podido obtenerla a través del Juez municipal de Villastar, enviando un exhorto al Juez de Teruel.
Los hechos se produjeron en los primeros días de septiembre de 1936 y afectaron a cuatro vecinos, “todos con domicilio en la Aldea de Los Santos, de este término municipal”.[17] Las detenciones fueron ordenadas por “las autoridades rojas locales”, refiriéndose a los miembros del Comité Ejecutivo Popular de la aldea. Sólo poseemos las declaraciones de tres de ellos, pues el cuarto afectado [Román Díaz Domingo] se hallaba residiendo en Villastar (Teruel). Llama la atención que el Fiscal instructor de la Causa General no se molestara en tomar declaración al referido individuo, cuando fácilmente hubiera podido obtenerla a través del Juez municipal de Villastar, enviando un exhorto al Juez de Teruel.
Respecto a las detenciones:
a) Miguel García Millán: El día
1 de septiembre de 1936, “alrededor de las dos de la/ tarde se presentaron en
su casa cuatro individuos armados, tres de/ ellos forasteros, sabiendo
únicamente que (a) uno de ellos le llamaban el/ “comandante Rochina” y el
cuarto era vecino de la Aldea de los Santos [...]; los cuales procedieron a su
detención”.
b) Valentín Báguena Asensio: El
día 2 de septiembre de 1936, “se encontraba trillando en/ la partida del
Hontanar, cuando se presentó un emisario, mandado por el/ Comité de Los Santos
el cual le ordenó se presentara en dicho Comité/ simplemente a hacer una
pequeña declaración; [...] sin recelar nada malo, la misma noche se presentó
ante dicho/ Comité, cuyos componentes le manifestaron que tenía que ir a Villel
a/ prestar declaración...”.
c) Domingo Martínez Esparza: El
día 2 de septiembre de 1936, “encontrándose en su casa se pre-/ sentó un
envidado del Comité Ejecutivo Popular de los Santos, ordenándole/ que se
presentara pues tenía que hacer unas declaraciones. Presentóse y/ acompañado
[de varios individuos], todos componentes del Comité (de Los Santos), fue a
Villel...”.
El primero de los detenidos era presidente del “Comité
de la Derecha Regional” valenciana, perteneciente a la Confederación Española
de Derechas Autónomas (CEDA), coalición electoral formada para las elecciones
generales de noviembre de 1933, presidida por don José Mª Gil Robles
(1898-1980).[18] Dos de los
detenidos eran familia política, yerno y suegro respectivamente. Todos fueron
interrogados “acerca de la presunta/ existencia de una caja de armas”. El
interrogatorio fue practicado por miembros del Comité de Guerra de Villel, y
por al menos uno de Los Santos, y como los detenidos no aportaron la información
pretendida, fueron vapuleados.
Construcciones y viviendas en estilo tradicional de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Construcciones y viviendas en estilo tradicional de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Respecto a los golpes y malos tratos, fueron del tenor
siguiente:
a) Miguel García Millán: Tras un
interrogatorio inicial, lo metieron en otra dependencia, donde continuaron
interrogándole mientras le apuntaban con un fusil, y como tampoco dijo nada
“fue golpeado bárbaramente en la Cara encerrán-/ dole seguidamente en un
cuarto”. Al día siguiente lo sacaron, viendo que también había sido detenido su
yerno, al que reconoció como tal en presencia de sus captores. Y en su
presencia, “le pegaron a su/ referido hierno con una estaca un formidable
palizón, encerrándoles segui-/ damente en una cámara en la cual se encontraron
con sus convecinos” de la aldea, también detenidos. Estando allí comenzaron de
nuevo el interrogatorio y las palizas, “dejando a los cuatro sangrando e
imposivilitados/ para moverse”. Seguidamente, desde el local del Comité donde
se hallaban, los trasladaron a otro lugar, “donde los encerra-/ ron y
permanecieron durante cuatro días, custodiados por milicianos, sien-/ do puestos
en libertad el quinto día (y) dejándoles marchar a su casa”. Respecto a los
daños causados, “fueron los pa-/ los ya expresados, de cuyas heridas tardó un
mes en curar”.
b) Valentín Báguena Asensio:
Tras el interrogatorio por los miembros del Comité de Guerra de Villel, como
sus respuestas no satisficieran las expectativas de los interrogadores, “fueron
apaleados de manera brutal, dejándoles vastante lesionados/ e imposivilitados
para moverse”./ “Cuando pudieron andar un poco les encerraron en otro local,/
donde permanecieron durante cuatro días custodiados por milicianos y el/ que
hacía cinco fueron puestos en libertad, dejándoles marchar a sus ca-/ sas”.
Respecto a los daños causados, “fueron el enorme palizón recibido, cuyas
heridas tardaron más de 20 (días) en/ curar”.
c) Domingo Martínez Esparza:
Tras el interrogatorio, como no contestara satisfactoriamente, “fue a-/
paleado, después de lo cual fueron encerrados en un local independiente/ del
que ocupaba dicho Comité, donde permanecieron cuatro días,/ custodiados por
milicianos armados, al cabo de los cuales fueron conduci-/ dos nuevamente a sus
domicilios”. Respecto a los daños, “no fueron/ otros que los palos recibidos,
los cuales afortunadamente no le produje-/ ron herida alguna”.
Viviendas en estilo tradicional de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Balcón de madera en la fachada de una casa de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Referente a los individuos que
practicaron las detenciones:
a) Andrés Domínguez Miñana:
figura entre los que participaron en el saqueo y desvalijamiento de la iglesia
de Castielfabib, además de cómo sospechoso en la detención y el asesinato del
vecino Vicente Asensio Monleón, que tuvo lugar el 13 de agosto de 1936
en el lugar denominado “barranco Hondo” de este término. Dicho sujeto
“desapareció al ser liberado este pueblo por las fuerzas nacionales, ignorándose
hasta la fecha su paradero”.
b) Basilio Esparza Martínez, Saturnino
Díaz Cobes y Francisco Valentín Díaz: “figuran como miembros del
Comité Ejecutivo Popular de la aldea de Los Santos (Castielfabib)”, y en el
momento de la instrucción del expediente, residían en la aldea.
c) Manuel Sánchez Cortés,
“vecino de la aldea de Los Santos (Castielfabib)”, “fue muerto en el frente de
Madrid, cerro de Garabitas, durante la guerra”.
Durante el periodo histórico objeto de estudio, la detención y el encarcelamiento de personas de filiación derechista, presuntos simpatizantes del “bando nacional”, fueron comunes en el Rincón de Ademuz. Al igual que los insultos, multas, saqueos y expropiaciones de bienes materiales. Casos similares a los descritos se dieron también en Ademuz, Puebla de San Miguel, Torrebaja y Negrón (Vallanca), pero las palizas sólo se hallan documentadas en Castielfabib.
Ventana rejada con macetas de flores en una vivienda de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
Vivendas en la calle del Molino de Los Santos-Castielfabib (Valencia), 2012. |
En suma: el hecho narrado de los apaleamientos constituye un
acontecimiento sin más consecuencias, pues los propios afectados dicen que los
únicos daños “fueron los pa-/ los ya expresados, de cuyas heridas tardó un mes
en curar” –esto, el más afectado-: Un mes con magulladuras pasa pronto…
-pensarán algunos, y no sin razón-. Lo que probablemente les duró más fueron
las consecuencias inmateriales, sociales o morales, ya que después de la contienda
todos ellos, excepto el muerto en el frente y otro desaparecido, tuvieron que
convivir en la aldea. Desconocemos cuál fue a posteriori la relación entre
víctimas y verdugos, si se perdonaron o por el contrario, se odiaron de por
vida, transmitiendo el resentimiento a sus descendientes. Tampoco sabemos si
alguien pidió perdón a las víctimas por la paliza recibida, ni si percibieron compensación
alguna en la dictadura o tras el advenimiento de la democracia. Lo que sí
sabemos es que en ningún momento se demostró que fueran culpables de nada, pero
ello no les evitó la tunda. Vale.
[1] Claudio Sánchez-Albornoz. (2012, 19 de julio). Wikipedia,
La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 10:02, noviembre 13, 2012.
[2] SÁNCHEZ
GARZÓN, Alfredo. Detención y apaleamiento de vecinos de Los Santos
(Castielfabib) durante la revolución, en Del paisaje, alma del
Rincón de Ademuz, Valencia, 2011, vol. IV, pp. 329-335.
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Vicente Asensio Monleón(1876-1936), labrador, natural y vecino de Castielfabib (Valencia), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, del domingo 8 de enero de 2012.
[4] SÁNCHEZ GARZÓN (2011), p.
330.
[5] Ibídem.
[6] Ibídem, p. 331.
[7] Ibídem.
[8] Ibídem, p. 332
[9] Ibídem.
[10] Ibídem.
[11] Ibídem.
[12] Ibídem.
[13] Ibídem.
[14] Ibídem.
[15] Ibídem.
[16] Ibídem, p. 333.
[17] Con relación a las fechas en que tuvieron lugar las
mencionadas detenciones y apaleamientos (1 y 2 de septiembre de 1936), resulta
de interés constatar que por ese mismo tiempo -el 7 de septiembre de 1936- fueron
también detenidos y conducidos a Villel (Teruel) cinco individuos: Manuel-Aurelio
Cortés Soriano (1889-1936) de Libros, Abel Belenguer Monterde
(1898-1954) de Villel, ambos residentes en la aldea de El Campo (Villel); Ignacio
Gómez Gómez (1859-1936) y sus yernos, Manuel Gómez Esparza
(1875-1936) y Tomás Gómez Esparza (1879-1936), los tres de Torrebaja y
residentes en la masía “Viñuelas Altas” (Villel). Llegados a Villel les
encerraron en el cuartel de la Guardia Civil y por la tarde de ese mismo día
fueron fusilados y enterrados en el cementerio de la villa, con la excepción de
Abel Belenguer Monterde, que fue puesto en libertad merced a un aval de su
cuñado [José Asensio Pinazo], miembro del Comité revolucionario de Torrebaja. Vid
SÁNCHEZ GARZÓN, A., Anexo al artículo “Contra las tapias del cementerio de
Villel”, en: Del paisaje,..., Valencia, 2009, vol. III, pp.
469-479.
[18] La Confederación Española de Derechas Autónomas
(CEDA) fue una alianza de partidos políticos católicos de derechas,
fundada el 4 de marzo de 1933. Se gestó durante el bienio progresista de la II
República Española. Su principal inspirador fue Ángel Herrera Oria
fundador y director del diario El Debate. Otro de sus fundadores y que
posteriormente dirigió la Confederación, fue José María Gil-Robles. La
CEDA es el gran partido de masas de la derecha española en el marco de la II
República. Desde el momento mismo de su constitución se presenta como la
alternativa de derechas y de orden al gobierno "socializante" y a la
República en general. Vid Confederación Española de Derechas Autónomas.
(2012, 6 de octubre). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de
consulta: 15:45, noviembre 14, 2012.
6 comentarios:
Buenas tardes señor Sánchez Garzón, al no poderme ponerme en contacto con usted vía email me dirijo a usted por medio de este comentario.
Como le decía en el correo electrónico que le escribí a la dirección que aparece en su perfil, y que me ha sido devuelto, soy nieto de Basilio Martínez Esparza, y si no me equivoco, Domingo Martínez Esparza era su hermano gemelo.
No quiero ponerle a usted en duda pero sí a las fuentes que ha consultado para la redacción del presente documento. Me consta que hasta el día de su muerte los hermanos Martínez Espaza tuvieron una relación entre ellos muy buena, de mucho cariño y así se puede ver en la relación existente entre los que somos sus descendientes, por lo que arriba escribe es FALSO, nunca mi abuelo participó en ningún movimiento que implicara la detención de sus vecinos, y menos la de su hermano, para que fueran interrogados y apaleados por temas políticos.
Mi abuelo carecía de ideología política, es cierto que formó parte de un organismo en el pueblo, llegó a ser juez de paz, pero en ningún momento lo hizo con fines políticos. Del mismo modo le digo que ni era republicano ni nacional.
Por último le diré la versión que se cuenta, no sólo en el seno de mi familia, sino en el pueblo, de los hechos que usted cuenta en su artículo. Es cierto que a Domingo Martínez Esparza se lo llevaron preso y le dieron una paliza pero no fueron los republicanos, fueron los nacionales y junto a él también se llevaron a mi abuelo, lo que pasa que cuando fueron desnudados para su registro a mi abuelo se le cayó un colgante de la Virgen del Pilar (él era muy devoto de la Virgen del Pilar), por lo que los nacionales le pidieron que se vistiera y se marchara a casa. Domingo Martínez Esparza, pese a ser su hermano gemelo, no tuvo tanta suerte.
Independientemente de la veracidad de sus fuentes o de la historia que yo le cuento, a la hora de redactar un artículo como este, donde se dan nombres y se cuentas hechos muy graves, debería haber hecho un trabajo de campo más concienzudo, debería haber intentado contactar con descendentes de las personas implicadas, etc... Ya que artículos como este pueden provocar cismas importantes dentro de familias y de comunidades.
Ya para terminar le voy a dar una opinión personal a cerca de la ley de la memoria histórica. Los muertos, independientemente del bando al que pertenecieran, terminan oliendo exactamente igual de mal con el paso del tiempo por lo que escarbar en hechos así no tiene ningún sentido.
Un saludo.
Estimado señor Marcos, en primer lugar, muchas gracias por ponerse en contacto conmigo por este medio, pues su comentario queda público para que los lectores interesados puedan consultarlo en el contexto del artículo expuesto. Lamento no le funcionara el correo que figuraba en mi perfil, esto fue por causa de la política de terra; si lo consulta ahora hallará el correcto, que es el mismo terminado en .com
En segundo lugar, le agradezco su aportación, pues introduce un nuevo punto de vista en los hechos que se relatan. La documentación utilizada para la composición de mi artículo se halla perfectamente cifrada, y se basa en las declaraciones de los propios implicados, a los que podríamos llamar “las víctimas”, tal como puede consultarse en la base de datos del Archivo Histórico Nacional, portal PARES del Ministerio de Cultura, Fiscalía del Tribunal Supremo, sección Causa General. Si los afectados mintieron es su problema, pero su firma o huella digital figura al pie de sus declaraciones.
En tercer lugar, no voy a entrar en polémica con usted ni con nadie, pues no es este mi objetivo. Pero sí le diré que de lo que se trata es de averiguar unos hechos sucedidos hace más de setenta años, ya constituidos en materia histórica, teniendo como lema la búsqueda de la verdad: “La primera ley de la historia es no atreverse a mentir; la segunda, atreverse a decir toda la verdad”. Yo sigo rigurosamente este principio, o pretendo hacerlo... Otra cosa, quiero decirle que muchas veces nos sentimos orgullos o avergonzados de los que pudieron hacer nuestros predecesores, pero en ningún caso somos responsables de ello. Tampoco se trata de culpar a nadie, tan sólo de poner en evidencia unos hechos.
En cuarto lugar, me acusa usted de haber hecho un trabajo de campo poco cuidadoso..., lo cual no se ajusta a la verdad, porque no conoce mi quehacer. Si puede usted ponerme en contacto con algún familiar de las personas que aquí se nombran, con gusto hablaré con él y haré publicas sus declaraciones, pero mi experiencia me dice que suelen rechazar esta posibilidad. Por otra parte, tenga en cuenta que la Causa General no es materia para un juicio (ni la historia puede juzgarse), pues se basa exclusivamente en el testimonio de los afectados o sus familiares, no en el de los presuntos “agresores”, que lógicamente no van a declarar en su contra y por lógica negarían todos los hechos imputados. ¿Acaso cree usted que los declarantes fueron obligados a firmar un testimonio falseado...? ¿Mintieron también los secretarios y jueces municipales que les tomaron declaración, cuyos nombres se citan en los propios documentos? Si es así es que desconoce el periodo histórico y la materia de que estamos hablando, pues el falso testimonio estaba penado con cárcel y los tiempos no daban para bromas de este tipo.
Continua...
En quinto lugar, me niego a aceptar “que artículos como este pueden provocar cismas importantes dentro de familias y de comunidades”, pues lo que buscan es precisamente lo contrario, esto es, el perdón y la reconciliación a través de la verdad que conocemos o podemos conocer. Pero hay muchas personas todavía que por perjuicio ideológicos o de otro tipo se niegan a aceptar la compleja realidad de aquel terrible tiempo histórico que fue la guerra civil y la posguerra.
Finalmente, me parece estupendo que opine “acerca de la ley de memoria histórica”; su opinión es tan válida como la de cualquier otra persona, pues la opinión es libre y todos solemos tener una. Por lo demás, estoy conforme con usted, “Los muertos, independientemente del bando al que pertenecieran, terminan oliendo exactamente igual de mal con el paso del tiempo”, pero eso debe decírselo a los que buscan en las tumbas de la guerra o del franquismo con intencionalidad política. Yo no escarbo, eso lo hacen las gallinas; yo investigo en el material que cualquier estudioso tiene a su disposición en los archivos nacionales, y lo hago con rigor y seriedad -aunque puedo equivocarme-, pues creo que la búsqueda de la verdad es perfectamente lícita, además de necesaria, si queremos entender los hechos del pasado. Ya sé que la verdad suele ser dura, y muchas veces duele, pero ocultarla o tergiversarla tiene todavía peores consecuencia...
Lamento la extensión de mi respuesta, pero creo mi deber responderle.
Sin más, quedo a su disposición para lo que guste. Reciba un cordial saludo.
Muchas gracias por responderme y además de la manera en que lo hace.
En primer lugar, y lamento que no quedara reflejado en mi comentario, sí en el correo que le envié, le reconozco el trabajo de investigación que ha hecho para la realización de este artículo y entiendo perfectamente que en estos casos no es fácil tener colaboración de los implicados y más de los familiares.
Quisiera también reponer un error cometido en mi primer comentario y así también darle cierta de razón en los hechos que describe, es CIERTO, los interrogatorios y las palizas fueron realizadas por personajes del bando republicano, pero insisto una vez más, y usted lo debe entender, en la absoluta inocencia de mi antepasado ya que él también fue objeto de interrogatorio pero por la fortuna que le relato en mi primer comentario se libró de la suerte que corrió su hermano.
Por último decirle que mi comentario sobre la ley de la memoria histórica no iba para nada por usted ni por su articulo, aunque no lo crea, en ese sentido usted y yo pensamos lo mismo.
Sin nada más, agradecerle el tiempo (que veo que ha sido extenso), que me ha dedicado y devolverle otro cordial saludo.
Buenos días, señor Simón:
Agradezco infinito su comentario, tanto el primero como este último, pues demuestra que la comunicación y el diálogo respetuoso colaboran en la mejora de las relaciones humanas. De continuar la conversación es más que probable que encontráramos muchos puntos en común, no tengo la menor duda. Antes de continuar quiero manifestarle mi respeto más profundo por los personajes cuyos nombres aparecen en mis artículos -de uno y otro lado-: nunca podrá decirse que he acusado, menospreciado u ofendido a ninguno: las circunstancias que les tocó vivir fueron terribles y ninguno de nosotros sabe cómo hubiera respondido en su lugar. La misión del estudioso, cronista o historiador, no es juzgar a nadie, sólo intentar conocer lo mejor posible la "verdad" de unos hechos y de un tiempo histórico para intentar comprenderlos, nada más y nada menos. Respecto a las víctimas..., creo que víctimas fueron todos, los que vencieron y los vencedores de aquella incivil contienda, cuyo origen estuvo en el fracaso de una II República que tan felices se las prometía, y tan provechosa hubiera podido llegar a ser para España de haber contado con mejores políticos y otro clima social. Pero era un tiempo difícil, con las democracias europeas desacreditas, una gran crisis económica..., y un panorama autoritario y extremado en el horizonte: por la derecha el fascismo y por la izquierda el comunismo: si uno es terrible el otro no es mejor..., ¡susto, horror y muerte!
Yo también me considero un desengañado de la política, no creo en las ideologías ni en lo que éstas nos proponen para mejorar el mundo (no hace falta más que ver el resultado que históricamente han dado); sólo creo en el buen hacer y en la honorabilidad de las personas..., aunque también reconozco que las buenas intenciones solas no bastan. Sin más, reciba un cordial saludo y mis mejores deseos. Quedo a su disposición...
Don Alfredo, 7 años han pasado desde nuestro intercambio respetuoso de impresiones. Hoy he hablado sobre su artículo y lo he buscado y releído y veo los buenos comentarios que en su día hicimos y lo respetuoso que fue porque reconozco que igual en un inicio fui un borde. Desde éstas líneas le mando un cordial saludo.
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