A propósito de la última
publicación del cronista oficial de Salvacañete (Cuenca).
"Desde niño he conocido el fenómeno de la trashumancia en mi propia familia.
Recuerdo cuando íbamos a esperar a los pastores
que regresaban del reino a los corrales del Castillejo, en Casas Nuevas".
Del
autor y su obra.
Hace
algún tiempo alguien escribió un comentario en una entrada de mi blog,
felicitándome por cierto artículo relativo a las ruinas de Moya;[1]
lo firmaba Mariano López Marín, cronista Oficial de Salvacañete (Cuenca). Este
fue mi primer contacto con el autor, pues yo pensaba que no le conocía. Pero en
sucesivos correos personales el firmante me recordó que habíamos coincidido durante una
“gachada” en Casasbajas –durante la VIII Feria Comarcal, en octubre de
2004- y que nos había presentado un amigo común, el señor Ángel Antón Andrés.[2]
El
señor Mariano –me refiero a Mariano López Marín (Salvacañete, 1953)- es
maestro de Enseñanza Primaria en el colegio “Canónigo Muñoz” de Utiel
(Valencia), donde ejerce como tal desde hace casi tres décadas, además de ser
Cronista Oficial de su pueblo natal –desde 2004-: el tiempo vital lo distribuye
básicamente entre su familia, la profesión y el estudio, investigación y
divulgación de todo lo relativo a su tierra, de la que es probado entusiasta.
Vista de Salvacañete (Cuenca). |
La
pasión por su tierra se pone de manifiesto en sus colaboraciones periodísticas
en diarios y revistas, encargándose además de los aspectos culturales de las
fiestas locales y otras actividades educativas y didácticas. Su afición al
estudio y el conocimiento histórico le han llevado a investigar todo lo relativo al
antiguo marquesado de Moya, la sierra de Albarracín y el señorío de Molina de
Aragón en relación con Salvacañete, haciendo extensiva su indagación a la zona donde
reside, Requena y Utiel (Valencia). Prueba de ello son sus
publicaciones etnográficas -Folklore de Salvacañete (2000)- e
históricas -Salvacañete: su historia y sus gentes (Valencia,
2004)-; así como su participación en Congresos: Las revueltas comuneras en
el Marquesado de Moya (1520-21). Participación de los comuneros de Mira y
Requena. III Congreso de Historia comarcal (2007); El Señorío y castillo
de Torrefuerte o de las Veguillas en los confines del Marquesado de Moya.
II Encuentro de escritores e historiadores de Cuenca (2008); Las Herrerías
del Cabriel: un proceso de industrialización y de relación entre zonas de frontera.
IV Congreso de Historia comarcal (2009). Y sus publicaciones digitales en la
web de Salvacañete y Amigos del Cabriel.
En
cualquier caso, se reconoce un apasionado del terruño, siendo el cariño por
sus gentes lo que le ha llevado a estudiar, descubrir y popularizar la historia
local mediante artículos, libros y conferencias.
El autor -Mariano López Marín (Salvacañete, 1953)- durante la presentación de su último libro: Tiempo de trashumancia (Valencia, 2012). |
“Tiempo de trashumancia”, su
última publicación.
El pasado 11 de agosto, López
Marín hizo en Moya la presentación oficial de su último libro –Tiempo de
trashumancia (Valencia, 2012)-: la promoción tuvo lugar en la iglesia
de Santa María la Mayor,
la más antigua y emblemática de las parroquias del marquesado. La introducción
al acto la realizó don Teodoro Sáez Fernández, Cronista Oficial de Moya, que
leyó unas páginas que traía escritas. Después el autor comentó el contenido del
libro y firmó ejemplares a los numerosos asistentes que se lo solicitaron.
Como evidencia su título, el
libro dice de la trashumancia, esto es, “de la acción y resultado de trasladar
al ganado de las dehesas de invierno a las de verano, y viceversa”: una actividad
en franco declive, pero que tuvo su relevancia en el pasado inmediato de la
serranía de Cuenca y Albarracín. Porque no se trata sólo de llevar y traer el
ganado, sino de la actividad vital, etnológica, cultural y económica que ésta
conlleva. Ya que los ganaderos marchaban en los comienzos del otoño y
regresaban en mayo, lo que implica seis meses de invernada, en que los hombres
se hallaban lejos del pueblo, con todo lo que suponía para ellos y sus
familiares, que quedan en casa: Cuántas veces al regresar los pastores en
primavera conocían a un nuevo hijo que había nacido...
Uno de los aspectos más interesantes del libro de López Marín
es que está escrito desde dentro –con un lenguaje sencillo y cálido, alejado
del academicismo insensible- pues el autor se reconoce hijo de pastor
trashumante, como otros ganaderos salvacañeteros: Desde niño he conocido el
fenómeno de la trashumancia en mi propia familia. Recuerdo cuando íbamos a
esperar a los pastores que regresaban del reino a los corrales del Castillejo,
en Casas Nuevas... Pero no se trata de un libro de memorias, tampoco de
simple recopilación testimonial, ya que el autor ahonda en la búsqueda de los
antecedentes históricos del fenómeno pecuario, buscando en la bibliografía y
archivos, y reuniendo abundantes referencias historiográficas.
La experiencia me dice que para ver si un libro me interesa,
antes de nada debo observar el índice, donde se suele mostrar el contenido; por
eso siempre aconsejo mirarlo en primer lugar. Con una simple ojeada podremos
saber si el volumen es de nuestro interés. Porque muchas veces compramos libros
por compromiso, porque tratan de nuestro pueblo o comarca, porque conocemos al
autor o allí se menciona a alguien conocido, familiar o amigo..., pero sin la
menor intención de leerlo. Cuando lo mejor que podemos hacer por un libro es
leerlo y valorar su contenido.
Cartel anunciando la presentación de la última publicación -Tiempo de trashumancia (Valencia, 2012)- de Mariano López Marín en Salvacañete (Cuenca). |
La estructura del libro que mostramos
se halla organizada en torno a catorce apartados, cuya descripción basta para
saber si responde a nuestras pretensiones:
(1)
Prólogo.
(2)
Introducción
y justificación del trabajo.
(3)
[I]
La vuelta de los pastores del reino. Tiempo de trashumancia en Salvacañete.
(4)
[II]
Antecedentes históricos de la trashumancia y de las vías pecuarias.
(5)
[III]
La ganadería en Salvacañete y en el Marquesado de Moya en el siglo XVIII.
(6)
[IV]
Rutas trashumantes en el Marquesado de Moya en el siglo XVIII. Las vías
pecuarias desde el siglo XVIII hasta la actualidad.
(7)
[V]
La trashumancia ganadera en la Serranía Media y Baja de Cuenca, en la Sierra de
Albarracín y en las Tierras de Molina de Aragón, y su relación con Salvacañete.
Análisis socioeconómico hasta el siglo XXI.
(8)
[VI]
La trashumancia en Salvacañete desde el punto de vista etnológico. Palabras del
valenciano incorporadas al habla de los pueblos de la Serranía Baja de Cuenca.
Vocabulario ganadero utilizado en Salvacañete. San Miguel, un santo que marca
el calendario festivo, agrícola y ganadero: tiempo de contratación de pastores
y de ferias. Instalaciones auxiliares para la ganadería. Profesiones unidas a
la ganadería: esquileo, lana, telares y batanes. Cuando mi padre fue pastor y
ganadero.
(9)
[VII]
La ganadería en Salvacañete en el siglo XX y principios del XXI.
(10)
[VIII]
Viejas estampas de ganados y de trashumancia en Salvacañete y sus aldeas.
(11)
[IX]
Las cañadas, veredas y cordeles y su importancia cultural, histórica y
etnológica.
(12)
[X]
La Vereda Real de Castilla y el paso de los ganados trashumantes de Salvacañete
por Chera.
(13)
[XI]
Homenaje poético a profesiones unidas a la trashumancia.
(14)
Agradecimientos
y bibliografía.
Viendo la reseña epigráfica del
contenido del libro, enseguida advertiremos si resulta de nuestro interés.
Aunque uno no puede dejar de preguntarse, ¿a quién puede interesar hoy el
conocimiento de esta actividad? Pues se trata de un tema local muy específico,
aunque no sólo trata de Salvacañete, sino de toda la serranía baja de Cuenca y
regiones del entorno, incluyendo las más próximas de Albarracín en Teruel y
otras más alejadas, como las de Molina de Aragón en Guadalajara. Resulta
evidente que les interesará con preferencia a los salvacañeteros, pero no en
exclusiva, pues a mí que no lo soy también me ha interesado, en tanto trata de
un fenómeno agropecuario que hace a la historia comarcal y general, y todo lo
que hace a la zona me concierne.
"Antiguos camino pastoriles de España", mapa elaborado por Vicente Paredes Guillén, arquitecto. |
Desde una óptica personal, me ha
interesado el capítulo (4) [II] Antecedentes históricos de la trashumancia y
de las vías pecuarias. Resulta de interés saber cómo la actividad
trashumante se ha venido desarrollando desde la antigüedad prerromana,
extendiéndose hasta nuestros días. Sin embargo, su origen en la región proviene
de la Reconquista, desarrollándose paralelamente al avance cristiano. Igualmente ver cómo la supresión de la Mesta por el aumento de población y el hambre de tierras
llevó a la “fiebre” por las “tierras de pan llevar”, lo que condujo a la tala y
roturación de terrenos improductivos que finalmente hubo que abandonar,
“quedando convertidos éstos en páramos desarbolados” de los robles, pinos y
encinares que los poblaban. Como dice el autor, lo razonable hubiera sido
reformar la Mesta, no abolirla, “aprovechando los aspectos positivos de aquella
organización”.
Los siguientes también me han gustado,
particularmente el capítulo (5) [III] y (6) [IV] que dicen de la ganadería y
trashumancia en Salvacañete y tierras del marquesado -en el siglo XVIII-,
incluyendo el desarrollo y descripción de las vías pecuarias de la zona.
El capítulo (7) [V], donde se
dice de la trashumancia ganadera en la serranía media y baja de cuenca, y sus
relaciones con Albarracín y las tierras de Molina de Aragón, resulta
especialmente trabajado, diciéndonos de los orígenes y evolución de la
actividad ganadera y trashumante en la zona serrana, y de los distintos
sistemas utilizados en el traslado de los ganados: ferrocarril, camión, vías
pecuarias. En el transporte por ferrocarril estudia las estaciones, las fechas
de carga y descarga y su situación en la última década del siglo pasado. Respecto
al transporte mediante camión, lo justifica por la “incomodidad de viajar a
pie, especialmente en invierno debido a las inclemencias del tiempo, y la
escasez de pastos en la vía pecuaria, y las condiciones y precios del
transporte ferroviario y la posterior desaparición”, lo que ha favorecido que
este medio “experimentara un auge muy importante en los últimos años” del
decenio 1980-90. Respecto al uso de las vías pecuarias, estudia sus
infraestructuras y las rutas ganaderas hasta las estaciones de embarque, los
itinerarios hacia levante y Sierra Morena, diciendo también del estado viario,
favorecido por el propio tránsito ganadero. Asimismo, dice del factor humano,
considerando que “el inicio de los ganaderos en la actividad trashumante no es
algo casual”, pues éstos “trashuman por tradición familiar”, estableciendo una
serie de consideraciones. Concluye el capítulo con un “resumen”, donde
manifiesta que “a pesar de todos los problemas y dificultades que los ganaderos
trashumantes encuentran hoy en día”, lo que más les preocupa “es la escasez de
beneficios económicos”, lo que de facto “condiciona la supervivencia de la
trashumancia”.
Corral o paridera utilizado por los ganaderos durante la trashumancia, sito en La Arcolla (Chera), de paso por la Vereda de Castilla, también conocida como "vereda alcarreña". |
Con todo, el que más me ha complacido
es el capítulo (8) [VI], donde se dice de la trashumancia desde el punto de
vista etnológico. Resulta curioso ver cómo han arraigado en esta zona de
Castilla palabras de origen valenciano, traídas por los ganaderos trashumantes:
fenómeno que también se produce en otras actividades de desplazamiento de
personas, como fueron la siega o cosecha del arroz, el trasporte de la madera
por los ríos, el de los arrieros con sus recuas de pollinos, o el comercio al
por menor de ciertos productos entre localidades alejadas. De la misma forma, resulta
útil la recopilación del lenguaje propiamente ganadero, aplicado a los tipos de
ganado –cabras, ovejas, vacas- y al pastor y sus vestidos: abarcas, manta,
morral, polainas, zurrón... Y a las actividades propias de la profesión, la
esquila y sus herramientas, incluyendo multitud de voces del antiguo acerbo
común: palabras y expresiones que con una terminología específica nos dicen de
la vida diaria de otro tiempo y que las nuevas generaciones ya no comprenden.
Dentro de este mismo capítulo se recoge la influencia del santoral en el
devenir del calendario festivo, agrícola y ganadero de estos pagos. Aquí se acopian
curiosidades etnológicas e históricas vinculadas a la devoción de san Miguel,
tanto en tierras de Salvacañete como en las del antiguo marquesado: la vida de
los pastores y el tiempo de su contratación, el desarrollo de las ferias de ganado:
En los bares se celebraban los “alboroques”, cuando se hacían los tratos...,
pues en las ferias se llevaban a cabo multitud de transacciones: La feria de
Landete en San Miguel marcaba un antes y un después en el pueblo, en la comarca
y en zonas próximas como el Rincón de Ademuz y pueblos limítrofes de Cuenca y
Teruel... –como hijo de tratante, yo también he conocido este ambiente-: Cuando
las gentes regresaban a sus localidades de origen venían con una caballería
nueva, con una venta realizada de alguna cría [...], con aperos nuevos que
habían comprado [...], tal vez una caldera nueva y con algún recuerdo para los
familiares, generalmente dulces como el turrón o los chupones...
Ganado trashumante de los hermanos Martínez -Vidal e Ismael- cruzando la CN-420 en La Almarcha (Cuenca). |
El capítulo sigue con el estudio
de las instalaciones auxiliares para la ganadería, como los corrales,
descubiertos y parideras, abrevaderos, lugares donde se colocaban las “álegas”
piedras para la sal: todo ello combinado con una rica toponimia. Asimismo,
recoge la serie de profesiones relacionadas con la actividad ganadera, tal el
esquileo y las antiguas industrias relativas a la lana, como batanes y telares:
Un aspecto económico que mantuvo unido, durante al menos un siglo, a
Salvacañete con la Comunidad de Aldeas de Albarracín fue la industria textil
ubicada en Tramacastilla. A la fábrica de lanas de esta localidad iban gentes
con caballerías cargadas de lana desde Salvacañete y sus aldeas y desde otros
lugares próximos como Alcalá de la Vega, Salinas del Manzano, El Cubillo y
otros del partido de Cañete. Y en el trajín caminero: Se traían mantas y
otros productos como madejas de lana, mandiles, pantalones de pastor,
cordellates, hilo para calcetines, todos ellos necesarios en una economía rural
basada en el intercambio de productos entre unas zonas y otras... El
capítulo concluye con la inclusión del testimonio del padre del autor -Cuando
mi padre fue pastor y ganadero-, de gran interés para la comprensión del
desarrollo, problemática y circunstancias de la vida local en otro tiempo, por
lo demás no tan lejano.
En el siguiente capítulo (9)
[VII] se dice de la ganadería en Salvacañete –en el siglo XX y XXI-: entre otras
cuestiones, aquí recoge la particular trashumancia de las colmenas, un aspecto
menos conocido de la actividad económica local, asimismo afectada por la
necesidad del desplazamiento estacional.
En el capítulo (10) [VIII], se
recogen una serie de evocaciones literarias relativas al mundo rural y
ganadero, que el autor vincula a Salvacañete y la Hoya del Peral -de donde eran
sus antecesores paternos-, así como en La Hondonada, Masegarejo, Torrefuerte,
Casas Nuevas y Valle de Carmona: topónimos todos ellos familiares para los vecinos
del Rincón de Ademuz. La lectura de sus impresiones sobre estos lugares nos
aproxima al conocimiento del mundo de la trashumancia y la vida campesina.
La esquila, una actividad ganadera relacionada con la trashumancia. |
Ganados trashumantes en la vereda. |
Los siguientes capítulos (11)
[IX] y (12) [X] dicen de los caminos ganaderos, esto es, de las cañadas,
veredas y cordeles, destacando su importancia cultural, y de la Vereda Real de
Castilla –también conocida como “vereda alcarreña”-, apartado en el que se
incluyen las “jornadas de vereda”, que el autor describe en diez etapas: desde
Salvacañete-Benarruel (Moya) hasta Turís-Llombay (Valencia), según un trabajo
realizado por Antonio García Lacruz, Cronista Oficial de Chera. El
trazado incluye una serie de mapas con el recorrido de las diez etapas necesarias
para cubrir el camino, los lugares de paso tradicionales y su distancia en kilómetros.
El último capítulo (13) [XI] constituye
una dedicatoria poética a las profesiones vinculadas con la ganadería:
pastores, esquiladores, cabreros, duleros...: vaya mi homenaje más
sincero en forma de versos nacidos del corazón de alguien que vivió en su
familia la realidad de la ganadería y de la trashumancia. Se trata de eso,
de un homenaje poético –bucólico y pastoril- lleno de sentimiento.
El autor deja un apartado final
(14) para los “Agradecimientos” y la “Bibliografía”: la reseña bibliográfica
constituye la apoyatura científica e historiográfica utilizada para justificar un
trabajo, que aquí se avala sobradamente.
Ganados trashumantes en la vereda. |
Ganados trashumantes camino de la Fuente del Pino en Salvacañete (Cuenta) [Fotografía de Alfredo Montero Martínez]. |
A modo de conclusión.
Tiempo de trashumancia (2011) –obra de Mariano
López Marín encuadernada en rústica, tapa blanda, 21x30 cm, 159 páginas,
Editorial Rodeno- es para mí un libro precioso, con un contenido denso y ameno,
generosamente trabajado, en el que hay muchas horas de esfuerzo e ilusión. Como
se decía arriba, está escrito desde dentro, con sabiduría y amor, a la vez que
con “mucho empeño y dedicación”, lo que se hace evidente desde las primeras
páginas.
Tras su lectura vemos como en el
mundo rural de nuestros padres y abuelos todo estaba relacionado, el hombre y
su actividad, los animales, los campos y el medio natural, formando una
sociedad compleja e interdependiente, cuyo desarrollo tenía lugar en el marco
repetido de las estaciones y ordenado por el santoral.
La recopilación llevada a cabo
por el autor constituye un acierto en todos sus aspectos, pues contribuye a
acercarnos –cuando no a descubrirnos- ese mundo en trance de desaparecer que
fue el de la ganadería trashumante, con todas las implicaciones, económicas,
etnográficas, culturales y humanas que conlleva. Y lo hace desde una doble
perspectiva, aunando su conocimiento personal -afectivo, familiar, vital- con el
estrictamente historiográfico, basado en la bibliografía y los documentos.
El libro incluye gráficos,
tablas, mapas y fotos... Quizá sean las fotografías en blanco y negro lo único
que desdice del contenido, pues el medio utilizado impide disfrutar de las
estupendas imágenes: para ello hubiera sido necesario usar papel satinado o
aumentar el tamaño de las mismas.
Los hermanos Martínez, ganaderos de la trashumancia, descansando tras una etapa en la vereda. |
Pastor trashumante con su ganado en la vereda. |
En
suma, se trata de uno de esos libros en los que aprender -y comprender- cómo fue la vida
rural de otro tiempo en esta zona, siempre sacrificada, dificultosa y precaria.
Pienso que el autor puede sentirse satisfecho, pues su obra se lee con agrado,
en tanto recopila con gran objetividad, a la vez que con sencillez y ternura el
esfuerzo de los que nos precedieron por las veredas y caminos de nuestra historia local... ¡Felicidades Mariano y gracias por tu dedicación! Vale.
© Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.
De la Real Academia de Cultura Valenciana
(RACV).
[1] SÁNCHEZ
GARZÓN, Alfredo. Visita guiada a las ruinas de Moya (Cuenca), en:
http://alfredosanchezgarzon.blogspot.com.es/2012/10/visita-guiada-las-ruinas-de-moya-y-ii.html,
del jueves 18 de octubre de 2012.
[2] ID. A
Ángel Antón Andres, in memoriam, en: http://alfredosanchezgarzon.blogspot.com.es/2011/10/angel-anton-andres-in-memoriam.html,
del lunes 17 de octubre de 2011.
Nota
Las
fotografías utilizadas para ilustrar esta entrada proceden de:
LÓPEZ
MARÍN, Mariano. Tiempo de trashumancia, en: http://mariano-recuerdosyaoranzas.blogspot.com.es/2012/11/tiempo-de-trashumanciahomenaje-los.html,
del sábado 24 de noviembre de 2012, y del perfil del propio autor en facebook: https://www.facebook.com/mariano.lopezmarin.3/photos.
Gracias Alfredo por este gran artículo.He disfrutado muchísimo con él.Me alegro un montón que te haya gustado el libro.Lo escribí con mucho cariño en homenaje a mi familia en particular y a los muchos ganaderos trashumantes de las tierras de Moya y zonas aledañas.Lo de las fotos tienes razón.Si lo hubiese editado yo lo hubiese hecho en papel satinado para conseguir mas calidad.Pero el editor ha intentado ahorrarse dinero.Pero lo disculpo porque ya es una proeza editar un libro en estos tiempos que corren.Gracias nuevamente. Saludos.
ResponderEliminarMariano.
Hola, Mariano: ha sido un placer leer tu libro y hacer su reseña, pues he aprendido muchas cosas leyéndolo. Resulta sorprendente ver la riqueza etnográfica que se esconde tras cada actividad del mundo rural: terminológica, toponímica, histórica y cultural. Creo que por un trabajo así merece la pena esforzarse... Un abrazo.
EliminarHola Mariano,
EliminarRecientemente he adquirido su trabajo llamado "Tiempo de trashumancia" con motivo de un regalo a mi padre (él nació en "Los Cortijos" ) anteriormente he querido adquirir sus otros trabajos, como por ejemplo: "Salvacañete: sus gentes..." pero me ha sido imposible encontrarlo. Podrían ayudarme en esta busqueda?
Enhorabuena por su trabajo y espero puedan ayudarme.
Un saludo y muchas gracias
Hola, Inane: creo que para adquirir los libros de Mariano López Marín lo mejor es ponerse en contacto con él, por ejemplo, a través de facebook, solicitarle amistad y/o mandarle un mensaje privado. Un cordial saludo y gracias por su comentario.-
EliminarMuchas gracias Alfredo, he hecho lo que me recomienda, contactar con él vía Facebook.
EliminarMuchas gracias!