viernes, 1 de marzo de 2013

PILONES Y LADRILLOS CERÁMICOS DEL “VIA CRUCIS” DE VAL DE LA SABINA, ALDEA DE ADEMUZ (y II).

 A propósito de la celebración de la Semana Santa en el valenciano Rincón de Ademuz.





 
La Quinta Estación [Vª] se halla en la esquina de la fachada de otra casa o pajar, sita más adelante de la misma calle... La escena representa la ayuda del Cireneo. Estaba ya Jesús tan exhausto que sus verdugos pensaron podía morir antes de llegar al Calvario, razón por la que cogieron a uno que venía del trabajo y estaba mirando entre la muchedumbre: Cuando le llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevara detrás de Jesús (Cf. Lucas 23, 26). 

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Detalle del muro y plafón cerámico donde se representa la Quinta Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Quinta Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan cinco personajes: Jesús aparece desfallecido bajo el peso de la cruz, con su mano derecha ase por detrás un extremo del patibulum, mientras un esbirro con el torso desnudo y descalzo le agarra por la túnica para que no caiga a tierra, entre tanto otro personaje tocado con un gorro, vestido de túnica corta ceñida por cinturón y bien calzado, coge el estipes o palo vertical de la cruz. Detrás de estos tres personajes aparecen otros dos: un esbirro portando una escalera de seis palos y otro montado a caballo, éste tocando una corneta que sujeta con la mano derecha. Todo sucede bajo un cielo azulado, con un fondo de rocas y arbustos. Los ladrillos carecen de la firma del autor.

La Sexta Estación [VIª] se halla en la fachada de otra casa o pajar, sita más adelante de la misma calle... La escena representa el encuentro de Jesús con la Verónica. La corona de espinas que le ciñe la cabeza le produce dolorosas heridas en el cuero cabelludo; la sangre le corre por el rostro y se le mete en los ojos, mezclada con el polvo y el sudor. Dice la tradición que una valiente mujer, llamada Verónica, se apiadó de Él: viéndole en tan lastimoso estado se le acercó para limpiarle con un pañuelo, quedando la imagen del rostro de Jesús impresa en el lienzo: Así como se asombraron de él muchos: -pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana- (Cf. Isaías 52, 14).

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Detalle del muro y plafón cerámico donde se representa la Sexta Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.


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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Sexta Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.


El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan cinco personajes: Jesús aparece con la cruz cargada sobre su hombro izquierdo, empujado por un esbirro, mientras otro tocado con turbante y gesto amenazante levanta un cabo de la cuerda con que le lleva amarrado. Delante de Jesús, arrodillada, aparece una figura femenina con la cabeza cubierta por un pañuelo y descalza, se trata de la Verónica, que le tiende un lienzo blanco, en tanto otro personaje masculino con la cabeza cubierta por la túnica que porta se agacha sobre la mujer, susurrándole algo... Todo sucede bajo un cielo nubloso, azul claro. Los ladrillos poseen la firma del autor, cuyo nombre aparece en el margen inferior derecho.
 
El contenido de esta [VIª] estación no se halla en el relato evangélico, pero, según la tradición cristiana, Verónica fue la mujer que, durante el Vía Crucis, tendió a Jesús un velo, lienzo o paño para que enjugara el sudor y la sangre de su rostro. En la tela quedaron prodigiosamente impresas las facciones del Redentor (el Santo Rostro). De este modo, el “paño de la Verónica” se interpreta como una de las imágenes de Cristo, tal el Mandilón de Edesa, la Sábana Santa de Turín o el Santo Sudario de Oviedo. Respecto a la etimología del nombre “Verónica”, mientras unos lo hacen derivar del latín “vera icon” = “imagen verdadera”, otros estiman que procede del griego Βερενίκη (Berenice), forma dialectal de Φερενίκη (Ferenice), que significa “portadora de la victoria”, y que aquí aludiría a la Resurrección de Jesús, esto es a la victoria de Cristo sobre la muerte.[1] Personalmente, me quedo con la derivación latina...

La Séptima estación [VIIª] se halla en la fachada de otra casa o pajar, sita más adelante de la misma calle... La escena representa la segunda caída de Jesús. Extenuado, apenas puede tenerse en pie; tropieza y cae una segunda vez entre burlas de soldados y judíos, los mismos que pidieron su crucifixión en el pretorio: ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado (Cf. Isaías 53, 4). 

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Detalle de la fachada y plafón cerámico donde se representa la Séptima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.


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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Séptima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.
El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan siete personajes: Jesús aparece aplastado bajo el peso del madero: la mano derecha agarrada al patibulum y la derecha con la palma apoyada en tierra; un soldado armado de lanza, espada y casco -que tiene bajo el arco de sus piernas a Jesús caído y el stipes de la cruz-, le agarra de la túnica por el hombro, mientras un esbirro sujeta el otro extremo con la mano derecha, en tanto con la izquierda ase la cuerda con la que lleva atado a Jesús. Detrás se ven cuatro personajes más, un soldado con casco de crin que porta un estandarte con el águila imperial –signa militaria de las legiones-,[2] y tres figuras masculinas: dos de ellos barbados, uno con turbante y otro con la cabeza cubierta por la túnica, mientras la del centro, que porta capucha, tiene la mano derecha alzada, con gesto amenazante... Todo sucede bajo un cielo azul claro. Los ladrillos poseen la firma del autor, cuyo nombre aparece en el margen inferior derecho.

La Octava Estación [VIIIª] no figura en el recorrido, se hallaba en un pilón camino del cementerio: el pilón se derrumbó y los ladrillos los “guardó” algún vecino... La escena representa el encuentro de Jesús con las hijas de Jerusalén: Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose hacia ellas les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos (Cf. Lucas 23, 28). 

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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Octava Estación del "Vía Crucis" de Puebla de San Miguel (Valencia), 2006.

            El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan ocho personajes: Jesús aparece en el centro de la escena, vestido de blanco y ceñido por un cinturón de tela, atado por la cintura con una cuerda que lleva un soldado que va detrás. La mano derecha de Jesús sujeta el extremo del stipes, mientras extiende la derecha sobre una mujer arrodillada, con la cabeza cubierta por velo, que lleva un niño en brazos. Otras dos mujeres se hallan detrás de la arrodillada, la cabeza cubierta por un velo, los brazos en alto, clamando ante lo que ven... Delante de Jesús camina una figura juvenil negra, con calzón o taparrabos, mira hacia las mujeres y lleva un cartel con un texto: “JESÚS NAZARENO/ REY DE JUDEA”. Al fondo izquierda de la escena hay una construcción almenada, mientras que a la derecha aparece una figura masculina, barbada y con túnica, contemplando la escena en silencio. Todo sucede bajo un cielo amenazador, verdoso oscuro. Los ladrillos corresponden al Vía Crucis de Puebla de San Miguel -muy semejante al de Ademuz-: ambos plafones poseen el mismo estilo, distinto en hechura y colorido al de Val de la Sabina. Los ladrillos carecen de la firma del autor.

La Novena Estación [IXª] se halla en el muro de un corral o descubierto, figurando un pilón adosado a la pared... La escena representa la tercera caída de Jesús. Agotado, Jesús cae en tierra por tercera vez, poco antes de llegar al lugar donde iba a ser crucificado. Entre insultos y latigazos le obligan a levantarse y seguir caminando: Me traquetea el corazón; las fuerzas me abandonan, y la luz misma de mis ojos me falta (Cf. Salmo 38 (37), 11). 

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Pilón y plafón cerámico donde se representa la Novena Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.
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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Novena Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan cinco personajes: Jesús aparece desvanecido bajo el peso de la cruz, con la mano derecha parece asirse a la pierna del esbirro que tira de su brazo izquierdo, detrás aparece un soldado con casco de crin que ase una lanza con la mano derecha. Por detrás, al otro lado de la cruz, hay dos figuras más, un esbirro que ase con la mano derecha el patibulum, mientras con la izquierda tira de Jesús, amarrándole la túnica por el hombro; otra figura masculina, tocada con gorro judío y vestido con túnica levanta la mano derecha. Todo sucede sobre un fondo de montaña pelada, bajo un cielo azul claro. Los ladrillos carecen de la firma del autor.

          La Décima Estación [Xª] se halla en el muro exterior de otro edificio, camino del cementerio... La escena representa el despojo de las vestiduras. Macilento y consumido, con las ropas pegadas al cuerpo sanguinolento, Jesús es expuesto desnudo ante el populacho: Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno (Cf. Marcos 15, 23-24).

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Detalle de la fachada y plafón cerámico donde se representa la Décima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Décima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan cinco personajes: Jesús aparece en el centro de la escena, mirando al frente y de pie junto a la cruz, que se halla en el suelo, mientras dos esbirros le desvisten, uno a cada lado: el de la izquierda con turbante y el torso desnudo, el de la derecha con la cabeza descubierta y vestido. Un tercer esbirro se halla sentado en una piedra, por delante de la cruz: porta un cajón a la espalda pendiente de una correa, mientras vierte líquido en una copa. En tierra, junto a la cruz, hay un utensilio con mango, a modo de martillo o piqueta. Al fondo izquierda de la escena hay un soldado con casco de crin y lanza, que sujeta la túnica de Jesús. Todo sucede sobre un piso de tierra y rocas, bajo un cielo azul claro. Los ladrillos carecen de la firma del autor.

            La Undécima Estación [XIª] se halla en un pilón de obra, exento, que hay en el camino de la ermita de San Miguel; posee los ladrillos en el fondo de una hornacina con tejadillo apuntado... Aquí se representa la crucifixión de Jesús: Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda (Cf. Lucas 23, 33), como si los tres fueran bandidos.

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Camino que baja a la ermita de San Miguel Arcángel y Centro Social, antiguas Escuelas Nacionales, con detalle del pilón donde se hallan los ladrillos cerámicos de la Undécima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.
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Detalle del pilón cerámico donde se representa la Undécima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.
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Detalle de la hornacina y plafón cerámico donde se representa la Undécima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.
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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Undécima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.


El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan siete personajes: Jesús se halla en el centro, mirando al frente, el cuerpo desnudo sobre el stipes, cubierto tan solo por un paño; con la mano derecha, cuyo brazo se halla extendido sobre el patibulum, agarra la escarpia con que un esbirro le clava al madero, el brazo izquierdo en el suelo, con la mano abierta; la pierna derecha se la mantiene extendida sobre el madero un esbirro, que le sujeta con las dos manos, la otra pierna la tiene flexionada y apoyada en tierra. Al pie de la cruz crece un arbusto. Por detrás de Jesús, a su cabecera hay tres figuras: una corresponde al esbirro que le clava la mano, el cual aparece con una rodilla en tierra, con la izquierda sujeta el clavo, en tanto con la derecha lo golpea, mediante un martillo. Junto al esbirro hay dos figuras con túnica y gorro o turbante, una porta el títulus crucis donde se lee INRI –Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum-: Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos.[3] La figura de al lado posee la mano extendida, con el dedo índice levantado, indicando algo. Al fondo izquierda vemos dos figuras femeninas: una de ellas derecha, cubierta de túnica, con halo y la mano izquierda levantada, se trata de María; a sus pies hay una mujer arrodillada, porta túnica, las manos unidas y el cabello largo y suelto: puede ser María Magdalena. Todo sucede sobre un montículo térreo, bajo un cielo azul, cruzado de nubes blancas. Los ladrillos carecen de la firma del autor.

La Duodécima Estación [XIIª] se halla sobre el frontis de la ermita de San Miguel, a la derecha de la entrada... Aquí se representa la muerte de Jesús en la cruz: Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu". Y, dicho esto, expiró” (Cf. Lucas, 23, 44-46). 

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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Duodécima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.


El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan cinco personajes: Jesús aparece en el centro, clavado al madero, cubierto por un paño atado a su cintura, la cabeza girada hacia su derecha; los clavos le traspasan las palmas de las manos, el pie derecho sobre el izquierdo, atravesados por la misma escarpia. Sobre su cabeza, adosado al stipes figura el titulus crucis con el INRI. La base de la cruz, hinchada en tierra, se sujeta mediante unas cuñas de madera. Al pie de la cruz hay una figura con túnica, arrodillada, la cara oculta entre las manos. A la izquierda hay dos figuras femeninas, María, la madre de Jesús, aparece de pie, cubierta con túnica y halo, las manos unidas en actitud orante, mirando la figura de su Hijo muerto. A los pies de María se halla una mujer arrodillada, la cabeza cubierta por la túnica y las manos unidas, con los dedos entrelazados, mirando al suelo. A la derecha hay una figura masculina, viste túnica, cabello largo y suelto con halo, las manos unidas a la altura de la cintura, descalzo, mira a Jesús y a María: se trata de Juan, el discípulo amado de Jesús. Todo sucede sobre un promontorio, bajo un cielo nubloso, cruzado de nubes blancas. Los ladrillos carecen de la firma del autor.

            La Trigésima Estación [XIIIª] se halla en una hornacina sita a la cabecera de la ermita, en la fachada posterior... Aquí se representa el descendimiento del cuerpo muerto de Jesús. Una vez hubo expirado, le bajaron de la cruz, poniéndole en brazos de María: Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para poder darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre (Cf. Juan 10, 17-18).
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Detalle de la cabecera de la ermita de San Miguel y plafón cerámico donde se representa la Trigésima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Trigésima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

El suceso tiene lugar en campo abierto y lo encarnan seis personajes: Una vez desclavado de la cruz, Jesús es puesto en brazos de María: se trata de una escena de gran ternura, doliente y sosegada: Jesús aparece muerto, ya sin la corona de espinas y en brazos de su madre, que le sujeta la cabeza con su mano derecha, al tiempo que la aproxima a la suya, mientras con la izquierda le ase el brazo izquierdo. El brazo derecho de Jesús se halla sobre el hombro y dorso de una figura masculina, que aparece arrodillada en ese lado, las manos unidas por las palmas, mirando a Jesús y a María, la cabeza con halo: se trata de Juan, el discípulo amado. A los pies de Jesús hay una figura femenina, con túnica, el cabello largo, asiéndole y besando su mano izquierda: se trata de la Magdalena. A la izquierda, detrás de las cuatro figuras anteriores hay otras dos masculinas y barbadas, la que lleva la cabeza descubierta porta en la mano derecha los clavos de la cruz, la otra viste túnica y lleva la cabeza cubierta: parecen estar hablando... Por detrás se halla la cruz, con una escalera a la derecha, apoyada en ella. Todo sucede sobre un montículo térreo, bajo un cielo nubloso, cruzado de nubes claras. Los ladrillos carecen de la firma del autor.

La Cuadragésima Estación [XIVª] se halla en la fachada anterior de la ermita, lado izquierdo de la entrada... La escena representa el entierro de Jesús. Al atardecer de aquel día, José de Arimatea, un hombre rico que también se había hecho discípulo de Jesús, se acercó hasta el pretorio, pidiendo a Pilatos el cuerpo de Jesús: José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego hizo rodar una gran piedra hasta la entrada... y se fue” (Cf. Mateo 27, 57-60). Sentadas frente al sepulcro estaban María Magdalena y la otra María.

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Detalle del plafón cerámico donde se representa la Cuadragésima Estación del "Vía Crucis" de Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), 2003.

El suceso tiene lugar en campo abierto y lo representan seis personajes: el cadáver de Jesús aparece en el centro, portado por una figura masculina, barbada y con turbante, que le agarra por los hombros, mientras otra figura masculina, ésta pelona y con barba entrecana le ase por las rodillas. La figura de los pies viste túnica y porta sandalias. Tratan de meter a Jesús en un féretro de piedra: Jesús aparece sobre el sudario blanco, apenas cubierto con un paño sujeto a la cintura, los brazos cruzados a la altura del pecho, la cabeza reclinada a la izquierda. Por detrás vemos tres figuras femeninas: María en el centro, la cabeza cubierta con la túnica y halo; otra figura cubierta le sujeta la mano derecha, tiene los ojos entornados, mirando al suelo. María y la otra mujer, ésta a la izquierda de la madre, la cabeza descubierta y el cabello suelto, sujetándole el brazo izquierdo: ambas observan como Jesús es puesto en el sepulcro. Por detrás del grupo se halla la entrada a una cueva; al fondo, sobre un montículo, se observan tres cruces vacías. La escena tiene lugar en una zona de montaña, bajo un cielo azul claro. Sobres las rocas y a los pies del sepulcro pueden verse arbustos verdes. Los ladrillos carecen de la firma del autor. 

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Detalle de antiguas construcciones y viviendas de estilo tradicional en Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), en la zona de las eras y pajares (2003).
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Detalle de antiguas construcciones y viviendas de estilo tradicional en Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), en el centro de la población (2003).
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Detalle de macetas con flores en Val de la Sabina-Ademuz (Valencia), en el centro de la población (2003).
Relación de “Vía Crucis” en los pueblos y aldeas del Rincón de Ademuz (2013).
LOCALIDAD
SI
NO
TIPO
UBICACIÓN

ADEMUZ

X
 -
Pilones y ladrillos
Fuera de la población
Mas del Olmo
-
X
-
-
Sesga

X
-
-
Val de la Sabina
X
-
Pilones y ladrillos
Dentro y fuera
de la población

CASASALTAS

X
-
Pilones y ladrillos
Fuera de la población

CASASBAJAS

X
-
Pilones y ladrillos
Dentro y fuera
de la población

CASTIELFABIB

-
X
-
-
Arroyo Cerezo
-
X
-
-
Cuesta del Rato
 -
X
-
-
Mas de Jacinto
-
X
-
-
Mas de los Mudos
-
X
-
-
PUEBLA DE SAN MIGUEL
X
-
Pilones y ladrillos
Fuera de la población

TORREBAJA

 -
X
-
-
VALLANCA
 -
X
-
-
Negrón
-
X
-
-
Tomado de SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Los Vía Crucis del Rincón de Ademuz: origen y significado devocional, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, vol. I, pp. 167-172.

Nota: En Castielfabib no existe “Vía Crucis”, pero hay una calle denominada “Calvario”, lo que induce a pensar que pudo haber uno en dicha vía. En Torrebaja existió uno antes de la Guerra Civil (1936-39), cuyas estaciones ascendían hasta la ermita de san Roque en Los Pajares, entonces aldea de Castielfabib; pero fue destruido durante la revolución y -lamentablemente- no ha sido restaurado.


Palabras finales, a modo de epílogo.
Los pilones y ladrillos cerámicos del Vía Crucis de Val de la Sabina constituyen valiosos elementos de la antigua tradición religiosa popular en la aldea ademuceña, hasta el punto de formar parte del escueto patrimonio religioso local, junto con la antigua ermita de San Miguel Arcángel.

Lamentablemente, no se hallan cuidados como debieran, siendo más que probable que acaben perdiéndose conforme los edificios que los sustentan se deterioren y arruinen. Falta la Octava Estación, cuyo pilón se derrumbó hace años y sus ladrillos fueron "recogidos" por algún vecino anónimo; lo adecuado hubiera sido reconstruir el pilón y reponer los ladrillos.

Por su forma y colorido, los plafones que componen cada estación responden a la escuela cerámica valenciana, siendo similares a otros de la zona: cabe destacar su sencillez y belleza formal, que enlaza con la agreste humildad del lugar.

Dado su trazado, que discurre por la calle principal de la aldea y continúa fuera de la población -en dirección al cementerio y ermita de San Miguel-, resulta chocante que el sentido de la marcha en algunas escenas vaya en sentido contrario: por ejemplo, las estaciones Iª, IIIª, IVª, Vª, VIª, VIIª, IXª, figuran que van hacia la izquierda, mientras que sólo la IIª lo hace en el sentido correcto de la marcha, cuando todas las que reflejan movimiento deberían ir hacia la derecha. La VIIIª estación es también dinámica, pero al haber desaparecido desconocemos qué sentido tenía. Las demás estaciones -Xª, XIª, XIIª, XIIIª y XIVª- son estáticas. Probablemente se trata de ladrillos fabricados en serie, con modelos predeterminados; en todo caso, parece que ni el artista ni y los adquirientes tuvieron en cuenta este detalle...

En suma: merece la pena acercarse a visitar la aldea de Val de la Sabina, recorrer las desiertas callejas y observar su peculiar estilo arquitectónico, así como el acierto de algunas restauraciones, sin dejar de acercarse hasta el lugar de la ermita de San Miguel, patrón del lugar, admirando de paso los singulares y bellos ladrillos cerámicos de las estaciones del Vía Crucis. Vale.


© Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.


Nota: las referencias a Wikipedia, La enciclopedia libre son informativas, no bibliográficas.

[1] Verónica (santa). (2013, 10 de marzo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 17:14, marzo 25, 2013 desde http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Ver%C3%B3nica_(santa)&oldid=64716948.
[2] Águila romana. (2012, 18 de julio). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 16:55, febrero 28, 2013 desde http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=%C3%81guila_romana&oldid=58052749.
[3] Titulus crucis. (2013, 24 de febrero). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 18:00, febrero 28, 2013 desde http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Titulus_crucis&oldid=64088629.

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