domingo, 25 de agosto de 2013

CASTIELFABIB, EN EL RINCÓN DE ADEMUZ (I).

 A propósito de la Semana Cultural en la villa 
–del 26 al 31 de agosto de 2013-.


«Castielfabib nobilissimun regaleque oppidum primumque et

permunitum Regni Valentini municipium,

intra cuius moenia circumstantesque villulas triginta super bis centum domicilia connumerantur».[1]
Relación ad limina del Obispo de Segorbe, 
fray Francisco Gavaldá Guasch (1652-60),
relativa a Castielfabib (1656).





Palabras previas.
Mi presencia en esta Semana Cultural se debe al alcalde de Castielfabib –don Eduardo Aguilar Villalba-[2] que me solicitó participara con una charla... Siempre es un honor –también un placer- que alguien te requiera para estos menesteres, y yo lo acepto con gusto, pues me gusta colaborar. ¡Gracias, pues, señor alcalde!
            
A la hora de elegir el tema siempre se plantea un dilema, pues los asuntos sobre los que se podría hablar en relación con Castielfabib son múltiples y variados. Es por ello que me decidí a empezar por el principio, que suele ser la mejor manera de comenzar a contar las cosas. Cuando digo del principio me refiero a la época de la conquista cristiana de esta parte del antiguo reino almohade de Valencia, a la conformación del territorio y a su evolución desde el tiempo de la conquista hasta nuestros días. 

Decir de Castielfabib –o de Ademuz, que tanto monta- es decir del Rincón de Ademuz, pues durante la mayor parte de su existencia como demarcación político-territorial ambas villas y sus términos constituyeron la totalidad de la comarca. El objetivo de la presente charla es abordar de forma somera el momento de la conquista y lo que sucede tras la misma, hasta la formación de este espacio geográfico que conocemos como Rincón de Ademuz: su inclusión en el Reino Cristiano de Valencia y la posterior separación geográfica del resto del territorio valenciano. Seguidamente, diremos de los principales acontecimientos históricos que afectaron a Castielfabib, situándolo así en el contexto comarcal y general. Entre estos acontecimientos se halla la fragmentación del territorio inicial, y la aparición de los distintos municipios que hoy lo conforman.

La entrada presente constituye pues el esquema, guion y desarrollo de la charla-coloquio prevista, que tendrá lugar en la iglesia-fortaleza de Castielfabib, el próximo martes 27 de agosto del presente año, a las 17:30 horas. No sé cómo resultará la disertación, pero sólo por ver la iglesia por dentro -y su entorno- merecería la pena asistir...

Cartel de la Semana Cultural Municipal de Castielfabib (Valencia),
en el que se anuncia la presente charla-coloquio.

Vista de Castielfabib (Valencia), desde Los Planos (2012).

Del tiempo de la conquista cristiana.

La Historia es una ciencia, en cuanto trata de desentrañar el pasado con el método científico, investigando los hechos, sus causas y consecuencias de forma objetiva... Para ello se vale de documentos y registros de todo tipo, de crónicas y testimonios; pero una vez averiguados y consensuados, los hechos históricos son susceptibles de interpretación, y la interpretación siempre será política. En cualquier caso, se trata de aproximaciones a los hechos de la Historia –quiero decir que no existen verdades absolutas-, pues de la misma forma que existen verdades judiciales existen las históricas... Además, para hacer inteligible una historia hay que conocer el "proyecto" individual o colectivo de una sociedad; pues, como escribía Julían Marías en "España inteligible. Razón histórica de las Españas" (1985), "sin tenerlo presente no se puede contar una vida", ni una historia.  Con todo, en Historia, como en tantas otras cosas de la vida, deberíamos adoptar el viejo aforismo de la lógica escolástica: nego suppositum, niego el supuesto... ¡Si no queremos perdernos en divagaciones, no hay que dar nada por supuesto!

Plumilla representado a Jerónimo Zurita (1512-80), cronista aragonés por excelencia.

Respecto del tiempo de la conquista cristiana del Rincón de Ademuz, el cronista aragonés Jerónimo Zurita (1512-85) nos la presenta a su estilo, como se entendía la historia en su tiempo. Nos dice que en los últimos días de marzo, el rey Pedro II de Aragón reunió sus tropas en Monzón (Huesca), e hizo una correría por esta zona del reino moro valenciano. En aquella incursión resultaron conquistadas varias villas y lugares, entre las que hallamos Ademuz, Castielfabib, El Cuervo y Sertella con sus castillos. A continuación hace un comentario de especial interés, diciendo “Estas fortalezas no se agregan al reino de Aragón, sino que forman el reino de Valencia, que puestas en la frontera eran como las primicias de una gran expedición”.[3] Lo cierto es que tras la conquista de la zona, sus castillos malamente podían agregarse al reino cristiano de Valencia, toda vez que éste todavía no se había conquistado ni constituido; pues no lo sería hasta después de la conquista de la capital, en 1238... Lo propio es pensar que nuestras villas pasaron a depender de Aragón; no iban a depender de Castilla, pues la conquista había sido aragonesa... Pero el cronista escribe en la segunda mitad del siglo XVI, cuando ya era un hecho que Ademuz y Castielfabib formaban parte del reino cristiano de Valencia.

Vista septentrional de Ademuz (Valencia), desde el Pico Castro (897 m).
  

En el siguiente párrafo el relator dice: “y aquel día en presencia del rey, del obispo de Zaragoza se ofreció y entregó (Ademuz) a don Pedro de Monteagudo maestre del Temple y a su orden...”.[4] Obviamente, debemos entender que se está refiriendo al día en que se conquistó el castillo de Ademuz; ese mismo día el castillo fue entregado al maestre del Temple... Visto lo anterior, cabe preguntarse, ¿qué fue de Castielfabib, acaso no se conquistó en la misma ofensiva? Nada dice el cronista al respecto, pero existe un documento, “datis in captione Castelli Fabib”, esto es, datado y signado en Castielfabib -a 26 de agosto de 1210-, conforme el rey don Pedro II concede a los hospitalarios de san Juan de Jerusalén la Iglesia de Castielfabib con sus diezmos y primicias, “para que edifiquen iglesias y oratorios y un molino con todos sus derechos Parroquiales y después les da también todas las Mezquitas con todas las heredades y décimas que en tiempos de los moros les pertenecían”:
  • Nos, Pedro, por la gracia de Dios Rey de Aragón y Conde de Barcelona, en su honor y el de Santa María damos y por esta presente escritura valedera para siempre concedemos a San Juan y a la Casa del Hospital de Jerusalén y a sus pobres para siempre, y a vos, Martín de Andos, castellano de Amposta que a Nos en la adquisición del nombrado castillo Fabib con un laudable cuerpo de tropas de los Hermanos desde el principio hasta el final virilmente estuvisteis presente, damos la iglesia de este castillo de Fabio con todos los diezmos y primicias de este castillo y de sus términos, y para construir la iglesia os damos y asignamos para siempre aquel lugar que vulgarmente se llama “Las Eras”, donde antes había una mezquita de los sarracenos; al cual lugar damos estos límites: desde Oriente y Mediodía hasta el mismo río designado “Dronio” y desde occidente hasta la llanura donde hay viñas plantadas y desde el Norte hasta la roca que está junto al castillo. Os damos también plena licencia y facultad para hacer, plantar y edificar una casa de molinos en este mismo salto de agua y que a nadie le sea lícito que esta agua sea desviada a otra parte o poner algún impedimento por el que se nos quitara fuerza o pudiéremos quitarla para que hagáis en este lugar una casa. Donamos y concedemos y asignamos a Dios y al Hospital y a los Hermanos para siempre todas las mezquitas y heredades y todos los derechos que en tiempo de los sarracenos pertenecían a estas mezquitas o debían pertenecer.[5]
Óleo representado a don Pedro II de Aragón (1178-1213), el Católico.


Se trata de un documento en papel del siglo XVIII y copiado del original en Valencia, que aparece inserto en cierta documentación eclesiástica de 16 de abril de 1327. El documento dado en la conquista de Castielfabib hace pensar que pudo existir otro similar para Ademuz, que es el que pudo consultar Zurita para sustentar su afirmación. Lo cierto, sin embargo, es que la concesión de Castielfabib a la Orden del Hospital fue el mismo día de la conquista -26 de agosto de 1210-, mientras que la donación de Ademuz a los templarios tuvo lugar unos días después -el 19 de septiembre de 1210-: aquí se nombra a los castillos de Ademuz, Castielfabib, “castellum quod dicitur lo Corbo et castellum quod dicitur Serrella”.[6]

Vista meridional de Castielfabib (Valencia), desde el Camino de Hoya Hermosa.
Sumariamente, la movilización de tropas para la incursión por tierras del reino moro valenciano se inicia en marzo de 1210, desde Monzón (Huesca), y la conquista de Ademuz y Castielfabib se produce el 26 de agosto de ese año: entre las huestes de don Pedro II se hallaban los templarios y los hospitalarios, que colaboraron activamente en la conquista. En premio de su colaboración, el rey concede Castielfabib a los del Hospital de san Juan de Jerusalén, y Ademuz al Temple.


La intervención de templarios y hospitalarios en la conquista de Ademuz y Castielfabib no fue casual ni altruista, sino interesada... Para entenderla hay que remontarse al testamento de Alfonso el Batallador (1131-32), en el que disponía el reparto de sus reinos entre diferentes monasterios e iglesias, nombrando herederos del resto a las órdenes monástico militares del Temple, Hospital y Santo Sepulcro. Ello para evitar que a su fallecimiento Alfonso VII de Castilla se anexionara sus reinos, pues el rey castellano era hijo de doña Urraca, esposa del Batallador, de la que el rey aragonés se había separado sin descendencia directa.

Cuando las órdenes monástico-militares exigieron el cumplimiento del testamento real hubo graves problemas con la nobleza y el propio rey, lo que llevó al princeps de Aragón -Ramón Berenguer IV (1131-62)- a establecer dos pactos con el Temple y el Hospital; mediante el segundo pacto -Daroca, 1142- se llegó a un acuerdo, en el que se especificaban los castillos y prebendas objeto de cambio, por el que las órdenes militares renunciaban a los derechos testamentarios del Batallador... Entre aquellos se encontraban El Cuervo, Castielfabib, Ademuz, Serrella, Alpuente..., cuyos territorios se hallaban todavía en manos musulmanas; para disfrutar de aquellos beneficios las órdenes militares nombradas debían contribuir ineludiblemente en su conquista;[7] de ahí su participación...

Al punto surge varias preguntas, ¿qué fue de Ademuz y Castielfabib tras la conquista aragonesa de 1210? ¿Fueron reconquistadas por los moros valencianos o permanecieron en manos cristianas? Lo cierto es que no lo sabemos con certeza, pues existe un vacío documental de varios años... No obstante, Pascual Madoz (1806-70), en su célebre Diccionario (1845), dice de Ademuz: “[...] en el año de 1212 la conquistó D. Pedro II de Aragón, y la pobló de cristianos, pero disfrutaron poco de su posesión, porque el rey moro de Valencia, la tomó luego pasándolos á cuchillo; la reedificó, y á su fortaleza añadió un castillo, cuyos restos conserva en su parte más elevada”.[8]

Representación de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), por van Hallen.

Cabe decir que Madoz es un político y estadista, no un historiador, y que los datos más valiosos de su repertorio son los más próximos a su tiempo. Según vemos, data la conquista en 1212 –en otros textos se dice que fue de regreso de la batalla de las Navas de Tolosa, en la que participó el rey aragonés, junto con el rey castellano y el navarro-. Pero no, la conquista fue en 1210. Respecto a la posible reconquista musulmana, su afirmación queda en el aire, pues no se han hallados registros que lo prueben de forma fehaciente. A continuación hace otra afirmación: “El rey D. Jayme I de Aragón la conquistó por segunda vez en 1259, después de una gran resistencia y mucha pérdida de gentes, y la mandó poblar de cristianos de su ejército á quienes concedió muchos privilegios”.[9] De ninguna manera podemos admitir hoy que esto fuera así, pues la zona ya se hallaba conquistada hacía muchos años; además, tampoco existen pruebas documentales de asedios y luchas entre moros y cristianos en esa época por esta parte.

Plumilla representando a Pascual Madoz (1806-70), estadista.
 
Respecto de Castielfabib dice que la conquistó el rey don Pedro, y que la mandó “poblar de cristianos á quienes concedió varios privilegios; fortificó los nuevos muros y castillo cuya prevención no fue inútil, pues á poco tiempo fue atacada por el rey moro de Valencia, quien tuvo que retroceder escarmentado sin conseguir nada”.[10] Como ya dije en otro lugar:
  • Lo sucedido con Castielfabib parece más acorde con la realidad histórica, aunque ya digo que Pascual Madoz no es un historiador, sino un estadista que recogió en su obra lo que le dijeron sus colaboradores en las propias villas y lugares de donde recabó información. En cualquier caso, recopiló lo que se creía en su tiempo..., lo que no siempre coincide con la verdad historiográfica. Personalmente, me inclino a pensar con Guinot Rodríguez (1995) que entre 1179 y 1240 el territorio conquistado por Pedro II en aquella fecha de 1210 quedó como una frontera abierta, singularmente la linde meridional de Aragón con Valencia, “amb freqüents acción de grups armats i daltabaixos en l`ocupació efectiva de l`espai” –aunque bajo influencia política aragonesa-.[11]


Abundando en lo anterior, cabe decir que la conquista castellana de esta parte del poniente del reino moro de Valencia se produjo a la par que la aragonesa, lo que hace pensar que la frontera nor-occidental del pre-Rincón de Ademuz debió permanecer más estable que la sur-oriental, dado que el rey castellano -Alfonso VIII el Noble (1158-1214)- ya concedió fuero para la repoblación de las tierras de Moya el mismo año de la conquista de Ademuz y Castielfabib por Pedro II el Católico -esto es, en 1210-.[12]
       
Como es sabido, el Católico muere en Muret, localidad al sur de Toulouse (Francia) -en 1213-, durante la cruzada albigense. Dicho de otro modo, la conquista del reino moro de Valencia se interrumpió, continuándose como cruzada años después y por la costa, esto ya en el reinado de su hijo y sucesor, Jaime I el Conquistador (1208-76). La conquista de Valencia tuvo lugar en 1238 -en realidad no hubo batalla, sino rendición y pacto-: posteriormente se dio la promulgación del Costum de la ciudad de Valencia (1239-40), un hecho decisivo en la creación del reino cristiano valenciano. Pues todos los historiadores y especialistas forales admiten que dichos privilegios constituyen el germen de los futuros Fueros latinos (1240). Estos fueron posteriormente traducidos al catalán y ampliados, de donde surgen los Fueros romanceados de 1261, que son los que el Conquistador juró en la primavera de ese año.

Miniatura representando a Jaime I el Conquistador (1208-1276).
            

De cara a la ubicación del territorio de nuestras villas –Ademuz y Castielfabib-, cabe decir que en los Fueron latinos (1240) no aparecen los nombres de estos castillos, pero sí figuran en los Fueros romanceados (1261), siendo pues esta la fecha señera cuando el territorio del futuro Rincón de Ademuz pasa a formar parte del nuevo reino cristiano de Valencia.
            El texto latino del fuero I.1 (1240), dice:
  • Vocamus et volumus ut regnum Valentie appelletur et sit a rivo de Uldecona usque ad terminum de Biar, et a mari usque ad Alventosam et Almazaneram et ad Sanctam Crucem et a finem terminorum de Requena, qui dividunt terminum versus Castellam [Edición de G. Colon i A. García,1970, tomo I, p. 108].
Mapa del territorio valenciano, antes de la creación del reino cristiano de Valencia (1238-1240), en el que puede observarse como las tierras del pre-Rincón de Ademuz -Ademuz y Castielfabib- se hallan fuera de sus fronteras [Tomado de GUINOT RODRÍGUEZ (1995), p. 26].
Mapa del Reino de Valencia, según los Fueros del texto latino (1240) y el pacto de Almirra (1240-61), en el que puede observarse como Ademuz y Castielfabib todavía no se hallan entre los límites del nuevo Reino cristiano [Tomado de GUINOT RODRÍGUEZ (1995), p. 30].

            
Mientras que los fueros romanceados (1261), dice:
  • Aquestes són los térmens del regne de València: [...]; e axí com va a la serra de Javalambre, e de la serra de Javalambre axí com ix a Castell Phabib e a Ademuç, e aquests dos castels són del regne de València; e de Ademuç, axí com va al terme que parteix Ares e Sancta Creu, e d`allí així com ix al terme de Toxa e de Xelva,... [Tomado de Guinot Rodríguez, 1995, pp. 31-32].
Mapa del Reino de Valencia, según los Fueros del texto catalán (1261-1270), en el que puede observarse la continuidad territorial de Ademuz y Castielfabib con el resto del Reino, a través de Arcos de las Salinas [Tomado de GUINOT RODRÍGUEZ (1995), p. 44].

Ello nos lleva a evocar las palabras de Zurita, conforme las fortalezas de Ademuz y Catielfabib, tras la conquista de Pedro II, “no se agregan al reino de Aragón, sino que forman el reino de Valencia, que puestas en la frontera eran como las primicias de una gran expedición” –llevada a cabo muchos años después, ya en tiempos del Conquistador-. Asimismo, nos hace pensar en las palabras de Madoz, cuando dice que “El rey D. Jayme I de Aragón conquistó (la villa de Ademuz) por segunda vez en 1259”, pues aunque no se tenga noticia de esta hazaña, dos años después de esta fecha, el territorio del futuro Rincón de Ademuz se incluyó en el recién fundado reino valenciano. Abundando en ello, resulta poco probable que tuviera lugar la reconquista de Ademuz en 1259, pues aunque en los Fueros latinos (1240) las villas de Ademuz y Castielfabib no se incluyen en el nuevo reino de Valencia, tampoco podemos pensar que en aquella fecha hubiera un foco de resistencia musulmana entre Aragón y Castilla, como hace suponer la cita.

El suceso histórico más importante vinculado con esta fecha de 1259 fue la unión de las Iglesias de Albarracín y Segorbe –esto fue el 18 de marzo de aquel año, mediante la bula Petito Vestra del Papa Alejandro IV (1254-61)-.[13] El hecho es muy significativo, pues debemos saber que tras la conquista cristiana de la zona, Pedro II de Aragón concedió las iglesias del Rincón de Ademuz al arzobispo de Toledo –don Rodrigo Ximénez de Rada-, para que éste las cediera al obispo de Albarracín; pues la diócesis de Albarracín se había erigido como sufragánea de Toledo, ya en tiempos de don Cerebruno.[14] Y en esta obediencia permanecieron hasta la desmembración de ambas iglesias por la bula De Regimine de Gregorio XIII (1572-85) –el 21 de julio de 1577-:[15] fecha que coincide con la de toma de posesión del convento de san Guillermo por los franciscanos observantes de Valencia; pero esto es adelantar mucho el relato...

Representación de Jaime I el Conquistador (1208-1276), rey de Aragón, de Valencia, Mallorca, conde de Barcelona, señor de Montpellier y otros feudos en Occitania. 

            
Durante la década siguiente a la jura de los Fueros catalanes –años sesenta del siglo XIII-, tuvieron lugar una serie de cambios en la frontera meridional de Teruel con Valencia. Dichos cambios fueron provocados a instancias del Concejo de Teruel, que quería volver a las antiguas fronteras dadas por Alfonso II el Casto (1177) tras la conquista de Teruel (1173). Pues en los Fueros catalanes (1261), además de incluirse las villas de Ademuz y Castielfabib, se ratificaba la pertenencia a Valencia de varias localidades de la zona sur-oriental de Teruel: Mosqueruela, Linares, Puertomingalbo, Rubiols, Nogueruelas, Loba, Albentosa, Manzanera, Torrijas, Abejuela y Arcos de las Salinas.[16] Dichas localidades acabaron pasando a Teruel...

Mapa del Reino de Valencia, después de los pleitos con el Consejo de Teruel (1270-1281), en el que puede observarse como al pasar Arcos de las Salinas a la Comunidad de Aldeas de Teruel se rompe la continuidad territorial de Ademuz y Castielfabib con el resto del Reino [Tomado de GUINOT RODRÍGUEZ (1995), p. 92].

            
Por lo que respecta a nuestra zona, el cambio en la frontera que más nos afectó fue el paso de Arcos de las Salinas a Teruel, hecho que tuvo lugar a finales de aquella década –el 17 de junio de 1269-: Fecha en que Jaime I concedió la villa de Archos al Concejo de Teruel, para que formase parte de su Comunidad de Aldeas. Ello supuso la separación geográfica de las tierras de Ademuz y Castielfabib de las de Valencia, quedando el territorio como un exclave entre Cuenca y Teruel, como todavía permanece. Observando el mapa de la zona vemos que Arcos de las Salinas confronta con Santa Cruz de Moya, lo que propicia la separación del Rincón de Ademuz de Valencia; ello hace suponer que también hubiera alguna remodelación por esta parte, pero no se han hallado registros que lo prueben.

Mapa actual del Rincón de Ademuz, con los municipios limítrofes de Aragón (nor-este) y Castilla (sur-oeste) que lo circundan [Tomado de RODRIGO ALFONSO, Carles. El Rincón de Ademuz. Análisis comarcal, Valencia, 1998, p.39].


Al año siguiente –1270- se produjo otra modificación en el territorio del pre-Rincón de Ademuz, esta vez por la parte de Ciresio, zona noroeste de Castielfabib identificada con Arroyo Cerezo.[17] Tres años después –el 23 de junio de 1273- Jaime I otorgó un breve privilegio a Castielfabib, confirmando que dicha villa pertenecía al reino de Valencia, y ordenándole que se rigiera por su fuero y no por el de Aragón o Teruel.[18] Lo esperable sería encontrar un documento similar referido a Ademuz, pero tampoco se ha hallado...

La incursión de Pedro II de Aragón sobre esta zona del noroeste valenciano -en 1210- conllevó la conquista de las dos villas señeras del Rincón de Ademuz: Ademuz y Castielfabib. Su inclusión entre los límites del nuevo reino cristiano de Valencia data de 1261, fecha de la jura de los Fueros romanceados por Jaime el Conquistador. Pocos años después –en 1269-, al pasar la villa de Arcos de las Salinas a la Comunidad de Aldeas de Teruel se produjo la ruptura geográfica entre las tierras de Ademuz y Castielfabib con Valencia, quedando esta fracción del territorio valenciano entre Aragón y Castilla.

De esta forma, el Rincón de Ademuz quedó conformado por los términos de sus dos localidades principales, Ademuz y Castielfabib, cuyo desarrollo histórico ha corrido parejo a lo largo de los siglos. El territorio de ambas villas se fue poblando mediante aldeas y lugares, algunos de los cuales evolucionaron con el tiempo hasta convertirse en pueblos con término municipal propio; pero esto fue ya fue a partir del último cuarto del siglo XVII. Conviene reseñar el hecho curioso de dos territorios que se desarrollaron como señoríos, aunque sin jurisdicción territorial propia: Torrealta [Torre Somera], en el término de Ademuz y Torrebaja [Torre Hondonera] en el de Castielfabib. Hipotéticamente, ambos lugares pueden considerarse a priori como donaciones territoriales a señores que participaron en la conquista cristiana, y que con el tiempo se convirtieron en mayorazgos.

           Los cronistas e historiadores posteriores definieron correctamente la anómala situación en que habían quedado las tierras de Ademuz y Castielfabib respecto del resto de territorio valenciano. Veamos algunos ejemplos:

  • Que aunque (Ademuz y Castielfabib) sean villas del patrimonio real, del Rey de Valencia, no se puede entrar a ellas sino pasando y pisando casi una legua de Aragón, por la Hoya de la Carrasca. Viciana, Rafael Martí de. Crónica de la Ínclita y Coronada Ciudad de Valencia (1564).
  • No obstante ésto, da un salto nuestro reyno y vuelve a cobrar un girón de tierra dentro de Castilla y Aragón, por las espaldas de Santa Cruz, y de la Hoya (de la Carrasca): que es lo que llamamos Tierra de Ademuz, poblada de christianos viejos y toda del Obispado de Segorbe. Escolano, Gaspar de. Décadas de la historia de la Ciudad y Reino de Valencia (1610-11).
  • De forma que no se puede, subiendo del Reyno de Valencia, hacia dicho Rincón de Ademuz, entrar en este trozo de reino sin caminar dos horas de camino por el Reyno de Aragón o de Castilla. López y Vargas Machuca, Tomás. Relaciones Geográficas, Topográficas e Históricas del Reino de Valencia (1775).
  • Por Rincón o tierras de Ademuz se entiende el recinto contiguo al reyno de Valencia, cercado enteramente por los reynos de Castilla y de Aragón. No vemos en los mapas discontinuación alguna entre el Rincón y el reyno de Valencia –portaba el mapa de Tomás López-, y en todos ellos el término de Aras sigue sin interrupción hasta las tierras de Ademuz, sin duda porque sus autores los hicieron por informes inexactos, y sin conocer el terreno que figuraban, naciendo aquí y perpetuándose errores geográficos de mucho bulto. Cavanilles, Antonio Josef. Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia (1797).
 
Sin embargo, la cartografía no siempre reflejó correctamente esta realidad geográfica del Rincón de Ademuz respecto de Valencia. Por ejemplo, en el siguiente mapa de Bernardo de Espinalt y García, Oficial del Correo General de esta Corte y Socio de número de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País (1786), puede observarse como las tierras del Rincón forman todavía un "totum continuum" con las del resto del territorio valenciano.
Mapa del Reyno de Valencia, por don Bernardo de Espinalt y García, Oficial del Correo General de esta Corte y Socio de número de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País (1786).


Como hemos visto, uno de los autores que primero se apercibió del error existente en la cartografía de la zona es el botánico valenciano Antonio José de Cavanilles (1745-1808), el cual achaca la incorrección de los mapas "sin duda porque sus autores los hicieron por informes inexactos, y sin conocer el terreno que figuraban, naciendo aquí y perpetuándose errores geográficos de mucho bulto". Pero él estuvo en el Rincón de Ademuz -a finales del verano de 1792-, recorrió estos términos y corrigió los errores observados. Prueba de ello es el mapa de la zona que ilustra su obra...

Mapa del Rincón de Ademuz por Antonio Josef de Cavanilles Palop (1745-1808), Observaciones, Madrid, 1797/Valencia, 1989, vol. II, p. 70.

Con todo, en el "Mapa Geográfico del Reyno de Valencia" de Tomás López y Vargas Machuca (1818), todavía sigue figurándose la comarca sin solución de continuidad con Valencia.
 
Mapa Geográfico del Reyno de Valencia, por don Tomás López y Vargas Machuca (1730-1802), dividido en 13 Gobernaciones o partidas: El Rincón de Ademuz figura en la Gobernación de Valencia (1818).


Es decir, desde mediados del siglo XVIII en adelante las tierras de Ademuz y Castielfabib comienzan a denominarse “Rincón de Ademuz”, con la particularidad de observarse una contradicción entre las descripciones de los historiadores y cronistas del siglo XVI-XVII y la cartografía del XVIII-XIX.




[1] <Castielfabib, nobilísimo y real pueblo, municipio el primero y muy fortificado del reino de Valencia, dentro de cuyas murallas y caseríos se cuentan más de doscientos treinta domicilios>.
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Eduardo Aguilar Villalba, alcalde de Castielfabib (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 25 de abril de 2012.
[3] ZURITA, Jerónimo. Gestas de los Reyes de Aragón. Índice de las Gestas de los Reyes de Aragón desde comienzos del reinado al año 1410, Edición preparada por Ángel Canellas López, Cronista Oficial de la Exma. Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza, 1984, vol. I, [Era 1248, Año 1210], p. 143.
[4] Ibídem.
[5] Archivo Histórico Nacional, OO.MM., Montesa, Pergaminos eclesiásticos, de 16 de abril de 1327. GUAL CAMARENA, M., Precedentes de la Reconquista valenciana, en: Estudios Medievales, Instituto valenciano de Estudios Históricos, Institución Alfonso el Magnánimo, Diputación Provincial, 1952, I, fascículo 5º, pp. 208-237. JAVIERRE MUR, A., Privilegios Reales de la Orden de Montesa en la Edad Media: catálogo de las series existentes en el Archivo Histórico Nacional, Junta técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid, (s/f), p. 119. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Acerca de la conquista de Castielfabib: instrumento capital para la historiografía del Rincón de Ademuz, en: Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, vol. I, pp. 285-289.
[6] Archivo de la Corona de Aragón, Pergaminos de Pedro II, nº 370. GUINOT RODRÍGUEZ (1995), p. 61. Vid SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. “Buscando el castillo de Serreilla”, obra de Niceto Hinarejos Ruiz, en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del viernes 18 de enero de 2013.
[7] Este acuerdo, esculpido en bronce, se halla en el palacio del Justicia de Aragón en Zaragoza.
[8] MADOZ, P., Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1845, tomo I, pp. 82-83. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Ademuz en la primera mitad del Ochocientos (1845), en: Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2009, vol. III, p. 292.
[9] Ibídem.
[10] MADOZ (1847), tomo VI, pp. 166-167. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Castielfabib en la primera mitad del Ochocientos, en: Del paisaje,..., Valencia, 2008, vol. II, pp. 161-162.
[11] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Casas Bajas, en el Rincón de Ademuz (I), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 5 de junio de 2013.
[12] UREÑA Y SMENJAUD, Rafael."Fuero de Cuenca", Archivos y Bibliotecas, Madrid, 1935, p. XII. Citado por SÁEZ FERNÁNDEZ, Teodoro. Moya, su historia, sus tierras, sus hombres, sus tradiciones, Edita "Asociación Amigos de Moya", Valencia, 2001, p. 44. 
[13] TOMÁS LAGUIA, César. La desmembración de las iglesias de Albarracín y Segorbe, Teruel, 1965, p. 10.
[14] Ibídem, p. 11.
[15] Ibídem, p. 16.
[16] GUINOT RODRÍGUEZ, Enric. Els límits del Regne. El procés de formació territorial del País Valencià medieval (1238-1500), Edicions Alfons el Magnánim, Institució Valenciana D`Estudis i Investigació, Generalidad Valenciana, Diputación Provincial de Valencia, Valencia, 1995, p. 43.
[17] Archivo de la Corona de Aragón, Chancillería, Registro 16, fol. 212. GUINOT RODRÍGUEZ (1995), p. 63. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. La iglesia de san Joaquín y santa Bárbara en Arroyo Cerezo, aldea de Castielfabib (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del domingo 12 de mayo de 2013.
[18] Archivo de la Corona de Aragón, Chancillería, Registro 19, fol. 24r. GUINOT RODRÍGUEZ (1995), p. 93.

1 comentario:

Chaban dijo...

¿Qué texto catalán de los Fueros de Valencia, buen hombre? En lengua romance valenciana como atestiguan los mismos fueros