A propósito del homenaje que le
rindió
el Ayuntamiento de Torrebaja (Valencia) durante las
Fiestas Patronales.
Fiestas Patronales.
Me contabas que después del servicio
militar hiciste algunos estudios…
- Sí, cuando terminé la mili estuve en la Escuela de Capacitación Agraria que abrieron en San Blas, un pueblo cerca de Teruel… allí estuve dos años. Mi curso estrenó aquella escuela. Nos daban algo de cultura general, pero fundamentalmente cosa de cultivos y ganadería… Claro, el cultivo de plantas y el manejo del ganado: vacas, ovejas, cerdos, conejos... Estudiábamos todo lo referente a la alimentación, las enfermedades más comunes, los cuidados generales de los animales. Allí nos preparaban más hacia los ganados estabulados, cuando hasta entonces los animales solían estar en el monte. A los animales estabulados hay que alimentarlos según la estación y su estado, pues la ración de cada grupo depende si están vacíos, en gestación o criando. Por eso necesitan distinto alimento y cantidad, según estado… Las raciones se hacían ajustadas, adaptándolas a cada situación: Sí, a mí me gustaba aquello, porque estaba relacionado con lo que yo había conocido en la aldea... En la Escuela de Capacitación coincidí con otros alumnos de Torrebaja –Javier, el hijo de Armando, los gemelos de Simeón, uno de los hijos de Albina, Miguel Ángel el de la Caja…-; esto estando yo en segundo curso… Ellos eran más jóvenes, porque yo ya fui después de la mili… Claro, aquello era una salida profesional.
Después
de la Escuela
de Capacitación, ¿qué hiciste, te pusiste a trabajar de lo que habías
estudiado?
- Antes de terminar los estudios resulta que pidieron de Madrid alumnos para monitores de las oficinas de Extensión Agraria, los que ayudaban a los agentes… El director de la escuela de San Blas me mandó a mí para hacer los exámenes. Pero yo tenía poca base en cultura general, lo que se estudiaba en la escuela de entonces. El caso fue que me examiné y suspendí. El examinador me dijo que yo llevaba buenas referencias, pero que no podía aprobarme por estar bajo en cultura general, algo que les pasaba a casi todos los alumnos que procedían de la parte de Cuenca y Teruel… Así que continué en la escuela de Teruel, pero antes de terminar el curso me volvieron a llamar para hacer un curso en Albacete. Estando en Albacete vino el director de la escuela de Cuenca, porque le faltaba un monitor de la parte de agricultura… y me contrató antes de terminar el curso. Todo fue que me marché a Cuenca, allí estuve cuatro años como monitor de cultivos. Yo tenía un contrato de seis meses renovable, vivía en la escuela y allí comía y dormía en una habitación, en literas, junto con otros. Por entonces tendría yo poco más de veinticinco años, y estuve hasta los veintinueve… Estando allí me casé con Elisa, sí, yo ya festeaba con ella desde que estuve en Teruel. Mi sueldo no era muy alto, pero como lo tenía todo allí, ahorraba casi todo el dinero. Me casé porque, como monitor de cultivos, me concedieron una vivienda dentro de la escuela, como la tenían el director, algún profesor y otros… Así puede casarme, pues de haber tenido que alquilar un piso no hubiera podido. Nos casamos en Torrebaja, puede que el cura de entonces fuera don José Doménech. Estando en Cuenca Elisa se quedó en estado y volvió a Torrebaja, y yo venía al pueblo los fines de semana. Mi hijo Antonio nació en Teruel…, y luego nos volvimos los tres a Cuenca; allí estuvimos hasta el otoño. El caso es que coincidieron una serie de circunstancias que me decidieron a dejar el trabajo aquel y volver a Cuenca. No, a Elisa no le gustaba Cuenca, porque yo me tenía que marchar a trabajar y ella se quedaba sola con el niño…
Entonces,
¿regresasteis a Torrebaja?
- Sí, las circunstancias en la escuela cambiaron y pensé que nos convenía dejar el trabajo y volver al pueblo, porque fue entonces cuando pensamos en poner vacas estabuladas… Aquello no resultó tan bien como pensábamos, pero en aquel momento nos pareció lo mejor. No fue bien, entre otras cosas, porque no teníamos las instalaciones adecuadas, pero llegamos a tener hasta doce vacas, entre las de leche y terneros de recría… Claro, la vaca de leche cada año tiene que parir, si no pierde leche. Y los terneros había que recriarlos. En principio vendíamos mucha leche en Torrebaja, la que sobraba la recogía un camión que bajaba de Teruel, pues en el Rincón había varios ganaderos. Pero conforme fueron desapareciendo el camión de Teruel ya no bajaba, y teníamos que subir nosotros las cántaras de leche, con lo que el proceso se encarecía… Al final tuvimos que vender los animales… La agricultura tampoco iba bien. Además, nosotros éramos medieros, el amo se llevaba la mitad, pero aunque nos hubiera dado todo, la agricultura no era rentable… Se lo planteamos así al dueño de las tierras y convinimos en dejarlo. Aunque estábamos muy agradecidos, porque durante el tiempo que tuvimos la explotación ganadera nos permitió utilizar los corrales de detrás de las casas. Creo que nosotros fuimos los últimos medieros de Torrebaja…
¿Después
de dejar los animales y las tierras, a qué te dedicaste?
- Todo fue que echando cuentas, entre las vacas y las tierras no me sacaba el jornal que me ofrecían en la construcción –y eso que en la explotación ganadera trabajábamos toda la familia-: Así que dejamos las vacas y las tierras y me dediqué a la construcción, como peón de albañil… Claro, al dejar “las a medias” tuvimos que dejar también la casa donde vivíamos, pero todavía nos dejó los corrales unos meses, hasta que vendimos la última vaca. Mis padres ya habían comprado una casa en el callejón de la Herrería, y nosotros, mi mujer y yo, otra al lado; y allí vivimos hasta que el Ayuntamiento hizo aquella promoción oficial de viviendas de la carretera... Como te decía, me puse a trabajar con un constructor de aquí; primero a jornal, yo me pagaba la seguridad social agraria como autónomo, pero pasado el tiempo me ofrecieron en otra parte mejores condiciones, un contrato con posibilidad de incluir a la familia y así se lo planteé al constructor; entonces él me hizo contrato -temporal también, pero asegurado-; y pasé al régimen general de la seguridad social, con ventajas familiares y así continué hasta septiembre del año 97, en que entré a trabajar para el Ayuntamiento..., y aquí continúo.
En
la legislatura municipal de 1991-95 estuviste como concejal del Ayuntamiento de
Torrebaja, pero antes creo ya habías estado: ¿De dónde te viene esa afición
a la política?
- Yo no poseo ninguna afición política, aunque tengo mis ideas al respecto... Antes de la legislatura que nombras estuve en la última de Cándido, y después contigo, entre 1991-95... Porque cuando murió Franco –noviembre de 1975-, yo todavía estaba en Cuenca. Y en la primera de Cándido no pudieron meterme porque todavía no llevaba yo seis meses empadronado en Torrebaja. Pero ya te digo, yo no tengo aficiones políticas; si dejé que me incluyeran en la lista electoral fue por sentido de la responsabilidad, porque creo que todos los vecinos deberíamos colaborar en la administración municipal..., no por otra cosa: ¡Hay que colaborar, hay que colaborar...! –me decía Vidal, y yo entiendo que debe ser así; pero personalmente no me interesa participar en la cosa pública-. Porque en estos municipios, como en casi todos los pueblos pequeños, suele haber muchos problemas, y es difícil acertar en una solución que satisfaga a todos... Los Ayuntamientos suelen hacer cosas buenas y malas o no tan buenas... Porque la gente, me refiero a los concejales y a los alcaldes, no son profesionales, y pueden equivocarse... Pienso que los errores que cometen no son a conciencia, quiero decir queriendo; se equivocan porque no saben lo suficiente, porque están mal asesorados o por otras causas...
Se nombra aquí a don Cándido Roselló Domingo, que fue alcalde de Torrebaja durante dos legislaturas municipales -la primera de 1979 a 1983 y la segunda de 1983 a 1987-; asimismo, se hace mención de don Vidal Gimeno Casino, que presidió el Ayuntamiento de Torrebaja de 1987 a 1991 -ambos de Alianza Popular (AP)-, y de don Alfredo Sánchez Garzón, que también lo presidió de 1991 a 1995, éste como independiente (GIUPT).[1]
Y
de tu vida familiar, ¿qué puedes contarme?
- Bueno, poca cosa que no sepas... Como te decía me casé en Torrebaja y tuve tres hijos: Antonio es el mayor, luego vino la chica, Elisa y finalmente otro chico, José Vicente. La chica ya está casada y tenemos una nieta de ocho años, Cristina, y un nieto de cinco, Carlos... Ya te digo que cogimos una casita de las que promovió el Ayuntamiento, y cuando las entregaron dejamos el callejón de la Herrería y nos fuimos a la nueva: Allí hemos estado estupendamente... y allí estaremos hasta que Dios quiera. Sí, allí se está muy bien, fue un acierto que el Ayuntamiento promoviera aquellas casas, aunque hubo sus problemas... Pero para el pueblo y para la gente fue bueno, porque aquello significó más casas, más servicios, más impuestos... y todo ello quieras o no repercute en beneficio del municipio.
Entrada occidental de Torrebaja (Valencia), por la CN-420, en dirección Teruel, con detalle de las "casitas baratas" promovidas por el Ayuntamiento (2013). |
Y
desde ese puesto, como mantenedor de los servicios municipales, ¿cómo ves el
pueblo y la comarca?
- Como mantenedor, conozco todas las teclas del pueblo, pero por fuera... Con los años he tenido que espabilarme, y sí, reconozco que tengo cierta habilidad para hacer arreglos y ciertos trabajos, aunque a pequeña escala Como tú dices: Lo mismo arreglo una avería del agua potable en una calle que barro la plaza, echo un bando o tapio un nicho... No hay más remedio que hacerlo, y es bueno que el Ayuntamiento tenga quien haga estas faenas, porque en otra época, cuando no existía este puesto de trabajo, siempre había problemas para solucionar estas pequeñas cosas... pequeñas pero importantes para el buen funcionamiento de los servicios. Claro, en estos últimos años el Ayuntamiento se ha descargado mucho de todas esas menudencias... La brigadilla contra incendios también ha ayudado mucho, y ha habido épocas en que también he contado con un ayudante... Porque parece que no, pero hay mucha faena, y no se para. Hay que tener en cuenta que las necesidades del Ayuntamiento también han aumentado con los años... Se han plantado árboles que hay que podar y regar, jardines que mantener, el Parque Artesanal, que también da faena... El Cementerio Municipal, las calles, barrer la plaza para el mercadillo de los viernes, los bandos...
¿Y de la agricultura, el sector primario tradicional en la zona, qué me dices?
- El pueblo y la comarca en general están parados, esto no despega... La agricultura, que es lo que yo más conozco, está muy mal. Se hizo la concentración parcelaria, que costó Dios y ayuda y hasta ahora ha servido de poco: Sí, las propiedades están ahora juntas, hay caminos amplios y acequias de cemento... -pero de momento no tiene utilidad, por lo menos la que podría tener-. Claro, la agricultura no es sólo la tierra, hay que ver también quién la trabaja, eso es, la producción y la comercialización de los productos. Nosotros tenemos ahí los campos, pero no hay quién los trabaje. ¿Por qué?, pues porque la gente va buscando otras cosas mejores, más fijas y rentables para su vida... Tal como están las cosas, con la agricultura no tenemos futuro; por lo menos a corto y medio plazo. Es cierto que los campos no son muy grandes, pero se podría dedicar a la agricultura intensiva –no extensiva como en la actualidad-; con cultivos que dieran jornales, no como ahora, que entre dos agricultores llevan los campos... Hace falta cultivar productos que supongan mano de obra, que den jornales... Pero para que esto sea posible hace falta que los cultivos sean rentables: El maíz, el alfalfe, el trigo... no lo son –por muchas subvenciones que tengan-. Exacto, habría que cultivar frutas y hortalizas, por ejemplo, pero luego hay que ver dónde colocas esos productos, que también es difícil por la falta de cooperativas que los comercialicen... Por eso hay tantos inconvenientes para que la agricultura despegue; y lo que es industria, tampoco tenemos...
Sigue comentando:
- Existen otros problemas para el desarrollo del campo, como es la ignorancia de la agricultura... Quiero decir que los agricultores actuales están dispuestos a modernizarse, pero todo no está en las máquinas y la tecnología. Pues lo que muchas veces no saben es cuándo labrar, en qué momento... Las cosas han evolucionado mucho en poco tiempo, y los agricultores antiguos no han tenido tiempo ni posibilidades de transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones: Sí, me refiero a esos conocimientos que no vienen en los libros, los que se adquieren sólo por la experiencia y el tiempo... Hay que conocer las partidas del término, y saber lo que produce mejor cada zona, porque no todas las tierras son iguales ni pueden dar los mismos productos... Cierto, el padre no puede enseñarle al hijo nada del tractor o de las máquinas, pero qué hace el hijo si no sabe ni la época en que debe laborar cada parcela... Porque en agricultura son muy importantes los tiempos, la climatología, el estado de la tierra... Si no conoces todos estos aspectos puedes jugarte la producción; lo mismo sucede con la ganadería... Exacto, los libros no pueden decirte cuándo labrar una finca concreta, eso tienes que verlo, y conocer los detalles precisos para tomar la decisión... Todo eso se ha perdido, la generación anterior no ha podido transmitir esos conocimientos a la siguiente, se ha roto el eslabón de esa cadena... y será difícil recuperarlo.
Vista parcial de Torrebaja (Valencia), con detalle de la torre-campanario de la parroquial -Santa Marina Virgen- desde la ribera del Turia (2013). |
Luego
está el asunto de las cooperativas, ¿cómo es posible que aquí no haya cuajado
ninguna?
- Sí, es cierto, ninguna cooperativa de las que se han propuesto ha funcionado... Puede ser por lo que tú dices, que no hay gente, faltan conocimientos y medios. Porque aquí tenemos tierras y buenas fincas, y mucha agua, pero los propietarios son personas mayores o están fuera, en la ciudad, cada uno con su profesión y su vida... Estos no van a venir a cultivar nada, lo único que pueden hacer es vender las tierras o arrendarlas... Lo cierto es que se dan varios factores negativos, lo que te decía de la falta de conocimientos, y de medios económicos y materiales, me refiero a las propias tierras, a la maquinaria precisa y a todo lo demás, incluido la comercialización y distribución... Por eso los cooperativistas deberían ser los mismos que trabajan las tierras, y encargarse también de comercializar la producción, aunque sea alquilando las propiedades por un número de años...
Le
comentaba yo al entrevistado lo que sucedió con la última cooperativa que intentó poner en marcha las tierras de Torrebaja... Se fundó la asociación con
todas las bendiciones de la
Administración, me refiero a registros y estatutos, para
contar con las posibles subvenciones oficiales que pudieran beneficiar a la
entidad. Pero no había manera de arrancar, porque los cooperativistas, dueños
de las tierras, vivían fuera o eran personas dedicadas a otras actividades.
Algún año se cultivó cereal y maíz, pero el posible beneficio, contando las
ayudas públicas, se esfumó en pagar a la persona que había labrado los campos,
sembrado, regado y cosechado. Luego se nos propuso cultivar hierbas
aromáticas... La cooperativa tenía que pagar jornales por todas las actividades
que supone la producción –preparación de la tierra, cultivo y cosecha de la
planta, esto es, riego, recolección, traslado...-; la empresa de destilado de
aromáticas se comprometía a comprar el producto... -imagino que al precio que
ellos quisieran, y gracias-. ¿Dónde quedaría el beneficio para la cooperativa?
Por eso se le ofreció a la empresa de aromáticas que alquilaran ellos las
tierras y las cultivaran, pero no quisieron... ¡Lógico, porque sabían que la
producción valía menos que los jornales! Por eso la cooperativa decidió hacer
caso del aquel dicho que dice: ¡Lo que no deja, dejarlo...! –y se
disolvió-.
¿Dónde ves el futuro de estos pueblos?
- ¿Dónde veo el futuro?, pues no sé, quizá en los servicios a los mayores, por ejemplo... Porque gente mayor, ancianos que requieran atenciones, no van a faltar. Por eso creo que todo lo que se haga pensando en este sector de la población será bueno, quiero decir que puede dar algo de trabajo a la gente del Rincón de Ademuz...
¿Qué
te parecía el proyecto aquel del campo de golf en Torrebaja?
- Bueno, como agricultor, lo del campo de golf nunca me gustó... Pero tampoco tenía argumentos para oponerme si ello podía significar un futuro para el pueblo y la comarca. Es como lo de aquella empresa del rento... personalmente no lo veía claro, pero en conciencia no podía oponerme. Por eso firmé junto con los demás que firmamos la concesión del aval... Después está lo que tú decías: Si vendemos el término a una empresa volveremos a la época antigua, cuando una persona o una empresa era la dueña del pueblo... –no, yo con eso tampoco estaba conforme; pero si ofrecían una posibilidad de futuro para la zona...-. Claro, son decisiones difíciles de tomar, y hay que medítalas, porque además el término de Torrebaja es muy pequeño...
Cuando
dice de “aquella empresa del Rento...”, se está refiriendo a Ias Makus, s.l., a
la que el Ayuntamiento de Torrebaja concedió -en la legislatura de 1991-95- un
aval bancario para su emplazamiento en la zona, y al que después tuvo que hacer
frente, por la ineptitud de la empresa. Pues el banco ejecutó el aval y el
Ayuntamiento hubo de pagar por valor de cinco millones de pesetas, deuda todavía no saldada. De haber funcionado bien hubiera dado
trabajo a un número considerable de familias... ¡Pero no funcionó! Se alude también al proyecto "Campo de Golf" de Torrebaja, cuya ubicación en la zona, pese a las presuntas ventajas, conllevaba también una serie importante de problemas.[2]
¿Tienes
alguna opinión acerca de la política municipal de Torrebaja, qué te pareció lo
sucedido en las últimas municipales?
- Es cierto lo que dices, "ya era hora de que ganaran las elecciones los socialistas, que no gobernaban el pueblo desde la II República...". Es bueno que la oposición gane de vez en cuando y se moje, quiero decir, que gobierne y sepa lo que es tomar decisiones y responsabilizarle; porque oponerse a todo es muy fácil... lo difícil es hacer propuestas y llevarlas a cabo. En las últimas elecciones sacaron mayoría los socialistas, pero ellos saben que no ganaron, se les dieron... El problema surgió con las dos listas que se propusieron, una de la Local de aquí y otra de Valencia, con el anterior alcalde como cabeza de lista. Yo tampoco conozco bien problema y el por qué de aquello, pero entiendo que los votantes tradicionales del Partido Popular se enfadaran, por eso muchos de ellos votaron a favor de la lista socialista... Entiendo lo del enfado, pero no que votaran al contrario: Eso es como cegarse para que el otro se quede tuerto... Bueno, estoy de acuerdo contigo, cabe que el cabeza de lista socialista influyera en el resultado; no sé... En cualquier caso, habría que preguntar a cada votante lo que votó cada uno y por qué, pero eso no te lo van a decir... También es cierto que en los últimos años los socialistas han estado presentando listas, no para ganar, sino para hacer oposición.
Cuando
el entrevistado dice “ya era hora de que ganaran las elecciones los
socialistas, que no gobernaban el pueblo desde la II República...”, se
refiere a un artículo que escribí al respecto, en el que se comentaba esta
realidad histórica.[3]
¿Qué
te parece la política municipal, tienes alguna opinión?
- Bueno, no hemos tenido tan mala suerte, porque este alcalde quiere sacar al pueblo de la situación económica de déficit en que se halla; al menos empeño está poniendo... Claro, subiendo los impuestos tampoco va a sacar al pueblo de apuros, porque somos pocos y las necesidades muchas. Está bien lo de reducir gastos superfluos y controlar el gasto, pero lo de poner más impuestos no es la solución. Ahora se han sacado de la manga lo del “Derecho de riego”. ¿Desde cuándo tiene el Ayuntamiento derechos sobre el agua? El agua es un bien general, no se puede vender... La acequia de La Masada, como tiene Comunidad de Regantes está exenta de este impuesto, la de Los Albares, igual. Las demás pagan, lo que es injusto; porque el impuesto debe recaer sobre todos, con relación a la extensión de la propiedad afectada. Otra cosa son las tasas por arreglos o mantenimiento, cuyo monto debe cobrarse según lo que cada uno tiene... Pero lo de “Derecho de riego” es absurdo... ¡Que creen las Comunidades de Regantes y que los regantes se apañen...!
Y para terminar, ¿cómo ves tú la vida de jubilado que te espera? Porque ya sé
que te jubilas en enero y que la
Comisión de Fiestas te ha propuesto para una mención de
agradecimiento por tu labor.
- Pues no sé, ya veremos; en cualquier caso espero que la vida me sea más llevadera... Continuaré con lo de siempre, haré el huerto y los árboles que tengo, poca cosa... Lo que pasa es que cada vez se tienen menos ganas de trabajar: Antes, con los fines de semana o con las tardes, me sobraba para mantener en producción lo mío... Pero ahora cada vez me cuesta más. En general estoy satisfecho con la vida, creo que me ha ido bien y no le puedo pedir más... aunque problemas siempre hay. Mi padre decía que la vida de las personas es una sucesión de etapas comparable a la de ciertos animales: La primera etapa es la del cabrito –que solo piensa en saltar y mamar de la cabra-; la segunda la del toro –cuando uno está fuerte, y le falta campo-; la tercera la del burro –cuando te casas, y todos los palos le caen a uno-; la última la del gorrino –comer y dormir, hasta que le llegue su san Martín-. Visto así, yo estoy a punto de entrar en la etapa del gorrino, pero con alegría... Pero sí, algo hay que hacer. Yo tengo trabajo para no parar; además, como tampoco me va a lucir mucho...
Y
termina diciendo:
- Hablando en serio, la jubilación es una etapa de la vida en que las responsabilidades disminuyen, porque los hijos se han hecho mayores y van tomando las riendas de su vida. Y con los nietos ya no se tiene esa responsabilidad... Aunque mientras uno vive los hijos están ahí, y no puedes evitar las preocupaciones sobre cómo les irá... También tengo a mi madre, que todavía vive. El otro día hubo aquí una charla de una abogada, y aconsejaba hacer el reparto de los bienes a los hijos en vida; así se evitan muchos problemas entre ellos... Respecto a lo que me dices de la mención honorífica del Ayuntamiento... Sí, fue un pequeño homenaje en el que me dieron un cuadro con un diploma de agradecimiento por mi labor en estos años. Claro, suena también a despedida... Yo no soy partidario de celebraciones. Pero sí, me gustó, sobre todo por los aplausos de la gente... En aquel momento sentí su aprecio, pero la verdad es que yo constantemente he sentido el afecto de los vecinos; será por mi carácter... Pienso que siempre me han valorado más de lo que yo merezco, y no sólo los alcaldes, también los concejales de cada Ayuntamiento... Eso hace que uno se esfuerce más en hacer bien su trabajo... Por eso considero que el éxito de mi labor ha sido mérito de todos, pues han sabido respetarme y valorarme...
La querencia del señor Antonio
López Villalba por su aldea natal resulta innegable; prueba de ello es un
poema que, a modo de “Reflexiones de un emigrante”, compuso hace años, y que
resulta del tenor siguiente...
ODA A HOYA DEL PERAL
Hoya del
Peral querida
tan
pequeña y adorada,
como la
risa del niño
al
despertar la mañana.
En tus
entrañas nací
y pasé
toda mi infancia;
a la
juventud partí,
a buscar
vida más llana.
En
momentos muy difíciles
yo te dejé
en la estacada,
alejándome
de ti
en el
tiempo y la distancia.
Y aunque
el correr de los años
mi débil
huella borrara,
nada podrá
liberarte
de mi
memoria encerrada.
Palabras finales.
El
entrevistado se nos muestra como miembro de una familia típica de estos
términos, como fueron los medieros de otro tiempo; quizá los últimos de aquella
generación de productores... Nacido en una aldea de Salvacañente, en los
confines de Cuenca con el Rincón de Ademuz, vino al mundo en los años finales
de la década de los cuarenta, cuando todavía estaba la guerra civil muy
presente, prueba de ello son las historias que a él le gustaba escuchar en la
barbería de su padre, pequeño agricultor y ganadero, además de practicante ocasional en la aldea...
Sus
recuerdos de infancia se refieren a la escuela primaria, a los abuelos y a los
trabajos que desempeñaba como pastor con el ganado familiar, a la sencilla vida
de entonces. No obstante ser propietarios de sus propias tierras, el trabajo
del campo y con los animales sólo daba a la familia para sobrevivir. De ahí
que, cuando surgió la oportunidad, decidieran emigrar a otro pueblo, antes que
marcharse directamente a la ciudad, como hicieron otros. Vinieron a Torrebaja
como medieros, a probar, con la intención de regresar a su aldea si la
aventura fracasaba. De ahí que mantuvieran casa y tierras en su
localidad... Aquello fue en los años sesenta del pasado siglo, época del
despegue económico de España, en que los pueblos de estos términos se vaciaron
de gente que ambicionaba otro futuro para ellos y sus hijos. La experiencia
migratoria resultó provechosa, pues nunca regresaron a la aldea... ¡Pero es duro
dejar la tierra, la casa, el paisaje que se ama... para buscar otro donde
arraigar!
Vino
después la época del servicio militar, el tiempo de su formación en la Escuela de Capacitación
Agraria de San Blas en Teruel, la experiencia laboral en Cuenca, el noviazgo,
la boda y el primer hijo... Y el regreso a Torrebaja, para iniciar un proyecto
agrícola y ganadero con animales estabulados... Pero ello coincidió con la
crisis del sector, y la necesidad de dejar tierras y establos para intentar
ganarse la vida como peón de albañil con un constructor local. Después surgió
la oportunidad de trabajar para el Ayuntamiento, como personal de mantenimiento
en los servicios municipales. Y en esta labor ha permanecido los últimos años,
hasta llegarle la edad de la jubilación, que de forma socarrona identificaba su
padre con la etapa del cerdo: comer dormir y esperar la hora de morir...
En suma: la conversación mantenida con el señor Antonio López Villalba -López para los
amigos y conocidos-, ha constituido más que una sorpresa, la confirmación de lo
que pensamos. Que la vida no cesa de ofrecernos posibilidades, caminos por
los que transitar, pero que es la persona quien debe decidir en cada momento la
dirección a seguir... Prueba de ello es la biografía del entrevistado, y su
lucha por mejorar continuamente sus condiciones vitales y las de los suyos;
pero siempre con sentido de la responsabilidad, compromiso y buen hacer.
Consciente de sus limitaciones, y sin estirar más el brazo que la manga... No
en vano decía el autor francés François Mauriac (1885-1970), “nuestra vida vale lo
que nos ha costado en esfuerzo”. ¡Gracias por tus palabras, y por la confianza
que me has demostrado, amigo Antonio! Te deseo una larga y provechosa
jubilación, y mi más sincera enhorabuena por tan merecido homenaje, como fue el
ofrecido desde el Ayuntamiento. Vale.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
[2] SÁNCHEZ
GARZÓN, Alfredo. Acerca del proyecto “Campo de Golf” en Torrebaja (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz,
del lunes 17 de octubre de 2011.
[3] ID. Acerca del vuelco electoral en Torrebaja (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 17 de octubre de 2011.
Desde luego Antonio López es una persona maravillosa.
ResponderEliminarLo que más me gusta de él, es su sencillez, humildad y gran habilidad.
De inteligencia innata, es de esas personas que te hacen más fácil la vida, y todo ello acompañado siempre de una sonrisa.
Sin lugar a dudas un premio-homenaje merecido, y el calor de un pueblo que desde luego lo aprecia a partes iguales.
Como siempre Alfredo un lujazo pasear por tu blog. ;)