Aportación al
conocimiento de la Guerra Civil (1936-39)
en el Rincón de
Ademuz.
"El que no conoce la verdad es simplemente un
ignorante.
Pero el que la conoce y la llama mentira,
¡ése es un criminal!"
-Bertold Brecht (1898-1956),
dramaturgo y poeta alemán-.
I.- Palabras previas, a modo de introducción.
La
primera noticia que tuve del sacerdote asesinado fue en una entrevista
realizada a la señora Carmen
Aparicio Muñoz (Casasbajas, 1930),
con ocasión de un artículo que pretendía componer, referido al poblamiento
disperso en el Rincón de Ademuz.[1]
En dicho texto se hace referencia a la madre, tíos y abuelos de la consultada,
los cuales procedían del “rento de Barrachina” (Moya), lugar de Cuenca
donde estuvo el sacerdote con los que le apresaron poco antes de su muerte. Con
posterioridad, a propósito de la aparición de nuevos datos sobre la detención y
fallecimiento del clérigo, escribí otro artículo, éste relativo a la Guerra
Civil (1936-39) en el Rincón de Ademuz; allí se incluían los resultados de una
investigación más amplia sobre el asunto, basada en las declaraciones y
testimonios de los hermanos César (Casas Bajas, 1931) y Ambrosio Muñoz Aguilar (Casas Bajas, 1939), nietos de los mismos
renteros arriba mencionados y primos hermanos de la señora Carmen.[2]
El objeto del
presente artículo es completar la serie de escritos publicados por mí hasta
ahora, referidos al cura párroco de la aldea de Corcolilla de Alpuente (Valencia),
asesinado en el Rincón de Ademuz al comienzo de la revolución. Resulta obvio
que realicé una apuesta arriesgada, publicando íntegramente los hallazgos
previos, basándome únicamente en las entrevistas reseñadas; ello fue por la
credibilidad que las fuentes me ofrecían. Sin embargo, hoy puede decirse que el
riesgo mereció la pena, pues los documentos hallados en la Causa General de Valencia,
ramo separado de Alpuente, Casas Altas y Casas Bajas, confirman la veracidad de
aquellas primeras prospecciones indagatorias, pudiendo afirmar que la memoria
de los sucesos se ha conservado en el tiempo con sorprendente fidelidad.
Los
instrumentos que aquí se exponen, además de confirmar los hallazgos de las
investigaciones previas, aportan el detalle de los hechos consignados –nombres,
fechas, horas y lugares- basados en el testimonio de personas próximas al
finado y que conocieron de primera mano lo sucedido. En este sentido, la pieza
documental más importante se halla en la comparecencia y declaración de don
Antonio Fos Adelantado, de 34 años, natural de Segorbe (Castellón), maestro
nacional en Manzanera (Teruel) y hermano del sacerdote asesinado. Su testimonio
resulta clave para comprender la secuencia de lo sucedido, abundando en
pormenores que ayudan a vislumbrar
el panorama social y político del momento histórico. Por lo demás, la exposición
se complementa con una serie de tablas, donde se relacionan los nombres de las
personas inculpadas por el declarante en el asesinato y su actuación durante la
guerra, incluyendo el destino que padecieron tras la misma. Ello no significa
que su vinculación –real o hipotética- con la muerte del sacerdote sea el
motivo exclusivo de su ulterior
situación.
II.- Material y método.
El material
documental utilizado en la investigación se halla en los legajos de la Causa
General, magno expediente instruido por la Fiscalía del nuevo régimen surgido
tras la Guerra Civil (1936-39), del que hemos extraído los datos relativos al
personaje objeto de estudio [don Ramón Fos Adelantado], sacerdote natural de Segorbe (Castellón),
cura párroco de la aldea de Corcolilla de Alpuente (Valencia) asesinado en el
término de Casasbajas: localidad ubicada en el valenciano Rincón de
Ademuz, en la retaguardia del frente de Teruel, una zona controlada por el
gobierno del Frente Popular o “republicano”.
Dichos
registros se hallan en el Archivo Histórico Nacional [AHN] de Madrid,
bajo el epígrafe <Causa General>. El relativo a la provincia de
Valencia incluye el <Ramo separado de Alpuente>, identificado
con la signatura: FC-CAUSA GENERAL, 1373, Exp. 9 (1940-46), el <Ramo separado
de Casasaltas>, identificado con la signatura: FC-CAUSA GENERAL, 1374,
Exp. 1 (1940-46) y
el <Ramo separado de Casasbajas>, identificado con la signatura:
FC-CAUSA GENERAL, 1374, Exp. 2 (1940-43).
El método que
emplearemos será la trascripción literal de los escritos referidos al
sacerdote. Una vez trascritos realizaremos una aproximación a los contenidos,
analizándoles y comentándolos. Los registros que lo han permitido se han
convertido en tablas, recurso gráfico que posibilita una mejor interpretación
de los datos. Asimismo, para glosar los textos utilizamos referencias
bibliográficas y testimoniales.
III.- El personaje en la bibliografía y el recuerdo.
En
el Boletín Eclesiástico de la Diócesis de Segorbe (1947), se publicó una breve
reseña biográfica referida a don Ramón Fos Adelantado (1891-1936), que dice:
- Nacido en la Parroquia de Santa María de esta Ciudad de Segorbe fue en ella bautizado en el mes de Enero de 1891./ Cursados sus estudios en nuestro Seminario, fue ordenado sacerdote en el mes de Junio de 1915, siendo inmediatamente destinado a ocupar los cargos de Coadjutor de Montán, Cárrica y Soneja; Ecónomo de Casas Altas y Párroco de Corcolilla./ Humilde en el concepto de sí mismo, distinguióse por su carácter jovial, afable y caritativo, lo que le mereció el cariño y respeto de cuantos le trataban, bien católicos, bien indiferentes y aún anticatólicos./ Al llegar el Movimiento, resolvió marchar de su Parroquia de Corcolilla a Casas Altas, contando con que las amistades que allí conservaba podrían servirle de completa seguridad personal. Ocultose en una casa de campo, en la que permaneció algunos días, pero bien pronto fue sorprendido por una patrulla de marxistas, quienes, a pesar del distinto criterio que les animaba, decidieron al fin asesinarle, como lo hicieron el día 16 de Agosto de 1936 en el término municipal de Casas Bajas./ Fue sepultado en el mismo lugar de su martirio, según disposición del Comité de Casas Bajas de cuyo lugar fue exhumado el día 6 de Agosto de 1939, y conducido a Casas Altas, en cuyo cementerio fue solemnemente sepultado en definitiva. RIP.[3]
Existen
además algunos testimonios de personas que supieron del asunto a través de sus
familiares, padres o abuelos, y que conservan memoria de los hechos:
1) Carmen
Aparicio Muñoz (Casas Bajas, 1930), nieta de uno de los renteros de
Barrachina, dice:
- Yo creo que lo más terrible que recuerdo de la guerra es el asesinato de un cura en el rento de Barrachina, donde vivían los abuelos Mariano y Petra con mis tíos... Mis recuerdos son aproximados, porque, aunque yo estaba allí cuando sucedió, ya que mis padres iban con frecuencia de Casas Bajas al rento, yo era muy chica y no sé hasta qué punto son memorias de lo que vi o de lo que después contaron y comentaron mis abuelos y los tíos tantas veces... Sucedió que llegó hasta el rento un grupo de gente armada, que llevaba un sacerdote con ellos. Cuando entraron en la casa la abuela nos hizo salir afuera (a los pequeños) y le preguntó al cura si quería algo y él le dijo: ¡Dame un vaso de agua...! Cuando mi abuela le preguntó si quería algo más el sacerdote respondió: ¡No, hija, no..., ya tengo bastante con lo que llevo...! Los hombres que lo llevaban estuvieron comiendo en la cocina, jamón y lo que quisieron de la despensa... Al fin se marcharon y se lo llevaron con ellos y después lo mataron de varios disparos..., pero antes lo atormentaron, pues mis tías decían haber oído los gritos y lamentos del sacerdote... También oyeron los disparos, pero no pudieron hacer nada... Cuando llegaron ya estaba muerto. Además, era gente mala que iba armada. Mis abuelos y los tíos lo enterraron allí mismo y se pusieron enfermos de ansia y de tristeza por lo que vieron. Cuando terminó la guerra darían parte al Ayuntamiento o a la Guardia Civil y se llevaron los restos del pobre cura, pero no sé cuándo ni a dónde...[4]
2) Felipe
Férriz Adalid (Negrón-Vallanca,
1935), hijo de uno de los renteros de Benarruel cuando la guerra, dice:
- Mi padre fue Eleuterio Férriz Sánchez y mi madre Victoria Adalid Orero; él murió hace mucho, con sesenta y pocos años pero mi madre hace poco, con 102 años y tres o cuatro meses… Cuando la guerra ellos y un hermano mío, Luis, que también ha muerto, estaban de renteros en Benarruel. También había otro matrimonio, José Domingo y su mujer, Pascuala, que vivían allí con una muchacha que tenían. Después de la guerra (éstos) se bajaron de renteros a la masía del tío Segundo y luego se subieron a Villel (Teruel). El “rento de Benarruel” era de uno de Ademuz que llamaban Pepe [don José Cabañas], veterinario, casado con una señora a la que decían doña Eusebia [Sánchez Pomares], que tenía mucha hacienda en Casasaltas. Sobre lo que me pregunta del cura, contaba mi padre que el hombre parece que iba de huída, llevaba un perrito con él y se escondió en unas casetas de los de Casasaltas que había por allí, donde dormía… Sí, el hombre entraba y salía, pero en cuanto sentía al perro ladrar se escondía. Entonces todo aquello estaba sembrado y había mucha gente trabajando en la zona… El hombre iría a pedir comida a la casa o lo que fuera y el otro rentero le indicaba a mi padre: ¡Eleuterio, que éste es un cura…! Pero mi padre, aunque también lo pensaba, contestaba: ¡Calla, qué va a ser un cura, me parece que no…! Y el otro insistía: ¡Que sí, Eleuterio, que es un cura…! Y así andaban… Los de Vallanca iban buscándolo, porque un día se encontró con gente de Vallanca en Negrón y le preguntaron si había visto a alguien forastero por el rento; pero mi padre les dijo que no, que por allí no había nadie, aunque bien sabía él que estaba escondido aquel hombre. Pero otro día vinieron los de Ademuz, que se enterarían y para ellos fue la fiesta, pues lo cogieron y lo aviaron… ¡Claro, lo mataron! Lo mataron y lo enterraron por allí, más acá del rento, junto a un pino grande que había. Pero lo enterraron de mala manera, porque José, el otro rentero le dijo a mi padre: Me voy a ver si entierro mejor al cura, porque le asoman las manos… Fue y le echó algo más de tierra encima… No, yo no sé cómo se llamaba el cura ni de dónde era. Cuando acabó la guerra fue la familia al rento; se llevaron los restos del cura y pusieron una cruz, que estuvo allí muchos años… Después pescaron a unos cuantos de Ademuz que iban en la cuadrilla que mató al cura y los aviaron también…[5]
Los hermanos Muñoz Aguilar -César (Casas Bajas, 1931) y Ambrosio (Casas Bajas, 1939)- posando en el "rento de Barrachina" (Moya), 2009. |
La exposición del declarante es muy
significativa y posee gran interés… Sin embargo, según hemos podido comprobar,
el informante está refiriéndose a dos individuos distintos. El que estuvo escondido
y fuera detenido en Benarruel es don
Ramón Fos Adelantado, párroco de Corcolilla (Valencia), asesinado y
sepultado en un punto del camino del rento
de Barrachina a Casas Bajas.
Mientras que el asesinado e inhumado en Benarruel
fue el mencionado don Agustín Navarro
Zapata, párroco de Henarejos (Cuenca), natural de Fuentelespino de Moya
(Cuenca).
3)
César
Muñoz Aguilar (Casas Bajas,
1931) y su hermano Ambrosio (Casas Bajas,
1939), nietos de los renteros de Barrachina, dicen:
- Nosotros fuimos cuatro hermanos –César, Ambrosio, José Antonio y Josefina- y somos hijos de Ambrosio Muñoz Blasco y de María Aguilar Rubio… Nuestros abuelos paternos, Mariano Muñoz Blasco y Petra Blasco Luz, vivían con sus hijos en el rento de Barrachina, donde tenían una buena hacienda. Fueron diez de familia –cinco chicos y cinco chicas- y nuestro padre era uno de los hijos… No podemos decirle mucho del asunto, lo poco que sabemos es por haberlo oído a nuestros familiares, abuelos, padres y tíos. Cuando comenzó la guerra, sucedió que mis abuelos estaban trillando y trajeron un cura al rento. El grupo que lo llevaba venía de Benarruel y esa parte del Pinar Llano… Allí fue donde lo cogieron; parece que el hombre había quedado con otro cura, pero el otro no se presentó. Lo cogieron porque lo denunció un pastor de Casas Bajas con el que había estado hablando, que dijo dónde estaba escondido. Cuando llegaron al rento obligaron a la abuela Petra a que les prepara algo de comer y allí estuvieron comiendo y bebiendo lo que quisieron. La abuela aún le dio de beber al sacerdote, pues el hombre pedía agua pero los que lo llevaban no le querían dar… Después, mientras comían, los que lo llevaban pretendían que el cura comiera: ¡Venga, come tú también…! -le decían de malos modos-. Pero el hombre respondía: ¡Cómo voy a comer, con lo que me espera…! El abuelo Mariano terció varias veces ante los que lo llevaban: ¡Va, dejar al hombre y olvidaros del asunto…! Pero ellos respondían: ¿Aún le defiendes…? ¡A ver si te llevamos a ti también…! Después se fueron con el cura y ya fuera del rento, en el camino que conduce a Casas Bajas, lo mataron. Desde el rento oyeron uno o dos tiros y los abuelos pensaron: ¡Ya se lo han cargao…! Sí, ya fuera del rento, en el término de Casas Bajas. Lo mataron en el camino, porque en el pueblo ya no hubieran podido, pues la gente se les hubiera echado encima… Al llegar al pueblo dirían donde lo habían dejado, en la partida de los Aljezares, que así llaman esa zona. Y de Casas Bajas mandaron gente para enterrarlo. Tuvieron que cavar duro, porque es terreno pedregoso. Lo enterraron en la parte de abajo, junto a una peña, por donde pasaba antes el camino. Dicen si pusieron en la fosa un lecho de romeros y envolvieron el cuerpo con una manta. Luego lo cubrieron con más matas y le pusieron tierra y piedras encima… Cuando terminó la guerra fue la familia y se hizo cargo del cuerpo. No, nosotros no sabemos cómo llamaban al cura ni dónde se llevaron sus restos. El caso es que luego pusieron una cruz de madera, y allí ha estado desde entonces; todavía puede verse en un lado del camino. Está muy vieja, carcomida y medio caída por el tiempo transcurrido. Pero en cierta ocasión que pasé por allí –refiere el señor Ambrosio- vi que alguien le había puesto un ramo de flores…[6]
4)
Un último testimonio, éste proporcionado por otro descendiente de los renteros
de Barrachina que desea permanecer en el anonimato, dice (la negrita y cursivas
son mías):
- Según investigaciones y recopilaciones, hechas a descendientes del rento de Barrachina y de la localidad de Casas Bajas.- Barrachina es un rento que está situado al sudoeste del término municipal de Casas Bajas (Valencia) en el término municipal de Moya (Cuenca), y tiene una extensión de unas 200 Hectáreas.// En el año 36 estaba habitado por unas cuatro familias y unas treinta personas, vecinos de Moya. Vivían plácidamente de la agricultura y ganadería ovina. Lo que se regaba con el agua de la fuente de las Cambretas y la fuente de Diego, que normalmente iban juntas, era un verdadero vergel, que aún resaltaba más al estar enclavado entre tierras resecas y montañas. El sistema de riego que se utilizaba era por tanda y, según la extensión de cada parcela, tenía tantas horas o minutos de agua. El turno era ininterrumpido, durante el día y la noche en días laborables, domingos y festivos. Así llegaban hasta el final y luego vuelta a empezar. [Por esta razón] el camino de Barrachina era muy transitado entonces, unos que iban o volvían de las tareas agrícolas, otros que iban o volvían de regar, cada uno con su reloj despertador metido en un cesto y luego más tarde con reloj de bolsillo, para saber a qué hora tenía que coger y dejar el agua.// En el verano de ese año [1936], un día que estaban trillando se presentaron [en el rento] cuatro [individuos] en la era, con uno que dijeron llevarlo detenido, se veía una persona afligida, humilde y pacífica. Nada más llegar, el que hacía de jefe les dijo a los que allí estaban atareados con la parva: Y vosotros, ¿qué hacéis aquí? ¡Más os valdría estar defendiendo a la patria! [El jefe] pidió un almuerzo bueno y rápido, y se pusieron a almorzar. [Pero] al detenido lo dejaron apartado de donde ellos estaban. Una vez terminaron se pusieron a fumar y le tiraron un cigarro al detenido, diciéndole: Toma, fuma..., a lo que el detenido contestó muy afligido: ¿Cómo quieren que fume en el estado en que me encuentro? Lo que sí les agradecería, si puede ser un poco de agua para beber La dueña de la casa le dio una jarra, [y el hombre bebió] toda cuanta quiso.// Una vez terminaron de almorzar y fumar, se levantaron y se fueron, camino de Casas Bajas, con el detenido junto a ellos. Entraron unos quinientos o seiscientos metros en el término de Casas Bajas, y en el paraje llamado Los Algezares lo mataron. Según se supo después, el detenido era un cura que habían encontrado en el “rento de Benarruel”. Al parecer, durante el camino le hicieron saber que uno de los que iba [en la cuadrilla], en su día fue monaguillo. Por eso cuando le preguntaron: ¿Dónde quieres morir, del camino arriba o del camino abajo? Él, muy sumiso, les dijo: Donde ustedes quieran, pero antes quisiera darle al monaguillo el reloj de bolsillo que es lo único que llevo encima... Lo mataron del camino abajo y allí lo dejaron tendido, tapado con una manta que al parecer [llevaba y que] le servía para protegerse en el escondite donde lo encontraron, y que le hicieron llevar hasta allí. Como [el cadáver] estaba al lado del camino, el primero que pasó y lo vio, cuando llegó a Barrachina todo asustado dijo: ¡En los Aljezares hay un hombre muerto, tapado con una manta…! Sin saber aún quién era [el muerto]. Este hombre, fuera del susto o porque se tenía que morir, al poco tiempo murió. Luego otra mujer que volvía de regar de Barrachina y que tampoco sabía nada, también lo vio y no se atrevió ni a pasar, por lo que se volvió para atrás y se bajó por una senda que hay del camino de Barrachina a la carretera, antes de llegar al túnel de abajo. Sería por la impresión que le dio o por lo que fuera, pero al poco tiempo también se murió. [7]
El
texto precedente, escrito en dos folios y con letras mayúsculas, me fue
proporcionado por un vecino de Casas Bajas, descendiente de los renteros de
Barrachina, cuyo nombre prefiere mantener oculto.
Vista general del "rentode Barrachina" en Moya (Cuenca), con detalle del caserío al fondo (2009). |
IV.- El personaje en la Causa General de Valencia.
A] Ramo
separado de Alpuente:
El documento
base del legajo “Causa General de Valencia, Ramo separado de Alpuente”, lo
constituye un impreso cumplimentado por el Ayuntamiento, el Estado Número 1: RELACIÓN
de personas residentes en este término municipal, que durante la dominación
roja fueron muertas violentamente o desaparecieron y se cree fueran asesinadas.
Se trata de un estadillo apaisado, que forma una tabla de doble entrada, en
cuyo eje horizontal y superior contempla diversos epígrafes, dando como
resultado el cuadro siguiente:
Nombre
y apellidos de la víctima: Ramón Fos Adelantado. Años de edad: 46
[45]. Profesión: Sacerdote. Filiación política y cargos públicos que
había desempeñado: Párroco de Corcolilla. Fecha de su muerte o
desaparición: (+) 16 agosto 1936. Si fue encontrado su cadáver, En qué
sitio y clase de heridas que presentaba: Término de Casas Bajas. ¿Fue
inscrita su defunción en el Registro Civil?: Sí. PERSONAS SOSPECHOSAS DE
PARTICIPACIÓN EN EL CRIMEN: Sus nombres y apellidos: Se desconocen. Su
paradero: Se ignora.
Tomado
del AHN, FC-Causa General, 1373, Exp. 9, pp. 4-5. Nota: Documento
datado en Alpuente (Valencia), a 17 de noviembre de 1940 y firmado por el
Alcalde –Vicente Monleón- y por el Secretario –P. López Guillén-.
Conviene destacar que, junto a don Ramón Fos Adelantado, aparecen reseñados tres
clérigos más:
-Don Agustín
Pérez Sesé, de 46 años, párroco de Collado, (+) 24 de agosto de 1936, cuyo
cadáver fue hallado en La Almeza.
-Don Florentín
Hernández Martínez, de 44 años, párroco de Titaguas, (+) 25 de agosto de
1936, cuyo cadáver fue hallado en la Aldea de Campo Abajo.
-Don Genaro
Herrero Herrero, de 42 años, párroco de La Yesa, (+) 24 de agosto de 1936,
cuyo cadáver fue hallado en Los Arcos.
Se
ignora las heridas que cada uno presentaba, sus defunciones están inscritas en
el Registro Civil y fueron muertos por milicianos anónimos, de los que se
desconoce su destino posterior.[8]
En
relación con el documento precedente, el Fiscal emite Providencia, interesando
al Alcalde y Secretario del Ayuntamiento de Alpuente (Valencia), para que:
“previas las averiguaciones necesarias
indique los nombres, apellidos y domicilios de las personas que por su
parentesco o conocimiento de los hechos pudieran declarar aportando el mayor
número posible de elementos de juicio sobre” el asesinato de los cuatro
clérigos reseñados, entre los que se halla don “RAMÓN FOS ADELANTADO, de 46
años, Sacerdote”.[9]
En respuesta, el
Ayuntamiento de Alpuente dice que, “hechas las oportunas gestiones sobre los
parientes más próximos de los señores Sacerdotes asesinados en este término
municipal, durante la dominación marxista, es como sigue: [...] D. Ramón Fos
Adelantado, en esta no tiene pariente alguno y sí en Segorbe (Castellón)” Y
añade que, “según los citados familiares antedichos, los citados asesinatos
fueron denunciados a raíz de la liberación a las Fuerzas de Requetés
primeramente llegadas a esta localidad y en el vecino pueblo de La Yesa”.[10]
Cuando dice “de los señores Sacerdotes asesinados en este término municipal”,
cabe entender que se refiere a personas censadas en ese municipio en el momento
de su muerte, pero no que fueran asesinadas en el término de su jurisdicción.
Seguidamente,
el Fiscal ordena dirigir exhorto al Juez de Instrucción de Segorbe:
- para que averigüe los nombres, y domicilio de los familiares del asesinado Don Ramón Fos Adelantado, de 46 años, Sacerdote que fue encontrado su cadáver en término de Casas Bajas, y de averiguar dichos familiares se les recibirá declaración quienes manifestarán cuanto sepan con referencia a dicho asesinato, y caso de no existir ningún familiar, averiguará los de las personas que por su conocimiento de los hechos puedan aportan el mayor número de datos con referencia a dicho asesinato, a quienes se les recibirá declaración.[11]
En el reverso del
requerimiento existe una Providencia de fecha 23 de diciembre de 1940, ordenando
dirigirse a la alcaldía de Segorbe, “con el fin de que por la Policía local se
practiquen las averiguaciones necesarias para facilitar el dato que interesa”.[12]
En respuesta al oficio precedente, la alcaldía de Segorbe responde que (la
negrita es mía):
- <los nombres y domicilio de los familiares de D. Ramón Fos Adelantado, son los siguientes: Rafael Fos Adelantado, con domicilio en Valencia, calle Pepita, nº 34. Julia Fos Adelantado, con domicilio en Barcelona, cale Sans, nº 23 y Antonio Fos Adelantado, Maestro Nacional con ejercicio en Manzanera (Teruel)>.[13]
Reseña de los hermanos de don Ramón Fos Adelantado (1891-1936), sacerdote asesinado
durante la revolución y Guerra Civil (1936).
NOMBRE Y APELLIDOS
|
DOMICILIO
|
LOCALIDAD
|
Antonio Fos Adelantado
Natural de Segorbe, de 34 años, casado y Maestro
Nacional de profesión.
|
-
|
Manzanera (Teruel)
|
Julia Fos Adelantado
|
Calle Sans, 23
|
Barcelona
|
Rafael Fos Adelantado.
Natural
de Segorbe, de 51 años, casado y barbero de profesión.
|
Calle Pepita, 34
|
Valencia
|
Tomado
del SÁNCHEZ GARZÓN (2011), p. 110.
Detalle de la fachada de una casa con arco de medio punto en Corcolilla-Alpuente (Valencia), 2013. |
Calle de Corcolilla-Alpuente (Valencia), con detalle de la iglesia de San Bernabé, de la que era párroco don Ramón Fos Adelantado cuando comenzó la Guerra Civil (1936-39), 2013. |
En
relación con dicha información, el Fiscal ordena la citación y comparecencia de
don Rafael Fos Adelantado, para prestar declaración, “a cuyo efecto se hará
entrega de la correspondiente cédula de citación al Guardia de servicio”.[14]
1)
Declaración del testigo, don Rafael Fos Adelantado.- En Valencia, a 15
de enero de 1941, ante el señor Fiscal, delegado para la instrucción de la
Causa General de Valencia, compareció el testigo anotado al margen, de 51 años
de edad, de estado casado, natural de Segorbe, de profesión barbero, que no ha
sido procesado, con domicilio en Valencia, calle Pepita, 34 y después de
prestar juramento de decir verdad y enterado de las penas por falso testimonio,
fue interrogado y DICE:
- Que es hermano de Ramón Fos Adelantado, sacerdote que desem-/ peñaba sus funciones en Corcolilla de Alpuente./ Que por no encontrarse en la localidad desconoce lo ocurrido a/ su hermano y tan sólo ha sabido que fue detenido el seis de agos-/ to de mil novecientos treinta y seis y asesinado el mismo día, su/ cadáver fue encontrado en término de Casas Bajas y trasladado/ a Casas Altas y enterrado en el Cementerio de este pueblo; sin/ poderlo asegurar supone fue inscrita la defunción en el Regis-/ tro Civil. Que no puede dar más antecedentes, que tan sólo conoce/ su hermano Antonio Fos Adelantado, maestro Nacional, con residen-/ cia en Manzanera Provincia de Teruel./ Leída y hallada conforme la firma con S. Sª y conmigo el/ Secretario. Doy fe. Castro. Rafael Fos y otro.[15]
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
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