Análisis
comparativo de la mortalidad durante la
Dictadura de Primo de Rivera (1923-30), en la
IIª República
(1931-36) y en la
Posguerra
inmediata (1939-1945).
Viene de:
Tabla 14: Distribución
comparativa de las medidas de tendencia central en los fallecidos en Torrebaja
(Valencia), mayores de 1 año.
MEDIDAS
|
Periodo I
|
Periodo II
|
Periodo III
|
Media aritmética
(Valor
promedio)
|
51,28 años
|
49,17 años
|
60,32 años
|
Mediana
(Valor
central del conjunto de datos ordenados)
|
63 y 67 años
|
58 años
|
67 años
|
Moda
(Valor
que más se repite)
|
01 (6 casos),
70 (8).
|
02,
65, 72, 75 y 82 años (4 casos).
|
76 y 67 años (5
casos), 66, 72 y 80 (4).
|
Elaboración
propia (2014).
La tabla
adjunta resulta muy expresiva, pues permite comprobar como han evolucionado las
distintas medidas de tendencia central de la edad de los fallecidos en los tres
Periodos Históricos estudiados:
* La Media
Aritmética (valor promedio) se halla en los 51,28 años en el I Periodo,
descendiendo a 49,17 años en el II, para situarse en el III Periodo en los
60,32 años. Es decir, la media de edad de fallecimiento sufre una caída en el
Periodo II, mientras que en el III Periodo se remonta, situándose por encima de
los valores del I Periodo.
* La Mediana (valor central del conjunto
de datos ordenados) se sitúa en los 63 y 67 años en el I Periodo, para caer en
el II Periodo hasta los 58 años, remontándose en el III Periodo hasta los 67
años, esto es, alcanzando los valores del I Periodo.
* La Moda (valor que más se repite) se
sitúa en los 01 años (6 casos) y 70 años (8 casos) en el I Periodo, mientras
que en el II Periodo las edades de mortalidad se amplían –02, 65, 72, 75 y 82
años (4 casos)-, tendencia que se continúa en el III Periodo –76 años (5
casos), 66, 72 y 80 años (4 casos).
Viendo la tabla adjunta, en la
que se compara la mortalidad de los párvulos menores de un año en los tres
periodos históricos objeto de estudio, observamos lo siguiente:
* En el Periodo I: el mayor número de
fallecimientos se produjo en tres picos de edad correspondiente a 01 mes (5
casos), seguido de 02 meses (4 casos) y 04 meses (3 casos).
* En el Periodo II: el mayor número de
fallecimientos se produjo en un pico de edad, correspondiente a 01 meses (4
casos).
* En el Periodo III: el mayor número de
fallecimientos se produjo en dos picos de edad, correspondiente a 01 meses (7
casos) y 03 meses (3 casos).
Tabla 15: Distribución
comparativa de la mortalidad en Torrebaja (Valencia), según la edad de
defunción.
PERIODO HISTÓRICO
|
EDAD DE FALLECIMIENTO
(De los párvulos menores de un año, en meses)
|
I] 1923-1930
|
01 (5), 02 (4), 04 (3), 05 (1), 06 (3), 08 (2), 09 (2).
|
II] 1931-1936
|
01 (4), 05 (1), 08 (1).
|
III] 1939-1946
|
01 (7), 02 (1), 03 (3),
04 (1), 05 (2), 06 (1), 07 (2), 08 (1), 11 (2).
|
Elaboración propia (2013). Lectura:
01 mes (5 casos), etc.
Otra
forma de ver los mismos datos es mediante la tabla siguiente:
Tabla
16: Distribución comparativa de los casos de muerte en Torrebaja (Valencia),
según la edad del fallecido.
EDAD
(en meses)
|
PERIODO I
(1923-30)
|
PERIODO II
(1931-36)
|
PERIODO III
(1939-46)
|
TOTAL
|
01
|
05
|
04
|
07
|
16
|
02
|
04
|
00
|
01
|
05
|
03
|
00
|
00
|
03
|
03
|
04
|
03
|
00
|
01
|
04
|
05
|
01
|
01
|
02
|
04
|
06
|
03
|
00
|
01
|
04
|
07
|
00
|
00
|
02
|
02
|
08
|
02
|
01
|
01
|
04
|
09
|
02
|
00
|
00
|
02
|
10
|
00
|
00
|
00
|
00
|
11
|
00
|
00
|
02
|
02
|
TOTAL
|
20
|
06
|
20
|
46
|
Elaboración
propia (2014).
Según
puede observarse, durante los Periodos I y II fallecieron idéntico número de
párvulos menores de 1 año (20 casos), muy por encima de los 06 casos del
Periodo II, lapso en el que las muertes se concentraron en edades más tempranas
que en los demás periodos, en que se espaciaron a lo largo de los distintos
meses, esto es, hubo una mayor sobrevivencia de los párvulos dentro del año.
Tabla
17: Distribución comparativa de las medidas de tendencia central en los
fallecidos en Torrebaja (Valencia), párvulos menores de 1 año.
MEDIDAS
|
Periodo I
|
Periodo II
|
Periodo III
|
Media aritmética
(Valor
promedio)
|
04,1 meses
|
02,83 meses
|
04,1 meses
|
Mediana
(Valor
central del conjunto de datos ordenados)
|
04 meses
|
01 mes
|
03 meses
|
Moda
(Valor
que más se repite)
|
01 mes (5 casos),
02 (4), 04 (3).
|
01 mes (4 casos)
|
01 mes (7 casos),
03 (3), 05, 07 y 11 (2),
02 y 04 (1).
|
Elaboración
propia (2014).
E]
Acerca del sexo o género de los fallecidos:
Las tablas expuestas, en la que
se comparan los tres periodos históricos objeto de estudio, nos permiten
afirmar lo siguiente:
* En el Periodo I: hubo un total 105
fallecimientos [50 M (18p) y 55 V (21p)], de los que 39 fueron párvulos menores
de 7 años. En términos lineales, fallecieron 5 varones (V) más que mujeres (M)
y 3 párvulos masculinos más que femeninos.
* En el Periodo II: hubo un total 85
fallecimientos [43 M (13p) y 42 V (08p)], de los que 17 fueron menores de 7
años. En términos lineales, fallecieron un número similar de mujeres y hombres,
y 5 párvulos femeninos más que masculinos.
* En el Periodo III: hubo un total 97
fallecimientos [49 M (16p) y 48 V (13p)], de los que 29 fueron párvulos menores
de 7 años. En términos lineales, fallecieron una cifra similar de mujeres y de
varones, y 3 párvulos femeninos más que masculinos.
Tabla
17: Distribución comparativa de los índices de masculinidad o razón de sexo en
los fallecidos en Torrebaja (Valencia), durante los periodos históricos que se
estudian.
MEDIDAS
|
Periodo I
|
Periodo II
|
Periodo III
|
Índice de
masculinidad (total)
|
55 varones/50 mujeres x 102= 110,00%
|
42 varones/43 mujeres x 102= 96,67%
|
48 varones/49 mujeres x 102= 97,95%
|
Índice de
masculinidad (parcial)
|
21 párvulos varones/18
párvulos mujeres x 102=
116,00%
|
08 párvulos varones/13
párvulos mujeres x 102= 61,53%
|
13 párvulos varones/16
párvulos mujeres x 102= 81,25%
|
Elaboración
propia (2014).
Para
interpretar correctamente las cifras expuestas debemos saber que si el
resultado fuera 100% significaría que falleció igual número de hombres que de
mujeres. Como en el numerador se colocan las cifras referentes a los varones y
en el denominador las relativas a las mujeres, cuando la cifra aumenta por
encima de 100% indica el porcentaje de varones fallecidos respecto de las
mujeres y si disminuye por debajo de 100% indica el porcentaje de mujeres
fallecidas respecto al de varones.
Hay que
destacar, sin embargo, que en el Periodo II las series de finales del año 1935
(octubre a diciembre) y los primeros meses de 1936 (enero a julio) que debieran
computarse se hallan lamentablemente incompletas, lo que constituye un sesgo a
tener en cuenta. De la misma forma, las series son muy cortas para observar
claramente el fenómeno.
En
cualquier caso, la tendencia parece clara, durante el Periodo I fallecieron más
varones que mujeres, hecho compatible con una sociedad rural en la que
predominan los varones. Mientras que en el Periodo II y III se produjeron un
mayor fallecimiento de mujeres, hecho que en el Periodo III podría vincularse a
que entre ambos periodos hubo una guerra civil en la que la mayoría de
fallecidos en el frente fueron varones.
F] Acerca del estado social
de los fallecidos:
Las tablas expuestas, en la que
se comparan los tres periodos históricos objeto de estudio, nos permiten afirmar
lo siguiente:
* En el
Periodo I: de los 105 fallecidos, la mayor parte son solteros (45 casos),
siéndolo a expensas de los párvulos (39 casos), y siempre a costa de los
varones. Los 60 fallecidos restantes se reparten casi por igual entre casados y
viudos, aunque con más viudas que viudos, existiendo 4 fallecidos adultos en
los que no se reseña estado.
* En el
Periodo II: de los 85 fallecidos, la mayor parte son solteros (36 casos),
siéndolo a expensas de los párvulos (21 casos), y siempre a costa de las
mujeres (13p). Los 49 fallecidos restantes se reparten de forma desigual entre
casados (27 casos) y viudos (19), con más varones casados (16) que mujeres
(11), y más viudas (13) que viudos (06), existiendo 3 fallecidos adultos en los
que no se reseña estado.
* En el Periodo III: de los 97 fallecidos,
un tercio son solteros (33 casos), siéndolo a expensas de los párvulos (29
casos), la mayoría mujeres (13V/16M). Los 64 fallecidos restantes se reparten
entre casados (22V/15M) y viudos (08V/17M), aunque con el doble de viudas que
viudos, existiendo 2 fallecidos adultos en los que no se reseña estado.
Tabla 19: Distribución comparativa de la mortalidad en
Torrebaja (Valencia), según estado social de los fallecidos (porcentual).
PERIODO HISTÓRICO
|
ESTADO SOCIAL DE LOS FALLECIDOS |
NO RESEÑADO
|
TOTAL
100,00%
|
|||||
SOLTEROS
|
CASADOS
|
VIUDOS
|
||||||
V
|
M
|
V
|
M
|
V
|
M
|
|||
I]
1923-1930
|
25
23,80%
|
20
19,04%
|
18
17,14%
|
11
10,40%
|
11
10,40%
|
16
15,23%
|
04
03,80%
|
105
|
II]
1931-1936
|
19
22,35%
|
17
20,00%
|
16
18,82%
|
11
12,94%
|
06
07,05%
|
13
15,29%
|
03
3,52%
|
85
|
III]
1939-1946
|
16
16,49%
|
17
17,52%
|
22
22,68%
|
15
15,46%
|
08
08,24%
|
17
17,52%
|
02
02,06%
|
97
|
TOTAL
|
60
20,20%
|
54
18,18%
|
56
18,85%
|
37
12,45%
|
25
08,41%
|
46
15,48%
|
09
03,03%
|
297
100,00% |
Elaboración propia (2013). Lectura:
Mujer (M), Varón (V), Total (T). Nota: los dígitos y
porcentajes en rojo se refieren al cómputo total de los tres periodos, mientras
que los dígitos y porcentajes en negro se refieren a los valores parciales de
cada periodo.
Según
puede verse en la tabla anterior, los Periodos I y II muestran una gran
similitud en la distribución de los porcentajes, de forma que la mayoría de los
fallecidos son solteros, con predominio de los varones sobre las mujeres y
siempre a costa de los párvulos. Entre los casados, fallecen más los varones y
entre los viudos, las viudas. Sin embargo, en el Periodo III la mayoría de los
fallecidos corresponden a los varones casados; entre los viudos siguen
predominando los fallecimientos de viudas, pues los maridos fallecieron antes.
Entre los solteros apenas hay un punto de diferencia.
En la
comparativa de los tres periodos, se confirma la misma tendencia general, la
mayoría de los fallecidos son solteros (60V/54M), con predominio de los varones
(20,20%) sobre las mujeres (18,18%). Entre los casados (56V/37M), predominan
los hombres (18,85%) sobre las mujeres (12,45%), y entre los viudos (25V/46M),
predominan las mujeres (15,48%) sobre los varones (08,41%).
G] Acerca de la
naturaleza/vecindad y profesión de los fallecidos:
Las tablas expuestas, en la que
se comparan los tres periodos históricos objeto de estudio, nos permiten
afirmar lo siguiente:
* En el Periodo I: la inmensa mayoría de
los 105 fallecidos figuran como naturales y vecinos de Torrebaja, repartiéndose
los demás entre los distintos municipios de la comarca (Ademuz, Casasaltas,
Casasbajas, Castielfabib, Vallanca) y extracomarcanos: Aragón, Castilla y
Valencia.
* En el Periodo II: la inmensa mayoría de
los 85 fallecidos computados figuran como naturales y vecinos de Torrebaja,
repartiéndose los demás entre los distintos municipios de la comarca (Ademuz,
Castielfabib y Puebla de San Miguel) y extracomarcanos nacionales –Castellón,
Murcia, Palencia y Teruel-, con predominio de los turolenses. Curiosamente
figura un párvulo de 5 meses natural de Buenos Aires (Argentina).
* En el Periodo III: la inmensa mayoría de
los 97 fallecidos figuran como naturales y vecinos de Torrebaja, repartiéndose
los demás entre los distintos municipios de la comarca (Ademuz, Castielfabib,
Puebla de San Miguel y Vallanca) y extracomarcanos de distintas provincias:
Albacete, Alicante, Badajoz, Burgos, Castellón, Cuenca, Guadalajara, Teruel y
Valencia.
IV.- Tasas de
mortalidad.
Como se ha
dicho repetidamente en los capítulos precedentes, desde una óptica
epidemiológica, siempre resulta de interés conocer la Tasa de Mortalidad
General (TMG) de una población en un momento determinado, al objeto de
poder compararla y ver su evolución en el tiempo. Para su cálculo se precisa el
censo de la localidad -1920/ 1.057 habitantes, 1930/ 952
habitantes, 1940/1.007 habitantes-, pues dicha tasa mide los
fallecimientos habidos en una comunidad por cada cien (102) o mil
habitantes (103). Dada la pequeñez de las muestras, aquí
utilizaremos la medida por cien habitantes. Sin embargo, en cuanto indicador de
salud, el valor de esta tasa es moderado...
Tabla 20: Tasa de Mortalidad General en Torrebaja durante
el período de estudio (1920, 1930, 1940).
1920
|
1930
|
1940
|
11/1.057x102=
1,04%
|
13/962x102=
1,35%
|
18/1.007x102=
1,78%
|
Elaboración propia (2014).
En la tabla
siguiente se muestran las cifras de la
Tasa de Mortalidad General (TMG) en Torrebaja,
comparadas con las de España en esos años, por cien habitantes (102).
Tabla 21: Evolución de la Tasa de Mortalidad General (TMG) en España,
comparada con la obtenida en Torrebaja (Valencia).
AÑO
|
TMG en España (%)
|
TMG en Torrebaja (%)
|
1920
|
2,32
|
1,04
|
1930
|
1,68
|
1,35
|
1940
|
1,65
|
1,78
|
INE: Movimientos naturales de la población. Anuarios
estadísticos. Las TMG en España proceden de PIÉDROLA GIL (1989), p. 70.
Elaboración propia (2014).
Dado que el
valor de la TMG
como indicador de salud es reducido, en especial si hacemos una lectura
directa, buscamos los índices de Swaroop-Uemura, que miden los fallecimientos
de personas mayores de 50 años en un año, en relación con el total de fallecimientos
anual. Su mérito radica en que sirve como medida indirecta del grado de
desarrollo de una comunidad, de forma que tenderá a acercarse al 100% cuanto
mayor grado de desarrollo tenga ésta, lo cual ocurriría si todas las personas
vivieran más de 50 años; asimismo, se acercará a 0% cuando la mayor parte de la
población no alcance el medio siglo de vida.[1]
Las
tablas expuestas, en la que se comparan los tres periodos históricos objeto de
estudio, respecto del Índice de Swaroop-Uemura nos permiten afirmar lo
siguiente:
* En el Periodo I: el indicador muestra
cifras oscilantes, aunque in crescendo desde el 33,33% de 1923 hasta el
76% de 1930, con un pico de 80% en 1924, ello es debido a que de los 10
fallecidos en ese año, 8 tenían más de 50 años. El valor promedio del lapso
equivale a 52,70%.
* En el Periodo II: el indicador muestra
cifras oscilantes, que apenas sobrepasan el 50%: 52,63% (1931), 62,50 (1932),
61,53% (1933), bajando hasta el 38,88% (1934) e incrementándose ligeramente en
1935 (40,00%). Lamentablemente, el índice para 1936 (100,00%) es falso, pues
sólo pudo computarse un fallecido y éste tenía 80 años. El valor promedio del
lapso equivale a 51,10%.
* En el Periodo III: el indicador muestra
cifras oscilantes, comienza y termina con cifras de 66,66% (1939 y 1946),
aunque con picos de elevación en 1940 (88,88%) 1944 (81,25%), y notables
descensos en 1941 (41,66%), 1943 (26,66%) y 1945 (50,00%). El valor promedio
del lapso equivale a 61,00%.
Tabla:
22: Valor promedio del Índice de Swaroop-Uemura en Torrebaja (Valencia),
durante los periodos históricos que es estudian.
Periodo I
(1923-30)
|
Periodo II
(1931-36)
|
Periodo III
(1939-46)
|
|
Índice de
Swaroop-Uemura
|
52,70%
|
51,10%
|
61,00%
|
Elaboración
propia (2014). Nota: el Índice del Periodo II no es enteramente válido,
pues en 1936 sólo se halló un individuo de 80 años, razón por la que dicho año
no se computa para el valor promedio.
Como se dice
en los capítulos anteriores, otra tasa de mortalidad muy específica y de enorme
valor epidemiológico es la Tasa
de Mortalidad Infantil (TMI), que mide el riesgo particular de
fallecimiento antes del año de vida. Para su cálculo es preciso conocer el
número de fallecidos antes de cumplir el año de vida, en relación con el número
de nacidos vivos en un año, por cien (o mil) nacidos vivos.
Se ha calculado también la Tasa de Mortalidad
Posneonatal (TMPN), que recoge el número de recién nacidos vivos fallecidos
con más de un mes y antes del año de vida: el interés de esta última tasa se
halla en que refleja las muertes por patología infecciosa, a la par que las
carencias nutricionales y/o los errores en la crianza. Aunque dichas tasas
suelen calcularse por 1.000 nacidos vivos (103), dada la pequeñez de
las muestras aquí se realiza por 100 nacidos vivos (102).
Tabla:
23: Valor promedio de la Tasa
de Mortalidad Infantil y de la
Tasa de Mortalidad Posneonatal en Torrebaja (Valencia),
durante los periodos históricos que es estudian.
Periodo I
(1923-30)
|
Periodo II
(1931-36)
|
Periodo III
(1939-46)
|
|
Mortalidad
infantil (TMI)
|
10,72%
|
06,52% (*)
|
14,22%
|
Mortalidad
posneonatal (TMPN)
|
08,21%
|
03,31% (*)
|
10,29%
|
Elaboración
propia (2014). (*) Dichas tasas no son enteramente válidas, pues faltan
datos desde octubre de 1935 hasta julio de 1936, razón por la que el cálculo se
ha realizado de 1931 a
1935.
V.- Palabras
finales, a modo de epílogo.
Cuando me
propuse realizar el presente ejercicio epidemiológico lo primero que me planteé
fue si era admisible comparar tres periodos históricos tan distintos como la Dictadura de Primo de
Rivera y Dictablanda de Berenguer (1923-30), la IIª República (1931-36) y la Posguerra inmediata
(1939-46). La respuesta fue afirmativa, siempre que se utilizara idéntico
método, los mismos parámetros y las mismas variables biológicas y sociales. Con
ser momentos historiográficos y políticos distintos, los segmentos temporales
objeto de estudio tienen algo en común, el haberse visto afectados por cambios políticos
significativos, lo que me llevó a pensar si aquellos tuvieron alguna influencia
en el devenir cultural, social y sanitario de una pequeña población del poniente
valenciano, como era entonces y sigue siendo Torrebaja, uno de los siete municipios del
Rincón de Ademuz.
Las
variables objeto de estudio son la causa de muerte, la fecha de óbito, la edad
de fallecimiento, el género o sexo de los fallecidos y el estado social. Y
cuando ha sido posible, la profesión del finado, la naturaleza y vecindad. Se
han desechado otras variables: si el fallecido otorgó testamento o no, el grado de
cumplimiento religioso (si recibió o no el Sacramento de la Penitencia y la Extremaunción) y el
tipo de entierro eclesiástico, que no hacen al estudio propuesto. La materia
prima objeto de estudio procede básicamente de los libros de Defunción y
Bautismo parroquiales (dos de los Quinque libri), aunque algunos datos han sido completados con los del
juzgado municipal. La validez de ambas fuentes está fuera de toda duda, pues
tanto el Juez Municipal como el párroco utilizaron para componer sus actas los
certificados de defunción expedidos por el facultativo de turno.
El
estudio no ha podido librarse de algunos sesgos de importancia que afectan el
II Periodo Histórico (1931-36), como el hecho incomprensible de que falten por
cumplimentar las actas de defunción parroquiales, desde octubre de 1935 hasta
julio de 1936, esto en los libros parroquiales, hecho que se hace todavía más
enigmático en los libros municipales. ¿Cómo puede explicarse, ya no justificar,
porque es injustificable, que muchas de las actas de ese periodo se hallen en
blanco y otras sólo contengan el nombre del finado? En cualquier caso, el hecho
de que muchas de las actas de ese periodo no estén cumplimentadas debe estar
relacionado, pues la secuencia administrativa para componer un acta de
defunción comienza con el certificado médico que debía expedir el facultativo
que certifica el fallecimiento: dicho documento resultaba imprescindible,
entonces y ahora para dar sepultura al cadáver. Expedido el certificado médico
la familia se personaba en el Juzgado Municipal para manifestar el
fallecimiento, el secretario cumplimentaba el acta de defunción basándose en el
certificado medico y el Juez y el secretario, junto con el familiar o persona
manifestante y los testigos firmaban al pie del acta. El mismo certificado de
defunción servía al párroco para componer su acta en los libros parroquiales,
autorizando así la sepultura eclesiástica. Esto es así, pues el párroco, tras
anotar la causa de la muerte añade según “relación” o “certificación”
facultativa. En algún momento esta secuencia se interrumpió y las actas
quedaron sin cumplimentar. Lo lamentable es que los datos que debían aportar
las actas no realizadas son irrecuperables...
** Acerca
de las causas de muerte [A], si seleccionamos las seis primeras causas en
cada periodo, observaremos que las dos primeras –Hemorragia cerebral y Asistolia-
son las mismas en las tres etapas del estudio, aunque con distinta frecuencia.
Ello nos lleva a afirmar que aparentemente no hubo cambios sociales, culturales, alimentarios y
sanitarios sustanciales en los lapsos de tiempo estudiados que pudieran
modificar las causas de muerte. Con todo, ya se ha hecho la advertencia de que
la causa “Asistolia” no puede considerarse, ni entonces ni ahora, causa de
muerte, más bien traduce la dificultad, imposibilidad o insolvencia del médico para encontrar
el motivo del óbito. En los certificados de defunción actuales, bajo el
epígrafe “Causa de defunción” se consideran distintos apartados: Causa
inmediata, Causas antecedentes, Causa inicial o fundamental y
Otros procesos –que no siempre resultan fáciles de establecer-.
A efectos
estadísticos, la cumplimentación de las actas de defunción judiciales requiere
especial cuidado, como lo prueba la circular remitida el 10 de agosto de 1939 a los jueces
municipales. En aquella nota, el Jefe Provincial de Estadística de Valencia,
señor Julio Baeza hace una serie de recomendaciones. En lo que hace a los
registros de defunción –punto 8º de 12º- dice: “Que los encargados del Registro
procuren, que en los partes de defunción no falta nunca la causa de la
muerte para que en los boletines figure bien determinada tanto la inmediata
como la fundamental con preferencia esta última a la primera, de no ser las
dos”. Ello viene a demostrar que el grado de cumplimiento de los registros era
deficiente, partiendo la carencia del propio certificado médico de defunción,
en el que no sabemos si se registraba la causa inmediata o la fundamental.
Como
hemos podido ver por los cálculos realizados, globalmente el II Periodo computa
un menor número de fallecimiento, en principio porque se estudian un menor
número de años. Sin embargo, cuando se comparan los porcentajes entre los tres
periodos estudiados, la cifra real de fallecimientos del II Periodo es superior
a la esperable.
** Acerca
de la fecha de óbito (mes del año) [B], se ha podido observar que las
tablas ofrecen escasas variaciones en los tres periodos, hasta el punto que
visto globalmente, el mayor número de óbitos se produce en los meses de enero y
febrero, seguidos de agosto y octubre, esto es, en invierno, seguido del verano
y del otoño. Por el contrario, el menor número de fallecimientos de cada
periodo y globalmente se produce en mayo, junio y julio respectivamente.
** Acerca
de la hora de óbito [C], hemos podido comprobar que el mayor número de
fallecimientos se concentra en momentos puntuales del día, tales las 23:00 horas,
las 18:00 horas, las 02:00 y las 03:00 horas, esto es, a última hora de la
noche, a media tarde y en las primeras horas de la madrugada. El menor número
de óbitos se concentra en las 20:00 horas, seguido de las 24:00 horas, las
19:00 horas, las 15: horas y las 10:00 horas, esto es, a primera y última hora
de la noche, a primeras de la tarde y media mañana.
** Acerca
de la edad de fallecimiento [D], las tablas demuestran que el mayor número
de óbitos se produce en párvulos de 1 y 2 años de edad, y en los adultos en la
séptima y octava década de su vida, seguidos de los que se hallan en la sexta y
octava. Asimismo, se ha podido observar que hay una serie de grupos de edad en
los que no se produjo ningún óbito en ninguno de los periodos estudiados. Comparando
las medidas de tendencia central de los párvulos mayores de un año y adultos se
observa que la Media
aritmética y la Mediana
de la edad disminuyeron en II Periodo, ello significa que se fallecía en edades
más tempranas, remontándose en el III Periodo hasta alcanzar los valores del I
Periodo. De la misma forma, en el II Periodo la Moda amplia su base, esto es, la edad de
fallecimientos se dispersa en un arco de frecuencia de mortalidad mayor. Algo
similar se observa en las tablas que estudian los datos correspondientes a los
párvulos menores de 1 año, con la particularidad que en el I y III Periodos la Moda se dispersa más que en
el I Periodo: ello significa que en este lapso las muertes se concentran en
el primer mes, mientras que en los otros periodos los fallecimientos se dan en
un arco mayor, desde los 4 meses hasta los 11 meses, lo que traduce procesos
patológicos infecciosos y/o errores o deficiencias en la alimentación.
** Acerca
del sexo o género de los fallecidos [E], observando los Índice de Masculinidad
de cada lapso, podemos decir que en el I Periodo fallecieron más varones que
mujeres, hecho que casa con una típica social rural dedicada a la agricultura,
mientras que en el II y III Periodos fallecieron más mujeres que hombres,
fenómeno que se repite entre los párvulos menores de 7 años. Globalmente, el
hecho podría estar relacionado con la circunstancia de que entre el II y el III
Periodo se ha producido una guerra civil, en la que el mayor número de
fallecidos en el frente fue a cargo de los hombres –pero esto es sólo una
hipótesis-.
** Acerca
del estado social de los fallecidos [F], según puede verse en las tablas
expuestas, los Periodos I y II muestran una gran similitud en la distribución
de los porcentajes, de forma que la mayoría de los fallecidos son solteros, con
predominio de los varones sobre las mujeres y siempre a costa de los párvulos.
Entre los casados, fallecen más los varones y entre los viudos, las viudas. Sin
embargo, en el Periodo III la mayoría de los fallecidos corresponden a los
varones casados; entre los viudos siguen predominando los fallecimientos de
viudas, pues los maridos fallecieron antes. Entre los solteros apenas hay un
punto de diferencia.
En la
comparativa de los tres periodos, se confirma la tendencia general, la mayoría
de los fallecidos son solteros (60V/54M), con predominio de los varones
(20,20%) sobre las mujeres (18,18%). Entre los casados (56V/37M), predominan
los hombres (18,85%) sobre las mujeres (12,45%), y entre los viudos (25V/46M),
predominan las mujeres (15,48%) sobre los varones (08,41%).
** Acerca de la Naturaleza/vecindad
y profesión de los fallecidos [G], como se evidencia en las tablas
expuestas, la gran mayoría de los fallecidos son naturales y vecinos de
Torrebaja: un pequeño porcentaje de éstos figuran como feligreses de la iglesia
parroquial de “Santa Marina”, pero residentes en la aldea-barrio de Los
Pajares/Las Eras, zona urbana contigua a Torrebaja pero perteneciente a
Castielfabib. Por su proximidad a Torrebaja, dichos vecinos utilizaban los
servicios de esta localidad, entre los que se hallaban los religiosos y
funerarios. Además de los nativos, en los Periodos I y II figuran como
residentes vecinos naturales de otros pueblos del Rincón de Ademuz (Ademuz,
Casasaltas, Casasbajas, Vallanca y Puebla de San Miguel), así como de zonas
limítrofes de Aragón, Castilla y Valencia. La diferencia más notable la
hallamos en el Periodo III, en el que se repite la misma situación que en los
periodos anteriores, con la peculiaridad de hallar vecinos de zonas muy
distantes del entorno comarcal y provincial limítrofe, como Albacete, Alicante,
Badajoz, Burgos, Castellón, Cuenca, Guadalajara y Valencia. Probablemente
efecto de los desplazamientos habidos por causa de la Guerra Civil
(1936-39). Respecto de las profesiones, aunque apenas se hace mención de ellas,
entre los hombres predominan los agricultores/labradores, como corresponde a
una zona rural dedicada al sector primario, además de sacerdote y transeúnte
(Periodo I); en algunos casos se alude al oficio del padre (albardero, comerciante,
labrador), asimismo se nombra la de maestro nacional, sacerdote y sastre
(Periodo II) y médico (Periodo III). Entre las mujeres, la profesión que
predomina era lo que entonces se entendía como “labores propias de su sexo”:
muchas de aquellas mujeres, sin embargo, además de ocuparse de la casa y el
cuidado de la prole, solían atender a los animales del corral y puntualmente
ayudaban a los hombres en las faenas del campo.
En cuanto a las tasas de
mortalidad, hemos visto que la
Tasa de Mortalidad General (TMT) en España en 1920 (2,32%) y
1930 (1,68%) fue superior a la observada en Torrebaja –1920 (1,04%) y 1930
(1,35%)-, sin embargo, la de 1940 en Torrebaja (1,78%) fue superior a la
nacional (1,65%). Pero como se ha dicho, la TMG posee un valor muy reducido como indicador de
salud, razón por la que se ha recurrido a los índice de Swaroop-Uemura, que
miden los fallecimientos de personas mayores de 50 años: su mérito radica en
que sirven como medida indirecta del grado de desarrollo de una comunidad:
cuanto más se aproxime al 100% mayor grado de desarrollo tendrá ésta, lo cual ocurriría se
todas las personas fallecidas sobrepasaran dicha edad. Viendo
el Índice de Swarrop en cada periodo observamos que en el Periodo I posee un
valor medio por encima del 50% (52,70%), el cual desciende ligeramente en el Periodo II (51,10%),
para alcanzar valores ligeramente superiores a los dos anteriores en el Periodo
III (61,00%). En cuanto a valores promedios, de las Tasas de Mortalidad
Infantil (TMI) y Tasa de Mortalidad Posneonatal (TMPN), cabe decir que en el
Periodo III dichas tasas fueron superiores a las observadas en el Periodo I:
ello pudo ser debido a la situación de carestía habida en la posguerra,
singularmente la TMPN,
que recoge el número de recién nacidos vivos fallecidos con más de un mes y
antes del año de vida, midiendo indirectamente las muertes por patología
infecciosa, así como las carencias nutricionales y los errores en la crianza.
Lamentablemente, los valores obtenidos para estas tasas en el Periodo II son
escasamente evaluables, ello por falta de datos completos. Con todo, las cifras
halladas para 1931-35 son menores que las de los periodos anterior y posterior
estudiados.
Detalle de una "tumba-cruz" latina labrada en mármol, en el cementerio municipal de Torrebaja (2014). |
En
suma: el estudio epidemiológico propuesto concluye satisfactoriamente, no
obstante las dificultades encontradas en la recogida de datos, en especial
durante el Periodo II, correspondiente a la IIª República (1931-36). Ello supone contar con
algunos sesgos en la valoración final que hay que tener en cuenta. En lo que
hace a las variables estudiadas, los intensos cambios políticos habidos en
España en el lapso histórico de los años veinte, treinta y cuarenta estudiados
no parece que afectaran a la comunidad torrebajense más allá de lo esperable,
pues sus parámetros no cambiaron de forma ostensible. Más bien se observa una
continuidad hacia un mayor desarrollo social (índice de Swaroop progresivo entre el Periodo I y II, con leve caída en el II), hecho que se
halla en contraste con los promedios de la Tasa de Mortalidad Posneonatal, algo más elevadas
en el III Periodo, explicables por la precariedad de la posguerra. Sin embargo,
observando los datos en detalle vemos que en el II Periodo hubo algunos cambios
que alteraron la dinámica evolutiva, como un número de fallecimientos mayor de
lo esperable, la disminución de la edad media de fallecimiento, así como la
dispersión de las frecuencias y la disminución de los índices medios de
Swaroop-Uemura, indicando un menor grado de desarrollo. Paradójicamente, en este periodo disminuyeron los índices de
mortalidad, por debajo de los periodos anterior y posterior, quizá explicable
por la pequeñez de la muestra, dado el menor número de años computados.
En cualquier caso, el trabajo,
aunque laborioso, ha merecido la pena, pues constituye una forma objetiva de
asomarse al pasado. Y aunque los resultados no puedan extrapolarse sin más al
conjunto comarcal ni nacional, constituyen un punto de referencia a tener en
cuenta. Vale.
© Alfredo SÁNCHEZ
GARZÓN.
De la Real Academia
de Cultura Valenciana (RACV).
[1] PIÉDROLA GIL, G et alter. Medicina
preventiva y salud pública, Salvat Editores, S.A., 8ª edición, 1ª
reimpresión, Barcelona, 1989, p. 71.
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