Acerca del convento de san Guillermo en Castielfabib:
notas para una aproximación al origen del
complejo conventual
y a su titular.
y a su titular.
“La ciencia es un
juicio verdadero acompañado de razón”
-Platón (ca.427-347 a.C), filósofo griego,
en Teeteto, 202, b-c-.
Palabras previas, a modo de introducción.
La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Castielfabib, que organiza la II Semana Cultural 2014, del 25 al 30 de
agosto, me pidió diera una conferencia –mejor charla coloquio- acerca del
origen del Convento de San Guillermo –lo que singularmente constituye para mí
un placer y un honor, además de un compromiso-. Cuando digo “un placer y un
honor” me refiero al hecho de poder hablar de san Guillermo y de su convento en
el fastuoso contexto de la iglesia-fortaleza de Castielfabib, respecto a lo de
“compromiso”, por lo espinoso del encargo, pues aquí se mezclan tradición y
devoción con mito, historia y leyenda. Véanse estas notas como el esquema para la charla que se pretende...
El propósito de la entrada presente es reseñar por escrito algunas ideas y reflexiones acerca del origen de la devoción a san Guillermo y del convento del que es titular en Castielfabib, una de las villas señeras (matriciales) del Rincón de Ademuz.[1] No puede hablarse del convento como institución (complejo conventual) sin decir del patrono bajo cuya advocación se halla. Escribo en presente, “es” y “se halla”, porque aunque ya yace muchas décadas que el convento desapareció, éste sigue omnipresente en la vida de los lugareños, como la propia devoción al bienaventurado Guillermo, duque de Aquitania. Digo “duque de Aquitania”, por nombrarle como lo hacen los gozos que se cantan en Castielfabib el día de su onomástica –10 de febrero (vetus ordo), 16 de octubre (novus ordo)-. Y ello porque hay varios “Guillermos”, algunos de ellos santos, sobre los que conviene recapacitar.
El propósito de la entrada presente es reseñar por escrito algunas ideas y reflexiones acerca del origen de la devoción a san Guillermo y del convento del que es titular en Castielfabib, una de las villas señeras (matriciales) del Rincón de Ademuz.[1] No puede hablarse del convento como institución (complejo conventual) sin decir del patrono bajo cuya advocación se halla. Escribo en presente, “es” y “se halla”, porque aunque ya yace muchas décadas que el convento desapareció, éste sigue omnipresente en la vida de los lugareños, como la propia devoción al bienaventurado Guillermo, duque de Aquitania. Digo “duque de Aquitania”, por nombrarle como lo hacen los gozos que se cantan en Castielfabib el día de su onomástica –10 de febrero (vetus ordo), 16 de octubre (novus ordo)-. Y ello porque hay varios “Guillermos”, algunos de ellos santos, sobre los que conviene recapacitar.
Nada más lejos de mi ánimo que pretender escandalizar a nadie con mis palabras, -“¡ay de aquel hombre por quien el escándalo viene!” (Mt 18, 7)-, pero sí deseo reflexionar respecto de la vida del santo Guillermo y de su convento en nuestra villa. Porque cuando se dice del santo con frecuencia no sabemos muy bien de quién estamos hablando, y lo mismo podría decirse del convento, pues éste fue habitado por distintas ordenes religiosas a lo largo de su historia, y quizá no siempre ha estado en el mismo lugar. Especular implica preguntarse, hasta el punto de que para Platón (siglo IV a.C) “la vida sin preguntas no merece la pena ser vivida”. En los albores de la modernidad, Descartes (1596-1650), plantea lo mismo con otras palabras: Cogito, ergo sum, Pienso (dudo), luego existo. De ahí los interrogantes que planteo: ¿quién fue san Guillermo, duque de Aquitania y conde de Pictavia?, ¿existió realmente como persona de carne y hueso?, ¿se fundamenta su existencia en algún personaje histórico?, ¿acaso es el resultado de varias vidas entretejidas por la tradición y la leyenda? Y de haber existido: ¿estuvo el santo ciertamente en Castielfabib?, ¿falleció y fue enterrado aquí, junto a la choza que habitó? Son preguntas de difícil respuesta, que debemos enfrentar con objetividad y honradez, para intentar esclarecer el origen de la devoción a san Guillermo en la zona.
Material,
método y marco teórico.
Desde
una óptica epistemológica, el conocimiento puede entenderse como el espacio
común de dos premisas: las verdades y las creencias. Propiamente, “La ciencia
es un juicio verdadero acompañado de razón”-Platón, en
Teeteto, 202, b-c-.
Para el estudio propuesto se han utilizado los textos de los “Gozos de san Guillermo” -según se cantan en Castielfabib en su onomástica-; las vidas de varios personajes del mismo nombre –Guillermo el Santo (755-812), Guillermo el Trovador (1071-1126), Guillermo el Tolosano (1099-1137), Guillermo el Grande (+1157) y la “Vida de San Guillermo, duque de Aquitania, Confesor de la Orden de nuestro Padre san Agustín” -según la versión del agustino Jaime Jordán (1704), maestro en teología que por dos veces fue rector del colegio de San Fulgencio en Valencia-. De una u otra forma, todos los Guillermos citados se hallan vinculados al ducado de Aquitania. Asimismo, para la investigación de la tradición guillermita en Castielfabib se han consultado los Estatutos de las Cofradías Virgen María y Señor San Guillermo (1393) y Virgen María de Gracia (1402), y el documento por el que se concede al prior y hermanos de la “Orden de los ermitaños de san Agustín” permiso para poseer tierras de realengo y fundar convento en Castielfabib –ambos conservados en el Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona)-.
En el lenguaje coloquial por “santo" o "santa” entendemos una buena persona, aquella que soporta –sufre, conlleva- lo intolerable por amor de Dios o del prójimo (lo que viene a ser lo mismo, pues a Dios sólo se llega a través de los demás). Pero, ¿qué significa realmente ser santo? En la tradición cristiana católica u ortodoxa, santo es aquel que tras morir ha alcanzado la santidad, es decir, que ya goza de los bienes del Paraíso y que la Iglesia nos propone como ejemplo por sus virtudes morales, elevación ética o martirio. A san Guillermo se le califica como “santo” y “confesor”: santo, por haber alcanzado el cuarto grado de la santidad (después de siervo de Dios, bienaventurado y beato); y confesor, porque en la clasificación antigua significa haber muerto de muerte natural, por el contrario del mártir que ha sido torturado antes de morir o ha fallecido por esta causa.
Para el estudio propuesto se han utilizado los textos de los “Gozos de san Guillermo” -según se cantan en Castielfabib en su onomástica-; las vidas de varios personajes del mismo nombre –Guillermo el Santo (755-812), Guillermo el Trovador (1071-1126), Guillermo el Tolosano (1099-1137), Guillermo el Grande (+1157) y la “Vida de San Guillermo, duque de Aquitania, Confesor de la Orden de nuestro Padre san Agustín” -según la versión del agustino Jaime Jordán (1704), maestro en teología que por dos veces fue rector del colegio de San Fulgencio en Valencia-. De una u otra forma, todos los Guillermos citados se hallan vinculados al ducado de Aquitania. Asimismo, para la investigación de la tradición guillermita en Castielfabib se han consultado los Estatutos de las Cofradías Virgen María y Señor San Guillermo (1393) y Virgen María de Gracia (1402), y el documento por el que se concede al prior y hermanos de la “Orden de los ermitaños de san Agustín” permiso para poseer tierras de realengo y fundar convento en Castielfabib –ambos conservados en el Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona)-.
En el lenguaje coloquial por “santo" o "santa” entendemos una buena persona, aquella que soporta –sufre, conlleva- lo intolerable por amor de Dios o del prójimo (lo que viene a ser lo mismo, pues a Dios sólo se llega a través de los demás). Pero, ¿qué significa realmente ser santo? En la tradición cristiana católica u ortodoxa, santo es aquel que tras morir ha alcanzado la santidad, es decir, que ya goza de los bienes del Paraíso y que la Iglesia nos propone como ejemplo por sus virtudes morales, elevación ética o martirio. A san Guillermo se le califica como “santo” y “confesor”: santo, por haber alcanzado el cuarto grado de la santidad (después de siervo de Dios, bienaventurado y beato); y confesor, porque en la clasificación antigua significa haber muerto de muerte natural, por el contrario del mártir que ha sido torturado antes de morir o ha fallecido por esta causa.
Imagen de san Guillermo de Aquitania en la parroquial de Castielfabib (Valencia), sobre sus andas, dispuesto para la procesión en el día de su onomástica -10 de febrero- (2014). |
San
Guillermo de Aquitania: en busca del personaje y su tiempo.
A
la hora de decir de san Guillermo, patrono del convento y titular de la ruinosa
iglesia conventual de Castielfabib, debemos preguntamos en primer lugar por el
personaje y sus circunstancias: ¿quién fue san Guillermo?, ¿existió como personaje
de carne y hueso? ¿Estuvo en Castielfabib? ¿Falleció y fue enterrado aquí, como dice la tradición? Ineludiblemente, el investigador
debe hacerse estas preguntas, intentando responderlas objetivamente, esto es, a
la luz de los documentos que se han conservado, y utilizando el método
histórico-crítico, aunque sin despreciar la tradición.
Para responder a la primera cuestión, ¿quién fue san Guillermo?, les propongo una somera lectura de los Gozos de san Guillermo, tal cual se cantaban a mediados del siglo XIX (Segorbe, 1851): respecto a su filiación, allí se le nombra como “Príncipe, ermitaño y Santo”, así como “Duque de Aquitania” y “el decimonono abuelo de Carlos Segundo”. Son datos que le califican como individuo de la nobleza, que vivió como eremita y fue venerable, además de vincularle con el ducado de Aquitania (Francia) y con el último de los Austrias españoles, Carlos II el Hechizado (1665-1700). Este es un dato cronológico de escasa utilidad práctica. Resulta de más interés el que puede deducirse al calificarle de “Duque de Aquitania”: aunque no dice qué número de orden tenía entre los de esta línea de nobleza, veremos que el último duque de Aquitania fue Guillermo X el Tolosano (1099-1137), hijo de Guillermo IX el Trovador (1071-1126), pues a su fallecimiento el título lo heredó su hija Leonor [Alienor de Aquitania (1122-1204)], no habiendo más varones con este título.
Para responder a la primera cuestión, ¿quién fue san Guillermo?, les propongo una somera lectura de los Gozos de san Guillermo, tal cual se cantaban a mediados del siglo XIX (Segorbe, 1851): respecto a su filiación, allí se le nombra como “Príncipe, ermitaño y Santo”, así como “Duque de Aquitania” y “el decimonono abuelo de Carlos Segundo”. Son datos que le califican como individuo de la nobleza, que vivió como eremita y fue venerable, además de vincularle con el ducado de Aquitania (Francia) y con el último de los Austrias españoles, Carlos II el Hechizado (1665-1700). Este es un dato cronológico de escasa utilidad práctica. Resulta de más interés el que puede deducirse al calificarle de “Duque de Aquitania”: aunque no dice qué número de orden tenía entre los de esta línea de nobleza, veremos que el último duque de Aquitania fue Guillermo X el Tolosano (1099-1137), hijo de Guillermo IX el Trovador (1071-1126), pues a su fallecimiento el título lo heredó su hija Leonor [Alienor de Aquitania (1122-1204)], no habiendo más varones con este título.
En cuanto a su vida, vemos que desengañado del mundo, tomó el hábito de san Agustín y siendo fraile lego vivió en soledad como “ermitaño” o asceta en una cueva de Castielfabib, haciendo penitencia y ejerciendo la virtud, lo que le valió la santidad. Peleó con el demonio, que “Muchas veces (le) atormentó”, “Pero la Virgen curó/ de (sus) huesos el quebranto”. El canto relata el milagro del horno de pan cocer al que entró el santo, porque “El pan se estaba quemando” y no encontraba con qué sacarlo. Se trata de un portento absurdo, pues a nadie en sus cabales se le ocurriría entrar en un horno ardiendo para sacar un pan que se quema: Los milagros no se multiplican sin necesidad... –diría Cavanilles-. La ingenuidad del relato, sin embargo, debe verse en relación con la importancia del pan en tiempos de necesidad. Socorrió a todos “en su desconsuelo y llanto”, curando “con gran virtud”, “de toda dolencia y mal”, “Dando al enfermo salud; De la cruz con la señal,/ Por médico celestial,”. Habiéndole sido otorgado el don de la paciencia, llevó una vida rigurosa que le desfiguró el cuerpo, “Pero al morirte quedaron/ tus mejillas como flores”. Situación que le aproxima al “morir en olor de santidad”.
Según la versión que a mediados de los años sesenta cantaba Perico el Sacristán (1966): “El glorioso san Guillermo/ es santo muy venerado. Los vecinos de Castiel/ del convento lo sacaron; fue traído en procesión/ al lado del camposanto”. Según esta tradición, el cuerpo del santo Guillermo estaba enterrado en el convento (iglesia), exhumaron sus restos y procesionalmente los llevaron junto al cementerio –probablemente se refiere a la ermita Nuestra Señora de Gracia, a unos cientos de metros de la villa-. El texto no expone las razones..., pero como dice fray Jaime Jordán (1704), pudo ser para evitar que los frailes se llevaran sus reliquias.
Como es sabido, los “Gozos” son composiciones poéticas de rima variada que relatan la vida y milagros de algún bienaventurado (Virgen, mártir o santo), se cantan en su festividad, siendo algo característico de ellos el estribillo que contienen al final de cada estrofa: “Socorred nuestra aflicción/ Príncipe, ermitaño y santo” –reza la muletilla de los de Castielfabib-.
Atendiendo al relato vemos se trata de un varón vinculado con la nobleza medieval francesa, que en un momento de su vida, desengañado del mundo, toma el hábito de san Agustín y se retira a la zona de Castielfabib como ermitaño, allí vive en una cueva o cabaña haciendo penitencia, atendiendo a los afligidos, a los desconsolados y enfermos que se acercan hasta él. Los cantos le unen en lejano parentesco con el último de los Austrias españoles... –ello hace pensar que los gozos pueden datar de finales del siglo XVII-. Por lo demás, aportan muy pocos datos para identificar al personaje histórico.
Detalle de la iconografía de san Guillermo duque de Aquitania -ermitaño y confesor-, aquí con hábito agustino, de la Orden de los Ermitaños de san Agustín (Barcelona, 1868). |
Existen, sin embargo, otros “Gozos a San Guillermo duque de Aquitania”, en los que se le conceptúa como “Santo y Confesor”, “de la Orden de Ermitaños de San Agustín” (Barcelona, 1868). En éstos se le vincula también a la nobleza, “pues fuisteis duque Aquitano, de Poitiers conde y señor”, describiéndole como “De estatura agigantado”, equiparando su físico a su depravación moral, en tanto “monstruo en vicios fecundo, incestuoso y obstinando, de obispos perseguidor”. No obstante su perversión, el duque Guillermo fue convertido merced a san Bernardo, que le hizo ver su maldad. El transformado Guillermo se nos muestra “de hierro todo vestido, de cadenas constreñido”, así se presentó ante el Papa a pedir perdón por sus pasados pecados. El pontífice le mandó “Partir a Jerusalén”, donde fue recibido por “el Patriarca”, del que rechazó “todo regalo y honor”. En Jerusalén vivió varios años “En una cueva encerrado”, ignorado del mundo y de los suyos, “pero del cielo colmado de gozo superior”. De Palestina pasa a Santiago de Compostela, después a Italia, donde vivió “con gran rigor”. Estando allí sufrió varias tentaciones del Maligno, que le aterrorizó “con horribles visiones”, de las que no obstante salió victorioso, aunque “(le) dejó a golpes molido”, “mas de la Virgen curado/ fuisteis con materno amor”. Desde entonces fue tenido como maestro de ermitaños, pues muchos “profesaron/ de Agustín la religión:/ esta os mira con razón/ como á su reformador”. Viviendo siempre como penitente, el ermitaño Guillermo acabó su vida en Malavales, “donde os venera la gente/ con devoción muy cumplida;/ toda persona afligida halla en vos su protector” –no en vano se le tiene como patrón de los desconsolados-. Malavales/Maleval/Malevalles se halla en la provincia de Grosseto en la región de la Toscana, costa occidental de Italia, frente a la isla de Córcega (Francia).
Los gozos de Barcelona muestran el trayecto vital de san Guillermo, cual viaje de peregrinación (interior y exterior), pues la conversión le llevó de Aquitania a Roma para pedir perdón al Papa, éste le negó el perdón, mandándole ir a Jerusalén, donde fue recibido por el Patriarca. Tras años de penitencia en Tierra Santa marchó a Santiago de Compostela, y de allí a Italia, donde fue maestro de ermitaños: falleció en Maleval, donde la gente afligida le venera como su protector. Valga un inciso para decir que todos aquellos viajes en el siglo XII -me refiero a su realización- resultan sorprendentes, por no decir claramente increíbles. Aunque no imposibles, si pensamos que la monja galaico-romana Egeria/Aetheria ya peregrinó de Galicia a Tierra Santa en el siglo IV.[2]
A poco que
observemos con atención veremos que estamos diciendo de personas distintas... El relato de los
gozos de Barcelona se acompasa más con la vida de san Guillermo de Maleval, (a) el Grande
(+10 de febrero de 1157). En estos se dice de la conversión de Guillermo,
merced a san Bernardo [de Claraval (1090-1153)], dato que nos proporciona una valiosa referencia respecto a la existencia temporal de nuestro personaje. Por último,
vemos que uno de los “Guillermos” fallece en Castielfabib, donde es inhumado;
mientras que el otro fallece en Maleval (Italia). De ahí que deba tratarse de dos personas distintas..., ¡pues no resulta creíble que el
mismo personaje fallezca en dos lugares distintos! Por lo demás, el lapso
vital del primer protagonista resulta desconocido -aunque deducible, si lo vinculamos al último de los duques de Aquitania (Guillermo X el Tolosano (1099-1137)-; el del segundo Guillermo debió desarrollarse también en la primera mitad del siglo XII, pues fallece a
comienzos de la segunda parte de la centuria (1157).
En cuanto a
la pregunta: ¿Estuvo san Guillermo en Castielfabib?, cabe responder que
los primeros gozos comentados dicen que sí, en tanto los últimos nada indican
al respecto, sólo que falleció en Maleval... Por el dato cronológico expuesto,
sabemos que a mediados del siglo XII Castielfabib y la zona del pre-Rincón de
Ademuz se hallaba bajo control de los moros valencianos –estamos diciendo de
las segundas Taifas-: En Valencia y Murcia Muhammad
ibn Mardanis (1147-1172), alias Lobo, se hizo con el poder y consiguió resistir el avance de los
almohades hasta un año antes de su muerte (1171).[3]
La zona de Teruel fue conquistada por Alfonso II el Casto -la Carta de población turolense
comienza a desarrollarse a partir de 1177-, mientras que la zona del futuro
Rincón de Ademuz no se conquistó hasta 1210, en tiempo de Pedro II el
Católico.
Mapa de la Península Ibérica, con detalle de Al-Andalus y los reinos cristianos del norte (ca.1150). |
Todo lo cual
hace poco probable la estancia de san Guillermo en Castielfabib a mediados del
siglo XII, aunque no imposible. Pues la zona, aunque bajo poder musulmán, se
hallaba escasamente poblada, lo que podía favorecer la existencia de un pobre
anacoreta cristiano subsistiendo en una cabaña o cueva sita en las proximidades
de Castiel, que no sería más que un villorrio junto a un castillejo de
frontera. Como es sabido, sin embargo, ¡la falta de pruebas no es prueba de ausencia! Poco más puede extraerse del personaje Guillermo a través de los
Gozos. Es por ello que les propongo una aproximación sinóptica a la vida de
distintos personajes de nombre Guillermo, algunos de ellos con halo de santidad
y todos vinculados (por historia o tradición) al ducado de Aquitania [4]
-zona situada al suroeste de la
Francia medieval antiguamente conocida como Guyena,
siendo Burdeos su antigua capital-.[5]
Mapa en el que se detalla la "Expansión del Imperio Plantagenet" en Francia, con detalle del ducado de Aquitania (ca.1150). |
Detalle de la ubicación geográfica actual de la provincia de Aquitania en Francia [Tomado de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
Tabla
sinóptica para el estudio comparativo de varios santos de nombre Guillermo.
Guillermo I
de Tolosa
(a) el
Santo
|
Guillermo
IX de Aquitania
(a) el Trovador
[VII conde de Poitiers]
|
Guillermo
X de Aquitania
(a) el Tolosano
[VIII conde de
Poitiers]
|
Guillermo de Maleval
(a) el
Grande
|
Guillermo,
duque de Aquitania
y IX de Pictavia
|
|
Segmento vital
|
755-812
(57 años)
|
1071-1126
(55 años)
|
1099-1137
(38 años)
|
+1157
(Ermita de Malavalle, Castiglione Della
Pescaia-Toscana)
|
ca.1103-1157
(54 años)
|
Progenitores
|
Teodorico,
conde de Autun y de Aula o Alda.
|
Guillermo VIII de Aquitania (y VI de
Poitiers) y de su tercera esposa, Audéarde de Borgona
|
Guillermo el Trovador y Philippa de Tolosa (o Tolosana)
|
-
|
Guillermo,
VIII conde de Pictavia y duque
de Aquitania y Filipa Matilda Tolosana
|
Relaciones familiares
|
Nieto de Gaucelmo y de Carlos Martel (de
éste por parte materna), y por tanto primo de Carlomagno: que le encomendó el
condado de Tolosa. Creó el ducado de Aquitania (781). Padre de Bera, primer
conde de Barcelona.
|
De su matrimonio con Philippa de Tolosa
tuvo varios hijos:
-Inés
de Poitou (+ca.1159), esposa de Aimerico de Thouars y de Ramiro II el Monje, rey de Aragón.
-Guillermo
X de Poitiers (1099-1137) el
Tolosano, último duque de Aquitania.
-Raimundo
de Poitiers (ca.1115-1149), por su matrimonio con Constanza, Príncipe
consorte de Antioquia.
|
De su matrimonio con Leonor de
Châtellerault, tuvo varios hijos:
-Guillermo de Aquitania (+1130).
-Leonor
de Aquitania.
-Petronila
de Aquitania.
-Aigret
de Aquitania.
|
Según una tradición de la toscana: era
un caballero francés, de la familia ducal de Aquitania, descendiente de los
condes de Poitiers/Poitou. Llevó una vida inmoral en su juventud, razón por la que fue
excomulgado por Eugenio III (1145-1153), que no quiso concederle el perdón.
Convertido por san Bernardo de Claraval (1090-1153), emprendió viajes de
peregrinación: Compostela, Roma, Jerusalén.
|
De su matrimonio hubo dos
hijas:
-Eleonora, casada en
1137 con Luis VII el Joven (1120-1180) y más tarde (1152) con Enrico
de Normandía, después Enrique II (1154-89) de Inglaterra, y
-Petronila.
|
Hechos
|
Tutor de Ludovico Pío: Luis el Piadoso (778-840). Colaboró en la
conquista de Gerona (785).
|
Participó en la Primera Cruzada,
tras la caída de Jerusalén (1101-1102). Sostuvo guerras contra los condes de
Tolosa. Excomulgado dos veces: por abandonar a su esposa y por arrebatarle la
mujer a un vasallo.
Combatió junto a su concuñado Alfonso I el Batallador en incursiones sobre Valencia (1120-23).
Fue el primero de los trovadores
provenzales de los que se tiene noticia. Alardeaba de sus proezas sexuales,
autodenominado “trichador de dòmnas”.
|
Aliado de Godofredo el Bello contra Normandía.
Apoyó al antipapa Anacleto II (1130-38),
frente a Inocencio II (1130-1143), hasta su entrevista con san Bernardo de
Claraval (1134).
Pidió al rey de Francia Luis VI el Gordo que consintiera en el
matrimonio entre su heredero Ludovico (Luis VII el Joven) y su hija Leonor de Aquitania: el matrimonio se celebró
en 1137 y duró hasta 1152. Ese mismo año Leonor casó con Enrique II
Plantagenet, conde de Anjou y duque de Normandía, rey de Inglaterra desde
1154.
|
La primera etapa de su vida se mezcla
con la de Guillermo el Santo y con la de Guillermo el Tolosano.
Pudo ir a Jerusalén como peregrino y a
su regreso a Italia (ca.1153) marchó como anacoreta a la Toscana: primero a
un bosque cercano a Pisa, después a Monte Pruno y finalmente a Stabulum Rhodis, zona también conocida
como Maleval, territorio de Siena, obispado de Grosseto.
Los últimos años de su vida fueron como
anacoreta: ayuno, silencio y oración.
|
Apoyó al antipapa Anacleto II
(1130-38) hasta su conversación por Bernardo de Claraval (1090-1153).
Tras su conversión, hizo
testamento, encomendando sus hijas al rey de Francia y marchó a Compostela
como peregrino (1136), con la intención de morir para el mundo.
Fingiendo su muerte peregrinó
hasta Roma para pedir perdón al Papa Inocencio II (1130-1143): éste no creyó en
su arrepentimiento y le remitió a Jerusalén, para que le aconsejara el
Patriarca. En Jerusalén permaneció nueve años en una cueva como penitente.
Huyendo de sus deudos regresó a Italia, donde quedó ciego por haber vuelto a
las armas. Al recobrar la vista retornó a Tierra Santa. De nuevo regresó a
Italia, esta vez a Selva Livalia, donde tomó el hábito de san Agustín.
Estando en Monte Pruno luchó con el Demonio, quedando malherido: la Virgen curó sus heridas.
Después marchó a Castellón de Burriana (España), donde curó de calenturas a
una mujer, marchando luego a Stabulun
Rhodis: lugar identificado con Castielfabib.
|
Muerte:
Canonización/Beatificación
|
Al final de su vida se retiró al monasterio de Aniane (804),
del que salió (en 806) para fundar el monasterio de Gellone, de ahí que en
Francia se le conozca como Guillermo de Gellone.
Santo de la iglesia católica (1066).
|
Convertido en personaje de leyenda
(confundido con Guillermo de Gellone
el Santo y con san Guillermo de Maleval el Grande).
Se trata del famoso don Gaiferos de Mormaltán: Falleció en
Santiago de Compostela, tras su peregrinación.
|
Inspirador de la orden religiosa
“Eremitas de san Guillermo” (rama de los Eremitas de san Agustín), fundada
por su discípulo Alberto: Consuetudines
e Regula sancti Guillelmi
–basada en los cistercienses-.
Canonizado en 1202 por Inocencio III
(1198-1216), mediante la bula
Ex
litteris.
|
Muerte de san Guillermo en
Castielfabib (1157), asistido por su discípulo Alberto. Inocencio III
(1198-1216) le colocó en el Catálogo de los Santos. Gregorio X
(1227-41) mandó edificar en el mismo lugar del sepulcro del santo un templo.
San Guillermo consta con Oficio propio en los Breviarios de la Orden
Agustina.
|
Elaboración
propia (2014).
En
la búsqueda del santo de Castielfabib [san Guillermo de Aquitania] nos
encontramos con cinco protagonistas de este nombre, los tres primeros son
reales, no así el quinto que resulta un personaje mistificado o de ficción cuya vida se halla
compuesta con datos más o menos verídicos correspondientes a los anteriores. De
los “Guillermos” que se describen, sólo el primero [Guillermo el
Santo (755-812)] y el cuarto [Guillermo el Grande (+1157)] son
santos con base histórica reconocidos por la Iglesia católica:
El
primer Guillermo [Guillermo el Santo (755-812)], hijo de
Teodorico y de Aula/Alda, fue nieto de Gaucelmo por parte de padre y de Carlos
Martel por parte de madre, lo que le hace primo de Carlomagno (ca.742-814),
quien le encomendó el condado de Tolosa: Guillermo I de Tolosa. Fundador del
ducado de Aquitania y padre de Bera, primer conde de Barcelona (801-820).[6]
Fue preceptor de Ludovico Pío, segundo hijo de Carlomagno, que reinó como Luis el Piadoso (778-840). Al final de su
vida, el Santo se retiró al monasterio de Aniane (804), del que salió para fundar el monasterio de Gellone (806),[7]
de ahí que también se le nombre en Francia como Guillermo de Gellone.[8]
[No obstante, fue el noble franco Guillermo
I de Aquitania, llamado también Guillermo el Piadoso o Guillermo
de Auvernia (875-918), el primero que exhibió el título de duque de
Aquitania (893-918)].[9]
Detalle del ábside de la iglesia del monasterio de Gellone en Saint-Guilhem-de-Désert (Francia) [Tomada de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
El
segundo Guillermo [Guillermo el Trovador (1071-1126)] fue el IX duque de
Aquitania: de su matrimonio con Philippa de Tolosa hubo varios hijos: Inés
de Poitou, que en segundas nupcias casó con el rey Ramiro II el
Monje de Aragón (1134-1157), de cuyo matrimonio nació Petronela/Petronila I de
Aragón, esposa de Ramón Berenguer IV, padres ambos de Alfonso II el Casto.
Otro hijo del Trovador fue Guillermo el Tolosano, X duque de
Aquitania, último varón de la dinastía. El Trovador participó en la Primera Cruzada, tras la caída de Jerusalén, y combatió junto a su concuñado -Alfonso I el Batallador- en incursiones sobre Valencia (1120-23). [La vinculación de la casa de Aquitania con los reyes de Aragón viene, de una parte porque una hermana del Trovador -Inés de Aquitania- casó con Pedro I de Aragón (hermano de Alfonso el Batallador y de Ramiro el Monje); y de otra porque su hija citada -Inés de Poitou- casó en segundas nupcias con el nombrado Ramiro II]. Fue excomulgado en dos ocasiones por su vida
licenciosa: él mismo se denominaba “trichador de dómnas”, aludiendo a sus cualidades
seductoras, de las que se vanagloriaba.[10]
El tercer Guillermo [Guillermo el Tolosano (1099-1137)] fue el X duque de Aquitania, último varón de esta progenie: de su matrimonio con Leonor de Châtellerault hubo varios hijos, siendo el más notable Leonor de Aquitania (1122-1204), quien en primeras nupcias casó con el que sería Luis el Joven de Francia (1137) y más tarde con el futuro Enrique II de Inglaterra (1152): de su matrimonio con Enrique II Plantagenet tuvo varios hijos, entre los que destacan Ricardo I (a) Corazón de León y John (a) Juan sin Tierra. La extraordinaria película de Anthony Harvey -“El león en invierno” (1968)-, recrea momentos de la vida de estos personajes (en la Navidad del año 1183).[11] Durante el cisma, el Tolosano apoyó a Pietro Pierleoni [Anacleto II (1130-38)], frente a Gregorio Papareschi [Inocencio II (1130-1143)], ello hasta su entrevista con san Bernardo de Claraval (1090-1153) en el castillo de Parthenay (1134). Durante la baja Edad Media se convierte en personaje de leyenda, confundido en parte con Guillermo el Santo y con Guillermo el Grande.[12] En la actualidad se le relaciona con don Gaiferos de Mormaltán, protagonista del célebre romance medieval gallego, fallecido en Santiago de Compostela tras su peregrinación: “la tradición sitúa el fallecimiento de don Gaiferos en el Viernes Santo del año 1137 ante el altar mayor de la Catedral de Santiago”.[13]
Detalle de una miniatura de la época en la que se representa a "Guillermo X de Aquitania en su lecho de muerte", (a) el Tolosano (1099-1137) [Tomada de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
ROMANCE DE DON GAIFEROS DE MORMALTÁN
I onde vai aquil
romeiro, meu romeiro a donde irá,
camiño de Compostela,
non sei se alí chegará.
Os pés leva cheos de
sangue, xa non pode máis andar,
malpocado, probe
vello, non sei se alí chegará.
Ten longas e brancas
barbas, ollos de doce mirar,
ollos gazos leonados,
verdes como a auga do mar.
-I onde ides meu
romeiro, onde queredes chegar?
Camiño de Compostela
donde teño o meu fogar.
-Compostela é miña
terra, deixeina sete anos hai,
relucinte en sete
soles, brilante como un altar.
-Cóllase a min meu
velliño, vamos xuntos camiñar,
eu son trobeiro das
trobas da Virxe de Bonaval.
-I eu chámome don
Gaiferos, Gaiferos de Mormaltán,
se agora non teño
forzas, meu Santiago mas dará.
Chegaron a
Compostela, foron á Catedral,
Ai, desta maneira
falou Gaiferos de Mormaltán:
-Gracias meu señor
Santiago, aos vosos pés me tes xa,
si queres tirarme a
vida, pódesma señor tirar,
porque morrerei
contento nesta santa Catedral.
E o vello das brancas
barbas caíu tendido no chan,
Pechou os seus ollos
verdes, verdes como a auga do mar.
O bispo que esto oíu,
alí o mandou enterrar
E así morreu señores,
Gaiferos de Mormaltán.
Iste é un dos moito
miragres que Santiago Apóstol fai.
Tomado de Alfonso Hervella Courel. Romances populares gallegos recogidos de la tradición oral, Edición de Xosé Ramón Mariño e Carlos L. Bernardez, Nigratrea, 2011.
Miniatura de la época representando a Leonor de Aquitania (1122-1204) en la boda con el futuro rey de Francia Luis VII el Joven [Tomado de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
Detalle del monumento funerario de Leonor de Aquitania (1122-1204) y Enrique II de Inglaterra [Tomado de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
El cuarto
Guillermo [Guillermo el Grande (+1157)], también conocido como
Guillermo de Maleval. La primera parte de su vida es desconocida, aunque según
una tradición toscana, era un caballero francés, de la familia ducal de
Aquitania, descendiente de los condes de Poitou. Llevó una vida inmoral en su
juventud, razón por la que fue excomulgado por el Papa [Eugenio III
(1145-1153)], que no quiso concederle el perdón. Convertido por san Bernardo de
Claraval (1090-1153), emprendió varios viajes de peregrinación: Compostela,
Roma, Jerusalén. Pudo ir a Jerusalén como peregrino y a su regreso a Italia
(ca.1153) marchó como anacoreta a la
Toscana: primero a un bosque cercano a Pisa, después a Monte
Pruno y finalmente a Stabulum Rhodis,
zona también conocida como Maleval, territorio de Siena, obispado de Grosseto.
Los últimos años de su vida fueron como anacoreta: viviendo en ayuno, silencio
y oración.
Inspirador de la Orden
de los Guillermitas o Eremitas de San Guillermo, rama de la "Orden de los Eremitas de San
Agustín".[14] Los Guillermitas
eran originarios de Siena (Italia), al poco de su fundación sufrieron una gran
persecución, lo que provocó su dispersión por distintos lugares: Génova,
Francia, Aragón y Castilla. Sin vocación por el estudio, se dedicaban
básicamente a la agricultura, siendo los promotores del “regadío parcial”.[15]
Detalle de una talla en la que se representa a "Guillermo de Maleval", (a) el Grande (+1157), Buxheim (Alemania), s. XVIII [Tomada de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
El quinto
Guillermo [Guillermo de Aquitania
(ca.1103-1157)], hijo de Guillermo de Aquitania y de Filippa Matilda Tolosana.
Durante su juventud llevó una vida violenta y licenciosa, razón por la que fue
excomulgado: todo ello
le identificaría con el segundo Guillermo [Guillermo el Trovador
(1071-1126)]. De su matrimonio hubo dos hijas: Eleonora/Leonor/Alienor:
casada en 1137 con del futuro Luis VII el Joven (1120-1180) y más tarde
(1152) con Enrico de Normandía, después Enrique II (1154-89) de Inglaterra, y Petronila.
Apoyó al antipapa Anacleto II (1130-38) hasta su entrevista con Bernardo de
Claraval (1090-1153). Tras su conversión, hizo testamento (cardenal Baronio), encomendando sus
hijas al rey de Francia [Luis VI el Gordo (1081-1137)] y marchó a
Compostela como peregrino (1136), con la intención de morir para el mundo: todo ello le identificaría con
el tercer Guillermo [Guillermo el Tolosano (1099-1137)]. Fingiendo
su muerte (en Compostela), peregrinó hasta Roma, para pedir perdón al Papa
Inocencio II (1130-1143): éste no creyó en su arrepentimiento y le remitió a
Jerusalén, para que le aconsejara el Patriarca. En Jerusalén permaneció nueve
años en una choza o cueva, como penitente. Huyendo de sus deudos regresó a
Italia, donde quedó ciego por haber vuelto a las armas. Al recobrar la vista
retornó a Tierra Santa. De nuevo regresó a Italia, esta vez a Selva Livalia,
donde tomó el hábito de san Agustín. Estando en Monte Pruno luchó con el
Demonio, quedando malherido: la
Virgen curó sus heridas. Después marchó a Castellón de
Burriana (Valencia/España), donde curó de calenturas a una mujer, marchando
luego a Stabulun Rhodis: lugar
identificado por fray Jaime Jordán (1704) con el Valle de los Rodenos en Castielfabib. Muerte de san
Guillermo en Castielfabib (1157), asistido por su discípulo Alberto. Inocencio
III (1196-1216) le colocó en el Catálogo de los Santos. Gregorio X
(1227-41) mandó edificar en el mismo lugar del sepulcro del santo un templo.
San Guillermo consta con Oficio propio en los Breviarios de la Orden Agustina: todo ello le identificaría con
el cuarto Guillermo [Guillermo el Grande (+1157)], con el
que incluso comparte el año de su fallecimiento y onomástica: 10 de febrero (vetus ordo).[16]
Entonces,
¿quién es nuestro san Guillermo?, ¿con cuál de ellos nos quedamos? Según vemos,
el san Guillermo de la devoción castielfabiense responde al quinto Guillermo [Guillermo de Aquitania (ca.1103-1157)],
que resulta ser un “constructo” hagiográfico barroco, de comienzos del siglo
XVIII (fray Jaime Jordán, 1704), es decir, un modelo literario de vida cristiana
propuesto para estimular la piedad de los fieles. Pues ejemplifica el
arrepentimiento y la conversión después de una vida violenta y licenciosa, que
llega a la santidad por la mortificación corporal y el consuelo a los demás:
- <[...] le vistieron [a san Guillermo] la loriga de hierro à raìz de la carne, apretandosela fuertemente con diez cadenas, que le ceñian todo el cuerpo, y remachando los cabos de ellas de manera, que aunque quisiesse no se las pudiesse quitar en toda su vida. Sobre la loriga le pusieron un asperissimo cilicio, que tambien le cubria todo el cuerpo, de suerte, que las puntas de este entravan por las mallas del arnès, y le penetravan el cuerpo, causandole intolerable tormento. Sobre la cabeça le pusieron tambien el yelmo, ò celada con tal artificio, que no se la pudiesse quitar: y armado con estas armas se despidiò de su Maestro, y se fue à pelear con el mundo, demonio, y carne>.
Para la mente postmoderna, la mortificación corporal, el flagelo y el cilicio pueden resultar incomprensibles, no así para una mentalidad basada en la resignación y la renuncia. Me pregunto si Dios Nuestro Señor se complacería con la decisión del penitente Guillermo, y me respondo que no, pues ningún padre gozaría con el sufrimiento de sus hijos. ¿Qué sentido tiene el suplicio del cuerpo, incluso el rechazo de los sencillos placeres de la vida? Es probable, sin embargo, que los místicos y teólogos tengan alguna respuesta… Porque la vida de san Guillermo de Aquitania, como la misma religión cristiana, no debe entenderse como un sistema o método de vida, sino como una historia o camino de salvación, hasta el punto de constituir un paradigma evangélico: "Si quieres venir en pos de mí, toma tu cruz y sígueme" (Mt 16:21-27). Eso y no otra cosa representa la peripecia vital del santo aquitano, la renuncia de sí mismo y la entrega al prójimo por amor de Dios.
Vida
de san Guillermo de Aquitania, según la versión de fray Jaime Jordán (1704).
Historia de la provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada Orden de los
Ermitaños de Nuestro Gran Padre San Agustín (Jaime Jordán, 1704).
Capítulo XX
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De la Vida
de San Guillermo (ca.1103-1157), Duque de Aquitania, Confesor de la Orden de los Ermitaños de
Nuestro Padre San Agustín.
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PÁRRAFOS
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I
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De la patria, nacimiento, y mocedad del príncipe Guillermo: como se
casó, y tuvo una hija, de quien descienden los reyes de España.
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1-4
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II
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Como el duque Guillermo fomentó el cisma del antipapa Anacleto II (1130-38), quitó los
obispos de sus sillas, robó las iglesias, y otros males que hizo.
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1-3
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III
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Como san Bernardo [de Claraval (1090-1153)] dijo Misa,
y tomando la Hostia
consagrada en las manos salió al Conde Guillermo, y le convirtió.
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1-5
|
IV
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Como el Duque Guillermo se fue a la soledad a comunicar con un devoto
ermitaño, y la penitencia que le aconsejó.
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1-4
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V
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Vuelve San Guillermo a su casa, vende cuanto tiene, y hace su
testamento: va en peregrinación a Santiago de Galicia, y allí se finge
difunto, para vivir del todo muerto al mundo.
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1-4
|
VI
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Como San Guillermo fue a Italia a pedir perdón al Papa [Inocencio II (1130-1143)], y de allí a Jerusalén, donde hizo nueve años
increíble penitencia.
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1-4
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VII
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Como Guillermo por huir de sus deudos dejó a Jerusalén, y se fue a
Italia, donde cegó por haber vuelto a las armas, y recobrada la vista se
volvió a Palestina, y de allí a una áspera soledad.
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1-3
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VIII
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Como san Guillermo se volvió a Italia, a Selva Livalia, y tomó el
hábito de nuestro padre san Agustín, y propagó nuestra sagrada religión
|
1-5
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IX
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De una singular batalla que tuvo san Guillermo con los Demonios en
Monte Pruno, y como la
Virgen Santísima, acompañada de dos santas vírgenes, vino a
curarle las heridas.
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1-4
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X
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Como san Guillermo curó de calentura a una mujer en Castellón de
Burriana, y por huir el aplauso se fue a un valle llamado Stabulum Rhodis.
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1-2
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XI
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Refiérense las admirables virtudes, en que resplandeció san Guillermo
y celestiales doctrinas que daba a sus Religiosos.
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1-4
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XII
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Como san Guillermo curó a tres doncellas de calentura, conservó una
lámpara, que se cayó, entera, y del don de profecía que tuvo.
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1-4
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XIII
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De la muerte gloriosa de san Guillermo (10 de
febrero de 1157), su sepultura, milagros, y canonización [por Inocencio III (1198-1216)].
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1-5
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Elaboración propia
(2014). Tomado de JORDÁN (1704). Nota: los datos en rojo no aparecen en la obra, son añadidos del autor.
Relación cronológica de efemérides vinculadas a la hagiografía de san
Guillermo de Aquitania (Jaime Jordán, 1704).
1103
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-Fecha
aproximada de nacimiento de Guillermo: tenía 27 años cuando fallecieron sus
padres, siendo por este tiempo cuando se produjo el XXIIIº Cisma de la Iglesia Católica,
a la muerte del Papa Honorio II (1124-30).
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1130
|
-El
joven Guillermo, ya Duque de Aquitania, toma partido por el Antipapa Pietro Pierleoni [Anacleto II (1130-38)], frente a Gregorio Papareschi [Inocencio II (1130-43)].
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1136
|
-Hace
testamento de sus bienes (Cardenal Baronio), dejando a cada hija [Eleonor y Petronila]
lo que le correspondía a cada una.
-Primera
peregrinación a Santiago de Galicia (España), cuando se hallaba en la
treintena de su vida.
-Peregrinación
a Roma, para ver al Papa Inocencio II (1130-43),
que le manda ir Jerusalén para recibir consejo del Patriarca.
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1136-45
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-Peregrinación
a Jerusalén (Palestina), donde vive durante nueve años, en la choza que el
Patriarca le mandó construir en el patio de su casa.
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1145-53
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-Vuelve
a Europa, con la intención de pedir la bendición del Papa Eugenio III (1145-53), que reside en Francia. Vuelve a Jerusalén,
y tras un tiempo como anacoreta, inicia segunda peregrinación a Santiago de
Galicia (España), desde donde marchó a la Selva
Livalia (Italia).
|
1150
|
-Toma
el Hábito de San Agustín, en el Monasterio de Santa María de Lupo-Cavo,
obispado de Luca (Italia). Allí funda su primer convento-hospital, naciendo la Congregación de los Ermitaños Guillermitas, que
fue una reforma de la Orden
de San Agustín, persistiendo como tal hasta la reforma de Alejandro IV (1254-61), fecha en que la unió a la de los Ermitaños de San Agustín (1256).
-En
este tiempo fundó otro convento en Monte
Pruno, teniendo ya por discípulo a san Alberto. Desde allí volvió de
nuevo al primer convento, para marchar seguidamente al reino de Valencia
(España).
|
1155
|
-Arribado
a Castellón de Burriana (Valencia), funda nuevo convento, para marchar
después al Valle los Rodenos [Stabulum Rhodis], en Castielfabib
(Valencia), donde continúa viviendo como ermitaño, junto a Alberto, y
Reynaldo, que aparece por el Lugar poco antes de la muerte de Guillermo.
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1157,
febrero 10 |
-Muerte
del ermitaño Guillermo en Castielfabib (Valencia).
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1202,
mayo 8 |
-Inocencio
III (1196-1216) le colocó en el Catálogo
de los Santos.
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1227
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-Gregorio
X (1227-41) mandó edificar en el mismo lugar del sepulcro de san Guillermo un
magnífico templo.
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1400
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-San
Guillermo consta con Oficio propio en los Breviarios
de la Orden Agustina.
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Elaboración propia (2014).
Tomado de JORDAN (1704). Nota: los datos en rojo no aparecen en la obra, son añadidos del autor.
Para la composición hagiográfica de san Guillermo fray Jaime Jordán (1704) toma elementos de la vida de Guillermo X de Aquitania, personaje histórico, último varón de este título, el cual tiene su vertiente mítica en el poema medieval gallego que dice de don Gaiferos de Mormaltan: fallecido ante el altar mayor de la catedral compostelana después de su peregrinación. Guillermo el Tolosano tuvo varios hijos, entre los que destaca Leonor de Aquitania, casada con el que sería Luis VII el Joven de Francia y después con Enrique de Plantagenet, futuro Enrique II de Inglaterra.
Mapa de la Península Italiana, con detalle de la situación de Maleval en la Toscana [Tomado de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
Mapa de la Comunidad Valenciana (España), con detalle de la comarca del Rincón de Ademuz, en rojo, donde se halla Castielfabib (Valencia) [Tomado de Wikipedia, La enciclopedia libre]. |
Continúa después la vida del personaje con datos tomados de san Guillermo de Maleval, también conocido como el Grande, inspirador de la Orden de los Guillermitas, rama de los Ermitaños de san Agustín. El de Maleval posee también una vertiente mítica que afecta a su juventud, pues tras una vida inmoral de disipación se convirtió y peregrinó a los lugares santos de la cristiandad (Santiago, Roma, Jerusalén), acabando su vida como anacoreta en silencio, ayuno y oración, y falleciendo en Maleval (Italia) –el 10 de febrero de 1157-; pero fray Jaime Jordán da un paso más y lleva a nuestro santo de Aquitania hasta Castellón de Burriana, en el reino moro de Valencia, y de allí a Stabulum Rhodis, lugar que asimila con el Valle de los Rodenos en Castielfabib (Rincón de Ademuz-Valencia), haciéndole fallecer en la misma fecha que Guillermo el Grande.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
[7] Cf. Wikipedia, voz Abadía de Saint-Guilhem-le-Désert.
[10] Cf. Wikipedia, voz Guillermo de Poitiers.
[11]«Año 1183. El rey de Inglaterra Enrique II
Plantagenet reúne a toda su familia para pasar las Navidades y decidir quién le
sucederá en el trono. Manda llamar a su esposa, la maquiavélica Leonor de
Aquitania, a quien mantiene encerrada en una torre después de haberla
repudiado, y también a sus tres hijos: el taimado Geoffrey, el insignificante
John (Juan sin Tierra) y el colérico Richard (Ricardo I Corazón de León).
Conviene tener en cuenta que, algunos años antes (1173-1174), los tres,
incitados por su ambiciosa madre, se habían sublevado contra su padre». Vid El león en invierno, en Portal de Cine: Filmaffinity.
[13] Un estudio revela la verdadera personalidad de don
Gaiferos: Es obra del fallecido Conde de Quirós, con introducción y apéndices
de Luis y Eris Cochón //Certifica que se trataba del X Duque de Aquitania, en http://www.elcorreogallego.es/santiago/ecg/un-estudio-revela-autentica-personalidad-don-gaiferos/idEdicion-2010-07-13/idNoticia-568404/.
[16] JORDAN, Jaime. Historia de la Provincia de la Corona de Aragón de la Sagrada orden de los
ermitaños de nuestro gran padre san Agustín, compuesta de quatro Reynos,
Valencia, Aragón, Cataluña y las Islas de Mallorca y Menorca; y dividida en
quatro partes, Valencia, 1704, parte primera [contiene las fundaciones
de los conventos de religiosos, y religiosas del Reyno de Valencia: y las Vidas
de sus insignes hijos en santidad, letras, y dignidades], capítulo XX.
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