Conversación con un profesor de antropología
devenido en
responsable de un geriátrico.
responsable de un geriátrico.
“...
prefiero una hora diaria de dedicación con amor
que no veinticuatro con
sacrificio:
Lo primero
ayuda a crecer, realiza a la persona, son sonrisas;
lo segundo
destruye, achica a la persona, son lágrimas...”
-del
contenido de la entrevista-.
Palabras
previas, a modo de introducción.
Sin temor a equivocarnos podríamos decir que
nunca antes en la historia de la humanidad se ha vivido tanto, ni ha habido
tantas personas ancianas como en la actualidad -el 18,1% de la población
española sobrepasa los 65 años (2014)-.[1]
Ello se debe, básicamente, al incremento de los cuidados higiénico-sanitarios,
a una mejor alimentación y al estado del bienestar, en su conjunto.
Paralelo al desarrollo social y económico se
ha producido también un cambio en los hábitos y costumbres, a la vez que una
evolución en la concepción de la familia, que de extensiva –aquella en la que
convivían miembros de varias generaciones, especialmente en el ámbito rural- se
ha convertido en nuclear –formada por los padres y uno o más hijos,
singularmente en el entorno ciudadano-.
En la sociedad
donde predominaba la familia extensiva, el cuidado de los padres ancianos y de
los abuelos corría a cargo de la propia familia, pero en la de preponderancia
nuclear, por exigencias laborales los hijos han tenido que salir del hogar
familiar, incluso emigrar a lugares más o menos lejanos. En este último caso la
solución del cuidado de los ancianos que ya no podían vivir solos era quedarse
con uno de los hijos o “ponerlos a meses”, en este caso iban rotando por las
casas de los hijos e hijas, yendo del pueblo a las ciudades, incluso a
distintas localidades a lo largo del año.
La solución de
quedarse con uno de los hijos o “ir a meses” puede ser viable en algunos casos,
aunque cada vez se cuestiona más, especialmente cuando los años van pasando y la
senectud implica dependencia. En estos casos las familias deben contratar los
servicios de terceras personas para cuidar de sus ancianos, lo que suele suponer
una carga onerosa para las familias trabajadoras, y no sólo por cuestiones
económicas, también por el escaso espacio físico de que disponen y el agotamiento del cuidador
principal.
Muchos estarán de
acuerdo conmigo, sin embargo, en que lo mejor para las personas mayores es
estar en sus casas mientras sea posible –allí conocemos todos los tientos, allí
se hallan nuestros objetos y recuerdos de toda una vida-: puede estarse en
compañía de otros ancianos o solos, pero teniendo siempre la ayuda de
cuidadores. Mas llega un momento en que
la necesidad de cuidados permanentes sobrepasa las posibilidades de atención
familiar o individual, es entonces cuando hay que pensar en la
institucionalización, en una residencia, centro geriátrico o como se le quiera
llamar, refiriéndonos a un lugar donde se ofrezcan cuidados integrales a los
personas ancianas. Estos lugares poco o nada tienen que ver con los antiguos
asilos, en los que la base de la asistencia era la caridad...
Es en este contexto
en el que se plantea la entrevista de hoy, en la que mi invitado es don Francisco
Javier Edo Ausach (Barcelona, 1951), director de la Residencia de
Ancianos de Ademuz, Valencia.
Don Francisco Javier Edo Ausach (Barcelona, 1951), en su despacho de la "Residencia de Ancianos de Ademuz", durante la entrevista (2016). |
Contenido
de la entrevista.
En honor a la verdad, la entrevista con el
director de la Residencia de Ancianos de Ademuz me fue sugerida; reconozco que
no le tenía en mi lista de posibles entrevistados. Agradezco doblemente la
sugerencia: de una parte, porque me pareció buena idea; y de otra, porque estoy
convencido de que era necesaria. El acuerdo para realizarla lo tomamos por
teléfono. Llamé al director y tras presentarme le planteé la cuestión, él
aceptó encantado: Será un honor –me dijo-. Le contesté que el honor sería mío.
Finalmente acordamos que sería mutuo –y quedamos para charlar una tarde de
principios de mayo-. Cuando llegué a la Residencia el cielo estaba cubierto de
nubes oscuras, al bajar del coche comenzó a llover. El momento coincidió con la
salida de los niños del colegio, con el trasiego de las mamás yendo a recoger a
sus hijos, pues la Residencia se encuentra junto al IES local. Todavía me dio
tiempo, sin embargo, de hacer alguna fotografía del edificio, desde la parte
del Boilgues. Al llamar a la puerta me abrió el propio Director, sin duda me
estaba esperando. Tras los saludos de rigor me hizo pasar a su despacho, un
lugar de trabajo amplio y bien iluminado, y me ofreció café. Nos sentamos en
una amplia mesa circular, y tras acordar tutearnos la conversación fue del
tenor siguiente:
-- Javier,
comencemos por el principio, ¿qué puedes decirme de tu vida, lugar de
nacimiento, familia...?
- Bien, mi nombre completo es Javier Edo Ausach, soy natural de Barcelona, nací en 1951, este año cumpliré los 65 años y en diciembre me tocará jubilarme... Mi padre, ya fallecido, era natural de La Fresneda, comarca del Matarraña, Teruel y mi madre de Tortosa, en el Bajo Ebro, Tarragona. Prácticamente toda mi vida he estado en Barcelona, aunque a los treinta y nueve años, por motivos profesionales me desplacé a Valencia, donde he sido profesor en la Universidad... Si, fuimos varios de familia –cuatro hermanos y una hermana- uno ya fallecido, yo soy el menor. Nací y me crié en el barrio de Gracia, cuando me casé viví en distintos lugares, donde más tiempo en el Eixample, sí, en el distrito del Ensanche... De niño fui a una Academia que había cerca de casa –la Academia Lloret-, porque los colegios públicos eran duros, en el sentido de que la ratio de alumnos era muy alta, los presupuestos pedagógicos franquistas, claro, lo propio de la época... Y el colegio público me quedaba muy lejos de casa, ese fue el principal motivo de que me cambiaran a la Academia privada que te digo. Tengo muy buenos recuerdos de aquella época, empecé la escuela a los siete años... Yo era muy estudioso, todavía lo soy, me gusta mucho leer, desarrollar mi capacidad intelectual, me atraen muchos ámbitos de interés cultural... No, en mi familia no había especial interés por la cultura y el saber en general, yo he sido el primer Diplomado Universitario de mi familia... Mi padre era autodidacta, una persona con un profundo conocimiento de la vida; pero como en su tiempo -desgraciadamente- hacían falta medios y condiciones para estudiar, no puedo hacerlo... No, mi madre tampoco pudo estudiar. Es por ello que para mí ha sido un orgullo poder estudiar, aunque me ha supuesto también un gran esfuerzo... Y mientras pueda siempre tendré un libro como compañero de lectura..., porque soy persona abierta al conocimiento.
Respecto a la
educación secundaria y comienzos de la vida laboral, comenta:
- En la Academia donde te decía que estuve se podía estudiar también el Bachillerato, hasta cuarto curso, aunque nos examinábamos como alumnos libres en el Instituto Auxías March, que estaba por Pedralbes... No, nunca tuve problemas con el estudio, siempre he sido muy buen estudiante. A partir de los catorce años, como muchos compañeros de entonces empecé a trabajar, claro, hacía compatible el trabajo con el estudio, o viceversa. Mi primer trabajo fue como botones, después auxiliar administrativo en el Banco Vitalicio, Compañía de Seguros y Reaseguros: Este trabajo me resultó un poco aburrido... De allí pasé a trabajar en una empresa muy interesante, dedicada a la prospección de mercados y a la exportación. La empresa se llamaba The Associated Merchandising Corporation (AMC), una compañía americana con sede en Nueva York... Para mí, lo interesante de esta multinacional era que me enseñaban inglés. Claro, yo había estudiado francés como idioma extranjero en el Bachillerato, lo habitual entonces. Pero ya en aquella época se veía que el francés era insuficiente, por eso me resultó tan interesante estudiar inglés, porque abría más mundo. En esta empresa estuve dos años... En cierta ocasión, unos compañeros de una Universidad inglesa me dijeron: Mire, hablando inglés tiene usted acento de Chicago... –la cosa tenía su explicación, porque mi profesor de inglés en aquella empresa era de aquella ciudad americana-. Claro, para mí fue un piropo que me echaron.... En Europa puedes encontrarte también con gente que habla español con acento de Argentina..., porque lo han aprendido con un argentino. Posteriormente trabajé en una empresa llamada “Piensos Hens”, absorbida después por una multinacional norteamericana denominada Cargill Company, una de las más importantes del mundo en su campo. Quizá poco conocida (en España), pero muy importante en los Estados Unidos, cotiza en bolsa... El dueño de la empresa, señor McMillan Cargill, de Minneapolis, estado de Minnesota, aparece siempre como una de las personas más ricas del mundo... En esta empresa yo era responsable de una división, la dedicada a la actividad porcina: Allí estuve trabajando diecisiete años, y fue una experiencia bastante agradable... Estamos hablando de los años setenta y cinco hasta el noventa y tantos, cuando me marché a Valencia...
Don Francisco Javier Edo Ausach (Barcelona, 1951), en su despacho de la "Residencia de Ancianos de Ademuz", durante la entrevista (2016). |
-- Me has dicho de
tus estudios primarios y secundarios, así como del comienzo de tu vida laboral.
Háblame ahora de tu formación universitaria, de tu vida familiar y laboral
posterior..., si te parece.
- Bueno, en la Universidad de Barcelona estudié Económicas, Sociología y finalmente Antropología... Estos últimos estudios fueron los más vocacionales. De mi vida familiar puedo decirte que me casé en Barcelona, allí tengo una hija que es economista y abogado, claro ya es mayor e independiente. Básicamente vine a Valencia por motivos laborales. Aquí en Valencia tengo un hijo de dieciocho años, éste de mi segunda mujer... En una primera etapa, en Valencia estuve trabajando en la misma empresa que en Barcelona, porque la división en la que yo estaba se trasladó a Valencia, y aquí estuve trabajando varios años... Posteriormente dejé la empresa privada y fundé una Organización No Gubernamental (ONG) denominada Asociación valenciana de Ayuda al Refugiado, para dar respuesta a las necesidades de los menores emigrantes y solicitantes de asilo político... Esto fue por el año noventa y nueve. No, la Asociación ésta ya no existe, se la llevó la crisis, como a tantas otras cosas... La organización funcionaba con fondos públicos, a base de conciertos y convenios con la Administración, aunque también había una parte importante de trabajo para cooperación internacional. Pero como te digo, la crisis se la llevó... Simultáneamente he trabajado muchos años como profesor asociado en la Facultad de Sociología y Antropología de la Universidad de Valencia.
-- Háblame de esta
faceta tuya como profesor universitario, ¿qué es eso de la antropología, para
qué sirve este conocimiento, cuál era tu actividad en esta cátedra...?
- Esta facultad estaba antes en la de Económicas, después en Trabajo Social... La catedrática titular de Antropología en la Universidad de Valencia era Pepa Cucó. Mi labor era didáctica, la enseñanza de técnicas de investigación operativa, que es –digamos- una de las patas de la antropología, como la base del conocimiento antropológico para los estudiantes de trabajo social, básicamente. Aunque también he enseñando sociología, criminología y económicas. Sí, tengo un currículo amplio..., pero siempre he enseñado lo mismo. Me preguntabas por la Antropología, pues, esencialmente, esta rama del conocimiento se dedica al estudio del Otro. El Otro siempre es un desconocido que se explica a través de la cultura en la que se desarrolla... Octavio Paz dice que la Antropología tiene un pasado imperialista, a través de esta ciencia se conocían otros pueblos, otras culturas, y este conocimiento servía para dominarlos y explotarlos. Posteriormente, la Antropología cambia su manera de ser, de pensar, y se convierte en un instrumento para la defensa del Otro. Este cambio de paradigma –de estudiar para dominar- se convierte en una herramienta para conocer y defender. Muchos antropólogos en Brasil, Colombia, Bolivia, Perú... han sufrido prisión por este motivo, por la defensa que han hecho de los pueblos y culturas minoritarios. Claro, la Antropología ha hecho examen de conciencia para cambiar su forma de ver al Otro, y defenderlo de la ambición y la avaricia del mundo occidental... Esto sería la Antropología cultural, hay muchos tipos de Antropología... Porque la Antropología es la ciencia multidisciplinar por excelencia, que ha creado técnicas utilizadas después por otras ramas del saber. En cualquier equipo científico hay o debería haber un antropólogo formando parte del mismo. Hoy día, sin embargo, lo que marca la pauta en esta ciencia es la Antropología Social: Ciencia que estudia grupos minoritarios, por ejemplo la emigración... Sí, la idea clásica del antropólogo es la de un individuo en medio de una tribu de gente semidesnuda preguntándoles sobre sus costumbres, dioses, hábitos alimenticios... Esa imagen forma parte de la primera fase de la antropología y algo de la segunda, pero hoy ha cambiado, por esa reflexión que te decía ha hecho la ciencia... Entre otras cosas, porque ya no hay pueblos aborígenes desconocidos.
Cuando dice de
“Pepa Cucó” se refiere a Josepa Cucó Giner (1950-), catedrática de
Antropología Social de la Universidad de Valencia, Presidenta de la
Asociación Valenciana de Antropología.[2]
Se alude también a Octavio Paz, refiriéndose al escritor mexicano Octavio
Ireneo Paz y Lozano (1914-1998), escritor, poeta, ensayista y diplomático
mexicano, Premio Nobel de Literatura (1990), uno de los grandes poetas hispanos
del pasado siglo. Mi entrevistado sigue comentando:
- De esa época como docente en la Universidad, en la que pasé trece años, tengo muy buenos recuerdos... Sí, sintonizaba bien con los alumnos, mi trabajo consistía en enseñarles a pensar, a concebir una investigación con criterio científico, y cómo ponerla en práctica. Les llevaba de la mano para enseñarles, explicarles, lo que son las técnicas de investigación antropológicas... Hoy día esas técnicas propias de la Antropología están compartidas por otras ramas del saber, lo cual es bueno... Esta fase se acabó hace unos cinco años, cuando la ONG que fundé y dirigí se acabó: Para ser profesor asociado has de tener una actividad laboral fuera de la universidad... Lo que haces es aportar a las aulas el conocimiento que aprendes fuera a la Universidad. Aquella organización, conforme fue creciendo necesitó una dirección, y durante diez años yo fui su coordinador general. Llegado el momento tuve que replantearme mi futuro, digamos los últimos años de mi vida laboral. Entonces fue cuando me surgió esta oportunidad, y acepté la dirección de la Residencia de Ancianos de Ademuz...
Vista parcial (suroriental) de Ademuz (Valencia), con detalle de la "Residencia de Ancianos" en la parte inferior, desde el cerro de Horca (2016). |
Vista general (suroriental) de Ademuz (Valencia), con detalle de la "Residencia de Ancianos" en la parte inferior izquierda, desde el cerro de Horca (2016). |
-- Antes de seguir
adelante, ¿podrías explicarme cómo funciona habitualmente una Organización No
Gubernamental?
- Básicamente, una Organización No Gubernamental funciona desde la detección de unas necesidades no cubiertas por la Administración, y la propuesta de un modus operandi que permita dar respuesta a estas necesidades detectadas. Esto se hace con recursos propios –económicos, técnicos, materiales, humanos...-, y ajenos. La inmensa mayoría de las ONGs están dirigidas por una Asamblea de Socios, que es el órgano plenipotenciario, pero el día a día lo lleva la Junta de Gobierno que sale de aquella. Sí, las asambleas son absolutamente democráticas... Los socios de estas organizaciones pagan unas cuotas. También suele funcionar el voluntariado, de hecho en nuestra organización había un grupo de profesores voluntarios que veían que desde lo público no se daba respuesta a las necesidades de formación de aquel colectivo de menores; claro, eran personas a las que les gustaba el tema o se hallaban muy implicadas en él... Lo que hacía la Asociación Valenciana de Ayuda al Refugiado era dar respuesta formativa al grupo de menores solicitantes que no recibían esa formación por parte de la Administración. Tuvimos dos proyectos estrella. Uno de ellos fue el proyecto de “Pisos Tutelados”, muy exitosos para este grupo social en su proceso de enculturación... Sí, me refiero al conocimiento de la cultura de acogida de los refugiados o emigrantes que lo solicitaban. Visto el estado de las cosas, hicimos también un proyecto en los países de origen de los solicitantes, para evitar que los menores tuvieran que emigrar. Éste se denominó “Proyecto de Aprendices y Creación de Empresas”, y se desarrolló en Marruecos y en Mali. ¿Cómo se sabe si un proyecto es exitoso?, pues cuando el país donde se establece asume las funciones para las que ha sido creado... El Gobierno de ese país, viendo que funciona, lo asume como propio. Eso es lo que pasó y sigue pasando; entonces la ONG deja de funcionar como tal, aunque sigamos haciendo un trabajo se asesoramiento y de seguimiento durante un tiempo... Otro proyecto que me enorgullece fue el que establecimos para que las niñas nómadas de Marruecos pudieran ir al colegio, éste lo llevamos a cabo en colaboración con la Universidad de Valencia, con él logramos escolarizar a doscientas niñas en cinco años. En este tiempo logramos insertar laborablemente a más de tres mil menores... Sí, este proyecto lo llevamos a cabo exclusivamente en Marruecos. En realidad era muy sencillo de pensar –no tanto de llevar a cabo-; y siempre escuchando a los protagonistas. El mercado laboral en este país es fundamentalmente familiar, y allí hay muchos niños y niñas fuera de este mercado... Ello por el abandono de los padres, por los largos desplazamientos, y otros motivos. Lo que hacíamos era buscar un artesano, un empresario que contratara a los niños: Al artesano o empresario le dábamos una pequeña cantidad al mes por niño contratado, equivalente a unos veinte euros, y a cada niño o niña se le daba otros tantos euros para su manutención... Allí la Ley permite el trabajo de los menores a partir de los catorce años... Claro, con ese dinero podían vivir perfectamente, a la vez que aprendían un oficio: mecánico, ebanista, chapista, carpintería metálica, granjero, pastor... Nosotros controlábamos el desarrollo del proyecto a través de un expatriado que llamábamos, pero siempre había una contraparte, persona del país que era la encargada de buscar a los empresarios en la zona. Otro proyecto fue la creación de doce cooperativas, alguna de ellas todavía funciona, para lograr la integración laboral de aquellos aprendices formados con los empresarios que te comentaba. Sí, nuestro proyecto fue muy interesante, y enriquecedor. Pero todo parte de una necesidad, de escuchar al Otro y comprender qué necesita...
-- ¿Cómo fue pasar
de una actividad docente universitaria a la dirección de una Residencia de
Ancianos en Ademuz?
- Fue como te decía antes, cuando termina la existencia de la Asociación Valenciana de Ayuda al Refugiado termina también mi trabajo como docente en la Universidad, entonces comencé a plantearme mi vida laboral futura, de cara a la jubilación... Esto fue hace unos cinco años, cuando yo tenía sesenta. La empresa que gestionaba entonces la Residencia era GESTIÓ SOCIOSANITARIA AL MEDITARRANI, S.L. (GESMED). En este caso yo conocía a los directivos de la empresa, y me ofrecieron esta posibilidad. El modelo de gestión en la Comunidad Valenciana es público-privado: la propiedad de las instalaciones y la administración de los usuarios es pública, pero la gestión de la residencia es privada. Hay un sistema de adjudicación en el cual compiten las diferencias empresas para la gestión de las residencias públicas.
Respecto al origen
de la Residencia de Ancianos de Ademuz, comenta:
- Según tengo yo entendido, esta residencia tiene su origen en la voluntad de una señora de la localidad que puso a disposición de unas monjas los terrenos y el capital para la construcción de la Residencia. Pero las monjas renunciaron, y fue la Administración valenciana la que asumió el proyecto para dar respuesta a las necesidades del colectivo de personas mayores... No, hasta el momento en que asumí la dirección de esta Residencia no había tenido contacto con este tipo de centros... Tenía conocimientos teóricos y había gestionado otros centros, en Valencia y en el extranjero, pero nunca de ancianos. Antes de asumir la dirección de la Residencia ya conocía la existencia del Rincón de Ademuz, había venido un par de veces como turista...
Vista fronto-lateral derecha de la "Residencia de Ancianos de Ademuz" (2016). |
Vista fronto-lateral derecha de la "Residencia de Ancianos de Ademuz" (2016). |
-- ¿Qué diferencia
hay entre el asilo antiguo y una residencia de ancianos en la actualidad, cómo
ha evolucionado la mentalidad social en este sentido?
- El asilo antiguo tiene como base la buena voluntad, la caridad en la atención, generalmente por organizaciones religiosas... Pero en las sociedades del bienestar la mentalidad cambia, y empieza a desarrollarse la idea del derecho a la atención del anciano reconocida por la Constitución: Toda persona tiene derecho a tener unos cuidados dignos, en función de sus necesidades... El derecho a esta atención se cubre con los impuestos que todos pagamos, de forma que una parte de estos impuestos se dedica a la construcción de esta pata del estado del bienestar. Empiezan a producirse diferentes movimientos en este sentido, pudiendo diferenciarse tres épocas distintas: hacia finales de los setenta, principios de los ochenta comienzan a detectarse los lugares donde hacía falta construir estas residencias o centros de ancianos para atender estas necesidades. A finales de los ochenta, principios de los noventa se comienza a elaborar un modelo de actuación, con hincapié en los equipos y modelos de actuación necesarios para atender las necesidades de los ancianos. Porque en las residencias no puede trabajar cualquiera, los trabajadores deben tener una formación determinada, unos estudios que les permitan atender adecuadamente a estas personas. Es decir en esta segunda etapa se pone el énfasis en los equipos humanos y en los protocolos de actuación. Una tercera fase, primera década del siglo, años dos mil hasta la actualidad, en que se pone el acento en el usuario, en sus derechos... -lo que se conoce como atención centrada en el persona-. Éste es el enfoque actual en las Residencias de Ancianos, obviamente en este proceso evolutivo hay empresas más adelantadas que otras... En esta fase nos encontramos hoy, me refiero a la sociedad occidental. Todo ello, por supuesto, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada lugar -puntos de vista, costumbres...- recursos y posibilidades de cada país. Claro, todo este proceso tiene que ver con la integración del residente en su entorno... Porque en la actualidad se destaca mucho el cuidado de los residentes desde el punto de vista de sus derechos: En estas estamos...
-- Teniendo en
cuenta lo que me vienes contando, ¿cómo funciona o debería funcionar en la
práctica una residencia de ancianos?
- Una residencia de ancianos, nuestra residencia de Ademuz por ejemplo, funciona como un grupo de trabajo... Desde unos postulados técnicos adecuados da respuesta a las necesidades de la persona mayor, estas necesidades son de techo, alimentación, atención socio-sanitaria y en todo aquello que estas persona mayores no puede realizar por sí misma..., por causa de la edad, de una enfermedad u otras razones. Hago énfasis en el concepto enfermedad porque es la clave para definir quién entra primero en una residencia. Esto resulta especialmente sensible en lugares como el Rincón de Ademuz. Porque en este momento la demanda de residencia es muy superior a la oferta de plazas: Tenemos una lista de espera de más de veinticinco personas... Al presente disponemos de 42 plazas de usuario-residencial y 10 plazas de centro de día. Quien decide quién entra en cada momento en la residencia es la Administración... Y lo hace con un criterio de mayor necesidad, situación física y mental, economía y apoyo social. Hay un baremo que es la Resolución de Dependencia. Ésta define cuáles son las prioridades. Porque en estos casos hay que establecer un criterio coherente, lógico y racional que defina quién va primero... Una persona económicamente pudiente, que se pueda pagar una atención en casa o una residencia privada, irá después que alguien que no se la pueda pagar. Una persona que está mal por la edad o por la evolución de una enfermedad irá primero que otra que esté en mejores condiciones físicas o mentales. Este aspecto se lo reserva la Administración. En la residencia lo que hacemos es organizar la atención, siempre bajo supervisión de la Administración Autonómica. Porque la labor inspectora siempre está reservada a la Administración: ¿Se están haciendo las cosas bien en la residencia de Ademuz? Esta pregunta se la plantea la Administración, y es quien tiene la obligación de verificarlo. Una vez al año vienen a comprobar cómo funciona nuestro centro en todos los aspectos, lo curioso es que nunca nos dicen lo que hacemos bien, sólo si hay alguna deficiencia. No estaría de más que nos estimularan alabando lo que hacemos bien...
Tras una breve
pausa para hacer alguna fotografía a mi entrevistado, continúa diciendo:
- Es la Administración la que evalúa a las personas que demandan residencia... Pide información médica y social, ésta corre a cargo del médico de cabecera y de la trabajadora social. La residencia de Ademuz tiene la particularidad de ser especialmente sensible a la hora de aplicar el nuevo modelo de atención centrada en la persona -sin olvidar las instalaciones, los protocolos y formación de personal-, pues hay una cercanía entre los trabajadores y trabajadoras de la residencia y los usuarios: Cuando no son vecinos son amigos, parientes..., casi siempre conocidos. Esto es muy importante, porque da un plus de voluntad de atención, que se suma al plus de profesionalidad. Había lugares en que estaba mal visto que las hijas atendieran a sus padres en una residencia. Esto es un error, ya que la experiencia me demuestra que la cercanía entre los usuarios y los trabajadores es recomendable y enormemente positiva. Los protocolos de actuación sumados a la cercanía entre las personas resultan de gran utilidad para el correcto desarrollo de la función asistencial, y muy favorable en esto que te decía de la atención centrada en la persona. Esto forma parte del éxito de la residencia de Ademuz, que cada vez resulta más conocida y mejor aceptada entre la población... Mayoritariamente estamos hablando de usuarios del Rincón de Ademuz, de hecho sólo un cinco por ciento son de otros lugares. Hay que tener en cuenta que muchos de nuestros residentes son naturales de la zona, gente que emigró en su juventud y que ahora, en su jubilación retornan al pueblo. Este es un patrón bastante común entre las personas que han emigrado, que en el momento de su jubilación retornan y con el paso del tiempo deben ingresar en la residencia, porque lo requieren por sus condiciones de edad o familiares. Claro, porque estas personas acaban envejeciendo, enfermando, se quedan solas, tienen a los hijos lejos, en la ciudad y no pueden atenderles... Entonces es el momento de ingresar en la residencia. Mientras tanto, entre su vuelta al pueblo por la jubilación y el momento del ingreso han pasado quince o veinte años, se han arreglados las casas, han pagado impuestos, vivido aquí y colaborado en la economía local... Esto es así, hasta el punto de que una persona conocida me decía: En Ademuz sólo hay viejos y las personas que les cuidan... Por supuesto que hay otras personas y cabría matizar, pero vale como ejemplo para reconocer la importancia de la residencia y su función. En principio puede asustar que una población tenga tal porcentaje de personas mayores, pero se debe a este fenómeno de la doble emigración, los que emigraron de jóvenes que retornan en su jubilación, y que se suman a los que ya hay aquí. Pero en la longevidad de la gente de la zona intervienen factores genéticos, medioambientales y estilos de vida...
Don Francisco Javier Edo Ausach (Barcelona, 1951), en su despacho de la "Residencia de Ancianos de Ademuz", durante la entrevista (2016). |
Vista fronto-lateral izquierda de la "Residencia de Ancianos de Ademuz" (2004). |
-- Me decías antes
que una pequeña parte de los usuarios de la residencia son sólo de día, ¿cuál
es el perfil de estos beneficiarios?
- El perfil mayoritario de los usuarios del centro de día de esta residencia corresponde al de los que están bien: Aquellos que no obstante empiezan a verle al lobo las orejas de la vejez, la soledad, la enfermedad... Los que no están bien, sin embargo, tienen un gran apoyo familiar y se toman la residencia como respiro. La posible demanda del centro de día supera la que actualmente tenemos. Pero siempre es una convivencia difícil, porque las personas del centro de día tienen una mayor libertad, van a dormir a casa y utilizan la residencia como un hotel, fundamentalmente para comer..., y más ahora que es gratuito. No, no pagan nada por la comida, su importe lo abona la Administración con los impuestos de todos... No, esto no tiene nada que ver con la Ley de Dependencia. La persona, a través de los servicios sociales, puede solicitar el centro de día, y a partir de enero de este año no se paga nada. Los residentes sí que pagan a la residencia una parte de su pensión... El concepto de residente asistido y no asistido o dependiente es antiguo, para medir este concepto se utiliza hoy el Grado y el Nivel de dependencia, ésto según unos criterios establecidos, mediante los que el Equipo de Valoración declara al solicitante "Persona en situación de dependencia".
Respecto a los
criterios de valoración para establecer el Grado de Dependencia y el Nivel,
ver: Portal de la Dependencia: Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD).[3] Sigue
diciendo el entrevistado:
- Claro, una persona con el máximo Grado y Nivel de dependencia entra en la primera plaza vacante... En esta residencia tenemos usuarios de todos los Grados y Niveles, y si no fallecen antes, en general todos van avanzando hacia el máximo nivel de dependencia. Aunque en esta zona las personas suelen tener una salud de hierro..., dependiendo de un conjunto de factores. Aunque cada vez entran en la residencia usuarios con mayor nivel de dependencia, por lo que te decía que conservan buen estado de salud hasta edades avanzadas. Antiguamente, cuando la familia traía a sus ancianos se pensaba que era porque no les querían, para librarse de ellos, y que rehuían una obligación social... Hoy día esto ha cambiado, aunque todavía quedan personas con esta mentalidad. A estos les digo: Miren, nosotros no queremos separarles de sus familias, de su ambiente, de su sociedad..., pero podemos atenderles en todas sus necesidades. Estamos abiertos a que sus familiares vengan todos los días, siempre que lo deseen. Es más, prefiero una hora diaria de dedicación con amor que no veinticuatro con sacrificio: Lo primero ayuda a crecer, realiza a la persona, son sonrisas; lo segundo destruye, achica a la persona, son lágrimas...
-- ¿Cómo llevan los
nuevos usuarios su ingreso en la residencia, se integran pronto o tienen
problemas?
- El periodo de integración está establecido en cuarenta y cinco días..., pero aquí la integración tarda apenas una semana. La ventaja de esta residencia con respecto a otras en la gran ciudad es que aquí se conoce todo el mundo, los residentes entre sí y los trabajadores con los usuarios. Muchos se conocen de toda la vida, desde niños, de la escuela, de la mili, por haber sido vecinos, compañeros de trabajo... Además de que muchos son familiares entre sí... Esto les proporciona tema de conversación, participan de una misma o similar realidad. Aquí los mayores atractivos son comer y hablar... –cuestiones, por lo demás, propiamente humanas-. Claro, esto forma parte del entretenimiento... A los ancianos les denominamos habitualmente “persona usuaria” o “residente”, lo de “viejo” no ha lugar, y lo de “tercera edad” es un concepto extraño... Lo de persona mayor también me parece correcto, pero normalmente les llamamos por su nombre..., porque ya te digo que nos conocemos todos.
Vista frontal de la "Residencia de Ancianos de Ademuz", con detalle de la entrada (2016). |
Vista frontal de la "Residencia de Ancianos de Ademuz", con detalle de la entrada (2016). |
-- ¿Qué tipo de
personal laboral atiende la residencia, me refiero al tipo de profesionales que
participan en su funcionamiento?
- El perfil laboral del equipo asistencial es variado: médico, enfermeras, auxiliares..., limpiadoras, cocineras, además de sicóloga, fisioterapeuta, trabajadora social, terapeuta ocupacional y de tiempo libre..., personal de lavandería y mantenimiento... Las auxiliares de enfermería son básicas, son las que asean y movilizan a los usuarios más dependientes, sí, realizan múltiples funciones muy importantes en el cuidado de los residentes. Al igual que el personal de enfermería, que se encarga de los aspectos médico-sanitarios, aplicación de tratamientos y demás. En total hay treinta y nueve personas, veinticuatro horas sobre veinticuatro, lo que no significa que estén todos trabajando a la vez.... Sí, las urgencias médicas se atienden desde el centro de salud de la localidad, pero la primera urgencia se atiende aquí. Estamos hablando de la residencia en su conjunto, usuarios del centro de día incluidos. Si la urgencia se produce en el horario de trabajo del médico, es éste quien la atiende. Pero si la urgencia se produce fuera de su horario laboral, es el equipo de urgencias del centro de salud quien viene a ver al paciente. Y si el equipo de guardia valora que el paciente necesita ingresar, entonces se le deriva al servicio de urgencias del hospital general de Teruel, mediante ambulancia. Estamos hablando de la situación urgente normal... En el caso de los usuarios del centro de día, su médico de referencia no es el de la residencia, sino su médico de cabecera del centro de salud...
-- Tratando de ser
imparcial, ¿cómo ves tú a los usuarios de la residencia que diriges, los ves
contentos, detectas alguna insatisfacción o anomalía que pudiera corregirse o
mejorarse?
- Sinceramente, a los residentes y usuarios de la residencia los veo bien, satisfechos, contentos en la medida de lo posible, me refiero a sus circunstancias personales..., porque las situaciones individuales son variadas, a veces complejas. Por supuesto, siempre hay espacio para mejorar. Pero sí, en general los veo bien –nuestra mejor propaganda es el boca oreja-, aunque siempre hay cosas que se podrían perfeccionar, optimizar... Por ejemplo el centro de día, estimo que debería ampliarse, porque la demanda es grande y tiende a crecer, pero debiera instalarse en otro lugar distinto de la residencia. Además, los usuarios del centro de día deberían pagar algo, colaborando así en su sostenimiento, porque todo tiene un coste, y si las cosas nos las dan gratuitas tendemos a no valorarlas: Está demostrado que la gratuidad malacostumbra al usuario. Claro, estimo que no es correcto que no paguen nada... –esta es una opinión compartida entre los profesionales del sector, y yo me apunto a esta tendencia-. A la vez, sería bueno que se ampliara el servicio de día con más plazas, pero como te digo en otro lugar... Porque la zona, aunque tiende a despoblarse, incrementa la población anciana... Esto sería dar una respuesta adecuada a las necesidades de la población de Ademuz –y de la comarca en general-. Yo apoyaría la ampliación de este servicio, que por otra parte entra dentro de los compromisos de la nueva administración local...
-- Y ya para
terminar, ¿cuál es el mecanismo o la vía para iniciar un expediente de ingreso
en la Residencia de Ancianos de Ademuz?
- Bueno, como comentábamos antes, la iniciativa parte normalmente de la familia, el expediente se inicia con el informe del médico de cabecera y el de la trabajadora social, éstos son requisitos indispensables para que la administración valore la situación del demandante, su Grado y Nivel de dependencia, de cara a obtener una Resolución de Dependencia. Una vez reconocida ésta, se le notifica al solicitante, para que manifieste si acepta o no la plaza. Si la acepta, el usuario ingresa en la residencia. Los nuevos residentes suelen venir acompañados por sus familiares. El momento del ingreso es muy importante, puede ser traumático, y requiere una acogida especial por parte del centro... Pero ya te digo, como aquí se encuentran con muchas personas conocidas, el momento se suaviza, restándole dramatismo...
Estábamos
concluyendo la conversación cuando dieron unos fuertes golpes en la puerta
del despacho del director. La entrada posee vidrieras de cristal y a su través
percibí una figura femenina. El director abrió la puerta y apareció una
residente muy compungida, y otra detrás, en un carrito de ruedas, llorando. Parece
que había tenido lugar una disputa entre ellas, siendo ésta la razón de su
excitación. El director las invitó a pasar al despacho para resolver el
altercado. Yo aproveché para dar una vuelta por el centro. En la sala de estar,
donde la televisión, encontré a varios usuarios, entre ellos a Paco Provencio
-me refiero al señor Francisco Provencio Garrido-,[4]
de Torrealta, que hace un mes ingresó como residente fijo. Anteriormente había
estado unos meses como beneficiario del centro de día. No pude por menos que
emocionarme al ver la alegría que demostró al verme. Estuvimos charlando un
momento, enseguida vino a buscarme el director, una vez resuelto el incidente:
Estos son los pequeños percances de la vida diaria en la residencia –dijo-,
efectos inevitables de la convivencia entre personas...
Don Francisco Javier Edo Ausach (Barcelona, 1951), en su despacho de la "Residencia de Ancianos de Ademuz", durante la entrevista (2016). |
Palabras
finales, a modo de conclusión.
La conversación
mantenida con don Francisco Javier Edo Ausach nos ha permitido conocer a
grandes rasgos parte de su biografía: nacido en Barcelona en los primeros
cincuenta, vecino del barrio de Gracia y del Ensanche, casado y con dos hijos
–una hija mayor de su primera mujer y un chico joven de la segunda-. De joven
ejerció varios trabajos, a la vez que estudiaba. Poseedor de formación
universitaria, ha ejercido profesionalmente en distintas empresas
internacionales. Trasladado a Valencia fundó una ONG –Asociación Valenciana
de Ayuda al Refugiado-, a la vez que actuaba como profesor de Antropología
en la Universidad Literaria de Valencia, siendo catedrática
del Departament de Sociologia i Antropologia Social, Pepa Cucó.
Ha participado en diversos proyectos de desarrollo en Marruecos y Mali.
Concluida esa etapa se halla actualmente dirigiendo la Residencia de Ancianos
de Ademuz, a la espera de su próxima jubilación.
Por la prensa
valenciana sabemos también que fue vicepresidente de la Fundación Cívica Mundo
21,[5]
y ex director de la Oficina de ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados).[6]
A la vez que consejero de la Fundación Bancaja, Patronato de Carácter Especial
de la Comunitat Valenciana, siendo presidente don Rafael Alcón.[7]
Más allá de una
primera impresión, resulta arriesgado manifestar una opinión respecto de alguien a quien apenas conocemos; mas tengo la sensación de haber estado
hablando con una persona seria, amable, educada, comprometida en su quehacer.
La forma en que aceptó mi invitación para la entrevista, en que me recibió y
cómo se preocupó en atender el pequeño conflicto planteado entre aquellas dos usuarias
al final de la entrevista, lo dice todo a su favor.
Su forma de
afrontar la propia terminología resulta asimismo favorable, pues rechaza
expresiones como “viejo”, que no ha lugar, y “tercera edad”, por inconcreto,
prefiriendo términos más considerados como “personas mayores” y “ancianos” para
referirse a los usuarios de la residencia, locuciones en honda consonancia con
el saber antropológico, hasta el punto que para conocer al Otro lo primero es
respetarle.
Obviamente, me
hubiera gustado hacerle muchas más preguntas, y no sólo referentes a la Residencia, pues es persona abierta y buen conversador. En cualquier caso, agradezco
sus palabras, en la confianza de que servirán al propósito que se pretende: dar
a conocer ciertos aspectos del centro que dirige, desmitificando el halo
trágico y reservado con el que a veces se envuelven los lugares donde moran nuestros
ancianos -allí probablemente acabaremos residiendo nosotros, llegado el momento-.
Vale.
© Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
[1]
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE): Datos del Padrón Continuo (Consultada el 05 de mayo de 2016)
[2]
ASSOCIACIÓ VALENCIANA D´ANTROPOLOGÍA: Presidenta d'Honor: Josepa Cucó Giner: <Catedràtica
d’Antropologia Social de la Universitat de València, ha desenvolupat al llarg
de la seua carrera acadèmica distintes línies d’investigació entre les que
destaquen quatre camps preferents: el camperolat i la societat tradicional
valenciana; l'amistat, els grups informals i l'associacionisme; la vida
política i les transformacions de l’esquerra revolucionària; i els processos
urbans. En els esmentats àmbits de recerca, ha treballat en solitari o en
col•laboració amb altres col•legues, dirigit projectes i tesis doctorals,
participat en congresos i impartit seminaris i cursos especialitzats en
universitats espanyoles, europees i latinoamericanes> (Consultada el 10 de mayo de 2016)
[3]
Portal de la Dependencia: Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD). (Consultado el 10 de mayo de 2016)
[4]
SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Francisco Provencio Garrido, natural y vecino de Torrealta (Torrebaja), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 11 de diciembre de 2011.
[5]
FUNDACIÓN MUNDO 21: ¿Qué es Mundo 21?.
(Consultada el 10 de mayo de 2016)
[6]
UNHCR-ACNUR: La agencia de la ONU para los refugiados (Consultada el 10 de mayo de 2016)
[7]
Economía y Empresa: Bancaja cierra su conversión en Fundación y nombra a Rafael Alcón presidente, del 21 de noviembre de 2013. Vid Valencia Plaza: Rafael Alcón, nuevo presidente de la Fundación Bancaja, del 21 de noviembre de 2013 (Consultadas el 10 de mayo de 2016)
1 comentario:
Las residencias de ancianos son estupendas, para que las personas de la tercera edad, puedan seguir disfrutando de una vida sociable, llena de alegría y con muchas actividades en el día a día, a la vez que disfrutan de unos cuidados intensivos, donde se sentirán más protegidos.
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