miércoles, 1 de febrero de 2017

TORMÓN, PUEBLO DE TERUEL (y II).

 
Aproximación al conocimiento de Tormón -a través de sus edificios más emblemáticos-: 
el castillo, la iglesia de la Natividad y la ermita de San Cristóbal.


“La Ermita de San Cristóbal, sencillo –y humilde- ermitorio del patrón de la villa,
situado en un cerrito rocoso, en posición meridional respecto del caserío.
A principios del siglo XVII (1618) ya existía,
datando probablemente su fábrica de finales del siglo XVI.”
-Del contenido textual-.





Viene de:


La parroquial de Tormón en la actualidad.

Viniendo por la carretera de Veguillas de la Sierra y Alobras (VF-TE-13), arribamos a la población por su entrada meridional. El pueblo se halla sobre una ladera de solana, en la margen derecha del Ebrón. El casco urbano se distribuye en media docena de calles, formando un círculo en torno de la parroquial –sus nombres resultan absolutamente expresivos-: Alta, Castillo, Fragua, Fuente, Horno, Río, Santo. La calle Fragua y la calle Fuente se hallan en la parte baja, circundando el caserío por levante, la calle Río está al norte, la calle Castillo circunda la población al poniente y la calle Alta cierra la villa por el sur. La calle Horno e Iglesia, sin embargo, ocupan una posición central, respecto del conjunto. La calle Santo (probablemente de campo-santo), conduce al cementerio.

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Natividad de Tormón se halla en el extremo septentrional del poblado, sobrepasada la plaza mayor –donde el ayuntamiento-, y el frontón de pelota. La intención es visitar el templo, así que lo primero es preguntar quién tiene la llave, y de encontrar a esa persona intentar nos acompañe para ver el edificio por dentro. La tarea puede ser ardua, frecuentemente no se encuentra a nadie y de encontrar a alguien hay que inspirarle la suficiente confianza, de lo contrario dará largas, argumentando que no sabe quién puede tener la llave. Aunque suelo tener suerte en esta pesquisa, ya que casi siempre encuentro a alguien dispuesto. Previamente, como digo, hay que identificarse y explicar con claridad los motivos por los que uno desea visitar el templo. Ser de la zona ayuda mucho y de mediar algún familiar o conocido, la gente se abre enseguida; no en vano los lugareños de estos pueblos son de natural hospitalarios y amables, aunque de entrada aparenten lo contrario.

En mi visita a Tormón tuve suerte, había circundado el templo desde la entrada y bajaba por la calle Horno cuando vi cruzar la plaza a una persona. La saludé de lejos y se detuvo, cuando estuve a su altura me presenté, explicándole el motivo de mi visita y nuestro deseo de ver la iglesia por dentro –en aquella ocasión iba acompañado de mi esposa-, si podía indicarnos quién tiene la llave del templo. Tras unos segundos de vacilación me dijo: Pues ha dado con la persona adecuada, porque la tengo yo... -providencialmente se trataba del alcalde, don Faustino Archilaga Valero (Tormón, 1946)-. Mientras traía la llave aproveché para hacer alguna fotografía de la torre-campanario desde la plaza. Llave en mano nos acercamos al templo, pasando enseguida al tuteo. El señor Faustino es una persona tranquila y servicial, al menos a mi así me lo pareció; prueba de ello es el tiempo que nos dedicó en la visita al templo y al horno.



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Vista de la nave central de la parroquial de Tormón (Teruel),
con detalle de las cornisas de las columnas laterales y el presbiterio al fondo,
desde el alto coro (2017).

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Vista de la nave central de la parroquial de Tormón (Teruel),
con detalle de las cornisas de las columnas laterales y el presbiterio al fondo, desde el alto coro (2017).

 

Como decía, la iglesia parroquial de Tormón se halla en la calle Iglesia, en el extremo septentrional del pueblo, sobrepasada la Casa Ayuntamiento. Se trata de un edificio con construcciones adosadas por el muro del evangelio, dispuesto entre la calle Fuente (que lo circunda por el muro de la epístola) y la calle Río (que lo rodea por la cabecera). De medianas proporciones, su planta es alargada, orientada de norte (cabecera) a sur (pies), con una torre cuadrangular  de tres cuerpos situada a los pies, lado del evangelio, con el primer cuerpo integrado en la fábrica. Entre el primer y segundo cuerpo de torre hay una cornisilla de ladrillo y piedra. El segundo cuerpo -correspondiente al piso de campanas-, luce un reloj bajo el vano del bronce que mira al sur, y estructuras boladas de adorno labradas en las esquinas, de aspecto deteriorado. Como dato curioso, en este cuerpo cabe reseñar que en las cantoneras hay algunos sillares de piedra tosca, en contraste con el cuerpo inferior en el que todos los sillares son de piedra caliza.  La torre-campanario se culmina con un tercer cuerpo de planta octogonal labrado en sillares de tosca a modo de chapitel, con la cobertura basada en teja vidriada (amarilla, azul, blanca, verde), todo ello coronado por una imponente veleta con cruz de forja.


El acceso desde la calle posee un fuerte desnivel, salvado mediante un tramo de escalera, sujeta la elevación mediante un muro de piedra que lo separa de la vía. El paso se ha mejorado con un camino cementado que atraviesa el recinto ajardinado existente delante del templo. A falta de prospecciones arqueológicas, podría especularse con bastante fundamento que dicho recinto ajardinado podría haber sido un antiguo cementerio del lugar (inhumatio ad sanctos). El camposanto actual se halla situado fuera de la población, en un plano inferior respecto a la Ermita de San Cristóbal: cuando Madoz (1849) dice de “un cementerio bien situado” está refiriéndose con toda certidumbre a éste de la ermita.

Cabe pensar que el templo actual puede datar de mediados del siglo XVII, y no sería descabellado pensar que se construyera en relación con el momento histórico en que Tormón adquiere su independencia respecto de la rectoría de Alobras -con la que estuvo unida durante siglos, si bien con cabecera en Tormón-: como se dice arriba su constitución como rectoría independiente tuvo lugar el 22 de noviembre de 1641 –pontificando en Albarracín don Vicente Domec (1635-1644).

Tomás Laguía establece que la “transformación sucesiva de los templos” de la Sierra de Albarracín tiene su lugar en tres etapas sucesivas: la primera sería “de modestísimas iglesias” levantadas a raíz de la conquista cristiana por Pedro II de Aragón (siglo XIII, principios); la segunda correspondería a “una primera ampliación”, en la que se mejoraría las existentes (siglo XIV, principios del siglo XV), caracterizándose dichas iglesias por sus “techumbres de madera”. La tercera fase, de “reconstrucción general” (segunda mitad del siglo XVI, principios del XVII).[1]

El actual templo de Tormón correspondería a esta última fase, coincidiendo con la creación de la rectoría independiente que decíamos arriba (1641). Es muy probable que el templo anterior se levantara sobre el mismo solar que ocupó en templo anterior, de la misma forma que el primer templo, el de las “modestísimas iglesias” de conquista que decía estuviera dentro del recinto fortificado del castillo, digamos al pie del tormo e intramuros. Otra proposición nada descabellada es que el templo actual se construyera con las piedras del anterior, además de otras procedentes de los muros del castillo.

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Vista de "La Grande" (1853), campana mayor de la parroquial de Tormón (Teruel),
con detalle del yugo de hierro y el badajo (2017).

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Vista de "La Pequeña" (1880), campana menor dedicada a "san Rafael" en la parroquial de Tormón (Teruel), con detalle del yugo de hierro y epigrafía (2017).

El periodista y escritor aragonés Alfonso Zapater Gil (1932-2007), escribe de la iglesia de Tormón (1986):
  • La iglesia parroquial está dedicada a la Natividad y fue construida en el siglo XVII, aunque consta que en Tormón hubo iglesia ya en el siglo XIV, pero como parroquia sólo adquirió autonomía en 1641, y a esa época corresponde la fábrica actual del templo, que es de mapostería, con tres naves, la central cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos y las laterales por bóveda de arista. Dispone de coro en alto. A los pies se alza la torre campanario, en el lado del evangelio, con tres cuerpos de mampostería, los dos primeros de planta cuadrada y el superior octogonal. La veleta culmina en cruz de hierro forjado, y resulta sumamente atractiva.[2]

En nuestra visita observamos que el templo posee un porche a la entrada, de fábrica posterior y con arcos de medio punto al frente y otros menores a los lados formando una bóveda de arista, con altas impostas voladas y cobertura de teja árabe a dos aguas. El conjunto de la edificación posee muros de mampostería ordinaria tomada con argamasa de cal, sillares en las esquinas y cobertura a cuatro aguas. La entrada al templo –bajo el atrio exterior- posee un arco recto basado en grandes dovelas, sobre la que luce una hornacina con imagen. Por encima del atrio hay una ventana rejada, abierta inmediatamente por debajo del alero que ilumina el alto coro. El alero del tejado es sencillo, basado en tejas y ladrillos, luciendo un detalle curioso en el correspondiente a los laterales, que tiene pintados triángulos rojos sobre fondo blanco. En el muro de los pies, hacia la derecha hay una abertura enmarcada en piedra, cegada, mientras que en los laterales tiene altas ventanas encristaladas para la iluminación de la nave.

Posee un atrio interior de madera a los pies –bajo el alto coro-, con grandes portones al frente y puertas menores a los lados. El interior resulta algo lóbrego, en lo que colabora el gris plancha de las altas cornisas de las columnas, aunque el aspecto es etéreo, por la altura de las naves. Tiene tres naves, la central con bóveda de cañón con lunetos y las laterales con bóveda de arista. El piso es de ladrillos de barro cocido –impresiona de ser original-, cuarteado en forma de fosas, lo que hace pensar en antiguos enterramientos apud ecclesiam (como ocurre en el templo San Fabián y San Sebastián, en Alobras). Entrando al templo, refiere el señor Faustino:
  • Como puedes ver la iglesia tiene pocas cosas, cuando la guerra la desmantelaron y ya no se recuperó... No, yo no lo vi porque no había nacido todavía, pero es lo que siempre he oído contar. Que sacaron todo lo que había, las imágenes de los santos y demás y le pegaron fuego en un rellano que hay frente a la Fuente, donde el lavadero. Dicen si fue la propia gente de aquí, y otros que vinieron de fuera... Todas las imágenes que ves ahora son nuevas, las compraron después de la guerra. Han aparecido algunas goteras, y eso que repasamos hace poco el tejado. Pero ya ves, aquí hay poca gente y muchas necesidades, a muchos la iglesia no les parece algo prioritario, pero es nuestro patrimonio. A celebrar viene los domingos un cura de Teruel, pero no todos... Mira, aquí está la pila bautismal, donde me bautizaron a mi...
.
A los pies, lado de la epístola, se halla la capilla del Bautismo, mientras que la simétrica del lado del evangelio corresponde a la base de la torre y al acceso al coro y campanario. La bóveda presenta goteras en diversos puntos, lo que se hace evidente por los desconches de pintura. El presbiterio se halla a la cabecera, un escalón por encima del piso del templo. Posee un altar exento a la entrada y carece de retablo. En su lugar se halla un gran crucifijo en medio del testero, bajo el que hay un sagrario dorado sobre ménsula con luz encendida. A la epístola del espacio presbiteral se halla la sacristía y al evangelio una pequeña capilla de la comunión, con mesa-altar y sagrario: “Aquí celebran cuando hay poca gente, por el frío” –dice nuestro acompañante-.

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Capilla del lado de la epístola en la parroquial de Tormón (Teruel),
con detalle de altar adosado, hornacina e imagen (2017).

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Capilla del lado de la epístola en la parroquial de Tormón (Teruel), con detalle de altar adosado (Privilegiado), hornacina e imagen de la Virgen de Montserrat: la imagen sobre andas corresponde a san Rafael, patrón de la villa junto con san Cristóbal (2017).


Las capillas laterales poseen altares de obra adosados, con hornacinas abovedadas en el centro luciendo imágenes de santos o vírgenes. En la capilla del medio, lado de la epístola hay un cuadrito indicando se trata de un “Altar Privilegiado”, lo que me lleva a recordar que estos altares eran los preferidos para celebrar las misas por los difuntos. Así lo dice en sus mandas testamentarias el señor de Torrebaja -Don Diego Ruiz de Castellblanque (1638)-: Y encargo a mis albaceas procuren hacer decir las demás misas, o las mas que se puedan en altares privilegiados haciendo memoria del convento del Sr. S. Guillermo de la villa de Castiel-favi...[3]

El alto coro se halla a los pies, por encima del atrio interior. Posee una sólida baranda con barrotes de hierro y pasamano de madera. A la torre se sube franqueando una puerta situada a los pies, lado del evangelio. La escalera de tipo castellano tiene atoques de madera y una estupenda baranda con barrotes labrados, faltando el primer tramo. El piso del coro es del mismo estilo que el del templo, basado en ladrillos rojos de barro cocido. Bajo el ventanal que ilumina el espacio estuvo el órgano, en su recuerdo queda el hueco en el piso: No sé si lo destruirían cuando la guerra, pero parece que para bajarlo rompieron un tramo de baranda en la escalera –comenta nuestro acompañante-.

Desde el coro, la vista de la nave central y del presbiterio es magnífica, apreciándose la sólida estructura de la cornisa en la parte alta de las recias columnas que separan la nave de las capillas laterales. Desde la escalera del coro, franqueando una puertita se sube a la torre: las escaleras son estrechas, el muro interior de la torre sin enlucir. Del hueco central penden las pesas del reloj, de cuyo cuidado se encarga el señor Faustino y otro vecino, que han ideado un sistema electro-mecánico para dar automáticamente cuerda al reloj. El piso de campanas se halla en el segundo cuerpo de la torre -que posee cuatro vanos-: el del norte está totalmente tapiado, mientras que mira al tormo del Castillo sólo parcialmente. En el que mira al este se halla la campana mayor, propiamente denominada “La Mayor”, cuyo diámetro de boca es de 350 mm, alcanzando un peso de 356 kg aproximadamente. De fundidor desconocido, el bronce fue vaciado en 1853, siendo su estado de conservación malo: La campana tiene una rajadura en la parte donde golpea el badajo, según los técnicos se rompió al cambiar el yugo de madera que tenía por el de hierro que tiene ahora –comenta nuestro acompañante-. 

Para soldarla habría que descolgarla con una grúa y llevarla a la casa "Hans Lachenmeyer" (Alemania), pues en España no se hace este tipo de soldadura. Según el informe técnico, la campana denominada "La Mayor, tipo esquila, presenta una rotura en T en la parte de golpe del badajo, de 150 mm de longitud vertical y de 600 mm de longitud horizontal. Su restauración supondría la limpieza del bronce y la colocación de un nuevo yugo de madera -Talí/Iroko- de perfil recto: con alta densidad y gran resistencia a la intemperie y los parásitos. Asimismo, habría que cambiar el badajo actual por otro de "caña de hierro" realizado en hierro dulce especial para volteo, con caña y bola de una pieza. El presupuesto asciende a 8.550 Euros. Respecto a "La Pequeña", el informe dice que el bronce se halla en buen estado, aunque corre grave peligro de rotura por el yugo de hiero y el badajo, excesivamente grande y desgastado. Precisaría la limpieza del bronce y la colocación de un yugo de madera con perfil recto, y el cambio de badajo por otro de características idénticas a las de la campana grande, ascendiendo su presupuesto a 2.950 euros. El importe total para el arreglo de ambas campanas (IVA incluido) supone 13.915,00 Euros -incluye todos los aspectos del trabajo: descolgado, transportes, soldado, limpieza y colocación en su lugar-. Con una garantía de diez años, que nada es eterno. ¡Vaya con la tecnología alemana! Así que, como vale un dineral, probablemente se quedarán como están...

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Detalle de la epigrafía en el  medio pie de "La Grande" campana de la parroquial de Tormón (Teruel), vaciada en 1853 (2017).


Esta campana, en el medio pie posee un cartel en relieve, cuya epigrafía dice:

SIENDO/ CURA DE ESTA/ PARROQUIA D. JOSÉ/ SORIANO Y ALCAL-/DE MANUEL ASEN-/SIO AÑO DE 1853

En el vano que mira al sur hay otra campana menor, que responde al nombre de “San Rafael” (copatrón de Tormón, junto con san Cristóbal), propiamente denominada “La Pequeña”, cuyo diámetro de boca es de 650 mm, alcanzando un peso aproximado de 159 kg. Fue fundida por Pedro Palacios (Puebla de Valbona), en 1880. El bronce se halla en grave peligro de rotura, por haberse instalado un yugo metálico en sustitución del de madera que tenía: Posee además un badajo demasiado grande, e inadecuado –comenta nuestro acompañante-.



Censo de campanas en la parroquial de la parroquial de Tormón (Teruel).
NOMBRE
DIÁMETRO BOCA
PESO APROX.
FECHA VACIADO
COMENTARIO
La Grande
850 mm
356 kg
1853
Rota,
precisa soldadura.
La Pequeña
(san Rafael)
650 mm
159 kg
1880
Peligro rotura,
badajo demasiado grande e inadecuado.
Elaboración propia (2017). Nota: ambas campanas poseían yugo de madera, pero fue cambiado por el metálico que tienen ahora.



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Don Faustino Archilaga Valero (Tormón, 1946),
alcalde de Tormón (Teruel), a la entrada de la parroquial (2017).



Desde el piso de campanas, por una abertura en el piso superior puede verse parcialmente la curiosa estructura de la cobertura del chapitel octogonal. Descendemos de la torre-campanario con sumo cuidado, pues hay un tramo muy estrecho y sin luz en el piso del reloj.

El Centro Social, antiguo horno comunal de Tormón.

De la iglesia vamos a un edificio adosado al muro del evangelio del templo, donde se hallaba el antiguo horno comunal: lugar ciertamente agradable que sirve de sala de lectura y como centro social. Lo más curioso es el recinto del horno, que conserva el mecanismo restaurado de la boca y la bóveda de ladrillo. El espacio del antiguo amasadero sirve como sala de reunión de la asociación, y para charlas. En un poyo corrido hay expuestos diversos objetos a modo de museo etnológico, herramientas de la antigua industria resinera que hubo en la zona, y de uso agrícola.

Antes de despedirnos del señor Faustino vamos al Ayuntamiento -el alcalde me muestra algunos libros relacionados con Tormón que desea que conozca-:

* Informe sobre las potencialidades patrimoniales y turísticas de Tormón (Parque Cultural de Albarracín), Dirección General de Patrimonio Cultural, Proyecto realizado por Qualcina. Arqueología, Cultura y Patrimonio dirigido por Javier Ibáñez González, Teruel, diciembre de 2008.
* Las pinturas rupestres de Bezas y Tormón (Teruel), Edita Parque Cultural de Albarracín, coordinan: Manuel Bea Martínez y Jorge Angás Pajas, Teruel, 2015.
* Los nombres en el paisaje de Tormón, con ocho rutas para conocer el entorno, Edita Asociación Cultural de Tormón. Autores: Faustino Archilaga Valero y Lourdes Ortiz Giménez (s/f).

Me regaló el segundo y me dejó en préstamo los demás, para que se los devuelva cuando concluya la consulta. En relación con el objetivo de mi artículo, me interesó especialmente el primero –Informe sobre las potencialidades patrimoniales y turísticas de Tormón (2008)- que me ayudó a centrar el tema y del que extraje algunos datos. También el tercero –Los nombres en el paisaje de Tormón (s/f)-, una maravilla de libro que permite conocer la rica toponimia de Tormón: Dicen los expertos que allí donde la lucha por la subsistencia es más dura, la toponimia también es más rica... –anotan los autores en su prólogo-. El término municipal se distribuye en varias partidas: El Sabinar y El Pedregoso, situadas al noroeste; El Rodeno de Arriba y el Rodeno de Abajo, situadas al noreste; El Rato, situado al sureste; La Dehesilla, situada al suroeste, y La Redonda, que corresponde al caserío y parte inferior de las vertientes limítrofes: “En época de la cosecha los ganados no podían entrar en esta zona, con el fin de preservar los huertos y reservar ciertos lugares como pasto para las caballerías”.[4]

Ermita de San Cristóbal.

Tras despedirnos del señor alcalde salimos de Tormón por la carretera que lleva a Alobras y Veguillas –habiendo venido por la pista de Cuesta del Rato, vía el Rodeno-: nuestra idea es visitar la Ermita de San Cristóbal –san Cristóbal es el copatrón de Tormón, junto con san Rafael-. Para subir al ermitorio elegimos una rampa cementada y muy empinada que parte de la carretera, mano derecha de la misma, tras una fuerte revuelta. Hay otra vía por la que se puede acceder al lugar, partiendo del pueblo por el camino del cementerio. La ermita se halla en la cima de un cerrito alomado, en posición meridional respecto de la villa, junto por encima del espolón donde su ubica el cementerio.

La historia de la Ermita de San Cristóbal (su nombre procede de Ágios Christóforos=el portador de Cristo), parece remontarse al siglo XVI-XVII. Sebastián de Utienes (1618) dice de ella que tenía retablo de pincel [Relación Sumaria I, fol. 168-v y II, p. 318].[5] Se trata de una construcción de base rectangular, orientada de norte (cabecera) a sur (pies), la única que permite el rellano del cerro donde se ubica. Basada en muros de mampostería ordinaria con sillares de tosca (toba) en las esquinas, se halla cubierta por un tejado con teja árabe en disposición de canal y cobija que vierte a dos aguas, con alero de doble teja. La puerta de entrada se halla en el muro oriental, luce un arco de medio punto con dovelas de toba ligeramente descentrado hacia los pies. En el muro meridional hay una “ventana de culto” con reja de forja desde la que puede observarse el interior. Sobre el hastial de ese lado, en la vertical de la ventana hay unos restos de piedra tosca que podrían corresponder a una antigua espadaña.[6]


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Vista general posterior (cabecera) de la Ermita de San Cristóbal en Tormón (Teruel),
fábrica del siglo XVI-XVII (2017).

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Vista general anterior (pies) de la Ermita de San Cristóbal en Tormón (Teruel),
fábrica del siglo XVI-XVII, con detalle de la ventana de culto (2017).

En interior –que sólo podemos ver desde la ventana de los pies- se halla vacío de imágenes, mostrando una sola nave. Al fondo se observa el presbiterio, con un altar de obra adosado, las paredes están enlucidas y encaladas, un poyo corrido circunda todo el ermitorio –incluyendo el espacio presbiteral, situado un escalón por encima del piso de la nave-, siendo lo más característico los dos arcos de diafragma (en forma de medio punto) que soportan la estructura de la techumbre. En la clave del arco de cabecera, cara de la nave, puede observarse una cruz trinitaria (redondeada) labrada, idéntica a la que luce sobre la ventana del cuerpo de cabecera, lado de la epístola en la Ermita de San Marcos (antigua Ermita de la Trinidad) en Veguillas de la Sierra.[7] Dicha cruz trinitaria vincula la Ermita de San Cristóbal de Tormón con la de San Marco de Veguillas, y ambas con el Monasterio de Tejeda, en Garaballa (Cuenca), donde se venera la Virgen de Tejeda. Sin la menor duda, la mencionada cruz triangular de la Santísima Trinidad corresponde a la que portaban los frailes fundadores de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, la misma que porta la imagen antigua de la Virgen de Texeda, según Sarthou Carreres (Iconografía Mariana, 1961).[8]

Fotografía de la imagen antigua de la Virgen de Tejeda en la que puede verse la típica cruz trinitaria (redondeada) que porta la imagen con la mano derecha 
[Tomada de Carlos Sarthou Carreres -Iconografía Mariana (1961)].

Detalle de escudo con la cruz trinitaria (redondeada) en el frontis del Monasterio de Tejeda en Garaballa (Cuenca), donde se venera la imagen de la Virgen de Tejeda (2014).

Plafón cerámico con la imagen de la Virgen de Tejeda en el Monasterio de Tejeda en Garaballa (Cuenca), con detalle de la cruz trinitaria dibujada en el frontal del manto de la Virgen y alzada con su mano derecha (2014).

La estructura de la cubierta se basa en el sistema parhilera con tabicas, apoyados en durmientes a modo de estribos laterales, y el piso de ladrillo de barro cocido, seguramente original. La ermita carece de cimientos, apoyándose directamente sobre el afloramiento rocoso del cerrito, que en la parte de la entrada semeja empedrado. En conjunto, la Ermita de San Cristóbal puede servirnos para comprender como pudieron ser aquellas iglesias de la primera época, tras la conquista cristiana en esta zona de la Sierra de Albarracín, y pueblos del Rincón de Ademuz, amén de otros castellanos del entorno: construcciones de una sola planta y cubierta de madera a dos aguas, soportada en grandes arcos de diafragma.

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Vista del interior de la Ermita de San Cristóbal en Tormón (Teruel), con detalle de los arcos de diafragma, cruz trinitaria redondeada, cobertura de madera tipo parhilera, piso de ladrillo rojo cocido, poyo corrido y presbiterio al fondo (2017).

 
En el momento de nuestra visita había un andamiaje suportando el arco de diafragma de los pies, la clave se ha partido y amenaza con derrumbarse. Aunque sin soporte, el arco de cabecera está también dañado. Sería una lástima que se dejara perder la ermita, pues -aunque sencilla y humilde- forma parte del patrimonio histórico-artístico (religioso) de la villa, y tiene su historia. Antaño los vecinos subían en procesión para cantar los Gozos del santo en su advocación (fiestas patronales). Los “Gozos de San Cristóbal” -en Tormón- están formados por 11 estrofas de redondilla: cuatro versos de arte menor (octosílabos), en rima abrazada consonante (abba). La primera y última estrofa dicen:

Pues a Cristo con piedad
Lleváis, Cristóbal Sagrado,
Defendednos del pecado
Y de toda adversidad.

Y pues tal felicidad
Todos por Vos la han logrado,
Defendednos del pecado
Y de toda adversidad.

 

Los dos últimos versos de cada estrofa que se repiten: “Defendednos del pecado/ y de toda adversidad” constituyen el estribillo, que sólo llevan las estrofas impares. Según cierta anécdota -referida en Los nombres en el paisaje de Tormón-:
  • Su imagen tiene un sobrenombre, San Cristóbal el Patatero, porque hace muchos años, los mozos de entonces, que recogían anualmente víveres para entregarlos al cura (patatas en su mayoría), los vendieron para organizar una fiesta. Tras ser denunciados, como castigo les obligaron a comprar una imagen nueva (del santo) para sustituir a la que había, que estaba algo rota.[9]

Desde el cerro de la Ermita de San Cristóbal pueden apreciarse unas estupendas vistas de Tormón (que queda al norte), cuyo caserío aparece recostado sobre la cota baja de La Solana, así como de las laderas por donde discurre la carreterita que lleva al Rodeno. La Solana es una amplia ladera –que mira a sureste- situada por encima de la villa: nunca se ha permitido arrancar el monte bajo que la recubre (romeros, aliagas, enebros, pudia...), evitando así que las aguas de lluvia puedan abarrancar la zona, arrastrando tierra y piedras sobre el caserío.[10] A los pies del ermitorio está el pequeño cementerio local, popularmente conocido como El Santo, abreviatura de “campo-Santo”, y que da nombre a la calle por la que se sube desde el pueblo.


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Vista de la fachada principal (oriental) de la Ermita de San Cristóbal en Tormón (Teruel),
 con detalle de la entrada, basada en un arco de medio punto con dovelas de toba (2017).

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Vista de la fachada principal (suroriental) de la Ermita de San Cristóbal en Tormón (Teruel),
con detalle de campanil y sillares de toba (tosca) en la esquina (2017).


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Vista de la fachada principal (oriental) de la Ermita de San Cristóbal en Tormón (Teruel),
con detalle de la entrada,
basada en un arco de medio punto con dovelas de toba y alero simple de doble teja (2017).


El castillo de Tormón en la actualidad.
Basándonos en el Informe sobre las potencialidades patrimoniales y turísticas de Tormón (2008), vemos que las ruinas del castillo de Tormón se hallan sobre un tormo (peñasco rocoso) situado al norte de la población. Se trata de un castillo roquero, táctico-estratégico. Su emplazamiento permite controlar el paso del río Ebrón y los caminos de montaña, además de las huertas aledañas y la misma población, hasta el punto de que visto en perspectiva -histórica y geográfica- Tormón se justifica por su castillo.

Las mediciones efectuadas proporcionan cifras significativas, ya que la cumbre del tormo se halla entorno a los 1.085-1.090 metros de altitud (ello supone unos 45-50 metros de altura desde el nivel del cauce del Ebrón).


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Vista general de Tormón (Teruel),
con detalle del tormo del Castillo a la derecha (2017).


Respecto a la composición geológica, el tormo está formado por materiales Dogger del Jurásico medio, con la siguiente composición: calizas tableadas (en la base), calcoarenitas (en la parte media-superior) y nuevos paquetes de calizas tableadas (en la cima). Todos los niveles se inclinan hacia el sureste. El emplazamiento dice de un espolón rocoso (escalonamiento inferior, con varios subescalonamientos en el sector) orientado meridionalmente, que ocupa unos 50x26 metros, equivalente a 1.300 m2, de forma que el tormo se alza en la parte centro-septentrional. Resulta razonable pensar que sobre esta superficie (unos 900 m2 descontado el tormo) se ubicara la primitiva aldea de Tormón: el resto del caserío se situaría en la ladera suroriental, ocupando lo que hoy son las calles Castillo y Río.

El estado actual de las antiguas construcciones del tormo es de sumo deterioro, de una parte por la lógica reutilización de materiales y por la natural erosión que conlleva el paso del tiempo, detectándose, sin embargo, una estructura de cierta entidad:

  • Se trata de un edificio de cierta altura (al menos equivalente a dos plantas), situado al pie de la grieta que da acceso a la parte superior del tormo; en superficie solo se ven tres muros de mampostería trabada con mortero de cal y revestido interiormente con un enlucido muy deteriorado; en los cortes del terreno se aprecia una caída de tejas. Hay que destacar la relativa relevancia del edificio, especialmente si tenemos en cuenta las estructuras circundantes, sin que pueda descartarse su asociación con el castillo o con otro edificio público. Otro elemento a destacar es la presencia de un abrigo situado al pie del tormo, con evidentes señales de uso (presencia de tizne en las paredes) y con una “ventana” abierta en el paredón septentrional, que perfora la base del tormo.[11]

No obstante el afloramiento natural del terreno, junto a las estructuras descritas se observan también zonas de relleno y materiales de superficie de distinta procedencia (cerámicas a mano del Bronce-Hierro indeterminado, cerámicas islámicas a torno, bajomedievales cristianas...), lo que pone en evidencia la presencia de restos arqueológicos variados, de superficie y arrastre.

Dado lo inaccesible del tormo, el estudio de las estructuras que contiene resulta más complicado. La base ocupa la mayor parte de la zona septentrional y central del espolón, equivalente a unos 300 m2. La cima posee una superficie irregular basculada hacia el sureste, con un resalte al norte: las construcciones realizadas (en la cima) tendieron a regularizar el espacio:

  • El conjunto resultante es una torre de relativa amplitud, que podría integrar estructuras de distinta cronología (islámica y Edad Moderna), cuya construcción podría responder tanto a momentos diferenciados de ocupación, como a la necesidad de construir nuevas estructuras por el desmoronamiento de las más antiguas, favorecido por el desprendimiento de bloques de la cornisa.[12]

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Vista general (suroriental) del tormo del Castillo de Tormón (Teruel),
desde el puente sobre el Ebrón (2017).


La estructura conservada más importante es el muro oriental, basado en mampostería simple con cantería mejor escuadrada en las esquinas. Partiendo de un escalonamiento rocoso inestable, el muro recubre uno de los afloramientos, estableciendo una plataforma superior más regular. Del muro parten sendos paramentos peor conservados. La peor conservada es la estructura occidental. El mejor acceso a la plataforma superior del tormo se halla en la grieta del frente meridional. Probablemente, el enclave conserva contexto arqueológico, de potencia local apreciable, siendo difícil de valorar si pertenecen al último momento de ocupación (baja Edad Media) o a fases anteriores, según evidencian los materiales de la base.

En relación con el castillo cabe destacar la existencia de un sello municipal (constitucional) de los años setenta del siglo XIX (1876). No obstante el realismo del dibujo -resulta improbable que en dicha fecha se conservara una estructura semejante-, el emblema contiene tres elementos integrados en el paisaje que representa: el tormo, la torre y el puente sobre el Ebrón.

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Vista parcial (suroccidental) de Tormón (Teruel), con detalle del tormo del Castillo (izquierda) y el campanario de la parroquial (derecha), 2017.

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Vista general (suroccidental) del tormo del Castillo de Tormón (Teruel),
con detalle del depósito del abastecimiento público de agua a los pies (2017).


Comentario final, a modo de epílogo.

Como sucede con frecuencia al visitar un lugar cercano –más desconocido precisamente por su proximidad-, Tormón no deja de sorprender al visitante: su quebrado y agreste paisaje, el saludable medio ambiente y los despejados paisajes de que goza en abundancia, su singular urbanismo y rica toponimia, su remota historia escrita... –que alcanza el siglo XII-.

La iglesia parroquial de la Natividad de Tormón es un bello templo del siglo XVII que vale la pena ver, siendo parte importante del patrimonio histórico-artístico de la villa. Posee algunas goteras que amenazan la bóveda, además de humedades en la parte baja de los muros. Asimismo, han aparecido grietas en el testero, en los pies y en el muro de la epístola, que cabría estudiar y reparar en prevención de daños mayores.

La Ermita de San Cristóbal, sencillo –y humilde- ermitorio del copatrón de la villa, está situado en un cerrito rocoso, en posición meridional respecto del caserío. A principios del siglo XVII (1618) ya existía, datando probablemente su fábrica de finales del siglo XVI. En la cara de la nave del arco de diafragma del presbiterio luce una bella cruz trinitaria (redondeada) que lo vincula con la “Iglesia Vieja” de Veguillas de la Sierra (antigua ermita de la Sma. Trinidad), que luce idéntica cruz en el muro meridional de cabecera. El edificio está bastante dañado en su cobertura y arcos interiores: requiere una actuación urgente de consolidación, pues sería imperdonable dejarlo perder.

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Detalle de ventana-balcón en una antigua vivienda de Tormón (Teruel),
muestra de arquitectura vernacular en la calle del Horno (2017).
 

Mi intención a la hora de escribir estas notas era centrarme en la iglesia parroquial y la ermita de San Cristóbal -pero me he sentido desbordado ante la variedad y riqueza de lo hallado-: Casa Forestal del Rodeno, Castillo, Herrería, Horno del pan, Lavadero, Molino Alto (de la Fuente), Molino de Calicanto, Pozo, Tejería... La riqueza medioambiental y paisajística de la que decía –naturalística, en general- es también considerable.


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Vista parcial de la fachada de una antigua vivienda de Tormón (Teruel), muestra de arquitectura vernacular en la calle del Horno (2017).


Recorrer el sendero de los “Estrechos del Ebrón” en ambos sentidos –de El Cuervo hacia arriba o aguas abajo, desde Tormón- constituye una experiencia muy grata, inolvidable. Asimismo, merece una visita detenida El Rodeno -ambos Rodenos, el de Arriba y el de Abajo- y los distintos abrigos que guardan las pinturas rupestres descubiertas.[13] Todo lo cual me lleva a afirmar que las potencialidades patrimoniales y turísticas de Tormón constituyen una riqueza de primer orden, que más pronto que tarde habrá que dar a conocer. Aprovecho el punto para felicitar al Ayuntamiento -y a su alcalde en particular- por el esfuerzo llevado a cabo de cara a poner en valor, destacar, reconocer y valorar su municipio. Vale.


De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).


Véase también:
VISITA GUIADA A LOS ESTRECHOS DEL EBRÓN (I), del viernes 13 de enero de 2017.
VISITA GUIADA A LOS ESTRECHOS DEL EBRÓN (y II), del viernes 13 de enero de 2017.
VEGUILLAS DE LA SIERRA, PUEBLO DE TERUEL, del viernes 20 de enero de 2017.

 ____________________________________

[1] TOMÁS LAGUÍA (1964), pp. 5-6.
[2] ZAPATER GIL, Alfonso (1986). Aragón, pueblo a pueblo, Ediciones Aguaviva, Zaragoza, tomo IX, p. 2432.
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Análisis del testamento de don Diego Ruiz de Castellblanque, señor de la Torre Baja del villar de Orchet, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 341-351.
[4] ARCHILAGA VALERO, Faustino y ORTIZ GIMÉNEZ, Lourdes (s/f). Los nombres en el paisaje de Tormón, Asociación Cultural de Tormón, p. 17.
[5] TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 141.
[6]  Informe sobre las potencialidades patrimoniales y turísticas de Tormón (2008). Proyecto promovido por el Parque Cultural de Albarracín, Dirección General de Patrimonio Cultural, Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Tormón. Realizado por Qualcina. Arqueología, Cultura y Patrimonio. Equipo: Javier Ibáñez (director), Pascual Escamilla, Rebeca Gómez, Mª de Mar Ibáñez, Mª Pilar Izquierdo, Alfonso Lafarga y Noelia Sierra, Teruel, p. 193 [Trabajo inédito].
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Veguillas de la Sierra, pueblo de Teruel, en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del viernes 20 de enero de 2017.
[8] MARTÍNEZ GARCÍA, José Manuel (2002). Texeda la Vieja (Garaballa). Arqueología y mitología de un espacio sagrado en la serranía de Cuenca, Edición del autor, Valencia, p. 74 [la página muestra una fotografía de la imagen antigua de la Virgen de Texeda, procedente del libro de Carlos Sarthou Carreres, Iconografía Mariana (1961)].
[9] ARCHILAGA VALERO y ORTIZ GIMÉNEZ (s/f), p. 25.
[10] Ibídem, p. 37.
[11]  Informe sobre las potencialidades patrimoniales y turísticas de Tormón (2008), p. 92.
[12] Ibídem, p. 94.
[13] BEA MARTÍNEZ, Manuel y ANGÁS PAJAS, Jorge (2015). Las pinturas rupestres de Bezas y Tormón (Teruel), Edita Parque Cultural de Albarracín [Texto de varios autores, coordinan Manuel Bea y Jorge Angás], Teruel.


GALERÍA FOTOGRÁFICA:


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Detalle del atrio exterior y fachada meridional de la iglesia parroquial de Tormón (Teruel),
desde la entrada (2017).


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Vista parcial de la torre-campanario de la iglesia parroquial de Tormón (Teruel), 
desde la Plaza (2017).


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Vista parcial de la torre-campanario de la iglesia parroquial de Tormón (Teruel), 
desde la Plaza (2017).


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Detalle de la cúpula del antiguo Horno comunal de Tormón (Teruel),
restaurado (2017). 


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Detalle de la boca del antiguo Horno comunal de Tormón (Teruel),
restaurado (2017).
 

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