Aproximación al
conocimiento de Jabaloyas
-a través de
sus edificios religiosos más emblemáticos-:
iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción, ermita de la Virgen de los Dolores y
ermita de San
Cristóbal, y noticias de la revolución y guerra civil (1936-1939) en la
localidad.
“Su torre-campanario
renacentista constituye un bastión formidable
–obra atribuida al
maestro cantero Alonso del Barrio Dajo (también, Alonso Barrio de Ajo),
artífice de la torre de la catedral de Albarracín (en 1594)-,
el más poderoso
emblema de la población jabaloyense”
-del contenido
textual-.
Viene de:
La iglesia parroquial de
Jabaloyas.
Según refiere Tomás Laguía (1964), Jabaloyas “fue
parroquia desde los primeros tiempos de la dominación cristiana de la sierra (de Albarracín) y
tuvo su iglesia muy antigua, pero de este templo y de su inmediato sucesor no
tenemos noticias”.[1] Nada sabemos -ciertamente- de la ubicación de las primeras iglesias de conquista en el lugar,
pudiendo estar la primera en el recinto fortificado del castillo -en la cima
del cerro Javalón-, y la posterior en el lugar donde se estableciera el nuevo
poblamiento.
Los primeros registros documentales de
la parroquial de Jabaloyas datan de comienzos de la segunda mitad del siglo
XVI. Consta que pontificando en Albarracín el obispo
segobricense don Juan de Muñatones (1556-1571), se erigió en la iglesia de
Jabaloyas una capilla bajo el título de Nuestra Señora de Loreto, la
construcción fue a expensas de Jaime Martínez (rector de la parroquial), y de
su hermana Justa. Asimismo, con fecha 23 de diciembre de 1559, Juan Xarque fundó
una capellanía, después conocida como “de los Jarque” (se ignora en qué capilla, aunque
se supone fue en la de san Antonio Abad, toda vez que el fundador fue inhumado
en ella.[2]
Pocos años después (en 1577) tuvo lugar la separación de las iglesias de
Albarracín y Segorbe, para Albarracín fue designado don Juan Trullo, fallecido
antes de tomar posesión de la silla, por lo que en su lugar fue nombrado don
Martín de Salvatierra (1578-1583), natural de Vitoria y fiscal del Consejo
Supremo de la Inquisición.[3]
Calle de Jabaloyas (Teruel), con el campanario de la parroquial al fondo (2017). |
Vista general (meridional) de la iglesia parroquial de Jabaloyas (Teruel), rodeada de una cerca o muro muro de piedra almenado: el templo es del siglo XV-XVI mientras que la torre es del XVI (2017). |
Al finalizar la centuria (el 26 de septiembre de
1594), los jurados y regidores de Jabaloyas fundan dos capellanías en la
capilla de las Ánimas, estando presente don Martín Terrer Valenzuela
(1593-1596), que realizaba por entonces su visita pastoral a la diócesis.[4]
Entramos así en el siglo XVII, pontificando en
Albarracín don Pedro Jaime (1597-1601). A principios del Seiscientos (siglo XVII),
los cofrades de la Virgen del Rosario construyeron otra capilla más ostentosa
que la que tenían en la posición 3ª del evangelio, situándola en el último
lugar del mismo lado.
Siguiendo la descripción de Sebastián de Utienes
(1618), vemos que el templo de Jabaloyas ya poseía entonces los siguiente
elementos:
- <la Iglesia parroquial es de una nabada y fuerte so invocación de Nuestra Señora de los Angeles cuyo retablo es de pincel, tiene sacrario de maçoneria y por remate un Santiago el Mayor de lo mesmo, patron de la Iglesia y del Lugar. Tiene torre, campanas, relox, organo, pila bautismal y sacristía con buenos ornamentos y jocalias>[5]
Cuando dice “de una nabada y fuerte” se refiere que
era de una sola nave, y que estaba fortificada. El retablo mayor era pintado,
con sagrario “de maçoneria” (basado en yeso y madera), teniendo en su parte
alta una imagen de bulto de Santiago el Mayor, “patrón de la Iglesia y del
Lugar” -hoy el patrón del lugar es san Cristóbal-, viendo que el templo se hallaba entonces bajo la advocación de “Nuestra
Señora de los Angeles”, cuyo título completo sería "Nuestra Señora la Reina de los Ángeles" (Regina Angelorum, que dicen las letanías). Además, poseía torre con campanas, reloj (de sol),
órgano, pila bautismal (sin pila no hay parroquia), además de sacristía con
ornamentos buenos y “jocalias” (joyas de iglesia).
Vista parcial de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de la torre-campanario culminado por un chapitel cupuliforme (lintena con cúpula), 2017. |
Vista parcial de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle del arco de entrada abierto en la muralla almenada (2017). |
Vista parcial de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de la muralla almenada (2017). |
A tenor de la descripción comprobamos que a
principios del siglo XVII la iglesia de Jabaloyas ya poseía lo necesario para
ser parroquia completa. Según la Relación Sumaria II (p. 300), el orden
de sus capillas, comenzando por el lado del evangelio –de la cabecera a los
pies- era el expuesto en la tabla siguiente:
Capillas
laterales de la parroquial de Jabaloyas a principios del siglo XVII.
Nº
|
Evangelio
|
Epístola
|
1ª
|
* San Pedro, con retablo de pincel
(aquí radicaba la cofradía del
Nombre de Jesús).
|
* San Antonio Abad, con retablo de pincel.
|
2ª
|
* Nuestra Señora de Loreto,
con retablo de mazonería: construida durante el pontificado del
obispo Mañatones (1556-1571).
|
* San Miguel (Capilla de las Ánimas),
con retablo de pincel.
|
3ª
|
* Virgen del Rosario,
con retablo de pincel e imágenes de mozonería (esta capilla se
trasladaría al último lugar del mismo lado a principios del siglo XVII).
|
Atrio interior
|
4ª
|
* San Juan Bautista, con retablo de pincel
(aquí estaba la Pila Bautisma).
|
Base torre-campanario
|
5ª
|
* Virgen del Rosario, construida por la cofradía de su nombre
a principios del siglo XVII
(en sustitución de la antigua).
|
Elaboración
propia (2017). Tomado de TOMÁS LAGUÍA (1964), pp. 55-56.
Según la tabla expuesta, al
evangelio (izquierda) había cinco capillas (en realidad, cuatro: la de la
Virgen del Rosario primitiva se construyó de novo en el último lugar de ese
lado), mientras que a la epístola (derecha) sólo había dos, predominando las
que poseían retablo “de pincel” (pintado): únicamente la de Nuestra Señora de
Loreto poseía retablo de mazonería, y la del Rosario, que aunque con retablo
pintado tenía imágenes de mazonería (de bulto o en relieve). La tercera capilla
de la epístola la ocupaba el lugar del atrio interior (entrada al templo) y la
del cuarto-quinto lugar lo ocupaba la base de la torre-campanario y el acceso
al coro alto.
Siguiendo la tradición, a lo largo del siglo XVII se
instituyeron varias capellanías más en la iglesia de Jabaloyas:
* 1639, abril 7: mosén Lorenzo Navarro, rector de la
parroquial, en cumplimiento del testamento de su hermano Juan (otorgado el 18
de diciembre de 1635), que había sido vicario en Terriente, instituyó una
capellanía en la nueva capilla de la Virgen del Rosario. Asimismo, el propio
rector, en su testamento (otorgado el 20 de julio de 1646), mandó la
construcción de una sacristía en esta nueva capilla del Rosario.
* 1657, abril 18: en cumplimento del testamento de
la doncella Catalina Martínez (otorgado el 24 de noviembre de1630), se
instituyó una capellanía en la capilla de la Ánimas.[6]
Vista parcial de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de la entrada y torre-campanario (2017). |
Vista parcial de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de la muralla almenada y torre-campanario (2017). |
A finales del mismo siglo XVII, mosén Francisco Mateo (rector de las villas de Tormón y Alobras), instituyó mediante testamento (otorgado el 13 de diciembre de 1669) otra capellanía en esta capilla del Rosario.[7] Asimismo, con fecha 10 de julio de 1698, Juan Cavero de Marcilla (vicario general de Albarracín) y Francisco Martínez de Marcilla (rector de Valdecuenca), a la sazón albaceas del testamento (otorgado el 20 de septiembre de 1680) por Francisco Blasco de Bernabé y su esposa María Ana Cavero de Marcilla, vecinos de Torres de Albarracín, fundan nueva capellanía –dice el registro notarial-:
- <[...] fundamos una capellanía vaxo la invocación y patrocinio de la Virgen del Rosario, siquiera en su capilla de esta invocación, fundada y erigida en la parroquial Iglesia del lugar de Javaloyas de esta diócesis y Comunidad, comúnmente llamada de los Iranzos>[8]
A tenor de las mencionadas fundaciones, cabe
preguntarse: ¿Qué son las capellanía, a qué fin servían, por qué se
instituyeron? Conceptualmente, en el caso que nos ocupa, una capellanía era un
“beneficio eclesiástico” que implicaba derechos y obligaciones por parte del
titular del mismo. El poseedor del beneficio (capellán) tenía la obligación de
celebrar anualmente un determinado número de misas por el alma del fundador
(patrón), y el derecho a percibir las rentas establecidas. Las capellanías
solían fundarlas personas adineradas (de la nobleza o la burguesía
terrateniente) establecían mediante testamento una cantidad de dinero que se
ponía “en renta” (a plazo, diríamos hoy), de forma que con los intereses
pudieran financiarse las “misas testamentarias” que debían celebrarse por la
salvación del alma del fundador, y sus familiares. La intención del patrón
fundador era que su capellanía fuera a perpetuidad, de ahí que para su
mantenimiento se utilizaran sólo los intereses, no el capital inicial. El
sistema de capellanías procedía de la Edad Media, y se prolongó con gran éxito
durante los últimos siglos del Antiguo Régimen (siglos XVI-XVII y XVIII),
constituyendo una singular manifestación de la “cultura del barroco”, y su
preocupación ante la muerte y el “más allá”: el Purgatorio y la salvación del
alma, en última instancia. Toda capellanía tenía una base material (económica:
la renta) y otra espiritual (indulgencias: remisiones), de ahí que se haya
hablado de “economía espiritual”, toda vez que fundar una capellanía era en el
fondo una inversión (transacción) para mejorar la situación en la otra vida.
Los pobres –individualmente- no podían fundar una capellanía por falta de
medios, pero sí las hermandades (asociaciones o cofradías), que también
colaboraban el en socorro de su alma. Existían además las misas “pro popolo”
que obligatoriamente realizaba el párroco cada día por el alma de los fieles
difuntos en general. Otra cuestión relacionada con este tipo de fundaciones fue
el cúmulo de capellanía o beneficios por parte de algunos clérigos, que cuando
no podían atender sus obligaciones mandaban un vicario en su lugar (beneficiado
servidero), aunque percibiendo él los “beneficiados propios”, esto es, el
grueso de la renta.
Detalle de arpillera tipo "palo y orbe" en la muralla almenada de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), 2017. |
Vista parcial de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de los vanos de las campanas de la antigua torre incorporada al muro de los pies, el campanario actual al fondo (2017). |
Las Casillas del Pozo del Tinoso (también, Casillas
del Pozo Tiñoso) fueron un conjunto de masías situadas en la jurisdicción
de la Comunidad de Aldeas de Albarracín, que eclesiásticamente pertenecía a la
parroquia de Jabaloyas. A finales del siglo XVI (1597) el deán y vicario
general del obispado (don Vicente Marcilla) inició un expediente “para que se
pagaran los diezmos de las heredades situadas en dichas masadas a la parroquia
de Jabaloyas”.[9] Mas como los
lugareños carecían de servicios religiosos, se negaron: tenían que ir a
Jabaloyas para los oficios religiosos (misas de precepto y sacramentos:
bautizos, bodas, entierros...), situación que se hacía más penosa en invierno,
por la climatología, además de por la distancia. Para resolver esta penosa
situación, a comienzos del siglo XVIII los lugareños construyeron una ermita,
dotándola de una capellanía (debemos entender que a su costa). La escritura
fundacional, datada “en las masadas de las Casillas” el 24 de febrero de 1711,
dice:
- <Atendiendo y considerando el gran singular beneficio que hemos merecido y esperamos merecer al Ilustre señor doctor don Juan Navarro Gilaberte... gobernador y vicario general de su Obispado por el Ilmo., y Rvdmo., señor fray Juan Navarro, Obispo de dicha ciudad y al presente electo de Çaragoça... dándonos permiso y facultad para edificar en dichas Cassas y massadas una hermita con el titulo y vaxo la invocación del Santísimo Sacramento en la qual al presente se trabaja... fundan en ella una capellania para poder oir missa y ser asistidos espiritualmente.>[10]
Don Juan Navarro Gilaberte
pontificó en Albarracín entre 1700 y 1727, año en que falleció. Avanzado el siglo
XVIII (1773), durante la visita pastoral a Jabaloyas del obispo don José Molina
Lario y Navarro (1765-1776), viendo el prelado que había muchos que pretendían
derecho de asiento y enterramiento en la capilla de la Virgen de Loreto (2ª del
evangelio, fundada en la segunda mitad del siglo XVI, a expensas del párroco
Jaime Martín y de su hermana Justa), invitó a todos los pretendientes -mediante
decreto- a probar su derecho: ello originó un largo proceso, en el que sólo algunos
pudieron probar su derecho, entre ellos la familia Alpuente, cuya prerrogativa
provenía de la concesión que el visitador del obispo de Segorbe (Francisco
Xarque) había hecho a sus ascendientes mediado el siglo XVII (1657),
pontificando en Albarracín don Jerónimo Salas Malo de Espulgas (1654-1664).[11]
Vista general (postero-lateral izquierda) de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de muro almenado que la circunda (2017). |
Visita guiada a
la parroquial.
Decía que la iglesia
parroquial de Jabaloyas se halla en el extremo nororiental del pueblo, siendo
un edificio exento circundado por una muralla almenada. Por su significación histórica e
importancia monumental (arquitectónica), fue declarada Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés
(2002).[12]
Los muros son de mampostería ordinaria, con arpilleras (saeteras, troneras),
las más singulares son de tipo “palo y orbe”, similares a las que pueden verse
en la Puerta de los Ojos y en el antepecho de la fortaleza del castillo de Moya (Cuenca).[13]
Antonio Almagro Gorbea (1993), doctor en arquitectura, investigador y diplomado en
restauración de monumentos reseña la parroquial de Jabaloyas en los siguientes
términos:
- <De aspecto muy gotizante, quizás del siglo XV o comienzos del XVI, es la iglesia de Jabaloyas. Posee una sola nave, cubierta con bóvedas ojivales y con capillas laterales. El atrio y la torre son, sin duda, del XVI. Por encima de las bóvedas y hasta el tejado queda un gran espacio cuya finalidad no es clara, salvo que fuera el fruto de haber sobreelevado los muros exteriores, que presentan almenas macizadas con posterioridad, con fines defensivos. La iglesia está además rodeada por un muro con almenas y troneras que parecen responder a la misma intención.>[14]
El recinto posee su entrada en
el muro meridional, luce una hermosa portada clasicista en buena sillería con
arco de medio punto basado en amplias dovelas labradas (dentadas, escalonadas
al exterior), impostas voladas y somero tejadillo basado en lajas de piedra. La
puerta actual es de madera de pino, con dos hojas en las que se abren otras
puertas menores. El viejo portón y sus herrajes de forja se conserva
parcialmente en un cuarto del templo (presbiterio, lado del evangelio). Resulta
evidente que nos hallamos ante una iglesia fortificada, que serviría de refugio
para la población en caso de amenaza. Este tipo de murallas circundando un
templo puede verse también en la iglesia parroquial de Terriente, cuya zona
posterior servía también de cementerio, y en la iglesia de San Nicolás de Terriente. Asimismo, en la iglesia de San Pedro
Apóstol en Romanos (Zaragoza). Y sin irnos tan lejos, en la parroquial de
Tramacastiel, que hasta mediados los años cincuenta del pasado siglo XX (1955)
estaba rodeada de un alto muro de obra, concentrando dentro del mismo iglesia y
cementerio parroquial.[15]
Vista parcial (meridional) de la muralla almenada que rodea a la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de una arpillera tipo "palo y orbe" (2017). |
Vista interior de la entrada al pasillo que rodea la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle del muro almenado (2017). |
Atravesada la muralla exterior
nos encontramos en un pasillo de tierra cubierto de hierbajos, la entrada al
templo se halla frente a la de la muralla. Se trata de una construcción
compleja, de planta alargada, orientada de este (cabecera) a oeste (pies), con
la entrada en la fachada meridional y torre en la esquina suroccidental, lado
de la epístola. Antes de entrar en la iglesia circundamos la construcción por
la izquierda, pasando por la base de la torre renacentista (planta
cuadrangular) y continuando por los pies del templo, la fachada septentrional,
cabecera y vuelta a la fachada meridional, donde decíamos se abre el atrio
exterior cubierto (portegado) y la entrada principal y única del templo.
La planta de la
torre-campanario decía que es cuadrangular, ocupa el ángulo suroeste del
templo, posee cuatro cuerpos de torre bien diferenciados desde el exterior, basados en sillería y separados por fina
cornisa. El tercer cuerpo ocupa el piso de campanas con dos vanos en cada lado,
la parte alta tiene unos adornos labrados en cada esquina y sobre la terraza
superior se alza una linterna con cúpula, propiamente un chapitel circular cupuliforme con veleta. El agua de la azotea se
drena mediante gárgolas góticas dispuestas en los ángulos. Sobrepasada la base
de la torre nos hallamos en el muro de los pies, aquí se observa un vano
circular en la parte media y dos vanos arqueados encima, el aparejo de los
muros indica que esta zona de los vanos puede corresponder al campanario de una
iglesia anterior, reaprovechada para la actual construcción. En la parte baja
del muro, por debajo de la abertura circular -y en la esquina- hay un par de
huecos que pudieron contener lápidas o señalizaciones funerarias, estando hoy
vacías.
Vista general del atrio exterior (portegado) de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), 2017. |
Detalle del arco y hornacina del atrio exterior (portegado) en la parroquial de Jabaloyas (Teruel), 2017. |
La esquina noroccidental del
templo está basada en sillares de piedra rodena hasta media altura. En el muro
septentrional posee un cuerpo saledizo de mampostería y piedra sillera (caliza)
en las esquina, su tejado vierte a una sola agua y corresponde a la última
capilla del evangelio. Lo más notable, sin embargo, son los vanos de las
ventanas: el dintel y las jambas labrados en piedra, de fina factura
renacentista. Toda esta parte del pasillo que circunda el edificio, entre la
muralla exterior y el templo propiamente parece ser el recinto del antiguo
cementerio parroquial. Son varias las lápidas (señalizaciones funerarias) que
todavía pueden verse adosadas a los muros interiores de la muralla y exteriores
del templo.
D. JUAN JARQUE
JARQUE
+ 1 de Agosto de
1912 a los 61 años
R.I.P.
Sus hijas y
hermanos
La niña
SINFOROSA
MONLEÓN MARCO
Suvio al cielo 21
de sete 1924
A los 14 meses
Sus padres y
hermana
FRANCISCA/
JARQUE ALPUENTE
+ 23 de nobre.1930.de
55 años
R.I.P.
Sus hermanos
De algunas señalizaciones sólo
se conserva el hueco, la lápida se ha desprendido y sus fragmentos deben estar
enterrados al pie. Existen, asimismo, varias inscripciones labradas en las
piedras de los muros (siglas y cruz), correspondientes a otras tantas
señalizaciones de pared. Los huecos de las señalizaciones y lápidas conservadas
evidencian la función cementerial de esta parte del recinto, corresponden a
enterramientos del primer tercio del siglo XX (1912, 1924 y 1930). Sin embargo,
a las fechas indicadas es muy probable que ya existiera el cementerio de La
Lomilla, construido en el solar de la antigua ermita de San Roque. De ser así
cabe una pregunta, ¿por qué se colocaron en este lugar las lápidas, están
inhumadas estas personas en este recinto? La respuesta puede estar en el
cementerio nuevo, observando la data de las primeras inhumaciones.
Detalle de la torre-campanario de base cuadrangular en la parroquial de Jabaloyas (Teruel), situada a los pies, lado de la epístola (2017). |
Vista parcial (suroccidental) de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle del muro almenado y entrada (2017). |
La parte final del recorrido
por el pasillo resulta difícil de atravesar, por la maleza y los arbustos que
impiden el paso. Llegamos así a la entrada de la iglesia, en el muro de la
entrada (derecha) hay un panel informando de las características del templo
–dice-:
- <IGLESIA DE LA ASCENSIÓN DE NUESTRA SEÑORA. Sus orígenes se remontan al año 1300 cuando Jaime II (de Aragón) exime a sus habitantes del pago de la pecha a cambio de sufragar ellos mismos la construcción de una fortificación. Estas tierras fronterizas fueron el escenario bélico elegido para dirimir la sucesión en el trono. Por este motivo el origen de la iglesia parroquial tiene matices defensivos./ La iglesia es de mampostería, con nave única cubierta con bóveda de crucería sencilla y nervio longitudinal. Es del siglo XV y en el siglo XVI se añadieron las capillas laterales. Coro en alto a los pies sobre un arco carpanel. Su cabecera es poligonal con escalera y en el lado del Evangelio existe una capilla renacentista. La sacristía se sitúa en el lado de la Epístola, con bóveda de crucería y forma adaptada a la cabecera./ la torre -de la segunda mitad del siglo XVI- se alza a los pies. Es de cantería, de un solo cuerpo, con vano doble y coronada en cornisa con gárgolas. El interior de la iglesia fue decorado en la época barroca. La portada es de tipo serliano, con arco cobijo./ En la zona exterior de la sacristía aparece una pequeña ventana con arco carpanel decorado con bolas. La entrada de la iglesia se hace a través de un atrio que la rodea. La portada del atrio tiene arco de medio punto con dovelas escalonadas. El resto de la tapia se remata con almenas. El lado del Evangelio estuvo destinado a cementerio.>
El texto expuesto aporta las
claves para la interpretación general de la fábrica del templo. El primer templo
–incluido en el actual- debió ser de finales del siglo XIII (1300). Se alude
aquí a Jaime II de Aragón (1291-1327), según el texto el monarca eximió de
impuestos (pecha) a los javaloyenses a cambio de que construyeran una
fortificación a sus expensas. La fortificación pudo ser la muralla que rodeó el
templo primitivo. Las guerras castellano-aragonesas a las que parece aludir el
texto –Guerra de los Dos Pedros (1356-1369)- tuvieron lugar en las décadas
siguientes, segunda mitad del siglo XIV y se desarrollaron en varias fases con
treguas entre ellas. Desconozco al pronto el papel que pudiera tener Jabaloyas
en aquellas guerras, ni si se vio afecta.
La entrada del templo se halla
en el muro meridional, descentrada hacia los pies. Posee atrio exterior cubierto,
ubicado en el ángulo que forma la base de la torre en su cara oriental y el
muro de la epístola, y se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos. La
entrada propiamente se abre en el hueco de un arco de medio punto, con
cornisamiento en la diagonal del arco. El doble portón de entrada se halla
enmarcado por un arco recto, flanqueado por sendas pilastras con alta basa y
capiteles dóricos. El hueco del arco superior posee en su centro una hornacina
vacía con cúpula avenerada, flanqueada por los pináculos de las pilastras,
labrados en piedra rodena. En su conjunto, la portada se asimila al “tipo
serliano”, con “arco cobijo”. El piso del atrio exterior está pavimentado por
grandes losas de piedra muy desgastadas.
Vista parcial (interior) de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de la baranda del alto coro y arco rebajado (carpanel) que le soporta (2017). |
Vista parcial (interior) de la nave central de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de los arcos de entrada a las capillas laterales, el presbiterio al fondo (2017). |
Vista parcial (interior) de la nave central de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), con detalle de las nervaduras góticas de la bóveda, el presbiterio al fondo (2017). |
El interior del templo resulta
un tanto sombrío, su aspecto es descuidado, aunque impresiona la magnitud de su
nave central, “cubierta con bóveda de crucería sencilla y nervio longitudinal”
que avanza en cinco tramos hasta el presbiterio. Bajo los desconches de la
bóveda asoma el dibujo de los sillares que constituían su primitiva pintura. A
la izquierda de la entrada se halla el coro alto, protegido por una gran
baranda de madera en la parte anterior, sobre un gran arco rebajado (carpanel).
El coro se ilumina por un gran óculo, ventana circular que hemos visto en la
fachada de los pies, por debajo de los vanos correspondientes a las campanas de
la antigua torre. Desde los pies del templo se observa una estupenda panorámica
de la nave, con la crucería sencilla de la bóveda y el nervio longitudinal que
llega hasta la cúpula del presbiterio. Las capillas laterales se abren a la
nave mediante arcos de medio punto, con impostas voladas y pilastras con
capiteles recargados. Por encima de los arcos de las capillas laterales corre
una alta cornisa de los pies a la cabecera. A los pies de la nave se alza una
pila labrada con adornos de gajo sobre columna y basa de piedra, centrando el
pasillo que lleva al presbiterio, que se alza por encima del piso del templo,
cubierto por tarima de madera muy deteriorada en algunos puntos. Es de suponer
que el piso serviría de lugar de enterramiento, como sucedía en todos los
templos de su tiempo.
El presbiterio forma un
semi-hexágono, posee altar exento en la parte anterior y otro de obra adosado
en la posterior, sobre el que se alza el sagrario y una hornacina dorada, y
sobre éste otra mayor con una imagen de la Virgen sobre fondo rojo, obra del
escultor Isaac Rodríguez, un artista local. A ambos lados de la hornacina
central pueden verse sendas columnas barrocas coronadas por ángeles,
probablemente restos del antiguo retablo de mazonería, desaparecido durante la
Revolución Española de 1936 y Guerra Civil (1936-1939), y una hornacina dorada
del mismo estilo.
Detalle de la baranda del alto coro en la parroquial de Jabaloyas (Teruel), donde se hallaba el órgano, destruido durante la Revolución de 1936 (2017). |
A ambos lados del espacio
presbiteral, por debajo de la cornisa superior hay sendos huecos con imágenes: una de la Virgen del Pilar (a la izquierda), otra del Sagrado Corazón
(a la derecha): ambas sobre ménsula de madera con fondo estrellado. La
sacristía se halla a la derecha (epístola) del presbiterio -con planta acomodada a la poligonal del atrio-: posee un recinto superior al que se accede mediante escalerita de caracol. En el lado del
evangelio (izquierda) se abre otro espacio simétrico que sirve de trastero: aquí se hallan los restos del primitivo portón de la muralla, con parte de
sus herrajes de forja. Antes de pasar a las capillas laterales cabe decir que
entre la primera y la segunda capilla del lado de la epístola está el púlpito
de obra, con tornavoz.
La primera capilla del
evangelio luce cúpula renacentista con los nervios y arcadas muy estropeados,
posee altar de obra adosado, sin imágenes. La segunda capilla de ese mismo lado
luce bóveda de crucería sencilla con
cuatro nervios sujetándola, posee altar de obra adosado, asimismo sin
imágenes. El espacio correspondiente a la tercera capilla (situada frente a la
entrada del templo) posee el aspecto de una gran hornacina, debido a que la
arcada que da a la nave central se ha cegado por detrás, posee adornos de yeso
en la parte alta y carece de imágenes.
La verdadera capilla del
evangelio (última de ese lado) es un amplio recinto iluminado por los
ventanales renacentistas vistos al circundar el templo, finamente labrados en
piedra. La capilla carece de adornos de interés, más allá de una alta cornisa
doble que recorre el perímetro interior de los pies a la cabecera. El altar es
exento, el lugar del retablo lo ocupa una sencilla hornacina con una imagen de
la Virgen Milagrosa en el centro, y sobre ella un Cristo crucificado. En el lado derecho
del testero hay un sagrario sobre repisa. La capilla se reconstruyó por iniciativa del párroco (don Baltasar Indurain, sacerdote paúl de Teruel) en 1991. El recinto parece corresponder a la
nombrada capilla de la Virgen del Rosario, construida a principios del siglo
XVII por la cofradía de su nombre (en sustitución de la antigua).
La primera capilla de la
epístola posee una mesa-altar adosada a la izquierda, con una imagen de bulto
del Sagrado Corazón de Jesús, estando el resto del espacio vacío. Según
dijimos, entre la primera y segunda capilla de ese lado se halla el púlpito de
obra, que luce tornavoz. La segunda capilla se halla también vacía, sin altares
ni imágenes.
En conjunto, el interior de la iglesia parroquial de Jabaloyas es sumamente sencillo, en consonancia con el estilo gótico primitivo en que fue construido; los estucos barrocos son posteriores. Merece la pena destacar que en algunos puntos de la bóveda se está desprendiendo el enlucido, dejando ver en los desconches la primitiva ornamentación, basada en sillares pintados.
En conjunto, el interior de la iglesia parroquial de Jabaloyas es sumamente sencillo, en consonancia con el estilo gótico primitivo en que fue construido; los estucos barrocos son posteriores. Merece la pena destacar que en algunos puntos de la bóveda se está desprendiendo el enlucido, dejando ver en los desconches la primitiva ornamentación, basada en sillares pintados.
Detalle de la imagen de la "Virgen del Pilar" en el presbiterio de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), lado del evangelio (2017). |
Detalle de la imagen de la titular "Virgen de la Asunción" en el presbiterio de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), obra del escultor Isaac Rodríguez (2017). |
Detalle de la imagen del "Sagrado Corazón de Jesús" en el presbiterio de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), lado de la epístola (2017). |
Torre-campanario
y alto coro.
Para subir al campanario hay
que dirigirse a la base de la torre, situada a los pies del templo, lado de la
epístola. Antes de subir a la torre nos detenemos en el alto coro, desde donde
puede observarse una estupenda vista de la nave, cúpula y demás elementos que
la forman. La baranda del coro es de madera labrada, con sencillo pasamanos. En
la parte derecha puede verse el hueco del antiguo órgano, destruido durante la
Revolución (1936).
Continuamos nuestra visita a
la torre, mediante una escalerita de caracol (columnilla central y peldaños
superpuestos) llegando hasta el piso de campanas, situado en el tercer cuerpo
de torre. El recinto posee dos grandes vanos arqueados (en medio punto) basados
en piedra labrada en cada orientación: los que dan al norte están cegados,
también los orientados al este, éstos sólo parcialmente. Desde este lado puede
verse la cobertura del templo, que vierte a cuatro aguas, sus faldones
cubiertos de teja árabe dispuesta en canal y cobija. Los vanos que miran al
poniente se hallan despejados, pudiendo observarse desde este lado la zona
occidental del caserío con el cementerio municipal de tapias encaladas en La
Lomilla. Las campanas de la torre se hallan en los vanos que miran al sur, son
de mediano tamaño y yugo metálico, colocadas en sustitución de las dos grandes
que había, las antiguas fueron expoliadas. La grande (vano suroriental) dice
–epigrafía-:
NUESTRA SEÑORA DE
LA ASCENSIÓN/ SUFRAGADA POR EL AYUNTAMIENTO DE ESTA LOCALIDAD/ SIENDO ALCALDE
DON ANTONIO JARQUE DOMINGO/ E INTEGRADO POR DON FRANCISCO HERNÁNDEZ NAVARRO/
JOAQUÍN RODRÍGUEZ DOMINGO Y FORTUNATO RODRÍGUEZ/ LÁZARO DON JOSÉ NÚÑEZ RUIZ
COMO SECRETARIO/ CURA ECÓNOMO RVDO. D. JERÓNIMO CARELA PLOU/ JABALOYAS – MARZO
– 1.969
La pequeña (vano
suroccidental), que toca las horas dice –epigrafía-:
ADVOCACIÓN * PILAR
* VICTORIA
SE REFUNDIÓ SIENDO
CURA ECÓNOMO/ RVDO. D. JERÓNIMO CARELA PLOU/ ALCALDE D. ANTONIO JARQUE DOMINGO/
JABALOYAS – MARZO – 1.969
Del piso de campanas al cuarto
cuerpo de torre se sube mediante unas escaleras metálicas de un solo tramo
dispuestas contra la fachada norte, aquí se halla el reloj (siglo XVII). La
cubierta que sostiene el piso de la terraza y el chapitel cupuliforme con
veleta se basa en una bovedilla reforzada con ocho nervios.
Detalle de campanas en la torre de la parroquial de Jabaloyas (Teruel), situadas en los vanos de la fachada meridional (2017). |
Arquitectura
civil y eclesiástica pública y privada de Jabaloyas.
La riqueza patrimonial (civil
y eclesiástica, pública y privada) de Jabaloyas resulta evidente al pasear por
su casco urbano, no en vano la villa en su conjunto está declarada Bien de
Interés Cultural, en la figura de Conjunto Histórico por el Gobierno de Aragón
(2012).[16]
Tabla con el censo de las principales
construcciones de Jabaloyas (Teruel).
Denominación
|
Ubicación
|
Titularidad
|
Características principales
|
Casa Consistorial
|
-
|
Pública
|
Construcción de nueva
planta: del edificio que ocupaba el solar del actual Ayuntamiento se ha
conservado el arco de entrada adovelado con escudo heráldico y herramientas
de herrador en la dovela central: pujavante, tenazas y martillo.
|
Casa de la Fragua
|
Calle Herrería
|
Familia Díaz
|
Porche elevado vertiendo a
dos aguas, basado en vigas de sabina: afectado por la Desamortización (1859)
salió a subasta pública por 4.000 reales.
|
Casa de la Sirena
|
Plaza Vieja, 13
|
Herederos de
Pedro Martínez
|
Construcción
gótico-renacentista (siglo XV), con modificaciones. Arco adovelado, rebajado
ornado de alfiz y escudo con ondina (sirena), ventana geminada central y dos
laterales con relieve antropomórfico (sol y luna).
|
Casa Diezmera (Granero)
|
Plaza Nueva, 2
|
Pública
|
Construcción renacentista
(siglos XV-XVII), restaurada. Fábrica de cantería con arcos de medio punto
abiertos (Lonja), escudo eclesiástico, entrada con arco recto (dintel y
jambas en piedra labrada).
|
Casa Escuela Niñas
|
Calle Larga, 10
|
-
|
Construcción renacentista
(siglo XVI) modificada. Sobre entrada (izquierda) una ventana geminada de
arcos rebajados, jambas y alfeizar decorados con esferas labradas en piedra.
|
Casa solariega
en plaza
|
Plaza Vieja, 9
|
Herederos de Joaquín
Domingo
|
Construcción renacentista
(siglo XVI), arco de medio punto adovelado en piedra caliza con escudo en la
central: cuadrúpedo con garras atado a un árbol (vinculado al apellido
Noguera).
|
Casa solariega
en calle
|
Calle del Agua, 4
|
Cristóbal Lázaro
|
Construcción renacentista
(siglo XVI), arco de medio punto adovelado en piedra caliza con escudo en la
central: cuadrúpedo con garras atado a un árbol (vinculado al apellido
Noguera).
|
Casa solariega
en calle
|
Calle Larga, 8
|
Segundo Navarro
|
Construcción renacentista
(siglo XVI), arco de medio punto adovelado en piedra caliza con el anagrama
del nombre de Cristo en la central: JHS (Iesus Hominum Salvator: Jesús
Salvador de los Hombres). Sobre el arco de entrada una ventana geminada de
arcos rebajados, jambas y alfeizar decorados con esferas labradas en piedra.
|
Casa solariega
en calle
|
Calle del Horno, 5
|
Simón Sánchez
|
Construcción renacentista
(siglo XVI), arco de medio punto adovelado en piedra rodena con criptograma
en la central: JHS (Iesus Hominum Salvator: Jesús Salvador de los
Hombres).
|
Casa solariega
en calle
|
Calle Cerca Iglesia, 6
|
Herederos de Salvador
Rodríguez
|
Construcción renacentista
(siglos XVI-XVII), arco de medio punto adovelado en piedra rodena con
criptograma en la central: JHS (Iesus Hominum Salvator: Jesús Salvador
de los Hombres).
|
Casa solariega
en calle
|
Calle Cerco Iglesia, 16
|
Valentín Jarque
|
Muestra de arquitectura
tradicional, arco rebajado en la entrada y balcón con tejaroz y reja de forja
en ventana lateral.
|
Ermita de la Virgen de los Dolores
|
Partida de La Veguilla
|
Pública
|
Construcción gótico-mudéjar
de planta alargada y ábside hexagonal, basada en mampostería, cubierta a
cuatro aguas con espadaña sobre la entrada y coro alto a los pies (añadido
del siglo XVII).
|
Ermita de San Cristóbal
|
Cerro Javalón
|
Pública
|
Construcción de planta
alargada, basada en mampostería, cubierta a cuatro aguas con espadaña sobre
la entrada (siglo XVIII-XIX).
|
Fuente de la Canal
|
Salida meridional del
pueblo
|
Pública
|
Posee abrevadero y lavadero
(siglo XIX).
|
Fuente pública
|
Calle de la Fuente
|
Pública
|
Construida en piedra
sillera, posee pilón cubierto con tejadillo a doble vertiente y arco de medio
punto, con abrevadero corrido (1830)
|
Iglesia parroquial de la Asunción
|
Calle Cerco Iglesia
|
Pública
|
Construcción fortificada de
planta alargada, cobertura a cuatro aguas, torre cuadrada renacentista a los
pies (epístola), ábside hexagonal, portada neoclásica, nave con bóveda de
crucería simple y ligadura longitudinal, capillas laterales (siglos XV-XVI).
|
Molino de viento
|
Barranco de la Canaleja
|
-
|
Torreón arruinado circular
basado en mampostería con mampuestos encarados (siglo XVI en adelante).
|
Elaboración propia (2017). Tomado de Aspas Rodríguez
(2014). El criptograma (anagrama o monograma con el nombre de Cristo) JHS ya lo
utiliza san Ignacio de Loyola en su sello como Superior de la Compañía de Jesús
(1541), siendo el emblema de esta orden religiosa, indicando la “centralidad”
de Jesús.
Existen otras casas solariegas
de noble porte, aunque sin la antigüedad y prestancia de las descritas -entre
ellas están-: Casa de Fortunato y Juan Antonio, Casa de Joaquín Jarque, Casa de
la familia Amenedo, Casa Escuela de Niñas, Horno de la Plaza y Horno de las
Peñas –su ubicación y descripción sobrepasan las posibilidades de este
artículo-.
Fachada de la Casa de César en Jabaloyas (Teruel), con detalle de arco adovelado y escudo con el anagrama del nombre de Cristo (JHS) en la clave (2017). |
Fachada de una casa situada en la calle Cerco Iglesia de Jabaloyas (Teruel), con arco rebajado en la entrada, balcón saledizo con tejaroz y reja de forja (2017). |
Jabaloyas
durante la Revolución y Guerra Civil Española (1936-1939).
Durante la guerra civil
Jabaloyas quedó en zona republicana y fue bombardeada por la aviación
franquista, destruyéndose varios edificios situados en la calle del Agua (de la
Fuente), afectándose también el edificio de la Casa Consistorial, donde se
custodiaba “su antiguo y valioso archivo histórico”.[17]
Asimismo, en agosto de 1936,
la iglesia parroquial fue saqueada por un grupo de milicianos armados
procedentes de Cullera (Valencia), quienes “con gran jolgorio” destruyeron y
quemaron “con la mayor impunidad, el importantísimo arte imaginero de dicha
iglesia y sus ermitas”, incluyendo el mobiliario, pinturas y archivo (libros y
pergaminos centenarios). El saqueo afectó también al oro y la plata de las
joyas de iglesia y vasos sagrados, “sólo quedaron como mudos testigos de tanta
barbarie y sinrazón, sus grandes y centenarias campanas, que pasado un tiempo
fueron (también) dinamitadas y expoliadas... con fines desconocidos”.[18]
Del antiguo retablo del altar mayor quedan unas columnas “salomónicas envueltas
en guirnaldas que soportan la figura de ángeles y parte de la hornacina de un
sagrario del referido retablo”[19]
del siglo XVII-XVIII.
Según consta en la
documentación de la Causa General, ramo Separado de Jabaloyas (Teruel), partido
judicial de Albarracín: el 25 de agosto de 1936, “fueron destruidas todas la
imágenes de la Iglesia/ parroquial, Ermita de la Virgen de los Dolores y la/ de
San Cristóbal con todos los objetos de Culto”.[20]
El daño producido por aquellos energúmenos en el patrimonio ornamental y mueble
de los templos (iglesia y ermitas) resulta incalculable; además de no tener
perdón su ignorancia resulta patética. Cierto que siguieron las consignas
ideológicas y revolucionarias del momento histórico, pero ello no les exime de
responsabilidad.
Al año siguiente, el 12 de
agosto de 1937, “fue evacuada la población por fuerzas rojas, saqueando todas/
las casas, y destruyéndolas durante (los) 20 meses que duró la/ evacuación”.
Pocos días después de la evacuación, el 15 de agosto de 1937 “fueron
incendiados 8 edificios producidos por proyectiles de ar-/ tillería”.[21]
Detalle de arco de medio punto en la entrada de un edificio de Jabaloyas (Teruel), correspondiente al Horno de las Peñas, situado en la antigua calle Empedrada (2017). |
Vista frontal de la Fuente Pública en Jabaloyas (Teruel), con detalle de pilón cubierto a dos aguas y abrevadero corrido (1820), 2017. |
Detalle de portón y muro de corral descubierto en la trasera de una casa de Jabaloyas (Teruel), 2017. |
Asimismo, al comienzo de la
guerra (agosto de 1936) tuvo lugar un hecho dramático y luctuoso en lo
personal, cual fue el asesinato de dos vecinos:
* Francisco Laguía Domingo, de
45 años, de profesión labrador, sin filiación política conocida, fallecido el
27 de agosto de 1936, “En la población a tiros/ de escopeta”, siendo Antonio
Jarque Torres la persona sospechosa de haber participado en el crimen, el cual
fue a su vez asesiando.[22]
* Antonio Jarque Torres, de 55
años, de profesión labrador, “No estubo afiliado a partido/ alguno – Desempeñó
los cargos de/ Alcalde-Juez y Fiscal municipal”, fallecido el 28 de agosto de
1936, “Fue encontrado su/ cadáver en la Ceja/ del Pipante de este/ término”,
siendo sospechosos de haber participado en el crimen “Todos los vecinos del
pue-/blo irritados por haber a-/sesinado a Francisco Laguía.[23]
La muerte de ambos fue
inscrita en el Registro Civil. Pero ¿cuáles fueron las circunstancias que
llevaron a este doble crimen, asesinato y linchamiento?
Según la declaración
testifical de Pascual Jarque Torres (de 21 de junio de 1941), hermano del
vecino linchado, “Antonio Jarque Torres, a-/pareció muerto el día 18 de
septiembre de/ 1936 (los restos) en la partida Rocho del Pipante/ de este
término municipal, que cree que le hubo/ de alcanzar algun disparo de escopeta,
que los/ vecinos le hicieron, los cuales por orden del la/ Alcaldía salieron en
su persecución por ha-/ ver asesinado su citado hermano al tambien/ vecino de
aquí Francisco Laguía Domingo,/ el día 27 de agosto de 1936”.[24]
Según la declaración
testifical de Mariana Ramírez Domingo (de 21 de junio de 1941), “su esposo
Francisco Laguía Domingo/ fue asesinado el día 27 de agosto de 1936, en/ la
Calle del Agua de este pueblo, por el ve-/cino tambien de este pueblo Antonio/
Jarque Torres, desconociendo los motivos”. “Que lo considera responsable al
mis-/mo Antonio Jarque Torres, el cual ya/ falleció, encontrándolo a los veinte
días/ de haber asesinado a su esposo el esque-/leto en la partida Rocho del
Pipante/ de este término municipal, a unos seis/ kilómetros de la población en
un mon-/te”. “Que toda la población sabe que/ el citado Antonio fue el asesino,
por/ haberle disparado dos tiros a las seis/ de la mañana en presencia de
va-/rios vecinos, y que nada mas tiene que/ decir”.[25]
Vista general (suroccidental) del actual edificio del Ayuntamiento, que conserva restos de la antigua Casa Consistorial (2017). |
Vista de la entrada lateral del actual Ayuntamiento, con detalle de arco de medio punto y escudo labrado con motivos de herraje (pujavante, tenazas y martillo) en la clave (2017). |
Respecto a las causas y
motivaciones de los crímenes (asesinato y linchamiento), el comandante del
puesto de la Guardia civil de Terriente (Teruel) expone en un informe las
conclusiones de sus investigaciones, dirigidas al Fiscal Instructor de la Causa
General de Teruel, explicando “que debido a la falta de civismo (colaboración)
de los habitantes de Jabaloyas (...), no ha sido posible recoger más datos que
los expuestos, por la muerte de los individuos que cita en su escrito, y que estos
han sido sacados en consecuencia de varias versiones circuladas, por el que
suscribe” –y que exponemos de forma extractada-:
- <FRANCISCO LAGUIA DOMINGO: estaba considerado apolítico al comienzo de la guerra civil. Al presentarse en Jabaloyas los primeros elementos marxistas, procedentes de Valencia, fue uno de los muchos de dicho pueblo que en unión de los mencionados milicianos se introdujeron en algunas casas que fueron saqueadas, entre ellas la de Antonio Jarque Torres, que se hallaba ausente, llevándose una saca de harina; al día siguiente, al regresar al pueblo Antonio Jarque (los milicianos rojos se habían marchado al pueblo de Toril), se enteró por una criada que tenía de quienes fueron los vecinos que habían intervenido en el saqueo de su casa, y al encontrarse con Francisco Laguía entablaron una discusión sobre el robo de la saca de harina, llegando a las manos: entonces el Antonio Jarque con una escopeta que llevaba al efecto, disparó sobre el Francisco Laguía, ocasionándole una herida grave de la cual falleció ocho horas después.>[26]
Y sigue diciendo:
- <ANTONIO JARQUE TORRES: estaba considerado apolítico, si bien su simpatía era por las derechas. Al llegar a Jabaloyas los elementos rojos, él se encontraba fuera, trabajando en el campo, enterándose por una criada que tenía de la marcha del pueblo de los milicianos, así como del saqueo de su casa y de los vecinos que habían intervenido. Regresó al pueblo y se encontró con Francisco Laguía, uno de los partícipes en el saqueo. Después de sostener una discusión, y de llegar a las manos, con una escopeta que llevaba al efecto le hirió gravemente, huyendo entonces al campo y siendo perseguido por todo el pueblo en general con varias escopetas, cuchillos y otras herramientas cortantes de las faenas agrícolas. Le encontraron en un barranco en las inmediaciones del pueblo, hiriéndole gravemente por tiros de escopeta, no pudiéndolo coger a pesar de ello, apareciendo a los pocos días muerto en el bosque. En la persecución intervinieron los del pueblo, si bien la muerte fue ejecutada por armas de fuego, que portaban sólo los que tenía autorización, pudiendo considerarse a éstos los responsables. Según rumores circulados por Jabaloyas, el alcalde actual de esta localidad, al regresar de la batida, dejó decir que gracias a él fue muerto (el tal Antonio Jarque), por lo cual todos sospechan, sin asegurarlo, que fue el citado alcalde actual, llamado Lucio Yagues el que hirió gravemente al perseguido. Lucio Yagues llevaba una escopeta y tiraba con posta, y unos días más tarde, al encontrar el cadáver de Antonio Jarque, observaron que la herida (que llevaba) fue producida con posta.>[27]
El informe del comandante del
puesto de la Guardia Civil de Terriente, relativo al desarrollo de este drama rural, resulta compatible con las
declaraciones testificales recogidas por el juez municipal dos años antes, y
está firmado el 19 de abril de 1943, data en la que el mencionado Lucio Yagues
era alcalde de Jabaloyas.
A principios del segundo año
de contienda (marzo de 1938) hubo otro fallecimiento en Jabaloyas (Constantino
Domingo Lázaro), al que según su prima-hermana (Francisca Domingo Martínez)
hallaron muerto en una casa del Barrio del Trinquete: la población de Jabaloyas
estaba por entonces evacuada, desconociéndose la causa de la muerte (si fue
asesinado o falleció de muerte natural), “toda vez que como mandaban tropas
rojas, no gestionaron nada”; seguramente la muerte no fue investigada, ni se le
hizo autopsia al finado.[28]
Detalle de doble ventana con arco rebajado labrado en piedra en la fachada de la casa de la familia Navarro en Jabaloyas (Teruel), 2017. |
Palabras
finales, a modo de conclusión.
Concluimos el artículo con la
pretensión de haber cumplido el objetivo propuesto, aproximarnos al
conocimiento de Jabaloyas a través de sus edificios religiosos más emblemáticos
(Ermita de San Cristóbal, Ermita de la Virgen de los Dolores e Iglesia
parroquial de Nuestra Señora de la Asunción), comprendiendo al paso que nuestra
aproximación resulta imposible si dejamos de lado la construcción civil (Casa
Consistorial, Casa de los Diezmos, Fuente Pública y casas solariegas).
La historia de Jabaloyas
comienza en la baja Edad Media, su fundación se relaciona con un caballeo
francés de la casa de Valois que vino de Francia para colaborar con Jaime I de
Aragón en la conquista de Mallorca (1229-1231). La primera fundación pudo ser
en el mismo cerro Javalón, “lugar que hubieron de abandonar por las
dificultades del terreno”, estableciéndose en el lugar donde hoy se halla la
villa, cuyo primer nombre debió ser “Baloyas”. Un caballero apellidado
“Jabaloyas” tomó la villa de Alpuente, otros de esta progenie participaron en
la conquista de Granada en tiempo de los Reyes Católicos (1492), poniéndose de
parte de Carlos I de España en la rebelión de las Germanías y Comunidades de
Castilla (1520-1522).
Desde el Rincón de Ademuz –vía
Arroyo Cerezo, Veguillas de la Sierra y Alobras-, Jabaloyas y su entorno
constituyen el motivo de una estupenda excursión, el término posee paisaje,
historia y tradición, antiguas leyendas y una arquitectura asombrosa,
comenzando por la Casa de la Sirena y terminando por el prodigioso templo
parroquial. Ambas construcciones corresponden al siglo de oro de Jabaloyas
(siglo XV-XVI), momento de esplendor económico relacionado con la ganadería y
el pujante comercio de la lana.
Fachada de la casa de Cristóbal y Antonia en Jabaloyas (Teruel), con detalle de arco de piedra adovelado y escudo labrado en la clave (2017) |
Jabaloyas tiene en su término
una aldea –Arroyofrío, lugar ubicado entre Cañigral y Toril- a la que sólo
nombramos, pero con una iglesia –la Santísima Trinidad (siglo XVII)- digna de
conocerse, no obstante hallarse también muy abandonada. Este parece ser el
triste destino de tantos edificios notables en los pueblos de la antigua
diócesis de Albarracín, el abandono y la destrucción, perniciosos efectos
sociales y económicos de la despoblación -aunque no los únicos-: basados
todos ellos en la pérdida de la cultura tradicional, incluyendo la arquitectura vernacular, el uso del medio en general y su razón de ser.
El patrimonio arquitectónico
de Jabaloyas es de los más importantes de la zona, cuando visité por primera
vez la villa (en 1998) la Ermita de la Virgen de los Dolores se hallaba en
franca ruina, dándola por perdida. José Albi estuvo en el lugar unos años antes
(en 1992) y ya sentenció que se hallaba condenada a la destrucción. Por suerte,
ambos nos equivocamos, pues hoy luce rehabilitada como una joya gótico-mudéjar.
Se ha recuperado también la fachada de la Casa de los Diezmos (Casa Diezmera,
más conocida como el “Granero” entre los lugareños), descubriendo al paso los
arcos de la lonja. En general, el pueblo se halla muy cuidado, aunque
desconocemos el futuro que aguarda a algunas casas solariegas particulares, tal
la Casa de la Sirena, una de las construcciones civiles más hermosas de la
Serranía de Albarracín.
Queda por rehabilitar la
iglesia parroquial, fabulosa construcción fortificada, cuyo interior denota
deterioro y abandono, habiendo perdido la prestancia que antaño debió tener.
Seguramente ya no se recuperó, tras el atentado revolucionario de 1936. Nos
consta el esfuerzo del Ayuntamiento por conseguir las ayudas públicas
necesarias para restaurar y mantener una de las iglesia más emblemáticas de la
comarca. Su torre-campanario renacentista constituye un bastión formidable
–obra atribuida al maestro cantero Alonso del Barrio Dajo (también, Alonso
Barrio de Ajo), artífice de la torre de la catedral de Albarracín
(en 1594)-, el más poderoso emblema de la población jabaloyense.
En suma: Jabaloyas,
declarado Bien de Interés Cultural en la figura de Conjunto Histórico por el
Gobierno de Aragón (2012), es “un pueblo digno de ser visitado y paladeado
siempre que se posea un cabal sentido de lo auténtico, de lo espontáneamente
rural y artístico” –escribía José Albi (1992)-. Josep Pla (1897-1981) lo diría de forma más contundente: Vayan a Jabaloyas. Si tienen algo en la cabeza, les va a interesar... En cualquier caso yo intentaré volver a Jabaloyas, y subir al Javalón, para disfrutar desde su cima
de una de los panoramas más admirables de la Sierra de Albarracín, lindante con
el Rincón de Ademuz. Vale.
De la Real Academia de Cultura
Valenciana (RACV).
Véase
también:
* ALOBRAS,
PUEBLO DE TERUEL (I), del viernes 24 de febrero de 2017.
* ALOBRAS,
PUEBLO DE TERUEL (y II), del viernes 24 de febrero de 2017.
* LIBROS, PUEBLO DE TERUEL (I), del martes 16 de mayo de 2017.
* LIBROS, PUEBLO DE TERUEL (y II), del martes 16 de mayo de 2017.
* LIBROS, PUEBLO DE TERUEL (I), del martes 16 de mayo de 2017.
* LIBROS, PUEBLO DE TERUEL (y II), del martes 16 de mayo de 2017.
* TORMÓN, PUEBLO DE TERUEL
(I), del miércoles 1 de febrero de 2017.
* TORMÓN, PUEBLO DE TERUEL
(y II), del miércoles 1 de febrero de 2017.
* TRAMACASTIEL,
PUEBLO DE TERUEL (I), del viernes 14 de abril de 2017.
* TRAMACASTIEL,
PUEBLO DE TERUEL (y II), del viernes 14 de abril de 2017.
* VEGUILLAS DE LA SIERRA,
PUEBLO DE TERUEL, del viernes 20 de enero de 2017.
* VISITA GUIADA A LOS
ESTRECHOS DEL EBRÓN (I), del viernes 13 de enero de 2017.
* VISITA GUIADA A LOS
ESTRECHOS DEL EBRÓN (y II), del viernes 13 de enero de 2017.
[1] TOMÁS LAGUIA, César (1964). Las iglesias de la diócesis de Albarracín,
en revista TERUEL 32 (1964), p. 55.
[2] Archivo
Diocesano de Albarracín [ADA], Procesos beneficiales, número 50. Citado
por TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 56.
[3]
Episcopologio de Albarracín, obispos 1º y 2º después de la desmembración de
Segorbe. Citado por TOMÁS LAGUÍA en La desmembración de las Iglesias de
Albarracín y Segorbe, Teruel, 1965, p. 19.
[4] [ADA], Procesos
beneficiales, número 34 y 128. Citado por TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 56.
[5] UTIENES,
Sebastián (1618). Relación Sumaria I, fol. 161. Citado por TOMÁS LAGUÍA
(1964), p. 55.
[6] Archivo
Diocesano de Albarracín. Procesos beneficiales, número 139. Citado por
TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 56.
[7] [ADA], Libro
de las Capellanías, fols. 377, 366 y 388.
[8] [ADA], Libro
de las Capellanías, fol. 368. Citado por TOMÁS LAGUÍA (1964), pp. 56-57.
[9] TOMÁS LAGUÍA
(1964), p. 57.
[10] [ADA], Procesos
civiles, Serie 2ª, número 22. Citado por TOMÁS LAGUÍA (1964), pp. 57-58.
[11] [ADA], Procesos
civiles, Serie 2ª, número 31. Citado por TOMÁS LAGUÍA (1964), p. 57.
[12] ORDEN de 24
de octubre de 2002, del Departamento de Cultura y Turismo, por la que se
declara Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés la “Iglesia de la
Asunción” en Jabaloyas (Teruel).
[13] SÁNCHEZ
GARZÓN, Alfredo. Visita guiada a las ruinas de Moya (I y II), del jueves 18 de octubre de 2012.
[14] ALMAGRO GORBEA, Antonio (1993). Urbanismo y arquitectura en la Sierra de Albarracín, Cartillas turolenses nº 14, Edita Instituto de Estudios Turolenses, Diputación Provincial de Teruel, Zaragoza, p. 60.
[15] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Tramacastiel, pueblo de Teruel (I y II), del viernes 14 de abril de 2017.
[15] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Tramacastiel, pueblo de Teruel (I y II), del viernes 14 de abril de 2017.
[16] Decreto
177/2012, de 17 de julio, del Gobierno de Aragón, por el que se declara la
Villa de Jabaloyas (Teruel) como Bien de Interés Culturas, en la figura de
Conjunto Histórico.
[17] ASPAS
RODRÍGUEZ (2014), p. 84.
[18] Ibídem, p.
89.
[19] Ibídem, p.
91
[21] Ibídem.
[25] Ibídem,
Imagen Núm: 13 de 17.
[26] Ibídem,
Imagen Núm: 16 de 17.
[27] Ibídem,
Imagen Núm: 16 y 17 de 17.
[28] Ibídem,
Imagen Núm: 14 de 17.
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