domingo, 10 de septiembre de 2017

RIODEVA, PUEBLO DE TERUEL (y II).


Aproximación al conocimiento de Riodeva
-a través de sus edificios religiosos más emblemáticos-:
iglesia de la Virgen de los Dolores, ermita de la Purísima y
ermita de Santa Bárbara, y patrimonio natural.




“La Ermita de la Purísima se halla sobre un cerrito cercano a la población,
en posición suroriental respecto de la misma.
Fue construida a mediados del siglo XIX (1854-1858),
siendo su fábrica posterior a la iglesia parroquial,
que fue levantada a finales del siglo XVIII (1780)”
-Del contenido textual-.





La Riodeva de Francisco Candel.
En su obra -Viaje al Rincón de Ademuz (1977)-, Francisco Candel Tortajada (Casas Altas, 1925-Barcelona, 2007) y sus amigos catalanes pasaron por Riodeva, procedentes de Camarena de la Sierra. Iban caminando y pretendían entrar en el Rincón de Ademuz por Mas del Olmo, aldea de Ademuz. Esto fue en septiembre de 1964, cuando avistaron Riodeva era ya casi de noche, el cielo parcialmente iluminado por una luna creciente. Desde lejos vieron encenderse las luces del pueblo, por la distribución les pareció que estaba dividido en dos núcleos. En la distancia las luces se mostraban engañosas, próximas en ocasiones, muy lejanas en otras, el camino pedregoso y polvoriento... Llegaron sobre las nueve de la noche, ya oscurecido: “Es una llegada siniestra, fantasmagórica, alucinante. En el cielo se recortan siluetas oscuras de casas, corrales y parideras. Unas luces raquíticas, macilentas y distanciadas medio alumbran la escena. A través de algunas puertas entreabiertas se ve fuego encendido y luces de velas o de candiles”. Un paisaje de otro tiempo, absolutamente rural, que podría ser el de cualquier pueblo de la zona; en todo caso pobre, familiar, reiterado... Al relator le impresionan los balidos de las ovejas, la cantidad de ganado que había entonces en el pueblo: “las calles aparecen llenas de borregos, verdaderos ríos lanares” -no en vano había unas cinco mil cabezas, según les dijeron.[1] 


Vista parcial de la iglesia parroquial de Riodeva (Teruel),
con detalle del secular olmo negrillo que la sombreaba (ca.1986)
[Tomada de Zapater Gil (1986), tomo VIII, p. 2084].


Los caminantes recalaron en una posada, “el establecimiento es de cuarta categoría”, “el bar está en un ancho zaguán. Hay unas pocas mesas y unas sillas de anea”. Cenaron “en el piso de arriba de la casa, en la mesa de los fondistas”. Durante la cena se enteraron de muchas cosas del pueblo: lo más llamativo es la disminución del censo, “el pueblo ha pasado de trescientos vecinos a ciento setenta y siete” –el autor, cuando dice de vecinos quiere decir habitantes-. La despoblación supone una desbandada, “todos huyen a Barcelona o Valencia”. Después de cenar los viajeros salieron “a dar una vuelta por el pueblo solitario”, a la luz de la luna. En su paseo por las calles desiertas dieron con el templo, “frente a la iglesia el corpulento olmo. Es la característica de todos los pueblos que encontramos, o casi todo: olmo y frontón, unos frontones en los que ya nadie juega a la pelota...”. Continuaron su paseo por las estrechas callejas del pueblo, calles laberínticas con muchos escalones. Cuando volvieron a la posada, en el bar unas mujeres miraban la televisión.[2]

A la mañana siguiente dos de los viajeros salieron de la posada para visitar el pueblo, el contraste entre la visita nocturna y la diurna fue absoluto. Estuvieron de nuevo en la plaza de la iglesia, se fotografiaron junto al viejo olmo y visitaron el templo en compañía del párroco, donde no vieron “nada de particular e interesante” -luego fueron a la ermita de la Purísima, situada a las afueras del pueblo-: “Cuando la guerra –les informa don Tomás Arce, el sacerdote- los rojos la convirtieron en hospital de sarnosos”.[3] Al parecer, la ermita la había reconstruido el mismo cura: “Está situada en una altiplanicie idílica, a cinco minutos del pueblo y en medio de una huerta muy rica”. Sigue describiendo el lugar del ermitorio: “Frente a la ermita hay una plaza o explanada rodeada de las hornacinas o capillitas –todavía vacías- del Vía Crucis”. El párroco suele ir por allí con frecuencia, para leer su breviario o el periódico. Dice del interior de la ermita: “El altar de la ermita lo restauraron unos valencianos, con ese gusto charro, barroco y policromo –colorines y oro- propio de las gente de Valencia. La gente del pueblo la llama la Purisimica. A la izquierda hay una Pilarica. A la derecha un Niño Jesús con una bola. Un Niñico Jesús con una bolica. El cura anda entusiasmado con el Niño de la bola. No hace más que recalcar lo guapo que es...”. Continúa informando a los visitantes, señala el lugar de la campana, la cuerda para tocar está en un lado, junto a la puerta. El cura es un hombre singular, muy hablador, chistoso y dicharachero, muy agudo, sin embargo, “debajo de su aspecto bromista se esconde algo patético, entre terriblemente escéptico y desbordadamente humano”.[4]


Detalle de fuente con pilón y abrevadero en la plaza de la Iglesia de Riodeva (Teruel),
con el pico del Águila al fondo (2017).

Desde la ermita bajan a la huerta “por unos senderos casi cubiertos de vegetación exuberante”, bajan hasta la vega, mientras el cura le cuenta el origen del nombre del pueblo: “Se lo puso un reconquistador asturiano cuando tomó aquello a los moros y en recuerdo del río de su tierra, el Deva”. El cura les propone otra explicación del nombre del pueblo, diciendo “que aquello es tan ubérrimo como lo debió ser el edén, el valle del Eufrates, el río de Eva. Riodeva fue la contracción resultante”. Sin darles un momento de respiro el cura acompaña a los visitantes “por el pueblo, y por todas partes”, al final les invita a su casa y les presenta a su anciana casera, con la que vive pobremente. En su despacho el cura tiene muchas fotografías pegadas a las paredes, son fotos de la guerra civil, “en una de ellas está él de comandante”, “anduvo de pater con los flechas negras italianos y con los falangistas...”. En otras fotos aparece “con grupos de soldados, y con prisioneros de guerra”. Les muestra otras de Teruel, “antes de la contienda, en la contienda y después, con las destrucciones y las restauraciones”. Uno no puede por menos que preguntarse qué sería de aquellas fotografías, tan sorprendentes desde el punto de vista historiográfico, y humano. El cura lleva a los viajeros a ver la escuela, un edificio nuevo “de un tipo estándar bastante acertado”. Les presenta a la maestra y después al practicante, que ya conocían. Los caminantes deben continuar su viaje, en dirección a Mas del Olmo y Puebla de San Miguel, antes de despedirse el cura les da recuerdos para don Pascual, el párroco de la Puebla.[5]


Detalle de bancos y árboles de sombra en la plaza de la iglesia de Riodeva (Teruel), 2016.


Iglesia parroquial de Riodeva.
Del paso de Candel y sus amigos catalanes (Javier Fábregas y Antonio Orihuela) por Riodeva (en septiembre de 1964) nos queda la descripción que el escritor hace de sus impresiones tras recorrer el pueblo. Estuvo en la plaza de la Iglesia, vio el viejo olmo y visitó el templo guiado por el párroco (don Tomás Arce), sin reseñar nada de la iglesia que llamara su atención. Muchos años después, el escritor y periodista Alfonso Zapater Gil (1932-2007) en su magna obra -Aragón, pueblo a pueblo (1986)- aporta algunos datos del edificio eclesial:
  • La iglesia parroquial de la Virgen de los Dolores –Madoz la pone bajo la advocación de San Lorenzo, que es el patrón de la localidad-, es una construcción correspondiente a la segunda mitad del siglo XVIII, de mampostería, distribuida en tres naves, la central cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos, y las laterales por bóvedas vaídas. De estilo neoclásico, fue desmantelada en 1936, por lo que todas sus imágenes son modernas. Se conservan las puertas de la sacristía, interesante labor en madera. En su exterior, la fachada principal aparece sin terminar. La torre campanario se alza a los pies, en el lado del Evangelio; es obra asimismo de mampostería y ladrillo, de cuatro cuerpos y forma octogonal.[6]


Vista frontal de la iglesia parroquial de Riodeva (Teruel),
con detalle de la torre-campanario (2017).

Vista parcial de la fachada de la parroquial de Riodeva (Teruel),
fábrica neoclásica de 1780 (2017).


Detalle de la hornacina sobre la puerta de entrada de la parroquial de Riodeva (Teruel),
con la imagen de san Lorenzo, patrón del pueblo (2017).

En nuestra visita a Riodeva fuimos también a ver la iglesia parroquial, nos acompañó la señora alcaldesa –doña Mª Dolores Llovera Fernández-, que tiene la llave. El templo se halla en la parte baja (meridional) del pueblo, en una placeta rodeada por árboles de sombra, frente a una fuente con pileta y abrevadero. El templo posee planta rectangular -orientación norte (cabecera), sur (pies)-: muros de mampostería ordinaria con sillería en las esquinas y cobertura a cuatro aguas. La totalidad del edificio se halla circundada por un sólido zócalo de piedra. La torre-campanario se halla a los pies, lado del evangelio, cuyo primer cuerpo forma parte de la fachada principal. Este primer cuerpo sobresale por encima del tejado del templo, posee a modo de terraza, con adornos lanceolados en las esquinas. Sobre esta terraza se construyeron a posteriori tres cuerpos más de torre en ladrillo, de forma octogonal y separados por gruesa cornisa labrada en piedra. El segundo cuerpo aloja en su parte alta la esfera y maquinaria del reloj. El tercer cuerpo alberga el piso de campanas. El cuarto y último cuerpo de torre posee tejadillo piramidal con teja vidriada de colores, coronado por una cruz de forja.

La fachada principal del templo posee varias aberturas, tres longitudinales en la parte de la torre, otra en la parte central, sobre la entrada. La entrada posee una puerta en madera de dos hojas, enmarcada en una arco recto de piedra sobre la que hay una hornacina de obra con la imagen del patrón del pueblo -dispuesto sobre una basa de piedra-: porta la palma del martirio y unas grandes parrillas. Por la parte de la epístola se observa el tejadillo de las capillas de ese lado, con sus correspondientes machones o contrafuertes. En un cartel bajo el alero de cabecera (lado de la epístola), puede leerse una data: AÑO 1780 –aludiendo seguramente a la fecha de construcción del templo-.


Detalle de data -AÑO 1780- bajo el alero de la parroquial de Riodeva (Teruel),
en la cabecera, lado de la epístola, alusiva a fecha de construcción del templo (2017)


El interior del templo es sencillo, amplio y luminoso. Dispone de un atrio interior basado en una estructura de madera con puertas laterales y al frente, con herrajes metálicos. A los pies se alza el alto coro sobre arco recto, que luce amplia baranda con pasamano de madera y listones. Las capillas de los pies poseen amplios arcos rebajados, el del evangelio está cegado, lo ocupa la base de la torre, por donde también se accede al coro.

Posee nave central con bóveda de cañón y lunetos, y tres capillas laterales con bóvedas vaída (de pañuelo), abiertas a la nave mediante arcos de medio punto con pilastras laterales. El piso es de ladrillo rojo, con el presbiterio del mismo material, un par de escalones con rellano por encima del piso de la nave. El espacio presbiteral posee un altar exento en la parte anterior y otro de obra adosado al fondo, con un sencillo retablo de obra de gusto neoclásico. El retablo posee una imagen central de la titular (Virgen de los Dolores) dispuesta en una hornacina alargada, bajo la cual hay otra de menor tamaño con un crucifijo. A ambos lados columnas de fuste acanalado sobre basas imitando mármol, friso recto y estructura triangular en la parte alta. Entre las columnas laterales hay dos imágenes: san Lorenzo a la epístola y una Inmaculada Concepción al evangelio. En los muros laterales del presbiterio hay dos hornacinas de obra, en la de la derecha destaca una imagen de san Roque de mirada asombrada y en la de la izquierda otra de la Virgen del Pilar. Por delante del segundo escalón del presbiterio hay dos recintos con notables puertas labradas, seguramente originales: el espacio de la derecha corresponde a la sacristía, el de la izquierda sirve de almacén para objetos litúrgicos.



Vista del presbiterio de la parroquial de Riodeva (Teruel),
con detalle del retablo de obra neoclásico (2017).

Vista del alto coro de la parroquial de Riodeva (Teruel),
situado a los pies del templo, sobre el atrio interior (2017).

Tabla relativa a las imágenes y representaciones contenidas en las capillas laterales de la iglesia parroquial de Riodeva, Teruel (2017).
Evangelio
Epístola
* San Joaquín,
en hornacina al frente.
* Confesionario de madera,
 a la derecha.
Sagrado Corazón de Jesús,
en hornacina al frente.
* Santa Bárbara,
a la izquierda, sobre repisa.
* Virgen del Rosario,
en hornacina al frente.
* Santa Catalina de Siena,
sobre repisa a la derecha.
* San José con el Niño,
en hornacina al frente.
* San Isidro Labrador,
en pilar sobre repisa a la izquierda.
* Virgen del Carmen,
en hornacina al frente.
* Pila Bautismal, a la izquierda.
* Santo Cristo de la Misericordia,
en hornacina al frente.

Entrada a la torre,
subida al coro y campanario.
San Antonio Abad,
En hornacina al frente.
Elaboración propia (2017).

Las hornacinas de las capillas son de obra –cuadrangulares-, las imágenes de factura moderna en escayola y policromadas. Todas las imágenes fueron destruidas durante la Revolución Española de 1936, y repuestas en distintos momentos tras la Guerra Civil (1936-1939).

Tabla relativa al saqueo y destrucción del contenido ornamental y mueble del templo parroquial de Riodeva (Teruel), según la Causa General (1940).
Fecha del delito
Relación del hecho delictivo
Personas sospechosas de participación en el delito
Nombres y apellidos
Paradero actual
<23 de agosto de 1936>
<Fue destruida la Iglesia Parroquial con todos sus objetos de culto; igualmente/ ocurrió en la Hermita de la Purísima>
Pedro Soriano Pérez
Aurelio Domingo Tomás
Emilio Lázaro Puertas
Aurelio García Puertas
Tomás Lozano Pérez
Guillermo Romero Lozano
Lorenzo Romero Lozano
Gaspar Domingo Górriz
Joaquín Romero Pérez
Benjamín de Dios García
María Domingo Górriz
Mercedes Domingo Górriz
Adela Lozano Fleja
Encarnación Lozano Fleja
Venancia Domingo Górriz
María Puertas Barrachina
Natividad Romero Domingo
Juan José Guillén Soriano
Teófilo Pérez Sánchez
Cárcel
Cárcel
Cárcel
Cárcel
Cárcel
En el pueblo
En el pueblo
En el pueblo
Cárcel
En el pueblo
En el pueblo
En el pueblo
En el pueblo
En el pueblo
En el pueblo
En el pueblo
En el pueblo
Cárcel
En el pueblo

Elaboración propia (2017). Tomado del Archivo Histórico Nacional [AHN], Causa General, 1416, Exp. 27, imagen 7 de 9.

En el apartado “Personas sospechosas de participación en el delito”, el documento contiene una relación de diecinueve individuos: 12 varones y 7 mujeres, que en el momento en que se redacta el registro –6 de diciembre de 1940- se hallan en calidad de detenidos “en la cárcel” (7) o libres “en el pueblo” (12), con la particularidad de que entre los presos no hay ninguna mujer. En cualquier caso, el texto documental no dice que las personas que presuntamente participaron en el hecho fueran obligadas, ni que vinieran fuerzas milicianas ajenas a la localidad para ejecutar la destrucción, como sucedió en muchos lugares.

Según puede verse por la tabla abajo expuesta (ordenada por fechas: relativas a 1936), el saqueo y destrucción del contenido ornamental y mueble de las iglesias parroquiales de los pueblos reseñados comenzó por El Cuervo (15 de agosto), continuó por Veguillas (18 de agosto), Libros y Tramacastiel (20 de agosto), Alobras (21 de agosto), Riodeva (23 de agosto) y Tormón (30 de agosto).

Cronología de hechos irreligiosos en otros pueblos próximos de Teruel que se reseñan (1936).

Municipio

Fecha

Descripción del hecho

Cuervo, El

1936/08/15

«En esta población no ha habido ningún incendio, ni saqueos, solamente hubo destruc-/ción de las imágenes y altares de la Iglesia Parroquial y Hermitas de San Pedro y San/ Roque, pero fueron las tropas rojas ignorando quienes fueron por ser milicianos desconocidos»

Fuente: Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.48-6-Imagen Núm:6/ 11

Veguillas

1936/08/18

«a la llegada de las fuerzas/ rojas a este pueblo, procedieron éstas a la/ profanación y quema de los objetos/ que había en la Iglesia»

Fuente: Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.77 -7-Imagen Núm: 7/ 12

Libros

1936/08/20

«Destrucción de la Iglesia y de los objetos de culto/ y profanación»

Fuente: Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.21-10-Imagen Núm: 10/ 39

Tramacastiel

1936/08/20

«Incendio y completa destrucción de la Iglesia Parroquial y/ las ermitas, saqueo y completa destrucción de todos los objetos/ de culto»

Fuente: Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.30-8-Imagen Núm: 8/ 12

Alobras

1936/08/21

«a la llegada de las/ fuerzas rojas a esta población, procedieron a/ la y destrucción de objetos de la Iglesia Pa-/rroquial de este pueblo»

Fuente: Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.42-10-Imagen Núm: 10/ 12

Riodeva

1936/08/23

«Fue destruida la Iglesia Parroquial con todos sus objetos de culto; igualmente/ ocurrió en la Hermita de la Purísima»

Fuente: Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.27-7-Imagen Núm: 7/ 9

Tormón

1936/08/30

«Obedeciendo a una orden di-/manante del Cuartel General/ de fuerzas rojas, instalado/ en Torrebaja (Valencia), fue des-/truida la Iglesia, en cuyo hecho/ viéronse obligados a participar/ casi la totalidad de los vecinos»

Fuente: Archivo Histórico Nacional,FC-CAUSA_GENERAL,1416,Exp.72 -7-Imagen Núm: 7/ 8

Los datos proceden del Archivo Histórico Nacional, Madrid, Causa General. Elaboración propia (2017).



Vista del presbiterio de la parroquial de Riodeva (Teruel),
con detalle del altar exento y retablo de obra neoclásico al fondo (2017).


Detalle de la puerta de la sacristía en la parroquial de Riodeva (Teruel),
singular pieza de ebanistería labrada en madera, probablemente original (2017).



Subida a la torre-campanario.
La torre-campanario se halla a los pies del templo, lado del evangelio, su acceso está bajo el alto coro. Las escaleras tienen los peldaños con ladrillos de barro y atoques de madera. El coro es un espacio amplio, con el piso de baldosas, una ventana rectangular en el luneto posterior ilumina el recinto, posee baranda de madera con listones y grueso pasamanos. Al fondo, lado de la epístola, hay un facistol de madera. Desde el alto coro la vista de la nave central luce espléndida, la iluminación procede de las altas ventanas laterales, abiertas en los lunetos por encima de la cornisa que recorre todo el edificio, y progresa en cuatro tramos de los pies a la cabecera. En su conjunto, si el interior del templo estuviera convenientemente pintado –pilastras, capiteles, cornisas...- luciría mucho más.

Al campanario propiamente se accede por un puertita frente al coro, la escalera es de tipo castellano, adosada a los muros laterales con hueco en el centro. El piso del reloj se halla en el segundo cuerpo de torre, inmediatamente por debajo del piso de campanas, que ocupa el tercer cuerpo de torre, y posee cuatro vanos de ladrillo para los bronces, aunque sólo dos están ocupados: la campana mayor, que toca las horas se halla en el hueco meridional. En el que mira al norte hay otra campana menor. Las hornacinas se hallan protegidas por rejas de hierro para evitar la entrada de las palomas. La campana mayor posee yugo metálico hecho por Manclus (Valencia), su epigrafía dice:

San Lorenzo/ Riodeva/ Refundida en 1976/

Dicha campana mayor (San Lorenzo) fue refundida en los años setenta, probablemente por hallarse la vieja agrietada. No hay datos respecto al vaciamiento de este nuevo bronce, tampoco de la edad del viejo. La campana pequeña se halla en el hueco septentrional, posee asimismo yugo metálico, su epigrafía no puede leerse por estar protegida por una reja metálica.

El armazón de la cubierta (cuarto cuerpo de torre) posee estructura octogonal de madera con tabicas, soportando el tejadillo de tejas vidriadas coloreadas.


Detalle de la campana mayor de la parroquial de Riodeva (Teruel),
refundida en 1976 (2017).


Ermita de la Purísima: santuario mariano.
La Ermita de la Purísima se halla sobre un cerrito próximo a la población, en posición suroriental respecto de la misma. Fue construida a mediados del siglo XIX (1854-1858), siendo su fábrica posterior a la iglesia parroquial, que fue levantada a finales del siglo XVIII (1780). Para visitar el lugar cabe seguir un camino asfaltado desde Riodeva -el mismo que lleva a Camarena de la Sierra-: sólo que a poca distancia de la salida del pueblo el camino se desvía hacia la derecha, siguiendo los pilones del Vía Crucis. Junto al merendero se halla el museo “Titania”, subsede de la turolense Dinópolis en Riodeva.

Tiene también la ermita un acceso por la vertiente suroccidental del cerrito, subiendo varios tramos de escalera en rampa desde la huerta. Siguiendo esta vía encontraremos una placeta ajardinada, con el espacio anterior rodeado por las seis últimas estaciones de la Pasión y el ermitorio al fondo. El lugar resulta muy agradable, Candel lo describe con acierto: “Frente a la ermita hay una plaza o explanada rodeada de las hornacinas o capillitas –todavía vacías- del Vía Crucis”. El párroco (don Tomás Arce) solía ir por allí con frecuencia, para leer su breviario o el periódico –estamos diciendo de mediados los años sesenta (1964)-. En la actualidad, las hornacinas contienen ladrillos cerámicos de Punter, muy hermosos y expresivos (idénticos a los de Tramacastiel), pero con una reja en la parte anterior. En la explanada hay también varias mesas circulares de obra con asientos, y una fuente de agua potable.


Vista de la zona ajardinada frente a la Ermita de la Purísima en Riodeva (Teruel),
con el ermitorio al fondo (2017).

Detalle del atrio exterior porticado y espadaña de tres ojos
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.


Detalle del atrio exterior porticado
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.



Detalle del ábside semicircular
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.

Detalle del ábside semicircular
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.


El edificio de la ermita impresiona por su tamaño -más parece iglesia que ermita-: posee un amplio pórtico delantero con entrada adintelada, aberturas longitudinales laterales y tejadillo a tres aguas con vanos en los laterales, actualmente cegados. Bajo el alero del pórtico hay una fecha enmarcada en un cuadrángulo con una fecha grabada: AÑO 1857 –data que nos remite al tiempo de su construcción-.

El edificio es de planta alargada, sus muros de mampostería ordinaria con amplio zócalo delimitado por cornisilla labrada, cantería en las esquinas y cobertura a dos aguas con robusto alero de ladrillo y teja. La cabecera muestra ábside semicircular de buena factura, y espadaña de tres ojos en la vertical del hastial anterior, con una pequeña campana en el ojo del lado del evangelio. 


Vista general de la nave central de la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel),
con el presbiterio al fondo (2017).

Vista general de la nave central de la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel),
con el presbiterio al fondo (2017).


El piso del atrio exterior está cementado, en su centro hay una fecha grabada –1958- probablemente corresponde a alguna restauración. La entrada propia del templo es también adintelada, muestra un gran portón en madera de dos hojas con guarniciones de hierro y ventanitas de culto rejadas. El interior resulta sorprendente, de aspecto basilical, cúpulas vaída soportadas por cuatro sólidas columnas y pilastras laterales que forman una gran nave central y dos laterales. El edificio progresa en tres tramos de los pies a la cabecera, su espacio interior iluminado por tres elevadas ventanas laterales. El púlpito de obra con tornavoz recae a la nave central, adosado a la columna de cabecera, lado del evangelio. Una amplia cornisa circunda todo el interior, a la altura de los arcos de medio punto que soportan las bóvedas de pañuelo de las tres naves. El presbiterio al fondo, elevado varios escalones por encima del piso del templo, un altar exento en la parte anterior y otro de obra en la posterior. El retablo de obra responde al estilo neoclásico, con una hornacina central enmarcada por tres columnas a cada lado –dos anteriores y otra al fondo-. Observando el retablo del altar mayor no podemos evitar recordar la descripción de Candel: “El altar de la ermita lo restauraron unos valencianos, con ese gusto charro, barroco y policromo –colorines y oro- propio de las gente de Valencia”. Hacia la cabecera del templo, antes del presbiterio hay dos hornacinas de obra –rectangulares-: la de la derecha (epístola) luce un hermoso Niño de la Bola, la de la izquierda (evangelio) una Virgen del Pilar. En el muro de cabecera, lado de la epístola, hay una pequeña lápida oscura (pizarra) con una cruz central en la parte alta y un texto que dice:

M Y Sor.
D. JOSE RIOS Y MARQUES
CANÓNIGO MAGISTRAL DE LA STA. IGLESIA CATEDRAL DE TERUEL
RECTOR DEL SEMINARIO DE TERUEL Y CATEDRÁTICO DE TEOLOGÍA Y SAGRADA ESCRITURA/
EN LOS 46 AÑOS DE PRESBITERADO FUE MODELO DE SACERDOCIO
POR SU CELO RELIGIOSO Y VIRTUDES CRISTIANAS
DISTINGUIÉNDOSE EN EL DICHO CARGO DE LA PREDICACIÓN ANGÉLICA
Y POR SU ACENDRADO AMOR A LA PURÍSIMA VIRGEN MARÍA
A QUIEN EDIFICÓ ESTE SANTUARIO
NACIÓ EN RIODEVA EL DÍA 17 DE FEBRERO DEL AÑO 1804
Y MURIÓ EN 10 DE OCTUBRE DE 1875
R.I.P.


Detalle de la lápida correspondiente a don José Ríos y Marqués (1804-1875), canónigo magistral de la Catedral de Teruel y patrono de la Ermita de la Purísima, hijo de la villa inhumado en este lugar.

A la vista de la lápida, cabe distinguir entre don José Ríos y Marqués (1804-1875), catedrático de Teología y Sagrada Escrituras, a la sazón patrono de la Ermita de la Purísima de Riodeva y don Ramón Ríos y Marqués, a tenor de los apellidos probable hermano menor del anterior. De Ramón Ríos y Marqués, la bibliografía recogida dice:
  • Fue natural de Riodeva, pequeña localidad próxima a la ciudad de Teruel, donde debió nacer a mediados del siglo XIX (más probablemente debió nacer a principios de la primera mitad). D(omingo). Gascón y Gimbao, único autor en el que he hallado alguna referencia a su vida, se limita a escribir: “Doctor en Teología por la Universidad de Salamanca, Catedrático de psicología, lógica y ética en los Institutos de Teruel y Vitoria. Director de este último. Vicedirector después del de Teruel”. (Ob. Cit., p. 171). G(uillermo). Fraile incluye su nombre entre los autores tomistas de la pasada centuria.[7]


Ramón Ríos y Marqués fue autor de una obra célebre en su tiempo: Programa explicado de Psicología, Lógica y Ética (Barcelona, 1889).


Detalle del púlpito y tornavoz  
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.

Detalle del presbiterio (altar mayor y retablo)
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.




Hecha la anotación, continuamos con la descripción de la Ermita de la Purísima... Entre la lápida del canónigo magistral de la catedral de Teruel y el presbiterio hay una puertita de madera que permite el acceso a un espacio compatible con la sacristía, allí pueden verse variedad de exvotos de cera colgados de las pared. A la salida de la sacristía observamos un cuadro colgado en la pilastra de la epístola, la pintura al óleo representa la fachada de la parroquial con detalle del viejo olmo que antaño la sombreaba. En el lado opuesto (evangelio) hay otra puertita similar que mediante un tramo curvado de escalera ascendente lleva a la parte alta y posterior del retablo, correspondiente al ábside semicircular.

El piso del templo está enlosado, la nave central forma un pasillo con bancos a los lados, estando libre las naves laterales. Los bancos son de madera, en dos de ellos puede observarse una placa con un texto: “Estos bancos son donación del Exmo. Sr./ Obispo de Teruel, Fr. León Villuendas Polo, a este/ Santuario, siendo cura de la parroquial/ D. Avelino Roselló Torres. Riodeva 18-12-1946”.


Detalle de la imagen del Niño de la Bola
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), lado de la epístola (2017).



Detalle de la imagen de la Virgen del Pilar
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), lado del evangelio (2017).


Fr. León Villuendas Polo (Torrijo del Campo, 1885-Onteniente, 1969) fue obispo de Teruel, donde pontificó entre los años cuarenta y sesenta del pasado siglo XX (1944-1968). El prelado franciscano fue muy querido de los turolenses -en su despedida de la diócesis de Teruel se cantó una jota-: "Torrijo te dio la cuna, / y San Francisco el cordón, / el Papa te dio la Mitra, / y Teruel el corazón". Escritor y conferenciante, de su estancia en el Santuario Mariano de Riodeva queda el recuerdo de los bancos que donó, pues seguramente no había donde sentarse por destrucción del moblaje durante la Revolución Social Española de 1936 y Guerra Civil (1936-1939). De este tiempo una vecina me relataba que los revolucionarios –vecinos todos ellos del pueblo- saquearon el santuario y destruyeron el contenido ornamental y mueble: “A la Virgen la descabezaron y después llevaban la cabeza de la imagen en procesión por el pueblo, haciendo burla; después de la guerra, varios de aquellos vecinos fueron muriendo en los años siguientes, uno cada año...”. Por el relato de Candel sabemos que el edificio de la ermita fue después “hospital de sarnosos”. A la salida observamos que junto a la puerta (lado del evangelio) hay una sirga que pende de la bóveda, se trata de la cuerda de la campana que menciona Candel. En el muro de los pies –por encima de la puerta: entre la bóveda y la cornisa- observamos una pintura al trampantojo con una cartela en su parte inferior:

ESTE SANTUARIO SE PRINCIPIO EN PRIMERO/ DE MAYO DE 1854 Y 
SE CONCLUYÓ EN NUEBE/ DE OCTUBRE DE 1858.

En su conjunto, la Ermita de la Purísima posee aspecto basilical, resultando un templo sorprendente, hermoso y muy cuidado. Su patrono fue el canónigo magistral de la Santa Iglesia Catedral de Teruel, don José Ríos y Marqués, aunque en la tradición popular de Riodeva queda el recuerdo de la colaboración directa del pueblo en las obras, bien aportando trabajo personal, como peones o acarreando materiales con carros y caballerías.



Detalle del presbiterio (altar mayor y retablo)
en la Ermita de la Purísima de Riodeva (Teruel), 2017.


Ermita de Santa Bárbara.
La Ermita de Santa Bárbara se halla en la cima de un prominente cerro al noroeste del pueblo, desde donde puede admirarse una estupenda vista del panorama circundante. Existen pocos datos respecto a sus orígenes, Madoz (1849) no la cita al decir de Riodeva -quizá porque no se halla todavía construida-; tampoco la menciona Zapater Gil (1986), aunque es evidente que ya existía por entonces. Para visitar la ermita hay que seguir un camino de tierra que hay a la derecha de la carretera, poco más arriba del cementerio municipal. La pista nace junto a una plantación de almendros, el piso es de tierra en regular estado, según los tramos. Conforme ascendemos el pueblo empequeñece en la hondonada, al tiempo que se amplía el horizonte de los montes.

Un tramo del camino pasa junto a los desmontes de las minas, permitiéndonos observar su intenso colorido rojizo, blanco, salmón... de las arcillas caolínicas. En cierto punto el camino hace una fuerte curva hacia la derecha, abrazando un enorme montón de piedras de distinto tamaño, en cuya parte central y más elevada luce una cruz metálica, desde aquí el camino continúa recto hasta la ermita. Poco más arriba del crucero ya se ve el ermitorio en la cima del cerro... Se trata de un edificio de planta rectangular rectangular, orientado de norte (cabecera) a sur (pies), muros de mampostería ordinaria, esquinares de sillarejo y cobertura de teja árabe dispuesta en canal y cobija a dos aguas. Al exterior, carece de cruz, espadaña u otro elemento que la señale como ermita. La puerta de entrada se halla en el muro oriental, se trata de una abertura adintelada que da acceso a un amplio zaguán. De hecho, la ermita está dividida en dos piezas, un atrio cubierto que ocupa la parte posterior y otra anterior, propiamente la capilla.


Vista general (suroccidental) de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel), 2017.

Vista general (suroriental) de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel), 2017.


El atrio posee un asiento corrido adosado al muro occidental y meridional, el piso está cementado y la cobertura es de madera, tipo artesonado. Resulta evidente que la construcción ha sido rehabilitada en tiempos recientes. La entrada a la capilla es también adintelada, se alza dos escalones por encima del piso del atrio, posee puerta de madera de pino con dos hojas, adornos con clavos chanflones y ventanas de culto encristaladas.

El piso de la capilla está cementado, un poyo corrido discurre a ambos lados, el presbiterio al fondo, un escalón por encima del piso, con altar de obra adosado. Sobre el atar un sencillo retablo neoclásico de obra enmarca una hornacina rectangular con el fondo pintado de azul que da cobijo a una sencilla imagen de santa Bárbara con sus atributos: torreón y palma de martirio. El recinto está iluminado por una arpillera abierta en el lado de la epístola. El altar se halla profusamente adornado con ramos de flores, y velas en el escalón del presbiterio.

El lugar resulta muy sencillo, sobrio, limpio, muy cuidado... Desde el atrio exterior se observa un soberbia vista panorámica centrada por el caserío de Riodeva, que aparece en el hondo del valle; a la derecha del pueblo pueden verse los desmontes de las minas de caolín mostrando el intenso colorido de sus entrañas, en lo que forma la Ruta Geológica del Parque Natural de Puebla de San Miguel (Valencia), el horizonte lejano lo cierra al sureste las estribaciones de la Sierra de Javalambre.


Atrio exterior de la Ermita de Santa Bárbara en Riodevaf (Teruel),
con detalle de la entrada al ermitorio (2017).

Vista general de la nave de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel),
con el presbiterio al fondo (2017).

Detalle de la hornacina del altar mayor con la imagen de santa Bárbara en la ermita de su nombre en Riodeva (Teruel), 2017l


La onomástica de santa Bárbara se celebra el 4 de diciembre, pero los de Riodeva la festejan en mayo, momento en que se sube en romería desde el pueblo –antaño caminando o a lomos de caballería, hoy en vehículos a motor- para la bendición de términos. La alcaldesa de Riodeva -una valenciana de la plaza Redonda casada en la localidad- me informa respecto de esta celebración:
  • La Ermita de Santa Bárbara está en lo alto de aquel cerro –señala un pico pelado situado al noroeste del pueblo-, próximo a la ermita (por detrás) hay un pilón donde se unen los términos de Libros, Riodeva y Villel, pero la ermita está en término de Riodeva. Se sube por una pista de tierra, antaño andando o en caballería, ahora en coche.... Poco antes de llegar a la ermita hay un montón de piedras con una cruz de hierro en el centro, la costumbre es echar una piedra en el montón al pasar, se hace para pedir ayuda a la santa. Santa Bárbara se celebra en diciembre, pero nosotros hacemos una romería en mayo, para la bendición de los términos. Después bajamos al pino descansadero para la comida, un asado de carne... El domingo de Pascua, en la Procesión del Encuentro (entre la Virgen Dolorosa y el Niño de la Bola), las mayordomesas acompañan a la Dolorosa, y después de la última reverencia (con los estandartes) le quitan el velo a la Virgen y tiene lugar el encuentro. Tras la procesión se nombran las nuevas mayordomesas, que son las mujeres que hacen la fiesta cada año... Antiguamente se elegían por tanda de vecinos, pero ahora salen mujeres voluntarias que quieren hacer la fiesta; si no hay nadie lo hace el Ayuntamiento. Tienen que ser mujeres, no importa la edad ni el estado, este año pasado lo fueron una madre y su hija. Además de organizar la fiesta participan en las procesiones llevando velones: por santa Bárbara (4 de diciembre), en la Purísima (8 de diciembre) y por san Lorenzo (10 de agosto), el patrón del pueblo. Y para Pascua dan el pan bendito... Actualmente la ermita está restaurada, pero antaño, una semana antes de la fiesta subían las mayordomesas y sus familiares a enjalbegar las paredes, así la dejaban preparada para la fiesta. Después de la misa en la ermita (esto en la romería de mayo), se saca la imagen en procesión y luego hacen algo de convite, pastas y bebidas, todo a cargo de las mayordomesas. Lo hacen como una promesa o por devoción, esa es la tradición del pueblo... Hasta hace unos años las mayordomesas pagaban una comida para los mozos y los que se apuntaban, pero como suponía mucho gasto se redujo al convite de pastas y bebidas que te decía... Después de la misa y procesión con la imagen se hace el convite de las mayordomesas, y después la gente se baja hasta el Pino descansadero para comer y descansar. Antiguamente se hacían allí carreras de machos entre los vecinos...


Por las explicaciones de la informante vemos que -en Riodeva- santa Bárbara se celebra en su onomástica, pero a la ermita de su nombre se sube en romería en mayo, para la bendición de los términos. Los responsables de organizar la romería (limpiar la ermita, preparar el convite...) son las “mayordomesas”, mujeres que se prestan a esta función por promesa o devoción. Tras la celebración religiosa en la ermita –y concluido el convite de pastas y bebidas ofrecido por las “mayordomesas”- los asistentes a la romería suelen bajar a hasta la partida denominada “Pino descansadero”: zona de recreo con bancos y asadores para comer y relajase. En otro tiempo, cuando las caballerías eran el modo habitual de locomoción, los vecinos aprovechaban para hacer carreras con los animales. 

La elección de las "mayordomesas" tiene lugar tras la Procesión del Encuentro el domingo de Resurrección, su mandato dura todo el año y entre otras funciones tienen la de acompañar con velones a las imágenes en la festividad de santa Bárbara, la Purísima, san Lorenzo y en la citada Procesión del Encuentro, momento en que tras las últimas reverencias con los estandartes levantan el velo de la Virgen Dolorosa, y repartir el pan bendito.

Hipotéticamente, el término “mayordomesa” procedería de “mayordomo”, que era el administrador de las antiguas cofradías medievales, asociaciones o hermandades de ayuda mutua en el trance de la enfermedad y la muerte. La tradición de las "mayordomesas" induce a pensar que la celebración de santa Bárbara en la localidad procede de una tradición antigua; sin embargo, no hemos hallado en la fábrica de la ermita signos arquitectónico, estructurales o decorativos que lo demuestren. El edifico responde a la típica construcción vernacular. A tenor de lo dicho, cabe concluir que -mientras no aparezcan datos que lo desmientan-, el edificio podría datarse en la segunda mitad del siglo XIX.


Detalle del crucero (montón de piedras y cruz de hierro en el centro)  
existente en el camino de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel):  2017.

Detalle del crucero (montón de piedras y cruz de hierro en el centro)  
existente en el camino de la Ermita de Santa Bárbara en Riodeva (Teruel):  2017.

En el contexto de la “Romería de Santa Bárbara” resulta curiosa la costumbre de echar una piedra en el montón donde se halla el crucero que hay en el camino de la ermita. Tan curiosa tradición concuerda con la que existe en el Camino de Santiago, en el lugar llamando “Cruz de Ferro” (entre la Maragatería y El Bierzo) -exactamente, en Santa Colomba de Somoza (León): entre Foncebadón y Manjarín-, donde tiene lugar un rito similar, con la particularidad que allí los peregrinos suelen llevar las piedras desde sus lugares de origen, mientras que aquí en Riodeva la cogen del camino.[8] Cuando hice el Camino de Santiago (en 2010), mis compañeros de viaje y yo cumplimos con el ritual, mi piedra la cogí en la Casa de Forestales del Rodeno (Tormón, Teruel), en la primera etapa del camino entre Torrebaja y Albarracín, íbamos en bicicleta. Las piedras que se echan en el montón -a los pies del crucero del camino de la Ermita de Riodeva o en el Camino de Santiago- bien podrían simbolizar las culpas y errores que arrastramos las personas, las ofensas realizadas o recibidas, las expectativas frustradas en el camino de la vida..., una forma de liberarse de ellos, para continuar más ligeros de equipaje. Sea como fuere yo eché las mías -por mí y por mis seres queridos-, pues se trata de una singular y hermosa práctica, y como tal tradición merece la pena cumplirla. Aunque no es obligado...


Los Amanaderos de Riodeva: paraje de saltos y cascadas.
Los Amanaderos son un paraje fluvial de montaña al este de Riodeva, en las estribaciones de la Sierra de Javalambre, a unos 1500 m de altitud. El nombre del lugar alude a nacimientos de agua, donde mana o surge el agua. Estos nacimientos alimentan un pequeño cauce denominado río Eva, afluente del Turia por la izquierda a la altura de las Casas de Angelina, entre Libros y Torrealta. En el hidrónimo “Deva” se ha querido ver una alusión a las deidades prerromanas del agua, de índole indoeuropea, lo cual resulta razonable en el contexto del entorno de Los Amanaderos, donde abunda este elemento. Según la mitología griega y romana, en estos lugares de agua habitaban las ninfas de los ríos (potámides) y las fuentes (náyades), así como de las grutas y montañas (oréades) y de los bosques (dríades). En la Hispania céltica las ninfas de los ríos y fuentes se denominaban xanas o hadas.[9] Sea como fuere, el conjunto de mitos, ritos y tradiciones de una cultura (la mitología) enfoca una cierta visión o interpretación del mundo, además de ser muy hermosas.

Gran parte del trayecto del río Deva (22 km de largo) sirve de frontera geográfica y política entre Teruel por Aragón con la comarca del Rincón de Ademuz por Valencia. La porción más interesante del río Deva está en los diez primeros kilómetros de su curso: entre su nacimiento y el Molino de Montereta. Se ha querido ver el nacimiento del río bajo una roca rodena que hay poco más arriba de Los Amanaderos, pero este punto es solo uno más de los lugares donde mana el agua. Geomorfológicamente, el terreno por donde discurre el curso de agua es una mezcla de arenisca férrica (rojiza) y toba calcárea (grisácea) de origen Mesozoico modificado por la Orogenia Alpina y los fenómenos glaciares posteriores.


Detalle de panel en el punto de interpretación de Los Amanderos de Riodeva (Teruel), 2017.
Los textos de los paneles pertenecen a: 
BARRAGÁN, Juan José (2012). Miradores de Teruel y su Comunidad, Bubok, Madrid, pp. 59-66.

Detalle del "Salto de las Yeguas" en Los Amanderos de Riodeva (Teruel), 2017.

Detalle de remanso en el barranco de Los Amanaderos de Riodeva (Teruel), 2017.

Detalle de la "Cascada de las Ninfas" en Los Amanderos de Riodeva (Teruel), 2017.


Vista de la "Cascada de las Ninfas" en Los Amanderos de Riodeva (Teruel), con detalle del remanso que forma (2017).


Propiamente, Los Amanaderos son el resultado del trabajo del agua a su paso por los diferentes estratos, que ha creado un paisaje abrupto de gran belleza formal. Se identifican trece escalones fluviales (cascadas), siendo el mayor de 48 metros de altura –lo que explica el fuerte desnivel: 500 metros en poco más de 5 kilómetros-. En las márgenes del río Eva abundan los árboles caducifolios como el sauce blanco (Salix alba), mientras que en las laderas de ambas márgenes crecen variedad de quercus y enebros (Juniperus commnunis). A más altitud pueden observarse pinos, con predominio del laricio o negral (Pinus nigra). Por encima de estas variedades crece el pino silvestre (Pinus sylvestris), las cotas más altas son el reino del pino negro (Pinus uncinata). En las cumbres la vegetación se limita a las especies rastreras de sabina (Juniperus sabina) y diversas variedades endémicas: Sideritis, Verónica Javalabrensis, etc.[10]

Las caídas de agua más espectaculares se hallan al comienzo de Los Amanaderos, inmediatamente por debajo de la zona de aparcamiento. El primer salto se denomina “Salto de las Yeguas” –Madoz (1849) ya lo cita con este nombre-, discurre sobre tobas calcáreas, una piedra frágil que ha favorecido la aparición de una abrupta y espectacular cascada de casi medio centenar de metros. La segunda caída se denomina “Cascada de las Ninfas”, está poco más abajo y discurre entre piedras rodenas (areniscas férricas), un estrato mucho más duro que el tobáceo y que ha permitido cataratas escalonadas hasta un plácido remanso final rodeado de chopos.

Relación de las principales cascadas y saltos de agua en Teruel –por orden alfabético-:
Denominación
Municipio
Cascada de la Hiedra del Barranco de Fuen Narices
Mora de Rubielos
Cascada del Arquero del río Linares
Puertomingalvo
Cascada del Cubo del río Radón
Alcaine
Cascadas del Chorreadero en el río Torrijos
Parras del Martín
El Salt del río Tastavins
La Portellada
Pozo del Salto del Barrancos de Santa Lucía
Molinos
Salto de la Presa del Hocino del Aguasvivas
Blesa
Salto del Barranco de Fuentes
Molinos
Salto del Barranco de San Juan
Cuevas de Cañart
Salto del Calicanto del río Ebrón
Tormón
Salto del Molino de San Pedro en el río Cabriel
Albarracín
Salto en el río de la Fuente del Berro
Calomarde
Saltos del rio Aguasvivas
Segura de Baños
Saltos y cascadas del Barranco de los Amanaderos
Riodeva


Palabras finales, a modo de epílogo.
El artículo se justifica como una continuación de los trabajos de divulgación precedentes, relativos a otros municipios aragoneses próximos al Rincón de Ademuz. Hemos comenzado con una introducción histórica, recopilando información historiográfica –y documental- que hace a los orígenes de estos lugares (siglo XII-siglo XIII).

Los orígenes de Riodeva están vinculados a Villel, que fue Encomienda de la Orden Militar de Alfambra, posteriormente unida a la Orden del Temple (siglo XII). Los templarios no gestionaron directamente sus tierras, las parcelaron y cedieron a sus cultivadores, que se regían mediante una carta-puebla con derechos y obligaciones, con reserva señorial (siglo XIII): Torre, casa, iglesia y huerto, y los monopolios habituales: horno, molino, incluidos azudes y acequias.

Detalle de desmontes en las minas de caolín de Riodeva (Teruel), 2017.

Un lugar de interés de la Riodeva bajo medieval es el castillo de Cabroncillo (originariamente, Cabronciello), las primeras referencias aparecen a finales del siglo XIII, durante el reinado de Jaime II de Aragón, que prohibió la caza mayor en la zona de Cabroncillo. Hubo también un conflicto entre la Orden del Temple y el Concejo de Teruel, que supuso la ocupación del Cabroncillo por los de Villel (1296). A mediados del siglo XIV, el comendador de Villel ordenó la reparación de los castillos de Libros y Cabroncillo (1356), la fecha indica que fue en los momentos previos a las guerras castellano-aragonesas del siglo XIV. Posteriormente –a lo largo del siglo XV-, el lugar se despobló y el castillo fue abandonado por innecesario, pues ya no aparece en el fogaje de Fernando el Católico (1495). A principios del siglo XIX (1821) del antiguo lugar sólo quedaba “una masía en la partida del Cabroncillo”, sujeta a la desamortización para pagar la deuda nacional.

Mediado el siglo XIX, Pascual Madoz (1849) ofrece su particular visión de Riodeva, situándola con acierto “en una hondonada, cercada por todas partes de montañas” y poblada por 134 vecinos (cabezas de familia), equivalente a 537 almas (habitantes), ello suponía una densidad de población de16,6 hab/km2. El máximo poblacional lo alcanzó en 1940 (842 habitantes). En la actualidad el censo ha disminuido considerablemente: 2008 (198 habitantes), lo que supone una densidad de población de 5,8 hab/km2.

Las minas de azufre de Libros tuvieron una influencia económica y social decisiva en la zona, constituyéndose en punto de encuentro de las gentes de los pueblos del sur de la provincia de Teruel y el valenciano Rincón de Ademuz, amén de los mineros de Hellín (Albacete) y otros lugares. La industria minera alcanzó su clímax de producción en los años veinte del siglo XX. Durante un viaje de Madrid a Teruel –vía Cuenca y el Rincón de Ademuz-, el dictador Primo de Rivera visitó la zona, fotografiándose con los mineros. La visita tuvo lugar en los primeros días de agosto de 1927: le acompañaba Galo Ponte y Escartín (1867-1943), ministro de Gracia y Justicia.

Detalle de pintura al óleo existente en el presbiterio de la Ermita de la Purísima,
representando la parroquial y el viejo olmo que la sombreaba, en Riodeva (Teruel), 2017.

En septiembre de 1964, el escritor casasaltense afincado en Barcelona -Francisco Candel Tortajada (1925-2007)-, pasó por Riodeva en compañía de unos amigos catalanes: procedían de Teruel y se dirigían al Rincón de Ademuz, iban andando. Los caminantes conocieron a don Tomás Arce, el fabuloso cura párroco del lugar, Candel dejó escritas sus agudas impresiones del lugar, de lo que vio o creyó ver.

Se describen los principales monumentos histórico-artísticos de Riodeva, particularmente la iglesia parroquial de la Virgen de los Dolores, un sencillo edificio neoclásico de finales del siglo XVIII (1780) y la basilical Ermita de la Purísima, construida a mediados del siglo XIX (1854-1858), cuyo patrón fue el canónigo magistral de la Catedral de Teruel, don José Ríos y Marqués (1804-1875), hijo de Riodeva, rector del Seminario de Teruel y catedrático de Teología y Sagrada Escritura, inhumado en un nicho de la epístola en la ermita de su patronazgo. Su hermano –don Ramón Ríos y Marqués- asimismo hijo de la localidad, también alcanzó notoriedad, fue Doctor en Teología por la Universidad de Salamanca, Catedrático de sicología, lógica y ética en los Institutos de Teruel y Vitoria, y autor de un célebre texto: Programa explicado de Psicología, Lógica y Ética (Barcelona, 1889).



En el centro, doña  Mª Dolores Llovera Fernández, alcaldesa de Riodeva (Teruel), junto con su hija (izquierda) y mi esposa (derecha) posando en el pórtico de la Ermita de la Purísima (2017).  

Museo de "Titania", subsede de Dinópolis en Riodeva (Teruel), 2017.


La descripción del patrimonio histórico-artístico religioso de Riodeva no podía olvidar la Ermita de Santa Bárbara, situada en lo alto del cerro de su nombre (al noroeste de la población), adonde el vecindario acude en romería en mayo -para la bendición de términos-: siendo las “mayordomesas” las encargadas de la fiesta, por costumbre y devoción. En un punto del camino próximo a la ermita hay un enorme montón de piedras con una cruz en el centro, la tradición manda que al pasar los romeros arrojen una piedra al montón, costumbre emparentada con la existente en la “Cruz de Ferro” del Camino de Santiago (entre la Maragatería y el Bierzo).

Dentro del patrimonio natural, destaca el lugar de Los Amanaderos y sus magníficas cascadas y saltos de agua -de sugestivo nombre-: Salto de las Yeguas, Cascada de las Ninfas... –cascadas y saltos que nada tienen que envidiar a otros más afamados de la provincia de Teruel-.

Pero Riodeva es mucho más –sus acreditadas minas de caolín, el Molino de Montereta: Centro de interpretación del río Eva y Los Amanaderos (CIREA), el museo de “Titania”, subsede de Dinópolis en la localidad y sus dinosaurios fósiles...-, amén de la "Ruta Geológica" del Parque Natural de Puebla de San Miguel, lugares que no pueden dejarse de visitar, yendo a Riodeva. Vale.






[1] CANDEL, Francisco (1977). Siluetas oscuras de casas, corrales y parideras, en Viaje al Rincón de Ademuz, Edita Plaza&Janés, S.A., Barcelona, pp. 84-86.
[2] Ibídem, p. 87.
[3] CANDEL (1977). El fabuloso cura de Riodeva, en Viaje al Rincón de Ademuz, Edita Plaza&Janés, S.A., Barcelona, pp. 88-89.
[4] Ibídem, pp. 90-91.
[5] Ibídem, pp. 92-96.
[6] ZAPATER GIL, Alfonso (1986). Aragón, pueblo a pueblo, Zaragoza, tomo VIII, p. 2084.
[7] DÍAZ DÍAZ, Gonzalo (1998). Hombres y documentos de la Filosofía española, Edita Consejo Superior de Investigaciones Históricas, Centro de Estudios Históricos, Madrid, vol. IV (O-R), pp. 782-783. El mismo autor recoge los estudios que lo citan: Fraile Martín, Guillermo. Historia de la Filosofía (1956-1985), vol. III, p. 117. Gascón y Guimbao, Domingo (1908). Relación de escritores de la provincia de Teruel, Zaragoza, p. 171.
[8] «[La Cruz de Ferro] Sobrecoge el contemplarla sobre un cielo limpio que invade con su modestia; un largo palo de cinco metros sostiene en su punta a una oxidada y vieja cruz de noble hierro, ante la cual miles de piedras, depositadas por los peregrinos que caminaban hacia Santiago y por los trabajadores gallegos que iban a hacer la siega a los duros campos castellanos, han ido formando un cónico montón de pesadas esperanzas. La Cruz de Ferro revive, probablemente, una vieja tradición pagana vigente ya en tiempos de los romanos, que denominaban estas montañas “Montes de Mercurio”». Cf. POUSA, José Ramón (1992). El Camino de Santiago, [Fotografías: Xurxo Lobato. Dibujos y mapas: Carlos Vázquez. Diseño: Antón Galocha. Impresión: La Voz de Galicia, S.A.], Edita Las Provincias, pp. 218-219.
[9] BARRAGÁN, Juan José (2012). Miradores de Teruel y su Comunidad, Bubok, Madrid, pp. 56-66.
[10] Ibídem, pp. 61-62 y 64. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola:
Cuando cita a D. Ramón Ríos y Marqués como autor del libro "Programa explicado de Psicología, Lógica y Ética. (Barcelona, 1889)" existen ediciones anteriores ya que poseo una segunda edición impresa en Vitoria en Agosto de 1870 en la imprenta de D. Mateo Sanz y Gómez.
En este libro ya aparece, según figura en la portada, como catedrático de dichas asignaturas y Director del Instituto de Vitoria.
Por cierto, el título exacto del libro, por si alguna persona realiza alguna búsqueda, es con la palabra "esplicado" (con "s" y no con "x").
Un saludo, Luis.