jueves, 28 de junio de 2018

LA FUENTE DEL TORNAJO EN CASAS ALTAS.



Descripción de la fuente y su entorno, a propósito de una visita al lugar.




“Nada más entrar en el pueblo habíamos visto un grupo de mujeres
sentadas en sillas bajas de anea, mujeres vestidas de oscuro y secas.
Hacían labor, conversaban y tomaban la sombra
en una explanadita de cemento que parecía una era”
-Francisco Candel (1927-2007), en Viaje al Rincón de Ademuz (1977)-.








Palabras previas.
Francisco Candel y sus amigos catalanes –Antonio Orihuela y Javier Fábregas- visitaron Casas Altas en septiembre de 1964. De su recorrido por el pueblo comenta, “su aspecto no es desolado, como algunos de la sierra, sino al contrario”.[1] Bien es cierto, sin embargo, que la somera descripción de Candel contrasta con la que hiciera Pascual Madoz (1806-1870) mediado el siglo anterior (1847), cuando dice que la población “Tiene unas 180 CASAS, bastante mezquinas en su interior y de aspecto pobre”; el censo poblacional era entonces de 183 vecinos, equivalente a unas 615 almas.[2] Entre ambas representaciones ha pasado un siglo largo...

La población de Casas Altas que encuentra hoy el visitante ha cambiado tanto respecto a la que describieran Madoz (1847) y Candel (1964) que resultaría irreconocible para sus antiguos moradores, pues es uno de los pueblos más cuidados, ordenados y limpios de la comarca –al menos en lo que hace al casco urbano-.

Como las personas, los pueblos tienen un lado más fotogénico. Para mi gusto, el mejor perfil de Casas Altas puede observarse desde el Mirador de las Eras: área recreativa con fuente, asientos y árboles de sombra situada en la ladera occidental del cerro frontero, margen izquierda del Turia. Pero la fotogenia de un lugar depende también de la iluminación, no solo de la perspectiva y el encuadre. Dado que el caserío mira al sureste, el mejor lugar para verlo por la mañana es desde el citado Mirador de las Eras, mas para contemplarlo al atardecer hay que subir hasta la explanada del Vía Crucis. Desde los pretiles de la carretera de Casas Bajas también pueden conseguirse buenas imágenes del caserío, antes de que el sol alcance su cenit.

Baste lo dicho como introducción, pues la entrada de hoy se refiere a la Fuente del Tornajo (también, fuente de El Tornajo); para nuestro deleite, una de las más bonitas del Rincón de Ademuz.


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Vista frontal de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), con detalle de los paneles cerámicos (obra de Juan Sanchis Zamora) y el abrevador (2003).



Visita a la Fuente del Tornajo.
Para visitar la fuente del Tornajo desde Ademuz podemos seguir la carretera N-330a en dirección a Valencia. Al arribar a Casas Altas hay que cruzar el puente que salva el barranco del cementerio y continuar hacia Casas Bajas, la vía discurre por la parte alta del pueblo. Si vamos en coche podremos aparcar en las proximidades del frontón, que queda poco más adelante, mano derecha de la calzada. Entre la carretera y el frontón hay varios árboles de sombra: acacias, ailantos y un frondoso plátano. Basta cruzar la vía y enfilar la calle Calvario para situarnos en la parte alta del conjunto monumental, situado en el entorno de la calle Barraca, Hondiguero y la mencionada del Calvario.

La Fuente del Tornajo sufrió una importante remodelación mediados los años noventa del pasado siglo (1995), convirtiéndose en una fuente monumental, no obstante su sencillez. El nombre de la fontana –Tornajo- viene a decirnos que antaño no sería más que un simple abrevadero para los animales, pues eso y no otra cosa significa “tornajo”. Su manantial se halla a unos centenares de metros, en la ladera oriental de El Pinar. Si nos remontamos en el tiempo, el abrevadero debió estar formado por un simple tronco de pino vaciado a modo de pesebre, que finalmente forjaron en piedra o cemento.


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Vista general (suroccidental) de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia),
con detalle de la estructura superior (2018).

Detalle de la fuente ornamental situada en la estructura superior de la Fuente del Tornajo
en Casas Altas (Valencia), 2018.


Los abrevaderos eran elementos esenciales en la vida de una localidad rural dedicada básicamente a la agricultura y la ganadería, cual era el caso de Casas Altas. Situados a la entrada o salida de los pueblos eran lugares muy frecuentados, donde los vecinos, las caballerías y el ganado se detenían para beber. Bien cuando iban a trabajar o pastar a los campos o el monte, bien al atardecer, cuando regresaban. Con ser esencial para la vida de los lugareños, la Fuente del Tornajo no fue nunca una gran fuente. Me refiero a una fuente notable desde el punto de vista artístico o histórico. Aunque todo lugar tiene su intrahistoria, pequeña historia fecundada de anécdotas. En todo caso, no sabemos que el abrevador fuera testigo de hechos históricos reseñables; tampoco hay constancia escrita de viajeros que pasaran por el lugar y detallaran su presencia. Candel no la nombra en su Viaje al Rincón de Ademuz (1977), lo cual nada significa, pues tampoco nombra la iglesia parroquial y es más trascendente desde una óptica arquitectónica y social. Tampoco la menciona Mª Ángeles Arazo en su libro -El Rincón de Ademuz (1998)-, pese a que por entonces la fuente ya tenía su aspecto actual. Una lástima, porque Francesc Jarque hubiera podido sacar unas buenas fotos de los paneles cerámicos...[3]

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Detalle de la fuente ornamental situada en la estructura superior de la Fuente del Tornajo
en Casas Altas (Valencia), 2018.

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Detalle de soporte (león) en la fuente ornamental situada en la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), 2018.


Decía que la actual Fuente de Tornajo es el resultado de una actuación urbanística llevada a cabo mediados los años noventa del pasado siglo (1995), una obra ampliada a las eras próximas. Está formada por dos estructuras bien diferenciadas, una superior a modo de placeta con una fuente ornamental en el centro y otra inferior formando un frontón convexo con fuente de dos caños -el de la derecha, con agua potable; el de la izquierda, con agua no tratada- y abrevadero corrido a los pies con piletas de desagüe. Un murete basado en puntales de piedra con pasamano protege los extremos del semicírculo, con adornos bolados sobre pilastras.

Vista en detalle, la plazoleta superior posee piso de adoquines formando dibujo geométrico, una fuente ornamental con brocal circundado de ladrillo en su parte alta y una estructura en el centro, basada en tres platos horizontales soportados por leones labrados en piedra. La fuentecita se halla rodeada por árboles de sombra (moreras, olivos) y un seto con rosas en la parte posterior. En la barbacana luce una fachada semicircular cóncava, alicatada por ladrillos cerámicos con distintas representaciones, y un poyo a modo de banco en la base del frontis. Sirva el punto para hacer notar que muchas calles de Casas Altas poseen piso de adoquines, por el contrario de en otros lugares que es de cemento. La diferencia es notable, tanto desde el punto de vista estético como práctico, ya que caso de averías en el abastecimiento de agua, por ejemplo, basta levantar el adoquinado, resolver el problema y volver a colocarlo. Caso de estar la calle cementada hay que romper el piso, y tras la reposición queda el parche, además de los continuos desconches y grietas propios del cemento. Creo que ha llegado el momento de empezar preocuparse de estos detalles estéticos y urbanísticos, pues ya no estamos en los años sesenta, momento en que en aras de un desarrollo necesario, lo prioritario era la traída del agua potable, hacer el alcantarillado y cubrir las calles de cemento.

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Vista general (frontal) del panel cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), con distintos plafones cerámicos representando escenas de la vida rural, obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).


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Detalle de plafón cerámico con escena rural (trilla en una era) situado en el frontis cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).

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Detalle de plafón cerámico con escena rural (recogida de la fruta) situado en el frontis cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia),
obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).

Lo más notable de ambas distribuciones, sin embargo, son los paneles cerámicos enmarcados por ladrillos azules que la adornan, sobre un fondo de azulejos blancos –obra del ceramista valenciano Juan Sanchis Zamora-:

* Los de la parte de la placeta (superior) documentan escenas de la vida rural bellamente iluminadas: en el centro luce un gran dibujo con la silueta de la comarca señalando los distintos municipios con sus escudos. A la izquierda hay un gran plafón con escenas relativas a la recogida de la fruta (manzanas), en la que aparecen dos varones y una mujer, mientras que en el de la derecha se representa una escena de trilla, en la que se figuran tres varones, un niño y dos mulos con collerón en una era. En los extremos de ambos paneles lucen cenefas propias de la cerámica valenciana enmarcando una canasta con frutas.

* Los de la parte del abrevador (inferior) lucen sobre un frontis semicircular convexo, centrados por un gran plafón con la imagen de la patrona de la localidad (Santísima Trinidad), en la parte alta. A ambos lados de la Trinidad hay dos escudos: el de Valencia a la izquierda y el de la localidad a la derecha. Debajo de los escudos hay dos cuadros de buen tamaño: el de la diestra representa la subida del chopo para su plantada en Pascua (una secular tradición local); mientras que el de la izquierda muestra una panorámica del pueblo, vista desde el otro lado del Turia. Por debajo del plafón central, entre este y los de los extremos hay dos figuras encaradas: un varón a la derecha con un manojo de cañas de cereal con espigas entre las manos y una mujer a la izquierda, con un cántaro en jarras y un botijo en la mano. Entre ambas figuras el nombre de la fuente en grandes letras: EL TORNAJO. Las figuras humanas simbolizan labores usualmente asignadas al varón (siega) y a la mujer (traída de agua).


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Detalle de plafón cerámico con escena rural (silueta del Rincón de Ademuz con ubicación de los municipios y su escudo) situado en el frontis cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).


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Vista del frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia),  con detalle de plafones cerámicos, obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).


El frontis de la fuente, visto desde la calle inferior, exhibe un adorno de ladillo cara-vista en su parte curvada superior, con el abrevador a los pies, asimismo bordeado por un filete de ladrillo. El resto de la delantera no cubierto por el gran mosaico cerámico está forrado de piedra figurando mampostería. En los extremos del abrevador se hallan los desaguaderos, por encima de estos hay unos carteles que ilustran acerca de los artífices y la inauguración del conjunto:

* El texto de la derecha dice:
Proyecto ornamental/ Rafael Orellano Iñigo/ Valencia.
Arquitecto/ José L. Calabuig Ortuño/ Valencia.

Rafael Orellano Iñigo fue un escultor, artista y político valenciano, cofundador del Grupo de Acción Valenciana (GAV) y su primer presidente (1976-1977). Fue también concejal por UCD en el Ayuntamiento de Valencia (1979), pasando después a Unión Valenciana.

José Luis Calabuig Ortuño es un arquitecto urbanista.

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Detalle de ladrillos en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), con la reseña del autor de proyecto ornamental y del arquitecto (2018).

* El texto de la izquierda dice:
La ornamentación de esta fuente y las/ eras fue inaugurada por la Presidenta de la/ 
Exma. Diputación provincial de Valencia,/ Dª Clementina Ródenas Villena./ 
Casas Altas, Mayo de 1995.


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Detalle de ladrillos en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), con texto alusivo a la inauguración del conjunto (2018).

Clementina Rodenas Villena (Ayora, 1949), fue la primera mujer en doctorarse en la Universidad de Valencia, profesora titular de Historia Económica por oposición (1979) y política socialista: alcaldesa de Valencia (1989-1991) y Presidenta de la Diputación de Valencia (1991-1995).


Detalle de plafón cerámico en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), con la representación del caserío,
visto desde oriente, la ladera de El Pinar al fondo (2018).


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Detalle de plafón cerámico en el frontis convexo de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), con la representación de la subida del chopo en Pascua,
una secular tradición local (2018).


Según los testimonios recogidos, con anterioridad a la última remodelación la Fuente del Tornajo poseía un frontón de cemento crudo con el abrevadero del mismo material sobre el que vertía un solo caño. Aquí traían los animales a abrevar, y se venía a recoger el agua de bebida, aseo y limpieza para la casa; esto antes de la traída del agua potable. La zona era un lugar de encuentro para jóvenes y mayores, al tiempo que lugar de juego para los niños. El recinto superior fue una era de pantrillar, probablemente la misma a la que se refiere Francisco Candel cuando entra en Casas Altas con sus amigos, procedente de Casas Bajas -la carretera nacional que unía ambas poblaciones entonces estaba todavía sin asfaltar-:
  • Nada más entrar en el pueblo habíamos visto un grupo de mujeres sentadas en sillas bajas de anea, mujeres vestidas de oscuro y secas. Hacían labor, conversaban y tomaban la sombra en una explanadita de cemento que parecía una era.[4]

Decía arriba que el censo de Casas Altas en tiempo de Madoz (1847) era de 183 vecinos, equivalente a 615 almas. En la década siguiente (1857) el censo llega a los 655 habitantes. Observando la evolución de la población censal del lugar vemos que su cenit lo alcanza algo más tarde que el resto de poblaciones comarcanas (años 1930-1940), momento en que llega a los 775 habitantes.[5]



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Detalle de motivos ornamentales en la estructura superior cóncava de la Fuente del Tornajo en Casasaltas (Valencia), obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).


A modo de conclusión.
El futuro del Rincón de Ademuz es incierto (falta de recursos, abandono de la agricultura, caída demográfica, emigración, despoblación...), lo que influye de forma categórica en el ordenamiento urbanístico, en el mantenimiento del patrimonio (natural, arquitectónico, cultural...) y en los servicios. La solución de tamaños problemas sobrepasa nuestras posibilidades como entidad comarcal. Pero todavía está en nuestras manos decidir qué tipo de pueblos queremos para vivir, si en los de inspiración rural o más bien ciudadana, con todo lo que ello conlleva. Dada la ubicación de los asentamientos urbanos en estos municipios –enclavados en una zona de montaña, inmersos en el medio natural-, nuestra práctica y usanza ha sido históricamente el de la ruralidad, y difícilmente podremos salirnos de esta tradición sin perder nuestra idiosincrasia.

La Fuente del Tornajo (placeta superior y abrevadero) de Casas Altas (antigua aldea de Ademuz, nombrada Casas del Río Altas) constituye un conjunto ornamental que aprovecha el desnivel sobre el que se asienta: una antigua era de pantrillar sujeta por un muro con abrevadero a los pies. En este sentido, la reconversión del espacio resulta admirable y ha llegado la hora de comenzar a valorar lo que tenemos.

El conjunto se halla relativamente integrado en el entorno urbano, tal la era anexa habilitada como zona ajardinada con asientos y árboles de adorno (olivos y palmeras). Escribo relativamente, porque el respeto a la idiosincrasia constructiva vernacular es parcial, tanto en la forma como en los materiales de su fábrica, al tiempo que manifiesta cierta aspiración urbanita (ciudadana) en un entorno propiamente rural. Las construcciones son al fin hijas de su tiempo, como los propios seres humanos que las labran.
 

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Detalle ornamental en el frontis de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), representando una mujer con cántaro en jarras y botijo en la mano,
obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).

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Detalle ornamental en el frontis de la estructura inferior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), representando a un varón con cañas de ceral en las manos,
obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).


La mentalidad de una comunidad suele ser fiel reflejo de la realidad social y económica de un momento histórico. Queda muy lejos el retrato que Madoz hace de la Casas Altas de su tiempo (1847): las casas “bastante mezquinas en su interior y de aspecto pobre” –hacía poco que la localidad se había independizado de Ademuz, su término todavía no estaba deslindado del de la villa. Hoy Casas Altas se constituye en paradigma de pueblo limpio y ordenado en la comarca, aunque tan despoblado como los demás.

En suma: los especialistas pueden y deben dar soluciones a los problemas (urbanísticos, estéticos, ornamentales...) que se les plantean, pero no siempre aciertan en su combinación con lo ya construido. En este sentido, los materiales empleados son tan importantes como el diseño. Contra mejor opinión, sin embargo, el conjunto ornamental de las eras y la Fuente del Tornajo de Casas Altas es de los más elegantes del Rincón de Ademuz, en el que el uso del ladrillo y la cerámica resultan determinantes. Vale.






Véase también:



[1] CANDEL, Francisco (1977). Viaje al Rincón de Ademuz, Plaza y Janés editores, Barcelona, p. 123. ISBN: 84-01-44182-X
[2] MADOZ, Pascual (1847). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo VI, p. 42.
[3] ARAZO, Mª Ángeles y JARQUE, Francesc (1998). El Rincón de Ademuz, Edita Diputación de Valencia, pp. 55-56. ISBN: 84-7795-149-7
[4] CANDEL (1977), p. 118.
[5] RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita Asociación para el Desarrollo Integral del Rincón de Ademuz (ADIRA), Valencia, p. 54.

GALERÍA FOTOGRÁFICA:


Vista parcial del panel cóncavo de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), con distintos plafones cerámicos la silueta del Rincón de Ademuz con la ubicación de los pueblos que lo forman y escudos municipales, obra del ceramista Juan Sanchis Zamora (2018).

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Vista general de la fuente ornamental de la estructura superior de la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia), rodeada de olivos y moreras (2018).

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Vista general de la zona ajardinada anexa a la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia),
con asientos y árboles de adorno (2018).

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Vista parcial de la zona ajardinada anexa a la Fuente del Tornajo en Casas Altas (Valencia),
con bancos de asiento y árboles de adorno (2018).

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Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casas Altas (Valencia),
representando la subida del chopo en Pascua,
obra de Juan Sanchis Zamora (2003).

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Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casas Altas (Valencia),
representando una panorámica del pueblo,
obra de Juan Sanchis Zamora (2003).

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Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casas Altas (Valencia),
representando una escena de trilla,
obra de Juan Sanchis Zamora (2003).

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Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casas Altas (Valencia),
representando una escena de trilla,
obra de Juan Sanchis Zamora (2003).

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Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casas Altas (Valencia),
representando la recogida de la fruta,
obra de Juan Sanchis Zamora(2003).

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Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casas Altas (Valencia),
obra de Juan Sanchis Zamora (2003).

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Detalle de plafón cerámico en la Fuente del Tornajo, Casas Altas (Valencia),
representando la Santísima Trinidad,
obra de Juan Sanchis Zamora (2003).

2 comentarios:

César dijo...

Hola. Muy buen trabajo.
El autor de las pinturas en cerámica es Juan Sanchis Zamora. Pintor de Manises. No es José Sanchis.

César dijo...

Hola. Muy buen trabajo.
El autor de las pinturas en cerámica es Juan Sanchis Zamora. Pintor de Manises. No es José Sanchis.