miércoles, 7 de noviembre de 2018

VI FIESTA DE LA MANZANA ESPERIEGA: CASAS BAJAS 2018.

Crónica, impresiones y testimonio de la muestra,
que tuvo lugar en Casas Bajas del 1 al 4 de noviembre de 2018.



“Abandonamos árboles
que dan frutos dorados...”
-Del contenido textual-.





Palabras previas, a modo de introducción.
Las fiestas de la manzana esperiega, herederas de aquellas primeras ferias comarcales de comienzos de la centuria, están siendo habituales en el Rincón de Ademuz, prueba de ello es la presente edición, que este año tiene lugar en Casas Bajas.

Respecto de la denominación del evento, cabe puntualizar que “fiesta” es todo acontecimiento en el que se celebra algo con la intención de divertirse a base de comer y beber, música y baile incluido; mientras que “feria” es todo evento social, económico y cultural. Visto así, lo que se deriva del folleto que explicita el contenido de este acto comarcal centrado en la manzana esperiega responde más al concepto de feria que de fiesta. En cualquier caso, se trata de actividades que socializan y educan, pudiendo darse juntas.


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Detalle de escultura en madera con manzanas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

El corazón de la fiesta (propiamente una feria) se ha desarrollado en la plaza Mayor de Casas Bajas (plaza Rey Don Jaime), un espacio triangular situado en el centro del pueblo, que tiene como marco el caserío circundante, ornado por la fachada septentrional de la iglesia parroquial de El Salvador y su torre-campanario, un notable edificio neoclásico de finales del siglo XVIII. El templo actual tiene su precedente en una pequeña ermita (ermita de san Salvador) que hubo en el mismo lugar. Un matrimonio residente en Ademuz donó al común de los moradores de Casas Bajas (entonces, Casas del Río Bajas) un terreno junto a la ermita para la construcción de la iglesia.[1] Jurisdiccional y eclesiásticamente, el lugar y la iglesia dependían entonces de Ademuz.[2] Junto al templo estaba el cementerio, que permaneció en el lugar hasta mediados los años treinta del siglo XIX (1834), momento en que se trasladó a su emplazamiento actual.[3] Frente al templo hubo un edificio municipal, vigente hasta los años sesenta del pasado siglo XX. La desaparición del viejo cementerio y la demolición de la antigua Casa Lugar dio como resultado esta hermosa plaza, una de las más lucidas del Rincón de Ademuz.

Decía que la plaza Mayor de Casas Bajas ha constituido el escenario principal de la feria, pues en ella ha tenido lugar el Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía. Todo lo demás (exposiciones y actividades) ha girado en torno de la actividad principal. Organiza, la Asociación Turística del Rincón de Ademuz (ATRA); Colabora, el Ayuntamiento de Casas Bajas, Rincón de Ademuz (Territorio Museo), la Mancomunidad Rincón de Ademuz y el Instituto Cultural y de Estudios Rincón de Ademuz (ICERA); Patrocina, València Turisme.


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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

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Detalle de manzanas esperiegas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

Reseña del programa de la fiesta.
El programa de la fiesta se expone en un tríptico, en cuya portada luce un vistoso plato con manzanas esperiegas, siendo su contenido el siguiente:

El jueves, 1 de noviembre hubo un recorrido por la "Ruta de las Barracas". El punto de encuentro fue la Barraca Grande, una gran construcción de piedra en seco situada en el Pinar Llano. La Barraca Grande constituye una bellísima muestra de este tipo de edificaciones vernaculares, que sirvieron de abrigo a agricultores y pastores en tiempos subactuales.[4] Desde el lugar de la Barraca Grande se realizó un recorrido por las principales barracas del Pinar llano. A medio día, inauguración de las distintas exposiciones de la muestra: fotografía (fotógrafos de Casas Bajas), acuarela (Nuria Monleón), escultura (Lucas Karrvaz y Luis Moisés Cerdán, Juan Gorro), almacén de la manzana y ruta de las bodegas. Por la tarde, pasacalle con el acompañamiento de la Batucada Sociedad Musical de Ademuz, y el encendido de una hoguera en la parte alta del Barranco en homenaje a san Antón, con el acompañamiento de la Charanga Sociedad Musical de Ademuz.

El viernes, 2 de noviembre tuvo lugar la inauguración oficial de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega 2018, en la plaza mayor (Rey don Jaime). El plato fuerte de la feria se desarrolló en torno al Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía, que estuvo activo durante todo el día. Por la tarde, en el local multiusos municipal se desarrolló una actividad para niños, un cuentacuentos. Posteriormente hubo una Mesa redonda en torno al tema agrario: ¿Hablamos de agricultura? El día finalizó con la actuación musical (Show Puntos 2) en el local multiusos.

El sábado, 3 de noviembre comenzó con una visita la yacimiento ibérico de la Molatilla, en compañía de los arqueólogos (Dani y Adriá), que explicaron los últimos descubrimientos en el lugar. El Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía continuó durante todo el día. Estaba previsto (en el programa) un Concierto con el nuevo órgano de la iglesia parroquial, pero por imperativos de distinto orden no se realizó. El concierto queda pendiente para el día 6 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, momento en que tendrá lugar la bendición del instrumento por el señor arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares. Al medio día tuvo lugar una comida popular, basada en Puchero de pueblo, repartido en el local multiusos. A media tarde se hizo entrega de los premios del I Certamen literario de Narrativa Breve, que tuvo lugar en el salón de actos del Ayuntamiento. A última hora, actuación de jazz en el local multiusos.

El domingo, 4 de noviembre comenzó con la presentación de una guía de “Plantas de la Senda de la Caseta del río”, obra patrocinada por el Ayuntamiento de Casas Bajas, a cargo de Aurelio Peña Rivera (biólogo autor de los textos), Fernando J. Feliu Morte (Ingeniero Técnico Agrícola) y José Quiles Hoyo (de flora silvestre mediterránea), autores de las fotografías. El manual, basado en fichas con fotografías de elementos de la planta y texto (características, usos y aplicaciones), constituye una herramienta práctica para aproximarse al conocimiento de las variedades botánicas más comunes de la zona. El Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo de artesanía continuó durante la mañana. Al mismo tiempo, tuvieron lugar juegos tradicionales para niños en el local multiusos, el Concurso “la mejor manzana esperiega” (en la plaza), el Concurso “la tapa más sabrosa del Rincón” (en la plaza), el Sorteo “Catador de Tapas” (en la plaza). El sorteo supone la posibilidad de ganar un fin de semana en cualquiera de los establecimientos de la Asociación Turísticas Rincón de Ademuz (ATRA). Finalmente, Clausura de la VI de la Manzana Esperiega 2018, a las 14:00 horas (en la plaza).

Un programa atractivo, y bien estructurado.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.


Ruta de la tapa.
La reseña de las tapas y dónde tomarlas (ruta) se muestra en medio folio impreso a color por las dos caras, allí figuran fotografías de las distintas tapas, la población y el local donde tomarlas y su precio: 2,5 euros (incluye bebida: cerveza, vino o refresco). Visitar los locales e ingerir las tapas (verdaderas exquisiteces de boca) puede constituir un estupendo ejercicio gastronómico.

Bar BTT Santerón (Vallanca):
Perdiz escabechada con manzana caramelizada.
Bar La Cabaña (Ademuz):
timbal de manzana y queso.
Bar La Moncloa (Casas Bajas):
Secreto ibérico con manzana caramelizada en salda de roquefort y fresas.
Bar Martínez (Castielfabib):
Empanada de pollo con manzana.
Bar Pitoches (Ademuz):
Pie de cerdo D.O. deshuesado sobre cama de compota de manzana esperiega Casa Antiga 
con reducción de PX y sal Maldonado.
Casa Emilio (Torrebaja):
Bollito de jamón asado con dulce de manzana de Torrebaja.
Comisión de fiestas Casas Bajas (Casas Bajas):
Tostada de compota de manzana con morcilla de arroz.
Los Centenares (Castielfabib):
Carrillera con compota de manzana.
Taberna El Rulo (Casas Bajas):
Lacón de cerdo ibérico sobre cama de manzana con brotes tiernos.

Junto a la fotografía de cada tapa hay un círculo en blanco, para marcar la tapa preferida y participar en el sorteo. Me hacen saber que en anteriores ediciones los organizadores de la Feria pusieron un autobús para realizar la “Ruta de las tapas”, lo que facilitó que todos los que lo deseaban pudieran seguir el itinerario gastronómico. Este año, sin embargo, no se ha puesto el medio de transporte, por lo que los establecimientos más alejados no han recibido más visitantes que los del propio lugar.

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Detalle de tapas elaboradas para la Ruta de la tapa en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas,Valencia), 2018



Visita al mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía.
Visité la feria el domingo a medio día, la dificultad para el aparcamiento anunciaba muchos asistentes. De echo tuve que dejar mi vehículo en la ribera del Turia, aguas abajo del puente -todo lo demás estaba ocupado. A la entrada del pueblo, yendo por la avenida de Valencia, había un puesto de churros, sobre la vía un cartel anunciador de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (2018). Poco más adelante, ya en la calle del Paso comenzaban los puestos de venta.

Por la calle del Paso arriba se llega a la plaza Rey Don Jaime, donde se hallaba el grueso de puestos del mercado de productos agroalimentarios, y el mercadillo de artesanía. Los alegres adornos colgantes con diseño de manzana sobre las calles y la plaza ya presagiaban aires de fiesta. La plaza Mayor de Casas Bajas es una de las más vistosas de la comarca, posee forma triangular con una fuente de brocal y pilón en la zona del vértice, teniendo por base la fachada septentrional de la iglesia parroquial. En el extremo suroriental de la plaza, junto a la iglesia, han colocado unos contenedores de basura soterrados, que se elevan para su recogida, evitando pestilencias y mejorando la estética del conjunto. ¡Ojalá cundiera el ejemplo en otros pueblos comarcanos! Algunas de las casas con fachadas a la plaza todavía conservan el estilo tradicional, con balcones y solanares. En el frente de una vivienda con balconada puede verse un estupendo plafón de cerámica representando una "Piedad" barroca de gran belleza. Hay también algunos edificios modernistas, otros han sido remodelados con gustos diversos, aunque en general conserva el encanto rural.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.


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Detalle de puesto con tarta de manzana en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.


La plaza estaba muy animada, llena de puestos de venta con variedad de productos locales. Me dijeron que el sábado todavía hubo más puestos y visitantes. En el punto de información de la feria, situada en una esquina de la plaza Mayor con la calle barranco de la Rocha me dieron varios folletos relativos al evento: el tríptico, una hoja con la Ruta de la tapa, un DVD con la Ruta de las barracas de Casas Bajas, el libro “Plantas de la Senda de la Caseta del Río” y un plano de la localidad, con la situación de las exposiciones y lugares de interés.

Para los foráneos que desconocen el lugar, cabe decir que la localidad se halla en la margen derecha del Turia, entre la CN-330a y la media ladera del cerro del Pinar llano sobre el que asienta la población. El entramado urbano muestra una disposición en cuadrícula, las calles principales orientadas en disposición norte-sur y las menores en orientación este-oeste.

El ambiente era francamente agradable, tranquilo, festivo, relajado… en lo que contribuía el espléndido día amanecido. El día anterior, sábado, también fue bueno, por el contrario de los anteriores con cielo cubierto y lluvias. Varios de los vendedores con lo que hablé se quejaban de que todavía les faltaban manzanas esperiegas por recoger, y de que las que habían recogido lo hicieron con botas de agua, ya que algunos bancales todavía estaban encharcados por las lluvias de las últimas semanas, que desbordaron el Turia en algunos puntos.

Junto al punto de información estaba el puesto de la Asociación Turística del Rincón de Ademuz (ATRA), al amparo de un gran manzano seco del que pendían manzanas: su efecto estético era considerable, en cualquier caso me gustó tan original adorno. En la mesa del mismo puesto vi una escultura de madera simulando unas manos alzadas que ofrecían manzanas, un cartelito en cartulina decía “Abandonamos árboles que dan frutos dorados...” -una muestra poética altamente expresiva. Los frutos dorados son manzanas, los árboles que abandonamos son manzanos, base de la economía familiar y de subsistencia de las generaciones que nos precedieron en el Rincón de Ademuz.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

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Detalle de cajas con manzanas esperiegas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.


Me produce gran tristeza ver campos yermos, fincas abandonadas, manzanos que se arrancan… la misma tristeza que sentía mi amigo Fermín Luz Yuste, de Sesga, cuando veía cómo la gente vendía lo que tenía, cerraba la puerta de su casa y emigraba de la aldea en los años sesenta. Porque sabía que una casa que se cerraba ya no se abriría. En una entrevista me preguntaron cuál era a mi entender la mayor riqueza del Rincón de Ademuz, lo que yo destacaría. Mi respuesta fue que a falta de industria y con la agricultura y la ganadería en crisis desde hace décadas, la mayor riqueza potencial que tenemos en la comarca es la Naturaleza, el paisaje y el medio ambiente. Ya sé que de naturaleza y paisaje no se come, pero nadie podrá convencerme de lo contrario. Digo de una naturaleza bien conservada, de un paisaje admirable que habrá que explotar de forma sostenible, preservándolo para las generaciones futuras.

Hoy día la naturaleza es un valor en alza, no hay más que ver cómo se vive en las grandes ciudades, allí sus moradores disponen de abundantes servicios de los que carecemos los de las zonas rurales. Pero junto a los cuantiosos servicios y comodidades, ellos tienen que vivir en un medio ambiente contaminado por los humos de las calefacciones, de los motores de combustión, amén de ruidos, malos olores, aglomeraciones. Una cosa por otra… aunque yo no les arriendo las ganancias a los urbanitas.

En nuestro Rincón de Ademuz falta sin embargo el empuje, la iniciativa para valorizar esa naturaleza y medio ambiente de que disponemos en abundancia, riqueza que cabría simultanear con una agricultura específica, basada quizá en la propia manzana esperiega y otras variedades de similar calidad. Disponemos de campos y de aguas de la mayor calidad, de un microclima particular que podría favorecer el desarrollo de esa agricultura, heredera de la que practicaron nuestros padres y abuelos en tiempos subactuales. Cabe destacar que nuestro mayor problema es la despoblación. Las gentes de nuestros pueblos se marcharon en busca de otros horizontes en los que desarrollar su vida y la de sus hijos, y los que se quedaron no pudieron, no quisieron o no supieron adaptarse a los nuevos tiempos, desarrollando una nueva agricultura. Faltaron medios, iniciativas, ganas de trabajar… no sé, pero doctores tiene la agronomía que podrán darnos una explicación a todo esto, marcando de paso el camino futuro de este sector primario. Mas para tratar de curar una enfermedad resulta primordial un buen diagnóstico, y los políticos no parecen estar interesados en establecerlo.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas  Bajas, Valencia), 2018.


Paseando por el mercado de productos agroalimentarios y el mercadillo de artesanía de la feria pude apreciar la variedad de productos que se exponían, puestos de manzanas de distintas variedades perfectamente dispuestas, sanas, frescas, llenas de colorido. Puestos con miel y nueces de la zona, de romero, de tomillo…, ricas mermeladas de sabores varios, turrones, quesos, cerámicas… Una de las mejores cosas de las ferias en que te encuentras con muchas personas conocidas. Aunque te hayas visto ayer, te saludas con alegría, máxime a los que aprecias y no has visto en mucho tiempo. En estos pueblos nos conocemos todos, aunque solo sea de vista, unos son amigos, otros simples saludados. Pero sus caras te son familiares, sabes quiénes son, su lugar de residencia, a qué se dedican..., hasta dónde puedes llegar en el trato con cada uno.

En un puesto se exponían unas apetecibles tartas de manzana, y junto a las tartas los "frutos secos Lozano" de Casas Bajas. En una parada con productos de artesanía, bolsos, pulseras, observé una composición con pequeñas calabazas rugosas dispuestas con mucho gusto, ¡qué preciosidad de formas y coloridos en el detalle! Con todo lo más agradable era participar de la armonía y el sabor festivo que impregnaba la plaza. Junto a la iglesia había un puesto con bebidas, la gente bebiendo, riendo, charlando amistosamente. Frente a la taberna El Rulo hubiera querido sentarme para tomar una cerveza fría y disfrutar del ambiente, pero mesas y sillas estaban todas “pilladas”. Me encontré con un amigo que sabiendo mis gustos me invitó a visitar una exposición de escultura en hierro, el local estaba subiendo por la calle del barranco de la Rocha, girando después a la izquierda por la calle Correos. En el bajo de una casa (Rincón de las Hespérides) se mostraban una serie de esculturas “Mis cosicas” de Joan Gorro que me sorprendieron. Basadas en metal, tiras de chapa y rejilla el autor consigue unas esculturas antropomorfas y zoomorfas de gran belleza formal. En el centro de la sala había una formas semejantes a tortugas muy simpáticas dispuestas sobre un tablón. Me agradaron en particular las figuras de “Domingo y Engracia”, los fundadores de Casa Domingo de Ademuz, la “Guisandera”, un ciclista “Premiado”, un agricultor afilando el dalle -aquí diríamos la dalla. Ciertamente, no sabía de la existencia de Joan Gorro, pero me gustó conocerlo.

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Detalle de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

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Detalle de esculturas de Joan Gorro en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.


De la exposición de Joan Gorro me dirigí a la carretera, donde se exponían esculturas de Lucas Karrvaz y Luis Moisés Cerdán. La exposición se ubicaba en la planta baja de una casa de la carretera, dirección Santa Cruz de Moya. Cuando llegué la exposición estaba ya cerrada. Conozco a Lucas Karrvaz y aprecio su obra,[5] y me hubiera gustado ver los trabajos de Cerdán. Asimismo, hubiera querido ver la exposición del antiguo almacén de la manzana, en la calle Salamanca, tampoco puede verlo. El tiempo es limitado y no disponemos del don de la ubicuidad. Parte del grupo con el que fui a la feria prefirió hacer la Ruta de las bodegas, había exposición en la calle Real, en la calle Aragón, en la calle Constitución y en el camino viejo del Barranco Hondo. Los que hicieron esta ruta volvieron encantados con lo que vieron; según me explicaron, algunas de aquellas bodegas se utilizaron durante la guerra civil como refugios antiaéreos. Hubiera estado bien ver también la exposición de acuarela de Nuria Monleón, y la fotográfica que se exponía en el molino, pero tampoco pudo ser. ¡Lástima!

Lo cierto es que había mucho que ver, todo bien dispuesto y organizado; para verlo todo a placer hubiera tenido que bajar a Casas Bajas varias veces. Uno se conforma con lo que vio, siendo además lo que más me apetecía. En definitiva, la variedad está para atender a los distintos gustos.



Concurso: Mejor Manzana Esperiega.
En el contexto de una fiesta de la manzana no podía faltar un concurso a la “mejor manzana esperiega”. El concurso tenía por objetivo “encontrar las mejores manzanas del Rincón y que todo el mundo las conozca”. Al objeto se nombra “un jurado popular y otro formado por expertos” para su valoración, en dos categorías: normal y helada -valorando aroma, tacto, color, sabor y presentación.

El concurso de manzanas estaba abierto a todos los agricultores que deseasen participar, pudiendo presentar un máximo de tres piezas por categoría, para lo cual deben inscribirse en un correo electrónico indicado en el programa. La presentación tuvo lugar en la plaza Rey Don Jaime de Casas Bajas, el 3 de noviembre a las 12:00 horas. Y como todo concurso tiene su premio, el del concurso de manzana esperiega consiste en una escultura de hierro, obra de Romari, de Mas de Jacinto (Castielfabib).


Acerca de la manzana esperiega.
La manzana esperiega (cuyo nombre puede provenir de "Hespérides", ninfas de los árboles frutales en la mitología griega), se considera autóctona del Rincón de Ademuz, y probablemente lo sea, pues es difícil -por no decir imposible- hallarla en otros lugares de la geografía hispana fuera de la comarca, y pueblos próximos de Cuenca y Teruel. La primera referencia a las manzanas en la zona la hallamos en el naturalista valenciano Antonio Josef Cavanilles (1745-1804), quien al referirse a la producción agropecuaria de Vallanca anota que hay "mucha manzana",[6] aunque sin especificar variedades. No menciona la existencia de esta fruta en los demás pueblos de la comarca, de donde se deduce que aunque existieran manzanos su producción sería escasa. A mediados de la centuria siguiente Pascual Madoz (1806-1870), al decir de la producción agrícola de los pueblos del Rincón de Ademuz no menciona la existencia de manzanas en ninguno de ellos -seguramente porque su cultivo era poco representativo.[7]

Que sepamos, no hay publicados estudios botánicos específicos (monografías) referidos a este cultivar, y sería estupendo que los hubiera. Pensamos que debió producirse por hibridaciones naturales basadas en los manzanos existentes, de donde los agricultores la seleccionaron intuitivamente por sus peculiares características de color, sabor, conservación. Cabe saber que el manzano esperiego es el último que florece en estos términos, cualidad nada despreciable, pues la zona -aunque posee un microclima especial, dada su situación geográfica en un valle rodeado de montañas-, no deja de ser de clima continental, con veranos calurosos, inviernos fríos y frecuentes heladas tardías. Es también la última manzana que se cosecha; el frío que empieza a enseñorearse del ambiente en los últimos días de septiembre y primeros de noviembre confieren a esta fruta el colorido verde, amarillo y rojo que la caracteriza. Por su aspecto externo se han distinguido dos tipos de esperiega, una amarilla y otra roja. Asimismo, existe la denominada "manzana helada", nombre que alude a su apariencia congelada, pero que se debe a la cristalización de los azúcares que contiene.

Tras la recolección, resulta recomendable que la fruta repose durante varias semanas (20 ó 30 días), tiempo en el que se producen cambios ostensibles, de forma que el color verde que la caracteriza se transforma progresivamente en amarillo, haciéndose el rojo más intenso. La maduración supone también cambios internos, de forma que va perdiendo su dureza, al tiempo que aumenta el sabor.

Aunque su producción ya era notable antes de la guerra civil (1936-1939), la mayor cosecha se alcanzó en la posguerra inmediata: en 1945 se calculó que la huerta de Torrebaja produjo 1.200.000 kilogramos, alcanzando la esperiega precios de mercado superiores a 6 pesetas/kilo -importe nada despreciable entonces. Tras esta gran cosecha de mediados los años cuarenta apareció una peste en los manzanos, en forma de una oruga muy voraz que amenazaba con acabar con los frutales. La situación mejoró en los primeros años cincuenta (1951-1952), tras un tratamiento intensivo con dicloro difenil tricloroetano (DDT), un producto organoclorado altamente tóxico, hoy prohibido. Los precios de la manzana entonces eran del tenor siguiente: esperiega (5,50 pts/kg), miguela y ricarda (5 pts/kg), segorbina, reineta y verde doncella (sobre 3,25 pts/kg), el resto de variedades de peor calidad se pagó entre 2 y 2,25 pts/kg -precios sobre camión en plaza. La cosecha del año siguiente (1953) fue una calamidad, durante el verano se produjeron varias tormentas con granizo que afectaron a la producción, particularmente intensa fue la que tuvo lugar la ocurrida en la segunda quincena de julio, que redujo la cosecha al mínimo -particularmente en Torrebaja, cuya cosecha no superó los 70.000 kg. Los precios bajaron ostensiblemente -los frutos estaban en su mayoría tocados-: esperiega (2,26 pts/kg), miguela y ricarda (2,25 pts/kg), segorbina (1,75 pts/kg), reineta (1,50 pts/kg), verde doncella (2 pts/kg) -esto para los frutos escogidos, pues sin seleccionar se vendieron grandes partidas a 1 pts/kg. Ese año hubo de encambrarse mucha fruta, y mucha se perdió.[8]

En cualquier caso, la esperiega es una manzana vistosa y de buen tamaño, de piel fina y tacto suave, su carne es densa, prieta, jugosa y dulce -lo que hace de ella una fruta de gran personalidad. Una de sus características más apreciadas (antaño) era que se conservaba durante mucho tiempo sin necesidad de cámaras, algo muy importante de cara a mantenerla en casa durante largo tiempo y mejorar su comercialización. De hecho se mantiene hasta abril y mayo, conservando sus cualidades organolépticas. Especialmente sabrosa cuando se come cruda, resulta muy recomendable para asar, así como para guisos, zumos y repostería. Entra por los ojos, y enamora para siempre el paladar de quien la prueba...

Hay que reconocer, sin embargo, que la manzana esperiega es muy peculiar, y poco conocida en los mercados nacionales: con la excepción del valenciano. Decía que puede enamorar al punto de verla y saborearla, pero que puede también provocar rechazo por su aparente dureza inicial. Sucede lo que con las gachas de panizo,[9] que seducen de entrada al foráneo o le provocan rechazo de por vida. Aunque todo es cuestión de aprendizaje; para los que las hemos conocido desde niños, gachas y manzanas esperiegas constituye un manjar muy apreciable.

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Mercado de productos agroalimentarios y mercadillo de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.




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Detalle de productos de artesanía en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.

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Detalle de puesto con mermeladas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


Palabras finales, a modo de conclusión.
La fiesta anual de la manzana esperiega es uno de los acontecimientos del Rincón de Ademuz más esperados por los comarcanos, y foráneos. Porque el evento lo merece. Bajo la cobertura de la manzana más singular de esta tierra se exponen variedad de productos agroalimentarios y artesanales.

En la presente edición, junto al Mercado de productos agroalimentarios y el Mercadillo artesanal, caben destacar las exposiciones que han colaborado en dar lustre a la fiesta, sin olvidar la Ruta de la tapa. Hay que felicitar al Bar Pitoches (Ademuz) por ser su tapa la más votada, haciendo extensiva la felicitación al resto de partícipes por su calidad gastronómica y elegante presentación. Hay que saber que todas están basadas o se componen de manzana: para su promoción en ferias futuras no se debería eludir el facilitar la visita a los pueblos y locales que tan primorosamente las preparan.

La fiesta ha constituido el VI evento de este tipo en la comarca, el año pasado (2017) se celebró en Casas Altas, el anterior en Torrebaja (2016),[10] antes en Castielfabib (2015) y Ademuz (2014)En esta de Casas Bajas ha destacado la organización y exposiciones, su calidad y variedad contribuyen a enriquecer la propuesta cultural. No cabe duda que los organizadores se lo han currado… -eso me decía Domingo Antón Lázaro, alcalde de Casas Bajas.[11]. En cualquier caso, su esfuerzo y dedicación merecen el mejor elogio. ¡Enhorabuena!

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Detalle de cajas con manzanas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casas Bajas, Valencia), 2018.


En el reverso del tríptico del programa de la fiesta se dice con humor que varias han sido las “manzanas que cambiaron el mundo”, la bíblica de Eva, la física de Newton, la musical de los Beatles, la tecnológica de Steve Jobs… y la esperiega. Esperemos que nuestra fruta por excelencia siga inspirando las futuras fiestas de la manzana en el Rincón de Ademuz. Vale.






Véase también:


_________________________________________
[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). La iglesia parroquial del Señor San Salvador en Casas Bajas, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, vol. I, pp. 273-277. ISBN: 84-931563-4-5
[2] ID. Casas Bajas en el Rincón de Ademuz, en la web  Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 5 de junio de 2013. 
[3] MADOZ, Pascual (1847). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar, Madrid, tomo VI, p. 42.
[4] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). La barraca grande del Pinar en Casas Bajas, una construcción protohistórica de tradición celta, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, vol. I, Valencia, pp. 267-272. ISBN: 84-931563-4-5 [En años recientes el Ayuntamiento de Casas Bajas editó un DVD bajo el título “La ruta de las barracas”, en el que se dice de este tipo de arquitectura tradicional de piedra en seco, con texto de Xavier Laumain y Ángela López, arquitectos en patrimonio].
[5] ID. Lucas Carrión-Vazquez (a), Lucas Karrvaz (I y II), en la web Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 18 de agosto de 2012.
[6] CAVANILLES, Antonio Josep (1797). Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos, En Madrid, en la Imprenta Real, siendo regente D. Pedro Julian Pereyra, Impresor de Cámara de S.M., Año 1797, vol. II, párrafo 101, p. 74.
[7] MADOZ, Pascual (1845-1850). Diccionario..., Madrid [Ademuz, 1845, tomo I, pp. 82-83; Casas Altas y Casas Bajas, 1847, tomo VI, p. 42; Castielfabib, 1847, tomo VI, pp. 166-167; Puebla de San Miguel, 1849, tomo XIII, p. 239; Torre Alta y Torre Baja, 1849, tomo XV, p. 72; Vallanca, 1849, tomo XV, p. 587].
[8] BADÍA MARÍN, Vicente. Torre Baja y sus manzanas, en diario Las Provincias, del sábado 28 de noviembre de 1953, p. 12.
[9] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Tiempo de gachas en el Rincón de Ademuz, en la web Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 12 de diciembre de 2012. 
[10] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. IV feria de la manzana esperiega: Torrebaja 2016, en la web Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 14 de noviembre de 2016.
[11] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Domingo Antón Lázaro, alcalde de Casas Bajas (I y II), en la web Desde el Rincón de Ademuz, del jueves 4 de abril de 2013.


GALERÍA FOTOGRÁFICA:

Grafiti en El Cerrado de Casasbajas (Valencia), relativo a la VI Fiesta de la Manzana (2018).

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Detalle del programa de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle del programa de la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Plano de Casasbajas en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.


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Bases del Concurso de la Mejor Manzana Esperiega en la VI Fiesta de la Manzana (Casasbajas, Valencia), 2018

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Ruta de la tapa en la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Detalle de la portada del libro "Plantas de la Senda de la Caseta del Río" presentado durante la VI Fiesta de la Manzana Esperiega (Casasbajas, Valencia), 2018.

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Portada del DVD relativo a "La Ruta de las Barracas", editado por el Ayuntamiento de Casasbajas (Valencia), 2018.

1 comentario:

sulfatin.es dijo...

¡Recolectar manzanas es una tarea deliciosa y gratificante! Es crucial limpiar las máquinas recolectoras con productos adecuados para asegurar que las frutas mantengan su calidad y sabor. ¡La limpieza adecuada garantiza una cosecha fresca y saludable!