jueves, 14 de febrero de 2019

RECINTO AMURALLADO DE CASTIELFABIB, VALENCIA (y II).

Visita guiada,
a propósito del recientemente creado itinerario cultural.




Viene de:



03_Torre del Hospital o Umbría.
Dejamos el panel del lienzo de muralla de la calle Barrioso, bajo los arcos del Ayuntamiento, y continuamos el recorrido en dirección a la Torre del Hospital -también llamada Torre Umbría, en razón de su situación septentrional respecto del caserío. Pueden seguirse dos camino para ir a la torre, por la plaza de la Villa y tomando una calle a la derecha; o bajar hasta la calle Virgen de Gracia y subir por un paso de escaleras que encontraremos a la izquierda. La torre se alza sobre un resalte rocoso de la ladera, señoreando su dominio sobre el valle del Ebrón. El acceso aparece cuidado, limpio, transitable, el panel con texto e imágenes se halla al pie de la torre:
  • Esta torre ubicada en la umbría recibe también el sobrenombre “del Hospital” ya que en un lugar cercano se hallaba el Hospital de Pobres fundado en el s. XV. Sin embargo este elemento fue construido con anterioridad y junto con la Torreta y la Torre Almenada forma la defensa del oeste del flanco más vulnerable de la Villa frente al Reino de Castilla. Además se ubica en uno de los accesos tradicionales. Esta pieza es la única que se conserva con traza parcialmente circular y su posición sobre el cortado de piedra permite imaginar el recorrido que seguía la muralla por esta parte de la población aprovechando los desniveles naturales. Presenta una construcción másica basada en una mampostería ordinaria exterior y hormigón de cal en el interior, para dotar de gran resistencia al elemento, de modo similar a como ocurre con la Torreta. La última restauración alteró notablemente el aspecto original de la torre.

Para designar la torre los lugareños utilizan el nombre de “Torre Umbría”, por su ubicación en la zona norte de la villa, pero también el de “Torre del Hospital” -en alusión al Hospital de Pobres que hubo en sus inmediaciones, fundado con licencia real por Juan II, infante de Aragón y rey consorte de Navarra, lugarteniente de Aragón y Valencia en tiempo de Alfonso V el Magnánimo, mediado el siglo XV (1446).[1] Es de pensar que el hospital de pobres (visitado durante siglos por los obispos de Segorbe y ya muy deteriorado a mediados del siglo XVII),[2] se hallara extramuros de la villa, al igual que el primer cementerio conocido en la localidad. Las estelas funerarias discoideas, mencionadas al comentar el panel del Lienzo de muralla de la calle Barrioso, podrían corresponder a ese primer camposanto.


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Detalle de la Torre del Hospital (Castielfabib, Valencia), antes de su restauración,
con la Iglesia-fortaleza y el Castillo al fondo (1997).

Panel del recinto amurallado correspondiente a la "Torre del Hospital" (Castielfabib, Valencia), 2019.

En la parte superior izquierda del panel hay dos fotografía, la de la izquierda muestra el aspecto de la torre antes de la última y poco afortunada restauración, la de la derecha corresponde a la torre tras la restauración -ambas tienen como fondo la Iglesia-fortaleza de Castielfabib. La torre muestra un perímetro redondeado por fuera, basada en mampostería de piedra encarada al exterior y cal y canto al interior -lo que le confiere un aspecto macizo, robusto. El desperfecto que mostraba la mampostería de la torre hasta su restauración parece indicar que no se trataba de un torreón exento -como podría haber sido La Torreta-; más bien parece que sería un punto de inflexión en el cerramiento de la muralla. Pero por la falta de muros en su derredor se ha interpretado también como una torre avanzada en la defensa de esta parte de la muralla. En cualquier caso, debería tener algunas estructuras anexas, ya que una torre avanzada y aislada carece de sentido.

Por la parte de abajo (sureste) pudo estar unida con el lienzo de muralla de la calle Barrioso y por arriba (noroeste), atravesando la actual calle Moral, con los cantiles existentes por debajo de La Torreta. Lo cierto, sin embargo, es que no se observan restos de muros en el cerro rocoso por encima de la calle Moral. Ello permite elaborar distintas hipótesis acerca de cómo se cerraba la muralla en este punto, permitiendo especular si tuvo o no algún punto de unión con La Torreta.

Para responder a todas estas preguntas cabría realizar estudios historiográficos y arqueológicos, que difícilmente van a realizarse de momento. Sin embargo, ello no debe inquietarnos ni restar importancia al lugar, ya que forma parte de los muchos interrogantes que encierra la historia local. Cualquier estación es buena para realizar este recorrido, pero hay momentos insuperables, como la primavera, cuando el valle del Ebrón comienza su despertar del sueño invernal, y muy particularmente en otoño, cuando los chopos ribereños se tiñen de amarillo oro y cobre caldera, estallando en una vorágine de luz y color.


Vista parcial de Castielfabib (Valencia), con detalle de la Torre del Hospital tras su restauración,
la Iglesia-fortaleza y el castillo al fondo (2019).

Cabe dejar la Torre del Hospital y continuar el recorrido por el recinto amurallado de Castielfabib, para ello deberemos subir hasta la calle Moral. El entorno de la torre era difícil de visitar, siendo de agradecer el acondicionamiento realizado, basado en un pasillo con barandas y escaleras metálicas, que comunican la parte baja de la torre con dicha calle Moral -situada inmediatamente por debajo de La Torreta. Camino de La Torreta nos detendremos en otro panel situado a nuestra izquierda, según bajamos por la calle Moral en dirección a la villa. Se trata del Mirador El Moral, lugar muy bien acondicionado también, desde el que puede admirarse una estupenda vista general (suroccidental) del conjunto de la Iglesia-fortaleza, del Castillo y parte alta del caserío. Resulta difícil sustraerse a la belleza estética y formal del lugar, sin duda uno de los más bellos de la comarca, en el que se dan cita paisaje e historia, leyenda y tradición.

La imagen muestra una perspectiva noroccidental de la iglesia-fortaleza de Castielfabib, desde el barrio del Moral, con detalle de diversos elementos hoy desaparecidos (panel de muralla junto a la herrería, saledizo del órgano...), así como la rampa de acceso al Carrerón antes de la restauración del conjunto (ca.1950) [Fotografía cedida por don Miguel Marín Adán, estudioso de la historia del Rincón de Ademuz y entrañable amigo].


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Panel correspondiente al Mirador El Moral (Castielfabib, Valencia), con la la Iglesia-fortaleza y el castillo al fondo (2019).


El panel muestra varias fotografía en su parte izquierda, dos panorámicas y otras dos de menor tamaño con el detalle de la Iglesia-fortaleza (en distinto momento histórico), y un texto encabezado por un fragmento de foto antigua:
  • El Moral es el barrio más elevado de la Villa de Castielfabib, protegido por la Torreta en su parte más vulnerable al noroeste. Sin embargo por el resto de orientaciones cuenta con una protección natural con cortes de piedra de gran magnitud. No está demostrado que su topónimo remita al termino “moro” y a la presencia de una morería o arrabal una vez conquistada la población, pero la extrema exposición de esta zona previa a la fortificación del flanco oeste da fuerza a esta hipótesis. Su posición privilegiada sobre la vertiente noroeste de la población ofrece unas magníficas vistas de todo el valle del Ebrón desde su entrada en el antiguo Reino de Valencia por El Cuervo (Aragón). Además, la posición de la Villa vieja, la Iglesia-Fortaleza y el Castillo sobre el promontorio rocoso en el meandro del río a modo de “acrópolis” permiten comprender el control fluvial que esta plaza ejercía desde su origen.


La zona del Moral constituye la parte más elevada del caserío, situada inmediatamente por debajo de La Torreta -entre la calle de san Antonio Abad y la del Calvario. Dada su ubicación la podemos imaginar en el extremo noroccidental de la villa, lugar relativamente vulnerable del recinto amurallado, aunque bien defendido por la Torre del Hospital y la atalaya de La Torreta. El texto especula acerca de la posible existencia de una morería (lugar de moros) situada en el arrabal de la villa tras la conquista cristiana, sin más argumento que el nombre del topónimo y su ubicación. Ciertamente, se trata de una hipótesis a tener en cuenta, tan válida como pensar que el nombre del barrio proviene de la existencia de moreras (Morus nigra), árboles de la familia de las moráceas en la zona. Con anterioridad a la conquista cristiana los moros que habitaban el lugar residían en la denominada Villa Vieja, por detrás de la Iglesia-fortaleza. Tras la conquista debieron quedar muy pocos moros, la mayoría marchó hacia los territorios todavía no conquistados. Lo propio, sin embargo, es que tras la creación del asentamiento de la Villa Nueva, los moros que quedaran fueran relegados a las zonas periféricas, esto es, a los arrabales, preferiblemente fuera de las murallas. Sea como fuere, si la zona del Moral fue lugar de moros no puede afirmarse ni descartarse.

Lo que no podemos contradecir es que el mirador “ofrece unas magníficas vistas de todo el valle del Ebrón desde su entrada en el antiguo Reino de Valencia por El Cuervo (Teruel, Aragón)”. Asimismo, permite comprender la importancia geoestratégica de Castielfabib en el control del paso del río en dirección al valle del Turia -y esto ya desde la época celtíbera. Dejamos el punto y continuamos nuestro recorrido, siguiendo su trazado en dirección a La Torreta, que queda en una posición elevada, inmediatamente por encima del Mirador.


04_La Torreta.
Ascendemos por la ladera, circundamos la base del torreón y de inmediato daremos con el panel correspondiente a La Torreta, que aparece en lo alto, ofreciendo su cara suroriental. El panel ilustrado contiene unos dibujos a la izquierda y un texto a la derecha:
  • Esta torre se emplaza en el punto más elevado de toda la población y a su vez en el más vulnerable, a cota cero respecto al acceso desde el antiguo reino de Castilla. Su posición privilegiada permitía un control absoluto sobre todo el territorio a la vez que flanqueaba el acceso a la villa por el oeste, ya que la altura del edificio era de 15 metros y su anchura de 7,5 metros. La Torreta se puede considerar un polo defensivo autónomo según los grabados existentes, con plataformas a sus pies y una geometría hexagonal, algo muy poco frecuente en la arquitectura defensiva del siglo XIV, donde presumiblemente se enmarca la construcción de la torre. En 1840 las tropas carlistas fortifican el edificio, del mismo modo que el castillo, pero fue dinamitado al poco tiempo por las tropas de Isabel II una vez terminada la I Guerra Carlista, dejando los actuales restos.
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La Torreta, torreón occidental en el recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.


Los resto del torreón de La Torreta son visible desde cualquier punto alejado de la villa -desde El Cuervo (Teruel), hasta Las Monjas, en Los Santos; y desde los cerros de levante hasta El Colladillo, que queda al poniente-, sugiriendo que fue una formidable atalaya, situada en la parte occidental del caserío, en el acceso a la localidad desde Castilla. Su posición resulta absolutamente privilegiada, lo que le permitiría un control amplio del territorio. Sus dimensiones (15 metros de alto por 7,5 metros de ancho) reflejan la envergadura del observatorio, al tiempo que punto defensivo por excelencia. Tiene la base en talud, basada en piedra caliza, al igual que la mampostería de piedra careada; las esquinas de piedra tosca labrada, y el interior con relleno de argamasa de cal y canto. Su base se estima hexagonal, “algo poco frecuente en la arquitectura defensiva del siglo XIV”, cuando presumiblemente se construyó la torre. Con todo, resulta difícil imaginar una torre  vigía y defensiva de planta hexagonal en semejante posición. Lo primero, porque dado el tamaño de los lados que restan, no cabría materialmente en ese espacio; lo segundo, porque carece de sentido un torreón de seis caras en esta posición, a no ser que realmente fuera exento. Se ha especulado también si el torreón era macizo o poseía alguna estancia interior; en todo caso, por su función vigía, podía tener una terraza en la parte alta, tal vez almenada.



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Paisaje urbano de Castielfabib (Valencia), con detalle de La Torreta en primer plano (2019).


Los dibujos que se muestran en la parte izquierda del panel (perspectiva forzada, sección y planta) corresponden a un grabado de 1840, realizado por Manfredo Fanti (1806-1865). El militar italiano, durante su exilio en España formó parte del ejército cristino en la I Guerra Carlista (1833-1840). Las tropas carlistas fortificaron La Torreta y el Castillo -Pascual Madoz recoge el momento histórico y las circunstancias en que se produjeron las obras, así como del maltrato sufrido por los que las llevaron a cabo, a los que como hemos visto arriba “se les prodigó [...] un trato muy inhumano no solo obligándoles á trabajar mas de lo que podían, sino que puestos á disposición de unos capataces de tosco aspecto, les maltrataban con palos y látigos, y aun con cadenas”.[3]


Vista suroccidental del torreón de La Torreta, en el recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

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Vista suroccidental del torreón de La Torreta, en el recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.


A tenor de los grabados de M. Fanti (1840), “La Torreta se puede considerar un polo defensivo autónomo [...], con plataformas a sus pies y una geometría hexagonal”. Como bien reseña el texto, el aspecto del torreón se refiere a los dibujos del militar italiano, realizados tras las obras de fortificación realizadas por los carlistas. Lo cierto, sin embargo, es que desconocemos cómo pudo ser en la baja Edad Media el cerramiento de la muralla por esta parte, entre la Torre del Hospital y la Torre Almenada. La pregunta es, ¿tenían algún punto de unión dichas estructuras con el torreón de La Torreta? ¿Acaso se unían la Torre del Hospital y la Torre Almenada mediante un lienzo de muralla, dejando aislada La Torreta? Como hipótesis razonable estimo que estos tres puntos del recinto amurallado de Castielfabib pudieron estar unidos -basándome en que esta parte del cerramiento de la villa era el más frágil y una muralla entre ellos le daría mayor fuerza defensiva. En cualquier caso, siempre resulta interesante especular al respecto, con la esperanza de que algún día se encuentren pruebas (documentales, arqueológicas...) que rebatan o confirmen lo que pensamos.

Tras la ocupación de Castielfabib por las tropas cristinas, las fortificaciones levantadas por los carlistas en el Castillo y La Torreta fueron demolidas, quedando poco más o menos tal cual pueden verse en la actualidad. Siempre resulta lamentable la destrucción de monumentos de este tipo, pero parece que el momento histórico lo recomendaba. De hecho, tras la primera guerra civil hubo otras dos carlistadas. Desde La Torreta nos dirigimos al siguiente panel del recinto, continuando por el camino que lleva hasta la calle de san Antonio Abad y descendiendo después hacia la villa.



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Vista frontal (meridional) del torreón de La Torreta (Castielfabib, Valencia), con detalle de base en talud, lienzos de mampostería encarada de piedra caliza y ángulo de sillería en piedra tosca local (2019).


05_Torre almenada.
El panel de la Torre almenada se halla en la calle san Antonio Abad, contra la base del muro de un torreón almenado, aprovechado como vivienda. El panel muestra en su parte superior izquierda un alzado de las tres fachadas de la torre, un pequeño recuadro de texto y una fotografía en la zona inferior de ese lado, mostrando el detalle de las almenas del torreón. El texto del margen derecho del panel refiere:
  • Este edificio es la torre en mejor estado y de mayores dimensiones que se conserva en todo el antiguo recinto amurallado de la Villa, dada la importancia de su ubicación en el principal acceso a la población desde el antiguo reino de Castilla. Su altura y proporciones así como la técnica constructiva que presenta y su remate almenado justifican su importancia. Es, sin lugar a dudas, la presencia de almenas el hecho más significativo de esta pieza, dado que es la única que las conserva en la comarca y en todo el área geográfica circundante. Además, estas almenas tienen unos merlones con saetera interior y disponen de un remate coronado y unos orificios donde se colocaban los “manteletes”, unas protecciones de madera para evitar el impacto de proyectiles. La torre fue reconvertida posteriormente a vivienda, y muestra en la parte alta unos sillares fingidos propios de una arquitectura de cierto poder adquisitivo. Gracias a su reconversión residencial ha llegado a nuestros días.

Bajando por la calle de san Antonio (Abad) nos encontraremos con un estrechamiento de la vía, la construcción de la izquierda corresponde a la descripción que hace el panel, “la torre en mejor estado y de mayores dimensiones que se conserva en todo el antiguo recinto amurallado de la Villa”. Merece la pena recorrer la calle en uno y otro sentido para apercibirnos de los detalles que comenta el texto. La monumentalidad de la torre se halla en relación con el hecho “de su ubicación en el principal acceso a la población desde el antiguo reino de Castilla”. Es decir, nos hallamos frente al acceso más occidental de la villa, de ahí las almenas que la coronan, elementos de claro significado defensivo. Propiamente, las murallas medievales tenían en las puertas sus puntos más débiles, de ahí los torreones que solían custodiarlas. Además de torreones almenados (véase por ejemplo el acceso al castillo de Moya, Cuenca), las puertas solían tener una hornacina interior para ubicar la imagen de un santo o virgen que la custodiara, pues en caso de agresión o asedio la intercesión divina hacía su papel para la mentalidad de entonces; en todo caso, nunca debía despreciarse. 



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Vista parcial del barrio de la Torreta (Castielfabib, Valencia), con detalle de la Torre Almenada y las ruinas del Convento de San Guillermo al fondo, en el otro lado del Ebrón (2019).


Las almenas constituyen los elemento más llamativo de la torre (de ahí el nombre de torre Almenada); de hecho no veremos más almenas que éstas en el resto del recinto amurallado de Castielfabib. El texto del panel llama la atención sobre el hecho, destacando que “estas almenas tienen unos merlones con saetera interior y disponen de un remate coronado y unos orificios donde se colocaban los manteletes”, a modo de ventanas para tapar los huecos entre almenas, con finalidad claramente defensiva. Se desconoce si las almenas circundaban todo el perímetro de la torre; lo esperable, sin embargo, es que al menos estuvieran en la parte externa de la muralla. El esquema que incluye el texto menor resulta muy didáctico:
  • El detalle más relevante de esta torre es la presencia de almenas en el lateral oeste (se desconoce si existían en el resto de fachadas). Dichas almenas están ejecutadas con una argamasa de cal diferente a la sillería del resto del edificio, no obstante se ejecutarían a la par que el resto de la construcción./ En la ilustración se puede apreciar el funcionamiento del “mantelete”, un dispositivo de madera cogido a dos vástagos también de madera que emergían por los orificios superiores de cada uno de los merlones, cubriendo las almenas.

Ciertamente, el esquema del dibujo resulta concluyente para explicar el funcionamiento de este sencillo sistema defensivo. Me queda la duda respecto al momento de la construcción del almenado, es probable que fuera obra posterior, ya que de haberse hecho cuando la torre, ¿por qué no hacerlo con el mismo material? De hecho parece haberse hecho con premura, ante alguna amenaza inminente, pues carecen de la elegancia arquitectónica que denota el resto de la torre. Con la Torre Almenada sucedió lo que con El Torrejón, y con el edificio que soporta la Iglesia-fortaleza, que se han conservado por el uso que les dieron cuando concluyó su actividad defensiva originaria, transformándose en viviendas o en iglesia respectivamente.



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Vista meridional de la Torre Almenada (Castielfabib, Valencia), con detalle del recinto murado (2019).

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Vista meridional de la Torre Almenada (Castielfabib, Valencia), con detalle del recinto murado y comienzo de la calle de san Antonio Abad, en camino de Castilla (2019).


Observando la Torre Almenada con algún detalle se me ocurre pensar en cómo sería y dónde estaría realmente la puerta de entrada a la villa por esta parte. Lo esperable es que la puerta se hallara franqueada por sendas torres, una a cada lado. En el caso de esta puerta de muralla, ¿dónde estaba realmente el acceso?, pues el siguiente lienzo de muralla está poco más abajo, aunque no en la misma línea de fachada que la Torre Almenada.


06_Paño de muralla de la calle Calvario.
El paño de muralla de la calle Calvario se halla a menos de cien pasos de la Torre Almenada, lo conforma el muro meridional de un edificio que destaca del conjunto del caserío. El panel, situado contra el paño de muralla posee un esquema con una fotografía señalada en su parte izquierda y un texto a la derecha:
  • Este paño de muro en la calle Calvario presenta las características propias de las estructuras defensiva del resto de piezas que formaban el recinto amurallado de la Villa y, con toda probabilidad, forma parte de uno de los anillos que delimitaban la parte más alta poblada del núcleo urbano, el Moral. Algunas fuentes orales apuntan que en este edificio se ubicaba el Cuerpo de guardia que controlaba el acceso a la población. Cabe destacar los orificios que existen en la planta alta como resto de un antiguo matacán defensivo de madera. En cualquier caso, el aspecto actual que presenta el edificio con un arco de medio punto, así como con diversos huecos tapiados en fases sucesivas, nos muestra la antigüedad del mismo y los múltiples cambios que ha sufrido sin perder el aspecto palaciego que lo diferencia del resto de arquitectura vernácula.

Como en el caso de la Torre Almenada, conviene transitar la calle Calvario, arriba y abajo frente al lienzo de muralla observable en este punto, viendo que se trata de un edificio cuya puerta de entrada se halla en la fachada oriental y luce una arcada de medio punto basada en dovelas de piedra que destaca del conjunto de edificios que la circundan. El edificio en cuestión se halla en la parte alta de la villa, en la confluencia de la actual calle Calvario con la de san Antonio y la calle Torrejón. Desde esta parte se accede a la calle Moral, donde pueden verse también edificios de mampostería de traza antigua.



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Detalle de arco de medio punto con dovelas en una casa murada de la calle Calvario (Castielfabib, Valencia), correspondiente al recinto amurallado (2019).

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Detalle de lienzo de muralla en una casa de la calle Calvario (Castielfabib, Valencia), correspondiente en recinto amurallado (2019).


Cabría matizar el testimonio conforme “en este edificio se ubicaba el Cuerpo de guardia que controlaba el acceso a la población”, me refiero a qué época aluden las fuentes orales. La afirmación no es desdeñable, toda vez que se halla en las proximidades del acceso occidental de la villa. Lo que resulta evidente es que a tenor de las transformaciones sufridas, el edificio ha debido tener distintas funciones a lo largo del tiempo. Como argumento se señalan ciertos orificios situados en la parte alta, correspondientes a las ménsulas que pudieron soportar el matacán. Un texto menor junto a la fotografía detalla los elementos detectables en la fachada:
  • Esta fachada en concreto muestra la innumerable sucesión de fases que ha sufrido este edificio. Con un carácter claramente defensivo de mampostería y sillería, orificios de un antiguo matacán, huecos tapiados propios de una arquitectura palaciega y un remate de yeso propio de la arquitectura vernácula que forma el remate de la cubierta.

La señalización de la fotografía indica el tapial de yeso en la parte alta de la fachada meridional del edificio, bajo el alero; la altura máxima del paño de muralla; los orificios correspondientes a las vigas que soportaban una posible buharda o matacán. También, la sillería de tosca en el ángulo suroccidental, y los huecos de gran formato tapiados y recercados de yeso. Dejamos el lugar descendiendo por la calle Torrejón, en busca del siguiente panel, propiamente denominado El Torrejón.


07_El Torrejón.
La calle Torrejón es una vía estrecha y sinuosa situada por debajo de la calle Calvario; atravesando un callejón en pendiente y cubierto nos hallaremos al pie de la torre denominada El Torrejón. El panel se halla enfrente, posee un alzado de las fachas del Torrejón, con detalle de la vivienda anexa que vuela sobre la calle homónima. Por debajo del dibujo hay una fotografía de la parte del caserío donde se halla el torreón, y un texto a la derecha:
  • En el flanco suroeste de la Villa se levanta esta torre en un espolón de la ladera que le confiere una visión privilegiada y panorámica sobre la vertiente de la Solana. Por ello, este edificio ejerció un control sobre el acceso de esta zona del recinto amurallado. Hasta la reciente construcción de nuevas viviendas al oeste de la torre, se podía apreciar fácilmente el recorrido que seguía la muralla en este sector de la población. La geometría que presenta la pieza es un rectángulo irregular del que se conserva una parte tanto en planta como en altura. Esta torre dará nombre a la calle donde se ubica y su etimología es “torre pequeña o mal formada”. Del mismo modo que otras estructuras defensivas, actualmente se halla vinculada a una vivienda vernácula con la peculiaridad de que la mitad vuela sobre el paso inferior de la calle.

Detalle de panel del recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), correspondiente a El Torrejón (2019).

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Vista suroccidental de El Torrejón, perteneciente al recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

Respecto al nombre, el texto observa que el origen de la palabra que denomina la torre corresponde a una torre de pequeñas dimensiones e irregular, que nombra a la calle donde se ubica. Situada al suroeste del caserío, “en un espolón de la ladera que le confiere una visión privilegiada y panorámica sobre la vertiente de la Solana” y la vega Zaragoza. Asimismo, está bien observado que esta torre ejercía control sobre el acceso meridional que debió tener el recinto amurallado de la villa en algún punto próximo. La torre posee planta rectangular, conservándose “una parte en planta como en altura” -el hecho de que se haya mantenido se explica por la misma razón que la Torre Almenada, por haber formado parte de una vivienda. Como advierte el texto, la construcción de nuevas viviendas al poniente del Torrejón impide al presente ver el trazado que seguía la muralla por esta parte. Asimismo, alude al callejón cubierto por donde discurre la calleja estrecha y sinuosa situada junto a la pequeña torre.



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Detalle de El Torrejón, perteneciente al recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

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Vista meridional de El Torrejón, perteneciente al recinto amurallado de Castielfabib (Valencia), 2019.

Continuando por la calleja del Torrejón nos dirigimos al siguiente panel, correspondiente al Paño de muralla de la calle Fuente.


08_Paño de muralla de la calle La Fuente.
Este lienzo de la muralla se halla en la parte más baja del cerramiento de la villa, en la calle La Fuente. El panel posee varias fotografías en su margen izquierda y un dibujo correspondiente al sector estudiado, así como un texto en su margen derecha:
  • En la parte ubicada más al sur de la antigua población se encuentra un lienzo de muralla que delimitaba el recinto por esta parte, con toda probabilidad, una de las más recientes de todo el conjunto. Este lienzo en la actualidad se halla totalmente enmascarado, pero en imágenes de principios de siglo se pueden apreciar las trazas de la muralla, así como la construcción en mampostería del edificio ubicado al este como posible torre. El espesor de los muros de estas viviendas corrobora este planteamiento, sobre todo la vivienda ubicada al oeste con una esquina de sillería y un muro de tapia de tierra de 1 metro de ancho sobre la roca viva. Las diversas propiedades y los revestimientos que forman sus fachadas ocultan la antigua muralla. Cabe destacar que la zona ubicada al sur de este muro se denomina “el Portal” como posible alusión a uno de los ingresos al recinto.

Vista de fachadas en la calle La Fuente (Castielfabib, Valencia), por donde pasaba el recinto amurallado y detalle de callejón, probable postiguillo (puerta pequeña) de la muralla (2019).

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Detalle de gatos caseros tomando el sol de la tarde en un banco de la calle La Fuente (Castielfabib, Valencia), por donde pasaba el antiguo recinto amurallado (2019).


Vista de fachadas en la calle La Fuente (Castielfabib, Valencia), por donde pasaba el recinto amurallado y detalle de callejón, probable postiguillo de la muralla (2019).


El paño de muralla es el menos “visible” del recorrido; situado en la parte más baja del recorrido, en posición meridional respecto de la villa, el lienzo murado se halla oculto por el revestimiento de las fachadas de las casas que se alzan sobre la antigua estructura defensiva. Sin embargo, en imágenes de principios del siglo XX se pueden observar “las trazas de la muralla, así como la construcción en mampostería del edificio ubicado al este como posible torre”. Asimismo, el texto considera este sector del cerramiento como “una de las partes más recientes de todo el conjunto”. Como argumento, se anota “el espesor de los muros de estas viviendas”, en particular “la vivienda ubicada al oeste con una esquina de sillería y un muro de tapia de tierra”, situado “sobre la roca viva”. Dato curioso es el referido al nombre con el que se conoce la zona, “el Portal”, en alusión al posible acceso a la villa por esta parte -propiamente, Portal de la Solana. Por encima de la calle Fuente se halla la calle Postiguillo, nombre que alude también a la existencia de una pequeña puerta en esta parte de la muralla. El pasadizo o callejón elevado existente entre casas apunta en este sentido. Por otra parte, resulta evidente que entre El Torrejón y la Casa del Cura debió haber algún otro torreón defensivo, ya que se trata de un tramo de muralla muy largo, y frágil.

Para continuar el recorrido por el antiguo recinto amurallado hay que seguir por la calle La Fuente arriba, en dirección al sector oriental del caserío, donde se halla la antigua Casa Abadía.


09_Casa Abadía.
El siguiente panel del recinto amurallado corresponde a la Casa Abadía, a la que hemos arribado ascendiendo por la calle Enrique Fornas. Don Enrique Fornas fue un antiguo párroco de Castielfabib, regentó la parroquia durante el primer tercio del siglo XX, y algunos años más tras de la Guerra Civil (1936-1938).[4] El panel de este punto contiene varios esquemas, dibujos y fotografías en la parte izquierda, el texto principal se halla a la derecha:
  • También denominada Casa del Cura. Esta edificación previa al siglo XVII se ubica en una posición de dominio privilegiada, sobre un promontorio rocoso y controlando el acceso por el flanco este de la Villa y el valle del Ebrón. Su ubicación en el trazado de la muralla de Castielfabib remite a la existencia de un torre defensiva en sus inmediaciones, aprovechada para construir un edificio de gran relevancia y simbolismo. Este edificio era la residencia del párroco en la Villa hasta la década de los 60. De hecho, es un claro exponente de la arquitectura vernácula comarcal de cierto nivel social, como denota el empleo de tapia reforzada con mampuestos y yeso, una versión local y singular de la denominada tapia valenciana. Además, en su interior persiste un horno de pan, una de las pocas letrinas de la zona y múltiples muestras decorativas alejadas de la humilde realidad social de la comarca.


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Vista general (suroriental) de la antigua Casa Abadía de Castielfabib (Valencia), 2019.

La Casa Abadía (popularmente, Casa del Cura), es una construcción notable por las características de su fábrica. Situada sobre una eminencia rocosa, en el trazado de la línea de muralla próxima al castillo por su vertiente meridional, destaca notablemente de las del entorno. El texto propone “la existencia de una torre defensiva en sus inmediaciones” -tampoco resultaría descabellado pensar que la parte inferior de la casa pudo ser la misma torre-, que controlaría el acceso oriental de la villa, y el valle del Ebrón. El solar fue aprovechado para “construir un edificio de gran relevancia y simbolismo”, cual era la residencia del párroco, vigente hasta los años sesenta del siglo XX. Propiamente, la construcción constituye “un claro exponente de la arquitectura vernacular”, y de cierto nivel socioeconómico como demuestra su factura. En sus fachadas suroriental y suroccidental resultan evidentes las características de notabilidad del edificio, levantado sobre la misma roca del monte, con muros de mampostería encarada y sillares labrados en las esquinas (primero de piedra caliza y luego de tosca) hasta aproximadamente la mitad del edificio; la mitad superior tiene los muros de tapial reforzado con mampuestos y yeso, “una versión local y singular de la denominada tapia valenciana”.

En el margen izquierdo del panel hay unos magníficos dibujos que ilustran acerca de la mampostería ordinaria y la tapia mixta (se trata de un fotoplano de la fachada oriental del edificio), y el detalle constructivo de la tapia:
  • La tapia real o valenciana, está formada por muros de tierra reforzados por piezas de ladrillo perpendiculares al muro, para dotar al mismo de mayor resistencia. En el caso de la Casa Abadía, estos refuerzos se producen con mampuestos pero además se emplea otro sistema complementario como son las “brencas” (tongadas de yeso entre hiladas de tapias) y las “rafas” (refuerzos de yeso en las esquinas), al modo que se hace en el sur de Aragón. De esta manera se forma una tipología vernácula de la tapia valenciana, fruto del cruce de influencias de la comarca./ Solamente en Torrealta, se conocen otra casa solariega de estas características anexo al Torreón, o el mismo torreón donde sí que se encuentra la tipología de tapia valenciana propiamente dicha.


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Detalle del ángulo suroriental de la antigua Casa Abadía de Castielfabib (Valencia),
con detalle de la mampostería de los muros, del sillarejo de piedra caliza y de toba en la parte inferior,
y del tapial enlucido en la parte alta (2019).



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Detalle del muro de mampostería ordinaria y de la reja de forja en la antigua Casa Abadía de Castielfabib (Valencia), 2019.


Los muros basados en mampostería ordinaria o piedra encarada (en su parte baja) y de tapial (en la parte alta) son frecuentes en la comarca. Así como el uso de las “brencas” y “rafas” en los muros de tapial. Fernando Vegas (2001) ya cita la Casa del Cura de Castielfabib como ejemplo de muro de tapial con brencas, elementos que define como “refuerzos en forma de ondas acuñadas en la base de cada hilada de tapial, realizadas con una mezcla de inertes y aglomerantes”, en este caso construidas con yeso.[5] La parte inferior izquierda del panel contiene el alzado y la sección de la letrina, así como una sección del horno de pan cocer. La existencia de estos elementos en su interior (horno, letrinas, decoración de paredes…) demuestran el nivel social en sus moradores -en comparación con el común de los vecinos.

Continuamos el recorrido circundando la Casa Abadía por su fachada oriental, hasta dar con la calle de la Reja, situada al pie del montículo rocoso sobre el que se alza el Castillo.


10_Castillo.
El panel del recinto amurallado correspondiente al Castillo se halla en la calle de la Reja, junto al acceso a la fortaleza habilitado en la ladera occidental, próximo al de la Iglesia-fortaleza. Como el resto de paneles, a la izquierda posee unos dibujos (planta y alzado) del castillo y dos imágenes panorámicas, y un texto a la derecha:
  • El Castillo se ubica al este de la población sobre el promontorio rocoso que surge del valle del Ebrón. Es el principal edificio del conjunto defensivo junto con la Iglesia-Fortaleza y la Torreta, y desde su origen ha sufrido múltiples transformaciones que van desde el s. XIII tras la conquista cristiana hasta el s. XIX, cuando es fortificado con motivo de la I Guerra Carlista. Tras diversas fases de uso y abandono, en 1840 es dinamitado por orden de Isabel II sirviendo de cantera y entrando en estado de ruina progresiva. Tras las últimas excavaciones pueden apreciarse diferentes partes, sobre todo aljibes y estancias de la celoquia (parte más alta y protegida del castillo), así como distinguir los diferentes recintos que lo formaban. Los materiales utilizados en su construcción son tapiales de tierra, cal y piedras, así como muros de mampostería en fases más recientes. La única documentación gráfica existente es un plano de 1840, dibujado por las tropas isabelinas sobre las fortalezas carlistas.
Ciertamente, el Castillo de Castielfabib se alza sobre un promontorio rocoso de gran potencia y planta alargada (orientación norte-sur) al este de la población, dominando el caserío y el paso del río Ebrón. El solar donde asienta la fortaleza constituye un lugar de dominio privilegiado, desde donde se divisan amplios horizontes. El naturalista Antonio José de Cavanilles (1745-1804), en su excursión de Vallanca a Castielfabib (principios de septiembre de 1792), refiere que subió hasta las ruinas de la fortaleza, y puesto en lo alto describe el amplio panorama que observa: desde los montes de Tormón y El Cuervo (Teruel) al norte hasta los montes de Puebla de San Miguel (Valencia) y la Serretilla (Cuenca) al sur.[6] Nada escapa a la aguda mirada de ilustrado botánico valenciano.


Vista parcial (noroccidental) de la Iglesia-fortaleza y muros del castillo de Castielfabib (Valencia), con detalle del campanario (2019).

Castielfabib (Qastil habib) era ya un lugar de moros en el siglo XII, su castillo (hisn) viene citado en la crónica del cartógrafo y geógrafo ceutí al-Idrisi (1100-1166).[7] En el momento de la conquista cristiana por Pedro II de Aragón (1210) se hallaba ocupado por los almohades dependientes de la taifa de Valencia, gobernada por Zayd Abu Abd Al·lah (1190-1213).

De hecho, la estructura del castillo de Castielfabib responde a la típica organización musulmana que describe Pierre Guichard (2001), basada en dos elementos funcionales: el albacar (zona de refugio temporal para los moradores de la villa, sus pertenencias y ganados) y la saluqiya (elemento mejor fortificado), que los cristianos denominarán “celoquia”.[8] Tras la conquista, los cristianos no debieron hacer grandes modificaciones estructurales, incluso podemos pensar que quedó abandonado. De hecho, a finales del mismo siglo (en 1297), "el estado de deterioro del castillo de Castielfabib era tan grande, que a veces ni siquiera tenía agua".[9] En cualquier caso, dos siglos y medio después de la conquista (en 1452), con ocasión de ciertas obras en la fortaleza, los cristianos siguen utilizando la misma terminología para referirse a las partes principales del castillo.[10] Los materiales empleados en su construcción fueron tapiales de tierra, cal, piedras, y en fases posteriores, mampostería. Se trata de un castillo táctico-estratégico, de planta irregular, adaptado al terreno. Los muros que circundan en casi todo su perímetro responden a fábricas variadas, ello hace pensar que fueron construidos, y reconstruidos, en distintos momentos históricos.

Vista parcial (suroccidental) de la Iglesia-fortaleza y murallas del castillo de Castielfabib (Valencia), 2019.

El acceso al castillo se halla en la vertiente occidental, subiendo por la calle de la Reja -aunque las escalas y barandas actuales son obra reciente. Por dicho acceso, sin embargo, resulta poco probable que pudieran subir caballerías, incluso las personas tendrían dificultad. Es de pensar, pues, que habría algún sistema de acceso, como escaleras o rampas de madera en este punto, que podrían retirarse en un  momento dado. Lo más probable es que hubiera otro acceso que permitiera el acceso de animales, incluso de carros, esto es, pasando por el túnel del Carrerón y circundando la actual sacristía (obra del siglo XVII, junto con el atrio de acceso y la capilla de la comunión)[11] y la cabecera del templo, y siguiendo por la base de la torre-campanario. Hay un dato documental que puede ayudar a comprender el asunto, se trata del registro por el que Alfonso el Benigno (1327-1336) concede permiso a los clérigos del lugar de Castielfabib para construir una torre nueva, cerca de la puerta del castillo, con címbalos y campanas, la cual debía servir a la defensa del castillo y ser erigida a expensas de las primicias del lugar (17 de febrero de 1333).[12] El hecho de la construcción de aquella torre ayudaría a entender que el acceso principal del castillo era por esta parte, es decir, por el Carrerón y la Villa Vieja.  

Se han conservado muchos documentos de los siglos XIII, XIV, XV y XVI relativos a obras de reparación en el castillo de Castielfabib, así como referencias a los materiales empleados, y a sus alcaides. Uno de los últimos fue don Francisco (Garcés) de Marcilla y Coalla, que obtuvo la castellanía o alcaldía perpetua del castillo en 1540 -por concesión de Carlos I de España (V de Alemania) y su madre la reina doña Juana.[13] Por otras fuentes sabemos que a principios del siglo XVI (1505) el castillo de Castielfabib se hallaba ya en franco deterioro, y sin uso de tiempo atrás, de ahí que surja la pregunta, ¿cómo es posible que a mediados del mismo siglo se le concediera la "castellanía perpetua" a don Francisco (Garcés) de Marcilla y Coalla si el castillo ya no tenía ninguna función? La respuesta podría ser que se trataba de un título honorífico, aunque quizá con remuneración.

Detalle de lienzo de muralla del castillo de Castielfabib (Valencia), correspondiente al sector suroccidental (2019)

Destaca el texto del panel que “La única documentación gráfica existente (del Castillo) es un plano de 1840, dibujado por las tropas isabelinas sobre las fortalezas carlistas”. Se refiere al grabado del citado militar italiano -Manfredo Fanti (1806-1865)- sobre los fuertes carlistas, conservado en el Centro Cartográfico del Ejército. El dibujo de la izquierda corresponde a la planta del Castillo e Iglesia-fortaleza; en la parte derecha, el situado arriba corresponde a una vista (suroccidental) del Castillo y el de la parte inferior responde a una sección transversal. Según se explica en el panel, la imagen del castillo que podemos observar en los planos “corresponde al aspecto que tendría la fortificación tras la reedificación” llevada a cabo por los carlistas, desconociéndose el que tendría la fortaleza medieval; no obstante, las modificaciones llevadas a cabo por los carlista no debieron ser importantes, dada la urgencia en llevar a cabo las obras. Tomada la villa por las tropas liberales (cristinas o isabelinas), las construcciones realizadas por los carlistas fueron dinamitadas. Desde los años cuarenta del siglo XIX el castillo de Castielfabib fue deteriorándose, por efecto de la utilización del lugar como cantera, y por el paso del tiempo y los elementos. Lo mismo sucedió con los muros y torreones de la antigua muralla medieval, que fue desmantelados, aprovechando sus sillares para otros usos, esto es, para viviendas, corrales, descubiertos.


Detalle de lienzo de muralla del castillo de Castielfabib (Valencia), correspondiente al sector suroccidental (2019).

Las últimas excavaciones llevadas a cabo en el recinto arqueológico del Castillo pusieron de relieve algunos recintos de la fortaleza, particularmente los aljibes y estancias de la celoquia, parte más alta y fortificada.



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Detalle de asientos en el Mirador de la Peña Garrate (Castielfabib, Valencia), un descanso en el recorrido del recinto amurallado (2019).



Palabras finales, a modo de epílogo.
El recorrido por el recinto amurallado de Castielfabib constituye una experiencia altamente estimulante, además de formativa, en relación con la historia de la villa y su peripecia bajo medieval y moderna. Los paneles están diseñados de forma muy didáctica, ilustrando sobre cada punto del recorrido, destacando detalles y elementos de particular interés.

Cabe alabar públicamente la idea de haber construido este recorrido, al tiempo que reconocer el esfuerzo del Ayuntamiento por ejecutarlo. Físicamente, el tramo más costoso de superar es el de la ladera septentrional, correspondiente al Torreón del Hospital (panel 03) y el acceso a La Torreta (panel 04), que ha debido ser también el más gravosos económicamente -por el uso de escaleras de metal, barandas… empleados en su acondicionamiento. En cualquier caso, el esfuerzo y los medios empleados han merecido la pena, pues permiten llevar a cabo el recorrido de forma relajada, cómoda, y segura.

El trayecto por el recinto amurallado nos permitirá encontrar además varios puntos de valor añadido, como son los miradores -particularmente el monumental "Mirador El Moral" y el no menos espectacular  "Mirador de la Peña Garrate"- sobre los que merece la pena detenerse para comprender el ámbito urbano en el que tiene lugar el proceso histórico, y su paisaje. En la Peña Garrate se halla el Punto de Interpretación cultural y paisajístico, desde el que puede observarse parte del itinerario de las Huellas del Ebrón, la Vega Zaragoza, el camino del Hituelo, las Hoces del Ebrón, las ruinas del Convento de San Guillermo... hasta el partidor de la Central Hidroeléctrica y Los Santos, con la Sierra de Javalambre cerrando el horizonte al levante.


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Detalle de ladrillo cerámico correspondiente al callejero de Castielfabib (Valencia), el nombre de la calle alude a un postigo (puerta pequeña) en el recinto amurallado de la villa (2019).

Para realizar este itinerario cultural hay que tener en cuenta varias cuestiones: lo primero elegir la estación y el momento del día -para unos puntos es mejor hacerlo con luz matinal, mientras que para otros es mejor verlos con luz vespertina-; quizá no podamos elegir el momento del día ni la estación, que hace el panorama cambiante; pero si nos decidimos a realizarlo, hacerlo siempre sin prisas. Y puestos a consejar, siempre resultará conveniente, incluso para los lugareños y comarcanos, buscar un guía que nos haga el comentario de lo que no suele explicarse en los paneles ni en un artículo. Este es un servicio que deberían proveer los puntos de información turística de la comarca, un guía para senderos, paisajes y lugares históricos.

En suma: el recorrido por el recinto amurallado de Castielfabib constituyen el mejor ejemplo de lo que puede hacerse por el Rincón de Ademuz, que es hacerlo visible (señalizarlo, mostrarlo, divulgarlo) mediante proyectos sencillos, prácticos y bellos. Mi más sincera enhorabuena al Ayuntamiento de Castielfabib, y a todos los que han hecho posible. Vale.





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[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2001). Aproximación a la Historia del Convento de San Guillermo en Castielfabib y noticia del Hospital de la Villa, Edita Ayuntamiento de Castielfabib, Valencia, pp. 124-126. ISBN: 84-931563-3-7
[2] CÁRCEL ORTÍ, Mª Milagros (1989). Relaciones sobre el estado de las diócesis valencianas, Edita Generalidad Valenciana, Valencia, vol. III [Segorbe], p. 1519.
[3] MADOZ (1847), p. 167.
[4] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Emilio Jarque Fornas (Castielfabib, 1914), la persistencia de la memoria, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 101-115. ISBN: 978-84-931563-6-7
[5] VEGAS, Fernando (2001). Memoria construida. Arquitectura tradicional del Rincón de Ademuz, con ensayos de Camilla Mileto y Marina Zuccolotto. Dibujos de los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, Valencia, p. 42. ISNB: 84-699-4838-5
[6] CAVANILLES, Antonio Josef (1797). Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reino de Valencia, Madrid, vol. II, párrafo 103, p. 75.
[7] LÓPEZ ELUM, Pedro (2000). Los castillos valencianos en la Edad Media (Materiales y técnicas constructivas)Generalidad Valenciana, Direcció General del Llibre, Arxius i Biblioteques, Valencia, vol. I, p. 85. Citado por José RUEDA (2002). Dos castillos medievales: Ademuz y Castielfabib, en revista Ababol 31 (2002), 28. Al-IDRISI, Geografía de España, “Textos Medievales”, 37, Valencia 1974, pp. 10-11. Citado por Pedro LÓPEZ ELUM. Los castillos valencianos en el siglo XIII. Del "hisn" musulmán al "castrum" cristiano, en Saitavi, 54 (2004), p. 115.
[8] GUICHARD, Pierre (2001). Al-Andalus frente a la conquista cristiana: los musulmanes de Valencia (siglos XI-XIII), Universidad de Valencia, Valencia. ISBN: 84-370-5256-4
[9] LÓPEZ ELUM (2004), p. 127.
[10] RUEDA (2002), p. 29.
[11] LÓPEZ GONZÁLEZ, Concepción y GARCÍA VALLDECABRES, Jorge. Los orígenes de la iglesia-fortaleza de Castielfabib. Análisis gráficos, en revista Expresión Gráfica Arquitectónica 20 (2012), p. 116. ISSN: 2254-6103
[12] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). El toque de campana, sonido rural por excelencia, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 101-104. ISBN: 84-931563-4-5
[13] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Carlos V, el emperador, y su madre la reina doña Juana la Loca: Concesión a don Francisco (Garcés) de Marcilla y Coalla de la alcaldía perpetua de Castielfabib (1540), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 305-306. ISBN: 84-931563-4-5

ANEXO GRÁFICO.

Dibujo con planos de planta y perfil de las defensas carlistas en Castielfabib (Valencia) realizados por las tropas constitucionalistas (1840). Centro Geográfico del Ejército. Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos (Madrid).

Detalle de dibujo con las principales defensas carlistas de Castielfabib (La Torreta, la Iglesia-fortaleza y el Castillo), realizado por las tropas constitucionalistas (1840).

Detalle de las principales defensas carlistas de Castielfabib (Plano de la Iglesia-fortaleza y el Castillo), realizado por las tropas constitucionalistas (1840).

Plano topográfico de Castielfabib (Valencia) y de sus alrededores. Reconocimiento hecho por las tropas constitucionales sobre los fuertes enemigos (1840) [Procedente del Centro Geográfico del Ejército. Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos (Madrid)].

Manfredo Fanti (1808-1865), militar italiano enrolado en el ejército cristino durante la I Guerra Carlista (1833-1840), dibujó los planos topográficos arriba expuestos, relativos a las defensas de Castielfabib antes de su voladura [Fotografía tomada de la National Portrait Galleri, London].


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