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viernes, 20 de diciembre de 2019

ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO DEL TIFUS Y FIEBRE TIFOIDEA EN EL XIX CUERPO DE EJÉRCITO (EJÉRCITO REPUBLICANO DE LEVANTE) EN 1938.



Estadística, informe, fichas epidemiológicas, relación de medicamentos en los Botiquines de Sanidad de Brigada, gráficos y líneas de evacuación, normas de funcionamiento de la Escuela de Capacitación Sanitaria, programa y charlas políticas.



“Aunque en verdad no es alarmante todavía el porcentaje de enfermos tíficos/
que dá esta gran Unidad, el aumento constante de su número […]
ha hecho que se tomaran enérgicas/ medidas preventivas
para evitar una propagación”
-Del informe del Comisario de Sanidad.










Palabras previas, a modo de introducción.
El estudio que se plantea se refiere a los enfermos de tifus hospitalizados en el año 1938, pertenecientes al XIX Cuerpo de Ejército (Ejército de Levante) del bando republicano durante la Guerra Civil (1936-1939). Cabe decir que el tifus es el nombre genérico que reciben varias enfermedades infecciosas producidas por bacterias del género Rickettsia, transmitidas por la picadura de diferentes artrópodos (ácaros, garrapatas, piojos, pulgas) que pueden portar aves y mamíferos. La investigación que se plantea, sin embargo, incluye también la fiebre tifoidea, de transmisión oral-fecal y otros procesos febriles.

El trabajo se basa en el estudio de la documentación existente en el Archivo General Militar de Ávila (AGMAV), y tiene como propósito el estudio de una epidemia de tifus en el contexto de la Guerra Civil en la zona de influencia del XIX Cuerpo de Ejército (Bando republicano), cuyo Estado Mayor estaba en Torrebaja (Valencia), asiento también de uno de los “Hospitales de Sangre” de la vanguardia del frente meridional de Teruel.

Según se anota en la propia documentación, los datos estadísticos objeto de estudio fueron “recogidos en los primeros meses (de 1938) de los libros de registro de los hospitales y desde el mes de Junio fueron tomados personalmente del enfermo”. El estudio contiene también “los casos francos de tifoidea y paratifoidea”, así como “los procesos intestinales febriles” de 8-10 días de duración como mínimo, y su distribución por Brigadas.

La documentación incluye el informe decenal del Comisario de Sanidad, modelos de fichas epidemiológicas (para enfermos febriles y para pacientes con fiebre tifoidea), las posibles líneas de evacuación de los pacientes del XIX Cuerpo de Ejército, la “Relación de los medicamentos que deben tener los Botiquines de Sanidad de Brigada (para 15 días y 3.000 hombres), las Normas de funcionamiento por las que se ha de regir la Escuela de Capacitación Sanitaria, el “Programa del Cursillo de Capacitación Sanitaria” y el “Programa Guión de charlas políticas para la Escuela de Capacitación de los Sanitarios”. El informe principal lo firma el Comisario de Sanidad del XIX Cuerpo de Ejército (señor Damián Catalá) quien con fecha 6 de agosto de 1938 lo remite al Comisario Inspector de Servicios de la Agrupación de Ejércitos Centro Sur (Valencia). El estadillo posee el sello del Comisariado de Sanidad del XIX Cuerpo de Ejército (Bando republicano).



Vista oriental de Torrebaja (Valencia), población donde se ubicó el Estado Mayor del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil Española (1936-1939), lugar donde se hallaba instalado también el Hospital de Vanguardia, más conocido como Hospital de Sangre (2017).


Material y método.
El material utilizado procede del Archivo General Militar de Ávila (AGMAV, C.831,5,1/21), se trata de un cartapacio de 21 páginas que contiene abundante material complementario. Su contenido se refiere íntegramente al XIX Cuerpo de Ejército (Estado Mayor), relativo al Servicio de Sanidad, cuyo epígrafe dice: Estadística de enfermos de tifus, informe, programas de capacitación sanitaria, gráficos y líneas de evacuación.

Para el estudio que se pretende, se ha procedido a la transcripción literal del registro principal (informe del Comisario de Sanidad), para su comentario. Seguidamente, una vez ordenada la documentación complementaria, se han creado enlaces a los distintos registros para su consulta detallada, resultando del tenor siguiente:




Marco geográfico y contexto histórico.
El marco geográfico del estudio viene delimitado por el ámbito de influencia del XIX Cuerpo de Ejército (Bando republicano), que cubría el frente meridional de Teruel, estribaciones occidentales de la Sierra de Albarracín y zona suroriental de la provincia Cuenca, incluido el valenciano Rincón de Ademuz. Podría decirse que el eje principal del territorio era la carretera N-420, en su tramo de Cuenca a Teruel. Para comprender mejor el sector, remito al lector a una publicación previa -Planos y mapas del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil (1936-1939)-: allí se exponen mapas correspondientes a la ubicación de los Depósitos de municiones, Hospitales, Farmacias, Repuestos y Botiquines, puestos de Ambulancias, Mapas de carreteras, Caminos transitables, Pistas,  Almacenes, Depósitos de Intendencia, Hornos para pan, Parques de ganado, Mataderos y Surtidores de gasolina, Jefatura de correos... durante la Guerra Civil.[1]

El Estado Mayor del XIX Cuerpo de Ejército se hallaba en Torrebaja (Valencia), su comandante era el coronel Joaquín Vidal Munárriz (1882-1939), militar profesional de orientación comunista.[2] El momento histórico se refiere a agosto de 1938, en el último tramo de la Guerra Civil. Cuatro meses antes Negrín había publicado los Trece Puntos del Gobierno Negrín (abril de 1938), programa político (estratégico y propagandístico moderado) de gobierno, a la par que buscaba una paz negociada con las fuerzas nacionales. El general Franco rechaza el pacto, sabe que tiene la guerra ganada y quiere una rendición incondicional. A Negrín solo le queda resistir, con la esperanza de poder alargar la guerra hasta el desencadenamiento de la II Guerra Mundial, que sabe próxima. No logró su objetivo, por el golpe de Estado del coronel Segismundo Casado (5-6 de marzo de 1939), que crea el Consejo Nacional de Defensa, con la intención de negociar la paz evitando las represalias contra los que habían luchado en el bando republicano.


El coronel don Joaquín Vidal Munárriz (en el centro), comandante del XIX Cuerpo de Ejército en Torrebaja (Valencia), durante la Guerra Civil Española (1936-1939) [Foto procedente de la Biblioteca Valenciana, Archivo "Finezas"]. 

Nociones de epidemiología general: tifus y fiebre tifoidea.
Se distinguen dos formas clásicas de tifus, el “Tifus exantemático epidémico” (cuyo vector es el piojo) y el “Tifus murino o endémico” (cuyo vector es la pulga). Diremos del Tifus exantemático, enfermedad que se desarrolla de forma epidémica en el contexto de guerras o desastres naturales, transmitida por los piojos del cuerpo humano (Pediculus humanos corporis). De esta forma, los piojos pican a los enfermos de tifus y se contagian por bacterias del género rickettsia, especie Rickettsia prowazecki. Cuando el paciente afectado de tifus exantemático comienza a tener fiebre alta, los piojos que le parasitan migran a otro paciente por contacto, contagiándolo a su vez.

La transmisión de la enfermedad no se produce tanto por la picadura del parásito como por las heces del mismo, que es donde se encuentran las bacterias. Las picaduras producen prurito de forma que, al rascarse el paciente, las heces de los parásitos (piojos, pulgas) contaminan las heridas del rascado y las bacterias entran en contacto con la sangre, se acantonan en las células endoteliales y se reproducen, provocando la enfermedad.

La enfermedad debuta tras un periodo de incubación de una o dos semanas, el cuadro inicial es inespecífico, semeja un proceso vírico, gripal o pseudogripal (malestar, escalofríos, fiebre elevada, cefalea, artralgias, mialgias, postración, estupor, delirios…). Propiamente, el paciente impresiona de gravedad. A los pocos días (4 a 7 del comienzo de los primeros síntomas) aparece una erupción cutánea (exantema) en el tronco, que se extiende de forma centrífuga por el resto del cuerpo, sin afectar las palmas de las manos ni las de los pies.

Dado que la enfermedad se suele desarrollar en conflictos bélicos (guerras, posguerras), desastres naturales… en los que se produce hacinamiento de personas, falta de higiene, etc., la mejor prevención son las normas de higiene personal, de la ropa de vestir, pulverización con insecticidas antipiojos, limpieza de sábanas de cama, etc., y el tratamiento adecuado de las aguas residuales, letrinas, etc.

Según características personales, la enfermedad puede evolucionar hacia la curación espontánea en el curso de dos semanas o complicarse con afectación visceral (hepática, renal, sistema nervioso central, etc).

En la actualidad, como tratamiento médico del tifus se utilizan antibióticos (tetraciclinas, cloranfenicol, doxiciclina).

La convalecencia de la enfermedad tífica, sin embargo, pude alargarse varios meses.

Respecto de la epidemiología de la fiebre tifoidea, cabe decir que es una enfermedad infecciosa producida por el bacilo de Eberth, una bacteria del género Salmonella. Su reservorio es humano y el mecanismo de contagio fecal-oral, por intermedio del agua y los alimentos contaminados por heces de personas afectadas.

La salmonella ingresa en la economía corporal por la boca, llega al intestino delgado y entra en la sangre (fase de bacteriemia, que se produce en la primera semana). Desde la sangre puede pasar a distintos órganos, produciendo procesos inflamatorios y necróticos, ello por la liberación de endotoxinas. Finalmente, las bacterias se eliminan por las heces.

Ingeridas las bacterias sufren un periodo de incubación (10-15 días), produciendo trastornos del estado general; posteriormente aparece la fiebre (hasta 39-40ºC), paradójicamente con bradicardia y pulso con doble pulsación (dicrótico), bacteriemia, sudoración profusa, cefalea, estupor, posible erupción cutánea (roséola en el vientre), tumefacción de mucosa nasal, úlceras en paladar, inflamación del hígado y el bazo (hepato-esplenomegalia), gastroenteritis con diarrea blanda-líquida.

Clásicamente, la enfermedad evoluciona en cuatro fases de una semana de duración. Puede evolucionar hacia la curación espontánea o cronificarse con focos en distintas localizaciones de la economía corporal (a partir de la 5ª semana). Sin tratamiento la enfermedad puede presentar complicaciones graves (hemorragia y perforación intestinal, shock séptico, etc). Padecer la enfermedad conlleva cierto grado de inmunidad frente a reinfecciones, aunque no absoluta; cuando el paciente se reinfecta se produce un cuadro más benigno. El afectado puede convertirse en portador, estado que puede ser transitorio o crónico. Lo portadores crónicos no deben realizar trabajos relacionados con la manipulación de alimentos.

El tratamiento médico actual de la fiebre tifoidea consiste en la administración de antibióticos: ampicilina, cloranfenicol, trimetoprin-sulfametoxazol (Cotrimoxazol), ciprofloxacina. El tratamiento preventivo se basa en la higiene: adecuada manipulación de alimentos, cocinarlos bien, hervir el agua de bebida, etc. Conviene aislar a los pacientes afectos de fiebre tifoidea, así como realizar el tratamiento adecuado de las aguas fecales y de las basuras (incineración), esmerándose en la conservación de los alimentos, y poniéndolos lejos de posibles focos de infección.

Se utilizan dos vacunas: la viva oral y la vacuna inyectable. Ambas producen altas tasas de protección, recomendándose a viajeros que se desplazan a lugares donde la fiebre tifoidea es endémica.


Detalle de nido de ametralladora en Salvacañete (Cuenca), vestigio de la Guerra Civil Española (1936-1939) junto a la carretera N-420 (2019).

Vista parcial de Salvacañete (Cuenca), con detalle de la carretera N-420 a su paso por la localidad (2019).

Exposición y análisis documental.

Informe decenal del Comisario de Sanidad del XIX Cuerpo de Ejército.
El informe decenal (del 26 de julio al 6 de agosto de 1938) del Comisario de Sanidad del XIX Cuerpo de Ejército (señor Damián Catalá) va dirigido al Comisario Inspector de Servicios de la Agrupación de Ejércitos Centro-Sur, Valencia. Se trata de un documento mecanografiado en tres páginas (AGMAV, C.831,5, 1/7-8-9), que transcrito a la letra dice lo que sigue:

  • <Como el anterior, ha sido también esta decena de casi nula actividad bé-/lica, lo que ha permitido -no absorbido por los problemas que plantea to-/da acción de guerra- dedicar mayor atención a lo que podríamos decir cues-/tiones médicas, a las cuestiones de organización sanitaria y a la continui-/dad, canalizando, desde las Brigadas a este Comisariado, el trabajo político/ que se me ha encomendado.// SOBRE ENFERMEDADES INFECCIOSAS.- Aunque en verdad no es alarmante todavía el porcentaje de enfermos tíficos/ que dá esta gran Unidad, el aumento constante de su número -como demues-/tra el parte estadístico que acompaño- ha hecho que se tomaran enérgicas/ medidas preventivas para evitar una propagación, cuyos peligros para los res-/sultados y destino de nuestra Guerra no es fácil de prever dado el cariz/ que toman cuando de lleno se convierten en epidemia.// Requerido por mí el Jefe de Epidemiología para que diera su opinión so-/bre el caso, me informa, que no son de origen hídrico este tipo de infec-/ciones, sino que todos (los) enfermos estu(d)iados han adquirido su dolencia por contacto directo de los portadores de gérmenes por medio generalmente de sus/ excretas; pero que la aparición de nuevas lluvias que arrastraran las heces/ y condujeran el gérmen hasta los manantiales, podría dar lugar, de no tomar/ medidas, a una peligrosa epidemia, difícilmente combatible.// Debido a lo mencionado y dados los escasos medios de que la Sanidad Mili-/ tar en este Cuerpo de Ejército dispone, informo a ése Comisariado de que es/ necesario, -para contribuir a la eficacia de otras determinaciones tomadas/ y, tenidas en cuenta las características del terreno y el emplazamiento de/ las Unidades- de dos auto-algibes nuevos y por lo menos de dos dupuradas/ de agua más.// Ya que ha salido este problema del agua informaré respecto a él sobre/ todo el que se dá en las Unidades que ocupan el Subsector de Rubiales, Uni-/dades que perciben una cantidad de agua potable irrisoria -1 litro diario/ por soldado- que es a todas luces insuficiente, cosa que podríamos reme-/diar como ya he dicho designándolos los auto-algibes y depuradoras solici-/tados.// No es posible combatir dichas infecciones sin tomar medidas preventivas/ enérgicas y controlar con eficacia a los enfermos.// Para lo primero han sido tomadas las siguientes medidas preventivas: a) Proceder a la vacunación antitífica, a rajatabla, de todo el personal Mili-/tar de este Cuerpo de Ejército, realizando al mismo tiempo por los Comisarios/ de Sanidad una intensa campaña a su favor.// b) Remitir desde esta Jefatura y Comisariado a los de idéntica jerarquía de/ Brigada, las órdenes y gráficos oportunos, para la construcción de pozos, le-/trinas, crematorios, etc.// Para los segundo, o sea controlar con eficacia los enfermos: 1º.- Canalizar podríamos decir las evacuaciones de los presuntos infecciosos/ a un punto GARABALLA, con el fin de aislarles en lo posible.// y 2º.- Dotar a las Unidades y Hospitales de la ficha que también adjunto, im-/presa en este Cuerpo de Ejército.// Dos medidas que no precisan razonamiento cree el Comisario que suscribe/ debieran por la Superioridad adoptarse para la mayor eficacia de la Sanidad/ en general.// 1ª.- Que la Sanidad Militar controlara la Sanidad Civil en todos los aspec-/tos, ya que fuerzas y población civil conviven, beben de las mismas aguas, uti-/lizan los mismos lugares para las excretas, etc., etc.// y 2ª.- que en todo plan de Fortificaciones vayan incluidas también construc-/ción y emplazamiento de las correspondientes letrinas, crematorios, etc.// ALIMENTACIÓN DEL SOLDADO.-Trastornos vitamínico.-/ Se dá en alguna Unidad de este Cuerpo de Ejército, sobre todo en la 39 Briga-/da Mixta, el caso de existir soldados con caracteres claros de este tipo de en-/fermedad por carencia -inflamación de encías, deficiencia de crecimiento del/ cabello, anemias, etc./ Para ver de subsanar esta deficiencia que proviene, como V., bien sabe, de que/ carece su alimentación por largo tiempo de hortalizas, frutas, etc., realicé una/ gestión cerca del S.I.A., que dio por resultado que periódicamente dicha Organiza-/ción remitiera determinada cantidad de dichos productos, cantidad que no es ni con mu-/cho suficiente./ A mi entender quedaría este problema solucionado con tal de que (en) todas las Uni-/dades se administrase la llamada “mejora de rancho”, pero por lo que compete a/ la 39 Brigada propiamente dicha, me informa el Comisario de División a que/ pertenece que carece por completo de medio de transporte para dedicarlos a dicho/ fin.// Es obligación mía poner en conocimiento del Comisariado que la alimentación/ del soldado sin fruta ni hortaliza alguna desde hace mucho tiempo, hace que dis-/minuya notablemente su resistencia física.// SOBRE EVACUACIÓN.- Se realiza esta con toda normalidad hasta el momento. La creación de la Sec-/ción de Tren Automóvil con su base y su pequeño parque de reparaciones, su mando/ dependiente de esta Jefatura, facilito enormemente la solución de este problema./ Sin embargo el no poseer muchas Unidades medios propios de evacuación, hace que/ esta Jefatura tenga que agregarles algunas de las ambulancias que posee para eva-/cuación a retaguardia, con lo que queda sin medios de poder evacuar más que en/ tiempos de completa tranquilidad bélica. La más ligera operación representaría/ un verdadero conflicto por la razón antedicha./ Por otra parte el constante desgaste de accesorios, especialmente de cubiertas/ no es repuesto, ni con mucho, como se debiera, tanto es así que se ha llegado al/ extremo de tener detenidas ambulancias sin poder realizar el servicio por di-/cha razón./ Solicitas por esta jefatura a la de Transportes hasta el momento no ha podido/ ser atendida, por lo que lo pongo en conocimiento de V., por si pudiera realizar/ alguna gestión en este sentido que nos pusiera en posesión de 30 cubiertas del/ 32x6 y 10 del 600x20.// HERIDOS POR ACCIDENTE.- Me comunica el Jefe del Puesto de Clasificación de este Cuerpo de Ejército,/ que la estadística de heridos del mes próximo pasado continúa dando como los an-/teriores, un 20% por accidente, correspondiendo un 15% del total a accidentes/ del transporte./ Lo que me atrevo a poner en su conocimiento por creer digno de hacerlo resal-/tar, ya que quizás, aplicada una más severa disciplina a los conductores, diera/ por resultado una notable disminución de este porcentaje.// TRABAJO POLÍTICO.- Indudablemente este mejora dentro de la totalidad de la Sanidad de esta gran/ unidad, gracias a las directrices acertadas marcadas por el Comisario de Sanidad/ del Ejército de Levante, con lo que se logra imprimir un sentido global y uniforme/ a dicho trabajo por las relaciones directas que crea entre este Comisariado y/ los Comisarios de Sanidad de las Brigadas./ Sin embargo no son estas relaciones todo lo perfectas y útiles que son de de-/sear/ por las naturales dificultades con que se tropieza ya que algunos Comisa-/rios de Brigada opinan, como el de la 225, que es una interferencia ésa de que/ desde el Comisariado de una Jefatura de Servicios, se marquen directrices polí-/ticas a los Comisarios o Delegados, pertenecientes a una Unidad que tiene su Co-/misario natural./ El Comisario de Sanidad del Ejército de Levante, me ha aclarado bien mis atribu-/ciones, diciendo que táctica y orgánicamente, dependen los mencionados Comi-/sarios del Comisario de Brigada, pero que técnicamente, de este Comisariado./ No obstante, lo pongo en su conocimiento por creer que una delimitación clara/ de funciones, facilitaría mucho nuestra labor y por lo tanto redundaría en bene-/ficio directo del trabajo del conjunto./ Adjunto le remito a V., las fichas de los Comisarios de Sanidad de este Cuerpo/ de Ejército.// SALUD Y REPÚBLICA. P(osición). “Monte” a 6 de Agosto de 1.938./=EL COMISARIO DE SANIDAD=./ Firmado: Damián Catalá. [Posee sello del Comisariado de Sanidad del XIX Cuerpo de Ejército]>.[3]

Acto de entrega de una bandera al XIX Cuerpo de Ejército en Torrebaja (Valencia), durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Tomado de SANCHÍS, J., Fotografía de Guerra (1937-38), Biblioteca Valenciana, Valencia, 2005, p. 191.

Comentario al informe del Comisario de Sanidad.
Según puede verse, el Comisario de Sanidad (señor Damián Catalá) informaba a la superioridad (Comisario Inspector de Servicios de la Agrupación de Ejércitos Centro Sur, Valencia) cada diez días; tanto en este periodo objeto de estudio como en el anterior refiere que ha habido escasa actividad bélica en la zona, “lo que le ha permitido dedicar mayor atención” a las cuestiones estrictamente médicas, de organización sanitaria, “desde las Brigadas a este Comisariado”. Valga el punto para decir que en el Ejército Popular de la República (EPR), también denominado Ejército Republicano, Ejército Popular, Ejército Rojo, a instancias del ministro de Guerra (señor Largo Caballero) se creó la institución del Comisariado General de Guerra, que funcionó desde octubre de 1936 hasta febrero de 1939.[4]

Respecto del punto “Enfermedades infecciosas”, el Comisario anota que “no es alarmante todavía el porcentaje de enfermos tíficos” en la Unidad, pero que los datos estadísticos indican un aumento en el número de casos, lo que le ha llevado a tomar “enérgicas medidas preventivas para evitar una propagación”, toda vez que cuando se convierten en epidemia las consecuencias son difíciles de prever. La estadística recoge el número de pacientes afectos de tifus hospitalizados durante los siete primeros meses del años (de enero a julio de 1938). En nota al pie de la gráfica se advierte que los datos fueron recogidos de los libros de registro de los hospitales, ello de enero a mayo, y posteriormente (junio y julio) los datos “fueron tomados personalmente del enfermo”; en la misma nota se avisa que en el total de pacientes “van incluidos los casos francos de tifoidea y paratifoidea, además de los procesos intestinales febriles de 8 a 10 días por lo menos de duración”.[5]

Tabla 1: Enfermos de tifus hospitalizados en el año 1938, pertenecientes al XIX Cuerpo de Ejército.
MESES
ENFERMOS
FALLECIDOS
TOTAL
Enero
3
-
3
Febrero
26
11
37
Marzo
33
3
36
Abril
25
1
26
Mayo
41
2
43
Junio
59
8
67
Julio
68
5
73
TOTALES
225
50
285
Elaboración propia (2019). Nota: Respecto a la cuarta columna de la tabla, referida a los totales (285), computa el número de enfermos más los fallecidos.


Durante el tiempo reseñado (de enero a julio) la estadística recoge un total de 255 pacientes hospitalizados por las causas reseñadas (casos francos de tifoidea, paratifoidea y procesos intestinales febriles de por lo menos diez días de duración), de los que que han fallecido 30, lo que supone una mortalidad del 11,76%. Según puede verse, el número de casos ha ido aumentando con el paso de los meses, de forma que en enero se registraron 3 casos y en julio 68 casos. El aumento en el número de casos, sin embargo, es inverso a la mortalidad, pues en febrero fallecieron 11 enfermos mientras que en julio solo fallecieron 5. Dicha inversión en el número de fallecidos en relación con el aumento en el número de enfermos hospitalizados podría explicarse porque la enfermedad se detecto mejor conforme fueron apareciendo casos y que estos fueron mejor tratados -terapéuticamente hablando. En el mismo registro se hace una distribución de enfermos tíficos y afines por brigadas, durante los meses de mayo, junio y julio. De esta forma vemos que las brigadas más afectada fueron la 28 (10 casos), la 39 (12 casos), la 212 (14 casos) y la 2ª Brigada (16 casos).[6] Para ubicar geográficamente las brigadas debemos recurrir al documento en el que se representa la línea de evacuación 7ª, allí puede observarse que las Brigadas 28, 212, y 2ª tienen como punto de referencia para su evacuación el hospital de Libros (Teruel) y Torrebaja (Valencia).[7]

Con buen criterio, el Comisario ha requerido la opinión del Jefe de Epidemiología, el cual le informa “que (este tipo de infecciones) no son de origen hídrico”, pues todos los pacientes “han adquirido su dolencia por contacto directo de los portadores de gérmenes”, a través de sus heces. Asimismo, el técnico hace saber al Comisario que las deposiciones de los soldados afectados, arrastradas por las lluvias, podrían contaminar el agua de los manantiales, lo que podría dar lugar “a una peligrosa epidemia, difícilmente combatible”, caso de no tomar medidas.

Según podemos observar, el tipo de contagio que establece el técnico para la epidemia en curso hace pensar que no estamos ante una enfermedad de tifus (producida por bacterias del género Rickettsia: cuyo vector de contagio son las picaduras y las heces de los piojos y pulgas que parasitan a los soldados), sino más bien de una fiebre tifoidea (también denominada fiebre entérica: producida el bacilo de Eberth, una bacteria del género Salmonella con reservorio humano y mecanismo de contagio oral-fecal, esto es, por intermedio del agua y los alimentos contaminados por las deposiciones de los afectados).

Por todo lo anterior, el Comisario, no obstante ser consciente de la escasez de medios de la Sanidad Militar en el Cuerpo de Ejército, informa a la superioridad (Comisario Inspector de Servicios de la Agrupación de Ejércitos Centro Sur) de la necesidad de establecer en la zona dos auto-algibes nuevos y dos depuradoras de agua, entre otras medidas que se puedan tomar, y ello teniendo en cuenta “las características del terreno y el emplazamiento de las Unidades”. El problema del agua era especialmente acuciante en las unidades que ocupaban el Subsector de Rubiales (Teruel), en el que los soldados percibían una cantidad irrisoria de agua potable: 1 libro al día, cantidad “a todas luces insuficiente”. Para remediarlo, el Comisario sugiere los citados auto-algibes y las depuradoras de agua, arguyendo que “ No es posible combatir dichas infecciones sin tomar medidas preventivas/ enérgicas y controlar con eficacia a los enfermos”. Para combatir las infecciones se procedió “a la vacunación antitífica, a rajatabla, de todo el personal Mili-/tar de este Cuerpo de Ejército”, al tiempo que se hacía “una intensa campaña a su favor” por intermedio de los Comisarios de Sanidad. Asimismo, plantea construir pozos, letrinas y crematorios. Para controlar a los enfermos con eficacia se propone también evacuar a los presuntos infectados al Hospital Base de Garaballa, “con el fin de aislarles en lo posible”. La evacuación al Hospital de Garaballa (Cuenca) por la carretera N-420, desde los hospitales de Libros y Torrebaja, vía La Huérguina, siguiendo la Línea 7ª de evacuación.[8] Además, propone proveer a las Unidades y Hospitales de las fichas fichas epidemiológicas para enfermos febriles y de fiebre tifoidea.[9] Las fichas permitían detectar a los pacientes afectados, recogiendo síntomas y signos de la enfermedad, circunstancias particulares de cada enfermo, estado vacunal, evacuación, etc.

Vista parcial del caserío de Libros (Teruel), localidad donde hubo un hospital del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil (1936-1939), con detalle de la carretera N-420 a su paso por la población (2015).


Para lograr una mayor eficacia de la Sanidad General, el Comisario propone dos medidas más -que debieran ser adoptadas por la Superioridad-: Que la Sanidad Militar controle la Sanidad Civil, basándose en que “fuerzas (militares) y población civil conviven, beben de las mismas aguas, uti-/lizan los mismos lugares para las excretas...”; y que en todo nuevo plan de fortificaciones que se realice “vayan incluidas también construc-/ción y emplazamiento de las correspondientes letrinas, crematorios...”. Las medidas parecen perfectamente razonables, al fin que se pretende; de hecho, existen variedad de testimonios conforme en el Hospital de Sangre de Torrebaja fueron atendidos pacientes civiles de Torrebaja, Ademuz, Puebla de San Miguel..., por enfermedades, accidentes, bombardeos, etc.[10]

Respecto del punto “alimentación del soldado”, el Comisario hace referencia a los trastornos vitamínicos que afectan a los soldados, particularmente en la 39 Brigada Mixta (ubicada en el entorno de El Cañigral, Teruel),[11] en los que se han detectado signos de este tipo de carencia (inflamación de encías, deficiencia de crecimiento del cabello, anemias…). Para remediar la carencia (que proviene de la falta de verduras, hortalizas y frutas frescas en la dieta), propone una “mejora del rancho”, incluyendo estos alimentos en la ingesta diaria. En relación con la 39 Brigada Mixta, el problema está en que se “carece por completo de medio de transporte” para hacer llegar este tipo de alimentos a dicha Brigada. El Comisario reconoce que es obligación suya “poner en conocimiento del Comisariado que la alimentación del soldado sin fruta ni hortaliza alguna”, hace que su resistencia física disminuya.

Respecto a la “evacuación” de soldados enfermos y heridos, el Comisario hace saber que “Se realiza esta con toda normalidad hasta el momento”. Al efecto se creó una Sección de Tren Automovil (que incluía base propia y pequeño parque de reparaciones), lo que facilitó la solución del problema. Al mismo tiempo reconoce que muchas Unidades carecen de medios propios para evacuación, motivo por el que hay que agregarles algunas ambulancias de las utilizadas para la evacuación a retaguardia, lo que solo es posible en momentos de “tranquilidad bélica”. Alude también al “constante desgaste de accesorios”, en particular cubiertas para las ruedas, “al extremo de tener detenidas ambulancias sin poder realizar el servicio por dicha razón”. Asimismo, hace saber que la Jefatura ha solicitado a la de Trasportes dichas cubiertas, pero que “hasta el momento no ha podido ser atendida”, se lo notifica por si pudiera hacerse alguna gestión al respecto, anotando el tipo y número de cubiertas que precisa.

Respecto a los “heridos por accidente”, el Comisario hace saber que, según le comunica el Jefe del Puesto de Clasificación, “la estadística de heridos” es similar a la de fechas anteriores: 20% de accidentes, de los que el 15% corresponden a accidentes de transporte. Para disminuir el porcentaje de accidentes propone aplicar “una más severa disciplina a los conductores”.

Respecto del “trabajo político”, el Comisario reconoce que ha mejorado, “gracias a las directrices acertadas marcadas por el Comisario de Sanidad/ del Ejército de Levante” (dicho Ejército estaba formado por el XIII Cuerpo de Ejército y el XIX Cuerpo de Ejército), merced a que “se logra imprimir un sentido global y uniforme/ a dicho trabajo por las relaciones directas que crea entre este Comisariado y/ los Comisarios de Sanidad de las Brigadas”. Existen, no obstante, algunas dificultades, pues parece existir alguna interferencia, como la de que desde el Comisariado de una Jefatura de Servicios “se marquen directrices políticas a los Comisarios o Delegados, pertenecientes a una Unidad que tiene su Comisario natural”. En este sentido arguye que el Comisario de Sanidad del Ejército de Levante le ha aclarado sus atribuciones, manifestando que “táctica y orgánicamente” los Comisarios dependen del Comisario de Brigada, “pero que técnicamente” dependen del Comisariado. Al mismo tiempo solicita que se delimiten claramente sus funciones, lo cual “facilitaría mucho nuestra labor”, y “redundaría en beneficio directo del trabajo conjunto”. Finalmente, refiere que adjunta “las fichas de los Comisarios de Sanidad de este Cuerpo de Ejército”, aunque estas no figuran entre la documentación que se expone, a no ser que se refiera a las fichas epidemiológicas para enfermos febriles y de fiebre tifoidea.



El coronel don Joaquín Vidal Munárriz, comandante del XIX de Ejército en Torrebaja (Valencia), posando junto a un grupo de militares y civiles frente a su residencia (actual oficina de farmacia del Ldo. Villanueva Hernández)  [Foto procedente de la Biblioteca Valenciana, Archivo "Finezas"]. 


Comentario a las Fichas Epidemiológicas.
Hay dos tipos de fichas epidemiológicas en el XIX Cuerpo de Ejército, Jefatura de Sanidad: una para “enfermos febriles” y otra para “fiebre tifoidea”. Ambas vienen impresas en un folio a dos caras:

La Ficha epidemiológica para enfermos febriles recoge datos de identificación del paciente (nombre, lugar de nacimiento) y destino (brigada, batallón, compañía). De gran interés epidemiológico es conocer el lugar donde se encontraba el paciente al comienzo de la fiebre, la fecha, características y pulsaciones. Asimismo, signos clínicos bucofaríngeos (aspecto de la lengua, estado de las amígdalas). Síntomas respiratorios (tos y expectoración, dolor y otros síntomas). Respecto del aparato digestivo, la existencia de vómitos y dolor (localización), de diarrea, con sus características y otros síntomas. Del aparato locomotor inquiere acerca de síntomas articulares, precisando la localización anatómica y otros síntomas (dolor, inflamación). Respecto del aparato nervioso, pregunta acerca del estado sensorial, y otros síntomas. Respecto de la piel, inquiere acerca de la existencia de exantemas (erupciones cutáneas). Asimismo, acerca del lugar donde se hallaba el paciente “un mes antes del comienzo de la enfermedad”, buscando así la posible existencia de otros casos en la zona, y la salubridad del lugar. Igualmente, sobre el estado vacunal “contra la fiebre tifoidea”, la fecha de la misma, el número de dosis. Finalmente, inquiere sobre el diagnóstico y la evacuación o evacuaciones que haya podido sufrido, y la fecha.[12]

La Ficha epidemiológica de fiebre tifoidea recoge datos de identificación del paciente (nombre, edad, naturaleza) y destino (brigada, batallón, compañía). Hospital de ingreso y día. Asimismo si estuvo enfermo antes de ingresar en el hospital, lugar y días. Fecha del comienzo de la enfermedad (actual) y lugar donde se hallaba en ese momento. Pregunta por el lugar o lugares donde estuvo el paciente antes de adquirir la enfermedad -debemos entender que ser refiere a los lugares donde estuvo antes de aparecer los primeros síntomas. Interroga sobre el estado vacunal, si ha sido vacunado, fecha y dosis (N.º de inyecciones). Diagnóstico, curso de la enfermedad, evacuación y fecha. Con un apartado final de observaciones.[13]

El conjunto de datos obtenidos mediante las fichas resulta bastante completo, sirviendo en última instancia para el control de las enfermedades estudiadas, y de la posible epidemia.

Acceso a El Cañigral (Teruel) por la A-2703, esta pedanía de Albarracín hoy despoblada figura en la Línea 8ª de evacuación del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil Española (1936-1939), fue asiento de la 225 Brigada Mixta (2017).

Detalle de la Ermita de San Antonio en El Cañigral (Teruel), edificio del siglo XVIII (1768) situado junto a la A-2703 (2017).



Comentario a las líneas de evacuación.
Respecto de las Líneas de Evacuación del XIX Cuerpo de Ejército (Bando republicano), Jefatura de Sanidad, la documentación establece dos líneas:

** Línea 7ª: Libros (Teruel), Torrebaja (Rincón de Ademuz, Valencia), Garaballa (Cuenca) y Utiel (Valencia). En el entorno de Libros se sitúan por el noroeste las Brigadas: 225, 97, 2ª, 212 y por el noreste las Brigadas: 24, 82, 28. En torno a Libros por el norte se sitúan la Brigada 16 y Grupos de Asalto. Desde Libros los pacientes se canalizan hasta el Hospital de Vanguardia de Torrebaja (Hospital de Sangre), y desde Torrebaja al Hospital Base de Garaballa (ubicado en el Monasterio de Tejeda). Desde el Hospital de Garaballa los pacientes se evacuaban a Utiel, donde se hallaba el Tren Hospital.[14]

** Línea 8ª: Cañigral (Teruel), Salvacañete (Cuenca), “El Cañizar” (Cuenca), Carboneras de Guadazaón (Cuenca). En el documento que registra la ubicación de las brigadas dependientes de estos centros hospitalarios se anota además el hospital de Tejadillos (Cuenca), por debajo de Salvacañete. De esta forma en El Cañigral vemos que se ubica la 225 Brigada Mixta y en Tejadillos Grupos de Asalto. Desde dichos puntos (El Cañigral, Salvacañete, Tejadillos) la evacuación continúa hasta El Cañizar, donde se ubica el Hospital de Vanguardia, desde donde se dirige a Carboneras, Cabeza de Tren Hospital.[15]

La documentación incluye otra serie de registros relativa a la Lucha Antipalúdica, XIX Cuerpo de Ejército, Jefatura de Sanidad, Gráficos de Evacuación. La gráfica anota los mismos centros arriba mencionados:

** Libros (Teruel), Torrebaja (Valencia), Garaballa (Cuenca): en el entorno de Libros, por el noroeste incluye las Brigadas: 225, Bon, 97, 2ª y 212. Por el noreste incluye las Brigadas: 24 (¿?), 82 y 28. Por el norte: la Brigada 16 y Grupos de Asalto. La línea de evacuación continúa hacia Torrebaja (Hospital de Vanguardia), Salvacañete (225 Brigada) y por debajo 66 Grupo Asalto, continuando la línea en dirección al Hospital Base de Garaballa.[16]

Respecto del Hospital de Vanguardia de Torrebaja (más conocido como Hospital de Sangre): ubicación, funcionamiento, personal sanitario y de servicio (limpieza, lavanderas, cocineras, vigilancia...), depósito de cadáveres e inhumaciones, evacuación y otros detalles de interés, remito a mi trabajo.[17]

Detalle de un desfile militar con banda de música en la entonces denominada "Avda. de la República", que corresponde a carretera N-420 de Cuenca-Teruel en Torrebaja (Valencia), durante la Guerra Civil Española (1936-1939): en el torreón más próximo del fondo estaban las oficinas del Comité Revolucionario local y en la casa donde lucen las banderas se hallaba la vivienda del comandante del XIX Cuerpo de Ejército, coronel don Joaquín Vidal Munárriz -en dicha casa, propiedad entonces de la señora Francisca Vicente Casino, se halla hoy la oficina de farmacia del Ldo. Villanueva Hernández- [Foto procedente de la Biblioteca Valenciana, Archivo "Finezas"].



Comentario a la Relación de Medicamentos en los Botiquines de Sanidad de Brigada.
La reseña se refiere al documento “Relación y cantidades de medicamentos que deben tener los Botiquines de Sanidad de Brigada para 15 días y 3.000 hombres”, cuya copia puede verse en el Anexo 4.[18]

En dicho anexo se ha incluido la explicación de cada medicamento (principios activos, propiedades terapéuticas, uso clínico...). El listado supone más de noventa elementos por orden alfabético, desde “Aceite de ricino” hasta “Xeroformo”, incluyendo material fungible como algodón, compresas de gasa, esparadrapo, seda para sutura, vendas, etc. Llama la atención que casi todos los medicamentos vienen reseñados por su principio activo, como genéricos. No hay pues nombres comerciales, con alguna excepción (pomada de Helmerich, suero Hayen). Entre las formulaciones galénicas encontramos ampollas (aceite alcanforado, adrenalina, arrenal, cocodilato sódico, cafeína, cloruro cálcico y de emetina, mórfico...), pastillas (aspirina-cafeína, cloruro potásico, cloroborosódicas, piramidón, permanganato potásico, sublimado, estovaína y mentol, urotropina), píldoras (extracto de belladona, de opio), pomadas (cloramina, Helmerich, mercurial, mitigal, oftálmica, óxido de zinc, profiláctica antivenéra), sueros (antigangrenoso, antitetánico, Hayen, glucosado), sinapismos, sulfatos (cobre, magnesia, sódico), vaselina (boricada, esterilizada, mentolada). Asimismo, llaman la atención los compuestos de cafeína, el cloruro mórfico, el láudano, los gránulos de codeina, productos con efectos analgésicos, sedantes. Muchos de ellos se usan todavía en la farmacopea española.

El listado incluye cuatro fórmulas magistrales: Sellos antidiarreicos, Papeles antiácidos, Supositorios antihemorroidales, Mata-ladillas (polvo).

Entre los fármacos descritos hay antisépticos, antiinflamatorios, analgésicos… pero no antibióticos. Los antibióticos (primeras dosis de penicilina) se introdujeron en España después de la Guerra Civil, mediados los años cuarenta (1944).[19]



Detalle de envase de "Pomada profiláctica antivenéra", que figura en la Relación de medicamentos de los Botiquines de Brigada del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil Española (1938).

Detalle de envase de "Suero antigangrenoso polivalente", que figura en la Relación de medicamentos de los Botiquines de Brigada del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil Española (1938). 

Detalle de etiqueta correspondiente a un "Sinapismo de mostaza", que figura en la Relación de medicamentos de los botiquines de Brigada del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil Española (1938) [Tomado de www.todocoleccion.net].

Comentario a la Escuela de Capacitación Sanitaria y Programa del Cursillo de Capacitación.
Los documentos que aluden al epígrafe se denominan respectivamente:
** “Normas por las que se ha de regir la Escuela de Capacitación Sanitaria del XIX Cuerpo de Ejército”, el registro está datado en la Posición “Covandonga”, el 30 de agosto de 1938 y carece de sello.[20] Se trata de un registro mecanografiado con cinco puntos en los que se establece el reglamento de funcionamiento de la Escuela. Por el primero vemos que éste se constituyó en la aldea de Los Santos (Castielfabib), en régimen de internado, con capacidad para cuatro alumnos por Brigada en cada cursillo, siendo los alumnos elegidos entre los más capaces, a juicio del Jefe de Sanidad (equivalente a uno por Batallón). El cursillo tendría una duración de veinte días, con clases diarias, teóricas y prácticas. El personal docente estaba integrado por un Director, un Comisario, dos profesores (oficiales médicos), dos profesores del Cuerpo de Sanidad Militar y un profesor de Cultura Física -lo que hace un total de siete personas. Los alumnos quedaban sujetos a la disciplina de la Escuela, con un horario estricto de las 7:30 horas (Diana) a las 22: horas (Silencio). A primera hora había Cultura física (8:00-9:00 horas), clases prácticas sobre manejo de camillas y artolas -artefacto semejante a las aguaderas de una caballería para llevar a dos personas, una a cada lado- (9:30-11:00 horas). Clases prácticas de enfermería (11:30-12:30 horas). Comida (13:00 horas), seguida de un descanso (hasta las 15:00 horas). Lectura y estudio (15:00-17:00 horas). Clase teórica de medicina y cirugía (17:00-18:00 horas). Clase teórica de labor política (18:15-19:15 horas). Cena (20:00 horas), seguida del Silencio (22:00 horas). Al finalizar el cursillo los alumnos serían sometidos a un examen, “extendiéndose a cada uno el certificado de aptitud si para ello están capacitados”.

Como puede comprobarse, los alumnos de la Escuela de Capacitación estaban sujetos a un régimen estricto con horario diurno completo de clases teórico-prácticas, incluyendo comidas, descanso y ejercicio físico.

** “Programa del Cursillo de Capacitación Sanitaria del XIX Cuerpo de Ejército”, el registro está datado en la Posición “Covandonga” el 22 de agosto de 1938 y carece de sello.[21] El programa teórico incluía cinco apartados: Anatomía (Composición del cuerpo humano, líquidos, glóbulos de la sangre y de la linfa, tejidos: epitelio, glándulas, membranas serosas, tejido muscular, tejido adiposo, osteología en general, esqueleto, composición química, estructura y desarrollo de los huesos). Huesos: de la cabeza, columna vertebral, tórax y miembros. Músculos más importantes. Artrología: idea general de las articulaciones, descripción de las más importantes). Aparato respiratorio. Aparato circulatorio. Aparato digestivo. Aparato genito-urinario. Nociones de anatomía y fisiología, nociones de los órganos de los sentidos. Heridas (descripción, hemorragias:división y caracteres, hemostasia: proceso de coagulación de la sangre, procedimientos hemostáticos, anemia aguda, transfusión). Fracturas (abiertas y cerradas, medios de contención, nociones del proceso de formación del callo, pseudoatrosis, luxación y esguince: tratamientos, shock traumático). Enfermedades más comunes (tétanos, erisipela, septicemias, fiebre tifoidea, neumonía, bronquitis y bronconeumonía, peritonitis, pleuresía, gastroenteritis, blenorragia, chancro blando y chancro sifilítico). Nociones de terapéutica médica (fiebre, asepsia y antisepsia, procedimientos de curación tópica y plana, desinfección de heridas, aplicación de pomadas, etc.). Higiene y profilaxis (nociones de higiene general, importancia de la higiene y profilaxis). Higiene personal (higiene del soldado, procedimientos de higiene de trincheras y chabolas, alimentos y agua).

Como puede verse, el programa del cursillo abarca aspectos médico-sanitarios elementales, enfocados a la formación de enfermeros en el contexto bélico.


Detalle de la actual entrada a Los Santos (Castielfabib), localidad donde estuvo la Escuela de Capacitación Sanitaria del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil Española (1938).

Comentario al programa de charlas políticas de la Escuela de Capacitación Sanitaria.
El documento de referencia es un registro mecanografiado por una cara cuyo título completo dice:
** “Programa guión de charlas políticas para la escuela de capacitación de los sanitarios del XIX Cuerpo de Ejército”, se basa en quince puntos y está firmado por el Comisario de Sanidad en la Posición “Covandonga”, el 22 de agosto de 1938 y carece de sello.[22] Su contenido es del tenor siguiente:
1º) Origen de la guerra española (raíces nacionales e internacionales del alzamiento fascista, cómo se inició por parte del enemigo, lo que hizo el pueblo). 2º) Alianza sindical (historia, ventajas que reporta a la República para ganar la guerra). 3º) Frente Popular (historia, ventajas que reporta a la República española para ganar la guerra). 4º) 1º de Mayo (historia y significado internacional, principales gestas del proletariado). 5º) 2 de Mayo (relatar el 2 de mayo de 1808, tomar datos de Benito Pérez Galdós, establecer parangón entre esa fecha y la misma de 1938, hablar sobre el espíritu de rebeldía del pueblo español que entonces y ahora se opone a todo dominio e invasión). 6º) Qué es el fascismo (origen, raíces sociales, demagogia de su “socialismo” y su “nacionalismo”). 7º) Milicias populares y ejército de la República (proceso de creación, obreros, jefes y comisarios, ejemplos que demuestren la capacidad de la clase proletaria para ocupar puestos de responsabilidad, fe absoluta en los mandos profesionales de la República, ejemplos de su gran capacidad técnica, José Miaja (1878-1958): Madrid y su defensa, Juan Hernández Saravia (1880-1962): Teruel y El Ebro, Leopoldo Menéndez López (1891-1961): Levante y su defensa. 8º) Necesidad general de una máxima capacitación (“Es necesario saber más para ser más útil, capacitación técnico-médica del sanitario). 9º) Explicar ampliamente el significado de la consigna “Resistencia” y los resultados que ya está dando (hablar sobre “como produciendo más resiste más cada día la retaguardia leal”, cifras). 10º) Importancia militar y política de unos buenos servicios en el ejército (necesidad de una buena Sanidad, explicar al sanitario que no solo los Jefes pueden hacer mejorar su organización, ellos también, cómo: Siendo todos “Comisarios de Sanidad”, estudiando, escribiendo, presentando iniciativas, cooperando en la recuperación, hacer resaltar con datos gráficos los beneficios que reporta a la economía nacional una buena recuperación). 11º) Milicias de la cultura (historia e importancia, beneficios que reportan al combatiente). 12º) Moral antifascista (disciplina y su necesidad). 13º) Todo para la guerra (supeditar los credos políticos y las particularidades ideológicas a ganar la guerra y liberar a España de la invasión extranjera). 14º) Relación que guarda nuestra lucha con la lucha internacional contra el fascismo. 15º) Explicar clara y detenidamente los 13 puntos de la declaración de principios del gobierno de Unión Nacional -se refiere a los Trece Puntos del Gobierno de Negrín, también conocidos como de Unión Nacional, del 30 de abril de 1938.[23]

El Curso de Capacitación de los Sanitarios del XIX Cuerpo de Ejército terminaba con una charla política a cargo del Comisario de Sanidad, cuyo contenido hemos expuesto. El objetivo del curso en cuestión era formar buenos sanitarios, tanto en su aspecto técnico como ideológico.



Detalle del caserío de Los Santos (Castielfabib), localidad donde estuvo la Escuela de Capacitación Sanitaria del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil Española (1938).


Palabras finales, a modo de conclusión.
El estudio propuesto tiene lugar en un contexto de guerra civil, en territorio controlado por el XIX Cuerpo de Ejército (Bando republicano), perteneciente al Ejército de Levante. El análisis de la documentación, centrado en el Informe del Comisario de Sanidad (señor Damián Catalá), del 26 de julio al 6 de agosto de 1938, permite aseverar que más que de una epidemia de tifus exantemático epidémico (enfermedad producida por bacterias del género Rickettsia, transmitida por la picadura y los excrementos de parásitos: piojos, pulgas, garrapatas…), se trata de una fiebre tifoidea (enfermedad producida el bacilo de Ecberth, una bacteria del género Salmonella transmitida vía oral/fecal por intermedio de las excretas de los afectados). En este sentido son de destacar las fichas epidemiológicas “para enfermos febriles” y para afectados de “fiebre tifoidea”.

El informe del Comisario de Sanidad así lo constata, tras haber sido informado por el Jefe de Epidemiología. Es por ello que para combatir la potencial epidemia que podría desencadenarse propone una serie de medidas preventivas, basadas en evitar que las excretas de los pacientes sean arrastradas por las aguas de lluvia y contaminen acuíferos y fuentes. La medida preventiva más importante al efecto son los auto-algibes y las depuradoras de aguas. En este punto anota un grave problema observado en las unidades del subsector que ocupa la zona de Rubiales (Teruel), que perciben una mínima cantidad de agua “1 litro diario por soldado”, problema que se podría solucionar con los mencionados auto-algibes y depuradoras.

Adicionalmente, el Comisario de Sanidad anuncia otras enérgicas medidas para combatir la epidemia en ciernes, como “proceder a la vacunación antitífica, a rajatabla, de todo el personal Militar” del Cuerpo de Ejército, acompañada de “una intensa campaña a su favor” por parte de los Comisarios. Asimismo, la construcción de pozos, letrinas, crematorios, etc. Para el control de los enfermos propone canalizar la evacuación de los afectados a Garaballa (localidad conquense en cuyo Monasterio de Tejeda se hallaba el Hospital de Base), con el fin de aislar a los presuntos infecciosos.

Asimismo, el Comisario de Sanidad propone a la superioridad la adopción de varias medidas “para la mayor eficacia de la Sanidad general”, como que la “Sanidad Militar” controle la “Sanidad Civil”, toda vez que “fuerzas y población civil conviven, beben de las mismas aguas, utilizan los mismos lugares para las excretas, etc.”. De la misma forma plantea la necesidad de que “en todo plan de Fortificaciones vayan incluidos también la construcción y emplazamiento de las correspondientes letrinas, crematorios, etc.”.

Respecto de la alimentación de los soldados, hacer notar la aparición de carencias vitamínicas en algunos sectores (sobre todo en la 39 Brigada Mixta); para la prevención de esta carencia propone una “mejora de rancho”, basada en la ingesta de frutas y hortalizas frescas, “pues la alimentación del soldado sin fruta ni hortaliza alguna desde hace mucho tiempo, hace que disminuya notablemente su resistencia física”. Al respecto, el Comisario de División informa al Comisario de Sanidad que para acceder a la ubicación de dicha brigada “carece por completo de medio de transporte para dedicarlos a dicho fin”.

Respecto de la evacuación de los soldados afectados (por accidentes, enfermedades, heridas…), el Comisario de Sanidad hace saber que “se realiza esta con toda normalidad hasta el momento”, en lo que ha colaborado la creación del “Tren Automóvil con su base y su pequeño parque de reparaciones”; “su mando dependiente de esta Jefatura facilitó enormemente la solución del problema”. Constata sin embargo que muchas unidades carecen de “medios propios de evacuación” a retaguardia, razón por la que hay que proporcionarles ambulancias, lo cual resulta fácil en momentos de tranquilidad en el frente, pero que “la más ligera operación representaría un verdadero conflicto”. En este mismo sentido anota la falta de repuestos para las ambulancias, por el desgaste del material, particularmente cubiertas para las ruedas; “tanto es así que se ha llegado al extremo de tener detenidas ambulancias sin poder realizar el servicio por dicha razón”. En este sentido cabe anotar la existencia de las Líneas de Evacuación establecidas para el XIX Cuerpo de Ejército, así como las de Evacuación Antipalúdica -que permiten conocer las dos líneas establecidas-: Libros, Torrebaja, Garaballa, Utiel (Línea 7ª) y El Cañigral, Salvacañete, Tejadillos, El Cañizar, Carboneras de Guadazaón (Línea 8ª). El Cañigral (Teruel) y El Cañizar, antiguas casas de la resinera (Cañete), son hoy lugares despoblados.

Respecto a los heridos por accidentes, el Comisario de Sanidad informa que la estadística por este motivo es similar a la de fechas anteriores: “un 20% por accidente, correspondiendo un 15% del total a accidentes de transporte”, para resolver el problema propone aplicar “una más severa disciplina a los conductores”.

Respecto del trabajo político, el Comisario de Sanidad informa que ha mejorado, “gracias a las directrices acertadas marcadas por el Comisario de Sanidad del Ejército de Levante”, lo que ha favorecido una mejor comunicación entre el Comisariado y los Comisarios de Sanidad de las Brigadas. No obstante se plantean algunos conflictos, proponiendo al respecto “una delimitación clara de funciones”, lo que facilitaría la labor y redundaría en beneficio de todos.

La “Relación y cantidades de medicamentos...” de los Botiquines de Sanidad de Brigada nos ha permitido conocer los fármacos utilizados en el momento histórico, básicamente principios activos y material fungible -con ausencia de penicilina, cuyas primeras dosis no llegaron en España hasta 1944. Asimismo, resultan de interés las fórmulas magistrales utilizadas (sellos antidiarréicos, papeles antiácidos, supositorios antihemorroidales, polvo mata-ladillas), que ponen en evidencia la patología habitual entre los soldados del frente.

Entre la documentación analizada cabe destacar además la existencia de una Escuela de Capacitación Sanitaria del XIX Cuerpo de Ejército, establecida en la aldea de Los Santos (Castielfabib), las normas por las que se regía y el diseño teórico del cursillo de capacitación. Como colofón se expone el Programa y guión de las charlas políticas para los alumnos de la Escuela de Capacitación del Cuerpo de Ejército: su contenido resulta del mayor interés desde el punto de vista político e ideológico, en concordancia con la labor del Comisariado de Guerra, toda vez que una de sus principales funciones en el Ejército Popular de la República “fue la propaganda mediante periódicos, revistas y actividades político-culturales”. 

En suma, más allá de la cuestión médico-sanitaria propuesta (estudio del tifus y la fiebre tifoidea en la tropa), la investigación nos aporta datos valiosos acerca del acontecer diario en el XIX Cuerpo de Ejército, en particular los relativos a la alimentación y las carencias vitamínicas, la falta de agua en algunos sectores, los problemas de evacuación de heridos por falta de medios, los accidentes de transporte, la formación de técnicos sanitarios, y el trabajo político de los Comisarios de Sanidad. Vale.





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[1] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Mapas y planos del XIX Cuerpo de Ejército durante la Guerra Civil (1936-1939), en Desde el Rincón de Ademuz, del sábado 17 de octubre de 2015.
[2] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Joaquín Vidal Munárriz, un coronel republicano en Torrebaja (I y II), en Desde el Rincón de Ademuz, del miércoles 14 de diciembre de 2011.
[3] Archivo General Militar de Ávila [AGMAV], C.831,5, 1/7-8-9
[4] <El 15 de octubre de 1936 Largo Caballero, como ministro de Guerra, ordenaba el establecimiento de un Comisariado General de Guerra, oficializando una función que existía en las columnas milicianas desde el comienzo de la guerra, especialmente en las ligadas al PCE. El Comisariado General de Guerra nacía para “imprimir la máxima eficacia militar”, “ejercer sobre la masa de combatientes constante influencia” y “establecer una corriente espiritual y social entre los jefes, oficiales y clases del ejército leal y los soldados y milicianos”, con el propósito de lograr la victoria frente a los rebeldes, y más cuando éstos se encaminaban hacia Madrid después de tomar Toledo. Por todos estos motivos, una de las actividades principales del comisariado de guerra, en cualquiera de sus niveles, fue la propaganda mediante periódicos, revistas y actividades político-culturales>Tomado de Institución del Comisariado General de Guerra (España), Archivos Españoles (PARES).
[10] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2011). El Hospital de Sangre de Torrebaja durante la Guerra Civil Española (1936-1939), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. III, pp. 85-94.
[12] AGMAV, C.831,5, 1/2-3. Ver Anexo II: Fichas epidemiológicas para enfermos febriles y fiebre tifoidea en el XIX Cuerpo de Ejército.
[17] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2011). El Hospital de Sangre de Torrebaja durante la Guerra Civil Española (1936-1939), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, Vol. III, pp. 85-94.
[19] GARCÍA RODRÍGUEZ, José Ángel et al (2004). Una historia verdaderamente fascinante: 75 años del descubrimiento de los antibióticos: 60 años de su utilización clínica en España, Edita Sociedad Española de Quimioterapia, Madrid. ISBN: 84-9751-033-X. ISABEL F. LANTIGUA, Cuando llegó la penicilina, en elmundo.es del miércoles 19 de mayo de 2004. GONZÁLEZ NÚÑEZ, José. 75 años de la llegada de la penicilina a España (I), en Hoyesarte del jueves 7 de marzo de 2019.
[23] Trece Puntos del Gobierno de Negrín, del 30 de abril de 1938: 1) Independencia de España, 2) Liberarla de militares extranjeros invasores, 3) República democrática con un gobierno de plena autoridad, 4) Plebiscito para determinar la estructura jurídica y social de la República Española, 5) Libertades regionales sin menoscabo de la unidad española, 6) Conciencia ciudadana garantizada por el Estado, 7) Garantía de la propiedad legítima y protección al elemento productor, 8) Democracia campesina y liquidación de la propiedad semifeudal, 9) Legislación social que garantice los derechos del trabajador, 10) Mejoramiento cultural, físico y moral de la raza, 11) Ejército al servicio de la Nación, estando libre de tendencias y partidos, 12) Renuncia a la guerra como instrumento de política nacional, 13) Amplia amnistía para los españoles que quieran reconstruir y engrandecer España.


GALERÍA DOCUMENTAL


Servicio Histórico Militar, Archivo de la Guerra de Liberación, Documentación Roja. Contiene: XIX Cuerpo de Ejército-Estado Mayor. Servicios: Sanidad: Estadística de enfermos de tifus, informes, programas de capacitación sanitaria, gráficos y líneas de evacuación. Agosto de 1938 (AGMAV, C.831,5 1/23).


Comisario de Sanidad del XIX Cuerpo de Ejército: Estadillo de remisión de documentos al Comisario Inspector de Servicios de la Agrupación de Ejércitos Centro Sur, Valencia (AGMAV, C.831,5, 1/6).

XIX Cuerpo de Ejército, Jefatura de Sanidad, Comisario: Informe decenal desde el 26 de julio ppdo. hasta el 6 de agosto (1938), [AGMAV, C.831,5, 1/7).

XIX Cuerpo de Ejército, Jefatura de Sanidad, Comisario: Informe decenal desde el 26 de julio ppdo. hasta el 6 de agosto (1938), [AGMAV, C.831,5, 1/8).

XIX Cuerpo de Ejército, Jefatura de Sanidad, Comisario: Informe decenal desde el 26 de julio ppdo. hasta el 6 de agosto (1938), [AGMAV, C.831,5, 1/9).

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