Muestras del patrimonio cultural -arquitectónico y religioso- de Puebla de San Miguel.
«[PUEBLA DE SAN MIGUEL] 2 ermitas
(La Purisima Concepcion y San Guillermo) sit. á corta dist. de la pobla.»
-Pascual Madoz (1806-1870), Diccionario… (1849).
«La hoya de la sierra está ya a mis pies.
En el centro, los tejadillos de la Puebla de San Miguel,
y a su lado, un copo de nieve en bandeja de oro:
es la casita que a la Inmaculada le han levantado los vecinos
bajo la sonrisa verde de los pinos y junto a los trigales en medio de la mansa quietud de las rocas...»
-Luis B. Lluch Garín (1907-1986), Ermitas y paisaje de Valencia (1980).
Palabras previas.
La Purísima Concepción (también conocida como Ermita de la Virgen) y San Roque (también conocida como Ermita del Santo) son las dos ermitas de Puebla de San Miguel (Valencia); ambas forman parte del patrimonio cultural (arquitectónico y religioso) local, junto a la iglesia parroquial (San Miguel Arcángel), el Calvario y los seis casilicios o pilones sitos junto a los principales caminos del municipio.
Propiamente, ambas ermitas forman parte del abundante patrimonio cultural mueble del Rincón de Ademuz, y junto con el resto de elementos religiosos arriba mencionados (parroquial, calvario y casilicios) pertenecen al periodo moderno, comprendido entre los siglos XVI-XX.
Respecto del patrimonio arquitectónico, a la hora de realizar su descripción y análisis, el geógrafo Carles Rodrigo Alfonso (Valencia, 1964) distingue entre el patrimonio arquitectónico monumental y el popular: el monumental “es aquel cuyas características particulares presentan una cierta individualización y una vinculación a modelos artísticos” definidos, en tanto el popular resulta “fruto de una adaptación de las técnicas y gustos a las diversas características de la comarca”. Obviamente, esta clasificación es meramente descriptiva, pues como el propio autor reconoce, “el límite entre ambos, y más en una zona rural, resulta indefinido”.1
En obra posterior Puebla de San Miguel "el rincón del Rincón" (Valencia, 1999), el mismo autor se refiere “al predominio del patrimonio natural sobre el cultural, puesto que este último no es excesivamente abundante”. No obstante añade que “este municipio ha podido conservar gran parte de su riqueza”. En favor de esta afirmación arguye que ello se ha debido al “estancamiento económico” del municipio, “y pese al acentuado despoblamiento” que le afecta.2 Aunque bien mirado cabría pensar que ha sido precisamente el despoblamiento de la zona, junto al relativo aislamiento de la villa, lo que ha propiciado su conservación.
La entrada debe verse como una aproximación a la descripción de ambos monumentos, al tiempo que una recensión de su bibliografía reciente.
Vista parcial (oriental) de Puebla de San Miguel (Valencia), desde la explanada del Calvario (2019). |
Las ermitas de Puebla de San Miguel: aproximación histórica y bibliográfica.
• 1826. Miñano y Bedoya, Sebastián de (1779-1845): al decir de Puebla de San Miguel, el historiador anota que la localidad posee “2 ermitas”, sin precisar advocación ni ubicación.3
• 1849. Madoz, Pascual (1806-1870): al decir de Puebla de San Miguel, el estadista anota que el municipio cuenta con “2 ermitas (La Purisima Concepcion y San Guillermo) sit. á corta dist. de la pobl.”.4
• 1963. Guía de la Iglesia en la diócesis de Valencia: en el censo de parroquial, al decir de Puebla de San Miguel, en el apartado III (Inmuebles sagrados) anota la existencia de dos ermitas: “Ermita de la Virgen: No tiene culto habitual.- No tiene Santísimo.- Carece de ornamentos.- No posee retablos, cuadros, etc., de valor artístico.- Se desconocen más datos. Ermita de San Roque: No tiene culto habitual.- No tiene Santísimo.- Carece de ornamentos.- No posee retablos, cuadros, etc., de valor artístico.- Se desconocen más datos”.5
• 1980. Lluch Garín, Luis B (1907-1986): Respecto de la Ermita de San Roque, escribe:
La Ermita de San Roque está un poco apartada del pueblo. Entre dos ramblizos pedregosos se alza el edificio aprovechando un buzamiento del terreno lleno de blando césped./ La Ermita es rectangular, de paredes blancas y techo a dos aguas, pero lo más destacado de esta Ermita es su porche de bella línea clásica, sostenida la techumbre, muy recargada de vigas, jabalcones y tornapuntas, por unas cortas columnas en forma de husillo coronadas por capiteles dóricos muy simples. El porche tiene el piso empedrado, y para descanso del caminante hay un poyo circular pegado a los muretes del atrio./ En el interior de la Ermita sigue el mismo estilo su cubierta de tabicas y cabios cortada por un arco de medio punto que arranca de dos columnas embebidas por su moldura de gola a modo de capitel. El altar, sobre dos gradas, tiene un frontal de lienzo pintado. Lo cubre un mantel con bordes de puntillas, y campea en el centro del muro un óleo muy antiguo con la pintura de varios santos, entre los que se adivinan San Roque, San Guillermo y San Cristóbal en el plano de arriba, y en el inferior, San Marcos, Sin Isidro y la Virgen de los Desamparados./ Hay también unas oleografías de la Virgen de los Dolores, de San Miguel y de San Rafael./ Toda la Ermita está limpia y bien cuidada, y en el centro pende una lámpara de metal dorado.6
El mismo autor, al decir de la Ermita de la Purísima, escribe:
La Puebla de San Miguel tiene una casita para la Inmaculada. Es una Ermita situada en las afueras del pueblo, junto al camino que viene de Aras de Alpuente. […] La Ermita es pequeña y de forma rectangular. Su cubierta de tejas morunas es a cuatro aguas, de las llamadas con faldones, y sobre la cobija central monta a caballo una rústica espadaña de ladrillo sin enlucir, formando un arco de medio punto. A través del hueco solamente se divisa un recorte de cielo, sin que lo adorne la silueta siempre femenina y garbosa de una campana. Por eso la Ermita está muda sin el tañido de la campana, [...]. Allí en el períbolo, cuyo piso de tierra rojiza está recubierto de hierba menuda que ahoga los pasos del peregrino, se levanta un sencillo calvario con sus capillitas cuadradas blanqueadas con cal./ La Ermita tiene unos muros de mampostería y unos contrafuertes laterales hasta los que llega el cobijo de las tejas. Los contrafuertes en las esquinas del imafronte se empotran en el cornijal y rompen la arista aguda, biselando las esquinas./ La Ermita se adorna en su entrada con un porche de columnas de fuste disminuido que se apoyan sobre un murete de mampostería recubierto de un tosco tendido de argamasa. Las columnas tienen unas basas muy sencillas y de formas distintas -un plinto sin talla y una moldura de medio bocel-, y sus capiteles son de un estilo dórico muy primitivo. Estas columnas lucen en su huso, cerca del capitel, un collarino que les presta cierta gracia y esbeltez./ La techumbre del cobertizo está formada por el faldón del tejado. De la viga maestra salen los cabios que se apoyan en las correas, y por encima del enrejado de vigas, las tablas de madera forman un techo plano de vieja carpintería./ En el soportal hay unos poyos de obra cuyo asiento de ladrillo rojo está enmarcado con un bordón de madera apolillada. […]/ La puerta de la Ermita es una cancela de madera que se abre entres dos grandes ventanas. Las ventanas no tienen cierre alguno practicable y se guardan con rejas rústicas formadas por unos gruesos barrotes de madera almagrada./ Y en el interior del recogido santuario, oscuro y húmedo […] el techo a dos vertientes con sus vigas central y laterales pintadas todas ellas de un color pardo, así como los paneles que forman la techumbre de este ermitorio./ Rompiendo la monotonía o pesadez de la cubierta, se abre en su centro la gracia de un arco de medio punto levantado desde dos pilastras adosadas; el arranque se inicia en un guardapolvo pintado de amarillo que hace las veces de rústico capitel, y el zócalo de las pilastras lo han embadurnado de pintura morada./ Las paredes, sin decorar, están bien blanqueadas, y a la izquierda se levanta el púlpito suspendido en el muro, y al que se sube por una escalera de obra con barandilla de colaña. En los lados del púlpito quiso un pintor […] enriquecer el enlucido de yeso con un veteado de fantasía, mas la fortuna no le ayudó generosa en su ejecución./ La nave de este pequeño santuario, al llegar a la altura del presbiterio, se reduce, y todo el frente de la Ermita con su altar forma un cascarón. Por el intradós de esta sencilla bóveda de crucería pasan los nervios -unos resaltes de obra de yeso- que nacen de unas ménsulas en las esquinas./ A todo el pintado y rústico cascarón lo ilumina una lámpara de metal dorado que pende del centro del arco; […] avanza sobre el tosco enladrillado hasta los pies del retablo mayor de un cierto estilo renacentista./ En el frontón del conjunto está pintada la Virgen del Perpetuo Socorro, y abajo tiene dos órdenes de pinturas con tres cuadros cada una de ellas. En los de abajo están San Vicente Ferrer, Santa Bárbara, muy despintada, como vencedora aunque maltrecha, de alguna tormenta que asustó a los vecinos, y San Antonio; y luego, en los cuadros superiores, aparece un Santo que no conozco, a la izquierda; a la derecha, San Sebastián, y en el centro, ¡por fin! La Inmaculada.7
Vista frontal (meridional) de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), desde la explanada del Calvario (2018). |
• 1989. Cárcel Ortí, María Milagros: recoge las Relaciones ad limina de los obispos de Segorbe, desde el siglo XVI al XVIII. En la Relación de 1641, pontificando en Segorbe don Diego Serrano de Sotomayor (1639-1652), al decir de la parroquia de Puebla de San Miguel, en el párrafo final escribe:
Titulus insuper huius ecclesiae est sub invocatione et honorificencia Sancti Michaelis, cuius similiter (fol. 275r) altaria et sacella, ornamenta et heremitoria visitavi eaque omnia tu decet apposita inveni.8
La traducción del latín al español/castellano, hecho por Luis Miguel Ruiz Almodóvar, viene a decir: “El título de esta iglesia está bajo la advocación y honor de San Miguel, visité los altares, lugares sagrados, ornamentos y ermitas y todas ellas las encontré convenientemente dispuestas”. Aquí no se menciona el número de ermitas que había entonces en Puebla de San Miguel -en cualquier caso, más de una-, tampoco su advocación. En la siguiente Relación, pontificando el Segorbe don Francisco Gavaldá Guasch (1652-1660), al decir del estado de la parroquia de Puebla de San Miguel ya alude a la existencia de “dos ermitas”: Haeremitoria duo.9 El mismo número de ermitas, aunque sin mencionar nunca advocación, se advierte en el resto de visitas del siglo XVII y principios del XVIII. (1705). En esta última, pontificando en Segorbe don Antonio Ferrer Milá (1692-1707), el número de ermitas de Puebla de San Miguel no ha variado: Heremitoria duo: dos ermitas.10
Vista fronto-lateral derecha (suroriental) de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del porche (2018). |
• 1998. Rodrigo Alfonso, Carles (Valencia, 1964): al decir del patrimonio cultural de Puebla de San Miguel, el geógrafo escribe:
Puebla de San Miguel cuenta con dos ermitas. La primera es la de la Purísima, situada frente al pueblo sobre una pequeña loma. Es una interesante construcción en la que destaca la porchada que antecede al acceso, formado éste por una cancela de madera entre dos grandes ventanales enrejados, característica de los pueblos del entorno de la Sierra de Javalambre. Ante ella se dispone el vía crucis. La segunda es la ermita de San Roque, ubicada en la intersección de La Rambla y el camino nuevo a Mas del olmo y Ademuz. Al igual que la anterior destaca su porchada y el pavimento empedrado si bien en este caso su estado de conservación es más deficiente.11
El mismo autor, en obra posterior (Valencia, 1999), al decir del patrimonio cultural de Puebla de San Miguel, escribe:
En las inmediaciones del pueblo, se encuentran las ermitas de la Virgen de la Purísima y de San Roque. La primera de ellas se asienta sobre una pequeña loma frente a la población. Se trata de una interesante construcción en la que destaca la porchada que antecede al acceso, formado éste por una cancela de madera entre dos grandes ventanales enrejados. El citado porche con techumbre a tres aguas, cuenta con ocho columnas desiguales de piedra, muy sencillas, que descansan sobre un murete de mampostería y otras dos de la misa naturaleza con inscripciones sobre el acceso. El piso está empedrado y lo rodea un poyo de obra adosado al citado muro del atrio. En el interior, un arco de medio punto apoyado en pilastras adosadas divide la nave, de techumbre de madera a dos aguas, en dos tramos a cuyo extremo el presbiterio se cubre con bóveda de crucería con nervios de yeso. La decoración es sencilla, el piso de ladrillo, parcheado, y es de destacar el púlpito existente a la izquierda del acceso. Cuenta con un espadaña de ladrillo con hueco de medio punto. La segunda ermita, la de San Roque, se ubica en la intersección del camino de Camarena con el nuevo a Mas del Olmo y Ademuz y el cauce de La Rambla. Se trata de una construcción de mampostería también de planta rectangular, con porche, pero cuya cubierta es totalmente a dos aguas. Sostiene la porchada cuatro columnas en el frontal y dos en el acceso, de piedra con capiteles dóricos, mientras que en el lateral únicamente se conserva una de madera pese a que en el pasado hubo, al menos, otra más. La nave cuenta con dos tramos de bóveda, separados por un arco de medio punto, sin camarín. Mientras el piso de la porchada muestra un empedrado antiguo, el interior es de enlucido de yeso o cemento y está ligeramente escalonado. Ambas ermitas destacan por su porchada, un detalle constructivo característico de los pueblos del entorno de la Sierra de Javalambre, un modelo que puede vincularse con las condiciones climáticas del área. En la actualidad, mientras la de la Virgen de la Purísima se encuentra en buen estado, pues ha sido objeto de restauración reciente, la de San Roque pese a su solidez presenta un estado de conservación deficiente./ Ante la ermita de la Purísima se sitúa el vía crucis, popularmente conocido como el calvario. Fue construido en 1940 y sus catorce pilares y retablos cerámicos han sido recientemente objeto de rehabilitación. En el extremo de este vía crucis, frente a la portada de la ermita, existió una cruz de madera, una reproducción de la cual actualmente está pendiente de reinstalarse en su anterior emplazamiento.12
Vista general (oriental) de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), desde la carretera CV-363 (2018). |
• 2019. ARAE patrimonio y restauración. Al decir de la restauración de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel, escribe:
La ermita del Santo, o también llamada de San Roque, es uno de los edificios más antiguos y simbólicos del municipio de Puebla de San Miguel, se encuentra exenta dentro de una parcela de cultivo, confiriéndole una perspectiva de cierta majestuosidad. La tipología de planta rectangular dividida en dos tramos, nave y presbiterio. La división se efectúa con un arco diafragma carpanel que apoya directamente sobre dos contrafuertes, visibles desde el exterior. La cubierta es a dos aguas con estructura de pares de madera y teja árabe. La parte frontal posee un porche con cuatro columnas que apoyan en un muro delimitando el espacio cubierto y lo protege del exterior. El mismo tipo de columna encontramos en el vano de entrada, adintelado y que conserva la reja de madera que permitía observar las ceremonias desde el exterior. En el frente principal del porche, la cubierta se solucionaba con cercha a cuchillo. Sus fachadas están realizadas de mampuesto y sin aberturas al exterior, resguardan su espacio interior de las inclemencias atmosféricas, se mantienen en correcto estado de conservación./ Las obras de intervención se centraron en la cubierta. Contaba con otro tipo de patología relacionada con eflorescencias y pérdida superficial de enfoscados en sus fachadas y paramentos interiores, pero debido a la falta de mantenimiento, la cubierta ha sido la más afectada. La rotura de parte de las tejas o la desaparición de las mismas, ha provocado la filtración y entrada del agua de lluvia. Eso ha inducido que se produjera un lavado de la capa de barro y paja de asiento y agarre de esas tejas, colando por entre las tablas de apoyo. Además, el mayor problema de la nave se encontraba en el apoyo de sus vigas de cumbrera sobre el arco diafragma. Su geometría provocó que la transmisión de las cargas de la cubierta y por tanto, de los apoyos de las vigas cumbreras sobre dicho arco, ejercieran un mal esfuerzo en los puntos de apoyo. El arco se encontraba en colapso estructural./ Todos esos elementos fueron restaurados, con la retirada previa de la teja (en gran proporción reutilizada), retirada del barro de base y la tabla. Posteriormente la retirada de los pares que, dejando descubierto el arco diafragma, permitió desmontar el relleno de mampostería que compone el propio arco, hasta llegar a las dovelas. Éstas fueron levantadas y se colocaron posteriormente. La cercha que compone la fachada principal de la ermita fue reconstruida con la solución constructiva histórica correspondientemente correcta. Los pares fueron sustituidos en parte por madera nueva, así como se hiciera con toda la tabla.13
Vista general (suroccidental) de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del porche basado en un cercha simple tipo Howe (2014). |
• 2011. Sánchez Garzón, Alfredo (Torrebaja, 1952): el cronista, al decir del saqueo de la iglesia parroquial y ermitas de Puebla de San Miguel (Valencia), durante la revolución y guerra civil (1936-1939), escribe:
“Se destrozaron las imágenes de la Iglesia Parroquial y Hermitas/ y cuantos objetos de Culto había en las mismas”.14
• (s/f). Eslava, Raúl (Ademuz, 1965): el historiador firma el panel informativo encristalado que hay en el exterior de la Ermita de la Purísima, lado de la epístola, escribiendo:
Ermita de la Purísima Concepción. De las tres ermitas que en el pasado tuvo Puebla de San Miguel, la de la Purísima es la única que se mantiene en activo. Ya en el siglo XVI encontramos pruebas de su existencia. En buena medida es un edificio que presenta grandes semejanzas con la otra ermita de la villa, san Roque, especialmente en lo que respecta a la planta rectangular y el porche situado a los pies./ El Pórtico. El porche cubierto está sustentado por diez columnas de pequeño tamaño que descansan sobre un murete que posee un banco corrido en el interior, banco que se interrumpe en los tres accesos del pórtico./ En el interior de la ermita destaca el presbiterio, de menor anchura que la nave, que se cubre con bóveda de crucería gótica./ El púlpito, situado en el lado del evangelio nos recuerda vagamente el patrimonio mueble que contuvo la ermita, hoy despojada de él. Baste mencionar su retablo del siglo XVII. La nave queda dividida en dos tramos por un arco de medio punto, que se traduce al exterior en sendos contrafuertes que refuerzan los muros laterales./ El retablo Mayor. Se compone de tres calles principales: la central contenía la talla de la Purísima (hoy desaparecida) y en las laterales figuran las imágenes de san Bernardo, san Vicente Ferrer, san Sebastián y san Antonio Abad./ Este retablo, del siglo XVIII, se custodia en la iglesia parroquial.
Detalle de panel informativo en la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), 2018. |
Respecto a la Ermita de San Roque, el mismo autor, en un panel encristalado sito en el muro exterior de la epístola, dice:
Ermita de San Roque. Documentada desde el siglo XVI, la actual ermita de san Roque se erigió bajo la advocación de la Santa Cruz. El cambio de título se produjo, posiblemente, a finales del siglo XVII o ya en el siglo siguiente./ El edificio tiene una sencilla planta rectangular de dos tramos, configurados por sendos contrafuertes y arco diafragmático de medio punto que separa nave y presbiterio. Este último se halla ligeramente elevado y posee un ara fija./ Uno de los elementos más destacados es su típico porche, con cuatro columnas frontales y dos en las jambas de la puerta de acceso, situado a los pies./ Las columnas apean sobre un murete que delimita el porche, de gran utilidad para resguardarse de las inclemencias de un clima adverso./ El interior está despojado de todo elemento mueble, aunque sabemos que originalmente su altar mayor estuvo presidido por un lienzo con las figuras de la Santa Cruz en el centro y san Cristóbal y san Roque, a los lados.
Detalle de panel informativo en la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), 2019. |
Ubicación y descripción de las ermitas de Puebla de San Miguel: estado actual.
En este apartado se hace el comentario relativo a la ubicación y descripción de las dos ermitas de Puebla de San Miguel
1.- Ermita de la Purísima:
La Ermita de la Purísima Concepción (también Ermita de la Purísima, Ermita de la Inmaculada y Ermita de la Virgen), se halla sobre un altiplano, al levante de la población, junto a la carretera CV-363 que lleva de Losilla de Aras a Ademuz; frente a la fachada principal se abre una somera explanada bordeada por los pilones del Calvario local, con una encina al fondo, sombreando una cruz de madera sobre una basa de cemento.
Para visitar la ermita desde la villa hay que seguir la carretera de Losilla en dirección a la Casa Forestal y la Fuente de la Virgen. A un lado de la fuente nace el Camino de la Sierra (también Camino de la Sal), que lleva a Arcos de las Salinas (Teruel), vía el Pilón del Javandal y la fuente de su nombre.15 Frente a la fuente se halla el Pilón de la Virgen, a su vera discurre el camino que lleva a los Huertos del Coronel y el Lavadero público (lavadero de Arriba).16 Desde la Fuente de la Virgen ya se divisa la Ermita de la Purísima, situada poco más adelante, en la margen opuesta de la carretera.
La fábrica de la ermita posee planta alargada, orientada de norte (cabecera) a sur (pies), con muros de mampostería ordinaria y sillares en las esquinas. Adosados a los muros hay altos machones laterales de piedra: dos en los costados y otros dos más bajos en las esquinas de la cabecera, haciendo chaflán. Los sillares de los machones son de dos tipos: unos lisos y otros almohadillados. La cobertura es a dos aguas, con teja árabe dispuesta en canal y cobija. Posee una sencilla espadaña de ladrillo hacia los pies, con una pequeña campana en su vano, siendo el porche de la entrada lo más singular del edificio.
La entrada de la ermita tiene forma de porche (atrio exterior) con cobertura a tres aguas sustentada sobre ocho columnas de piedra de fuste bajo, con basa de distintas formas y capitel, que apoyan sobre un murete de piedra labrada y mampostería, con tres aberturas: una al centro y dos laterales. Las columnas poseen un rodete en la parte alta, por debajo del capitel dórico -que Lluch Garín denomina “collarino”-: dos de ellas poseen letras grabadas, lo que se ha interpretado como marcas de los canteros. El atrio posee un poyo interior de obra y piso de cemento; pero lo más notable del soportal es la cobertura, basada en un entramado de madera típico de los tejados mudéjares a tres aguas, tipo lima bordón -en este caso de una sola lima-; la lima es el punto de encuentro de dos faldones. Cabe destacar el detalle de la “piña” sita en el punto de confluencia de la hilera y las limas de los faldones laterales, basada en madera labrada.
Bajo el soportal se abre la puerta principal y única de la ermita, con una gran viga como dintel que apoya en los muros laterales, y en su parte central en sendas columnas de piedra del mismo estilo que las del soportal, que apoyan a su vez en un murete bajo, enmarcando una cancela de dos hojas y dejando amplios ventanales con listones de madera, uno a cada lado de la entrada. La puerta y ambos ventanales constituyen el único punto de luz natural que ilumina el interior; puerta y ventanales rejados servían a los feligreses para poder seguir los oficios religiosos desde el porche, respondiendo al concepto de “ventanas de culto”, y a los visitantes de paso para poder ver el interior y rezar.
El interior de la ermita muestra una sola nave con muros laterales de mampostería remozada de yeso encalado que avanza en dos tramos hacia la cabecera, separados ambos por un arco de diafragma rebajado (carpanel), que apoya sobre las pilastras laterales. El piso es de ladrillos de barro. Tras el arco aparece el segundo cuerpo de la nave, que luce un sencillo púlpito de obra sin tornavoz en el lado del evangelio (izquierda), con “un veteado de fantasía” en sus frentes, al que se accede desde la propia nave mediante una somera escalerita con peldaños de yeso y “barandilla de colaña”. En el punto central próximo a la cabecera luce una lámpara “de metal dorado”, cuya altura se regula mediante un cabo de cuerda atado a un extremo. Quizá sea esta lámpara el único objeto original que se conserva en la ermita.
Al fondo aparece el presbiterio, más estrecho que la nave central y al que se accede subiendo dos peldaños bajo un arco de medio punto. La bóveda es de crucería gótica, con nervios de yeso que apoyan en sendas ménsulas ubicadas en las esquinas. Posee un altar de obra adosado y sobre éste un sencillo retablo de madera en cuyo interior hay una imagen de la Inmaculada, y sendos cuadros encristalados: la Virgen del Perpetuo Socorro a la epístola y una Inmaculada al evangelio. El retablo original (del siglo XVII) se conserva en la iglesia parroquial y está basado en tres calles con una hornacina central que ocupaba la imagen tallada de la Inmaculada (hoy desaparecida), y varios santos en las laterales: san Bernardo, san Vicente Ferrer, san Sebastián y san Antonio Abad.
El interior de la ermita está pintado en blanco (jalbegado), con la excepción de un rodete inferior a modo de zócalo que luce un color gris en todo su perímetro; el frontis del arco carpanel luce un color crema y el intradós de los arcos, un teja oscuro. El frontal del altar muestra un color salmón, al igual que los bordes del púlpito y los nervios de la bóveda del presbiterio, así como los resaltes de las pilastras, pintados en crema fuerte.
Sin embargo, lo más notable del interior de la ermita es la armadura de la cubierta, que responde a las típicas cubiertas mudéjares a dos aguas, tipo par hilera con tabicas. En este caso, a ambos lados de la viga cimera hay otra viga en la parte central de cada faldón (soportando las vigas pares), éstas apoyan sobre los arcos central, de cabecera y en el muro de la fachada.
La Ermita de la Purísima es una sencilla y hermosa construcción, cuya fábrica data del siglo XVI-XVII, su estado de conservación actual es magnífico; lo más notable, sin embargo, es el porche de la entrada, que responde al típico de las ermitas de la sierra, similar al que puede verse en la otra ermita local (San Roque), en la de Santa Quiteria (Hoya de la Carrasca), Ermita de San Roque (en Arcos de las Salinas y en La Yesa), etc.
Vista parcial (meridional) de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del machón y pórtico (2018). |
Vista parcial (oriental) de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del pórtico (2018). |
Vista parcial de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del pórtico (2018). |
Vista parcial de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de una columna del pórtico (2018). |
Vista parcial de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de adorno tipo "piña" en la cobertura del pórtico (2018). |
Vista parcial (meridional) de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de la entrada (2019). |
Vista del interior de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de la nave, arco diafragma carpanel, púlpito y presbiterio al fondo, tras el arco de medio punto (2019). |
Vista frontal (meridional) de la Ermita de la Purísima en Puebla de San Miguel (Valencia), desde el fondo de la explanada del Calvario (2019). |
2.- Ermita de San Roque:
La Ermita de San Roque (también Ermita del Santo), se halla a medio kilómetro de la población, en posición norte respecto de la misma, al borde de la carretera CV-363 (km. 18-19), vía que corresponde al antiguo camino viejo de Ademuz. Propiamente, se ubica en la margen derecha del barranco del Castellar, punto donde da comienzo el Camino de Riodeva y Camarena de la Sierra por el Pilón de la Santica y la Fuente de la Canaleja.
Para visitar la ermita desde la villa hay que seguir la carretera en dirección a Ademuz, y bajar en dirección a la rambla; desde el comienzo de nuestro paseo, que forma una pronunciada bajada, la ermita estará en todo momento a nuestra vista; arribaremos al lugar tras pasar el puente que salva el barranco del Castellar en este punto.
La fábrica de la ermita presenta planta rectangular y se halla orientada de norte (cabecera) a sur (pies), mirando a la villa, que queda en alto. Los muros son de mampostería ordinaria, con piedra labrada en los esquinares y altos contrafuertes laterales: uno a cada lado, evidenciando el avance de la nave al presbiterio. Los machones son de piedra sillar y se cubren con tejadillo. La cubierta es a dos aguas, basada en teja árabe dispuesta en canal y cobija.
Como en el caso de la Ermita de la Purísima, lo más notable de esta ermita es el porche de la entrada principal y única del templo (atrio exterior), basado éste en un murete lateral con abertura al frente: el muro separa el atrio del exterior y sirve de apoyo a cuatro columnas de fuste bajo (con basa, capitel y somero rodete en la parte alta) que soportan la armadura de la cubierta, basada en una cercha de cuchillo simple tipo Howe: con pares, tirante, pendolón, montantes y tornapuntas. Las columnas laterales poseen un refuerzo posterior de mampostería.
El piso del atrio es de cemento, aunque anteriormente estuvo empedrado, y posee un poyo corrido para asiento de feligreses y visitantes. La misión del atrio es proteger a los que acuden a la ermita, pero también a los lugareños y caminantes caso de tormentas y otras inclemencias atmosféricas. Esta misma estructura la hemos visto en la Ermita de la Purísima, y podemos verla en otras muchas ermitas de la Sierra de Javalambre, y de La Serranía. Propiamente, la entrada se halla franqueada por una puerta de madera de doble batiente enmarcada por sendas columnas de piedra, del mismo estilo que las que soportan la cobertura del atrio. La puerta posee un sistema de rejado de madera en su parte superior, del mismo estilo que el de los vanos laterales, lo que permite iluminar y ver el interior del templo. Este tipo de rejado en madera sirve al objeto de “ventanas de culto”. Sobre las columnas de la entrada puede verse otra gruesa viga a modo de dintel, cuyos extremos apoyan en los muros laterales.
El interior de la ermita luce diáfano, el piso es de yeso, los muros laterales están enlucidos y jalbegados de forma que la nave avanza en dos tramos hacia la cabecera, separados por un arco de diafragma rebajado (carpanel), que apoya sobre pilastras con impostas, que coinciden con los contrafuertes externos. El arco está basado en dovelas de piedra y ha sido restaurado, por el daño que presentaba en su clave, amenazando con colapsar. Tras el arco se halla el presbiterio, situado dos peldaños por encima del piso del templo. Posee un altar de obra adosado y una sencilla hornacina en el centro del muro de cabecera a modo de retablo y carece de bóveda. La armadura de la cubierta responde al sistema de par hilera, basado en una viga cimera central y pares laterales con tabicas. En los muros laterales no se observan estribos, de forma que las vigas pares apoyan directamente sobre el muro, careciendo asimismo de tirantes.
El interior carece de material ornamental y mueble -con la excepción de un mantel blanco cubriendo el altar, un ramo de flores artificiales en el centro y un pequeño búcaro a cada lado-; han desaparecido las pinturas al óleo que describiera Lluch Garín (1966), así como la lámpara de metal dorado que lucía en el centro. El periodista menciona “un óleo muy antiguo con la pintura de varios santos” que campeaba en el centro del testero. Entre las figuras del óleo adivina la de san Roque, san Guillermo y san Cristóbal, éstas en la parte superior, y las de san Marcos, san Isidro y la Virgen de los Desamparados, en la inferior. Las figuras de estos bienaventurados podrían ilustrarnos respecto a las distintas advocaciones que parece haber tenido esta ermita.
Según hemos visto en el texto del panel encristalado situado en el muro exterior de la epístola, la actual Ermita de San Roque se erigió inicialmente bajo el título de la “Santa Cruz”, y en algún momento posterior cambió su advocación (finales del siglo XVII o principios del XVIII), pasando a denominarse Ermita de San Guillermo -al menos así denomina Madoz (1849) a una de las ermitas de Puebla de San Miguel, siendo la otra la de la Purísima. La advocación de san Guillermo vincula esta ermita con el Convento de San Guillermo (Castielfabib), lo cual resulta comprensible, pues la influencia del convento de Castiel llegó a extenderse hasta Albarracín. Lo razonable es pensar que en algún momento de la segunda mitad del siglo XIX, en cualquier caso después de la exclaustración del convento de Castielfabib, la Ermita de San Guillermo de Puebla de San Miguel cambió su advocación, pasando a denominarse Ermita de San Roque -santo de gran popularidad en la zona-, pues bajo esta advocación hubo una ermita en Ademuz, y todavía pervive una Torrebaja y otra en Vallanca. La idea de que en Puebla de San Miguel hubo tres ermitas de forma coetánea, no resulta creíble; pues las Relaciones ad limina de los obispos de Segorbe que visitaron estas parroquias desde el siglo XVI en adelante siempre mencionan dos ermitas en el término, aunque sin mencionar advocación.
Abundando en lo anterior, resta decir que en el texto del panel situado en la Ermita de la Purísima se dice “De las tres ermitas que en el pasado tuvo Puebla de San Miguel”. Todos los pueblanos saben de la existencia de un cerrito alomando situado al sur de la villa, denominado “cerro de la Ermita”, lo que parece indicar que en el pasado hubo algún ermitorio en el lugar. Asimismo, la tradición local quiere creer que las piedras de esta pequeña ermita se desmontaron y se llevaron a Hoya de la Carrasca -esto con motivo de algún fenómeno social o epidemia-, para construir allí la actual Ermita de Santa Quiteria. Propiamente ello está por demostrar y en cualquier caso resulta absurdo, además de inverosímil. Porque son muchos los kilómetros de uno a otro lugar, y en Hoya de la Carrasca la piedra es abundante. En cualquier caso, el ermitorio del cerro pudo existir, pero debió ser con anterioridad a la erección de las actuales ermitas, y de haber coexistido debió ser antes de que los obispos de Segorbe redactaran sus Relaciones ad limina, pues los prelados (desde el siglo XVI en adelante), siempre dicen de la existencia de dos ermitas en Puebla de San Miguel: Haeremitoria duo/ Eremitoria duo. Obviamente cabe la posibilidad de que los señores obispos estuvieran equivocados; pero es poco probable, pues los censos eclesiásticos suelen ser muy fiables.
Vista general (oriental) de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del contrafuerte y del porche de la entrada (2019). |
Vista interior de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), detalle de la nave, arco diafragma carpanel y presbiterio, con altar de obra adosado (2019). |
Vista interior de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), detalle de la armazón de la cubierta (basada en el sistema par-hilera con tabicas), arco diafragma carpanel (2019). |
Vista parcial de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de la cobertura del porche (2019). |
Vista parcial de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de una columna (basa, fuste y capitel) del porche (2019). |
Vista parcial de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle de la entrada al porche (2019). |
Vista parcial (occidental) de la Ermita de San Roque en Puebla de San Miguel (Valencia), con detalle del porche, cuya cubierta se soluciona con cercha de cuchillo (2017). |
Palabras finales.
Las ermitas de Puebla de San Miguel (Purísima Concepción y san Roque), constituyen dos estupendas muestras de arquitectura religiosa popular (vernacular), y forman parte del precioso, aunque relativamente escaso patrimonio cultural de la localidad, junto con la Iglesia Parroquial (San Miguel Arcángel), Pilones del Calvario y Casilicios devocionales sitos en los principales caminos del término.
La Ermita de San Roque parece que nació bajo la advocación de la “Santa Cruz”; posteriormente cambió su título por el de “san Guillermo”, lo que la vincula con el Convento de Castielfabib: esta denominación se mantuvo hasta mediados del siglo XIX (1849), para pasar después al patronazgo de san Roque, bajo cuya titularidad se halla en la actualidad.
La similitud de estas ermitas en notoria, tanto por su origen (siglo XVI-XVII), como sus características arquitectónicas y estructurales: comparten orientación, planta alargada, muros de mampostería, contrafuertes externos, armadura de la techumbre, pórtico (atrio exterior), nave única, arco diafragma rebajado (carpanel), altar adosado, etc. Se distinguen en que la de la Purísima posee una sencilla espadaña con campanil, púlpito de obra y un presbiterio con crucería gótica, mientras que la de san Roque carece de estos elementos. En general, y aunque tengan un mismo origen temporal, la de la Purísima impresiona de ser una fábrica más sólida y mejor trabajada, en tanto que la de san Roque resulta más sencilla, rústica, elemental -seguramente fue la primera en construirse.
Por lo demás, ambas ermitas resultan consustanciales al paisaje, del que vienen formando parte los últimos cuatro-cinco siglos, habiendo visto pasar a su vera innumerables generaciones de pueblanos, y ello desde mucho antes que el lugar se independizara de Ademuz y adquiriera la condición de villa Real: privilegio que le fue otorgado por Carlos III de España (1759-1788) en El Pardo (Madrid), el 12 de febrero 1765.17
Ambas ermitas tienen la condición de Bien de Relevancia Local (BRL),18 figura jurídica que en principio garantiza su protección dada la singularidad e importancia de estos inmuebles, que han sido restaurados en tiempos recientes. Solo cabe felicitar a los que han hecho posible su rehabilitación, para honra de los pueblanos y disfrute de los visitantes. Vale.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
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1. RODRIGO ALFONSO, Carles (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita ADIRA, Valencia, p. 210.
2. ID (1999). Puebla de San Miguel, “el rincón del Rincón”, Edita Ayuntamiento de Puebla de San Miguel, Valencia, p. 54.
3. MIÑANO, Sebastián (1826). Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal, Madrid, tomo I, p. 141.
4. MADOZ, Pascual (1849). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, tomo XIII, p. 239.
5. GUÍA DE LA IGLESIA EN LA DIÓCESIS DE VALENCIA (1963). Edita el Arzobispado, Delegación Diocesana de Información y Estadística, Artes Gráficas Marí Montañana, Valencia, p. 561.
6. LLUCH GARÍN, Luis B (1980). Ermitas y paisaje de Valencia, Edita Caja de Ahorros de Valencia, Valencia, vol. I, p. 517. Publicado en diario Las Provincias de Valencia, el martes 23 de agosto de 1966.
7. ID (1980), vol. I, pp. 517-519. Publicado en diario Las Provincias de Valencia, el viernes 26 de agosto de 1966.
8. CÁRCEL ORTÍ, María Milagros (1989). Relaciones sobre el estado de las diócesis valencianas, Edita Generalidad Valenciana, Valencia, tomo III [Segorbe], p. 1489.
9. ID (1989), tomo III [Segorbe], p. 1522.
10. Ibídem, p. 1604.
11. RODRIGO ALFONSO (1998), p. 212.
12. ID (1999), pp. 56-57.
13. ARAE patrimonio y restauración (2019). Restauración de la ermita de San Roque en La Puebla de San Miguel.
14. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2011). El expolio de la iglesia y ermitas de Puebla de San Miguel durante la revolución, con detalle de los daños, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. IV, p. 352.
15. ID. Pilones devocionales en Puebla de San Miguel (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del martes 15 de noviembre de 2022.
16. ID. Lavaderos públicos en Puebla de San Miguel (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del martes 22 de noviembre de 2022.
17. ID (2008). Carta de Privilegio del rey don Carlos III de España (1759-1788) por el que se concede el título de villa a Puebla de San Miguel, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 271-279.
18. «Bien Inmueble de Relevancia Local es una figura jurídica de protección del patrimonio cultural de la Comunidad Valenciana. Se consideran bienes inmuebles de relevancia local aquellos que poseen en el ámbito comarcal o local valores históricos, artísticos, arquitectónicos, arqueológicos, paleontológicos o etnológicos en grado relevante, aunque sin la singularidad propia de los bienes declarados de interés cultural, y que así sean declarados de acuerdo con los procedimientos establecidos». Cf. Wikipedia, voz Bien de Relevancia Local.
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