ENTRADAS 2022

martes, 6 de diciembre de 2022

EL LAVADERO DE LA FUENTE VIEJA DE CASAS BAJAS (VALENCIA).

Visita guiada al lugar, a propósito de su rehabilitación (2009).



«[…] los cobertizos de los lavaderos,

un espacio común de trabajo,

vinculado tradicionalmente a la mujer…»

-Del contenido textual-.




Palabras previas.

El Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia) constituye un estupendo ejemplo de lo que fueron los lavaderos públicos del Rincón de Ademuz en otro tiempo -en este caso unido a una fuente. Su restauración ha respetado la idiosincrasia constructiva de la zona, permitiéndonos contemplar cómo fueron estos espacios comunes en otro tiempo, vinculados a la arquitectura del agua y a las mujeres.

Tradicionalmente, las mujeres eran las encargadas del cuidado de la casa y de la prole, así como de atender los animales del corral. Entre las labores de la casa se encontraba el lavado de la ropa del ajuar y la vestimenta -quizá una de las labores más ingratas del contexto doméstico, particularmente en invierno-; para el lavado utilizaban jabón casero, fabricado con aceites vegetales y grasas animales. Utensilios vinculados al lavadero eran la gaveta, la gamella, el jabón casero, la lejía de ceniza y el azulete: añil para blanquear la ropa.

La restauración de la fuente y el lavadero de Casas Bajas ha supuesto una puesta en valor del edificio y de su significado -esto es, su valorización-, para dar a conocer a las nuevas generaciones la forma de vida de otro tiempo en la zona; pues, no obstante su modesta arquitectura, pertenecen al patrimonio cultural mueble de la localidad.

La fuente y el lavadero anexo se hallan fuera de la localidad, en la margen izquierda del río Turia; ello suponía que las mujeres, para ir a lavar la ropa o por agua, debían cruzar el puente del Carvo -situado a un centenar de pasos del pueblo- y continuar otro tanto aguas arriba por el antiguo camino que unía Casas Bajas y Casas Altas, que en este tramo discurre paralelo al río, por la cota baja de la ladera.

Mediado el siglo XIX (Madoz, 1847), el puente de Casas Bajas sobre el Turia era de madera, y los caminos de la zona todos de herradura y en mal estado. Por por entonces, los dos centenares de casas de la localidad eran “de mala construcción y pocas comodidades”, y albergaban a unos 170 vecinos (730 almas). Para el abastecimiento de agua de boca se servían de “unas cinco fuentes de agua dulce” ubicadas fuera del pueblo, entre las que cabe pensar se hallaba la Fuente Vieja; el apelativo de “vieja” permite suponer que éste sería el manantial más antiguo, indicando al tiempo que había otros más recientes.



Vista meridional del Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
con detalle del acceso desde el Camino Viejo de Casas Altas (2022).

Paisaje rural de Casas Bajas (Valencia),
 puente del Carbo sobre el río Turia -desde la ribera izquierda- con el caserío al fondo (2022).


Contexto histórico.

Desconocemos la fecha de construcción del Lavadero de la Fuente Vieja: su erección vino condicionada por la existencia de una fuente en el lugar, cuyo caudal debió considerarse suficiente para el fin que se pretendía. Circunstancialmente, la Fuente Vieja se halla junto al camino tradicional de Casas Bajas a Casas Altas, que formaba parte del Camino Viejo de Ademuz a Teruel por esta parte.

Por Madoz (1806-1870) sabemos que mediado el siglo XIX (1847) los caminos de Casas Bajas (Casas del río Bajas), eran todos “locales, de herradura y en mal estado”.1 Vicente Alcaine (1856), Director de Caminos y Canales de Riego del Sindicato General de Riegos del Turia, escribe del Rincón de Ademuz: “las sendas y camino de esta comarca van aumentando en escabrosidades. Se necesitan caballerías de una docilidad completa para no despeñarse a cada risco que hay que ladear para salvarlo”.2 Al respecto, el geógrafo Rodrigo Alfonso (1998) cita una información del Ayuntamiento de Casas Bajas de la misma época, que dice: “no se ha visto transitar ningún carro por este pueblo”; en otro punto del mismo texto anota “en la actualidad se conservan (los caminos) en el estado que siempre se han conocido siendo todos de herradura y algunas sendas de atajo”.3 El comentario tiene su importancia, pues es sabido que por los caminos de herradura no puede circular carros, vehículos que precisan de vías de mayor amplitud. ¿Cómo se hacía, pues, el transporte de mercancías entre las localidades?, pues mediante caballerías. Los transportistas que pasaban por la comarca, de Aragón a Castilla o Valencia eran los arrieros, que utilizaban retas de burros o mulos.

El actual puente del Carvo sobre el río Turia en Casas Bajas tiene su precedente en el que cita Madoz (1847) cuando dice de “un puente de 57 pies de largo y 12 de ancho, cuyo piso es de tablas”. Este puente de tablas es posterior a otro de piedra que existió frente a la localidad, destruido en el terremoto que afectó la comarca a mediados del siglo XVII (1656);4 durante el seísmo se derrumbaron también los otros dos puentes de piedra que había en la zona: el de La Puente de Casas Altas (frente al Molino) y el del Sotillo de Ademuz (también conocido como Puente del Molino Nuevo). La reconstrucción de estos puentes se realizó en las inmediaciones de los antiguos. La existencia de puentes de piedra en Casas Bajas y Casas Altas, y más concretamente su ubicación en las inmediaciones de los actuales, indica que el Camino principal que unía ambas poblaciones iba por la ladera izquierda del río Turia, no por el trazado de la actual carretera N-330a -obra labrada a comienzos del siglo XX.

En consecuencia, resulta razonable pensar que el camino de Casas Bajas a Casas Altas debía ser en su momento muy transitado; de una parte por la existencia del camino y de otra por la ubicación del lavadero, un espacio de uso casi exclusivo por las mujeres.


Vista parcial de Casas Bajas (Valencia), desde la ribera izquierda del río Turia,
camino del Lavadero de la Fuente Vieja (2022).


Contexto bibliográfico.

En el muro meridional del lavadero de Casas Bajas hay un panel encristalado relativo al LAVADERO DE LA FUENTE VIEJA en el que aparece un texto bajo tres epígrafes y media docena de fotografías. Fue colocado con motivo de la rehabilitación del edificio (2009), y dice lo que sigue:

Los lavaderos y las mujeres. Los espacios comunes característicos de aldeas y pueblos en torno al agua son las fuentes, los abrevaderos y los lavaderos, tres elementos que aparecen frecuentemente relacionados entre sí. Las fuentes, normalmente asociadas a los abrevaderos para el ganado, constituían el único suministro de agua para el consumo básico humano y animal. Asociadas a ellas o gracias al paso de una acequia por la población, aparecen habitualmente los cobertizos de los lavaderos, un espacio común de trabajo, vinculado tradicionalmente ala mujer, donde se empleaba el característico jabón de aceite o grasa (sebo, tocino rancio o grasa animal), muy utilizado en la comarca del Rincón de Ademuz. Los lavaderos constituían un lugar de reunión y tertulia entre las mujeres, que llevaban periódicamente la colada a la balsa del lavadero./ Estructura de los lavaderos. Los lavaderos son a menudo grandes balsas de agua rectangulares con pila corrida en su perímetro, al amparo de un cobertizo semiabierto con una cubierta de tejas, a una o dos aguas. El clima del lugar y la ubicación del lavadero dictaban la forma y disposición del cerramiento del perímetro, construido con fábrica de mampostería. De este modo, el cerramiento de los lavaderos pueden ser desde la apertura en todos los frentes hasta el perímetro completamente cerrado en una única puerta de acceso, pasando por la más común que abre un frente del lavadero al sol del mediodía. Estos lavaderos se fueron transformando paulatinamente durante la segunda mitad del siglo XX, creando una pila de cemento elevada para evitar que las mujeres se tuvieran que arrodillar./ Restauración del lavadero. El lavadero de la Fuente Vieja está ubicado en el antiguo camino que comunicaba la población de Casas Bajas con Casas Altas. En el año 2009 ha sido sometido a una cuidadosa restauración, enmarcada en la intención de conservación de la estética de la arquitectura vernácula. En esta rehabilitación se han mejorado los escalones de acceso al lavadero y se ha restablecido la comunicación de la poza del lavadero con el agua de la fuente vieja, que también ha sido restaurada. Por lo que respecta al edifico, se ha respetado la fábrica de mampostería, utilizando en los revestimientos mortero de cal hecho con los áridos de la zona.5


Las fotografías corresponden a la Fuente Vieja, Fuente Vieja Restaurada, Planta Fuente Vieja, Exterior Restaurado, Poza y Escaleras restauradas.6


Panel informativo sito en el Lavadero de la Fuente Vieja en Casas Bajas (Valencia),
con texto de Camila Mileto y Fernando Vegas (2022).

Vista meridional del Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
con detalle de la entrada (2022).


Ubicación y descripción de la fuente y el lavadero.

Para visitar el Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas hay que salir de la localidad en dirección al puente del Carvo, cruzarle y continuar por la izquierda, esto es, agua arriba del Turia. Unos cientos de pasos más arriba el camino continúa por la ribera; hay que dejar este y continuar por el que sube hacia el monte, un poste de pala nos indicará la dirección a seguir. Teniendo ya a la vista el Lavadero podremos observar que el camino que venimos siguiendo prosigue hacia adelante (norte): se trata del Camino Viejo de Casas Altas a Casas Bajas. Para nuestro propósito deberemos descender por la izquierda para llegar de inmediato frente al lavadero. El camino de entrada posee un murete de piedra a cada lado, y continúa por una escaleras enlosadas. Desde este punto podremos observar una vista meridional del cobertizo del Lavadero; se trata de una construcción orientada de este a oeste, con muros de mampostería ordinaria y cubierta a dos aguas basada en teja árabe dispuesta en canal y cobija. En la parte inferior izquierda, sobre la vertiente meridional sobresale una chimenea de obra. La fachada principal, orientada al sur, posee una entrada franca, con ventanales a ambos lados.

Atravesado el umbral de la amplia entrada podremos observar el interior del lavadero. A la mano izquierda hay un asador, cuya chimenea vimos desde el camino, un banco de asiento y una mesa de obra adosada. Desde la parte del asador se puede bajar a la pila del lavadero por unas escaleritas de obras. También se puede bajar por la derecha, esto es, por el lado donde se halla la poza de la fuente mediante unas escaleras más amplias, constituyendo la bajada principal. Pero lo más llamativo es la armadura de la cubierta, basada en rodillos desbastados dispuestos en par hilera con tabicas, típico de los tejados que vierten a dos aguas. En la parte media de cada faldón las vigas pares apoyan sobre otro rodillo longitudinal dispuesto a modo de tirante (de este a oeste) soportado en sendos pilares cuadrangulares, dos en cada faldón. Los pilares poseen en su parte alta otros rodillos que les unen entre sí y con los muros laterales. La fuente del lavadero se halla a la derecha, esto es, en la parte superior. La pila del lavadero forma dos espacios separados por un murete de obra con una acanaladura con compuerta de hierro en la parte central, para que corra el agua. Los lavaderos propiamente dichos rodean el perímetro de la pila, de forma que las mujeres debían arrodillarse para lavar. Por el contrario de en otros lavaderos -en los que las usuarias podían lavar de pie-: Casas Altas (Lavadero del Molino y Lavadero de la Poza), y los de Puebla de San Miguel.7  

Decíamos que la entrada del recinto se halla en el muro meridional, que dispone de dos amplios ventanales iluminando el interior con luz austral. Por el contrario, el muro septentrional carece de aberturas, probablemente para proteger el lavadero de los vientos del norte. Sobre la poza de la fuente, situada en el muro oriental, hay una abertura que se puede transitar hacia el amanadero. El muro occidental, sin embargo, posee dos aberturas: una puerta con cancela metálica hacia el ángulo noroccidental y un gran ventanal cuadrangular a la izquierda, iluminado el interior con luz poniente.

Situándonos de espaldas al muro ciego podremos observar otra perspectiva del interior del lavadero, viendo que los pilares que soportan el faldón septentrional apoyan sobre el centro de la pila del lavadero: uno en la de arriba y otro en la de abajo. Por el contrario, los pilares que soportan el faldón meridional apoyan sobre el murete que se extiende entre las escaleras que bajan a la pila del lavadero: unas bajan por la parte del asador y otras por la del pilón de la fuente.


Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia), detalle del interior (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
detalle del pilón de la Fuente Vieja (2022).


Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista interior con detalle de la pila del lavadero (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista interior con detalle de la pila del lavadero, asador y cancela (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista interior con detalle de la armadura de la cubierta (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista interior con detalle de la armadura de la cubierta (2022).


Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista interior con detalle de la armadura de la cubierta (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista interior con detalle del asador y chimenea (2022).


Desde el Lavadero de la Fuente Vieja.

Desde el Lavadero de la Fuente Vieja -mejor dicho, desde el antiguo camino de Casas Bajas a Casas Altas a la altura del Lavadero de la Fuente Vieja- se observa una singular perspectiva de la localidad y su entorno.

El complejo de la fuente y el lavadero se halla al noreste del pueblo, en la cota baja de la ladera del monte, margen izquierda del río Turia (antaño nombrado también río Blanco), lo que supone que desde su emplazamiento puede verse una perspectiva nororiental del caserío de Casas Bajas, localidad que Madoz sitúa “en los confines de la provincia de Cuenca, y estremo meridional del terreno conocido con el nombre de Rincón de Ademuz, al pie de un monte llamado el Pinar llano, en la ribera derecha del río Turia ó Guadalaviar”.

Por encima del caserío, en posición noroccidental del mismo, se halla el cementerio municipal, en la partida de La Hoyuela, construido a mediados de los años treinta del siglo XIX (1838),8 cuando la localidad todavía dependía administrativamente de Ademuz. El antiguo camposanto se hallaba anexo a la iglesia de El Salvador (Transfiguración del Señor), ocupando parte de la actual plaza Rey Don Jaime.


Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista meridional del cobertizo (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 vista exterior con detalle de los pies del cobertizo (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
detalle del bajadero de entrada desde el Camino Viejo de Casas Altas (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
detalle del faldón meridional con el caserío al fondo (2022).

Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia),
 detalle del acceso desde la parte inferior (2022).


Palabras finales.

El Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (Valencia) constituye una interesante muestra de los espacios comunes de la arquitectura y la cultura del agua en el Rincón de Ademuz. Su ubicación, en el paraje de la Fuente Vieja, junto al antiguo camino de Casas Bajas a Casas Altas, le hacia un lugar muy frecuentado, en particular por las mujeres que acudían por “agua de boca” y para hacer la colada, como por los lugareños que cultivaban las fincas de esta partida y los caminantes.

El edificio que alberga el lavadero es una sólida construcción de mampostería, de planta rectangular, orientada de este a oeste y cobertura a dos aguas, basada en una armadura tipo par-hilera con tabicas. La magnitud del cobertizo le convierte en el mayor con diferencia de los existentes en la comarca, junto con el Lavadero de la Fuente Vieja de Ademuz, el de la Poza de Casas Altas y el de los Huertos del Coronel en Puebla de San Miguel. Dispone de los elementos comunes a estos espacios: fuente-amanadero con pilón, pila del lavadero propiamente dicha dispuesta en dos compartimentos, con una compuerta regulando el paso del agua entre ambos. Según la disposición y estructura de la pila, las usuarias tenían que lavar la ropa arrodilladas, lo que suponía una incomodidad -a lo que cabe añadir el acarreo de la ropa sucia desde el pueblo y el posterior traslado de la limpia. La ropa se transportaba mediante gavetas dispuestas sobre la cabeza, con ayuda de un rodete de fibra vegetal forrado de tela como amortiguador.

Desconocemos la existencia del reglamento utilizado para el uso del lavadero de Casas Bajas, así como del protocolo que habitualmente se seguía, si es que había alguno; pero es de pensar que existieran normas establecidas por la tradición o la costumbre. El lavado solía comenzar por la ropa blanca: remojar, enjabonar, frotar o golpear contra la piedra de la pila era lo primero; después venía el aclarado, blanqueo, nuevo aclarado y colgado o extensión de la ropa para su secado total o parcial. El enjabonado se hacía con jabón casero, basado en grasas de origen animal y aceite vegetal, sosa caustica y agua. Para el lavado y la desinfección se usaba también la lejía de ceniza, y para el blanqueo el azulete: polvos de añil usados para dar color azulado a la ropa blanca lavada. Para el lavado de la ropa de los enfermos (de la ropa interior, pañales de los bebés...) se destinaban los espacios de la pila más próximas al desagüe -lo cual resulta razonable-. La ropa de color se lavaba en último lugar, utilizando los espacios por debajo de donde se estaba lavando ropa blanca.

Además de para para hacer la colada, el lavadero era también un espacio para la socialización y el comadreo, frecuentado tradicionalmente por mujeres, hasta el punto que la presencia de un varón era mal vista. El mujerío local podía aquí conversar con cierta libertad; y en algunos casos limpiar también la conciencia y aliviar las penas.

En suma: la rehabilitación del Lavadero de la Fuente Vieja de Casas Bajas (2009) constituye el paradigma de la restauración de edificios o construcciones, de cara a su utilización con fines recreativos y culturales, en tanto respeta las características constructivas y arquitectónicas vernaculares. Vale.


© Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.

De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).


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1. MADOZ, Pascual (1847). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, tomo VI, p. 42.

2. ALCAINE, Vicente (1980). La vega de Valencia y el río Turia, Edición facsímil de la obra editada en Valencia por la Imprenta de José Rius en 1867. Citado por Carles RODRIGO ALFONSO (1998). El Rincón de Ademuz. Análisis geográfico comarcal, Edita ADIRA, Valencia, p. 107.

3. RODRIGO ALFONSO (1998), p. 107.

4. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2022). El terremoto que asoló el Rincón de Ademuz en 1656, en Desde el Rincón de Ademuz (I), autopublicación Kindle Direct Publishing (Amazon), segunda edición, pp. 101-111.

5. Texto: Camila Mileto y Fernando Vegas: Homo faber. Arquitectura preindustrial del Rincón de Ademuz [Mancomunidad de Municipios del Rincón de Ademuz], 2008.

6. Según el panel, el proyecto de Restauración del Lavadero fue patrocinado por la Mancomunidad Rincón de Ademuz, Rincón de Ademuz: Plan de dinamización turística, Mancomunidad de municipios Rincón de Ademuz, Asociación para el desarrollo integral del Rincón de Ademuz (ADIRA), Turisme: Generalitat Valenciana, Consellería de Turisme, Ministerio de Industria, Turismo y Comercio del Gobierno de España, Proyecto cofinanciado por la Comunidad Europea, Fondo Europeo de Desarrollo Ocupacional.

7. SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Los lavaderos públicos de Puebla de San Miguel (Valencia), en el sitio web Desde el Rincón de Ademuz, del martes, 22 de noviembre de 2022.

8. MADOZ (1847), tomo VI, p. 42.

1 comentario:

  1. Estupenda descripción. Enhorabuena Alfredo.Gracias por difundir nuestro gran patrimonio.

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